- Buenos días señor Lockbolt. ¿Cómo ha estado el día de hoy? Por cierto, su esposa luce esplendida. ¿Esta estrenando un look de maquillaje nuevo? – preguntó Netokris sonriendo amablemente.
Era martes 2 de marzo, el día acordado para recibir los resultados de la biopsia. Machi frunció el ante la sonrisa de aquella mujer y sus halagos inecesarios, sintiendose furiosa de que esta no fuera a directa al grano.
- Pasamos nuestro fin de semana entero encerrados en un hospital y mi esposo sigue enfermo. ¿Cómo crees que me nos sentimos? – gruño Machi.
- Tranquila, yo estoy muy bien. Se que has de estar preocupada y cansada, pero no creo que sea buena idea enojarse con la señorita Magcub. – contestó Chrollo tratando de suavizar la respuesta de Machi.
- Oh, no. Descuide serñor Lockbolt. Su esposa hace bien en expresar todos sus sentimientos. Estar en un sitio como este puede ser algo difícil, en especial tras tantas peripecias y malos diagnósticos. De hecho le recomiendo mucho que suelte sus sentimientos: grite, llore, chille, escriba un diario, todo es válido. Su esposa simplemente se encuentra expresando sus sentimientos de preocupación por usted de forma libre. – contestó la doctora.
- Bueno, entonces supongo que no he tenido los mejores días de mi vida aquí mismo. Continuó con mis dolores y mi vómito, aunque mi sarpullido se ha calmado bastante.- contestó Chrollo.
- ¡Ja! Los milagros que puede hacer los tratamientos de aceite de la hoja limpia. Y pensar que hay quienes quienes quieren prohibirla. Pero bueno, eso es otro tema, tengo que ir al grano… - dijo Netokris sacando varios papeles de su legajo y una pluma.
- Bien, entonces supongo que nos dará el resultado de la biopsia. ¿Cierto?- preguntó Chrollo.
Netokris tomó aire antes de responder a Chrollo.
- Respecto a su diagnóstico le tengo una noticia buena y una mala. – dijo Netokris seriamente.
- Primero diganos la mala noticia. – contesto Chrollo.
- Encontré lo que buscaba.
Chrollo parpadeó un poco ante la respuesta. Quizá aquella mujer pensó que el preguntó primero por la buena noticia.
- Bueno, ahora diganos la mala. – dijo Chrollo.
Netokris guardó silencio por un largo rato mirando a Chrollo y a Machi quienes tenían una expresión de confusión y angustia.
- Esa fue la mala noticia. La buena es que ese descubrimiento me permitió recibir una beca de intestigación en una prestigiosa universidad estatal y un bono por parte de la Asociación de Cazadores, así que si tengo suerte arreglaré mis documentos de divorcio, me haré un tatuaje de cejas y comprare un nuevo auto. ¡Ja! – exclamó Netokris sonriendo tratando de cortar la tensión en el aire que le había generado al joven matrimonio. Aquel intento por animar a la pareja fue inútil, pues ambos mantenían una expresión intranquila.
- ¿Qué quiere decir con eso? – interrogó Chrollo nuevamente.
- Señor Lockbolt. Usted tiene una de las enfermedades mas raras del mundo, al grado que actualmente no existe ningún otro paciente vivo que la padezca. De hecho, el último paciente de esta enfermedad falleció hace 32 años para ser exactos y durante mucho tiempo se pensó que aquella enfermedad se había extinguido en los seres humanos.
Chrollo tragó saliva y sujetó la mano de Machi con fuerza, sintiendose incómodo ante las palabras de la doctora. Machi se limitó a apretar la mano de Chrollo con aún más fuerza y respirar hondamente mientras esperaba el veredicto de Netokris.
- ¿Qué enfermadad tengo exactamente? – preguntó Chrollo.
- Usted padece el mal llamado síndrome del ojo rojo. – dijo la doctora seriamente.
- ¿Síndrome del ojo rojo? – preguntó Chrollo, quien jamás había escuchado el nombre de aquella enfermedad.
- Originalmente esta enfermedad fue por primera vez descrita entre los miembros de una tribu aislada de la región de Lukso que poseían unos característicos ojos rojos al enojarse, siendo la enorme mayoría de los aquejados de este padecimiento. Era un padecimiento tan exclusivo de esta tribu que durante un tiempo se llegó a pensar que era un desorden genético, producto de la endogamia y los matrimonios consanguineos que practicaban. Sin embargo, dicha hipotesis fue descartada tras encontrarse casos en antropólogos y cazadores que se aventuraron en Lukso y cacharon también la enfermedad. Se pensó que aquella enfermedad estaba extinta en el ser humano, pues hace algun tiempo esta tribu fue completamente aniquilada por una banda de delincuentes salvajes quienes se rumora que vendieron sus ojos rojos al mercado negro o algo así. ¡Una completa barbaridad lo que hicieron esos hijos de la chingada con la pobre gente que allí vivía! ¡Y pensar que ni uno de ellos pisó la carcél!
- Oh, usted se refiere al clan Kurta entonces. He oído un poco de ellos, por lo que se eran personas bastante peculiares y de carácter agresivo. Sin embargo nada de eso justifica tal genocidio. – exclamó Chrollo sonriendo con cinismo.
Si aquella mujer supiera quien era y su implicación con la masacre de dicha tribu seguramente le daría un soponcio. Chrollo sonrió y volteó a ver el rostro de Machi, quien apretó los labios con complicidad. A decir verdad era tentador para Machi revelarle la identidad de ambos, asesinar a esa insoportable doctora allí mismo y saquear el hospital quemandolo hasta los cimientos. Sin embargo, tanto Chrollo como ella sabían que eso era una idea imprudente pues su principal objetivo ahora era recobrar la salud de Chrollo. Ya habría tiempo para saquear el hospital y darle su merecido a esa idiota.
- Vaya, veo que usted si es un hombre de cultura. – exclamó Netokris sorprendida- Pero sin desviarnos a conversaciones antropologicas, necesito explicarle a detalle su asunto. El síndrome del ojo rojo es una enfermedad causada por un parasito llamado hirudinea posteadora. Se trata de un organismo que, al igual que las hormigas quimera, se reproduce mediante el método de phagogenesis, osea se reproducen tras alimentarse heredandole de esta manera a sus descendientes caracretísticas genéticas de su presa. En este caso la hirudinea posteadora o hirpo como se le dice coloquialmente se alimente de células de su huesped, entrando usalmente por su tracto digestivo. Una vez que empieza a comer esta se reproduce, teniendo su descendencia células con el material genético del huesped las cuales son indetectables para el sistema inmune de este. De cierta forma a medida que se comen a su huesped van generando "remplazos" de las células que han devorado previamente. A medida que pasa el tiempo van formando colonias de celulas de "remplazos" por todo el organismo. Usualmente sus huespedes son mamíferos pequeños, aves y ocasionalmente insectos de aquella region donde vívian los Kurta. Estos animales salvajes tienen una esperanza de vida más corta que el ser humano, por lo que mueren antes de que estas colonias de hirpo lleguen a gran tamaño y causen malestares, generalmente siendo víctimas de otros depredadores o carroñeros quienes permiten que se reproduzca de nuevo el parásito. Sin embargo, en el caso de que las colonias de hirpo se implanten en el ser humano o cualquier otro animal con esperanza de vida mayor a los diez o cinco años, estas forman colonias enormes en todas partes del cuerpo del huesped, las cuales comienzan a impactar negativamente a la salud de este último, desencadenando una serie de trastornos autoimunes, además de prevenir que el huesped reciba los nutrimentos requeridos para su salud, dañando sus organos irreparablemente. En su caso este organismo parece haberse incubado en tu cuerpo hace al menos diez o doce años, por lo que es lógico que ya comiences a mostrar disfunciones severas.
- ¿Puede transmitirse por saliva? ¿O por vía venérea? – preguntó Chrollo sumamente preocupado.
El había estado teniendo sexo sin protección con Machi desde hacía meses. Pensar que el la hubiera podido exponer a algun malestar tan grave le hacía sentir horriblemente culpable. Nadie merecía pasar los dolores que lo estaba aquejando en ese momento. Netokris solo rió silenciosamente antes de contestarle a su paciente.
- Es imposible. Por alguna razón la única forma en la que se propaga el hirpo es comiendo la carne cruda de otro organismo afectado. -comentó la doctora sin dejar su sonrisa amistosa- Además, estos organismos no afectan los flúidos… sexuales. Así que si usted y su esposa quieren pasar un rato de diversión adulta en la cama son libres de hacerlo. De hecho, en este hospital tambien ofrecemos servicios de ginecología y sexología bastante buenos. ¡Y hasta hacemos descuento en febrero por San Valentín y en Marzo por el día de la mujer trabajadora!
Chrollo tragó saliva. El recordó aquel fatidico día que cometió la masacre contra los Kurtas. Había sido un día soleado y apacible, su misión, si bien fue bastante tediosa, no resultó en mayores complicaciones para la Brigada Fantasma. Tras concluir con la masacre y recolectar los ojos, órganos y cádaveres de aquellas personas ellos aún se quedaron un rato rondando por aquel pueblo, robando cualquier cosa que pudiera ser vendida o utilizada por ellos. Pese al valor monetario que tenían los cuerpos del clan Kurta sus pertenencias personales eran más bien humildes y poco ostentosas. Las joyas eran escasas hechas de cerámica o metales comúnes y corrientes, mayoría de los habitantes de aquel lugar carecían de modernidades tales como teléfonos o aparatos electricos, viendose incluso más humildes y frugales que algunos de los habitantes de Ciudad Meteoro.
Chrollo recordó como en una de sus exploraciones por aquellas casas, el pudo entrar a la cocina e intrigado por probar por primera y última vez la comida de aquella tribu dio un mordisco a una suerte de guiso al vapor que se había quedado a medio comer por los habitantes originales de aquel sitio. Aquel guiso era carne de caza, proveniente de una clase de zarigueya lampiña endémica de la región. Chrollo, si bien no solía ser fánatico de la carne tenía que admitir que aquel platillo estaba bastante bien elaborado, teniendo un delicioso término medio y un espeso aderezo a base de vegetales frescos. Los demás miembros de la Brigada no se atrevieron a probas aquella comida, pues la mayoría encontraba asqueroso comer al lado de cadaveres. Feitan y Uvogin, si bien no se mostraban incómodos ante la carnicería humana que los rodeaba no parecían estar interesados por comer zarigueyas en salsa, empanadas de hiervas al vapor, ensalada de frutas con vinagre o pan de camote y habas que eran típicos de la gastronomía de aquel sitio, menos cuando hacía un par de noches habían asaltado una tienda de conveniencia y robado frituras dulces, embutidos y bebidas alcoholicas de todo tipo. Chrollo fue el único que cometió la equivocación de comer aquella comida, la cual muy seguramente estaba contaminada con aquel horroroso parásito.
Si Chrollo hubiera sido un hombre más supersticioso hubiera atribuido su enfermedad a un castigo divino o una maldición por haber masacrado a sangre fría a aquellas gentes. Sin embargo, al ser un hombre racional el vió aquello como un estúpido error humano, una falta de cálculo simple, no muy diferente a emborracharse o a acabar con indigestión por comer demasiados postres al festejar año nuevo. Aunque tenía que admitir que las consecuencias de su estupidez parecían ser mucho más graves que una borrachera o un atracón de postres.
- ¿Cuál es el tratamiento? ¿Hay alguna forma de quitarle esos bichos a mi esposo? – intervino Machi con una mezcla de indignación y angustia.
- Bueno, quitarle esos "bichos" es un poco más que complicado, pues es casi imposible de distinguirlos de células sanas. Además los hirpos esta infiltrados en todo su cuerpo. Sería algo así como quitarle el sodio a la sal o el oxígeno al agua. Quizá si hubiese venido aquí hace por lo menos ocho años hubiera existido la remota posibilidad de conseguir ciertos antibioticos para manejarlo o bien incluso radiación. Sin embargo en este punto… no hay ningún antibiotico o tratamiento que le haga frente a aquel monstro de la naturaleza que su marido tiene en el cuerpo. Lo único que puedo ofrecerles son cuidados y tratamientos paliativos.
Machi palideció al escuchar la palabra "paliativos". Si bien los cuidados paliativos no eran exclusivos para enfermos terminales, en el contexto en el que Machi escuchaba esa frase claramente se referia a eso.
- ¿Cuánto tiempo me queda de vida? – preguntó Chrollo directamente.
La doctora tomó aire antes de decir su respuesta.
- Bueno, no sabría decirle. En primera, porque su enfermedad es bastante rara y poco estudiada al grado de que ninguna empresa farmaceutica ha desarrollado algún medicamento especial para tratarla. Después de todo ¿Qué clase de laboratorio invertiría su dinero en investigar una enfermedad que solo afecta a un minúsculo porcentaje de una minúscula población que fue erradicada de la tierra? ¡Ninguno, pues no sería rentable! En especial habiendo tantas enfermedades que afectan a millones de personas cuya cura y traramientos podría elevar sus ganancias por los cielos. La única razón por la que a mi se me ha pagado por estudiarla es porque los hirpos al ser un animal con un método reproductivo similar a el de las hormigas quimera varios biólogos creen que conocer sobre esta podría servir para tener un mejor entendimiento de las hormigas quimera y prevenir futuros ataques de estas. Y en segunda, es casi imposible dar una fecha exacta de la muerte de un paciente terminal. ¡O incluso de una persona sana! Uno puede pensar que vivirá cien años y luego ser atropellado tras salir del trabajo, otro puede ser diagnosticado de la peor enfermedad del mundo y regresar a la salud tras un rato. La vida te da tantas vueltas que es imposible determinar como o cuando moriremos lo mejor es vivir el momento.
- Bueno, suficiente palabrería de auto ayuda. ¿Qué opciones de tratamiento nos da? – inquirió Machi con impaciencia.
- Bueno. Ustedes pueden recibir tratamiento médico y ser monitoreados de forma constante en este hospital o bien puedo enviar a su domicilio un enfermedo con especialización en cuidados paliativos a su hogar. El costo sería cubierto directamente por la Universidad de Padokea y la Asociación de Cazadores con algunas condiciones…
- ¿Cuáles son esas condiciones? – preguntó Chrollo.
- Primero, yo tendría bajo mi control todas las desciciones del tratamiento del paciente y podría experimentar con el libremente para conducir mi estudio. Y segundo, una vez tras su fallecimiento y tras recibir los devidos ritos funerarios su cuerpo pasaría a ser propiedad de la Asociación de Cazadores y usado para futuras investigaciones. Solo tiene que firmar estos documentos. – explicó la doctora entregandole a Chrollo varios papeles y una pluma.
- ¿Qué mierda estas diciendo maldita zorra? – exclamó Machi.
- ¿Perdón? – dijo Netokris genuinamente confundida.
- ¡Quieres usar el cuerpo de mi marido como si fuera un jodido ratón de laboratorio! ¡Y exhibir su cadaver como un trofeo! ¿Qué mierda le pasa? ¿Cree que somos unos pobres diablos que nos dejaremos aguantar esta clase de insolencias? – gritó furiosa Machi.
- Vaya… usted si que esta expresando su ira. – dijo Netokris, ligeramente intimidada por la agresividad de Machi - Aunque creo que tiene una idea un poco errónea de lo que hacen los investigadores médicos…
- ¡Que me importa lo que hacen o no! ¡Ustedes son una bola de sabandijas que se enriquecen del sufrimiento humano! – rugió coléricamente la ninja.
- Pues, señora, de algo tenemos que vivir los médicos y cazadores. Así es el sistema capitalista ¿no?
- Claro, ustedes viven de la miseria ajena y enriqueciendose con la muerte. ¡Bola de sin verguenzas! ¡Seguro con lo que usted vive comen veinte familias!
- Señorita Lockbolt por favor, no me insulte… podemos arreglar esto de forma civilizada, solo ustedes tienen que arreglarse con el seguro médico para pagar tratamientos complementarios…
- ¡Seguro médico! ¡Usted asumiendo que todos somos una bola de riquillos mimados como usted vieja asquerosa!
- Disculpe, pero la semana pasada usted me deposito 50 millones de jenny en el banco. Si alguien puede hacer una transacción así tan rápido, dudo que no sea un "riquillo mimado" como usted dice. – reclamó la doctora.
- Ese dinero lo gané con el sudor de mi frente. – argumentó Machi.
- ¿Y con que cree que gano mi dinero?
- Por su asqueroso maquillaje diría que se gana la vida con las nalgas. – insultó Machi con insolencia.
Aquella discución hubiera acabado con un duelo a muerte de no ser por que Chrollo vomitó violentamente, manchandose a si mismo. La doctora Netokris corrió a brindarle el bote de vómito, mientras Machi trataba de limpiarle el rostro y despejar el cabello de su cara. Cuando terminó de vomitar y toser hicieron un prolongado silencio, el cual fue roto por Chrollo.
- Doctora Magcub, le agradezco todo. Pero no quiero continuar recibiendo traramientos en esta institución y como paciente, tengo el derecho a rehusarme a cualquier tratamiento médico. Considero que el hecho de que se use mi cadaver como parte de una investigacion contrario a mis creencias religiosas, pues deseo ser cremado y reposar en suelo santo. No me gustaría seguir siendo tratado en una institucion afiliada a tales experimentos. Disculpe las molestias que yo y mi esposa le causamos. Nosotros desocuparemos la habitación en cuanto antes y continuaremos con tratamientos alternativos. De todas formas, le doy todo mi eterno agradecimiento y le deseo éxito en la vida. – dijo Chrollo solemnemente a la doctora.
Machi tuvo que aguantarse las ganas de llorar al ver a Chrollo en ese estado, tan frágil, tan enfermo, tan… derrotado. No por Hisoka ni el Bastardo de las Cadenas, sino por un organismo microscopico el cual lo había comenzado a carcomer desde hacía años y el cual quizá jamás aparecido si ellos no se hubieran aventurado en busca de aquellos malditos ojos rojos.
Netokris simplemente recogió la pluma y los documentos que le había brindado a Chrollo y salió de la habitación, mientras que Machi se sentaba al lado de Chrollo en sepulcral silencio, tratando de resignarse a aquel futuro incierto. Sus días junto a Chrollo estaban contados.
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Bueno, creo que este ha sido el capítulo más triste que he escrito hasta el momento de este fanfic. Pero no se preocupen, que el Chrollo y compañía seguiran dando lata por un buen tiempo.
Rosslie: La verdad aquí donde vivo es un maldito horno. ¡Ahhh! ¡Maldito sea el verano! Pero, ni modo, a tomar aguita frúa e hidratarse, pues la vida continua. Como siempre mil gracias por tus comentarios, cuidate mucho del calor y todo lo que esta pasando.
Besos y abrazos para todos mis lectores y lectoras.
