Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3


Capítulo 11

Después de la eco, tengo permitido vestirme, y entonces nos dirigimos a la oficina de Edward para discutir el plan de tratamiento. Echo un vistazo alrededor, dándome algo qué hacer mientras asimilo todo. Detrás de su escritorio hay pilas de libros, más de los que podría contar, y varios cuadros de fotos. No puedo evitar notar que la única mujer en las fotos es una antigua—probablemente su mamá. Hay otra con ella y un niño, uno más grande, probablemente de su infancia. Más que eso, el resto es bastante estéril. Tiene múltiples modelos de corazones, una pintura básica, y varios posters laminados con información sobre el corazón.

—Estoy seguro que sabes todo lo que hay que saber sobre lo que te está pasando —dice Edward—. Pero si tienes alguna pregunta, estoy feliz de responder.

Emmett decide que la pregunta está dirigida a él y hace pregunta tras pregunta, las cuales Edward contesta fácilmente. En algún momento, puede que necesite un desfibrilador automático implantable, pero ahora mismo, mi corazón está latiendo lo mejor que puede por sí solo. Él me cuenta sobre el peor y el mejor de los casos, y me siento cómoda con su conocimiento.

Los múltiples títulos y certificados en sus paredes también ayuda.

La cita se extiende por más de una hora, pero Edward jamás se apresura o me hace sentir como si estuviéramos tomando mucho tiempo.

—Voy a querer verte mensualmente —dice, volteando hacia la computadora en su escritorio—. ¿Qué día funciona mejor para ti?

Suelto un resoplido.

—Cualquier día. No tengo nada qué hacer, después de todo.

Extraño las estructuras y los planes. Extraño mis clases y mi trabajo a tiempo parcial en la pastelería. Aún sigo tan molesta por haber pillado un virus que pudo dañar mi corazón y hacer que pierda todo. Me pregunto si Bocados Dulces necesita ayuda extra. Quizás llame a la Srta. Sue y se lo pregunte. Ella solía amarme de niña, me permitía ayudar, pero jamás tuve un trabajo real allí. No estoy segura de cómo me irá con respecto a mi salud, pero estoy segura que podría obtener algunas horas y salir de la casa.

—De acuerdo, lo haremos cada segundo lunes de cada mes. ¿Te parece bien?

Asiento.

—Claro.

—Trataré de que funcione con mis horarios —dice Emmett.

Arqueo una ceja.

—Sabes que no necesitas acompañarme a cada cita, ¿cierto?

—Estamos juntos en esto, ¿recuerdas? Estás atrapada conmigo. Y si tengo que perderme algunas, sé que Edward te cuidará.

Sí, no me molestaría que el leñador me cuidara un poco.

Estoy muriendo y cachonda. Tengo permitido pensar en estas cosas.