Disclaimer: Crepúsculo es de Stephenie Meyer, la historia de LyricalKris, la traducción es mía con el debido permiso de la autora.

Disclaimer: Twilight belongs to Stephenie Meyer, this story is from LyricalKris, I'm just translating with the permission of the author.

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Una semana después de su pequeño proyecto, Edward terminó de desmontar los gabinetes y pasó a construir la barra de café. Le aseguró a Bella que no era gran cosa que usara la estufa mientras él trabajaba.

―Espero que estés seguro ―advirtió Bella―. El trabajo me está cabreando y tengo problemas para interpretar correctamente los datos para esta parte de mi tesis. Siempre preparo algo largo y complicado cuando necesito pensar mucho.

Ahí estaba esa sonrisa que la distraía.

―Estoy seguro. Adelante.

Bella se puso a trabajar. Las enchiladas no eran complicadas, pero era un proceso complicado, especialmente cuando se propuso hacer todo desde cero: salsa para enchiladas casera y tortillas hechas a mano. Incluso puso una olla de frijoles en la estufa.

Mientras trabajaba, los hechos y las cifras se ordenaban y reordenaban en su cabeza.

Y… sí, claro. Tal vez también estaba un poco distraída por la forma en que las manos de Edward se movían mientras la barra de café tomaba forma ante sus ojos. Estaba feliz de ser intelectual, pero siempre había admirado la forma en que las personas más artísticas podían crear algo nuevo.

Pero sobre todo pensaba en sus datos. De verdad.

Metió las enchiladas preparadas en el horno y abrió su computadora, finalmente lista para volver al trabajo, cuando un fuerte ruido llamó su atención. Fue un sonido parecido a un gruñido: bajo, retumbante y largo. Su cabeza giró hacia Edward automáticamente.

Él puso los ojos en blanco hacia el techo.

―Oh, hombre. ¿Hay alguna posibilidad de que pueda hacer pasar eso como sonido de maquinaria?

Bella apretó los labios formando una línea apretada, decidida a no reírse de él.

―Quiero decir... tus posibilidades serían mayores si tuvieras una máquina a la vista. Como no veo ninguna, creo que tendrás que admitir que tienes hambre.

Él se enderezó, con los ojos fijos en un punto al azar en algún lugar sobre su cabeza. Se frotó la nuca.

―Normalmente me detengo a comer avena y un pastelito en mi cafetería favorita. Pero tienen escasez de personal como en el resto del país, y esta mañana estaban cerrados.

―Y… no sé, no pasaste por uno de los millones de Starbucks que hay, claramente. Eso habría sido absurdo.

―Me han dicho más de una vez que puedo ser testarudo ante las cosas más extrañas. ―Él se encogió de hombros y sus ojos finalmente encontraron los de ella. Él sonrió y la señaló con el dedo acusadoramente―. Y podría haber estado bien, excepto que obviamente estás tratando de torturarme. Ha olido a gloria aquí durante horas.

―Ah, sí. Es una forma de tortura menos reconocida, pero eso es lo que la hace particularmente tortuosa. Has descubierto mi cobarde plan. ―Ella inclinó la cabeza―. Sabes, son casi las dos de la tarde, mucho después de lo que la mayoría consideraría una hora de almuerzo razonable.

Su sonrisa se volvió tímida.

―Siempre tengo un punto fijo en mi cabeza en el que me sentiría cómodo deteniéndome. Tuve algunos problemas esta mañana y todavía no he llegado a ese punto.

―Y eres testarudo ―ofreció ella.

―Y soy testarudo.

Bella apretó los labios nuevamente, pero la sonrisa divertida no pudo ser atenuada. Se debatió consigo misma durante unos segundos, sopesando los pros y los contras y juzgando si era un movimiento realmente tonto o inapropiado.

―No te sientas obligado a decir que sí, pero claramente, he hecho suficiente comida para alimentar a un ejército. Eres bienvenido a comer lo que quieras. Ya sabes... para resolver tu dilema de dejar tu trabajo antes de llegar a un objetivo totalmente arbitrario que tú mismo te fijaste y que nadie te obliga a cumplir.

Abrió la boca, pero su estómago volvió a gruñir.

La sonrisa de Bella se hizo más amplia.

»Supongo que ese es un punto para las enchiladas. ―Caminó hacia el refrigerador y abrió la puerta―. O, si te sientes más cómodo cocinando tú mismo, siempre está la opción de Picado en casa. ¿Qué tipo de almuerzo podrías hacer con…? ―Buscó en el refrigerador―… Un solo huevo, porque Jake es el tipo de neandertal que deja un solo huevo en una caja que de otro modo estaría vacía, medio recipiente de queso crema de fresa y… ―Ella miró y sonrió. Abriendo el cajón para verduras de abajo, sacó una bolsa y la sostuvo en alto―. Algunas coles de Bruselas que quizás se ven un poco marchitas.

Él parpadeó una vez y luego se rió entre dientes. Su expresión se volvió seria y se acarició la barba.

―Bueno... creo que, el huevo se podría convertir en un sándwich de ensalada de huevo, aunque posiblemente no si hay algún tipo de límite de tiempo. Podríamos usar un poco de queso crema en lugar de mayonesa. Las Bruselas se pueden rallar en forma de una buena ensalada de col a base de vinagre si pudiera usar la despensa y una de las zanahorias que veo.

Bella levantó las cejas.

―Vaya. A quién le importan las enchiladas. Comamos eso los dos.

―Bueno... sólo hay un huevo.

―Cierto. Entonces... ¿enchiladas?

Hizo una pausa por un momento, pero al final sonrió.

―Me gustaría eso, si no es problema. Claro.