- ¿Crees que a Illumi le gusten los regalos de este año?- preguntó Zeno a su hijo mientras caminaban por uno de los jardínes de la enorme Mansión Zoldyck.

Silva tomo aire lentamente. Ya habían pasado más de dos años sin tener noticias de su primogénito y entre más pasaba el tiempo más disminuían las posibilidades de que este regresara a casa. Ilumi nunca fue el hijo preferido de Silva, pero, al ser su primogénito y un ejemplo a seguir a todos sus hermanos, Silva no podía negar que le guardaba bastante afecto. Hubo incluso un breve tiempo, en el que el patriarca de los Zoldyck considero seriamente que Illumi podía ser un su sucesor en caso de que por algun motivo Killua decidiera no volver o muriese joven. Después de todo, Illumi era un líder innato con casi todas las cualidades ideales para un asesino. Tristemente, ninguna de esas cualidades fue suficiente como para evitar su desaparición durante la expedición al Continente Obscuro.

- Ya sabemos que Illumi no volverá nunca. No deberías de gastar más en sus regalos. – contestó Silva.

- Todos hemos tenido alguna vez en la vida una misión larga y peligrosa donde hemos tenido que borrar por años todo ratstro de nuestra existencia. Si yo hubiera actuado de esa forma durante tu misión en la Guerra de Gorteau, tu jamás hubieras recibido esos pantalones deportivos que estas usando. – contestó el anciano sin dejar de caminar a paso apresurado.

- Es diferente en el caso de mi hijo. Illumi fue al Continente Obscuro, sabes que la mayoría de los que se pierden allí no regresan.

- Tonterías, mi abuelo Zigg viajó al Continente Obscuro y regresó sano y salvo. No veo porque mi nieto no haría eso.

- Papá, ni siquiera los mismos integrantes de la Brigada Fantasma, la Asociación de Cazadores o sus hermanos tienen la más remota idea de lo que le pasó a Illumi, las esperanzas de verlo vivo son nulas.

- Bueno, tampoco tenemos idea de donde esta Killua y tu aún confías que el va a ser tu sucesor. – respondió Zeno.

- Killua es diferente, el tiene potencial para ser mi sucsesor.

- Todos tus hijos son diferentes y cada uno tiene su potencial. Incluso esa criaturilla peligrosa que vivía en encerrada el sótano tenía potencial de ser la nueva cabeza de familia de los Zoldyck.

- Illumi esta desaparecido en el lugar más recondito del mundo, Milluki es un vago que no puede matar una mosca sin una computadora que lo asista, Alluka es una aberración impredecible y Kalluto…

- No hay nada malo en ese con ese chico. -interrumpió Zeno.

- Lo se, simplemente no creo que tenga el carácter ni la personalidad para ser cabeza de familia. Es demasiado retraído y afeminado para ser un asesino, no me lo imagino en mi posición dentro de diez o veinte años.

- Yo tampoco te imaginé como mi sucesor cuando me dijiste que embarazaste a la guardespaldas de uno de nuestros clientes en Ciudad Meteoro. ¡Y miraté ahora! – exclamó Zeno con orgullo.

- Kalluto es igual que su madre, simplemente obedece a quien sea, siempre que haya dinero y lujos de por medio.

- Bueno, eso es tener buenas habilidades en los negocios. Kikyo era una mujer bastante buena a la hora de ponerse precio en el mercado y sacarse provecho a la hora de matar gente. ¡Y lo hubiera seguido siendo si tu no la hubieras condenado a ser ama de casa y dejar sus sueños! – exclamó el anciano.

- Kikyo jamás tuvo otro sueño además de ser millonaria para pasar su vida usando vestidos de seda, coleccionando joyas, comiendo macarrones y tomando champaña. – contestó Silva fastidiado al recordar las frivolidades diarias de su esposa.

- Como sea, el chico tiene la astucia de tu esposa y eso lo hace un asesino prodigioso.

- Sin embargo, el es incapaz de analizar e innovar. Simplemente deja que se lo lleve la corriente como una hoja en el viento. La cabeza de una familia tiene que tener genio propio, no puede simplemente callar y mantenerse como un pequeño perro faldero esperando ordenes.

Sin conocimiento de ambos hombres Kalluto se encontraba escondido entre los de la mansión Zoldyck, haciendo el mayor esfuerzo por pasar desapaecibido. El joven Zoldyck no podía evitar sentirse herido al saber lo mucho que su padre se sentía descepcionado de el. No entendía porque su padre pensaba tan bajo de el, si después de todo Kalluto (pese a sus obligaciones con la Brigada Fantasma) seguía aportando ganancias millonarias a la familia Zoldyck gracias a sus habilidades en el arte del asesinato, siendo reculutado seguidamente por toda clase de organizaciones criminales y de gobierno para acabar con blancos díficiles. Quizá su abuelo tenía razón, quizá no había nada de malo en el, pues pese a haber fallado su objetivo de localizar a Killua y traerlo de vuelta, el había logrado ser por mucho uno de los asesinos más competentes de su familia, además de tener conocimiento de primera mano de las movidas de la Brigada Fantasma, para que de esta manera, si alguien llegase a pedir la cabeza de cualquiera de ellos, el pudiera ayudar a asesinarlo desde adentro. Sin embargo, nada de eso importaba para su padre, pues el consideraba a Kalluto demasiado femenino, tímido y sensible para ocupar algun puesto de importancia en la familia Zoldyck. Y negarlo era casi imposible.

Pese a haber optado por vestirse de forma varonil para disfrazarse y pasar desapercibido mientras viajaba a Padokea, no podía evitra sentir que aquella actuación no era más que una simple fachada la cual le costaba bastante mantener. Pensó por un segundo que ese cambio de apariencia haría que su padre lo viese como digno de la casa Zoldyck, sin embargo este reacciono con la mayor indiferencia del mundo. Kalluto se llevo una mano a la cabeza tocandose su cabello obscuro el cual tuvo que cortar casi a rape para disfrazarse de forma efectiva, sintiendose triste al recordar como Phinks le ayudó a trasquilar aquella espesa melena negra. Quizá en algun otro punto de su vida o en alguna misión menos riesgosa el hubiera optado por fingir ser una niña, después de todo su usual guardaropas femenino se prestaba a menudo a confusiones. Sin embargo, esta vez el riesgo que corría de ser atrapado era demasiado alto para dejarlo a la suerte. Además, con la edad su rostro comenzaba a perder aquella androginia que le permitía tan bien aparentar ser del sexo opuesto, volviendose cada vez duro y masculino e incluso comenzaba a crecerle un poco de vello facial, el cual eliminaba cada mañana de forma compulsiva. Su estatura y su musculatura habían aumentado considerablemente, llegando pronto a rebasar la estatura de Machi. Kalluto recordaba como los miembros de la Araña le felicitaban por su crecimiento y le decían que el se estaba haciendo "todo un hombre", pero, en el fondo, Kalluto se sentía como si muy apenas fuera un niño.

Poco a poco Kalluto comenzó a alejarse de su padre y su abuelo, excabullendose entre los rosales. Definitivamente el ya no quería seguir allí escuchando lo que su familia hablaba de el a sus espaldas. Cuando el joven Zoldyck estuvo fuera de los espinozos rosales y comenzó a dirigirse al interior de su mansión. En cuanto pusiera sus pies dentro de ella empacaría todas sus cosas y tomaría cualquier misión que hubiera disponible, o bien, regresaría con la Brigada Fantasma a tratar de ayudarles en cualquier cosa. Por lo que sabía Chrollo generalmente se mantenía ocupado haciendo obras de caridad en Ciudad Meteoro, Machi se dedicaba a sanar gente por precios exhorbitantes en el Coliseo del Cielo, Bonolenov y Shizuku solían involucrarse en robos a pequeña escala, Nobunaga solía viajar sin rumbo para entrenar y perfeccionar su tecnica de espada, mientras que Phinks generalmente tomaba cualquier trabajo de matón que hubiese disponible.

Kalluto recordó como antes de partir a la montaña Kukuroo tanto Phinks como Bonolenov le habían ofrecido que en caso de que por alguna razón no se sintiera animado a ir con su familia el podía acompañarlos. Kalluto declinó la oferta de ambos, pues su sentido de lealtad a su familia era más fuerte que cualquier vínculo que hubiera formado con sus compañeros de la Araña. Tristemente el muchacho comenzaba a lamentar no haberlos acompañado, especialmente ahora que comenzaba a acordarse de lo mucho que el y Phinks se divirtieron en el cine o como Bonolenvo los entretuvo a todos en el hotel platicandoles anecdotas de su familia y su tribu. Aquella diversión y compañerismo contrastaba con la frialdad y formalidad de su familia, en donde pese a existir un vínculo sanguíneo y amor, no dejaba de sentirse un aire de tensión en todas sus conversaciones y acciones. Ahora Kalluto comenzaba a entender porque Killua, escapó, quizá era inútil seguirlo persigiendo, quizá incluso, era necesario escapar junto a el y librarse de las ataduras del apellido Zoldyck para siempre…

- ¿Qué haces aquí?– preguntó Milluki a Kalluto sacandolo de sus pensamientos.

El segundo hijo de la familia Zoldyck era conocido por su rollizo cuerpo, el cual, era rídiculamente gordo para tratarse de un asesino duramente entrenado, pero, por alguna razón, desde la desaparición de Illumi Milluki había adelgazado considerablemente al grado de que la mayoría de sus ropas comenzaban a verse comicamente flojas en su cuerpo.

- Solo tomaba aire. – contestó el niño secamente.

- Dejame adivinar. ¿Ya te cansaste de esta casa y quieres seguir jugando a Robin Hood con Brigada Fantasma? – contestó Milluki sin esconder cierto toque de envidia a la excitante vida de crimen y las amistades que mantenía su hermano en el mundo exterior.

- ¿Quieres la verdad o la respuesta políticamente correcta? – contestó Kalluto fríamente.

Kalluto escuchó esa frase de Machi hacía mucho tiempo y secretamente el había estado esperando para poderla usarla, sintiendose poderoso al hacerlo. Milluki por su parte le aventó un pediódico, el cual mostraba a las vícimas y superviviestes del atentado. "Dos meses después: víctimas piden justicia y gobierno jura dar muerte a la Araña".

- Nunca me dijiste que usarías mis explosivos en civiles. – comentó Milluki indignado.

- Nunca me preguntaste. Además mi jefe te pagó con adelanto. Deberías estar agradecido.– contestó Kalluto.

- Ese no es el punto. – gruñó Milluki.

- ¿Cuál es el punto enonces?

- ¡Ustedes ven la tempestad y no se inclinan! La Araña se metió con una de las naciones más ricas del mundo y ahora todos los quieren muertos.

- Eso no es secreto, siempre hemos sido buscados. – dijo Kalluto, haciendo un enfasis en el "hemos", asumiendose a si mismo como orgulloso miembro de aquella organización.

- Sin embargo, ahora el gobierno de Kakín tiene a un miembro muy importante de la Asociación de Cazadores tras ustedes. – contestó Milluki.

- ¿Y eso que tiene de especial?

- Ayer decidí indagar sobre el y logre hackear la página de la Asociación para informarme respecto a todo este caso. El encargado de la Operación Bug Busters como decidieron llamarla los oficiales de Kakín es Kurapika Kurta. El fue la Rata de los Zodiacos y trabajó para el mafioso Ligth Nostrade, volviendose eventualmente cabeza de la familia Nostrade, además de haber participado en la expedición del Continente Obscuro y haberse desempeñado como guardespaldas de la actual Rey de Kakín. Por si fuera poco mató a dos miembros anteriores de la Brigada Fantasma.

- Creo que lo conozco. No creo que nos sea dificil encargarnos de el.– dijo Kalluto recordando su encuentro con Kurapika en el Black Whale.

- La Regente dijo que le daría los fondos necesarios para matarlos y por lo visto en sus políticas a ella no le tiembla la mano al gastar el herario público. Así que no te sorprenda si esa rata un día llega y les mete un susto con un dirigible militar o un contingente armado.

- Parece que el será un hueso duro de roer.

- Lo será, sin embargo, el tiene algunas debilidades…

- ¿Cuáles?

- Aparentemente varios problemas de salud física y mental adquiridos en el Contienente Obscuro. Lleva poco tiempo de ser dado de alta, requiere andador para caminar y consume dosis muy altas de antidepresivos y analgésicos, además perdió uno de sus ojos. Tengo un diario donde escribí los detalles de sus problemas de salud física y mental, así como algunos detalles que he escarbado de las redes sociales de su pareja sentimental y sus amigos. El al parecer es muy cuidadoso, así que no maneja redes sociales y generalmente es dificil contactarlo. Sin embargo, su novio parece usar mucho Facebox y ocasionalmente coloca fotos de ellos dos juntos.

- Bueno. Entiendo, muchas gracias por la información. ¿Te importaria darme ese diario? – preguntó Kalluto.

- Está en mi habitación, te lo traere enseguida. Haz lo que necesites con esa información y ten mucho cuidado.

- Muchas gracias hermano mayor, te la pagaré cuando pueda.

- No me pagues. Esto lo hice por placer.

- Oh. Ya veo. – contestó Kalluto sintiendose raro de que su hermano le hubiese hecho un favor sin dinero o amenazas de por medio.

- Una última cosa…

- ¿Si?

- Ten mucho cuidado. Estas patinando en hielo delgado y tu cabeza ahora tiene un precio muy alto. Haz lo que sea por mantenerte vivo.

- Eso haré hermano. Eso haré. – concluyó Kalluto.

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Bueno, aquí el capítulo 16. Originalmente este iba a ser el capítulo 17, sin embargo, tras releer ambos capítulos, considere que sería mejor editarlos y ponerlos en un orden distinto para hacer la historia más dinámica. Espero que esten disfrutando mucho de este capítulo y que se encuentren bien en esta horrorosa temporada de frío.

Rosslie: Me alegra que te encuentres bien pese a las dificultades. Y sobre Chrollo, tienes razón en preocuparte, el pobre no se imagina lo que le viene. ¡Muahahaha!

Como siempre mando muchos besos y abrazos a todos mis lectores. Mantenganse calientitos y protegidos del covid. ¡Hasta la próxima!