One-shot XIX: Sharing Hobbies.
A pesar de que eran hermanos con apenas un año de diferencia que habían creído juntos y casi habían tenido las mismas experiencias, no tenían mucho en común. Sus personalidades a medida que crecían se volvieron cada vez más opuestas, Reese era un mar de energía, asombro, belleza y carisma, era como un huracán que no podía detenerse, mientras que Malcolm permanecía introvertido y discreto, un poco más terco y melancólico que de costumbre. Como siempre, le gustaba pensar que él mismo era un enigma, además de que como cualquier adolescente, secretamente deseaba ser como los demás, sobre todo ser un poco más como su hermano.
Reese tenía sus propias ideas, su habilidad para cocinar y cuando era niño, tenía talento para ciertos deportes. Malcolm, en cambio, tenía su intelecto, su lectura interminable, sus palabras y vocabulario infinitos, sus propias teorías locas y más desafíos por resolver.
Pero si había algo que a ambos les gustaba y que podían decir que tenían en común, eran los cuentos, a ambos les encantaban los cuentos, ya fueran de su madre cuando eran niños y a veces les leía libros antes de dormir o las historias de terror de Francis en una de sus clásicas pijamadas antes de que naciera Dewey y ahora sus aventuras en "el Grotto" como un joven adulto con una vida hecha, incluso en cierto punto llegaron a escuchar algunas historias no aptas para todo público, todas esas historias que describían lugares increíbles e inexplorados y que se conformaban con solo imaginarlos.
Después de descubrir accidentalmente y sin quererlo que ambos estaban fascinados por el mismo programa de televisión, "Speed Racer" poco a poco encontraron interés al ver juntos las aventuras de esa serie anime de los años sesenta que a pesar de que habían pasado años desde que terminó, se seguía transmitiendo ocasionalmente en la mañana. Comenzaron a verla juntos luego de que Reese descubriera que a Malcolm también le gustaba esa serie, continuaron con esa tradición en la sala de su casa, luego cuando se mudaron juntos y al enterarse de que había estrenado una adaptación cinematográfica, ambos no perdieron la oportunidad de ir a verla en el cine comunitario al aire libre de su ciudad mientras visitaban a sus otros hermanos y padres. De hecho, no era la primera vez que iban a ese cine al aire libre a ver una película, no fueron solo porque querían ver la nueva película live-action de "Speed Racer" , podía ser una película independiente, una película romántica, una película de terror, películas experimentales y aún les gustaría pase lo que pase.
Es más, ese cine siempre estaría disponible cada vez que Malcolm y Reese quisieran ver una película, ese lugar tenía mucho significado para ellos porque fue allí donde se prometieron continuar con su tradición, al menos podían hacer lo que querían y no tenían interrupciones de su madre o sus hermanitos que merodeaban por la casa haciendo travesuras.
Ver películas es un hobbie que solo ellos compartían, a ambos les encantaba presenciar la historia que se proyectaba en la pantalla, comentaban la trama que les habían mostrado, sus impresiones e ideas, pero sobre todo lo que más disfrutaban era que, en cierto punto, cuando el sol terminaba de ocultarse para dar paso a la oscuridad de la noche, ambos hermanos aprovechaban que las demás personas a su alrededor estaban tan inmersas en lo que sucedía en la película y la calma que reinaba en el ambiente para poder escabullirse, cruzar la calle, subir al techo de una casa sin importarles que eso podría considerarse allanamiento y allí, bajo la tenue luz de la luna y las estrellas, aprovechaban para tener una acalorada pero prohibida sesión de besos oculta del resto del mundo.
