NO ENTRES EN EL BOSQUE
27.- Hogar abandonado
.
InuYasha estaba a pocos pasos de la cabaña que compartía con Kagome. Parecía notar el frío del interior incluso antes de entrar. Para él era difícil explicar lo que sucedía, desde que habían vuelto de aquella aldea y su bosque. Kagome no era la misma y aunque lo notaba no quería cavilar sobre ello; él prefería pensar que esta era una situación pasajera.
Sin embargo, no era fácil ignorar todo lo que parecían estar perdiendo. Al entrar en la cabaña la encontró removiendo un guiso dentro de la olla, el fuego apenas se mantenía encendido. Kagome no lo miró, ya casi nunca no lo hacía. InuYasha sintió dolor al pensar en que aquello que los unía parecía debilitarse, alejarlos, como si el hilo del destino estuviese a punto de romperse. El hogar que habían construido juntos ahora resultaba vacío sin la vitalidad de ella; abandonado.
