Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3
Capítulo 14
Estoy congelada mientras observo a Edward y a Carlisle reír junto a la parrilla. Sin camisa y pantalones de vestir, Edward está de vuelta en el atuendo de leñador—una camisa roja de franela, jeans oscuros, los cuales hacen maravillas para su trasero, y botas. ¿Cómo un hombre puede tener dos lados increíblemente diferentes?
Personalmente, me gusta más este estilo.
—¿Bells? —pregunta Emmett, abriendo la puerta mientras regreso a la normalidad con unos parpadeos—. ¿Qué pasa?
Esas dos palabras llaman la atención de todos—aunque más importante, la de Edward.
—¡Estoy bien! —grito prácticamente, y entonces esbozo una sonrisa para convencerlos mientras mis mejillas y mi pecho enrojecen—. Supongo que solo estaba soñando despierta.
Sí, soñando con el Dr. Leñador haciendo... cosas.
Emmett toma mi muñeca y mira su reloj, contando mi pulso mientras yo pongo los ojos en blanco y aparto mi mano.
—Cielos. Estoy bien. Acabo de guardar las delicias horneadas en el refrigerador y comenzaba a salir afuera.
—Cálmate, Em —dice Alice, acercándose para abrazarme. Me susurra al oído—. ¿Estabas comiéndote con la mirada a ese bombón, o no?
Alice jamás mide sus palabras, y ahora sé que estoy más roja que una langosta. ¿Fui tan obvia? Sí estuve observando su trasero por un rato.
—Solo vayamos afuera. Quiero sentarme.
Ellos abren el camino, y tomo una de las sillas en el patio alrededor del fogón, disfrutando del calor en la fresca brisa de otoño. Seth está sentado a mi lado, completamente entretenido con su teléfono. No luce para nada como el niño de trece años que es. Fácilmente será tan alto como su papá, lo cual es bueno porque su mamá es más baja que yo.
—¿Qué onda, amigo?
Él mantiene su mirada en la pantalla mientras escribe mensajes.
—No mucho. ¿Cómo va el corazón?
—Sigue fallando, pero estoy resistiendo. Y bien, eh... ¿qué hace Edward aquí?
Él me dará los detalles sin los comentarios—a diferencia de su mamá.
—Oh, él es amigo de papá, el abuelo, y Emmett. Viene mucho aquí cuando hacemos una barbacoa. También sale a pescar con papá y el abuelo. Él es tu doctor del corazón, ¿cierto? Se supone que es bueno.
Asiento.
—He escuchado lo mismo. —Hago una pausa, observándolo seguir enviando mensajes. Echo un vistazo al nombre, Iris—. ¿Estás charlando con una chica?
Él levanta la mirada, sus ojos completamente abiertos.
—No le cuentes a mamá y a papá. Se pondrán raros al respecto. Además, es solo una amiga.
Arqueo una ceja, inclinando la cabeza hacia su teléfono.
—Puedo ver los mensajes, amigo. Pero... no soy una soplona. Solo no le envíes dinero o, ya sabes, fotos.
—¡Tía! Cielos.
Me río fuerte, lo cual llama la atención de Carlisle—y la de Edward.
—¿Qué está haciendo el dúo travieso ahora? —pregunta Carlisle con una sonrisa.
Seth nació poco después que mis padres murieron, y siempre hemos tenido un vínculo especial—justo como parientes de sangre. Solía ayudarle siempre a meterse en problemas de niño.
—Nos estamos comportando —digo inocentemente—. Solo ayudo a Seth con un juego que está jugando.
Seth asiente, siguiéndome la corriente.
—Sí, es un nivel complicado. Edward, ¿sabes que mi tía le teme a los doctores?
Mi boca se abre, y le doy un codazo.
—¡Pequeño pedazo de mi...tonto! Ve a buscar tu balón o algo y vayamos a lanzarlo.
Él se ríe y corre hacia adentro, y Edward se acerca, tomando su asiento.
—¿Me tienes miedo?
De hecho, me excitas.
Niego con la cabeza.
—Te conocí como el hombre que me calmó cuando estaba segura de que moriríamos primero. Pero diré que no eres como la mayoría de los doctores que conozco. Primero que todo, no luces para nada como uno.
Estudio su camisa roja de franela de nuevo, la cual cubre una camiseta del Ejército de los Estados Unidos.
Él suelta una risita profunda y sensual.
—Tomaré eso como un halago, de hecho. No estoy muy cómoda con trajes conservadores y corbatas, pero puedo lidiar con una camisa decente cuando lo necesito.
—También no actúas como un doctor.
Él sonríe, y es hermoso.
—¿Cómo actúo?
—Simplemente tienes... más los pies en la tierra. No me malinterpretes; amo a mi hermano y a Carlisle, pero... —Bajo la voz—. Ambos tienen un pequeño complejo de superioridad, Emmett más que Carlisle. Quizás sea algo de los cirujanos.
—Técnicamente soy cirujano. De hecho, hice gran parte de mi entrenamiento como médico de combate antes de mi especialidad en cardiotorácica.
Arqueo una ceja.
—¿Estuviste en el ejército?
Él asiente.
—En las reservas aún, de hecho. Estaba volviendo de un fin de semana de entrenamiento cuando te conocí.
—Cielos. Entonces, eres básicamente Superman, ¿o no?
Él se encoge de hombros con una sonrisa en sus labios.
—No diría eso, pero tú puedes.
—Eres una gran sorpresa, Edward Masen —digo mientras Seth regresa con su balón—. ¿Quieres lanzar el balón con nosotros?
Le agradezco a Dios cuando él asiente con la cabeza.
