- ¿Has encontrado algo significante? – preguntó la Regente de Kakín a Kurapika quien la acompañaba a ella en la cabaña de campo que había recibido Oito como regalo de bodas.
Estrictamente hablando, aquella cabaña no se encontraba en el campo, sino en uno de los jardínes del palacio, sin embargo poco le había importado a Oito la localización de aquella casita, pues ella la adoraba enormemente, pues era el único lugar en el que podía divertirse sin tener que preocuparse por complacer los deseos de su esposo, seguir la estricta etiqueta de la corte ni las tensiones con el resto de las reinas y la nobleza, sin contar el hecho de que allí había una hermosa vista a los rosales del jardín e incluso un pequeño estanque con peces de colores y varios tipos de patos.
- Quise reunirme con usted de forma privada para poner sobre la mesa las concluciones más importantes que he hecho sin posibilidad de ser espiados o que nuestros medios de comunicación sufran cualquier tipo de hackeo o interferencia de terceros. – contestó el rubio.
- ¿Crees que hay alguien espiando? – preguntó preocupada Oito.
- Me fue informado hace poco que el sitio de la Asociación de Cazadores fue hackeado. Además hice un par de descubrimientos inquietantes respecto al modus operandi de la Brigada Fantasma. Primero que nada, antes de infiltrarse al museo ellos estuvieron viviendo en Kakín por lo menos dos semanas antes del atentado, ocupado la casa del matrimonio Hyugens, quienes, desaparecieron junto a su hija tras ir de día de campo. Sospechamos que la Brigada Fantasma asesino a la pareja junto a su hija. Y además, es posible que uno de los miembros de la Brigada Fantasma se haya infiltrado al museo consiguiendo un trabajo como conserje de este, ayudandose de la documentación de la hija de los Hyugens. De esa forma fueron capaces de familiarizarse con la estructura física del museo, los cambios de turnos del personal de seguridad y todo tipo de información valiosa. Así que no me extrañaría que estuvieran tratando de espiarnos o sabotear esta operación.
- Ya veo. – dijo Oito seriamente- Lo que paso con los Hyugens es algo horroroso, pero no atípico de la Araña. Lo que me sigue intirigando es porqué hubo tanta insistencia en atacar nuestro Museo de Antropología. ¿Qué teníamos nosotros que ellos quisieran destruir tan brutalmente?
- Es una respuesta simple. Dentro de la exhibición tenían el cuerpo de otro de los integrantes de la Brigada Fantasma, el cádaver de Feitan Portor, quien murió en el Contiente Obscuro. Obviamente el hecho de que el cuerpo de uno de sus miembros fuera exhibido como si se tratase de un objeto fue considerado como una afrenta grave, por lo cual tomaron venganza. – explicó Kurapika.
- ¡Debí haberlo preevisto! Si los medios se enteran que esto fue mi culpa… ¡Estoy perdida! ¡Todo esto pudo haberse evitado! – chilló Oito sinriendose culpable por haber permitido la exhibición de aquel cuerpo.
- Usted no es la culpable. En primera, porque dicha exhibición estuvo a cargo de los curadores del museo, quienes a su vez responden a los ministros de arte y ciencias. No había forma de que usted estuviese al tanto de aquella situación, en especial con la tensa situación política del reino y sus colonias. Los únicos culpables de esto fueron aquellos asesinos. – contesto Kurapika empatizando con el dolor de la Regente.
- Por favor, dime que has encontrado algo más sobre ellos…
- Tal como digeron los peritos, la Brigada Fantasma aprovechó la confusión de las explosiones para escapar en un automóvil robado, el cual fue tirado al mar por el propio conductor. Sin embargo al lograr extraer el veículo no se encontraron cuerpos. El hecho de que el veículo estuviera relativamente cerca del lado continental de la ciudad hace que sea casi seguro que ellos huyeron por ese lado, donde las medidas de seguridad y las restricciónes de transporte aún no se endurecían.
- Entonces es seguro que esos canallas aún estan vivos. – gruñó Oito con impotencia.
Antes de su encuentro con Kurapika habían circulado varios rumores que afirmaban que la Brigada Fantasma había muerto en el atentado, pues había habido un largo período desprovisto de la usual actividad criminal que caracterizaba a la Araña y un vacío de noticias respecto a robos o atracos de aquel estilo. Si aquellos rumores hubiesen sido verdad, eso hubiera signficado una preocupación menos para todo el mundo.
- Pero, hubo un par de descubrimientos respecto a su escape nuevos. El vehículo en el que ellos huyeron y se tiraron al puente fue un Jeep Cherokee XJ, el cual pertenecía a una pequeña empresa dedicada a la repostería. De hecho en la cajuela de dicho vehículo se encontraron al menos cuatro decenas de pasteles. – contestó Kurapika.
- Eso es terrible, sin embargo no es nada que no supiera antes y no consigo ver como los pasteles se relaciona con el atentado…
- Eso es a lo que me dirijo. La cajuela estaba llena de pasteles y solo había cinco asientos disponibles. Sin embargo, lo que sobrevivió de las cámaras de seguridad del ataque del museo, indica que hubo siete miembros de la Brigada Fantasma involucrados. Por lo tanto, es probable que, al menos dos de sus miembros, no abordaron dicho automóvil. Y si bien cabe la posibilidad de que hayan decidido amontonarse todos en el mismo espacio, sacrificando su seguridad y comodidad, hay otro detalle muy importante que se le escapó a todos los peritos involucrados.
- ¿Cuál detalle?
- Dentro de los restos de vehículos del estacionamiento del museo se pudieron encontrar los autos de las víctimas y empleados del museo. Obviamente, fueron encontrados en condiciones irreparables. Sin embargo, no se encontró el camión de la empresa que distribuía mercancía a la tienda de regalos del museo. Lo cual indica que ese vehículo…
- ¡También fue robado por la Brigada Fantasma! – exclamó la Regente.
- Por lo que deducí que escaparon por dos vías distintas y probablemente, tomaron dos caminos separados, siendo uno el de la camioneta de la pastelería y el otro el del camión de la empresa distribuidora de la tienda de regalos. Ambas cruzaron el puente Huo Lei, pero en distintos momentos. Además es altamente probable que hayan tomado distintas rutas y empleado toda clase de artimañas para huir del país, o incluso del continente.
- Eso complica nuestra busqueda…
- Claro, sin embargo, hay que tener en cuenta algo importante de la Brigada Fantasma: la mayoría de ellos son nativos de Ciudad Meteoro, por lo cual es muy probable que se encuentren en dicho lugar.
- ¿Propones que envié el éjercito a Ciudad Meteoro? – preguntó Oito nerviosa.
Si bien ella había prometido abandonar las políticas intervencionistas de su esposo, por otro lado sabía que había un buen número de miembros del parlamento que insistían en que la busqueda de justicia solo podía darse a cabo con intervención militar. Declararle la guerra a Ciudad Meteoro era un acto riesgoso, por no decir suicida y corría el riesgo de perder la aprovación de los sectores más liberales del país. Perder el apoyo de los liberales era un riesgo que no podía tomar, en especial cuando ellos habían sido los que habían dado el buen visto a sus políticas progresistas.
- No. Como dije, la mayoría de ellos son de Ciudad Meteoro y si algo distingue a los habitantes de Ciudad Meteoro, es su naturaleza vengativa. Intervenir militarmente en Ciudad Meteoro, solo para darle caza a la Brigada Fantasma sería sin duda un casus belli para ellos. Recuerde los atentados suicidas que hubo tras aquel juicio hace años. Si hay algo que queremos evitar es que este tumor terrorista mute y se expanda por todo Kakín. – contestó Kurapika.
- Si van a vengarse de nosotros por dar caza a la Brigada Fantasma, sigifica que no tiene caso perseguirlos. – contestó con resignación la Regente.
- No he dicho eso. Obviamente sus atrocidades no pueden ser perdonadas, sin embargo, para ir de cacería contra ellos tendremos que emplear metodos más discretos, hacer que parezca un accidente como dirián en las novelas de crímen.
- ¿Entonces debería contratar algún asesino a sueldo? – preguntó Oito.
A la Regente le desagradaba mucho la idea de contratar un asesino a sueldo, pues si bien eran efectivos, por lo general para matar a un blanco del calibre de la Brigada Fantasma cobraban sumas exhorbitantes. La última vez que trato de negociar con el patriarca de la familia Zoldyck para que este se encargara de la Araña, este le pidió una suma monetaria la cual equivalía al triple del presupuesto militar anual. Oito no podía darse el lujo de tirar el herario público por servicios de ese tipo, mucho menos cuando quienes los ofrecían estaban asociados con actividades illegales y moralmente dudosas.
- No. Yo mismo les daré caza. Después de todo, si yo llego a matarlos, su muerte será vista como un ajuste de cuentas entre mi tribu y ellos, Kakín y sus subditos no serían culpados o implicados en cualquier tipo de retribución que los habitantes de Ciudad Meteoro fueran a planear.– dijo el rubio.
- ¿Seguro que tu puedes? – preguntó la Regente preocupada.
- Se que tengo varias limitaciones tanto físicas como mentales. Sin embargo, también tengo varias cartas bajo la manga. Soy un cazador de listas negras después de todo. – contestó Kurapika determinadamente.
- De acuerdo. De igual forma comunícate conmigo en caso de que haya avances. ¿Gustas acompañarme merendar a mi y a Wooble esta tarde? Ella acaba de terminar sus clases de este día y estoy segura que le encantaría verte. Los chefs del palacio seguramente ya prepararon té y galletas, creo que te gustaría probarlas.- ofreció la Regente amablemente.
- Por supuesto. ¿Le molestaría que llamara a mi pareja Leorio para acompañarnos esta tarde? El se quedó en el templo del palacio, así que no demoraré en regresar con el.
- Para nada. Por el contrario, me haría muy feliz volver a encontrarme con el en persona. – contestó Oito sonriendo.
Kurapika había estado a punto de declinar la oferta, sin embargo, al final decidió aceptar quedarse a merendar. Después de todo el tambien necesitaba relajarse y divertirse un poco, tal como se lo había prometido a su amigo Pairo hace años. Ya se encargaría Kurapika de vengars de quienes hacía años acabaron con Pairo y toda su tribu. Después de todo, a diferencia del té y las galletas, la venganza es un plato que se sirve frío.
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Bueno, aquí el siguiente capítulo de regreso a las andanzas de nuestro rubio preferido, haciendola de Hercule Poirot para la Reina mas bella de HxH. El detalle de la casita de campo de Oito esta inspirado en la casa de campo que tenía la reina María Antonieta de Francia dentro de los jardínes de Versalles. En esa casita ella solía jugar a ser granjera y paseando con sus amigas acompañada de la naturaleza y lo mejor de la arquitectura barroca, para de esta forma escapar de la estricta etiqueta palaciega y las tensiones de la corte (he retomado el anime de Lady Oscar, de allí que se me haya ocurrido ese detallito, jeje).
Rosslie: Ay, en la respuesta del comentario anterior por alguna razón se me pasó y te respondí como si fueras Monnie´s (lo que hacen los desvelos universitarios y el deficit de atención hacen con nuestra mente y habilidades de redacción, jaja). La verdad la Araña no tiene idea de los duendes verdes que se les van a venir encima. ¡Ay, si los pobres supieran! Pero en fin, esto es un darkfic y quien a hierro vive a hierro muere (ni siquiera Yoshihiro Togashi quiere darle un final feliz a la Brigada Fantasma, ja). Manda a Monnie´s un saludo de mi parte y mis mejores deseos.
Como siempre agradezco a todos mis lectores y lectoras, ustedes son geniales, les deseo muy lindo mes de Abril y feliz Semana Santa y de Pascua. Ojalá pueda poner un par de capitulillos o fanfics aquí antes de que finalice esta temporada.
¡Cuídense mucho, les deseo lo mejor a todos!
