Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3


Capítulo 32

Abandonamos la cena y subimos la escalera hacia su desván, y él rápidamente me toma, lanzándome a la cama antes de subirse sobre mí. Captura mis labios mientras sus manos se deslizan por todos lados. Solo nos separamos para quitarnos la ropa, y entonces planta más besos en mi piel desnuda mientras mis manos se mueven por su cabello rebelde.

Mi cuerpo arde con necesidad.

Lo necesito.

Necesito que me tome y me haga suya.

—Por favor —jadeo cuando toma mi pezón en su boca, girando su lengua alrededor de la mejor manera—. Te necesito.

Él levanta la cabeza y tiene la sonrisa engreída más hermosa.

—¿Quieres que te folle, hermosa?

Asiento y tomo su rostro en mis manos.

—Te necesito dentro de mí. Ahora mismo.

Él se aparta, dejando caer su bóxer, y mis ojos se agrandan ante su tamaño. Santo cielo, se sentirá increíble. Comienzo a quitarme las bragas, y él rápidamente las retira por completo, separando mis piernas.

Desliza un dedo entre mis labios y sonríe.

—Estás mojada para mí. Dios, eres preciosa.

Gimo, aferrando las mantas mientras él hunde un dedo en mí y lo curva hacia arriba, enviando una ola de placer por mi cuerpo.

—P-Por favor, Edward.

—No tienes que rogar.

Rápidamente toma un condón de su cómoda, y entonces jala mi cuerpo hacia él, separando aún más mis piernas.

Es puro éxtasis cuando entra en mí. Es tan grande que hay una pizca de dolor, pero rápidamente desaparece cuando se mueve. Sus manos aferran mis caderas mientras acelera su ritmo, y suelto un grito de placer. Me corro con solo su polla, algo que nunca me ha pasado antes.

Es como si estuviera hecho para mi cuerpo, y me encanta cada segundo de ello. Jamás se ha sentido así. Esto es... jodidamente mágico.

—¡Dios! —grito mientras mi cuerpo tiembla con otro orgasmo.

Él sonríe.

—De hecho, es Edward.

No puedo evitar reír mientras sujeto las sábanas, y él acelera sus movimientos. Suena tan increíblemente sexy, diciéndome que me corra con él, y es imposible que mi cuerpo se resista. Cuando cae a mi lado en la cama, estoy sin aliento pero de la mejor manera.

Él cuidadosamente levanta mi espalda, deslizando una almohada debajo de mí cuando todo un poco. Acaricia mi mejilla, luciendo completamente apuesto con su cabello desenredado mientras me mira a los ojos.

—¿Estás bien?

Asiento, sonriendo.

—Más que bien. Eres increíble.

—Así como tú, hermosa. Me gustas así, desnuda y recién follada en mi cama.

No puedo evitar reír.

—Podría acostumbrarme a estar desnuda y recién follada en tu cama. No quiero irme.

Él mira su reloj, suspirando.

—Tampoco quiero que te vayas, pero ya casi es la hora.

Echo un vistazo al reloj y sé que tiene razón pero desearía poder quedarme así para siempre. Es una dicha. Pura y completa dicha.

Creo que podría enamorarme de esto.