Disclaimer: los personajes de Twilight son propiedad de Stephenie Meyer. La autora de esta historia es anhanninen, yo solo traduzco con su permiso.


Disclaimer: The following story is not mine, it belongs to anhanninen. I'm only translating with her permission. Thank you, Ashley, for letting me share another one of your stories! :3


Capítulo 52

Soy llevada a un cuarto, y Alice y Rosalie se quedan conmigo hasta que Emmett y Edward están aquí, llegando en tiempo récord a Seattle. Ellas dicen que lamentan tener que irse, pero les digo que no se preocupen. Ambas tienen familias que las esperan, y Emmett promete que no se irá a ninguna parte, por lo cual me siento mal.

—Perdón por no llegar antes —dice Emmett, abrazándome tan fuerte que casi no puedo respirar—. ¿Sientes dolor? ¿Necesitas algo? Tomé tu bolso de emergencias y tu portátil. Esme va a alimentar a Hamilton por ti, así que no necesitas preocuparte por él.

—Estoy bien —digo, sintiéndome un poco mejor después de descansar—. ¿Puedes hacer que me transfieran a casa?

Edward niega con la cabeza.

—No, este es el mejor lugar para ti ahora mismo. Te voy a realizar el cateterismo en la mañana para revisar el daño en tu corazón. Me preocupa que en algún momento no será capaz de bombear apropiadamente, pero no creo que estemos allí aún.

Sé lo que eso quiere decir—un dispositivo de asistencia ventricular. Quiere decir fase final de insuficiencia cardíaca y la muerte si no consigo un corazón rápidamente. No estoy preparada para eso. No puedo contener las lágrimas que se forman cuando pienso en ello.

—Oye, todo estará bien —dice, secando mi lágrima mientras Emmett agacha la cabeza—. Como dije, no creo que estemos allí aún. Sabremos más mañana, pero por ahora, lo mejor que puedes hacer es descansar. Reservé un cuarto en un hotel cercano, pero me quedaré aquí tanto como quieras.

—Preferiría que todos vayamos a casa. Los dos tienen pacientes que cuidar.

Emmett sacude la cabeza.

—Eres la única paciente que importa ahora mismo. Lamento mucho que esto sucediera aquí, pero Edward tiene razón, es el mejor lugar para ti.

—Con suerte, podemos sacarte de aquí rápido. Ahora, ¿hay algo que podamos hacer por ti? Ya que haremos un cateterismo cardíaco, no puedes comer o beber después de la medianoche, pero imagino que estás un poco hambrienta.

No en verdad, pero me encojo de hombros, y Emmett comienza a nombrar los lugares de los que puede conseguirme algo, pero le digo que una ensalada César y una Coca Cola es todo lo que quiero.

—Entendido —dice—. Te quedarás con ella, ¿cierto, Edward?

Edward asiente, tomando asiento a mi lado.

—No me apartaré de su lado —promete.

Emmett besa mi frente, y entonces nos deja a solas. Hay silencio por unos instantes, pero lo rompo al pedir mi bolso.

—Te compré algo; es estúpido, en serio, pero creo que al menos será útil —digo, revolviendo y sacando el gorro quirúrgico—. Como dije, es estúpido.

Él sonríe, tomando el gorro con estampado de ritmos cardíacos en sus manos.

—Me encanta, hermosa. Gracias. Lo usaré mañana, solo para ti.

—Quizás sea de buena suerte.

Él asiente.

—Ya siento que lo es. Lamento mucho no haber estado aquí para ti cuando sucedió. Emmett y yo definitivamente sobrepasamos el límite de velocidad, pero si pudiera haber estado aquí antes lo hubiera estado. Estaba tan preocupado cuando el hospital me llamó, y entonces Alice lo hizo, dándome los detalles. Eso fue horrible para ti, pero gracias a Dios el desfibrilador te llevó a un ritmo normal.

—Bueno, dolió como el infierno. No sé si me desmayé por el dolor o por el desfibrilador, pero tenía tanto miedo. Todo en lo que podía pensar era que estaba dejando a todos, y no… no quiero hacer eso. No quiero lastimar a todos cuando me muera.

—No vas a morir.

—Pero podría —digo mientras mi labio tiembla—. Y voy a dejar una gran devastación. Emmett jamás será el mismo, y mis sobrinos…

—Shh —dice, sentándose al borde de la cama y jalándome hacia sus brazos—. No permitiré que te mueras. No te perderé, Bella. Dios, es el peor momento, pero te amo. Te amo tanto y no puedo vivir sin ti ahora, así que… sácate las ideas de muerte de la cabeza porque no va a suceder.

Mi cabeza se levanta cuando sus palabras se asimilan. Lo miro a los ojos y me doy cuenta que él está siendo honesto. Mierda, él no puede amarme. No puedo dejar a otra persona devastada.

—N-No deberías —susurro—. Amarme es… es peligroso.

Él seca mis lágrimas, sonriendo cuando se inclina para darme un suave beso.

—No puedo contener mis sentimientos, hermosa. Es imposible no amarte.

¿Le digo que también me he enamorado?