NO ENTRES EN EL BOSQUE
24.- Demonios
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Demonios danzantes farfullaban cánticos eufóricos que conjuraban maldiciones. Hacían aquello entorno a la estancia que los había cobijado junto a sus amigos y que ahora estaba vacía.
¿Dónde estaban Shippo, Sango y Miroku?
La pregunta deambulaba en su mente, mientras las retorcidas criaturas con garras, cuernos, colmillos; todas partes discordantes entre sí, se deleitaban en una especie de ritual que parecía pensado para rendir honor al mal.
—Necesito salir de aquí —Kagome tomó su mano para acentuar la petición. Era la viva imagen del terror.
—Vamos —InuYasha aceptó y la sostuvo con fuerza.
En cuánto se giraron el otro estaba ahí, el que era idéntico a él, traía una energía oscura centelleando en los ojos. InuYasha no lo pensó, simplemente desenvainó con el ataque ya en ciernes y éste disolvió a la criatura del bosque. En ese momento una energía cruzó su cuerpo y tuvo la sensación de haber recuperado una parte de sí.
