- ¿Creen que hicimos bien en salir huyendo de Ciudad Meteoro? – preguntó Nobunaga algo nervioso.
Llevaban cerca de cuatro días huyendo de Kurapika, recorriendo la árida carretera en un viejo coche robado. Phinks se encontraba al volante, conduciendo a la mayor velocidad posible, mientras que en el estereo del auto sonaba un CD de Lil´Kim, haciendo que la pregunta del espadachín pareciera casi un murmullo frente al sonido del motor del automovil y el coro de "Crush On You" que oía a todo volúmen. Nobunaga estuvo a punto de repetir su pregunta, sin embargo, Kalluto se adelantó a contestarla.
- El bastardo de la cadena se dirigía allí. Si nos quedabamos nos hubiera dado alcance y hubieramos muerto. – se justificó el Zoldyck bajandole al volúmen del estereo.
- Sigo pensando que no fue una buena idea. Las ordenes de nuestro jefe era quedarnos en Ciudad Meteroro para prevenir escapes de los médicos. – argumentó Nobunaga.
- Estan amenazados de muerte y tenemos todos sus datos. Si a alguno de ellos se les ocurriera pasarse de listos con nosotros les enviariamos las víceras de sus seres querídos como si fuera un paquete de Amazon. – dijo Phinks con malicia.
- Esos doctores son lo de menos. El problema es que nos largamos sin avisar a nadie. – comentó Nobunaga.
- Bono y Shizuku tampoco pidieron permiso para irse. – contestó Phinks.
- Ellos tenían sus razones para dejar la ciudad y lo habían discutido con el jefe. No creo que podamos huir eternemente de ese bastardo, deberíamos acabar con el de una vez por todas. – exclamó el espadachín.
- No contamos con la ayuda de nuestro jefe. Enfrentarnos a oponentes de ese calibre sin su ayuda, podría ser muy peligroso. Recuerda lo que pasó en el Continente Obscuro y York New. – dijo Phinks.
- ¡El está muy enfermo! ¡Tenemos que hacernos cargo de estos asuntos por nuestra cuenta! ¡Hay que dejar de huir y enfrentar a ese tipo!– respondió Nobunaga.
A Phinks se le congeló la sangre al pensar en eso. Chrollo estaba gravemente enfermo y si bien el no sabía cual era exactamente su padecimiento, todos en la Brigada Fantasma presentían que era algo grave. Nobunaga tenía la razón: no podían seguir huyendo de Kurapika por el resto de sus vidas, tenían que enfrentarlo y matarlo antes de que el acabara con ellos.
- No estamos huyendo. Estamos esperando a tener un ángulo optimo para atacar. Primero, hay que rencontrarnos con Bonolenov y Shizuku para tener refuerzos, luego, hay que dejar que el bastardo de las cadenas se desgaste y finalmente debemos esperar a que Kakín se involucre en otro lío para que su Regente deje de ayudar económicamente a ese bastardo. Una vez en ese punto lo atacaremos. – dijo Kalluto, interviniendo con confianza en aquella conversación de los adultos.
- ¡Ese loco tiene una venganza personal contra nosotros! ¡Dudo que dejarlo sin presupuesto resulte! – exclamó Nobunaga.
- Claro que no lo desanimará, pero hará que sus movimientos se vuelvan más lentos y fáciles de calcular. Además, tiene mala salud física y mental. Dudo que pueda seguirnos el paso. – explicó el joven asesino.
- ¡Nuestro jefe tampoco tiene buena salud! – gritó Nobunaga con impotencia.
Kalluto hubiese respondido de no ser porque Nobunaga escuchó sonar el ringtone de su teléfono, el cual contestó rápidamente.
- ¿Hola? ¿Quién habla?
- ¡Hey! ¡Nobu! ¿Qué tal? ¿Cómo los trata Ciudad Meteoro? - dijo Chrollo con un tono anormalmente relajado.
- Salimos de hallí hace cuatro días. – dijo Nobunaga poniendo a Chrollo en el altavoz- De acuerdo con el hermano de Kalluto, el bastardo de las cadenas se dirigia a buscarnos allí, así que salimos cuanto antes y ahora estamos buscando a Shizuku y Bonolenov para tratar de reunir fuerzas e intentar de hacer un contra ataque pero tenemos dudas…
- Ja, ja. Olvídense de ese asunto por un rato… dejen que ese hijo de puta ronde por Ciudad Meteoro por un rato. – contestó Chrollo jadeando con algo de agitación.
- ¿Esta seguro de eso jefe? – preguntó Nobunaga desconcertado.
- Ya saben, la gente nos respalda allí. Ja, si ese bastardo se atreviese a atacarnos en nuestro territorio le darían una…. Ahhhh, si, Machi, ahhh, sigue así… ugh… em, disculpa, damé un segundo Nobu estoy en algo importante… - Nobunaga se paralizó al reconocer aquel lujurioso tono en el que le hablaba Chrollo, sintiendo pena ajena de que el le llamara mientras aparentemente estaba haciendo alguna actividad sexual con Machi- Ufff… Machi, estaba dandome algo de masaje. Al parecer estoy algo tenso. Ja, ja.
- ¿Cómo le fuen en el hospital jefe? ¿Se encuentra bien?– interrumpió Phinks, quien alcanzó a escuchar a Chrollo desde el telefono.
- Podría estar peor. Pero por ahora he estado bastante bien junto a Machi, ella y yo hemos tenido mucha diversión marital juntos. Les daría más detalles pero creo que Kalluto esta con ustedes, así que no sería apropiado. – contestó Chrollo.
- Em, bueno, me alegro mucho que este bien jefe. – contestó Phinks sineiendose algo incomodo con la imagen mental de la "diversion marital" que Chrollo y Machi estaban teniendo.
El rubio pudo ver ese desagrado también el rostro de Nobunaga el cual también se había enrojecido de pena ajena. Si Nobunaga y Phinks, quienes eran adultos y llevaban años sin ser virgenes, se avergonzaban de la forma tan explícita en la que se desenvolvía Chrollo, Kalluto seguramente estaba horrorizado, cosa que Nobunaga pudo comprobar al ver la expresión de asco de Kalluto desde el retrovisor.
- ¿Qué se supone que tenemos que hacer ahora? – preguntó Nobunaga algo nervioso.
- Bueno, he estado planeando un atraco a lo grande. Algo lo suficientemente brutal y bien elaborado como para que el asunto de Kakín se vea chico. Quizá ir contra una empresa farmacéutica aquí en Padokea o alguno de esos magnates de Glam Gas, sin embargo, me gustaría que todos estuvieran conmigo para ayudarme a elaborar el plan de forma detallada. Pero creo que antes de dar inicio a la planeación de dicho movimiento, me gustaría invitarlos al banquete de bodas y a la fiesta que Machi y yo hemos postergado por tanto tiempo.
- ¿En serio? ¿Un banquete de bodas? – interrogó Nobunaga algo desconcertado.
- Nos encontramos en la casa de campo que tienen los Zoldyck cerca de la costa de Padokea. El evento se llevaría a cabo el 20 de marzo, a las siete de la tarde para ser exactos. Es obligatorio asistir y se requerirá que ustedes usen ropa formal. No creo que eso les sea mucho problema. Solo usen su sentido común y procuren ser discretos al llegar. Espero que tengan un buen día, cualquier duda comuníquense por este teléfono. – concluyó Chrollo antes de colgar.
Los tres miembros de la Araña se quedarón en silencio por un rato, hasta que finalmente Phinks soltó una carcajada.
- ¡Ja! ¡Lo sabía! ¡Nuestro jefe esta sano y ha vuelto a sus andanzas! – exclamó Phinks con optimismo.
Sin embargo ni Nobunaga ni Kalluto parecían compartir el entusiasmo de Phinks.
- Sigo sin estar muy convencido. – comentó Nobunaga sombríamente.
- Vamos Nobu, tu lo escuchaste teniendo su "diversion" con Machi. Si estuviera tan grave como cuando nos dejo no sería capaz de hacer eso. – insistió Phinks tratando de animarlo.
- No lo se, me parece raro que se haya recuperado tan rápido, en especial tras todo lo que me contó Machi de su enfermedad. Además, nuestro jefe nunca mencióno estar curado. – contestó Nobunaga algo nervioso.
- Pfff… lo que pasa es que te da envidia que el jefe tenga con quien mojar la brocha y tu te la pases todo el día puliendo tu espada. – se mofó Phinks.
- ¡Hey! ¡No digas esas cosas, Kalluto nos esta escuchando!
- Te duele por que es verdad.
- ¡Tu tampoco estas cogiendo con nadie! – reclamó Nobunaga.
- Ni me interesa. Sigo soltero por respeto a Feitan, tu no tienes ninguna escusa.
- ¡Pinche Phinks! ¡Si Feitan viera lo grosero que te volviste en su ausencia!
- Ja, ese enano se moriría de pena ajena al ver lo malhumorado que te pones cuando las viejas no te la chupan.
La discución entre Phinks y Nobunaga siguió su curso, haciendo que ambos olvidaran por un rato el estado de salud de Chrollo. Sin embargo, en el asiento Kalluto aún se mantenía con dudas respecto al estado de salud de Chrollo. "El jefe nunca aclaro nada de su enfermedad ni su estado de salud. Quizá eso significa que esta ocultando algo." Pesó Kalluto, sin embargo no se atrevió a externalizar su opinión. Algo en su interior parecía decirle que debía perpararse para lo peor y no ganaría nada preocupando a sus camaradas, quienes, pese a las apariencias, muy posiblemente compartían algo de su mal presentimiento.
XXXX
Bueno, aquí viendo como el resto de la Araña se las ingenia para huir del Kurapika, jeje. Me encanto escribir este capítulo. Monnie´s: Muchas gracias por tus buenos deseos, la verdad los aprecio mucho. Y tienes razón, uno tiene que disfrutar la vida al máximo, pues cuando menos lo esperamos ya nos llevó la huesuda al cielito lindo. Y como decían en la vida de Brian "Allways look on the brigth side of life", aunque sea dificil como en la situación del méndigo Covid con la que estamos.
Como siempre mando muchos abrazos y besos a todos los que leen mi fanfic, les deseo lo mejor esta semana.
