NO ENTRES EN EL BOSQUE
26.- Criatura bajo la cama
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Al salir de aquel bosque que parecía capaz de remover todos sus miedos, InuYasha y Kagome encontraron a sus amigos. Shippo se acercó a ella y la olfateó con al astuto disimulo de un zorro, para luego decir unas palabras.
Hueles distinto. Hueles a tierra.
En ese momento aquello no pareció importante.
Los días parecían tranquilos, la aldea estaba en calma y todos ellos algo más serenos. Sin embargo, Kagome permanecía silenciosa y sin contar nada de lo vivido. InuYasha se acercó a ella una noche, cuando la descubrió recogida bajo el futón.
—¿Estás bien, Kagome? —quiso saber.
Ella no lo miró, ya no lo hacía, y habló.
—Es seguro. Es como estar bajo tierra.
InuYasha se quedó mudo.
