One-shot basado en los capítulos tres y cuatro del mini fanfic "Yesterday's News", y también contiene menciones ligeras a un conjunto de one-shots de otros fandom, pero ese no lo voy a mencionar, tendrán que adivinarlo ustedes mismos.


One-shot XXX: First time [+18]

La aventura romántica de Reese y Malcolm comenzó hace mucho tiempo, cuatro meses luego de que su hermano mayor, Francis, fuera enviado a la escuela militarizada.

Todo comenzó un día donde Reese y Malcolm estaban jugando basketball en el jardín trasero de la casa, últimamente Malcolm había descubierto que Reese había estado actuando extraño, bueno, más extraño de lo normal durante la última semana con respecto a ciertos comentarios que hacía, las miradas indiscretas y los toques indebidos. Malcolm no sabía que hacer, justo cuando estaba a punto de encestar, Reese logró detenerlo golpeándolo y haciéndolos caer. Malcolm quedó de espaldas en el suelo mirando a Reese quien estaba sentado a horcajadas sobre él, le preguntó que estaba haciendo a lo que Reese respondió que solo estaba jugando. Luego de forcejear un poco, Reese inmovilizó a Malcolm haciéndolo caer en cuenta de que su hermano mayor tenía una erección y él también, se miraron a los ojos los cuales destellaban lujuria pero ninguno de ellos dijo nada, Reese movió las caderas descaradamente haciendo gemir a Malcolm. No se movió hasta ver que su hermano se había corrido en sus pantalones, después, Reese se levantó y se fue dejando solo a un Malcolm completamente atónito.

Tres días después de ese incidente, mientras Malcolm se estaba bañando, Reese entró repentinamente a la ducha y antes de que Malcolm pudiera decir algo, sintió cómo Reese lo acorralaba contra la pared más cercana, comenzó a masturbarlo y Malcolm no pudo hacer otra cosa que dejarse llevar, una vez que llegó a su límite, Reese salió de la misma manera que lo hizo hace tres días: sin decir palabra alguna.

Pasaron un par de días de aquel encuentro tan íntimo, Dewey, Reese y Malcolm estaban sentado en el sofá de la sala viendo la televisión hasta que Dewey tuvo que levantarse para ir al baño dejando a sus dos hermanos mayores a solas por unos minutos, en eso, Malcolm sintió como Reese lo tomó por el cuello de su camisa atrayéndolo hacia él y sin posibilidad de reaccionar, lo besó, ese probablemente podría considerarse su primer beso, incluso si no era el lugar más apropiado para hacerlo, lo importante era que estaban juntos, por desgracia, ese momento tampoco duró mucho, Reese se separó rápidamente de su hermano menor en cuanto Dewey salió del baño y volvió de nuevo a la sala para seguir viendo la televisión con ellos.

A partir de entonces, su relación fraternal dio un giro radical y fue a partir de ese primer beso que comenzaron a verse de otra manera; si, rara vez se portaban civilizadamente cuando había alguien cerca, pero cuando nadie los veía o no les prestaban atención, se tomaban su tiempo para tener pequeñas sesiones de besos, tomarse de las manos debajo de la mesa a la hora de cenar y también había muchas noches en las que Malcolm se colaba en la cama de Reese para pasar un tranquilo rato a solas.

Y es que… ¿Cómo podían dejar de hacer algo a lo que ya se habían vuelto adictos? Cada toque, cada suspiro, cada palabra, cada beso se hacían cada vez más y más intensos hasta que ambos terminaron llevando las cosas a un nivel mucho mayor.

La primera vez que tuvieron sexo, o siendo más específicos, la primera vez que hicieron el amor fue una tormentosa noche de sábado, Dewey por alguna razón fue invitado a pasar la noche en casa de un amigo, Francis no se encontraba cerca, y Hal y Lois acababan de irse a dormir tras estar en sus turnos adicionales en sus trabajos, lo que dejó a Reese y Malcolm con la habitación para ellos solos y hacer lo que ellos quisieran. Sus cuerpos ardían de deseo, durante semanas ambos trataron de contener sus impulsos pero una vez dado ese gran paso no había vuelta atrás, nunca más la habría y aunque no les afectaba en lo más mínimo, lo que estaban a punto de hacer parecía tan surrealista, como si hubiera sido sacado de un sueño o como si alguna de sus fantasías más íntimas estuviera a punto de hacerse realidad esa misma noche.

Las manos de Reese comenzaron a vagar por el cuerpo de Malcolm mientras intentaba besarlo, Malcolm a su vez intentaba devolver el beso, el toque de sus lenguas calientes y húmedas nublaban con endorfinas cada uno de sus sentidos, después de que se separaron para tomar un poco de aire, Reese los volteó de forma que Malcolm estuviera de espaldas contra la puerta de la habitación la cual estaba bloqueada con una silla colocada debajo del pomo, usó una mano para ahuecar la mandíbula de su hermano menor y la otra para sujetar firmemente su trasero, lo que hizo que Malcolm jadeara.

-Deberíamos tomarlo con calma ¿no lo crees?-sugirió Reese-supongo que vamos a estar solos por un rato, así que tenemos suficiente tiempo para hacerlo-

Malcolm parpadeó.

-Probablemente no-respondió dejando que Reese besara su cuello añadiendo demasiadas mordidas en su camino. Reese frotó su erección contra las caderas de Malcolm mientras colaba su mano dentro de sus pantalones.

-Mala idea, mala idea ¡mala idea!-gritó su lado más sensato.

-Reese, no-Malcolm reaccionó empujando a Reese.

-¿Qué estás haciendo?

-Cambie de opinión-dijo Malcolm-es una mala idea-quitó la silla debajo del pomo y abrió la puerta de la habitación en un intento por salir pero Reese se lo impidió-Reese…-

-¿Por qué estás haciendo esto? ¿por qué cambiaste de opinión y de repente dijiste que esto es una mala idea?-preguntó Reese, se veía molesto.

-Porque… bueno ¡porque nunca antes habíamos llegado a este punto!-respondió Malcolm, no sabía como decirlo, era un tema delicado, debió haber sabido que algo así sucedería, habían estado tonteando con el tema del sexo durante semanas, ambos estaban conscientes de que aquello era una terrible idea porque solo iba a lograr que su ya compleja relación fuera más confusa y difícil si agregaban sexo a la ecuación, Reese no era estúpido en absoluto, lo sabía, pero cada vez era más difícil detenerlo que al final Malcolm no quería dejar las cosas así. Aún así, esta iba a ser la primera vez que se daban una muestra de afecto tan grande como lo era hacer el amor y… Dios, Reese podía ser tan resuelto cuando quería, es más, si le hubiera dado a Malcolm esa clase de mirada antes, probablemente lo habría llevado a la cama hace semanas-es más, estaba pensando que no hemos hecho nada en mucho tiempo…-

-Oh, cierto, no, tienes toda la razón-Reese asintió con la cabeza-es una mala idea-

-Una muy mala-señaló Malcolm.

-No deberíamos hacer esto, quiero decir ¿en qué estábamos pensando? vamos a lamentar esto por la mañana.

-Bien.

-Bien-concluyó Reese-es bueno que estemos de acuerdo ¿no?-

-Definitivamente-dijo Malcolm, se miraron el uno al otro, hubo una pausa de tres segundos y luego, Malcolm dejó que Reese lo bese de nuevo, haciendo que su cabeza de vueltas. Pero aparte de eso, aquel beso fue diferente, era uno que no habían compartido en mucho tiempo, un tipo de beso que no solo hacía que la cabeza de Malcolm diera vueltas sino que también le ponía la piel de gallina, aquel beso era apasionado y profundo, Malcolm dejó caer su cabeza contra la puerta de la habitación mientras correspondía, relajándose por primera ver desde que comenzó su loca y enfermiza relación. Después de eso, comenzaron a arrancarse la ropa como si fuera de lo más normal, Reese le quitó los pantalones a Malcolm y los dejó caer al suelo, sintiendo su erección a través de sus bóxers, sin siquiera pensarlo, Reese masajeó su pene por encima de sus bóxers y presionó besos en su estómago-Reese~-gimió el menor al ver como su hermano mayor se bajaba los bóxers.

-Tengo tantas ganas de follarte-dijo Reese antes de bajarse los pantalones y los bóxers, los apartó a un lado, exponiéndose por completo-pero primero…-sabía que Malcolm deseaba tanto que lo follaran, pero no lo haría, no todavía-di que eres mío-Malcolm estaba demasiado ocupado haciendo que su cerebro volviera a funcionar pero con cada minuto que pasaba dentro de la habitación se le estaba volviendo difícil-¡DILO!-gritó-di que eres mío-apretó la base del pene de Malcolm.

-Soy tuyo… Reese…-jadeó Malcolm-solo tuyo-

-Bien-dijo Reese sonriendo triunfalmente, movió sus caderas ligeramente haciendo que la espalda baja de Malcolm golpeara la puerta de la habitación repetidamente. Luego tomó las caderas de su hermano menor alejándolo de la puerta bloqueada solo para estamparlo contra el escritorio. Apartó los pies de Malcolm antes de posicionar sus caderas más profundamente entre sus piernas. La respiración de Malcolm se tornó agitada porque podía sentir lo duro que estaba su hermano mayor, Reese lo besó rápidamente, después empujó a Malcolm para que se sentara en el escritorio, se acomodó entre sus piernas asegurándose de que pudiera sentir lo duro que estaba antes de caer de rodillas.

-Apresúrate-le instó Malcolm, estaba ardiendo y era como si una chispa dentro de él se hubiera reavivado, deseaba tanto a Reese.

-Oye, ten paciencia, cariño ¿cuál es la prisa? tenemos toda la noche para hacerlo-dijo Reese entre risas mientras frotaba la abertura en la punta de su miembro con el pulgar, sabía lo que Malcolm quería y Malcolm sabía que Reese lo sabía porque tenía una sonrisa arrogante y sexy en su rostro. Apartó las rodillas de Malcolm para abrir aún más las piernas, haciendo que el menor quedara sumido entre la vergüenza y la excitación ante aquella exhibición desenfrenada. El miembro de Malcolm ya estaba duro y comenzó a formar gotas de líquido preseminal. Reese no perdió el tiempo, lo sujetó y lamió la pequeña cantidad de líquido, Malcolm siseó y trató de aferrar sus manos al borde del escritorio pero terminó clavando una de sus palmas en el juguete Mighty Man de Dewey el cual arrojó a un lado sin preocuparse por el ruido que hacía el plástico al caer contra el suelo de la habitación. Reese envolvió el miembro de su hermano menor con su mano por un momento antes de detenerse a sujetarlo por la base y succionar la punta, lamiendo todo el líquido preseminal que desbordaba de ésta, luego movió su lengua a lo largo del eje hasta que se encontró con su puño que aún sostenía la erección. Dejó que Malcolm se irguiera en el escritorio hasta que su pene erecto tocó la parte posterior de su garganta, luchó lo mejor que pudo para introducir su pene con más profundidad en la boca de Reese, pero Reese se apartó y se puso de pie, dándole un fuerte jalón al miembro de su hermano-no voy a dejar que te corras tan fácil-se burló. Antes de que Malcolm pudiera responder pudo sentir las yemas de los dedos de Reese rozando su estómago e inhaló con fuerza al tocarlo, Reese volvió a inclinarse y lo besó en el cuello distrayéndolo de sus manos errantes hasta que sintió que tomaba su miembro suavemente y comenzó a masturbarlo lentamente, subiendo sus besos a lo largo de su cuello para luego besarlo una vez más en los labios-tócame… tú también…-pronunció.

Un poco dudoso, Malcolm vio a Reese pausar sus movimientos para tomar su mano y guiarla hacia su pene que estaba completamente duro desde hacía un buen rato, luego reanudó sus caricias en el miembro de su hermano menor.

Malcolm hizo todo lo posible para seguir el ritmo de su hermano pero éste movió su mano más rápido para dejar de usarla por completo.

-¿Eh?-eso fue lo único que Malcolm pudo pronunciar hasta que se dio cuenta de lo que estaba pasando-¿qué pasó? ¿por qué te detuvis…?-no pudo terminar su pregunta porque Reese metió dos dedos en su boca. Malcolm lo miro con una expresión que demostraba que no entendía lo que su hermano mayor quería que hiciera con ellos.

-Lámelos-instruyó Reese. Malcolm entendió el mensaje, comenzó a lamer esos dedos hasta que estuvieron completamente húmedos y cubiertos con su saliva, luego los sacó de su boca guiándolos hacia su entrada. Reese se impacientó por lo lento que su hermano menor estaba tomando las cosas que introdujo los dedos ya lubricados sin dar advertencia previa. Malcolm saltó ante la intrusión clavando apenas sus uñas en la espalda de Reese, reprimiendo cualquier quejido de incomodidad-trata de relajarte-Malcolm hizo lo que dijo y abrazó a su hermano mientras colocaba sus piernas alrededor de su cintura para darle más acceso-¿estás bien? ¿quieres que me detenga?-Malcolm negó con la cabeza aun cerrando los ojos-está bien, tócate para distraerte mientras hago esto-Malcolm obedeció pero no podía concentrarse, todo lo que podía sentir eran los dedos moviéndose dentro de él mientras Reese le daba besos descuidados en su hombro y cuello antes de sujetar a su hermano por el cabello con su mano libre, jalando su cabeza hacia atrás desde la extensión de su cuello para introducir su lengua dentro de su boca. El lubricante hizo que el interior de Malcolm se sintiera como si estuviera en llamas, se estremeció ante tan abrumadora sensación pero en el fondo sabía que quería algo más que sentir los dedos de Reese entrando y saliendo de él. Tan pronto como sintió que su entrada estaba completamente dilatada y estirada, Reese quitó los dedos y esparció lubricante sobre su erección-¿listo?-preguntó jadeando mientras se masturbaba rápidamente.

Malcolm asintió tartamudeando sobre sus palabras, las cuales sonaban más como un acuerdo incoherente. Reese lo besó por última vez y en poco tiempo, su firme erección goteaba líquido preseminal apuntando hacia el más que húmedo y dilatado anillo de músculos de su hermano menor, presionando suavemente hacia adentro. Fue como una descarga eléctrica recorriendo sus cuerpos cuando finalmente se unieron, los ojos de Malcolm se humedecieron por las lágrimas y la posición en la que lo colocaron no ayudaba mucho haciendo que su interior se tensara increíblemente, Reese gimió mientras luchaba contra la resistencia que su hermano ejercía en él.

Malcolm no era capaz de tomar suficiente aire, el sentir a Reese estrechándolo para abrirlo estaba calmando el ardor que le provocaba el lubricante, pero solo lo hacía desear más, sentía que su cuerpo tenía fiebre y la única solución era que Reese se la quitara follándolo.

Envolvió sus piernas alrededor de su cintura acercándolo más, hubo un gruñido ansioso por parte de ambos, un gemido ahogado que repetía sus nombres. Aferró sus manos a la espalda de Reese una vez más, clavando sus uñas en su piel en un intento porque Reese lo follara más fuerte y rápido. Reese estaba embistiendo a Malcolm tan rápido como sus caderas lo permitían, su pene entraba y salía en movimientos profundos que hacían que el menor emitiera más y más de esos deliciosos gemidos.

-Mmm… Reese… ¡Reese~!-gimió Malcolm aferrando sus piernas con fuerza alrededor de la cintura de su hermano.

-Amo cuando dices mi nombre de esa forma-comentó Reese deteniendo sus movimientos, Malcolm echó la cabeza hacia atrás sintiendo como su hermano lascivamente pasaba la lengua por su cuello hasta su oído dándole un par de mordidas sin romper el contacto visual y enviando escalofríos por toda su columna vertebral, luego se apartó para susurrar-dilo otra vez-

Habiendo dicho eso, deslizó su miembro fuera de la entrada de Malcolm, luego se movió más abajo y tomó la parte posterior de sus muslos levantándolos para que el menor quedara completamente expuesto.

-Reese… ngh… Reese, espera-pronunció Malcolm entre gemidos, se sentía avergonzado de estar así.

-¿Qué?

-Tal vez… tal vez deberíamos tratar de hacerlo de forma diferente…

-¿Estilo perrito?-preguntó Reese, Malcolm simplemente asintió, quitó su erección de la entrada de Malcolm, retrocedió y espero hasta que se levantó del escritorio y asumió la posición dándose la vuelta, se apoyó de espaldas al rostro de su hermano con la mitad de su cuerpo contra el escritorio.

Para ese punto, el trasero de Malcolm se encontraba posicionado en el aire de forma que Reese lo mirara completamente mientras su rostro estaba presionado contra la dura madera. Malcolm gimió cuando sintió que Reese presionó la punta de su miembro entre su trasero, luego lo introdujo una vez más y momentáneamente, Malcolm olvidó como respirar, lentamente Reese entraba y salía a un ritmo punible, sujetando el trasero de su hermano menor con sus manos. Malcolm no pudo evitar querer sentir más a Reese.

-Por favor… por favor-suplicó; sin embargo, no estaba lo suficientemente seguro de que era lo que estaba pidiendo. m

-Por favor ¿qué?-preguntó Reese incapaz de entender a qué se refería.

-Más… quiero más, Reese. Por favor~

Nuevamente en un arranque de emoción al escucharlo suplicar así, Reese atacó el cuello de su hermano menor, succionándolo y besándolo hasta dejarle marcas, no tardo en dejarle una en la curvatura de su hombro, apretando nuevamente su trasero mientras se movía dentro de él, Malcolm se encontró gimiendo el nombre de Reese una y otra vez, luego cambiaron de posición y se auto penetró a sí mismo sobre Reese más rápido y profundo en un intento de alcanzar el orgasmo.

Los labios de Reese se posaron sobre la clavícula de Malcolm, enviando escalofríos por toda su espina dorsal.

-Joder… Malcolm-murmuró Reese mientras seguía embistiéndolo. Nunca maldecía a menos que se corriera o estuviera cerca de correrse.

Puede que las cosas hayan cambiado mucho entre ellos desde la última vez pero ese momento era de ellos y de nadie más, sin importar a cuantas chicas hubieran conocido, cuantas habían besado o a cuantas habían entregado sus sentimientos para finalmente terminar en los brazos del otro como lo habían imaginado mientras se sentían invadidos de una inmensa culpa.

Malcolm se mordió el labio inferior conteniendo la respiración y haciendo todo lo posible para no correrse tan pronto, porque con solo escuchar la respiración de su hermano, sus gemidos y el hacer todo lo posible para monitorear las acciones de Reese, se sintió como si estuviera al borde de sus sentidos y tan travieso como solo Reese podía serlo, quitó su pene aún erecto del interior de su hermano mientras le daba la vuelta y lo volvía a acostar boca arriba sobre aquel escritorio de madera.

-¿Qué estás haciendo?

-Cambié de opinión. Quiero hacerlo así, quiero verte.

-Está bien-respondió Malcolm dejando que Reese se posicionara entre sus piernas una vez más, deslizó su pene dentro de Malcolm, el cual entró con facilidad.

-Fue más sencillo de lo que pensaba-afirmó Reese inclinándose sobre su hermano menor, por lo que sus pechos estaban presionados juntos. Malcolm se apoyó en la delgada figura de Reese, jadeó mientras movía sus caderas incitándolo a continuar, no perdió un segundo y comenzó a follar a su hermano con movimientos bruscos, golpeando su próstata cada vez que entraba y salía de él.

Después de un rato, sus gemidos y el sonido de las caderas de Reese chocando contra el trasero de Malcolm eran los únicos sonidos en la casa, aparte de la respiración de Hal y los suaves ronquidos de Lois que venían de la habitación contigua cruzando el baño, Malcolm podía sentir su corazón latir rápido y su visión se volvió borrosa, se inclinó hacia arriba, acercó a Reese a él envolviendo con un brazo su cuello y lo besó, lamiendo su boca con fervor. Reese correspondió al beso tan desesperadamente como lo hizo Malcolm, golpeando sus caderas contra él en un ritmo fácil. Echó la cabeza hacia atrás, rompiendo tan maravilloso beso, cerró los ojos y comenzó a mover las caderas aún más fuerte. Malcolm se apoyó tratando de abrir sus piernas lo más que podía alrededor de Reese mientras colocaba sus brazos debajo de él para sujetar sus hombros y acercarlo, podía sentir las gotas de sudor deslizarse por su frente, el pene de su hermano mayor entrando y saliendo, sintiéndose finalmente lleno, excitado por cada caricia brindada a su cuerpo y cada apretón en su trasero.

-Reese… Reese… ahh, yo… te amo-murmuró Malcolm entre jadeos.

-Yo también te amo, Malcolm-respondió Reese.

-Hace calor… se siente tan caliente-agregó-por favor, no pares-

-¿Ah sí? no sabía que eras tan perra, Malcolm. Bueno, quiero decir, supongo que lo eres-se burló Reese mientras reanudaba sus embestidas dentro de Malcolm haciéndolo gritar. Luego se inclinó y comenzó a masturbarlo rápidamente con movimientos acalorados, acorde al ritmo de sus embestidas.

-Date prisa-protestó Malcolm sintiendo que su orgasmo comenzaba a acumularse una vez más.

-¿Te vas a correr?-le preguntó Reese a su hermano menor, él asintió sin importarle si lo tomó desprevenido o no-no, quiero verte-

-¿Quieres verme… nngh… qué?

-Correrte.

-No, quiero…-Malcolm no pudo terminar su oración debido a que otro gemido salió de su garganta luego de que Reese apretara la base de su pene, evitando que se acercara a su orgasmo-¡Reese! eso duele-

-Por favor, hazlo por mi-rogó Reese mientras besaba su cuello una vez más.

-Está bien, pero apresúrate-el menor se estaba impacientando y todo este cambio de posiciones no estaba ayudando mucho. Una vez más, Reese sacó su erección de la entrada de Malcolm y cambió de posición, esta vez Reese quedó encima del escritorio mientras que Malcolm lo montaba a horcajadas-no me gusta así-

-No mientas, sé que siempre quisiste que te follaran así-dijo Reese, sujetó las caderas de su hermano y nuevamente introdujo su pene dentro de él. Malcolm se sostuvo colocando sus manos sobre su pecho mientras Reese frotaba sus caderas contra su erección-fóllate sobre mi-instó. Malcolm obedeció y comenzó a subir y bajar sobre Reese mientras tomaba su miembro para masturbarlo. Estaba tan cerca del límite que no le importaba que hubiera un lápiz en el escritorio clavándose en su muslo, en lo único que podía concentrarse era en la sensación del miembro de Reese deslizándose dentro y fuera de él y cómo calmaba y provocaba una sensación de ardor en su entrepierna-joder, joder, Malcolm. Me vengo-

-Yo también me voy a… ¡nngh!-sollozó Malcolm mientras se inclinaba hacia adelante y envolvía sus brazos alrededor del cuello de su hermano mayor.

Reese lo besó con fuerza y hubo un último grito ahogado cuando ambos alcanzaron el orgasmo, Reese apegó las caderas de Malcolm contra su cuerpo sintiendo una cálida sensación recorrerlo mientras éste sentía cada palpitación y la cálida esencia de su hermano liberarse dentro de él, lo bajó del escritorio para recostarse en su cama y antes de que Malcolm pudiera decir algo más, Reese lo sujetó nuevamente por la cintura y lo abrazó fuertemente hasta que no pudo moverse. Luego hubo silencio, más besos, suspiros y cansancio.

Había muchos secretos en la vida de Reese y Malcolm Wilkerson, quizás el mayor de todos era el que compartían a espaldas de los demás, frente a todos, siempre aparentaban ser esos hermanos que se llevaban mal y peleaban a muerte, lo que en parte así era, pero lo más preocupante de todo en la mente del otro era que aún rondaban los miedos sociales, cuanto habían disfrutado hacer el amor, haber roto esa barrera que separaba su hermandad y su romance. El silencio en la habitación seguía vigente, lo único que se escuchaba era su respiración y cuando finalmente giraron la cabeza para mirarse, entendieron que su encuentro no acabaría, al menos no por ahora, no por esa noche.

Reese tomó una manta para cubrirlos a ambos, luego abrazó a Malcolm una vez más por la cintura y se besaron, perdiéndose nuevamente en las caricias y cuerpo del otro.