NO ENTRES EN EL BOSQUE
13.- Hechizo
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InuYasha —expresó el nombre como un desahogo. La silueta que se acercaba a ella era difusa en medio de la oscuridad, sin embargo era absoluta para ella. El rojo de las vestimentas de su compañero parecía apagado bajo la escasa luz que se filtraba por entre la densidad de los árboles. No obstante, el platinado de su pelo danzaba con una suave brisa y mostraba su acostumbrado brillo enigmático, del mismo modo que haría un fantasma en medio de la tenebrosa soledad. Kagome se preguntó: ¿Qué hechizo lo hacía así de sublime?
La pregunta no obtuvo respuesta, del mismo modo que no la había tenido nunca.
