- ¿De verdad sigues allí con esos tipos? – preguntó Milluki a Kalluto indignado.

Milluki Zoldyck había tomado la poco convencional decisión de abandonar la mansión de su familia para ir a hecharle un vistazo a su hermano menor, encontrandose los dos juntos cenando en el restaurante Kozuki, el cual servía comida tradicional de Jappon*.

- Hubo un par de dificultades respecto a la salud mi jefe. Así que no creo que sea buena idea dejarlos a su suerte. Al menos hasta que encontremos la forma de acabar con el bastardo de las cadenas. – contestó Kalluto.

- Más vale que se apuren en eso. Se les está acabando el jodido tiempo. Además no me gusta la idea de que nuestra casa de verano este invadida de esa bola de vagos imbéciles. – gruñó Milluki.

- Tu la odiabas. De hecho, odias tanto esa casa que decidiste hospedarte en uno de esos mugrosos hoteles de la cadena Pariston pese a que podías quedarte con nosotros.– contestó Kalluto soberbiamente, haciendo que Milluki frunciera el seño aún más enojado.

Milluki siempre había odiado esa casa y todo lo que se relacionaba a ella. El recordaba haber participado en la misión de asesinato de los propietarios originales de aquella casa, siendo esta su última antes que decidiera dedicarse trabajar desde casa. Incluso, pordía decirse que aquella misión había sido la causante de que el eligiera trabajar en casa, pues en ella había sido sometido a una brutal tortura, recibido heridas tan catastróficas que estuvo a punto de morir. De no haber sido por su padre y su abuelo el hubiera tenido una muerte increíblemente agónica, e incluso tras ser rescatado, tuvo que permanecer varios meses en terapia intensiva y recibir toda clase de tratamientos médicos, sin poder realizar cualquier actividad física. Fue en esos períodos de rehabilitación cuando se aficiono a el anime, los videojuegos y la computación en general, siendo (junto con un jugoso cheque) lo único bueno salido de aquella dantesca misión de asesinato.

- No tengo la intención de vivir junto con un montón de ladrones de mala vida. Además, quizá yo no la use, pero seguramente si mamá y papá… -antes de que Milluki terminara su oración fue interrumpido por Kalluto.

- No es como si nuestros padres la usaran. En especial ahora que se pelean todo el tiempo y no podemos pasar las vacaciones juntos.

- ¡Eso no importa! ¡Esos bastardos están aprovechándose de ti y tu estas olvidándote de nosotros! ¿De verdad le vas a dar la espalda a nuestra familia por esos ladronzuelos? – reclamó Milluki.

- Los Zoldyck siempre me tuvieron olvidado. No deberían indignarse por que les responda con la misma moneda. – contestó Kalluto con seguridad, tras lo cual le dio un generoso sorbo a su té verde.

Milluki gruñó en silencio ante la respuesta de su hermano menor. Milluki entendía perfectamente a Kalluto. Al igual que con Kalluto, Milluki jamas fue considero por Silva un sucesor digno de los Zoldyck, en especial tras aquella horripilante misión el la casa de verano, siendo el junto con Kalluto a menudo olvidados. Después de todo Illumi era el primogénito y Killua el sucesor de su padre, todos los demás simplemente eran relleno y carne de cañón para la casa Zoldyck. Sin embargo, tras la desaparición de Illumi y la deserción de Killua y Alluka, los ojos del patriarca Zoldyck se habían puesto en Milluki, comenzando a tratarlo como si fuera a ser su posible sucesor y obligándolo a retomar su estricto entrenamiento, restrningiendole el tiempo que pasaba en los videojuegos y otros pasatiempos y obligándolo a participar en más misiones.

- Papá hablo conmigo hace un par de días. Dijo que lo más probable es que yo vaya a ser su sucesor. – dijo Milluki abruptamente.

- Oh, ya veo. Te deseo suerte. – contestó Kalluto secamente, mientras agarraba un huevo hervido del tazon de oden que les habían servido.

- Realmente no es algo que me emocione. Pero tengo que cumplir con el deber. – respondió Milluki resignadamente, tras lo cual se llevó una generosa porción de konnyaku a su boca.

Kalluto imitó a su hermano, sacando del tazón de oden otro pedazo de konnyaku, así como un pedazo de ganmodoki, los cuales masticó en silencio absoluto. A decir verdad a Kalluto le intrigaba que su hermano hubiera salido de la mansión Zoldyck solo para comunicarle algo como eso. En el fondo Kalluto sospechaba que había algo muy macabro escondido dentro de aquella visita.

- ¿Entonces solo viniste aquí para contarme que eras el sucesor de nuestro padre? – preguntó Kalluto.

- No. Hay algunas cosas más importantes que debo decirte.

- ¿Qué quieres decirme?

- En primer lugar, esa rata del Zodiaco ya sabe que la Brigada Fantasma no se encuentra en Ciudad Meteoro. Por alguna razón el no ha salido de allí aún, sin embargo, estoy casi seguro que esta apunto de salir de allí para dar su siguiente movimiento. –susurró Milluki.

- ¿Y?

- El me contactó. Solicitó mis servicios para buscar a la Brigada Fantasma por internet o encontrar más pruebas que aporten al caso. – contestó Milluki, bajando aún más su voz.

- ¿Y aceptaste? – interrogó Kalluto nerviosamente.

- Le dije que me encontraba ocupado y que la suma de dinero que me ofreció no era de mi agrado. No se si me vuelva a contactar o si me ofrezca algo que valga la pena. Pero si lo hace…

- ¿Me mataras? – preguntó Kalluto.

- No. Yo no te mataré. La rata del Zodiaco o las autoridades de Kakín lo harán. Sin embargo, si tu colaboraras conmigo podría mover mis influencias para hacer que tu colaboración con la Araña pareciera el resultado de una misión encubierta de asesinato o incluso borrarlas por completo y quitarte del conflicto. – dijo Milluki.

Kalluto volvió a darle un trago a su té y agarró otro trozo de konnyaku**, meditando el silencio las palabras de su hermano.

- Lo siento Milluki, yo jamás traicionaría a la Brigada. No soy ningún Judas. – contestó Kalluto seriamente.

- ¿Pero si traicionarías a tu familia? – respondió Milluki.

- Yo nunca los he traicionado.

- ¡Estoy en el momento más estresante de mi vida y me estas cambiando por esos ladrones! – exclamó Milluki indignado.

- No es culpa mía que te hayas vuelto el sucesor.

- ¡Si lo es! ¡En el momento que tu dejaste la idea de hacer que Killua regresara con nosotros y te embarcaste con Illumi a esa maldita expedición tu me volviste el sucesor de la familia! ¡Felicidades por volverme el gran patriarca de los Zoldyck y deteriorar mi salud mental!

- Yo no soy el responsable de las desiciones de nuestro padre. – se defendió Kalluto.

- Pero lo eres de las tuyas. Tu estas eligiendo abandonarnos a nosotros, pese a todo lo que hicimos por ti para estar escondiéndote de esa rata junto a un montón de bribones sanguinarios.

- Padre cree que soy una desgracia y le avergüenza que no actué como un verdadero hombre. -contestó Kalluto.

- ¡Y yo no pienso eso de ti, Kalluto! ¡Tu ya eres un todo un hombre! ¡Que te gusten los vestidos, el maquillaje o el pelo largo no te hace menos hombre! ¡Tu eres fuerte y eres valiente, lo que diga papá de ti no importa!

- Es fácil para ti decirlo…

- Créeme, no lo es. Kalluto. Tu eres fuerte yo no. No puedo liderar la casa Zoldyck solo, tu eres un hombre mucho más valiente y fuerte de lo que yo soy. Yo solo soy un puerco flojo que se oculta tras el monitor. Kalluto, yo te necesito para seguir adelante.

Kalluto no contestó a Milluki, eligiendo enfocarse en la comida, agarrando más vegetales hervidos, albóndigas y pasteles de pescado del tazón de oden, mientras Milluki lo observaba con impotencia. Pasó un buen rato hasta que Kalluto terminó su oden y pidió el postre, siendo este helado de té verde y mizu yokan*** tradicional.

- Sabes Kalluto, mamá sigue sin recuperarse de lo de Illumi. Ella trata de actuar normal, sin embargo, en el fondo esta muy deprimida. Ella ya peridó a un hijo y tiene a dos más extraviados. ¿Crees que soportaría perder a otro hijo? – preguntó Milluki seriamente.

- Yo no voy a morir. – contestó Kalluto.

- ¡Diablos! ¡Se realista! ¡El combatiente más fuerte de su bando esta enfermo y el resto no tiene la fuerza para arremeter contra ese cazador ni los recursos para huir eternamente. La Brigada Fantasma selló su sentencia de muerte en el momento que detonaron ese maldito museo, sino es que antes. ¡Es cuestión de tiempo para que acaben hechos picadillo o en el corredor de la muerte!

Kalluto tragó saliva al oír las palabras de su hermano, sintiendo por primera vez en mucho tiempo miedo. Y culpa. Kalluto podía aguantar abandonar a su padre y a su abuelo. Quizá también a Milluki. Sin embargo, el hecho de que su muerte pudiese lastimar a su madre era algo que no podría perdonarse.

- Tu no tienes que traicionarlos por mi, hazlo por mamá. Ella te dio la vida y nos necesita a los dos. Por favor, es lo único que te pido. – rogó Milluki genuinamente angustiado.

Kalluto le dio una probada a su helado meditando profundamente las palabras de su hermano. Definitivamente el joven Zoldyck tenía que poner sus sentimientos atrás para vislumbrar cual era la decisión correcta ante tal encrucijada.

XXXX

*El equivalente de Japón en el mundo de HxH.

**Platillo elaborado a base de la planta de konjac, famoso por tener textura gelatinosa y pocas calorías (muy usado en el oden tradicional japonés).

***Gelatina de frijol dulce tradicional de Japón.

Bueno, aquí regresando a escribir desde la perspectiva de los Zoldyck. Espero que los que me siguen por mis fanfics de One Piece hayan sido capaces de cachar la referencia que hice respecto al restaurante donde cenaban Milluki y Kalluto.

Monnie´s: Tanto en el mi fanfic como en el manga la Brigada Fantasma esta condenada (palabras de Togashi, jaja); como cumplan su sentencia es lo que tendremos que ir averiguando. Saludos y gracias por tu comentario.

Como siempre, les deseo lo mejor a todos mis lectores y lectoras, espero que estas épocas navideñas nos traigan cosas buenas (o sino, al menos una excusa para hechar relajo y fiesta). Muchos besos y abrazos virtuales. UwU