Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3
Capítulo 44
—No quiero que termine el día. —Suspiro con tristeza.
Edward sostiene mi mano con más fuerza mientras conduce y la levanta, besándola suavemente.
—Tampoco quiero que termine, pero quizás, podamos hacerlo de nuevo pronto. Port Angeles quizás sea arriesgado, pero mientras que estés en casa antes que Emmett, probablemente podamos hacer algo.
—¿Prométeme que algún día no nos esconderemos?
Él asiente, dándole a mi mano un último apretón ya que vemos el coche de Emmett en la entrada.
—Al segundo que ese corazón se encuentre en tu pecho, le diré al mundo lo mucho que te quiero, al diablo las consecuencias.
Me preocupa qué tipo de consecuencias enfrentaremos. Emmett probablemente no estará feliz, pero si ve lo feliz que Edward me hace, sé que cambiará de parecer, aunque el hecho es que Edward podría enfrentar serias repercusiones. Él no podrá hacer mi seguimiento después de la operación, pero al menos, lo tendré a mi lado.
—Gracias por hoy —digo, sonriendo. Parte de mí quiere decir las palabras que siento, pero simplemente no puedo aún—. Emmett tiene el turno de noche este fin de semana, así que ¿quizás podamos pasar la noche juntos?
Él sonríe, asintiendo mientras apaga la camioneta.
—Eso me encantaría, hermosa. Deja que abra la puerta para ti.
Se baja y da la vuelta, ayudándome a bajar al mismo tiempo que la puerta de la entrada se abre, y Emmett sale. Con una última mirada, los dejo hablar y me dirijo al interior, yendo directamente a mi cuarto para alimentar a Hamilton.
Al menos, puedo ser honesta con mi gato.
Pronto, Emmett está arriba también, preguntándome cómo me sentí durante las citas de hoy y si estuve bien sin él.
—Por supuesto, te extrañé, pero Edward ayudó —digo, sentándome en la cama mientras él también lo hace—. Él fue realmente el único que habló de esto de manera que pueda entender, así que él tradujo todos los términos médicos como usualmente lo haces tú. Pero suficiente de mí. ¿Cómo estuvo tu día?
Él se encoge de hombros con una expresión triste.
—Perdí a uno pero salvé a otro. Estuvo agitado, considerando los seis coches que estuvieron involucrados con casi una docena de pacientes, así que definitivamente era necesitado. Le tendré que invitar una cerveza o dos en algún momento en agradecimiento.
—O podríamos invitarlo para Navidad —digo, esperando que él no encuentre la sugerencia extraña—. Él no va a volver a Chicago de nuevo, así que si no lo hacemos, estará solo.
Él sonríe, asintiendo.
—Es una idea increíble, Bells. Supongo que lo estamos sumando a nuestra familia improvisada, ¿o no?
De más formas de las que sabes.
—Creo que él simplemente encaja. Elegiste un buen amigo, hermano.
—Diablos, sí, lo hice. —Se ríe—. Ahora, vayamos a alimentarte. Hice una ensalada de pasta increíble. Hay que meterte carbohidratos.
Él pincha mi estómago, y casi lo golpeo mientras pongo los ojos en blanco.
—Maldito —mascullo, siguiéndolo mientras baja las escaleras.
—Mocosa.
Él jamás va a cambiar.
