Habían pasado dos días. Severus se sentó en su silla de lectura mirando el periódico. Había intentado leerlo, pero fue un esfuerzo desperdiciado. Leía un par de palabras y luego su mente se iba a la cena que casi había compartido con Hermione. Se reprendió a sí mismo. Le había dicho demasiado y la había asustado.
Suspirando, se volvió hacia los anuncios personales. Si su destino no estaba con Hermione, tal vez podría encontrar allí a una mujer leal y cariñosa. Frunciendo el ceño, arrugó el papel y lo arrojó a la chimenea, donde fue consumido por las llamas. Sería una tontería intentar encontrar el amor verdadero en los anuncios personales.
Cerró los ojos e hizo una mueca. Amor verdadero. Se le había escapado toda su vida y, sin embargo, lo anhelaba. Se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en las piernas; sus manos se levantaron y se enredaron en su cabello. Lo jaló ligeramente con frustración. El vacío y la desesperanza lo invadieron. ¿Quién se acercaría lo suficiente a él para poder aprender a amarlo? La única mujer que lo había amado en otros universos casi había huido gritando de él. Ni siquiera ella podía encontrar en su corazón el deseo de que él llegase a importarle. Estaba perdido. Nunca encontraría a alguien con quien pasar su vida.
Severus levantó la cabeza, sintiendo una turbación en sus protecciones. Se quedó mirando la puerta con el ceño fruncido cuando alguien llamó. No estaba de humor para recibir compañía. Apartando la mirada, ignoró la puerta. Los golpes continuaron.
Severus gruñó mientras se levantaba y se dirigía a su puerta, abriéndola con un tirón. Hermione estaba ahí, mordiéndose el labio.
"Hola profesor. ¿Puedo pasar?" preguntó tentativamente.
Severus frunció el ceño pero se hizo a un lado para dejarla pasar. Cerró la puerta, tomando un momento en recuperarse antes de darse la vuelta para mirarla.
"Profesor, quiero disculparme por haber huido de usted el otro día. Estaba molesta y no me detuve a pensar en lo grosera que estaba siendo".
Severus miró al suelo y asintió con la cabeza. Levantando la cabeza, señaló el sofá.
"Toma asiento", le indicó.
Ella lo siguió y se sentó en el otro extremo del sofá. Él se sentó junto al otro reposabrazos, lo más lejos posible de ella, con los brazos cruzados frente a él. Él la miró, esperando cualquier otra cosa que ella hubiera venido a decir.
"Profesor…"
"Es Severus", le dijo.
Ella asintió.
"Severus..." Ella miró hacia otro lado mientras fruncía el ceño.
"Esto es más difícil de lo que supuse que sería", murmuró, luciendo nerviosa. Sus ojos se encontraron con los de él nuevamente. "No debí haber huido así. Es sólo que la idea no sólo de estar casada contigo, sino también de tener hijos era abrumadora".
Severus se aclaró la garganta. "Entiendo. Muy pocas personas considerarían positivo estar conmigo".
Ella negó con la cabeza con vehemencia. "No es eso en absoluto, Severus." Se inclinó ligeramente hacia adelante antes de continuar. "Quiero decir, me sorprendió que estuviéramos casados en otras líneas de tiempo, pero no fue porque pensara que eso sería algo negativo".
Sus cejas se fruncieron mientras la miraba. "Entonces no entiendo".
"La idea de tener hijos me abrumaba. Después de la guerra y de las heridas que recibí, me dijeron que nunca tendría hijos. La idea de que otra yo en otro universo pudiera tener hijos… tantas emociones me atravesaron; estaba tan celosa porque no podía tener eso yo misma. Luego tuve la esperanza de que tal vez hubiera una posibilidad de tener un hijo, y me asusté de quererlo tanto". Ella se aclaró la garganta. "Todavía me está afectando".
"¿Hay alguna esperanza de que puedas tener un bebé?" Severus preguntó con preocupación.
Ella se encogió de hombros. "Realmente no lo sé. No creo que pueda. Uno de los hechizos que Bellatrix me lanzó me dejó estéril. Ella dijo que…" Hermione hizo una pausa mientras tragaba saliva. "Era antinatural que los sangre sucia se reprodujeran".
Severus quedó anonadado pero no sorprendido por la crueldad de la bruja loca que había torturado a la mujer ante él. La ira lo invadió y deseó que Lestrange hubiera sobrevivido para poder matarla él mismo. Apartó su enojo para poder tratar de apoyar a Hermione. Cruzando los brazos, se inclinó hacia delante.
"Lo siento, Hermione", la tranquilizó. "Bellatrix era pura maldad. Podías sentirla saliendo de ella en oleadas. Ella merecía la muerte que recibió", respondió con amargura. "Ojalá nunca hubiera tenido la oportunidad de torturarte así. Lamento que te haya afectado de una manera tan permanente".
Ella resopló y asintió con la cabeza. "Quería que supieras que no me fui tan abruptamente por tu culpa. Fue por mi culpa. No pude soportarlo y lamento mucho haberme ido como lo hice".
"Hermione, después de explicarme por qué lo hiciste, no puedo culparte. Todo está bien."
Ella le dedicó una sonrisa llorosa. "Gracias."
"Sabía que lo que estábamos hablando sería incómodo. Quizás no debería habértelo contado todo de una vez".
"No." Ella extendió la mano para tomar la de él. "No, me alegro de que lo hayas hecho. Me gusta que hayas sido honesto al respecto, y de verdad", sonrió. "Es una historia fascinante".
Severus se puso de pie incómodo, dejando que la mano de Hermione cayera de la suya.
"Gracias por su visita, señorita Granger", murmuró.
"¿Entendí mal el motivo por el que me contó todo eso, profesor?
"¿Qué quieres decir?" preguntó, lleno de temor ante la posibilidad de que ella quisiera hacer esto con él.
"¿No estabas insinuando que deberíamos intentar salir nosotros, o lo mal interpreté totalmente?"
Severus pudo sentir sus mejillas enrojecerse y deseó tener control sobre ellas. Él enderezó su ya perfecta postura mientras la miraba.
"Estás en lo correcto."
Hermione se levantó entonces y se acercó a él. "Espero no haber arruinado mis posibilidades con mi rápida salida. Como dije, realmente no tuvo nada que ver contigo".
"Entonces, ¿la idea de estar conmigo no te resulta repulsiva?"
Hermione le dio una mirada incrédula.
"¡No, claro que no! Si tuviera que ser completamente honesta, cuando entraste a mi oficina, me sentí atraída por ti". Sus ojos lo recorrieron. "Este tú más joven es muy atractivo, Severus…. No es que tu versión mayor no lo fuera también."
Él le sonrió. "¿Lo crees así?"
"Definitivamente es así", suspiró Hermione.
"En ese caso, ¿considerarías acompañarme en una cena donde no te escapes? Digamos... ¿esta noche?"
Hermione le sonrió ampliamente y Severus sintió que su corazón se sacudía dentro de su pecho.
"Eso me gustaría, Severus... mucho".
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Severus apareció en el centro de Londres frente a un gran rascacielos. Hermione le había dado la dirección de su apartamento para que pudiera encontrarse con ella allí. Al observar rápidamente su entorno, notó una bonita cafetería justo al final de la calle. Entró en su edificio y tomó el ascensor hasta su apartamento en el piso cuarenta y ocho. Finalmente, se paró frente a la puerta de Hermione, la vacilación le impidió tocarla.
¿Qué pasaría si esto no saliera bien? ¿Qué pasaría si lo encontrara aburrido o peor aún… incompatible? Suspiró para sí mismo. Necesitaba intentarlo. Si no lo intentaba, nunca sabría si esta Hermione en esta línea de tiempo podría encontrar la felicidad con él como él esperaba encontrarla con ella. Levantando la mano, llamó a la puerta y esperó que ella la abriera.
Hermione no tardó mucho en hacerlo.
"Entra, Severus. Estoy casi lista para irnos", dijo mientras se hacía a un lado para dejarlo entrar.
Él lo hizo y la observó mientras ella pasaba a la siguiente habitación. Notó que su vestido rojo era bastante elegante y se veía muy hermosa. Sacudiendo la cabeza para aclararla y evitar que su boca se abriera al verla, se apresuró hacia las grandes puertas francesas que conducían a su balcón.
"Entiendo lo que querías decir con lo de la vista", comentó en voz alta para que ella pudiera escucharlo.
Hermione salió de su habitación en un instante con una amplia sonrisa en su rostro.
"Sí, es impresionante, ¿no?"
Severus se giró hacia ella y asintió. "Aunque, debo admitir, eclipsas por completo esta vista".
Hermione se sonrojó mientras su sonrisa se ensanchaba. "Gracias, Severus. Es muy amable de tu parte decirlo".
"En serio, Hermione, te ves encantadora".
Ella miró al suelo. "Gracias. ¿Estas listo para irnos?"
Él asintió y extendió el brazo para que ella lo tomara. Cuando ella lo agarró, él la condujo hacia la puerta. Bajaron en el ascensor y pronto se encontraron en la calle. Señaló el café que había visto a su llegada.
"¿Has comido allí?" preguntó.
"Es mi primera opción cuando quiero salir a comer", dijo riendo.
"Oh, ¿entonces tal vez prefieras ir a otro lugar?"
Hermione negó con la cabeza. "No, es perfecto".
Con un rápido movimiento de cabeza, la estaba guiando calle abajo.
"Es un día maravilloso", le dijo mientras caminaban. "Me alegro de que hoy no haga demasiado calor. El verano siempre me hace querer esconderme en casa cuando hay humedad".
"En efecto. Siempre tengo la tentación de regresar a Hogwarts y pasar el verano en las mazmorras".
"¿Por qué no lo haces?"
Él se encogió de hombros. "Por algo se llaman vacaciones. No quiero pasar toda mi vida en esa escuela".
Hermione se rió. "Supongo que lo entiendo".
Llegaron al café y dejaron que el maître los condujera a una mesa. Se acomodaron y guardaron silencio mientras revisaban el menú.
"Me sorprendió un poco que regresaras a Hogwarts después de la guerra", comentó Hermione mientras dejaba su menú.
Severus hizo lo mismo. "Me debatí sobre desaparecer de la faz de la tierra, pero necesitaba un ingreso. No tenía suficientes ahorros para expandirme por mi cuenta y hacer pociones de forma privada, así que hice lo que sabía hacer. Regresé a la docencia".
"¿Por qué no asumiste el puesto de director?" Hermione preguntó con curiosidad.
Severus frunció el ceño. "Eso también lo debatí, pero al final… no pude. Mi año como director fue miserable. Demasiadas personas tienen memorias muy largas. No pensé que me aceptarían como director después de todo lo que había hecho".
"Pero la verdad salió a la luz. Todo el mundo sabía que estabas de nuestro lado desde el principio".
"Ya sabes lo críticos que son todos en nuestro mundo. Podría haber salvado a la reina, derrotado a Voldemort yo mismo y resultar ser el padre de Harry Potter y todavía me llamarían malvado. Dirigir la escuela hubiera sido algo que uniría a los que me odiaban para exigir un cambio. Como profesor, podía pasar inadvertido. La gente todavía me odia y recibo bastantes vociferadoes cada año, pero no han solicitado al Ministerio que cierre la escuela."
"¿Crees que realmente se habría llegado a eso?"
"De hecho, lo hago."
Hermione frunció el ceño. "Eso es tan injusto".
"La vida no es justa, Hermione. Seguramente lo sabes".
Ella miró hacia la mesa. "Sí. Sólo desearía que fuera así a veces, ¿sabes?"
"Por supuesto, pero, por desgracia, nunca es así".
Su camarero se acercó y pidieron sus platos principales antes de continuar la conversación.
"Entonces, ¿todavía hay gente que te trata fatal?" Hermione continuó.
"Trato de mantenerme alejado de la gente y ellos están felices de mantenerse alejados de mí. Sin embargo, al menos una vez al año recibo un vociferador que dice lo horrible que soy y que debería haber muerto por el ataque de esa serpiente".
Hermione miró hacia otro lado y parpadeó rápidamente. "No puedo creer que la gente sea tan asquerosa", dijo finalmente, con la voz quebrada.
"Hermione, por favor no sientas lástima por mí".
Su cabeza se giró hacia la de él. "No es eso en absoluto, Severus. Estoy enojada. Enojada porque la gente siente que están en posición de ser tu jurado y tu juez. A mí también me lo hacen".
"¿Qué dicen de ti? Eres la niña mimada de la guerra".
Ella le dirigió una mirada incrédula. "No sé en qué guerra peleaste, pero difícilmente me tratan como a una niña mimada". Ella se inclinó hacia él. "¿Sabías que algunos me acusan de acostarme con los dos, Harry y Ron durante el año que estuvimos huyendo?"
Severus arqueó una ceja hacia ella. "¿Lo hiciste?" bromeó.
"¡No!" Hermione exclamó. "¡Por supuesto que no! Mira, puede que me haya sentido atraída por Ron, pero Harry es mi amigo, ¡y no soy una zorra que se acostaría con alguien solo por compartir una tienda de campaña!"
Severus levantó las manos en señal de rendición. "Solo estaba bromeando, Hermione. Nunca pensaría eso de ti".
Su cena llegó en ese momento, y Severus miró a su cita mientras el camarero colocaba su plato frente a él. Notó que ella todavía parecía molesta. Él suspiró. A la gente le costaba mucho entender su humor.
El camarero se fue y Severus se inclinó hacia Hermione. "Lamento haberte ofendido".
Ella lo miró a los ojos. Finalmente, ella se relajó y asintió, dedicándole una sonrisa triste. "Yo también lo siento. Me di cuenta de que estabas bromeando, es sólo que es doloroso para mí. Me avergüenza y me vuelve loca al mismo tiempo".
Severus asintió con firmeza. "Entiendo. He lidiado con esa discriminación toda mi vida".
Hermione suspiró. "Cambiemos de tema. Ambos nos hemos puesto bastante melancólicos. ¿Cómo está tu pescado con patatas fritas?"| ella le preguntó.
Probó un poco de pescado y asintió con aprobación. "Uno de los mejores que he probado en mucho tiempo".
Ella sonrió. "Sí, realmente hacen un buen trabajo aquí. Este pastel de carne está delicioso. ¿Quieres un bocado?"
Una vez más, arqueó una ceja.
"¿Qué? Es sólo comida. Toma un poco si quieres".
"Parece un gesto bastante íntimo", admitió.
Hermione carraspeó. "Es sólo un bocado de comida, Severus. Pruébalo."
Severus se acercó y tomó un pequeño bocado de su pastel. Masticó por un momento antes de responder.
"Es muy bueno."
Hermione sonrió. "Sabía que te gustaría."
Severus señaló su plato, invitando a Hermione a servirse ella misma. Extendió la mano, tomó un trozo de pescado y se lo metió en la boca.
"Mmm", dijo efusivamente.
"¿Esto se convertirá en un hábito?" Severus preguntó.
"¿Te molesta?"
Severus lo pensó. "Supongo que no. Es sólo que… no es algo que haya hecho nunca".
"Bueno, ahora puedes decir que probaste algo nuevo en nuestra cita".
Severus sonrió. "Eso haré".
Continuaron cenando, charlando juntos y pronto se encontraron caminando de regreso al apartamento de Hermione. Se detuvieron frente a la puerta de entrada de su edificio.
"¿Quieres subir?" Hermione preguntó tímidamente.
"Por supuesto", respondió con una sonrisa.
Pronto, él estuvo instalado en su sofá.
"¿Quieres un poco de té?" Preguntó Hermione mientras se dirigía a la cocina.
"Eso suena perfecto", respondió.
Después de preguntar cómo tomaba su té, se puso a prepararlo y pronto regresó con dos tazas. Le dio una a Severus y se sentó a su lado.
"¿Puedo hacerte una pregunta?" preguntó antes de tomar un sorbo de té.
"Por supuesto."
"No quiero que mi pregunta te ofenda, pero he estado pensando en ello toda la noche".
"¿Hice algo mal?" preguntó Severus.
"Oh, no. Nada de eso. Yo solo… quería preguntarte si solo estas interesado en mi por lo que viste en esos universos alternativos."
Severus no mostró ninguna emoción en su rostro, pero estaba un poco sorprendido por su pregunta.
"Yo… No. Por supuesto que no".
"Es sólo que no creo que alguna vez me hubieras buscado si no hubieras viajado a esos mundos".
"Tienes razón", admitió Severus.
Hermione lo miró con decepción.
"Pero quiero que sepas por qué te busqué". Sus labios se estrecharon mientras pensaba en cómo decir lo que quería. Haciéndese hacia atrás, miró a Hermione.
"Pasar tiempo con esas otras versiones tuyas me hizo darme cuenta de algo".
Hermione se inclinó hacia adelante. "¿Qué fue eso?"
Severus sintió que sus mejillas se enrojecían y maldijo el sonrojo que sabía que tenía en el rostro. "Descubrí que disfrutaba de tu compañía y que eras muy diferente de la colegiala que conocía. Eso me pareció intrigante".
"¿En serio?"
"Sí… también descubrí que eres una persona atractiva, cariñosa, brillante y leal. Todas esas son cualidades que admiro y busco en una... compañera."
Hermione se sonrojó y miró hacia otro lado.
"¿Realmente me considerarías como alguien con quien te gustaría estar a largo plazo?" preguntó tentativamente.
"Me gustaría."
Hermione sonrió entonces.
"Supongo que ahora también debería hacer una pregunta", intervino Severus.
Hermione lo miró con curiosidad.
"¿Tú me considerarías alguien con quien te gustaría estar a largo plazo?" preguntó finalmente.
Hermione lo estudió por un minuto, lo que puso a Severus aún más nervioso que cuando le hizo la pregunta.
"Severus, te encuentro muy atractivo. Fue muy agradable tener una conversación con alguien cuyos ojos no se pongan vidriosos cuando menciono cuestiones técnicas". Ella dudó por un momento. "Para ser honesta, he estado un poco nerviosa por tener esta cita contigo. Nuestro pasado nunca fue realmente positivo y no estaba segura de si eso se extendería hasta esta noche".
"Admito que eso también se me había pasado por la cabeza. Necesito disculparme por mis acciones. La guerra me hizo más idiota de lo normal y tú estabas en medio de todo eso. Sé que dije algunas cosas crueles. Lo siento por eso."
Los labios de Severus se estrecharon mientras miraba a Hermione buscando algún tipo de reacción. Ella asintió y él se relajó un poco internamente.
"Esta noche me pareció agradable a pesar de nuestro pasado, y ni siquiera pensé en lo que pasó mientras estabas en la escuela", continuó.
Hermione sonrió. "Yo tampoco. Pero gracias por disculparte conmigo. Realmente aprecio eso. ¿Aceptaremos dejar el pasado en el pasado?" ella preguntó.
"Hagamos eso."
"En cuanto a tu pregunta, sí, creo que es posible que tengamos algo duradero", explicó.
"¿Pero es eso algo que quieres?" Severus insistió.
"Sí. Quiero ver a dónde va esto, Severus. Pero hay una cosa. Creo que tal vez quieras ignorar lo que viste en esas otras realidades".
"Eso sería difícil de hacer".
"Sí, pero esta debería ser nuestra relación, no un reflejo de algo que viviste en otro lugar", insistió.
Las cejas de Severus se fruncieron. "Tienes razón, por supuesto. Si queremos tener éxito, necesitaremos desarrollar nuestra propia relación. No nos compararé con cosas que vi en universos paralelos".
Hermione asintió y estuvieron en silencio por unos minutos antes de que Severus se deslizara al borde de su asiento.
"Debería irme", le dijo. "Se está haciendo tarde."
Hermione abrió la boca para decir algo, pero luego la cerró y asintió.
"La pasé muy bien esta noche, Severus", dijo mientras se levantaba junto con él. "Déjame acompañarte".
Se dirigieron a su puerta. Severus se giró y le sonrió tímidamente a Hermione.
"Gracias por ir a cenar conmigo. Planeemos algo el próximo fin de semana, ¿te parece?
Hermione sonrió y asintió. Severus inclinó ligeramente la cabeza hacia ella y tomó su mano, llevándola a sus labios y besándola ligeramente. "Hasta entonces", dijo mientras le lanzaba una mirada seductora.
La respiración de Hermione se cortó. "Hasta entonces", asintió ella sin aliento.
Nota de la traductora: me encantó esta primera cita. Hasta yo podía sentir los nervios de ambos. 😅
