Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3
Capítulo 31
Pasamos dos horas en el prado antes de regresar a la casa de Edward. Estoy un poco cansada pero intento no demostrarlo mientras me siento en su sofá y disfruto del calor de su calefacción central. Su chaqueta me ayudó, pero como me falta gran parte de grasa corporal en mi piel y huesos, el aire frío me atravesó directamente.
—¿A qué hora necesitas estar en casa? —pregunta, trayendo una taza de café y sentándose conmigo—. Parece que te vendría bien una siesta.
Niego con la cabeza.
—Nop. Estoy bien. Y antes de las seis, para estar seguros. Emmett no debería salir hasta las siete, pero me ha sorprendido antes.
—Entonces tienes tiempo para cerrar los ojos, y luego disfrutar la cena conmigo.
Pongo los ojos en blanco, pero un bostezo se me escapa antes que pueda mentir de nuevo y decir que estoy bien.
—Ven aquí, cariño.
Abre sus brazos, y me hundo en ellos mientras nos acostamos en el sofá. Apoyo la cabeza contra su pecho, y sus latidos rápidamente me tranquilizan hasta quedarme dormida.
Tengo el sueño más maravilloso donde hacemos más que dormir, pero tristemente, es solo eso, un sueño. Él me despierta alrededor de las cinco, preguntándome si estoy de acuerdo con pollo teriyaki y arroz frito mientras me deja sola en el sofá.
—Sí, pero no tengo mucha hambre. Desearía haber traído un postre.
Él sonríe, sacudiendo la cabeza.
—Solo tenerte conmigo es suficiente. Pero pasaré mañana a buscar una de las cosas con calabaza. Emmett dijo que son deliciosas.
Sonrío.
—Te estaré esperando.
Mientras prepara la cena, paso los canales y reviso mi teléfono. Alice quiere ir de compras el próximo fin de semana, así que le contesto diciendo que me parece bien. Aunque no estoy segura de eso. Ir de compras con Alice es mucho más extenuante que hacer senderismo por el bosque, pero necesito ropa nueva. Solo he perdido más peso, y la mayoría de mis jeans me quedan muy sueltos, así que probablemente sea hora de invertir en algunas prendas más pequeñas.
Intento comer mis propios pasteles, pero apenas puedo comer medio muffin la mayoría de los días. Mi apetito simplemente parece haberme abandonado. Temo mi próxima cita en una semana para ver qué dice la balanza.
—Para ser justos, el arroz vino de una bolsa congelada, así que no lo juzgues demasiado —dice Edward, trayendo los platos.
Me siento y tomo el mío, inhalando el maravilloso aroma.
—Luce increíble, pero esto es demasiado para mí.
Él se encoge de hombros.
—Termina lo que puedas. ¿Cómo te sientes?
Él hace mucho esa pregunta, pero no debería estar sorprendida.
—Bien. La siesta definitivamente ayudó. ¿Pudiste dormir?
Él sonríe tímidamente, negando con la cabeza.
—Simplemente te observé, lo cual sea…probablemente aterrador. Pero no puedo evitarlo. Eres tan hermosa. Además, hablas mientras duermes.
Oh, mierda.
—¿Qué dije? — Santo cielo. Tuve un sueño sexual con él, así que solo el Señor sabe qué pude haber dicho.
Él simplemente sonríe.
—Dijiste "más" varias veces. Y necesitabas algo. Honestamente, no pude descifrar mucho. ¿Hablas a menudo cuando duermes?
—¡No lo sé! Oh, Dios, qué vergüenza. — Puedo sentirme enrojecer mientras me pregunto si está mintiendo.
Él se ríe suavemente, inclinándose para besar mis labios.
—No lo estés. Fue adorable. ¿Hay alguna posibilidad de que me cuentes sobre tu sueño?
Llevo una mano a mi rostro, negando con la cabeza.
—¡No!
—Era sobre mí. — Sonríe con engreimiento—. ¿Qué tal si lo convierto en realidad?
Oh, mierda, sí.
