NO ENTRES EN EL BOSQUE

19.- Premoniciones

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La tétrica voz del anciano se repetía en la mente de InuYasha.

No entres en el bosque.

El hombre había dicho aquello como una premonición. Luego el grupo se marchó a la estancia en que pasarían la noche. InuYasha lamentaba no haber estado más atento. Temía que Kagome hubiese sido atraída por las fauces de este bosque que, como una criatura hambrienta, parecía querer devorarlos.

La luz de un relámpago iluminó los troncos retorcidos de los árboles que lo rodeaban y en medio de ellos estaba a quien más deseaba encontrar. El retumbar del trueno rompió el silencio impenetrable sin llegar a perturbar a Kagome que permanecía inmóvil. InuYasha se acercó de forma sigilosa, sorprendido por tenerla tan cerca y no percibir su presencia con antelación. Sin embargo, ahora el aire estaba impregnado de su aroma y eso lo tranquilizó.