Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3
Capítulo 16
Tengo razón, por supuesto. Emmett entra rápidamente con Carlisle siguiéndolo, y ambos me bombardean de preguntas mientras Emmett busca su bolso. Honestamente, la multitud solo lo hace peor, y creo que también estoy teniendo un ataque al corazón porque ahora mi respiración entra en jadeos.
—Por favor, detenganse —mascullo mientras Edward regresa a la sala—. Lo empeoran al abrumarme.
—Denle un poco de espacio —dice Edward, una pizca de autoridad en su voz—. Voy a chequear tus niveles de oxígeno y escucharte un poco, ¿de acuerdo?
Asiento silenciosamente mientras tanto mi hermano como Carlisle dan un paso atrás, luciendo un poco consternados de no ser los que me están ayudando. Edward coloca el pequeño aparato en mi dedo, frunciendo el ceño cuando el número dice noventa y dos antes de escuchar mi pecho.
—Necesitas ir a casa y conectarte al oxígeno hasta que este número suba —dice—. Emmett, ella tiene un poco más de fluido en el izquierdo, así que adelante e incrementa su Lasix esta noche a ochenta miligramos, y si no se encuentra mejor mañana, la llevaremos al hospital para conectarle una intravenosa por un día o dos.
Mi hermano asiente.
—¿Estás seguro que no deberíamos llevarla esta noche?
—Ella ya está alterada, así que intentemos llevarla a casa y calmarla primero. Si su saturación de oxígeno permanece bajo, llévala y llámame. Por ahora, necesito que descanses, Bella. Solo intenta recuperar tu fuerza mañana. No queremos que te pierdas tu primer día, después de todo.
Asiento, manteniendo mis palabras un poco cortas para ayudar a la respiración.
—Está bien.
—Vayamos a casa, Bells.
Emmett me toma en sus brazos, y me siento incluso más avergonzada. Me despido rápidamente de todos, y entonces estamos de camino a casa, haciendo que el viaje de quince minutos sea de diez. Soy llevada directo a mi cuarto, y pronto él tiene el oxígeno portátil listo, permitiéndome colocar el tubo.
Se siente bien, y respiro más profundo, esperando que esto ayude. No estoy de humor para un viaje al hospital, y no voy a retrasar mi comienzo en la pastelería. Tomo mi medicina, y Emmett se queda cerca, sentado al borde de mi cama.
—¿Por qué no me dijiste que no estabas sintiéndote bien? —pregunta, y no tengo una buena respuesta.
—Supongo que no quería preocuparte —digo, encogiéndome de hombros mientras las lágrimas comienzan a acumularse en mis ojos—. Lo siento.
Él levanta una mano, tocando mi mejilla mientras sonríe con tristeza.
—Es por eso que estoy aquí, Bells. Para cuidar de ti. Por favor, no sufras porque no quieres que me preocupe. Soy fuerte, ¿de acuerdo? Puedo con ello.
Asiento, y él seca una lágrima.
—Te amo, Em. Solo... admitir que esto realmente está pasando es difícil. Simplemente quiero fingir que estoy saludable.
—Lo estarás de nuevo. Lo prometo. —Ofrece su meñique como hacía cuando yo era una niña, y le doy el mío, estrechándolo.
Dios, por favor, permite que él tenga razón—mayormente por su bien.
