Sombrero de Ash

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—¿Aún conservas los sombreros que usaste cuando eras un niño?

—La pregunta ofende— Respondió Ash, este se levantó del sillón y le hizo un gesto con la mano— Sígueme, están en mi habitación— subieron escaleras arriba hasta el cuarto del chico y cuando llegaron, el moreno se arrodilló y sacó un cajón debajo de su cama— Aquí están.

—Quién diría que hasta el día de hoy tienes todas esas gorras intactas— Alzó sus cejas de manera burlona y continúo hablando— Personalmente pensé que las habías perdido todas— se encogió de hombros— no puedes culparme, eres un bruto.

—Ja, muy graciosa.

—Lo sé— agarró la caja que contenía todas las gorras y la abrió— ¿Me dejas verlas?

—Si me negara, estoy seguro de que las sacarías de igual manera— se levantó del piso y se sentó en su cama mientras veía como la pelirroja le asentía distraídamente, rebuscando entre todas las gorras que ahí tenía.

Se sentía feliz de tenerla cerca, hace unas semanas que la había visto, pero eso no evitaba que de igual manera la extrañara. Siempre existía ese sentimiento constante de extrañar su risa, sus sonrisas, sus ojos, su cabello, su voz, su aroma, sus ya no tan constantes peleas, sus labios. Todo. Lo extrañaba todo de ella.

Y eso de alguna forma u otra, lo aterraba. Porque sabía que lo que sentía por su mejor amiga no era correspondido. Era algo unilateral. Ella no sentía lo mismo por él... sin embargo, en ciertas ocasiones, solo a veces, se imaginaba que era correspondido. Y cada vez que pensaba en eso, sus latidos se aceleraban y una sonrisa tonta aparecía en su rostro.

¿Quién pensaría que el famoso Ash Ketchum estaría pensando en este tipo de cosas? Ash era conocido por su gran amor hacia los Pokémon, este terreno era genuinamente desconocido para él. Nunca había tenido una novia. Sí había dado su primer beso, gracias a Serena, pero realmente todo el conocimiento que poseía sobre el romance era o por su Mamá o algunas películas que la misma persona que tenía al frente le había mostrado.

Misty seguía inmersa en las gorras que tenía a un lado y Ash aprovechó de mirarla. Su cabello había crecido y esta vez lo traía suelto. Vestía unos shorts de mezclilla, una blusa azul y unas zapatillas deportivas. Iba casual, pero se veía preciosa.

—Mira Ash— cuando ella levantó la cabeza, se encontró con la mirada de él y le sonrió— Bajo mi criterio, ésta es mi favorita.

—También es la mía, me costó un mundo conseguirla— ambos se referían a la gorra de la liga de Kanto— ¿Quieres conservarla? —preguntó de la nada.

Misty abrió los ojos con sorpresa— ¿Conservarla? ¿Yo? —negó con la cabeza, extendiendo las manos con la intención de entregarla— Es tuya, te costó un mundo conseguirla, tú mismo lo acabas de decir.

—Realmente no me importaría si la tuvieras tú— dijo sin pensar. Se sentía torpe ¿Por qué le había dicho eso? ¿Cuál era la razón? Ni siquiera lo entendía. Sus mejillas se volvieron escarlata rápidamente y desvió la mirada— digo, solo si quieres.

El aspecto de Misty estaba en la misma situación que la del pelinegro, pero sacudió la cabeza— que lindo gesto Ash, pero es tuya.

Podría ser nuestra, pensó el moreno. Esta vez no atreviéndose a decirlo en voz alta.

—Para un buen gesto que hago y lo rechazas— eso, se dijo así mismo, el molestarse en estas situaciones siempre funcionaba entre ellos. Se cruzó de brazos, fingiendo molestia.

El sombrero cayó en su cabeza y la risa de Misty se escuchó en toda la habitación— dame alguna otra cosa entonces— Ash seguía sentado en su cama y Misty arrodillada frente a él. Ella frunció el ceño, fijándose en la gorra que le acababa de poner al chico en la cabeza— Tienes algo ahí, déjame quitarlo— para ello, se paró del suelo y se sentó al lado de su amigo.

Una vez que ella se acercó más a él, para poder quitar un hilo que colgaba de la visera del gorro, Ash se había quedado embobado mirándola. Miraba esos ojos verdes azulados concentrados en su misión, ajena a lo que provocaba en el moreno.

Un huracán de emociones lo atormentaron en segundos. Se sentía feliz, emocionado, nervioso y algo asustado. La tenía demasiado cerca, podía sentir el aroma que desprendía de su cuello, podía ver sus largas pestañas, sus ojos verde azulados fijos en el objetivo que se había propuesto. A Ash en ese preciso momento no le podía haber interesado menos eso. Podía haber aparecido Jessie, James y Meowth a su lado bailando con un vestido rosa cada uno y estaba seguro de que no les hubiera puesto atención. Aunque sonara cliché, solo tenía ojos para ella.

—Genial, lo tengo, solo tengo que tirar de esto— acercó su mano a la visera y tiró del hilo con sus dedos— no te preocupes, no lo dañé— aclaró y cuando por fin lo miró a los ojos se sorprendió por la intensidad de su mirada y sintió que su estómago daba un vuelco. La tensión entre ambos se podía palpar. Era tan sólida como la misma pared que tenía a su lado izquierdo— ¿Ash? ¿Sucede algo?

A la mierda, se dijo a sí mismo. Lentamente, posicionó su mano derecha en la mejilla de ella, le dio una pequeña caricia con su pulgar y se inclinó a la pelirroja.

Sabía que lo que estaba a punto de hacer, era algo completamente loco. Pero sinceramente no pudo aguantar más las ganas de besarla.

Y lo hizo.

La besó.

Misty al principio no sabía qué es lo que estaba pasando. En un momento estaba arrancando un pedazo de hilo del sombrero de Ash y al siguiente lo estaba besando ¿Tenía eso algún tipo de sentido? Claro que no, pero no iba a desaprovechar la oportunidad. Cerró los ojos y se dejó llevar.

Ash sintió la urgencia con la que ella le correspondía, por lo que profundizó el beso. Pasó una de sus manos detrás de su cuello. Notó que se estremecía por el contacto de sus manos contra su piel y la acercó aún más a él. Necesitaba tenerla más cerca, necesitaba que estuviera junto a él. No podía soltarla. No quería soltarla. Ella lo agarró del cuello de su camisa y sintió la calidez de su cuerpo junto al suyo cuando Misty lo empujó al colchón de su cama.

Se separó de ella para tomar aire, pero tan pronto como el oxígeno ingresó a sus pulmones, volvió a besarla. ¿Qué estaban haciendo? No lo sabía. No tenía ni la más mínima idea. Pero le agradaba tenerla entre sus brazos. Se sentía dichoso, afortunado y feliz... pero aquello duró tan solo unos segundos, cuando la escuchó decir su nombre.

—Ash, yo...

El mencionado se separó de ella, recién comprendiendo lo que acababa de suceder.

Se habían besado.

—Arceus, perdóname— el miedo y la vergüenza aparecieron rápidamente en su sistema. Había hecho algo egoísta, había pensado en sí mismo al hacer eso. No había pensado en lo que sentiría ella. El cómo se sentiría después de besarla. Maldita sea, se sentía un completo imbécil.

—Pero...

—¿Podemos olvidar lo que acaba de pasar? —preguntó de golpe el pelinegro. Se sentía desesperado por la posibilidad de perder esa amistad de tantos años. No lo soportaría. No podría vivir con esa carga en sus hombros. Él la amaba, pero el miedo se apoderó completamente de él. El miedo a perderla, dentro de cualquier ámbito, era mucho más aterrador que ser rechazado. En ese momento, no se atrevió a mirarla a los ojos— Nos dejamos llevar por el momento... lo siento mucho, esto no deb...— no pudo terminar la frase, pues, sinceramente no podía mentirle. Él había querido eso— ¿Podemos seguir siendo solo amigos de aquí en más? —Por fin alzó la mirada para poder observarla. Misty estaba mirando al suelo, callada— Por favor, di algo Mist.

Su corazón en cualquier momento iba a estallar. Eso lo podía dar por hecho. Sus labios aún hormigueaban. Sus manos aún podían sentir el tacto de la camisa del chico. Aún alcanzaba a sentir el aroma de él a su alrededor. Se sentía mareada. ¿Qué acababa de pasar? ¿Ash la besaba y luego se disculpaba con ella? ¿Por qué se disculpaba? ¿Por el mejor beso que alguien le había dado? No tenía sentido.

Al escuchar su nombre, alzó la mirada para poder buscar esos ojos cafés que tanto amaba.

Sintió que su mundo se venía abajo. Ash se veía aterrado y no quería que eso sucediera. Lo quería muchísimo, no quería que él sufriera por algo que... por lo que tenía entendido, podía solucionar. Solo tenía que aceptar lo que le había preguntado— Sí, no te preocupes—habló resignada— y por favor, no te sientas mal— desvió la mirada hacia sus manos, estas estaban jugando entre ellas— esto lo hicimos entre los dos.

Una parte de él estaba feliz de poder seguir contando con su amistad, el peso de sus hombros se deshizo y por fin pudo volver a respirar con normalidad. Sin embargo, otra parte de él estaba decepcionada... la esperanza se hizo añicos frente a sus ojos, al parecer no iban a estar juntos en un futuro. Lo que hizo... ¿realmente había sido lo correcto? Sacudió la cabeza, tratando de dispersar sus pensamientos y forzó una sonrisa en sus labios, extendiendo su mano hacia ella— ¿Amigos?

La pelirroja miró la mano de él unos segundos para luego responder—Amigos— y estrechó su mano contra la de él..

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Reviews:

LadyKya0: ¡Hola! En este capítulo se ve eso que mencionan en el anterior jajajaj sí, fueron muy rápidos xD y también opino lo mismo, deberían imprimir más Ash de los fanfics xD

¡Hola! Traigo algo tarde el cap por diferentes razones. La más grande, es que hoy se estrenaba el cap final de SNK y no estoy soportando jajaja :( rio para no seguir llorando.

¡En fin, nos leemos mañana!

CELMYALPYEN_06