Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.
Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3
Capítulo 50
Ir de compras con Alice es un poco agotador, pero lo pasamos bien. Ella me obliga a comprar prendas más lindas, las cuales nunca me hubiera comprado, pero creo que a Edward les gustará. Pero cuando es momento de ir a la tienda de lenceria, me separo de ellas y encuentro una tienda que vende uniformes médicos. Camino entre los gorros quirúrgicos y encuentro el perfecto para Edward. No es exactamente el mejor regalo, pero es algo. Guardo la bolsa en mi cartera, y entonces me reúno con las chicas para almorzar.
Alice coloca una pequeña bolsa sobre la mesa con una sonrisa.
—Este es para ti —dice.
Echo un vistazo y sacudo la cabeza, empujándola de vuelta hacia ella.
—Nop.
—Te dije que era raro —dice Rosalie, riendo—. Pero deberías aceptarlo, Bella. Quién sabe cuándo necesitarás algo sexy.
Estoy más roja que una maldita langosta mientras pongo los ojos en blanco.
—Las dos están dementes. Hay una razón por la que no entré allí. No lo necesito.
En verdad que no. Edward dice que soy la más hermosa desnuda en su cama, pero… el encaje negro es un poco bonito. La abro bajo la mesa y admiro el body. Puede que a él le guste.
—Va a terminar al fondo de mi gaveta, pero está bien —miento—. Aún así, es jodidamente raro que me compres esto, Alice.
Ella sonríe.
—Sí, bueno, soy rara.
Estoy a punto de concordar con ella cuando siento un aleteo en mi pecho. Mis ojos se agrandan, y aferro la mesa mientras sus actitudes cambian.
—¿Bella? —pregunta Rosalie—. ¿Estás bien?
El aleteo empeora, y sé lo que está a punto de suceder antes que suceda. La patada es horrible, y suelto un chillido, cayéndome de la silla mientras que manchas negras nublan mi visión. Mierda, mierda, mierda.
—¡Llama a una ambulancia! —dice Rosalie, arrodillándose a mi lado mientras recibo otra patada en el pecho, y mi visión empeora—. Quédate conmigo, Bella. Mírame y solo respira.
Hago todo lo posible para mantener mi mirada en ella, pero apenas puedo ver y respirar es difícil mientras el dolor permanece. Estoy jodidamente furiosa con mi corazón y completamente avergonzada ya que todos en el restaurante nos miran.
—Vas a estar bien, cariño —me dice mientras Alice habla con una operadora.
Mi corazón se acelera y el aleteo continúa. Va a suceder de nuevo, y no puedo soportar el dolor. Siento como si un elefante estuviera sentado sobre mi pecho. Esto es peor que esa vez en el hospital—mucho peor. No puedo respirar mientras ella intenta calmarme, y eventualmente mi visión se oscurece por completo.
