Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3


Capítulo 10

—Bien, como dije antes, creo que te vendría bien ajustar la medicación —dice Edward, leyendo la pantalla—. Hoy me gustaría hacer mi propio ecocardiograma, electrocardiograma, hacer unos análisis de sangre, y ponerte lo más cómoda posible. Voy a querer programar una resonancia también. ¿Cómo duermes?

Me encojo de hombros.

—No genial, pero no tan mal. He estado despertándome mucho, pero creo que eso es más un aspecto psicológico. Quiero decir, me estoy muriendo, después de todo.

Él niega con la cabeza, girando en la silla y tomando mi mano.

—No si puedo evitarlo. El hecho es que vas a necesitar un corazón nuevo. Solo empeorarás desde ahora, pero hay mucho que podemos hacer para ayudarte a sentirte mejor por más tiempo. Ahora, ¿análisis de sangre y eco primero?

Él casi me tiene en lágrimas, mirándome honestamente con esperanza en esos hermosos ojos verdes. Creo en él. No estoy segura de que debería, pero lo hago.

—Eh... Eh... —Carraspeo y sonrío suavemente—. Análisis de sangre, supongo. ¿Cuánto, eh, tiempo tengo hasta que necesite un corazón?

—No puedo decir, me temo. Cuando llegue el momento, lo haremos en Seattle, así que necesitarás ver al equipo de trasplantes con el que trabajo allí en algún momento. De hecho, tendrás varias citas en Seattle, pero hablaremos de eso más adelante. Voy a buscar a nuestra flebotomista y entonces regresaré para hacer un eco, ¿de acuerdo?

Asiento y recuerdo cómo Emmett me dijo lo mismo. Este hospital, el Centro Médico Olympic, se encuentra alrededor de una hora de casa en Port Angeles y no está equipado para realizar trasplantes. Emmett alterna entre este hospital y el de Forks, donde trabaja Carlisle, pero este es más grande y más adecuado para su principal especialidad como traumatólogo.

Solo deseo que fuera lo suficientemente grande para no tener que hacer viajes tan largos, pero al menos estoy con mi familia. Si me hubiera quedado en Nueva York, Emmett probablemente hubiera tenido que renunciar a su trabajo.

—¿Cómo estás? —pregunta Emmett mientras una mujer entra para tomarme la sangre.

Me encojo de hombros—porque aparentemente eso es todo lo que puedo hacer ahora.

—Bien. Todo es... esperado, ¿cierto?

—Bueno, aparte de alimentar a tu doctor. —Sonríe—. Y será mejor que haya más de esas en casa.

—¿Y dejarte sin muffins? No me atrevería —bromeo.

Una vez que me han extraído la sangre, no pasa mucho tiempo antes de que Edward regrese con una máquina. De repente, recuerdo que él va a tocarme de nuevo y mi corazón se acelera. Quizás debería conseguir un doctor bueno y feo en Seattle.

Al menos, él hace que sea ligeramente más fácil al decirme lo que está haciendo, pero cada vez que sus dedos rozan mi piel, no puedo evitar estremecerme. Eventualmente me pregunta si tengo frío, lo cual es todo menos eso.

—Nop, estoy bien.

Él sonríe y el monitor la ilumina en el cuarto oscuro.

—Veamos aquí. Con suerte tu fracción de eyección no ha bajado mucho.

Él hace lo suyo, eventualmente diciendo que sigue en un treinta y dos por ciento—lo cual, bueno, es malo, pero no peor, al menos. Probablemente no voy a caer muerta aún.

Estoy agradecida y un poco triste cuando él termina, y rápidamente extraño sentirlo.

Santo cielo, tengo un serio problema.