Capitulo 2
Una semana. Ha pasado exactamente una semana desde el incidente en el bus. Sin embargo, nadie le ha prestado atención, las noticias han dicho que se trataba de una revolución, ja, revolución de una sola persona, y que por eso los guardias han tenido que quitarle la vida.
Por otro lado, las clases han ido como siempre y mi vida es tan miserable como de costumbre. Sin embargo, Inuyasha, quien ya me ignoraba, ha empezado a odiarme, o al menos eso es lo que siento cada vez que me mira. Antes por lo menos sentía su mirada llena de curiosidad, sin embargo, después del pequeño acercamiento en el bus ha decidido pasar de mi e incluso odiarme, no lo sé.
-¿Alguien podría por favor recoger todos los exámenes y llevarlos a mi despacho?
-Kagome y yo podemos hacerlo profesor
-Perfecto, muchas gracias
No se si fue el hecho de que justo estaba pensando en él, o el escuchar a mi nombre salir de sus labios lo que me dejaron muda. No pude objetar cuando claramente había dicho que entre los dos recogeremos los exámenes y que los llevaríamos a la sala de profesores. Ahora solo podía preguntarme qué estaba pasando. Por qué Inuyasha había dicho lo que dijo, más aún cuando nuestra relación estaba peor que nunca.
Una vez solos, me levanté y comencé a recoger examen por examen, pupitre por pupitre. El solo me observaba mientras iba de un lado a otro recogiendo los papeles.
-Queria confirmar algo y ya lo he hecho. Al parecer la gran Kagome Thompson no me soporta.
-No se de que estás hablando. – realmente no lo sabía ¿Qué no lo soportaba? Me encantaba, aunque debía negarlo incluso a mi misma.
-Al principio, pensé que eras alguien tímida a la cual no le gustaba tratar con sus compañeros, pero luego te he visto con Melo y el resto de los alumnos. No es que no puedas hacer amigos, es que no quieres, en especial si se trata de mí.
Caminó lentamente hacia donde me encontraba y los nervios se apoderaron de mi cuerpo. No hablaba, no me movía, ¿si quiera estaba respirando?
-No te preocupes Liv, no pienso acercarme mucho más de lo debido – me recorrió con su mirada la cual termino posada en el anillo de compromiso que se encontraba en mi mano derecha, grande, impresionante. Frunció el ceño y en un abrir y cerrar de ojos me había arrebatado los exámenes.
-Yo los entrego. – Tan pronto como hablo se fue, dejando como único testigo el impresionante aroma de su perfume impregnado en mis fosas nasales.
Me ha dicho que le odio, que yo le odio, si tan solo supiera. El timbre de mi celular comenzó a sonar, el título "prometido" como el mismo se había guardado retumbo en mi cabeza tranyendome de vuelta a la realidad. No hizo falta que saludara al contestar pues la voz de Harold inundó el micrófono en el mismo instante en que la llamada se comunicó
-Kag, está noche se celebrará mi ascenso, espero que no lo hayas olvidado. Tu padre ha insistido en que la reunión se haga en tu casa por lo que no tendré que recogerte. Necesito que te prepares lo más hermosa posible. Ah por cierto, recogete el cabello, he visto que está mañana lo llevabas suelto, cuántas veces tengo que decirte que una señorita con clase debe peinarse de acuerdo a su título. En fin, te veo a las 8.
Y sin más, colgó. Así eran nuestras llamadas, nuestras conversaciones, nuestros encuentros. Honestamente, me alegraba que así fuera, no lo soportaba, incluso a veces se asustaba. Si así era nuestro compromiso no quería ni imaginarme cómo sería la vida de casados.
Recogí mi bolso y observé el reloj, 6pm, tenía dos horas para prepararme. Tome el teléfono y llamé a Melo, lo más probable es que su familia estuviera invitada a tan grande evento por lo que podíamos prepararnos juntas.
Quedamos de vernos en mi casa y sin más tome rumbo directo a ella.
CONTINUARÁ…
