Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3
Capítulo 46
Comenzamos solo acostándonos juntos frente a su chimenea. Cubre mi piel con besos, diciéndome lo hermosa que soy. Es dicha pura.
—Tengo un regalo para ti —dice, abrazándome mientras saca una pequeña caja de su bolsillo—. No es nada loco, pero lo vi y pensé en ti. Eres mi loca de los gatos perfecta, así que pensé que te gustaría.
Abro la caja, encontrando un anillo de plata con gemas en forma de gato y me río suavemente.
—Es tan yo. Y es absolutamente precioso. Realmente no necesitabas regalarme algo.
Él se encoge de hombros, deslizándolo en mi dedo anular derecho.
—Lo vi en una publicidad de Facebook y no pude contenerme. Sé que no puedes decirle a nadie de dónde lo conseguiste, pero aún así espero que puedas usarlo a veces.
Sonrío, viendo las gemas brillar por la luz del fuego.
—Simplemente diré que lo compré yo misma porque voy a usarlo mucho. Gracias, guapo.
Él me besa mientras su mano sostiene mi mejilla. Caigo contra su sofá y me pongo ansiosa, queriendo más. Lo empujo sobre su espalda y me subo a horcajadas, quitándome la camiseta mientras él sonríe.
—Tan jodidamente hermosa. —Sus manos se deslizan por mi pecho antes de ir a mi espalda y desabrochar mi sostén. Lo dejé caer, y él frota sus pulgares por mis pezones, provocando un estremecimiento por mi espalda. Él se sienta, llevando uno a sus labios, y casi me derrumbo en sus brazos.
—Más —ruego—. Necesito que me hagas tuya de nuevo.
Él mueve sus labios a mi cuello, y lo siento asentir.
—¿Aquí o arriba?
—Aquí.
No puedo esperar tanto.
Él termina de desvestirme rápidamente, y entonces le quito la camisa, deslizando mis manos por su hermoso pecho antes de besarlo de nuevo. No puedo tener suficiente. Él es como una maldita droga, y soy una completa adicta.
Él me acuesta gentilmente, trazando sus dedos por mi vientre hasta llegar al lugar entre mis piernas mientras sonríe con satisfacción.
—Mi chica ya está húmeda para mí.
Separa mis piernas y baja la cabeza, rodeando su lengua alrededor de mi clítoris.
—¡Oh, mierda! —grito, moviendo mis manos por su cabello mientras él usa su magia en mí.
Pronto tengo uno de los mejores orgasmos de mi vida, y quedo sin aliento, pero él no se encuentra satisfecho aún. Hunde dos dedos en mí, curvándolos hasta llegar al lugar que me lleva al éxtasis. Chillo y gimo por él, rogándole por más mientras vuelve a lamer mi clítoris.
Es un jodido dios.
Todo se disipa cuando me corro de nuevo, y otra vez me encuentro jadeante. Me da varios segundos para tranquilizarme antes de llevarme a su regazo. Me deslizo sobre su polla, y se siente como el cielo.
Hacerle el amor es un placer indescriptible, y lo hacemos dos veces antes de quedarnos dormidos en su cama. Él me abraza firme contra su pecho mientras nuestros ojos se cierran, y me sumo en un sueño maravilloso.
