- ¿Entonces vamos por una estafa ahora? – Preguntó Chrollo a Machi, mientras ella le cambiaba el vendaje.

- Considero que es lo mejor. Tardará tiempo en tejerse este plan, pero una vez que resulte dejaré a una de las mayores empresas de seguros privados de Kakín en quiebra. Y quizá también podría quebrar su banco nacional. – Decía Machi sin dejar de concentrarse en aplicar antiséptico en la herida de Chrollo.

Chrollo se mordió el labio al sentir el ardor del antiséptico en su piel cruda, siendo aliviado al poco rato con el tacto del vendaje protector que le ponía Machi. Ella pronto sacó del cajón del armario un conjunto de pijamas de seda negra y ayudó a Chrollo a ponerse aquellas prendas. Aquel conjunto de pijamas negras con botones dorados habían sido un regalo de Phinks a Chrollo, quien conociendo lo mucho que le importaba su apariencia a Chrollo, trajo algo que fuera tan cómodo como elegante, en un intento por que Chrollo mantuviera su autoconfianza. En adición a eso Shizuku le había conseguido un gorro negro para proteger su cráneo del frío y hacerlo sentir menos inseguro de su falta de cabello. Vestirse bien, si bien no solucionaba sus problemas por completo, al menos le hacia sentir más en control de las cosas.

- ¿Entonces el plan es robar de sus reservas de ciber dinero, diamante, maple y sal negra de tal forma que la aseguradora del banco sea incapaz de remplazarlo? – Preguntó Chrollo.

- El ciber dinero sería lo que les paralizaría. Lo de la venta de maple, diamante y sal negra sería una ayuda monetaria para nosotros pues podemos distribuirlo debajo del agua gracias a los contactos de Kalluto, lo que nos generaría riqueza. Una vez tras eso pudiéramos tratar de acabar con su casa de moneda y quizá hacer un atentado en el desfile de Navidad. – Contestó Machi.

- ¿Y porque todo eso sería en Kakín? ¿No crees que es riesgoso regresar a uno de los lugares donde somos más buscados? – Preguntó Chrollo.

- Quizá, pero sigo con ansia de vengarme. – Afirmó Machi.

- Ya nos vengamos hace tiempo. Y no creo que valga la pena seguir con esa riña.

Machi se mordió el labio. Si, ya se habían vengado del asunto de Feitan, pero el asunto del hospital seguía flotando en el aire. Y Chrollo no podía enterarse, por lo que corría de parte de Machi y los demás realizar dicha venganza.

- Solo creo que nunca es suficiente venganza. – Contestó Machi, tras lo cual besó a Chrollo en los labios.

Chrollo acercó lentamente su mano al vientre de Machi, sintiendo su embarazo de esta. Según sus cálculos Machi ya iba para el sexto mes y eso le preocupaba. No era buena idea que Machi hiciera planes tan grandes estando embarazada ni cuidando de un bebé.

- No quiero que se arriesguen. Ni tu, ni la Brigada ni nuestro hijo. – Dijo Chrollo con preocupación sin quitar su mano de Machi.

Chrollo se sentía patético tratando de proteger a Machi en ese momento, la Cabeza de la Araña comenzaba a sentir culpa de haberla puesto en aquella posición tan precaria. Había sido soberbio de su parte pensar que podía liderar a la Araña y que tanto el como Machi fungieran como padres, justo cuando el estaba lidiando con el infierno personal de su propia enfermedad. El no podía ejercer como protector de su propio hijo estando muerto ni ayudar a Machi a cuidarlo. Fue egoísta de su parte haber convencido a Machi de tomar ese riesgo solo por saciar su deseo de tener descendencia. Había noches en los que el miedo de que alguien lastimara a su hijo lo consumía. Chrollo al haber pasado su infancia en Ciudad Meteoro y visto uno de los períodos más violentos de aquella ciudad, sabía que el hijo de un criminal como el era un blanco bastante deseado por sus innumerables enemigos y sabía que ellos no tendrían piedad. Pensar que su hijo pudiera acabar en aquellos videos de tortura con los que depravados y psicópatas de la talla de los asesinos de Sarasa le revolvía el estomago. Machi pareció intuir el miedo de Chrollo y lo abrazó tiernamente, tras lo cual ella quitó su gorro para besarlo en su frente, justo en la altura de su tatuaje de cruz.

- Tranquilo. No nos expondremos, haremos todo desde las sombras. Ni siquiera sabrán que fuimos nosotros. Solo moveré mis hilos y dejare que el caos reine. – Susurró Machi, siendo sincera. Pese a ocultarle a Chrollo sobre lo de Nobunaga y Phinks, ella había tomado la sabia decisión de no hacer nada que le pudiera traer más riesgos tanto por la paz mental de su moribundo marido como por la seguridad de su futura familia y la Brigada misma. Ya tendrían tiempo para reclutar mas miembros y volver a la acción.

Chrollo sintió lagrimas correr por su rostro. Sentía dolor físico cada vez más agudo y presentía que pasaría mucho tiempo con pequeño. No se sentía triste por su propia muerte, sino impotencia por no tener más tiempo para sus seres queridos. El quería ser fuerte y estar para ellos, pero su propio cuerpo le fallaba. ¿Había sido eso lo que habían pensado Uvogin, Pakunoda, Shalnark, Kortopi, Franlkin o Feitan antes de morir? ¿En la necesidad de proteger lo que amaban incluso después de la muerte? ¿Sería capaz el de proteger su legado después de morir? El nunca pidió ser líder de la Brigada Fantasma, sin embargo, eso era todo lo que el había sido durante toda una vida. Se sentía impotente, sin embargo, confiaba en que la Brigada Fantasma prevalecería. Ellos habían sobrevivido al Continente Obscuro, las conspiraciones de la Black Whale, la tempestad de las hormigas quimera, las traiciones de Hisoka y los hombres más sádicos de la mafia. ¿Qué era una maldita enfermedad terminal y un embarazo ante ellos? Quizá incluso cambiar de líder les sería benéfico y quizá su hijo pudiera ser un nuevo miembro…

- ¿Machi? ¿Puedo pedirte algo? – rogó Chrollo.

- Claro jefe. – Contestó Machi.

- En primero, ya no me digas jefe Machi, mi nombre es Chrollo. – Machi parpadeó ante aquel pedido. Realmente llevaba tiempo hablándole de manera excesivamente formal a Chrollo, siendo un habito difícil de romper. Pese a estar en una relación relativamente igualitaria, para Machi Chrollo seguía sintiéndose como alguien superior a ella y a todos los demás integrantes.

Chrollo tomó algo de aire y continuó.

- Y en segundo, necesito que me cubras. Tengo frío.

Machi obedeció, cubriendo su cabeza con aquel gorro y acobijándolo lo mejor posible para evitar que Chrollo tuviera frío. Una vez con la cabeza cubierta Chrollo volvió a ver a Machi y prosiguió.

- Por último, Machi, por favor, te ruego…

- ¿Si?

- Si tenemos una niña, por favor, quiero que se llame Sarasa.

Machi suspiró al escuchar ese nombre. Sarara había sido una de sus a primeras amigas, quien había sido brutalmente torturada y asesinada por aquellos pervertidos hombres que asolaban Ciudad Meteoro cuando ella era niña. Antes de que la Brigada Fantasma fuera un grupo de criminales, cuando aún eran unos pequeños niños con sueños de actuar y divertirse, Sasara había sido uno de los miembros fundadores de la Brigada Fantasma y su muerte había sido finalmente la causa por la que ellos habían hecho aquel pacto destructivo que los convirtió en la Araña. Pese a los años, el recuerdo de Sarasa seguía siendo una herida abierta sin cicatrizar para todos los miembros fundadores. Machi ahora era la que lloraba.

- Chrollo…– Susurró Machi.

- ¿Si?

- Hice unos análisis anoche. Su nombre será Sarasa. – Contestó Machi sonriendo ahora siendo ella la que tenía los ojos inundados de lagrimas.

Chrollo rio involuntariamente. ¡Tendría una hija! El estaba increíblemente feliz por eso. Su hija Sarasa pronto llegaría al mundo y la Brigada Fantasma le daría a ella lo que a su pequeña amiga nunca le pudieron dar. Su pequeña Sarasa tendría una vida larga y placentera.

- ¡Machi! ¿Por qué no me lo dijiste? ¡Tengo que festejar a mi Sarasa! – Gritó Chrollo entre risas.

- Creí que pensabas que eso de las fiestas para saber el género de los bebés era algo frívolo.

- Lo es, claro. Pero no me importa. Tengo poco tiempo, quiero divertirme. Por favor, pidan pudín y celebren, quiero presumirles a todos de nuestra pequeña Sarasa. Quiero que sepa que la amé antes de conocerla. – Dijo Chrollo.

La puerta de la habitación de Chrollo se abrió de golpe por un preocupado Bonolenov, seguido de Kalluto y Shizuku.

- ¿Ocurre algo jefe? – Preguntó Bonolenov preocupado, temiendo que Chrollo estuviera lastimado o que este se hubiera malpasado con la medicina.

- ¡Tendré a una niña! ¡Se llamará Sarasa Lucilfer! ¡Trae nuestra mejor bebida, pudín y algo sin alcohol para Machi! ¡Es hora de festejarlo! ¡Dios, tan pronto Phinks y Nobunaga lleguen les contaremos! – Exclamó Chrollo riendo entre lagrimas de jubilo.

Shizuku sonrió con calidez ante la buena noticia de Chrollo, mientras que Bonolenov quien había sido padre dirigía a ambos a felicitarlos.

Kalluto por su parte se sintió muy raro al ver como ellos festejaban con tanto entusiasmo el futuro nacimiento de una niña. En su familia el nacimiento de una niña era un mal necesario para perpetuar el linaje en el mejor de los casos y una desgracia que entorpecía su potencial como asesinos Zoldyck en el peor. Su mismo padre había hecho que su madre abortara en una ocasión y solo consentía la feminidad de Alluka por el hecho de que ella jamás había figurado en la lista de sucesión.

Sin embargo, Kalluto, prefirió no cuestionar mucho lo emotivo del festejo de Chrollo, decidiendo ir por la comida que había pedido, medicamentos y bebida. Después de todo el pequeño Zoldyck sabía que los días felices de la Araña estaban contados y no pensaba en perturbar aquella precaria paz que estaba destinada a extinguirse.

XXXXX

Bueno mi ultimo capítulo de este fanfic del año 2023. Quise ponerle algunos detalles de los flashbacks actuales del manga para darle un toque cálido y un poco de calma antes de la tormenta. Les deseo un feliz 2023 a todos mis lectores y les mando muchos saludos.