N/A: Último capítulo.

De nuevo quiero agradecer a quienes me acompañaron durante esta historia y pues espero leernos pronto de nuevo n_n muchas gracias!


Athena despertó en su habitación esa mañana, se sentía extraña, un poco desubicada. No entendía por qué, pero sentía como si no hubiese descansado lo suficiente.

Se levantó de la cama y fue sorprendida por una llamada de Kyo. Tomó su teléfono celular y decidió atender la llamada.

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–¿Si? – contestó ligeramente adormilada.

–Athena, ¿no vendrás a clases? – respondió Kyo del otro lado.

La joven se estiró y soltó un pequeño bostezo.

–Por supuesto que sí, ¿qué hora es? – preguntó extrañada mientras se aproximaba a su reloj de mesa y veía la hora.

El reloj señalaba las 7:45, ya debería estar en la escuela a esa hora.

–¡Ah!, es tarde – comentó Athena al ver la hora y colocó el celular entre su oreja y su hombro mientras empezaba a quitarse el short se su pijama para empezar a arreglarse –me apresuraré para llegar a tiempo Kyo, nos vemos.

–Está bien, ten cuidado Athena, te espero.

Los dos terminaron la llamada y Athena empezó a ponerse rápidamente su uniforme. Cepilló su cabello hasta dejarlo en orden y tomó apresuradamente su bolso con los libros dentro. Una vez todo listo salió casi corriendo en dirección a la escuela.

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Escuela preparatoria Ototachibana:

Athena entró casi corriendo por el portón de la escuela, por poco se le hacía tarde, pero afortunadamente había conseguido llegar a tiempo.

Al entrar saludó con un abrazo a Kyo y a Yuki, quienes la esperaban afuera.

–Uy, pensé que no llegabas amiga – comentó la castaña riendo divertida.

–¡Yo también!, si no es por Kyo que me llamó tal vez hubiera llegado tarde –sonrió apenada al mismo tiempo que los tres empezaban a caminar.

Kyo no había comentado nada aún, pues tenía su mirada centrada en la pulsera que Athena llevaba en su muñeca. Nunca antes se la había visto.

Una vez entraron a su salón se sentaron cada quien en su lugar, sus bancas estaban juntas.

Kyo sujetó el brazo de Athena para poder mirar más de cerca esa pulsera que llevaba puesta.

–¿Y esto? – preguntó Kyo con curiosidad.

Athena miró la pulsera y le pareció extraño, ni ella misma recordaba dónde la había conseguido, pero al mismo tiempo sentía como si la hubiera tenido desde siempre.

–¿Uh?, ¿que tiene mi pulsera? – miró a Kyo con cara de confusión.

–¿Cómo que que tiene?, nunca te la había visto…

Mientras ellos hablaban, Yuki también prestaba mucha atención a ese pequeño accesorio, era una pulsera muy bonita y lucía costosa, de un material parecido a la plata o al oro blanco, pero lo que más le extrañaba era el símbolo que colgaba de ella.

–Pero, Athena, ¿por qué una luna? –la miró Yuki con intriga.

–Eh… pues… – ella no sabía que contestar, siempre había preferido las estrellas por lo tanto tampoco entendía que hacía el dije de una luna en su pulsera –Quizá porque es bonita – se limitó a responder mientras sonreía.

Tanto Kyo como Yuki decidieron dejar el tema por esta vez y pasados algunos minutos la clase empezó.

Athena sacó su libro del bolso y también buscó una libreta. Entonces fue que se encontró con su pequeño diario, se le había olvidado dejarlo en casa.

Lo sacó de su bolso para echarle un vistazo, tenía mucho que no lo revisaba. Abrió sus páginas con una sonrisa mientras lo hojeaba cuando de repente se encontró con unas fotografías que ella no recordaba haber tomado.

–Hmm, ¿y esto? –se preguntó a sí misma mientras observaba esas páginas.

En las fotos estaba ella en medio de arbustos de rosas, no recordaba qué lugar era ese. Las poses que hacía eran un poco extrañas, pues parecía que estuviese abrazando a una persona, pero no había nadie más que ella en esas fotos. Era muy raro.

Pasando página ella vio una fotografía más, la hoja del diario estaba decorada alrededor señalando que esa foto era especial, pero al momento de observarla no miró nada de interesante. Nuevamente estaba ella completamente sola sonriendo a la cámara.

Sin darse cuenta, unas lágrimas empezaron a derramarse sobre las fotografías, estaba llorando, pero no sabía por qué. No entendía la razón pero de repente había sentido una profunda nostalgia y un vacío en el pecho que no podía explicar.

Kyo volteó a ver a Athena e inmediatamente se sintió preocupado al verla llorar.

–Athena, oye… ¿qué tienes? – preguntó susurrando mientras se estiraba un poco para poner los brazos en su banca.

Lágrimas amargas caían de los ojos de Athena mojando levemente las paginas del diario.

–N-no es nada Kyo – respondió aún desconcertada al mismo tiempo que se limpiaba las lágrimas.

Kyo miró las fotografías y notó que en ellas solo estaba Athena en medio de varios arbustos de rosas, no entendía porque se encontraba haciendo poses extrañas pero aún así, pasó eso por alto.

–Te ves bonita – dijo intentando subirle el ánimo, pensó que quizá ella lloraba porque no le gustó cómo había salido en esas fotos.

Athena lo miró sonriendo al notar ese interés en hacer que se sintiera mejor.

–Gracias Kyo, te creeré – expresó ella y después se decidió a guardar ese diario.

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Tiempo después...

Los tres amigos estaban en un bar celebrando un nuevo torneo finalizado.

–Que bueno que ahora si quisiste acompañarme – le comentaba Kyo a su novia.

–Bueno, es que viendo que los dos me insistían no pude negarme – sonrió ella – además no podía perderme la presentación de Athena – añadió.

Athena miraba atentamente el escenario donde estaba presentándose una banda de rock-jazz. La música era bastante buena, incluso para ella a pesar de no estar muy familiarizada con este género.

Sus ojos se centraron ahora en ese apuesto guitarrista pelirrojo que ella ya conocía de antes. Ellos participaban en los torneos cada año y además grababan en la misma compañía discográfica, pero nunca antes había sentido algo así al verlo.

En el momento que sus miradas se cruzaron los dos sintieron como su corazón se detenía por unos segundos, su mente intentaba procesar que era lo que estaba pasando pero simplemente no había explicación lógica. El tiempo parecía infinito hasta que los demás integrantes de la banda empezaron a agradecer al público y lentamente bajaban del escenario.

Athena empezó a recuperar el aliento cuando vio bajar al pelirrojo junto con sus compañeros de la banda, sus oídos parecían sordos ante el resto de voces.

–Jaja pues te digo la verdad Yuki, yo podría hacerlo mejor que ese imbécil – le decía Kyo a su novia en un tono de voz burlón.

–Ya lo sé Kyo, pero aunque sea cierto, es obvio que también te estás dejando llevar por tu rivalidad con él para hacer esos comentarios – le respondió ella.

–Nah, no es verdad, ¿cierto? Athena…– el castaño volteó a ver a su amiga y se dio cuenta de que ella estaba perdida en la nada –¿Athena? – insistió al mismo tiempo que le tocaba el hombro.

–¿Eh? – volteó ella aún confundida.

–¿Qué tanto pensabas?, ¿estás bien? – le preguntó Kyo empezando a preocuparse.

–¿Qué sucede?, Athena, ¿estás nerviosa?– se sumó Yuki al interrogatorio.

–Oh… n-no, no es nada – respondió ella negando con ambas manos mientras intentaba volver a la normalidad.

En ese momento, los integrantes de la banda pasaron justo frente a la mesa donde estaban sentados. Athena volvió a mirar a Iori mientras él se echaba la guitarra al hombro; al hacer ese movimiento notó en su muñeca una pulsera gruesa muy parecida a la suya, sólo que a diferencia de la de ella, esta tenía colgando el símbolo de una estrella. Su corazón dio un vuelco al notar esto y no comprendía que era lo que le estaba pasando.

Kyo se dio cuenta del estado de su amiga y estaba a punto de tocarle el hombro para llamar su atención, pero en eso Athena se puso de pie y tuvo el impulso de caminar detrás del pelirrojo, no sabía por qué pero necesitaba verlo más de cerca y saber que estaba pasando. Quería saber por qué estaba sintiéndose así.

El castaño la sujeto de la muñeca al notar que ella estaba a punto de ir tras él.

–Athena… – le dio la vuelta tomándola por los hombros –¿A donde ibas?, ¿tienes algo que tratar con ese imbécil?– la sujetó por el rostro con ambas manos haciendo que lo mirara.

Yuki también se acercó a inspeccionar su condición.

–Yo… perdón… necesito ir a hablar con Iori de algo importante – se removió inquieta mientras Kyo la sujetaba.

–No hay nada que no pueda esperar, es tu turno de subir al escenario, ¿quieres cancelar tu presentación solo por ir a hablar con ese idiota? – la soltó mientras la miraba con un aire de reproche.

–No… no es eso.

Athena tomó aire y miró hacia el escenario, ahí se encontraba su representante haciéndole algunas señas para que se acercara, con toda esta confusión ni siquiera se había dado cuenta de que la estaban llamando. No pudo evitar reprocharse a sí misma por ese descuido.

–Tienes razón Kyo, necesito irme ahora… gracias por avisarme – sonrió intentando mostrarse mucho mejor que antes.

–No fue nada, pero ¿estás segura de que te encuentras bien?.

–Si, necesito ir con mi representante antes de que empiece a regañarme jeje, gracias por preocuparte Kyo – respiró profundo y le dio un pequeño abrazo a su amigo, después a Yuki –¡Nos vemos en un rato más!.

Después de decir esas palabras, Athena caminó en dirección al escenario dejando a Kyo y a Yuki bastante desubicados por su extraño y repentino cambio de actitud.

Unos minutos después Athena empezó con su presentación, tenía una canción hermosa que quería mostrar al público desde el momento en que la letra de esta se le vino a la mente.

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Itsuka mita yume

(El sueño que un día se hará realidad)


Todokanai tsubuyaki dake

(Se convirtió en un leve susurro)


Yoru no hikari ni tsutsumarete samayoi yuku

(mientras camino por la luz de la noche.)

Yagate mihiraku sono hitomi Unmei nara

(Pronto se abrirán estos ojos a su destino.)

Semete Sou, ima dake...

(Al menos, si solo por ahora…)

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Mientras tanto, Iori se encontraba en una mesa alejado del resto. Ya se había despedido de los demás miembros de su banda y ahora estaba descansando mientras bebía un poco de whiskey.

Se sentía extraño al mirar a esa chica sobre el escenario; es verdad que ella era una mujer muy hermosa y talentosa pero él jamás le había dado importancia a ese hecho. Ahora había algo más… algo más allá que una simple atracción, no sabía el por qué, pero desde que sus miradas se cruzaron anteriormente había sentido una especie de corriente eléctrica recorrer todo su cuerpo.

Mientras la observaba cantando en el escenario, se dio cuenta de algo muy importante. En la muñeca de la mano con la que sostenía el micrófono, ella llevaba una pulsera idéntica a la de él, solo que esta era más fina y tenía colgando el dije de una luna.

Durante toda la presentación, el pelirrojo no se pudo concentrar en nada que no fueran estos detalles. Finalmente la vio agradecer al público y bajar del escenario junto con el resto de su equipo, pero su corazón no estaba satisfecho.

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Athena llegó con Kyo y Yuki e inmediatamente la castaña se lanzó a sus brazos.

–Oww Athena, amé la canción, la letra, la música, todo fue hermoso… – decía Yuki mientras la abrazaba.

Athena también respondió el abrazo.

–Muchas gracias Yuki, estaba muy inspirada cuando escribí la letra jeje ¿qué te puedo decir? –sonrió amablemente.

Yuki se separó de ella y volvió a sentarse en su mesa.

Athena también iba a sentarse con ellos pero su corazón empezó a latir con desesperación. Desde que había visto a Iori en la presentación de su banda quería ir con él y no estaría tranquila hasta no hacerlo.

–Yo creo que iré a un lugar… – musitó Athena nerviosa mientras se ponía a juguetear con su cabello.

–¿A donde vas?, ¿te acompaño? –la miró el castaño con curiosidad.

–Oh no, no es necesario – negó con ambas manos efusivamente mientras reflexionaba sobre qué razón podría darles. Finalmente se decidió en decirles la verdad –Yo… sólo necesito ir con Iori –confesó.

–¿Qué?, ¿Otra vez con eso? ¿Por qué tanta urgencia de ir con ese imbécil?– Kyo se puso de pie y se acercó con Athena tomándola de la muñeca impidiendo que siquiera se le ocurriera avanzar.

–Necesito hacerlo Kyo…

–No irás con él, es un idiota, además ¿de qué hablarán?, que yo sepa no tienen algún trabajo en común por ahora – alegó.

–Kyo… –susurró Yuki al ver el estado de su novio.

–Perdón… sólo necesito hacerlo, tengo algo que hablar con él –insistió Athena al mismo tiempo que se soltaba del agarre de su mano.

–Kyo, ya déjala… ella puede hacer lo que mejor le parezca –le reprochaba Yuki a su novio al ver cómo se estaba comportando.

–Bien… –dijo finalmente Kyo antes de ver cómo su amiga salía casi corriendo hacia dónde se encontraba el pelirrojo.

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Athena caminaba rápidamente entre las mesas del bar, ya había ubicado desde antes la mesa donde se encontraba Iori.

El pelirrojo la vio acercarse y una vez más, las miradas de los dos se cruzaron. Mientras ella caminaba no dejaban de mirarse sintiendo como una especie de magnetismo con gran fuerza los atraía.

Al momento de llegar Athena se quedó sin voz. Sus manos temblaban un poco y las miradas de los dos seguían conectadas.

Finalmente, ella sintió como sus labios despertaban, sin saber como empezar una conversación decidió tan sólo decir lo primero que se le viniera a la mente.

–Ho-hola Iori… ¿me puedo sentar?– habló como en un susurro.

Al momento de externar esa voz sutil, los corazones de los dos empezaron a latir con más calma, como si aquello por lo que tanto habían clamado por fin se hubiera concedido.

–Hazlo – respondió él.

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En otra parte del universo.

El oráculo observaba la interacción de esos dos mientras sonreía y sostenía su preciado libro en las manos.

–Espero les haya gustado ese pequeño regalo –susurró el oráculo refiriéndose a aquellas pulseras que no desaparecieron pese a que todo lo demás se esfumó.

Después empezó a caminar hacia otra parte de los reinos del universo, dejando de lado el libro divino en la página que tenía abierta, cuyo titulo plasmaba los nombres "Tsuki No Kami & Hikari No Megami" y seguido de ello, la siguiente inscripción:

"Se enamorarán una y otra vez".

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"Guiados por esos símbolos que hemos grabado

Incluso si volvemos a caer

El momento en que nos encontremos de nuevo

Sobrepasará los recuerdos de mil años

Y se convertirán en luz…"

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~FIN.


Notas finales: Gracias por leerme hasta aquí y espero que el final se haya comprendido tal como yo lo visualicé jaja n_n Se me hizo innecesario redactar la interacción final entre Iori y Athena pues según yo sé entiende que volvieron a hablar y eso... incluso me pareció interesante dejarlo un poco en suspenso, pero si ustedes consideran que debería agregar algo más puedo considerar un capítulo adicional o un pequeño One-shot como secuela redactando esto último n_n Ustedes mandan jeje

Para finalizar, la letra de la canción que añadí en este capítulo también pertenece a "Agony" de KOTOKO, precisamente es la misma parte que puse en el inicio del primer capítulo solo que en esta ocasión si le añadí la letra en japonés jeje

Sin más que agregar, gracias por haberme acompañado en una historia más y nos estamos leyendo pronto! Besos y abrazos!...