Año II
Capítulo XIII
Las dos caras de Selene
—DIALOGO NORMAL—
—(PENSAMIENTO)—
—"PARSEL"—
Harry estaba en su habitación e hizo que Gaya desapareciera en una bola de fuego, sería muy problemático que los muggles en la estación King's Cross vieran un gran fénix azul al lado de un chico de 12 años. El ambiente era cálido y agradable, el sol brillaba pero era perfectamente soportable gracias a que el viendo no permitía que el calor se estacionara. Miraba casi hipnotizado el perfecto cielo lapislázuli a través de la ventana del auto mientras viajaba con dirección al andén 9 y 3/4, era un agradable mañana de septiembre.
Las cosas se habían vuelto raras últimamente, se sentía raro, había algo que dentro de él no funcionaba correctamente, no se lo había dicho a Daphne, no, tampoco podía decírselo. Se lo iba a tener que preguntar a McGonagall, ella seguro que iba a poder aconsejarle y seguramente expresarle correctamente lo que pasaba, aunque tenía miedo de la respuesta y lo que representaba, sabía, que si las cosas eran como él creía, entonces, todo se iba volver mucho más complejo de lo que él iba a poder controlar. Suspiro cansinamente, los últimos dos días habían sido problemáticos, se volvió a concentrar en el cielo azul, sus mejillas se sintieron calientes y una sonrisa apareció en sus labios.
Cuando cruzo el andén volvió a ver aquella hermosa e imponente locomotora roja y negra, había llegado 15 minutos antes del horario de salida, comenzó a caminar y no tardo mucho en ver a las 3 mujeres rubias que el conocía.
—Harry, te estábamos esperando. —dijo Astoria alegre — ¿Cómo me veo?
—Preciosa, como toda una alumna de Hogwarts —dijo Harry divertido con una sonrisa. Astoria sonrío alegremente. Daphne haciendo una ligera mueca con los labios y carraspeo mientras que miraba de reojo a su hermana y su mejor amigo. Harry la miro y se comenzó a reír por la expresión de su amiga —. Tú también te ves hermosa, Daphne.
—S-si, gracias. —dijo tratando de contener una sonrisa boba.
Valery se rio ante la pequeña escena de celos de su hija.
—No creen que deberían ir buscando un lugar, no falta mucho para que salga el tren. —dijo mirándolos para después ver el tren.
—Si, mamá. Vamos Daph, Harry. —respondió rápidamente Astoria caminando hacia los vagones.
— ¿No te falta algo, señorita? —replicó rápidamente Valery con una mueca de disgusto. Astoria se giro rápidamente y abrazo a su madre, Daphne miro a su madre y también se despidió de ella, Harry miraba ligeramente alejado la escena.
—Adiós Valery. —dijo Harry mirándola cuando termino de despedirse de sus hijas.
Valery le hizo una seña con la mano y Harry se acerco, ella rápidamente lo abrazo dulcemente como solo una madre puede hacer. Harry se puso rígido, todos sus músculos se tensaron y los ojos se abrieron bien grandes ante la muestra de afecto, esto no paso desapercibido para la mayor Greengrass, cuando lo soltó le puso una mano en la mejilla y lo miro a los ojos.
—Por favor cuida a mis hijas, son lo más importante que tengo. —dijo casi como si fuera un susurro de forma suplicante.
—S-S-Si, por supuesto. —respondió Harry todavía nervioso.
—Gracias, no sabes lo mucho que significa eso para mí. Ellas son lo más importante en mi vida. Pasa un lindo año Harry. —volvió a decir mientras le daba un beso en la frente a Harry y después lo miraba con una sonrisa.
Minerva y Daphne eran las únicas que le habían dado muestras de afecto tanto físico como emocional, era algo que solo estaba reservado para ellas y nadie más, era raro que alguien fuera de su círculo más intimo le mostrasen cariño, era algo que él no estaba acostumbrado, sin embargo se sentía bien recibir cariño de alguien y de forma tan amorosa.
Ante la atenta mirada de Daphne se sereno y los tres entraron a un vagón, un nuevo año comenzaba. Un nuevo año lleno de sorpresas.
Caminaron un buen rato en los distintos vagones, pero todos los compartimientos estaban ocupados o con gente indeseable al cual era preferible evitar. Los tres, con Harry al frente llegaron a un compartimiento que parecía vacío. Harry abrió la puerta, dentro había una sola persona, una chica específicamente, que estaban sentada tranquilamente leyendo un diario al revés.
—Hola, disculpa por interrumpir tu lectura. —dijo Harry llamando la atención de la chica. Esta lo miro bajando ligeramente el diario— ¿Podríamos mis amigas y yo sentarnos acá?
—Hola —dijo con una voz suave y tranquila —, por supuesto. —contesto afirmativamente mirándolo a los ojos por un momento.
—Vengan, podemos sentarnos acá. —dijo Harry mirando por el pasillo del vagón.
Los tres, ante la atenta mirada de la chica, entraron, mientras que los miraba como si fueran seres completamente exóticos. La muchacha que estaba sentada junto a la ventana levantó ligeramente la cabeza para mirarlos mejor. Tenía el pelo rubio, sucio y desgreñado, largo hasta la cintura, cejas muy claras y unos ojos grises y saltones que le daban un aire de sorpresa permanente.
La muchacha tenía un aire inconfundible de chiflada, quizá contribuyera a ello que se había colocado la varita mágica detrás de la oreja izquierda, o que llevaba un collar hecho con corchos de cerveza de mantequilla, o que estaba leyendo una revista al revés, sin embargo para Harry había algo que la hacía ver más cuerda que la mayoría de las personas. Harry la miro extrañado pero con una sonrisa sincera dijo.
—Hola, mi nombre es Harry Potter, ella —dijo señalando con la mano a su Daphne que se había sentado a su lado—, es Daphne Greengrass y ella —continuó señalando esta vez a Astoria —, es Astoria Greengrass.
—Hola, mi nombre es Luna Lovegood, es un placer conocerlos. —dijo con aire soñador mientras miraba fijamente al chico de ojos verdes.
Harry se puso serio y la miro atentamente a los ojos, ella le devolvió la mirada sosteniéndosela en todo momento, ante la extrañada viste de las hermanas Greengrass, ambos sonrieron y comenzaron a reírse.
—Es un verdadero placer conocerte, Luna. —dijo Harry con una sonrisa divertida.
— ¿Es tu primer año en Hogwarts? —preguntó Daphne.
—Sí, ¿ustedes?
—No, yo y Harry estamos en segundo, pero para mi hermana Astoria si lo es. —dijo alegremente.
—Oh, ya veo, ustedes dos son interesantes. —mencionó mirando a Harry y Daphne.
— ¿A qué te refieres? —preguntó interesado Harry.
—Un Gryffindor y una Slytherin como buenos amigos, eso es raro, mi papá me conto que ambas casas nunca se llevaron bien ni nunca se vio a dos trabajando juntos, pero ustedes son diferentes.
—Bueno nosotros somos la excepción a la regla. —dijo Daphne con una sonrisa. Para después mirar a Harry que tenía una sonrisa alegre.
—Ustedes son muy interesantes, no siguen el orden natural de las cosas.
—Exacto, así somos nosotros. —comentó Harry.
— ¿Qué revista estás leyendo? —preguntó Astoria.
—El Quisquilloso, mi padre es el editor. —respondió alegremente.
—Oh. —dijo poco convencida.
— ¿Pasa algo, Astoria? —preguntó Harry sin entender el cambio de actitud de la hermana de su amiga.
—El Quisquilloso es conocido por publicar noticias locas y obviamente inventadas sin fundamentos o pruebas acompañadas por malas caricaturas de celebridades. —respondió incomoda.
—Supongo que tendría que leer lo que dice, pero muchas veces las grandes mentiras esconden una gran verdad. Un escritor que leí decía: Los políticos mienten para esconder la verdad y los artistas mienten para decir la verdad. —Luna miró completamente maravillada ante el comentario de Harry.
— ¿Por qué lo estabas leyendo al revés? —preguntó Daphne levantando una ceja.
—Para poder saber lo que esconde. —contestó Luna. Harry levanto una ceja, Luna erra rara y excéntrica pero había algo en ella que le decía que ella no mentía.
—Luna —dijo llamando la atención de la chica —, ¿Te gustan los animales fantásticos? —Luna lo vio con los ojos abiertos de par en par.
—Por supuestos, me encantan, mi padre y yo a veces salimos de viaje a buscar Snorkack de cuerno arrugado o tratamos de cazar Mecap pero siempre pero hasta ahora nunca los pudimos encontrar.
— ¿Mecap?, ese animal no existe. —dijo Daphne.
—Por supuesto que existe, Son criaturas brillantes y pequeñas que brillan pero solo aparece cuando uno está calmado. —dijo Luna rápidamente.
Harry abrió grande los ojos y sonrió. Luna era una persona muy especial e interesante. Afuera del vagón se veían los prados de Escocia bajo el sol de fines de verano, era una vista realmente relajante y pacifica que podía relajar y hacer olvidar de los problemas a cualquier persona.
— ¿Alguna vez vieron un fénix azul? —preguntó Harry mirándolas a todas.
—No, ¿viste uno? —preguntó Astoria interesada.
Daphne sonrió y Luna abrió grande los ojos, en ese momento toda la atención fue puesta en Harry.
—Sí, supongo que ya es hora de presentarla. Gaya podrías venir —dijo con fuerza la última parte —, miren a la ventana pero quédense en el lugar. —volvió a decir Harry.
Una gran bola de fuego apareció fuera del tren moviéndose de forma paralela a este. Luna abrió ligeramente la boca en forma de sorpresa, de la bola de fuego se escucho un hermoso cantico y de pronto el fuego se deshizo desapareciendo y apareció una hermosa y azulada ave, que gimió dulce y alegremente. El ave se giro alejándose del tren, Luna se pego al vidrio mirando a la fénix alejarse, Gaya dio la vuelta y a toda velocidad se dirigió al vidrio a toda velocidad.
Luna abrió grande los ojos, el mundo entero para ella comenzó a ir más lentamente, por un momento sus orbes grisáceos conectaron con los de Gaya. Gaya se prendió fuego y entro como al compartimiento atravesando el vidrio de la ventana sin siquiera haberle hecho daño; la rubia Lovegood, con una cara de maravilla, la siguió en todo momento con la mirada, en el momento que estuvo adentro el fuego desapareció automáticamente y comenzó a aletear enérgicamente mientras gemía alegremente.
Gaya descendió lentamente en las piernas de Harry y cuando se poso en su regazo rápidamente estiro su cabeza para acariciar con esta el majilla de su amado amigo. Gaya gimió varias veces y después miro a las mujeres rápidamente reconoció a Daphne y se lanzo hacia ella para acariciarla también. Daphne se rio ante el entusiasmo de la ex serpiente, acaricio su suave plumaje y le sonrió.
—Tiempo sin vernos, Gaya. —dijo sonriéndole a la fénix, Gaya gimió alegremente y más tranquila volvió al regazo de Harry.
Astoria miraba con la boca abierta, con una cara de verdadero asombro y una mirada de verdadero entusiasmo. Luna era un caso muy especial su cara destilaba asombro y entusiasmo, su boca está abierta pero con un gran sonrisa y sus ojos miraban y seguían todo movimiento que hacia Gaya como si fuese la cosa más hipnótica del mundo.
—Ellas son Astoria, la hermana de Daph —dijo señalando con la mano a Astoria, Gaya gimió como si entendiese —, y ella es Luna Lovegood —Gaya miro fijamente a los ojos de Luna, ambas se miraron intensamente, el ave canturreo una melodía corta. Luna sonrió alegremente —. ¿Les gustaría acariciarla? —Astoria asintió enérgicamente y Luna como si fuese navidad asintió enérgicamente.
Gaya se poso sobre las manos de Harry y este acerco el ave hasta Astoria que le acaricio lentamente el plumaje mientras sonreía.
—Es tan hermosa. —Harry asintió. Luna miraba la escena maravillada y al mismo tiempo se estaba relamía los labios de forma impaciente. Cuando Astoria termino Harry miro a Luna y este alejo un poco a Gaya de ella, Luna lo miro por un momento sorprendida y algo de tristeza se formaron en sus ojos, Harry rápidamente dijo.
—Pon tus piernas juntas. —Luna sin decir nada obedeció y Harry puso a Gaya sobre las piernas de la rubia chica.
Luna y Gaya se miraron fijamente, lentamente ella levanto la mano y acaricio suavemente el plumaje del ave, la fénix no hizo ningún sonido solo cerró los ojos. Luna volvió a levantar la mano y comenzó a acariciar desde la cabeza bajando por el cuello hasta llegar a la parte baja del lomo y luego volver a repetir el proceso.
Luna estuvo un buen rato mirando y acariciando a Gaya como si fuese el objeto más preciado y maravilloso de la tierra. Escucharon la puerta del compartimiento abrirse y vieron una cabellera colorada.
—Nunca dejas de hacer escándalo, ¿no, Potter? —dijo Ron mirando —. ¿Qué es esa cosa?
—No te importa, Weasley. Te recomendaría que te fueras y nos dejaras en paz. —respondió rápidamente Harry.
—Primero fue una serpiente venenosa y ahora un ave parlanchina, en algún momento vas a tener que dejar de traer animales a Hogwarts. —dijo mirando molesto y con desagrado a todos. Para después irse de la misma forma que vino.
—Ron Weasley —dijo Harry molesto —, se vive comportando como un inmaduro y esta cegado por la parcialidad hacia Gryffindor, recomendaría que lo eviten. —dijo mirando a Astoria y a Luna que lo miraban y después asintieron.
—Está invadido por Suutafs, si él no se da cuenta no podes hacer nada por él. —comento Luna mientras seguía acariciando con gusto a Gaya.
— ¿Suutafs? —preguntó Astoria de forma incrédula.
—Sí, son unas criaturas acostumbran a infestar los muérdagos, a robar las cosas de las personas, para luego devolverlas de manera muy extraña y hacen que las personas se comporten de forma poco racionales. —explicó Luna con simpleza.
—Luna, ¿por casualidad Suutaf se escribe de esta forma? —dijo mientras escribía el nombre de la criatura en el aire con su varita.
—Sí, se escribe así. —respondió de forma afirmativa y continua prestándole atención a Gaya
—La actitud poco racional de las personas tiene que ver con la estupidez, ¿no? —preguntó Harry con una media sonrisa. Luna lo miro rápidamente sorprendida y le sonrió con su mayor sonrisa.
—Ya me parecía. Sí, creo que tienes razón, sin lugar a duda está invadido por Suutaf.
— ¿Qué?, pero si ni siquiera existen. —habló rápidamente Daphne con cara sorprendida mientras miraba a Harry.
—Oh, por supuesto que existen, solo hay que ver más allá del nombre —dijo Harry mirándolo divertido —, ¿no, Luna?
—Por supuesto. —respondió divertida. Daphne sin entender nada miro de forma intermitente a ambos Harry se rio ante esta acción y volvió a hablar.
—Daph, ¿cómo se escribe paz en latín?
—Pacem.
—Bien, ahora léelo al revés.
—Mecap. —Su cara y la de Astoria se llenaron de asombro.
—Los mecap, solo aparecen cuando estas tranquilo —Daphne miro a Harry por un momento de forma interrogante —, Luna nos lo dijo, ella lee el Quisquilloso al revés para poder saber sus secretos. —Luna miro a Harry sorprendida, había descubierto el secreto de su padre en poco tiempo.
Daphne vio la cara de sorpresa pero al mismo tiempo de afirmación de Luna, la chica era igual de especial que Harry. Ambos compartían esa extraña y rara forma de ver el mundo de una forma complemente diferente, Luna lo analizaba con palabras y Harry lo podía sentir a su alrededor gracias a su sensibilidad a la magia, ellos podían ver el mundo de una forma completamente diferente, entender a las personas de formas que muchos no comprenderían, que muchos tildarían de locura.
Antes de llegar el tren Gaya desapareció en una bola de fuego y Harry rápidamente se puso su uniforme para la impresión de las dos de primer año solo con un chasquido de dedos.
—No se preocupen, después de verlo hacer eso tantas veces te acostumbras. —les dijo Daphne divertida.
Astoria y Luna se fueron a los botes, mientras que Daphne y Harry fueron se dirigieron a las carrozas. Harry cuando llego rápidamente abrió los ojos con impresión.
— ¿Ves los caballos que están tirando las carrozas?
—S-Si, son caballos demacrados, casi parecen muertos. —respondió de forma igual de asombrada. Harry se giro y vio a Percy.
—Percy, ¿qué son esos caballos que tiran de las carrosas?
— ¿Qué caballos Harry?, las carrozas están encantadas.
— ¿Qué pasa, Potter, te estás volviendo loco? —comento burlonamente Zacharias Smith.
Zacharias Smith era el heredero de la antigua casa Smith, descendientes directos de Helga Hufflepuff. Zacharias era un chico de estatura promedio, de pelo rubio, ojos marrones y piel clara. Pertenecía a la casa de Hufflepuff sin embargo no encajaba con el estereotipo de esta casa ya que era egoísta y presuntuoso.
Ninguno de los le prestó atención al odioso Hufflepuff y decidieron no darle importancia al asunto para luego subirse al carruaje junto con los gemelos Weasley y partieron al antiquísimo y maravilloso castillo.
El gran salón estaba iluminado hermosamente justo como el año pasado, las mesas estaban abarrotadas de gente, encima de ellos había innumerables velas que alumbran todo el salón y de fondo un cielo estrellado que daba una vista casi romántica del lugar.
A través de la confusión de los sombreros negros y puntiagudos de Hogwarts, Harry vio una larga hilera de alumnos de primer curso que, con caras asustadas y algunos asombrados, iban entrando en el comedor.
Harry vio la característica cabellera rubio oro de Luna con su habitual aire soñador. Era inconfundiblemente ella, a su lado iba una temerosa Astoria que miraba con asombro y miedo todo a su alrededor. Mientras tanto, la profesora McGonagall, una bruja con gafas, su clásica túnica color verde esmeralda y con el pelo recogido apretadamente con una inconfundible peineta de plata, ponía el famoso Sombrero Seleccionador de Hogwarts sobre un taburete, delante de los recién llegados. Harry sonrió ante este detalle y solo se dedico a ver la selección.
Cada año, ese sombrero viejo, remendado, raído y sucio, distribuía a los nuevos estudiantes en cada una de las cuatro casas de Hogwarts: Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Harry se acordaba bien de cuando se lo había puesto, un año antes, y había esperado muy quieto la decisión que el sombrero pronunció en voz alta en su oído. Había sido el comienzo de algo muy importante, él con sus ganas de ir a Gryffindor y cambiar las cosas junto con Daphne.
Harry se perdió en sus recuerdos en todo lo que había pasado, el dolor todavía seguía a flor de piel, pero en ese momento al menos no estaba solo. La inconfundible voz de Minerva lo saco de su ensoñación, se había perdido parte de la selección, suspiro y decidió volver a concentrarse en el evento.
—Lovegood Luna. —dijo en voz alta McGonagall para después mirar lo extraño de sus accesorios. Se escucharon algunos murmullos sobre todo sobre su vestimenta pero Harry no les hizo caso, conoció a Luna y era una persona extremadamente interesante. Ella se sentó en el taburete y le colocaron el sombrero en la cabeza.
— (Mmm... Una mente, sin lugar a dudas, extraordinaria... que es esto, oh, claro ideas únicas y nuevas en un mundo que le tiene miedo al cambio y a lo nuevo, ¿crees que vas a triunfar con estas?). —preguntó el sombrero en la mente de Luna.
— (Sí). —respondió Luna sencillamente a la voz del sombrero seleccionador.
— (Ya veo… ¿Qué es esto?, ellos otra vez. Interesante. ¿Te encontraron o los encontraste?). —preguntó nuevamente el Sobrero.
— (Supongo que ambas, son buenas personas, me gustan, Harry me entiende y Daphne no me juzga y al menos intenta también comprender de lo que hablo. No son como las personas que usualmente tiende a encontrarse papá por su revista).
— (No es raro eso, ambos el primer día y sin siquiera haber entrado al colegio ya querían cambiar las cosas, tenían ideas radicales que por lo visto continúan en pie, ambos querían cambiar el orden natural de las cosas). —dijo el Sombrero con entusiasmo.
— (Me gustaría que fuéramos amigos). —el Sombrero se rio audiblemente.
— (No tengo ninguna duda de eso). Las cosas tienen que seguir evolucionando. El cambio es inevitable —dijo de forma audible a todos, el sombrero hizo un momento de silencio —. RAVENCLAW. —gritó fuertemente.
Todos en la mesa de Ravenclaw aplaudieron con algo de duda. Filius aplaudió con una sonrisa en el rostro mientras veía a su nueva estudiante sentarse en su mesa.
Los nombres siguieron Astoria al igual que su hermana fue sorteada en Slytherin y Ginny Weasley, como todo Weasley, quedo en Gryffindor.
—Bien, bien ahora que los nuevos alumnos fueron seleccionados, es un placer presentar a quien va a ser su nuevo profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras… —habló el director.
—Permítame, profesor Dumbledore —dijo Lockhart interrumpiendo y parándose delante de todos el director lo vio extrañado y le cedió la palabra —, como ya muchos me conocerán, soy Gilderoy Lockhart y voy a ser su nuevo profesor de Defensa Contra Las Artes Oscuras. —volvió a hablar sonriendo y moviendo su ondulado pelo —. Esperó que todos puedan aprender de mis grandes hazañas, sino ya saben, pueden leer mis libros en donde relato a la perfección todas mis grandes odas. —con un movimiento presuntuoso ante el suspiro de muchas estudiantes se giro y volvió a sentarse sin dejar de sonreír tontamente.
Harry miro a Daphne desde su lugar que estaba tratando de contener la risa ante el extraño discurso del nuevo profesor, él sonrió ante las expresiones de su amiga y se quedo viendo fijamente por un rato mientras que Dumbledore seguía con su discurso. Daphne se giro por un momento y lo vio mirándola, sus miradas se conectaron un momento. Solo se miraron a los ojos como si estuvieran completamente hipnotizados el uno con el otro, sus mejillas comenzaron a arder.
—Hola Harry, vamos a ser compañeros de casa, ¿no te parece genial? —habló Ginny con las mejillas sonrosadas, interrumpiendo sus pensamientos, mientras lo miraba completamente absorta a él.
— ¿Eh…? Ah si, va a ser genial. —respondió Harry sonriéndole amablemente.
Daphne bajo su mirada a su plato vacío y sonrió tontamente.
—Daphne, ¿estás bien? —pregunto Astoria viendo a su hermana.
—Sí, no es nada. —dijo con una sonrisa mientras miraba a su hermana.
...
Al día siguiente Harry se levanto temprano como siempre, la sala común estaba completamente vacía, bajo al gran comedor y Daphne lo esperaba como siempre lo hacía.
—Buen día, Daph. —dijo Harry saludando con una sonrisa.
—Buen día, Harry, ¿vamos a desayunar? —preguntó Daphne mirándolo a los ojos.
—Sí, pero antes pidamos nuestros horarios. —respondió serio.
— ¿Pasa algo? —volvió a preguntar mientras entraban al gran comedor.
— ¿Leíste los libros de Lockhart?
—Sí, fueron como decirlo…, poco instructivos.
—Espero que la clase sea mejor que el año pasado. No tengo ganas de volver a ser autodidacta. —dijo con un deje de molestia.
—Pero si son un desastre, no va a quedar otra solución.
—Ya le avise a la profesora McGonagall esto, todavía no me respondió nada, creo que está esperando a que le diga cómo son sus clases.
— ¿Le dijiste sobre el elfo?
—Sí, me dijo que iba a prestar atención a todo lo que pasase.
—Al menos ahora tenemos apoyo de los profesores, esperemos que no pase nada.
—Buen día profesora McGonagall. —dijeron ambos enfrente de la mesa de profesores. Minerva subió la vista y cuando los vio les dio su mayor sonrisa.
—Buenos días a ambos, como siempre levantados temprano, estoy orgullosa de ambos.
—Gracias —dijo Daphne con una sonrisa —, sino, no seriamos el dúo de oro. —dijo divertida. Los tres se rieron audiblemente.
—Acá esta su horario Señor Potter. —dijo todavía riéndose.
—Gracias. —respondió Harry con una sonrisa.
—Vamos Harry, vamos a buscar el mío. —dijo agarrándolo de la mano y arrastrándolo hasta el lugar donde estaba Snape.
—Buen día Profesor Snape. —habló Daphne más seria.
—Buen día Señorita Greengrass, Señor Potter. —respondió igual de serio el saludo.
—Buenos días Profesor Snape. —Snape asintió y rápidamente saco el horario de Daphne y se lo entrego.
Ambos fueron a sentarse y comenzaron a desayunar.
—mmm compartimos Herbología, Defensa, Transformaciones y Encantamientos. —dijo Harry para después tomar un poco de su té.
Ambos tenían en su primera clase, Herbología. Vieron entrar una chica entrar al gran comedor dando saltitos. Y luego sentarse en la mesa de Ravenclaw.
Un flash los encegueció a ambos, pestañando rápidamente miraron a quien les había cegado. Delante de ellas había un chico no muy alto, con el pelo castaño y con mirada alegre y que parecía estar muy nervioso.
—H-h-ho-hola Harry Potter, mi nombre es Colin Creevey, es un placer, no, es un honor conocerte. —Harry lo miro sorprendido esto era nuevo. Él chico miro a Daphne y se sorprendió —. Una Slytherin en la mesa de Gryffindor. —dijo anonadado.
—Hola, Colin, el placer es mío —respondió con una sonrisa amable —, ella es Daphne Greengrass, es mi amiga, y si es una Slytherin, espero que no haya ningún problema con eso, ¿no? —preguntó seriamente.
—N-n-no, por supuesto que no me molesta. ¿Puedo sacarte una foto? —preguntó emocionado.
Daphne se echo a reír por la cara de completa sorpresa que puso Harry.
—Supongo que no me molestaría. —dijo Harry con una sonrisa.
Colin no perdió el tiempo y el flash se hizo visible capturando el momento. La foto salió de la parte trasera de la cámara y se la mostro a Harry.
—Aww, es adorable. —exclamó Daphne divertida en tono de burla.
—No lo menciones. —contesto rápidamente Harry con mirada molesta, Daphne se echo a reír, para molestia del oji verde.
— ¿Me la podrías firmar? Por favor, ¿si? —preguntó Colin en tono suplicante.
Harry suspiro y saco su pluma y firmo la parte baja de la fotografía.
—Colin voy a hacer una excepción esta vez, pero no me gusta nada esto —después pensó un momento—. ¿Podrías sacarme una foto con Daphne y hacer dos copias? —preguntó Harry mirándolo.
—Por supuesto que sí. —respondió con entusiasmo, Daphne se sorprendió— ¿Listos? —Harry se acerco a Daphne y sonrió, ella lo vio por un momento y él miro a la cámara con una sonrisa también. El flash resonó dos veces en el gran salón.
—Gracias Harry por la foto, te dejo terminar de desayunar. —dijo dándoles las fotos para luego irse alegremente, a otro lugar de la mesa.
Harry agarro las fotos pasándole una a Daphne, ambos miraron la fotografía. Esa era la primera fotografía de ellos juntos.
Los dos sonrieron.
—Como te lo dije antes, Potter, siempre tienes que ser el protagonista en todo, ¿no? —se escucho una voz cerca de ellos. Harry suspiro y con mirada cansina vio a quien hablaba.
—No te cansas de estar siempre molestando, ¿no, Weasley? —dijo rápidamente Daphne molesta.
—No te hable a ti, sucia serpiente, deberías estar en tu mesa y llevarte al traidor de Potter.
Harry lo miro irritado, las cosas de la mesa comenzaron a temblar violentamente, la bebida de los vasos que estaban alrededor de Harry comenzaron a elevarse como si fueran a formar estalagmitas, todos miraron con asombro, el aire alrededor del joven mago se había vuelto muy denso y había bajado un par de grados gracias a la mirada fría que destilaban de aquellos ojos verdes.
—No le hables de esa forma. —dijo fríamente Harry mirando a su pelirrojo compañero con una mirada que solo soltaba molestia y enojo.
— ¿Q-q-que está pasando? —preguntó temeroso Ron. La madera de la meso crujió y apareció una grieta en la madera.
— ¡POTTER! —se escucho fuertemente en el silencioso salón mientras que Minerva caminaba rápidamente a donde estaba la pelea. —, Potter, contrólate —Harry volvió en sí, las cosas inmediatamente volvieron a su estado normal. Harry vio como McGonagall lo veía seria —. ¿Alguien me quiere explicar que fue lo que paso acá? —preguntó seriamente a todos.
—Weasley estaba molestando a Harry y a Daphne. —dijo casi en un susurro pero completamente audible Neville Longbottom.
El chico había crecido desde el año pasado pero todavía tenía ese inconfundible estado de nerviosismo que lo caracterizaba. Harry lo miro rápidamente asombrado, era la primera vez, desde que lo había curado que hablaba, todos en la casa a excepción de algunas personas lo miraban con recelo y desconfianza.
—Señor Weasley, ¿tiene algo que comentar de lo dicho del Señor Longbottom?
—No, profesora. —contestó molesto.
—Bien, ahora quiero que todos terminen de desayunar en paz —Ron se sentó alejando de ambos, McGonagall lo miro y suspiro. —. Harry, por favor, controla tus emociones, esto no puede pasar, ¿entendido?
Harry asintió, saco su varita y de un movimiento la mesa se reparo. El desayuno continuo en silencio, Ron Weasley era un problema y las cosas solo hacían más que empeorar con cada encuentro que tenían.
