Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3


Capítulo 34

Tengo muchos problemas para dormir, incluso con mi oxígeno puesto. Mi tos parece empeorar exponencialmente mientras las horas avanzan, y estoy sudorosa y fría. Al diablo Emmett por tener razón, pero creo que es solo un resfriado—al menos, eso espero. No estoy de humor para estar enferma y perderme el trabajo, pero supongo que no tengo mucho control sobre eso y le hago saber a la Sra. Sue en caso de que tenga que faltar. Ella me dice que me cuide y que no me preocupe por nada, pero me siento mal.

Alrededor de las cinco de la mañana, me doy por vencida con fingir dormir y bajo las escaleras hacia el sofá. Pongo un documental de crimen real que he estado queriendo ver, y toso y me sueno la nariz durante la siguiente hora hasta que Emmett me despierta.

—Mierda, Bells —dice, echándome un vistazo mientras toso más. Su ceño se frunce con preocupación—. Mira, eh… No digo que vas a terminar de vuelta en el hospital, pero puede que no sea mala idea tener un bolso preparado en caso de que eso suceda en algún punto, de nuevo, no es que vaya a suceder ahora, pero solo para estar seguros. Ya sabes, así Alice no tiene que revisar tus cajones y arruinar tu organización de nuevo.

Ella hizo un desastre con mis cosas la última vez, pero no me gusta la idea de empacar para el hospital. Pero eso no quiere decir que esté equivocado.

—Sí. —Suspiro, tomando un pañuelo y sonándome la nariz—. Creo que es solo un resfrío. Usualmente tengo uno a finales de octubre o principios de noviembre.

Él asiente mientras intento despreocupadamente medir mi temperatura al empujar mi cabello hacia atrás. Pero él es demasiado obvio para estar despreocupado.

—Sí, probablemente sea eso. Voy a salir a correr rápidamente, pero estaré listo para salir a las siete treinta. Descansaría un poco si fuera tú.

Sonrío suavemente, prometiéndole que lo intentaré antes de que se vaya. Pero es imposible.

—Mierda —gruño, colocando una almohada sobre mi rostro, y entonces intento gritar contra esta. Sin embargo, mi voz se quiebra, así que ni siquiera puedo hacer eso.

Hago lo que sugiere y meto ropa interior y shorts en un pequeño bolso. Tengo desodorante extra, una pequeña botella de champú y gel de ducha, así que meto estos también por si acaso. Cuando termine en el hospital de nuevo, al menos no estaré atascada con sus suministros.

Cuando Emmett llega a casa, me he puesto un par de pantalones de chándal y una sudadera pero no he encontrado la energía para hacer mucho más a parte de cepillar mis dientes. Luzco horrible, y temo que Edward me vea así—no que probablemente no haya lucido peor cuando usó el desfibrilador para llevar mi corazón a un ritmo normal.

—¿Lista, pequeña? —pregunta Em cuando baja las escaleras, recién duchado.

Asiento con la cabeza y levanto el bolso que he empacado.

—Mantén esto en tu coche —digo—. Por si acaso.

Él asiente tristemente, tomándolo antes de llevarme hacia el Porsche.

Al menos, tendré un paseo divertido.