Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3


Capítulo 17

Afortunadamente me siento mucho mejor el lunes y logro atravesar mi primer turno sin problemas. Por supuesto, Emmett, Jasper, y Carlisle pasan, pero Edward lo hace también. Le sirvo uno de los muffins de calabaza que hice, y él prueba un bocado de inmediato, diciéndome que es perfecto. Estamos ocupados, así que no tengo tiempo de admirarlo esta vez, y él se va rápidamente, pero aún así aprecio la corta visita.

—Eres una profesional en esto, Bella —dice la Sra. Sue mientras cuelgo mi delantal y tomo mi cartera—. ¡Y esos muffins! Los dejaremos en el menú toda la temporada, así que tendrás que preparar la mezcla para que yo los haga cuando tú no estás, si eso está bien.

Sonrío y asiento, afortunadamente no la cagué.

—Muchas gracias por esto, Sra. Sue. No sabes lo mucho que esto significa para mí.

—¡Oh, por favor, estoy emocionada de tener ayuda en las mañanas! Simplemente deseo que pudiera tenerte más tiempo, pero comprendo que necesitas tomártelo con calma. Quiero que sepas que este trabajo estará aquí para ti, sin importar el tiempo libre que necesites. Quiero que tengas un buen día, ¿de acuerdo?

—Lo haré —prometo, sonriendo mientras salgo de la tienda y me subo al Jeep de Emmett.

No estoy tan cansada, a pesar de despertarme veinte minutos antes de las cuatro de la mañana, así que me dirijo hacia la cafetería para almorzar y decido leer un poco y relajarme mientras estoy allí.

De nuevo, este es un recuerdo con mis padres. Como mi mamá no era la mejor cocinera, cenábamos aquí a menudo. He dejado atrás los nuggets de pollo y papas fritas que solía comer pero no mucho. Ahora, son tiras de pollo y papas fritas. Algo más de adulto.

—Es bueno verte de nuevo, Bella —dice Bonnie, trayendo mi plato—. ¡Has crecido mucho!

Me río suavemente y asiento con la cabeza.

—Sí, un poco. Gracias. Esto luce increíble.

La mujer sonríe.

—Preparo la mezcla yo misma, cariño. Espero que los disfrutes.

Por supuesto que lo hago mientras los sumerjo en mostaza y miel y me pierdo en mi libro. Estoy tan concentrada que necesito un carraspeo de su garganta para llamar mi atención.

—¡Edward! —medio mascullo, medio chillo mientras cierro mi libro. Rápidamente sonrío cuando él suelta una risita—. ¿Qué-eh...? ¿Qué estás haciendo aquí?

—Terminé por el resto del día y decidí venir a buscar almuerzo antes de irme a casa. Tu muffin estuvo delicioso pero no me llenó por completo.

De repente me doy cuenta que no se supone que debo comer comida frita y deseo que mi pollo desaparezca, pero no sucede. Aunque él no hace un comentario al respecto. Cuando Bonnie se acerca, él ordena una hamburguesa y le dice que coloque lo mío en su cuenta.

—Oh, no —digo, sacudiendo la cabeza—. Eso no es necesario.

Él sonríe.

—Bueno, no es como si pude llevarte a tomar un café como quería, así que esto puede ser nuestro almuerzo de compensación. ¿Cómo te sientes hoy?

—Bien. Mucho mejor que el sábado por la noche.

—¿Y cómo fue tu primer día?

Maravilloso —digo entusiasmadamente, con lo que probablemente sea una sonrisa de dos kilómetros de ancho—. ¿Es raro que lo que más me gustó fue simplemente sentirme normal? Quiero decir, los dos últimos meses han sido todo menos eso, así que es bueno solo tener un trabajo, una rutina que no requiere saber cuándo tomar mis medicinas.

Él asiente.

—No, lo entiendo. Tu vida ha sido alterada más de lo que las palabras pueden expresar, así que un poco de normalidad es algo bueno. Luces feliz.

—Gracias. Y bien, ¿cómo estuvo tu día?

Su sonrisa ilumina la cafetería.

—Realmente bien, de hecho. No tuve que dar ninguna mala noticia, algo que no sucede a menudo. Además, solo tuve dos citas, por ende el día terminó temprano, así que ahora puedo irme a casa y simplemente relajarme. Mi compañero está de turno, así que incluso beba una cerveza más tarde.

De repente, extraño el alcohol, no que bebía mucho, pero una copa de vino y ron con Coca Cola cada cierto tiempo era relajante.

—Bastardo con suerte —bromeo—. Me uniría a ti, pero este cretino de doctor que tengo no me lo permitirá.

—El tipo suena como un imbécil.

Asiento.

—Totalmente. A él solo le importa mi salud y eso.

—Qué mal que él no te permita vivir un poco. Me hubiera encantado tomar algo contigo.

Me estoy sonrojando de nuevo porque, aparentemente, eso es todo lo que puedo hacer a su alrededor. Lo que no daría por estar en otra vida, y beber un trago con él en un bar tranquilo.

Levanto mi vaso de Coca.

—Supongo que esto es lo más cercano que podemos estar. Salud.

Él levanta su agua, chocándola con mi vaso con una sonrisa.

—Por tu salud. Salud, cariño.

Mierda, me encanta escucharlo llamarme así.