- Bien, creo que hemos llegado justo a tiempo. – dijo Nobunaga llegando junto a Phinks a la puerta de la casa de campo de los Zoldycks.
- ¿Deberíamos entrar? – preguntó Phinks.
Tanto el como Nobunaga eran maestros de la infiltración a edificios, por lo que "colarse" a la boda de Chrollo no les resultaba una idea completamente ilogica.
- Kalluto tiene una llave de repuesto, creo que lo mejor sería esperar a que el llegara junto a Shizuku del salón de belleza. – dijo Nobunaga.
- ¡Ugh! ¿Cuando llegarán esos idiotas?– gruñó Phinks con impaciencia.
Y casi como si Phinks los hubiese invocado, llegaron Shizuku y Kalluto a bordo de una camioneta la cual era conducida torpemente por Bonolenov.
- ¡Hey! ¡Hey! ¡Esa muñeca de allí se escapó de la jugetería! ¡Y Kalluto, tampoco te ves nada mal rompiendo estereotipos de genero! – exclamó Phinks al ver a Shizuku bajarse del auto junto a Kalluto.
Shizuku llevaba un escotado vestido de seda color añil y joyería de oro, portando además varios adornos en el cabello y un destellante brillo labial translucido, mientras que Kalluto había optado por un kimono formal escarlata estampado con motivos florales, así como un complicado peinado con rizos y espirales, el cual solo fue posible gracias a varias extensiones artificiales.
- Oh, gracias Phinks. Ustedes también se ven muy bien vestidos. – dijo Kalluto amablemente.
Los hombres del grupo llevaban esmoquines clásicos sin mucho adorno, a excepción de Phinks, quien había optado por llevar puesto su nemes tradicional combinado con su esmoquín.
- Bueno, deberíamos entrar. ¿No? – sugirió Phinks.
- Creo que sería mejor esperar a que ellos nos dieran la orden. – contestó Nobunaga.
- El jefe dijo que llegaramos a las siete y son cuarto a las siete. – contestó Shizuku.
- Y yo tengo la llave de repuesto. – añadió Kalluto.
- Sigo pensando que mala idea entrar sin esperar a que el jefe nos abra. – contestó el espadachín.
- Deberíamos lanzar una moneda para decidir esto. – propuso Bonolenov, sacando una moneda de su bolsillo.
- Bueno, entonces elijo cara. – dijo Nobunaga.
Bonolenov lanzó la moneda y cuando esta regresó a su mano, estaba en cruz. Phinks no tardó en alegrarse de su victoria y obligar a Kalluto a abrir la puerta, mientras que por su parte Nobunaga suspiró nerviosamente. Algo le decía que esa reunion escondía algo raro.
Baño del segundo piso de la casa de campo de los Zoldyck
- ¿Seguro que quieres hacer esto? – preguntó Machi preocupada mientras veía como Chrollo pasaba la navaja de afeitar por su cráneo.
Chrollo miró a Machi desde el espejo del baño, pese a no estar completamente vestida y maquillada lucía radiante. Su cuerpo tan curvilineo y sensual como siempre, llevando en aquel momento un juego de medias y lencería blanca, los cuales acentaban su figura, mientras cabello había comenzado a crecer un poco y lucía casi el mismo corte que ella llevaba cuando recién se conocieron.
- Estoy seguro, además siempre me pregunté como me vería con el cráneo afeitado. No me va nada mal un cambio de apariencia. – contestó Chrollo.
A decir verdad a Chrollo no le gustaba la idea de rasurarse la cabeza, desde niño su cabello junto con sus ojos siempre había sido uno de sus mejores atributos físicos y perderlo le hacía sentir bastante inseguro. Sin embargo, no quería evidenciar que su enfermedad le estaba haciendo perder cabello, por lo que decir que se lo había afeitado por desición propia era menos vergonzoso.
- No hablaba de eso. ¿De verdad crees que es necesario hacer una fiesta y ocultar deliberadamente tu enfermedad de los demás?– dijo Machi frustrada.
- Eventualmente tengo que pasarles la batuta de la orquesta a alguno de ustedes. Quiero que tomen esa desición sin presiones, de la misma forma en la que me escogieron como cabeza de la Araña cuando la fundamos. – contestó Chrollo mientras se seguía rasurando.
Una ola de mareo le pegó fuertemente, haciendo que su cabeza se tambaleara, haciendose una cortada accidental en la coronilla. Machi lo notó inmediatamente y procedió a cerrar la cortada.
- No puedes hacer eso. Ellos tienen derecho a saber que esta pasando. – dijo Machi sosteniendo la navaja de Chrollo en sus manos.
- Que conozcan mi estado de salud solo causará división y conflictos. Necesito verme fuerte y afrontar la situación como hombre.
Machi no sabía si reir o llorar ante tal respuesta. En ese momento la apariencia física de Chrollo mostraba de todo menos fortaleza. Chrollo había perdido bastante peso, comenzandose a hacer notorios sus huesos y su sarpullido había empeorado, dejando ronchas y cicatrices de color rojo crudo en casi todo su cuerpo. Su rostro era la única parte de su cuerpo que, fuera de su palidez y ojeras, no se encontraba especialmente deteriorada, sin embargo eso se debía más a sus facciones faciales naturalmente finas y a su estricta rutina de cuidado facial que a su propia salud. El hecho de que en ese momento Chrollo estuviera afeitandose la cabeza no mejoraba en absoluto su apariencia.
- Ya eres fuerte, muy fuerte. Venciste a Hisoka, al bastardo de las cadenas y regresaste con vida del Continente Obsucro. Solo necesitas algo de ayuda de nosotros. – susurro Machi compasivamente.
- No necesito la caridad ni la lástima de nadie.- dijo Chrollo, tratando de quitarle la navaja a Machi de sus manos sin éxito alguno.
- Deja que yo te ayude en eso. No quiero que te arranques el cuero cabelludo por tratar de no causar lástima. Sientaté y dejamelo a mi.– dijo Machi, haciendo que el obedeciera y se sentara de rodillas, casi como si rezara, permitiendo así que Machi continuase desahiendose de aquella melena obsidiana.
- Pediré ayuda cuando crea que es absolutamente necesario. Hoy no lo es. Hoy es nuestra noche especial y quiero que la disfrutemos juntos. – concluyó Chrollo viendo con una mezcla de apatía y agobio como su propio cabello, combinado con crema de afeitar y jabón líquido se acumulaba en el suelo como si fueran pétalos de una rosa marchita.
Cuando Machi terminó de cortarle el cabello a Chrollo y limpiarle los restos de jabón y pelos de el rostro y los hombros, procedió a enjuagarse las manos, sintiendose casi como Poncio Pilatos tras condenar a Cristo, siendo incapaz de sacarse la sensación de culpa al ver como el cabello de Chrollo se iba por el lavabo. Desde niña, Machi adoraba el cabello de Chrollo; lo bello, suave y agradable que era al tacto era algo que Machi atesoraba y pese a que esa era una insignificante parte de su físico, el saber que ya no la volvería a ver o sentír le hacía sentir como si fuera un anticipo de su segura muerte. Si Machi se sentía deprimida por algunos insignificantes filamentos de queratina no quería ni imaginar siquiera que sentiría tras perder a Chrollo por completo.
Sin embargo, pronto, el sonido de las visitas entrando por el piso de abajo hizo que Machi saliera de sus obscuros pensamientos. Esa era su noche y ella y Chrollo tenían que terminar de arreglarse y dar inicio al banquete de bodas.
Sala de la casa de campo de los Zoldycks
- ¡Ya sirvieron la comida! ¡Santo Osiris! ¡Esto es comida de reyes! – gritó Phinks emocionado al ver toda la mesa de aperitivos y botana.
La comida había sido pedida de varios restaurantes y aquella mañana les había llegado a Machi ya Chrollo todos los pedidos; la botana, junto con los canapés, dips, postres y frutos secos acababan de ser acomodados por Machi hacía poco y solo era cuestión sacar las ensaladas del refrigerador, calentar los platos que se servían calientes y sacar hielo y helados cuando llegara la hora exacta del banquete.
- No creo que sea la cena, son solo aperitivos, creo que será mejor no comer mucho de lo que esta allí. – corrigió Kalluto.
- Da igual como que sean, no creo que esta comida este de adorno. – dijo Phinks mientras agarraba una galleta salada y la sumergía en hummus.
Shizuku por su parte decidió servirse una gran copa de vino la cual se tomó raudamente, siendo imitada por Nobunaga, quien a diferencia de ella solo dio un par de tragos mientras observaba la decoración de la casa, sintiendo cierta inquietud ante el aire de aquella casa y tardanza de la pareja de novios.
- Te veo nervioso. – comentó Bonolenov a Nobunaga en voz baja.
- Siento como si algo siniestro se escondiera en este sitio. – contestó Nobunaga.
- ¿Un intruso? – preguntó el guerrero.
- No exactamente. Me siento como si esta casa fuera una clase de manicomio en el que nos encerramos voluntariamente.
- ¿Crees que te estas volviendo loco? – preguntó Bonolenov.
- Creo que todo el mundo aquí adentro se esta volviendo loco…
- ¿Incluyendo al jefe?
- No se, solo se que hay algo mal en el.
- Comprendo como te sientes. Yo también sospecho que algo raro esta pasando.
- ¿Cómo han estado Shizuku y tu? – preguntó Nobunaga tratando de cambiar de tema y cortar la tensión un poco.
- Estamos bien. – contestó Bonolenov con brevedad, mientras agarraba un puñado de frutos secos y comenzaba a masticarlos nerviosamente.
Aquella respuesta no era de todo una mentira, sin embargo el guerrero omitió por completo el hecho de que su relación con Shizuku comenzaba a volverse incomoda, pues ella seguía tratando de seducirlo y cuando el la rechazaba ella se frustraba por un buen rato, para inmediatamente después olvidarse por completo del asunto y tras de un tiempo Shizuku regresaba a tratar de enamorarlo, ya sea con palabras dulces y promesas de sexo o con postres y adorables regalos caseros. Si hubiera sido cualquier otra persona Bonolenov la hubiera abandonado, sin embargo se trataba de Shizuku y Bonolenov no quería separarse de ella y dejarla a su suerte, pues siendo ella tan descuidada y con problemas de memoria era posible que algo malo le pasara, poniendola en peligro no solo a ella, sino a la Araña entera.
Aquellos pensamientos se hicieron a un lado cuando, desde las escaleras del segundo piso bajaron Chrollo y Machi.
Bonolenov casi se atragantó y Nobunaga tuvo que contenerse de escupir el vino al ver la apariencia de su jefe. Había hombres que al afeitarse el cráneo adquirían cierto aire de rudeza y fuerza indudablemente varonil; Chrollo no era uno de ellos, por el contrario, esa falta de cabello acentuaba sus facciones frágiles y andróginas, así como las venas que recorrían su pálido rostro y los huesos de sus pómulos. El hecho de que Chrollo hubiera perdido más peso no hacía más que empeorar las cosas. Bonolenov estuvo tentado a comentarle a Nobunaga que rasurarse el craneo en su tribu era una costumbre reservada para los viudos o quienes estaba de luto, sin embargo, su sentido común y educación le prohibieron decir dicho comentario.
- Como les prometí, he aquí nuestro banquete de bodas. Espero que lo disfruten enormemente y se hastíen de comida, bebida y toda clase de placeres terrenales. Si ustedes desean tenemos los platos principales en el refrigerador, pueden calentarlos en el microondas si quieren empezar o bien podemos pasar un rato consumiendo estos aperitivos. Además conseguí una maquina de karaoke y aparentemente tiene un repertorio bastante amplio.- dijo Chrollo sonriendo con amabilidad y orgullo.
- ¿Jefe, habrá brownies magicos? – preguntó Shizuku a la pareja mientras examinaba con discreción la mesa de los postres.
- ¡Shizuku! ¡Este es un evento decente! – regañó Bonolenov escandalizado.
Chrollo por su parte simplemente se rió.
- ¡Claro! ¡Son esos del empaque verde! Solo que no creo que sea buen momento para comerlos. Hay que esperar a que haya más ambiente. – contestó Chrollo, tras lo cual encendió el estereo de la casa el cual se puso a tocar My Cherie Amour de Stevie Wonder.
- ¡Usted jefe es grande! ¡Machi es grande también! ¡Felicidades, felicidades! – gritó Phinks emocionado al ver de nuevo a su jefe, corriendo a abrazar a la pareja.
- Phinks, me estas aplastando. – gruñó Machi sintiendose sofocada por el abrazo de Phinks.
- Disculpa, solo estoy muy emocionado. Me alegra tanto que tu y nuestro jefe esten juntos. – dijo Phinks a Machi mientras se apartaba un poco de la pareja – Y jefe, usted se ve basado mostrando el cráneo… ¡Por Amón-Ra, Machi sacaste la lotería con ese hombre!
Chrollo simplemente sonrió y se acercó a Machi dandole un beso, tras lo cual se dirigió a Phinks.
- Te agradezco tu amistad y apoyo, Phinks. Espero que Machi y yo pronto podamos formar una gran familia feliz y darnos una vida buena.
- ¿Qué? ¿Ustedes quieren tener hijos? – exclamó Nobunaga sintiendosé bastante sorprendido por la desición de su jefe y Machi.
- Yo tuve doce hermanos y Machi ocho, así que no veo porque no imitar a nuestros padres.- contestó Chrollo abrazando a Machi.
- No seremos tan exagerados. Nuestro límite serán seis. – dijo Machi fríamente.
- ¿Cómo le haremos para hacer atracos con tantos embarazos? – interrogó el espadachin nuevamente.
- ¡Diablos Machi, tu vagina no es un coche de payasos para que saques tanta gente de allí adentro! – exclamó Phinks sorprendido, ganandose una bofetada de parte de Machi.
- Guardate tus comentarios machistas, Phinks. – gruñó Machi.
- Ugh, lo siento. – dijo Phinks avergonzado y adolorido por el golpe de Machi.
- Los hombres no deberían opinar del cuerpo de una mujer así. Además no me voy a embarazar seis veces, nosotros queremos que la mitad de nuestros hijos sean adoptados.
- Hay muchos huerfanos en Ciudad Meteoro. Ellos necesitan una familia que los adopte, además podríamos enseñarles nen y así tener más patas en la Araña. – contestó Chrollo.
Nobunaga tragó saliva al oir las palabras de Chrollo, recordando así porque hacía años lo habían elegido como líder. Por más mundana y simple que fuera una acción Chrollo la planeaba de forma excesivamente calculada, sonando muchas veces como si fuera un rey construyendo una dinastía. Para Nobunaga y los demás miembros fundadores Chrollo era un genio de la estrategia y un líder nato, de la talla de Julio Cesar o Carlomagno.
- Bueno, suficiente de discutir de planeación familiar. Demos por iniciado el banquete. – dijo Machi tras lo cual aventó el tradicional ramo de rosas, el cual calló en las manos de una emocionada Shizuku.
Pese al mareo que sentía, Chrollo, siguió a Machi al comedor y tomó asiento. Tras sentarse Chrollo abrió su libro y activo la habilidad robada Last Supper, haciendo que la comida del banquete que se encontraba en el refrigerador apareciera al instante en la mesa. Sopa de gota de huevo a la primavera, ensalada de diente de leon, langosta a la thermidor, patatas fritas, costillas con curry y vegetales hervidos, pasta a la carbonara, falafel, hamburguesas de pollo teriyaki y un sinfín de platillos más aparecieron servidos ante los miembros de la Brigada Fantasma. Incluso Kalluto, acostumbrado a las cenas lujosas y extravagantes se sintió intimidado por tanta variedad de alimentos que se presentaban ante el. Todos se sentaron a comer y charlar, mientras que en el fondo se escuchaban los exitos de Stevie Wonder.
No paso mucho tras terminar de comer para que los novios y el resto de los invitados se dirigieran a uno de los salones de juego de dicha casa, el cual había sido decorado como una discoteca, con luces estridentes color neón. Pronto la música de Stevie Wonder fue remplazada por una estridente música electrónica, pop y disco, la cual retumbaba por toda la casa. Phinks, Nobunaga, Kalluto y Shizuku corrieron a la pista de baile, mientras que por su parte Machi y Chrollo se quedaron sentados en un sofá cercano comiendo algunos dulces de la mesa de postres que habían agarrado. Bonolenov, se adentró timidamente a la pista de baile, pues aunque era un excelente bailarín, generalmente se sentía desubicado con la música más moderna. Shizuku no tardó en sacarlo a bailar en pareja, obligandolo casi a la fuerza que imitaran los pasos que habían visto en películas como Grease, Saturday Nigth Fever y High School Musical.
- Esta boda es muy linda. Espero que cuando me case tenga una boda así de lujosa.– comentó Shizuku a Bonolenov, mientras mordisqueaba un pastelillo y trataba de seguir el ritmo "Murder on the dance floor" sin embargo este no le prestaba atención a la joven.
Bonolenov seguía manteniendo sus ojos pegados a Machi, quien pese a estar en teoría feliz, tenía cierta mirada nerviosa y llena de melancolía. Bonolenov vio como ella había comido sin mesura, casi atragantandose como un cerdo salvaje, contrastando de forma preocupante con Chrollo, quien muy apenas tocaba su comida. De hecho, Bonolenov ni siquiera recordaba que Chrollo hubiera comido algo en el banquete, llendo muy a menudo al baño mientras todos los demás comían. Sin embargo, Chrollo, a diferencia de Machi, se veía autenticamente feliz. Ver tan feliz a su jefe le hizo sentir nostalgia y recordar a su propia familia. Hacía una vida Bonolenov había tenido esposa, una hija y un hijo. Durante esos años Bonolenov había sido verdaderamente feliz. A veces Bonolenov pensaba que si su esposa y sus hijos nunca hubieran sido asesinados el jamás se habría unido a la Brigada Fantasma, pues sabía que las personas involucradas en tales atrocidades rara vez tenían familia y buen fin. ¿Podrían Machi y Chrollo tener esa familia grande que querían? Bonolenov esperaba de corazón que si fuera posible eso para ambos. El sentiría una envidia eterna de Chrollo si eso ocurría, por quedarse no solo con la mujer que en secreto adoraba, sino por tener la familia que el amo y le fue arrebatada, sin embargo, si esa familia feliz de Chrollo garantizaba la continuidad de la Araña y la felicidad de Machi, poco o nada le interesaba su sufrimiento. Después de todo, fue gracias a unirse a la ellos que el pudo vengarse de los empresarios que mandaron a asesinar a su familia y destruir la jungla en la que vivia su tribu. Bonolenov pensó por un segundo en Phinks y la relación que el había tenido con Feitan, quizá Phinks tambien sentía envidia de Chrollo y el hecho de que el pudiera tener una pareja feliz, mientras que el hombre que había amado estaba muerto. Quizá Phinks incluso sentía celos al ver a Chrollo con Machi, pues hacía tiempo que había oído a Shalnark afirmar que durante un tiempo Phinks estuvo perdidamente enamorado de Chrollo. Sin embargo, aquel rumor le parecía una mala broma a Bonolenov, casi ofensiva, pues el era capaz de ver el amor que Phinks había profesado por Feitan, había sido absoluto, siendo un vínculo tan fuerte como el que el había tenido con su esposa en antaño. Para Bonolenov alguien como Phinks no sería capaz de tener pensar en alguien más teniendo ya establecido un vícunlo tan fuerte con alguien como Feitan.
Sin embargo, contrario a los sombríos pensamientos de Bonolenov, Phinks se encontraba completamende despreocupado, divirtiendose, bebiendo, bailando y fumando, sintiendose casi como cuando el era un adolescente ingenuo recien salido de Ciudad Meteoro y recien integrado a la Araña y entre todos los miembros fundadores habían logrado colarse a una discoteca de lujo.
- In the navy! Come on, protect the motherland! In the navy! Come on and join your fellow man! In the navy! Come on people and make a stand! In the navy! In the navy! In the navy!… - cantaban Phinks y Nobunaga, completamente desafinados claramente afectados por el alcohol y riendose de su propia mala imitación de Village People mientras que Shizuku trataba de bailar dicha cancion sin importarle en absolute hacer el rídiculo y Kalluto comía algunos cacahuates dulces de la mesa de postres.
Chrollo sonrió al ver a la Brigada tan feliz, viviendo con lujos que jamás habían siquiera soñado y disfrutando el buen ambiente. En momentos así sentía cierto orgullo de haber sido elegido líder. Una parte de el quería esperar a que la diversión se acabara para que en conjunto de todos elaboraran un plan de atraco como en los viejos tiempos. Sin embargo, Chrollo en el fondo quería que aquella diversión continuara entermanete, tal como cuando era niño y jugaba a ser Judas con sus amigos o futbol improvisado con viejas cintas de VHS olvidadas en la basura o cuando recien se formó la Araña y se aventuraron fuera de Ciudad Meteoro y fueron por primera vez pasar la noche en el bosque mirando los arboles y la naturaleza. Pronto pudo escuchar como la musica pop cambiaba dando inicio al vals de boda. Chrollo siendo amante del ballet la alta cultura y los clásicos había elegido el Vals de las Flores de Tchaikovsk. Con esfuerzo Chrollo se puso de pie junto a Machi, dirigiendose ambos a la pista de baile y comenzando a bailar aquel delicado baile. No habían ensayado previamente, simplemente ambos se guíaban por sus instintos y el romance, moviendose con suavidad y lentitud. Chrollo miró a Machi, quien usaba un elegante vestido color nieve, adornado de flores de tela y joyería de plata, sin dejar de admirar sus facciones y la belleza de estas, así como la fuerza que estas escondían. Para Chrollo Machi era un angel desterrado al infierno, el cual había vuelto a volar al cielo y resurgir de las cenizas como fenix, matando, curando, tejiendo, robando y reparando, siendo esa belleza y fortaleza espiritual de Machi superior a la de cualquier modelo o actriz que hubiese visto.
Para Chrollo toda la Brigada Fantasma era inmesurablemente bella, pues estaba hecha de supervivientes, curtidos en la miseria y la desesperación, que juntos habían logrado ser algo superior a todo lo que el mundo establecía. El ver como todos ellos sonreían al verlo a el y a Machi bailar le hacía sentir tan feliz que, si pudiese morir en ese instante, Chrollo sabía que moriría con una sonrisa. En aquel momento todo parecía un sueño, el peso de su cuerpo se aligeraba y las cosas se sentían anormalmente blandas, los colores brillaban como estrellas y pese a que su cabeza y estomago estaban invadidos por un dolor cada vez más punzante, Chrollo no se sentía con ganas de ponerle atención a aquel malestar físico. Al ir acabando la pieza Chrollo cerro sus ojos, sintiendose presa de su propio dolor físico y aquella indescriptible sensación de tranquilidad que lo invadía. Sintió como perdía el equilibrio y chocaba contra el suelo. Chrollo no tuvo energía para ponerse de pie de nuevo o tan siquiera abrir sus ojos. Si esa pista de baile iba a ser su lecho de muerte que así fuera, el moriría feliz.
XXXXX
¡Este capítulo fue el más largo de todo mi fanfic por que fue toda una fiesta! ¡Yey!
Bueno, esta noche se supone que era el día del Grito de la Independencia de mi país y que iba a haber fiestas y todo, pero con lo de la pandemia y mi estado animico general solo me quedare en casita comiendo quesadillas para festejar la patria. ¡Y por supuesto, consintiendo a los lectores de mis fanfics con el capítulo 30 de mi fanfic! ¡Gracias a todas mis lectores y lectoras por leer 30 capítulos de este darkfic! ¡Ustedes son increibles y me alegra que puedan leer y acompañarme en esta odisea del drama!
Monnie´s: Ayyy la verdad te entiendo, la relgión católica causa cada trauma (tome catecismo cuando era más chica y sigo aún asustada con cada cosa que allí me contaban de la Biblia y los santos), jeje. Y que decir de Kurapika, ahora que ve que su diablo personal no tiene su lado amable y hasta sequito de fans tendrá que tomar nuevas medidas para combatirlo y llevarlo a la justicia.
Como siempre les mando saludos a todos, les deseo una hermosa noche (o día si me leen desde otra parte del mundo jaja).
