¡Hola a todas! ¡Espero que cada una se encuentre muy bien! Continuamos con nuestra historia… ¡Bendiciones!

"UNA VISIÓN DE AMOR"

CAPÍTULO IV

Todos esperaban con ansias el comienzo de la cacería. Anthony y Candy no habían tenido oportunidad de hablar el día anterior. Y durante el desayuno de bienvenida esa mañana, era como si ambos estuvieran en mundos diferentes, a siglos de lo que antes había sido su feliz realidad.

Para Candy todo había comenzado la noche anterior.

Su padre había llegado desde Nueva York al atardecer, y luego de una agradable cena familiar, ambos habían convidado a su hija a acompañarlos al despacho y mientras Candy estaba sentada en el sillón de la sala con su mano sostenida por su madre, su padre Robert Britter había soltado la noticia. La joven Britter había quedado tan impresionada escuchando lo felices que estaban sus padres y lo orgullosos que se sentían de que sucediera, que ni siquiera pudo reaccionar como deseaba. Estaba tan sorprendida que el miedo se apoderó de su corazón, al punto que, sin decir nada, solo pudo ponerse de pie de golpe y salir corriendo del lugar, rumbo hacia su habitación para encerrarse y llorar sin consuelo. La señora Britter se preocupó mucho por su reacción, pero el señor Britter la tranquilizó diciéndole que Candis era una buena hija, que comprendía su lugar como una Britter, y que obedecería. Además, era lo mejor que podía pasarle.

Para Anthony la conmoción había sido esa misma mañana, pero su reacción había sido totalmente diferente a la de su amada.

"Buenos días, tía abuela.", sonrió el joven Brower, besando la frente de su tía al llegar al pequeño comedor privado de la propiedad. El joven sabía que los invitados bajarían pronto y que a ella le gustaba disfrutar a solas de una buena taza de té antes de que comenzaran las actividades del día. El desayuno se había planificado para las 9:00 hrs., en consideración al cansancio de los familiares que durante la semana, en su mayoría, habían llegado desde diferentes continentes para participar en la caza de la zorra anual de la familia Andley, por lo que la larga mesa extendida había sido colocada en el salón mayor de la mansión para albergar a los casi 50 comensales.

"Buenos días, hijo", sonrió la anciana de vuelta. Adoraba a su nieto menor. Entre todos, él era el más cariñoso con ella, incluso más que su querido sobrino William. "¿Dormiste bien?", preguntó la anciana, elegantemente ataviada para la primera actividad del día, viendo a su nieto tomar asiento frente a ella, también elegante y listo para la actividad inicial matutina, en un traje blanco de corbata gris y negra y chaleco blanco, corte inglés. De inmediato la mucama que en ese momento la atendía se aproximó a servirle a Anthony una taza de té.

"Gracias, Alice. Eres muy amable", sonrió el joven a la mucama de manera educada. La joven abrió sorprendida sus ojos e intentando no dejar notar su emoción por su saludo, hizo una pequeña reverencia y salió del salón como autómata, flotando en una nube, sin notar que olvidaba ofrecerle leche y azúcar también a su joven amo.

La tía abuela rió bajito. "No deberías hacer eso tanto, Anthony.", dijo su tía, bebiendo tranquila su té.

"¿Hacer qué, tía abuela?", dijo extrañado el joven, levantándose y sirviéndose él mismo la leche en su té y un poco de azúcar en la fuente de servicio cercana, sin molestarse.

"Distraer a la servidumbre femenina de esa manera." Le recalcó con seriedad su tía, pero secretamente orgullosa del porte de sus nietos, todos tenían la gallardía Andley. "No les sonrías, solo agradéceles. Ya te lo he dicho."

Anthony rió sacudiendo su cabeza y sentándose con su taza otra vez a la mesa. "¡Qué cosas dice usted, tía abuela!", le dijo divertido.

"Sabes que no es broma, Anthony. Pero… dime. ¿a qué debo el honor de que me acompañes a esta hora?", le sonrió sabiendo que, aunque siempre compartían, no era común que la acompañara antes del desayuno.

Anthony sonrió sintiéndose descubierto, y dejando su taza nuevamente sobre la mesa tras darle un solo sorbo, suspiró. "Vine a buscar su consejo, tía abuela."

Esas palabras llamaron la atención de la anciana. "¿Un consejo?", se sorprendió, dejando su taza también sobre la mesa. "¿Respecto a qué?", le dijo poniéndole toda su atención.

Anthony se le quedó viendo un momento, antes de continuar. "Estoy enamorado, tía abuela.", le confesó, sorprendiéndola. "Amo a la joven más maravillosa, dulce y generosa que he conocido en toda mi vida.", dijo con una sonrisa, "¡y quiero casarme con ella lo antes posible, tía abuela! - ¡En dos o tres meses si es posible! -", agregó con convicción.

Elroy Andley se quedó muda de la impresión.

Anthony la vio con ternura al ver que no salía de su asombro. "¡No se sorprenda tanto, tía abuela!", dijo riendo brevemente. "Algún día tenía qué suceder. Y disculpe que no sea de las jóvenes que usted me ha indicado amablemente, tía, pero es que en el corazón no se manda, me temo."

"Anthony…", fue lo único que la anciana pudo pronunciar.

"Y por eso vine a pedirle su consejo hoy - anoche regresamos tan tarde con mi tío que no pude hablarle antes de que se retirara -. Quería pedirle que me ayude a hablarle a mi tío William, que me aconseje cómo hablarle al respecto. Quiero conseguir su permiso hoy para poder pedir la mano de ella a sus padres esta misma noche, aprovechando la presencia de toda nuestra familia y de la de ella."

La señora Elroy finalmente salió de su asombro. "¿Lo dices en serio, Anthony?", dijo sintiendo aprehensión.

El joven Brower asintió. "Por supuesto, tía abuela. Jamás bromearía con algo tan serio. Y, además, estoy seguro de que usted también se alegrará por ella."

"¿La conozco?"

"Por supuesto que sí.", le respondió el rubio, levantándose y colocándose junto a ella, hincándose a su nivel al otro lado de la mesa, junto a su silla. "Y debo decirle, tía abuela, que lamento haber mantenido nuestra relación en secreto durante todo este tiempo, siendo usted la Matriarca de la familia, pero usted entenderá que no queríamos ningún tipo de presión sobre nosotros antes de tiempo. Usted más que nadie sabe lo difícil que es conocer a una persona cuando las familias en nuestro medio buscan una unión favorable entre sus herederos."

La tía abuela comenzó a hiperventilarse al sospechar lo que venía.

"Pero puedo asegurarle que nosotros sí nos amamos, tía abuela," continuó Anthony sin notarlo, "y hemos encontrado el uno en el otro, en este poco tiempo, además de amistad, un sincero y profundo amor. De hecho, la realidad es que hace un mes le pedí que fuera mi esposa y ella aceptó. Pero este último viaje atrasó nuestros planes para conversarlo con ustedes y hacerlo oficialmente del conocimiento de las familias."

"Pero, Anthony… entonces ¿ella es…?" miró a su nieto inquiriéndole con la mirada.

Anthony asintió feliz al ver que al fin lo había deducido. "Así es, tía abuela", él sonrió. "Se trata de Candis Britter. Hemos sido novios durante los últimos tres meses y medio, y no queremos esperar más para anunciar nuestro compromiso. Por supuesto, pidiendo la bendición de ambas familias."

La tía abuela estaba negando en silencio con un movimiento de su cabeza antes de que su nieto siquiera terminara su emocionada declaración. La Matriarca de los Andley se puso de pie de pronto, apartándose de él, "¡Eso es imposible, Anthony!", le dijo contrariada, dándole por un momento la espalda, tocando su frente con su mano. Y luego volviéndose hacia el sorprendido muchacho que se había incorporado también, agregó. "Deberás olvidar semejante idea, hijo. Me temo que el asunto es inapelable. Candis Britter ya está oficialmente comprometida con otro caballero."

"¡¿Comprometida?!", la expresión en el rostro del muchacho se descompuso de inmediato. "¡Pero ¿qué dice usted, tía abuela…?!"

"Es algo que lleva tiempo arreglado."

"¡Pero nosotros no sabíamos nada! ¡Nadie mencionó nunca nada sobre un compromiso previo para ella!", protestó el rubio. "¡Los Britter nunca mencionaron nada al respecto! ¡Nos la presentaste a los tres, tía abuela! ¡Íbamos a visitarla juntos! ¡Nunca nos restringieron en nada!"

"¡Pero eso no cambia la realidad de que está comprometida, Anthony!", exclamó su tía.

"¡¿Pero con quién?! ¡No pueden casarla simplemente con un extraño solo por dinero! ¡Candy no merece eso!", dijo el joven furioso. "¡Yo también tengo dinero, tía abuela! Si de eso se trata, ¡él no puede ofrecerle más de lo que yo tengo!"

"¡Candy está comprometida con tu tío William Albert!" Exclamó su tía abuela sobresaltada.

Anthony se quedó frío al escucharla. Ambos se quedaron viendo en silencio.

"Tía abuela…", dijo el rubio, comprendiendo su posición en esa decisión.

"Anthony, hijo, ¡lo siento!" le dijo la señora Elroy consternada, acercándosele. "Pero como puedes ver, lo que pides… no podrá ser", concluyó con pena.

El rostro de su tía abuela había cambiado de un semblante enérgico a uno compasivo y sombrío al ver el impacto que la noticia había tenido en su joven nieto. "Candis Britter fue prometida al patriarca de la familia Andley desde que nació."

Anthony volvió su vista a ella y su ceño se marcó. "Pero… ¡¿cómo es eso posible, tía abuela?!" dijo el muchacho entonces. "¡¿Cómo es eso posible, si ella no-…!" El joven Brower interrumpió súbitamente su objeción, recordando de pronto su promesa. La mandíbula del muchacho dejó notar su gran tensión.

"Desde que mi hermano, tu abuelo William Anthony murió," continuó Elroy viéndolo guardar silencio contrariado, "y tu tío William se convirtió en el futuro patriarca del Clan, el Concejo Andley me encomendó asegurar una excelente candidata para él para cuando llegara a la edad de casarse. Ella sería la futura Matriarca del Clan y no podíamos dejar que cualquier persona sin alcurnia o preparación ocupase semejante lugar. Candis me pareció una excelente elección para él cuando ella nació, siendo hija de mi única ahijada, conociendo bien yo a la familia de Caroline y a la de su esposo, ambas familias de abolengo, honestas, y ampliamente reconocidas en nuestro medio. Por ello, luego de proponérselos oficialmente, los Britter aceptaron y su matrimonio quedó legalmente arreglado a los pocos días de nacida."

"Pero usted no la había visto antes…", protestó Anthony incrédulo.

"Por supuesto que sí, Anthony. La vi crecer hasta los dos años. Pero cuando viajé a Londres por el accidente de los padres de Archie y Stear, a mi regreso, trayendo ya a tus primos con nosotros, supe que Caroline y su esposo se habían mudado al extranjero y por un tiempo perdimos contacto con todas las cosas que estaban pasando entonces en nuestra familia", dijo haciendo alusión a las enfermedades que habían padecido los padres de Anthony y que lo había llevado a perderlos paulatinamente. "Después de un tiempo me escribieron y comenzaron a enviarme fotos de ella y a mantenerme al tanto de sus estudios. Nos encontramos nuevamente un verano hace dos años, en una fiesta del Consorcio a la que los invité al saber que vivían de manera permanente en Londres. El contrato seguía en pie, y aproveché a compartir con ellos en su residencia, y fue entonces que finalmente pude departir con Candy siendo una jovencita. Ella estaba de vacaciones del San Pablo en aquellos días y en verdad su actitud y fineza me impresionó. Investigué su trayectoria en el San Pablo y también era intachable. Confirmé que había hecho una buena elección."

"¿Y mi tío William sabe sobre todo esto?"

"Recientemente lo sabe. Y está de acuerdo con la elección. Él también… reconfirmó el contrato hace un par de meses, después de conocerla. De hecho, el Concejo Andley aprobó que se diera el aviso oficial de su compromiso esta misma mañana, al inicio de la cacería."

"¡Por amor de Dios, tía abuela, eso no puede ser!", replicó su nieto desesperado. "¡Candy no lo ama!"

La tía abuela ya sudaba a estas alturas, "¡Anthony, hay un contrato firmado! ¡Nada puede hacerse!", le dijo firme. "¡Tú que ves los asuntos de la familia, deberías saberlo!" Le dijo la anciana. "¡Romperlo en este caso implicaría para la familia la pérdida de la Mansión de Chicago y varias empresas más en ambos continentes, sin mencionar el dinero!", consignó la Matriarca.

La respiración de Anthony ya era agitada para entonces. No comprendía cómo era posible que todo, de pronto, pareciera derrumbarse para ellos.

El joven dejó de caminar por toda la sala y se volvió hacia ella, "¡Pues yo no lo acepto, tía abuela!" le dijo enérgico. "¡Y de una vez le aviso que lucharé por ella! ¡Esto no se quedará así!", dijo desafiante, dándose la vuelta para marcharse.

"Anthony, ¡espera un momento!", le dijo su tía abuela, haciendo que el muchacho se detuviera en la puerta, volviéndose otra vez hacia ella, dejándola ver su resentimiento en sus bellos ojos azul cielo.

"Hijo…", la Matriarca se aproximó al alto joven, deteniéndose frente a él. "Debes saber, antes de que hagas cualquier cosa, que tu tío William aceptó a Candy, no por el contrato o las pérdidas que representaría para la familia, ¡sino porque él la ama!", le dijo con sinceridad en su mirada, sorprendiéndolo.

"¿Qué…?", dijo el rubio.

"Nunca lo obligué", aclaró. "Él es tu tío, Anthony", colocó su mano sobre su brazo, hablándole con voz suave. "Él te quiere, y como un Andley, tú le debes respeto. Él ha velado por ti desde que tus padres fallecieron. ¡No puedes humillarlo de esta manera ante todos! ¡Sería una deshonra para toda la familia Andley, y un insulto directo para él como Patriarca, si interfieres!", trató de razonar con él. "Anthony… no puedes hacerle eso a tu tío.", le suplicó.

Anthony dudó por un segundo al escucharla, recordando todos los momentos vividos junto al hermano de su madre. Su consuelo en los días grises después de la muerte consecutiva de sus padres. Sus clases de equitación desde pequeño, sus escapadas juntos al bosque para ver la fauna de la región… Pero luego, vino a su mente la imagen de su amada en aquel mágico paraje, mirándole con tanto amor, llenando su mundo de calidez al tiempo que danzaba en su hermoso vestido blanco, proyectándole en su mirada todo su corazón y toda su adoración. Al recordar aquella querida visión, las palabras de su tía perdieron peso en su corazón y la expresión del joven Brower volvió a ser una de decisión. Y mirando a su tía abuela con seriedad, continuó, "Es verdad, tía abuela, él es mi tío y le debo respeto.", aceptó. "Y yo siempre lo he respetado, como tío y como Patriarca de esta familia, usted lo sabe bien." Le dijo. "Pero esto es diferente. Aquí no se trata de tener deferencias para con alguien, se trata del respeto por los sentimientos de los demás. Para mí, Candy no solo es mi prometida, tía… ¡Ella es mi vida! ¡Lo es todo para mí!", recalcó con convicción, "¡Y yo no pienso perderla por un estúpido contrato de compra-venta entre dos familias a las que no les importan los sentimientos de sus herederos! - Y si lo que dice es cierto y mi tío sí la ama, confío en que sabrá respetar el derecho de Candy a escoger su propia felicidad. -" Y con estas palabras de decisión, el joven Anthony Brower Andley se dio la vuelta y salió intempestivamente del salón, dejando a su tía abuela totalmente angustiada.

Continuará…

¡Gracias por leer!

Espero no se asusten demasiado. Siempre me pregunté qué pasaría si ambos estuvieran al mismo tiempo… y bueno, espero me acompañen en esta aventura descubriendo una respuesta.

Por otra parte, gracias por sus lindos comentarios al capítulo anterior. Estoy totalmente de acuerdo, es siempre hermoso ver interactuar a nuestros rubios queridos, ¡sobre todo estando tan enamorados! Gracias por sus comentarios queridas Anguie, Sharick, Guest 1, Guest 2, Guest 3, Guest 4, Guest 5, Mayely león, GeoMtzR (¡Gracias dice mi mamá! – En cuanto a la historia, ¡bien lo percibiste, Georgy! ¡Ji, ji! ¡Un abrazo!) y Mia Brower Graham de Andrew (¡Gracias por comentar, Mia! Qué bueno saber de ti. ¡Y gracias también por agregarla a tus favoritos y darle seguir! – aunque creo que el sistema sigue con problemas para avisar- Muchas gracias por tu apoyo! ¡Bendiciones!). Y ¡mil gracias a cada una por darse un tiempecito para seguirle la pista a esta historia y comentar!

¡Les deseo un lindo día a todas! ¡Y un feliz festejo en los países donde hoy lo hay! - A nosotros nos tocó ayer, 1 de Noviembre. -

Con cariño,

lemh2001

2 de noviembre de 2023

P.D. Publicaré la continuación este sábado. Hgs!