Hola:

Dejo el capítulo veintisiete, donde veremos una escena cotidiana del entrenamiento de Tenma por parte de Dohko.


Atención: Todos los personajes de Saint Seiya y Saint Seiya: The Lost Canvas, pertenecen a Masami Kurumada y Shiori Teshirogi respectivamente. La historia es de mi autoría personal, la cual solamente escribí por diversión.


Día 27: Origami

Dohko, Tenma.

Canon intermedio, maestro, paciencia.

Tenma había comenzado su entrenamiento en el Santuario hace dos meses, bajo la tutela de Dohko. El santo dorado vio mucho potencial en el chico, así que se esmeraba en ensañarle las bases de dicha preparación para convertirlo en un guerrero. Sin embargo, el joven todavía no se habituaba a las exigencias físicas.

—¡Vamos Tenma, tienes que hacerlo! — dijo el santo de Libra.

Su discípulo permanecía tirado de espaldas en el suelo, tratando de levantarse después de haber hecho cincuenta sentadillas. Estaba sudando y respirando agitadamente, casi con la lengua de fuera.

—¡Ya no puedo Dohko!, me duelen las pantorrillas y creo que me dará un calambre— se quejó.

—Es necesario que hagas estos ejercicios, debes fortalecer tu cuerpo— explicó el hombre, extendiendo la mano para ayudarlo a levantarse.

—Lo sé, pero ya no puedo continuar, deja que tome un descanso, por favor— Tenma quedó de pie, pero los muslos le temblaban de forma notoria. —¿Acaso no hay otro ejercicio que pueda realizar sin tener que hacer tanto esfuerzo físico? —

Dohko levantó una ceja y luego sonrió divertido.

—Así que quieres otro tipo de entrenamiento, bien, te pondré otro, pero hay una condición. —

—¿Cuál es? —

—Si no completas la actividad que voy a darte, no comes— sentenció el santo dorado. —No se trata de algo físico, sino mental, así que piénsalo bien. —

El joven hizo un gesto de meditación. No creía que ese entrenamiento fuera tan difícil, es decir, él tenía un pensamiento muy ágil, así que podría realizarlo.

—Acepto. —

Poco después, en la cabaña asignada a Tenma.

—Esto se llama origami— habló Dohko, poniendo sobre la mesa tres figuras hechas con pergamino. —Es el arte de doblar papel para crear algo nuevo. —

—Vaya, que interesante, no sabía que se podía hacer esto con una hoja— el chico examinó las piezas con cuidado.

Estas eran, un barquito, una grulla y un dragón. Cada una con diferente grado de dificultad en su plegado.

—Tu nuevo entrenamiento será reproducir estas mismas figuras con esto— le entregó varias hojas sueltas de papiro. —Tienes que comenzar por el barco, la figura más sencilla, luego la grulla y finalmente, el dragón. —

—No parece tan difícil, ¿Puedo desdoblarlas? —

—Tendrás que hacerlo, pero ojo, debes tener cuidado de no perder las líneas de plegado y adivinar en que orden van, para que puedas hacer tu propia figura— explicó el guardián de Libra.

—¡Lo haré! — aseguró el adolescente.

Cinco horas después.

El ejercicio de origami no había resultado tan simple como Tenma creyó.

—¡Por fin lo conseguí! —dijo emocionado, colocando la grulla terminada sobre la mesa. —¡Pero ya tengo hambre! —

Al principio, reproducir los dobleces del barquito solamente le tomó una hora, pues no eran muchos. Sin embargo, con la grulla no fue lo mismo, ya que las líneas de plegado eran muchas más. El chico ni siquiera deseaba examinar el dragón, cuya complejidad era evidente a simple vista. Si lo intentaba, se quedaría sin comer ese día.

—Te lo dije Tenma, no comes si no terminas la actividad— Dohko se asomó desde la puerta del patio.

Su discípulo dejó caer la cabeza sobre la mesa, resoplando con frustración. Ahora ya no le parecían tan difíciles los entrenamientos físicos.


Continuará...

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