Nuestro joven "casa nova" miraba distraído por la ventana en mitad de la clase de biología. Reflexionaba sobre su relación con Sunny, pues no conversaban desde esa apetecible noche, solo se limitaban a decir un hola y adios, parecido a los primeros días que vivieron juntos.

«Tal vez está tan confusa cómo yo —pensaba el joven— o espera que rompa el hielo, tal vez el lío solo está en mi cabeza y Sunny me está dando espacio para reflexionar. No sería la primera vez que Sunny actúa sin explicarme la razón».

Estos y otros pensamientos pululaban la cabeza de Micro, no porque sintiera algo por Sunny, sino cómo afectaría a su vida familiar. La joven Flare no puede mantener la boca cerrada, escapa a sus habilidades y tarde o temprano contará la verdad. Laurel seguramente les de una advertencia o castigo cuando se entere, pero Sunbed armará un escándalo de niveles bíblicos. Si ya reclamaba cuando dejaban la leche mal cerrada, no quiere saber cómo reaccionará cuando sepa que sus hijos "estudiaron anatomía".

Pero esas eran dudas para otro momento, problemas del Micro del futuro. Ahora debía atender la clase de biología y la titánica tarea de diseccionar una rana… de peluche. La influencia de Fluttershy en el consejo estudiantil era tenebroso. Hubo varios cambios en la escuela desde que fue escogida cómo presidenta; cómo una mayor variedad vegana en el menú escolar, los programas contra la desertificación o su mayor éxito hasta el momento: Convencer a los profesores para que ellos armen los grupos de trabajo.

«Quizás Flutter persuadió al profesor para sentarme con Twilight»

Pensó al mirar la pelimorada nerd al lado suyo. Eran contados los estudiantes tan letrados cómo Twilight. Podía hablar de cualquier tema científico con ella. Cómo olvidar esa mañana donde ambos llegaron temprano a la escuela y mataron el tiempo debatiendo la implementación de carbono en los computadores cuánticos. Lamentablemente, Twilight no le dirigía la palabra desde que se enteró que Micro y Sunny Flare eran familia.

Pero hoy esa situación iba a cambiar, por una simple pregunta.

—¿Sabes qué es esto?— preguntó Micro Chips, señalando al peluche.

—Es la vesícula biliar, sirve para digerir las grasas.

—Más bien disolver. Libera un líquido que disuelve las grasas y permite al intestino absolverlas.

—Grueso o delgado.

—¿De verdad estás preguntando eso a un futuro cirujano?

Un leve gesto con la mano le dijo que sí.

Micro explicó con mucho gusto, detalló cada parte del proceso y utilizó las imágenes de san Hoofgle para ilustrarle. En otro momento, el profesor les hubiera reprochado por usar el teléfono, pero hizo una excepción al no ser fácil diferenciar los felpudos órganos. Un mensaje de Sunny apareció en medio de la explicación, destruyendo el poco progreso que había logrado con la señorita Sparkle. Micro se limitó a suspirar cuando Twilight tomó distancia y continuó su trabajo sola. Al final, no había nada que pudiera hacer. Comprendía lo difícil que era superar un corazón roto, sobre todo cuando la persona de al lado te recordaba la traición.

Micro guardó el teléfono y continuó la tarea, no sin antes leer el mensaje:

"nos vemoz a las 12 en la plaza frente al centro comercial".


Un poco pasado las 12, Micro Chips llegó a la plaza con el estómago vacío; tuvo que saltarse el almuerzo para llegar a tiempo. No muy lejos divisó a Sunny Flare sentada en un banco, junto a un veinteañero quien charlaba alegremente con la dama. El joven le parecía familiar: alto, musculoso y un vozarrón que molestaba el oído.

«De seguro es un familiar de Sandalwood».

Pensó Micro mientras acortaba distancia. Interrumpió la charla entre ambos con un simple hola, siendo Sunny la primera en responder.

—Gracias por llegar tan pronto, espero no haberte interrumpido— dijo al ponerse de

pie y darle un abrazo. Un afecto poco común de la dama.

—Por supuesto que no —respondió con tonos de sarcasmo.

—Te quiero presentar a Rock paper, mi medio hermano.

—Mucho gusto —saludó Rock con un firme apretón.

—Rock Paper te presento a Micro Chips, mi novio— dijo dándole un beso a la mejilla.

Micro dió un paso atrás, atónito y con la cara desencajada. Las risas de Sunny y Rock no tardaron en llegar, mientras Chips asimilaba la broma.

—Un día de estos voy a llenar tu Shampoo con colorante.

—Oh, vamos. Solo fue una bromita —dijo con la mirada más inocente que pudo.

—Y tu secador con polvo pica-pica.

Sunny respondió de la manera más ingeniosa que pudo: sacando la lengua.

El enfado de Micro duró poco, pues comenzó a charlar con Rock sobre arquitectura y construcciones. La conversación fluyó gracias a la soltura del veinteañero y por mostrar un genuino interés sin importar lo poco que sabía. También ayudó que Chips no le molestara explicar dos o tres veces lo mismo. Hablaron largo y tendido del tema para mala suerte de Sunny. La nerdica conversación la estaba aburriendo hasta la espina y por eso decidió dar una vuelta por el parque, con la excusa de ir al baño.

—¡Aprovecha y trae unos helados! — Exclamó el joven adulto mientras Sunny desaparecía de la vista.

Sin la adolecente cerca, Rock aprovechó la oportunidad para pedir un favor.

—Necesito que cuides de Sunny.

Micro Chips lo miró extrañado.

—Creo que se puede cuidar sola, y a mí de paso.

—No me refiero a esa forma: Sunny es muy impulsiva, no piensa antes de actuar y eso le acarrea problemas. Por eso te pido que estés ahí cuando te necesite y la persuadas en ir por el buen camino. A cambio te protegeré de cualquiera que te moleste.

—Está bien —dijo chocando el puño—, ayudare a que no se meta en muchos problemas: ah, y no necesito otro guardaespalda. Sandalwood y Flash me ofrecen toda la protección que necesito.

Rock pestañeó sorprendido.

—Cómo es eso, ¿acaso le das la tarea a cambio de protección?

—No, somos amigos desde la infancia y seguiremos siéndolo aunque escojamos diferentes trabajos. Sandal ya labura cómo guardabosque en verano y Flash se unirá al ejército, exactamente a las fuerzas especiales. Ha hablado varias veces con Laurel sobre el tema.

—Sunny me contó cosas de Laurel ¿es tu padre?

Micro asiente.

—Pero padre padre o padrastro.

—Padre padre. Lo sé, somos bastante diferentes, porque me parezco más a mi madre.

—Sé cómo es eso. Nadie cree que Sunny y yo compartimos papá.

—Ni yo, pensaba que eras primo de Sandalwood por lo grande que eres.

—Sandalwood… alto, moreno, con el pelo verde y una onda medio hippie.

—¿Lo conoces?

—Vamos al mismo gimnasio. Entonces tú debes ser el amigo nerd que se enamoró de una chica que después le rompió el corazón.

Micro asintió.

—Pues no te ves tan mal cómo Sandal contaba.

—Fue gracias a Sunny, me ayudó… a superarla.

Esa pequeña pausa se ganó una ceja levantada. Rock iba a indagar, si no fuera porque Sunny apareció portando tres helados.

—¿De qué hablaban?

—Nada importante, solo mal de tí.

Otra vez Sunny respondió con astucia.


Las horas pasaron cómo minutos, el atardecer llegó y ambos jóvenes se despidieron de Rock a su manera. Sunny le dió un cálido abrazo, mientras Micro con un simple (y doloroso) apretón de manos. Caminaron sin prisa hacia el paradero, disfrutando de los últimos rayos del sol.

En la privacidad del trayecto, Sunny aprovechó de preguntar:

—¿Por qué me contaste sobre tu familia esa noche en el baño?, ¿que querías a cambio?

—Nada, solo te vi triste y quise apoyarte. —Respondió el chico.

La respuesta no convenció a Sunny.

—No temas decir la verdad. Sé que puedo ser una perra cuando estoy enojada, pero te prometo que no te tocaré ni un pelo sin importar lo dolorosa que sea la respuesta.

—Si insistes… —dijo micro y respiró profundo— Seré sincero: me caías mal, jodidamente mal por la manera que nos trataste en los juegos de la amistad. Tú y tus amiguitas casi me rompen los lentes con una broma suya y pasaron casi toda la competencia insultándonos. No le dí mucha importancia porque se suponía que nunca nos volveríamos a cruzar, hasta que Laurel me presentó a Sunbed y su "agradable" hija.

»Ya conocía tu carácter y por eso evitaba hablar contigo en las cenas, nada más decía un hola y adiós cómo cortesía. Esperaba que nuestra interacción fuera mínima, hasta que mamá nos dió la noticia que viviríamos juntos. Las primeras semanas traté de seguir mi plan original de no hablar contigo, hasta que una noche entraste al baño con los ojos enrojecidos. Cuando pregunté por qué estabas llorando no esperabas que me contaras tu sueño y como extrañabas a tu padre. Fue la primera vez... que te ví cómo una adolecente normal con problemas de adolesente y no cómo una piedra en el zapato. Luego comenzamos a hablar, una cosa llevó a la otra y te hablé de mi madre. No lo voy a negar, siempre me siento melancólico cuando hablo de ella y por eso pedí dormir contigo. Siento ser tan neardental esa noche.

—No te preocupes, eres hombre, es normal que te dejes llevar por tus instintos —dijo con una sonrisa aliviada. Esperaba que fuera más hiriente con sus palabras.

—Entonces... ¿podremos follar algún otro día?

—Tal vez, no sé. Mejor pregunta mañana, o la próxima semana. Necesito pensar sobre todo esto. Es algo chocante practicar el incesto, aunque sea con el hermanastro que conoces hace solo unas semanas.

—No parecías tan indecisa hace unos días.

—Estaba caliente.

—¿Y ahora?

—Mejor no presiones —dijo antes de detener el taxi.

—Está bien, solo no me hagas esperar mucho. No quiero renovar la membresía de Pornhoof por las puras.

—Y oficialmente mataste el momento.


Y con esto termina el primer arco del fanfic. Planeo tomar un descanso y continuar la segunda parte más adelante. Dejé varias semillas plantadas entre los capítulos y quiero germinarlas. ¿Eso significa que dejaré de escribir? por supuesto que no y ya tengo las ideas para escribir otro fanfic:

Se tratará de un pegaso que desea entrar en la guardia Solar, pero un malentendido con los soldados hace que lo encierren. En medio del interrogatorio, un capitán Lunar interrumpe en la sala con una extraña propuesta: unirse a la guardia Lunar a cambio de levantar los cargos y una segunda oportunidad para entrar en la guardia Solar. Ahora te preguntarás ¿Por qué quiere que un diurno entre a la guardia Lunar? la respuesta se sabrá en los futuros capítulos.

Y cómo siempre, un agradecimiento a Un Simple Escritor por betareadear el fanfic y a Stellar Wools por ayudarme en mis inicios. Es gracias a estas dos personas que mi habilidad ha mejorado mucho.

Tampoco me olvido de ustedes, lectores. Ya sea desde el anonimato o mostrando sus alias (cómo el caso de Yaiba Akatsuki, otro buen escritor de fanfics), sus constantes y positivos comentarios me animaron a continuar escribiendo.

Sin nada más que decir, me despido deseándoles una buena noche.

¡Y QUE LUNA PROTEJA SUS SUEÑOS!