La calma asola los pasillos de la preparatoria Canterlot. El rugir de la campana marcó el fin del recreo y los estudiantes retornaron a clases. Algunos con calma, otros con apuro, pero todos llegaron a sus salas; a excepción de dos jóvenes frikis.

Red Velvet en compañía de Micro Chips aprovecharon el descanso para cazar Ponymon en las inmediaciones de la escuela. Lo que inició como una simple vuelta alrededor del patio, se transformó en una expedición por el parque de alado. Tardaron una hora en coleccionar los ponies de bolsillo, para luego correr hacia el aula de biología cuando se dieron cuenta lo tarde que era. No calmaron el paso hasta llegar a la puerta, donde se detuvieron para recuperar el aliento y alinear su ropa.

—Sabía que era mala idea —dijo Micro Chips cuando limpió el sudor de su frente.

—No te quejaste la última vez.

—La última vez no tardamos tanto.

Velvet respondió sacando la lengua, para luego pasarle la corbata y pedirle tácitamente que rehaga el nudo.

Micro aún no sabe cómo, pero la castaña señorita consiguió un uniforme de la preparatoria de cristal y lo personalizó a su manera. Lleno el bestón con parches, tiño la camisa de un negro mate y acortó la falda varios centímetros. Suerte que llevaba vaqueros debajo o a Micro le hubiese costado apartar los ojos.

Abrieron la puerta y se encontraron frente al profesor Treehouse; un exlevantador de pesas que cambió de rubro tras dislocarse el hombro. El docente se limitó a darles media sonrisa y señalar dos sillas vacías. Otros estudiantes hubieran sido reprochados por llegar tarde, pero esos dos eran los mejores en la materia, tanto que podrían instruir la clase (sobre todo Micro Chips). Él ha mostrado su conocimiento sobre biología y ha pasado varias horas charlando con el profesor sobre anatomía y los avances en medicina.

«Se convertirá en un gran doctor, esperemos que la señorita siga su ejemplo» Pensó el maestro.

La actitud de Velvet Sky ha empeorado desde la adolescencia: se ha vuelto altanera, rebelde e impaciente; nada parecido a la serena preadolescente que conoció en primer año.

La clase avanzó con normalidad. El profesor impartió el resto del conocimiento sin otros contratiempos. Luego pidió a los estudiantes que realizaran un experimento utilizando hojas secas, clorofila y luces UV. Una vez que terminaran, los estudiantes debían llamar al profesor para que diera el visto bueno y pudieran retirarse de la clase; no sin antes sacar un nombre de la papeleta y ver con quién realizaría el próximo trabajo. El docente atendió las dudas de otros estudiantes antes de caminar hacia la mesa que compartían los atrasados.

Quien habló fue la dama, emocionada por los resultados.

Velvet no esperaba que verter clorofila e iluminar con luz ultravioleta fuera necesario para revivir una hoja. El profesor fue azotado con preguntas cómo: ¿se puede utilizar en todas las hojas o solo las perennes?, ¿funciona también con el tallo y otras partes de la planta?, ¿se podría implantar la hoja en el árbol o sería desechada?, y si ese fuera el caso, ¿hay alguna forma de evitarlo? El profesor no tardó en responder las preguntas con la ayuda de su libro de flora avanzada.

Satisfecha con las respuestas, Velvet tomó sus cosas y quiso retirarse.

—¿Hacia dónde va señorita Sky? —preguntó el profesor.

—Oh, lo siento, se me olvidó sacar el papel.

—No me refiero a eso. Sabe bien que debe quedarse hasta la campanada final cuando llega atrasada.

Velvet hizo caso sin chistar, no queriendo pasar otra tarde limpiando la escuela. Se quedó sentada conversando con Chips y viendo a los demás sacar un nombre de la papelera.

—¿Con quién crees que te tocará?—Preguntó Velvet .

—Con Amber Pearl o Jonny Jackson, fueron los más felices al leer su papel —respondió Micro.

—Puede ser, pero Waffle se puso triste al desenvolverlo.

—¿En serio crees que se pondrá triste por trabajar con el más listos de la clase?

—Hablamos de la chica que discutió con Derpy sobre los muffins.

—Punto para Sky.

Hubo un pequeño silencio.

—¿Con quién te gustaría trabajar? —Le tocó preguntar a Micro.

—Contigo.

—Aparte.

La dama meditó —Bon Bon.

—¿De veras?

— Puede que hayamos tenido nuestras diferencias, pero es bastante organizada y su letra es magnifica.

Micro asintió.

—¿Y a ti?

—Bulk Biceps.

Velvet rodó los ojos.

—¿¡Que!?, la pasé genial la última vez que trabajamos.

—Porque hablaron sólo de ánime.

—El profesor de lenguaje nos dejó escoger el tema — se defendió.

El chico en cuestión se giró al escuchar su nombre, para luego realizar una Jojo 's pose, cual Micro respondió. La atención de Velvet se distrajo con Twilight, quien caminaba con los libros pegados al pecho.

—¿Y qué dices de ella?

—¿Twilight!? —pronunció con medio gallo.

—Si, la segunda mayor nerd de la escuela.

Micro se rascó la cabeza, indeciso.

—Lo veo difícil. Hace semanas que está empeñada en evitarme.

—No es para tanto.

—Es porque no te has fijado.

—¿Acaso te gusta?

—También te sorprenderías si alguien dejara de hablarte por cosas que no son tu culpa ni mucho menos controlas —respondió juntando las cejas.

—Ya, tranquilo, solo estaba jugueteando —dijo Velvet tratando de calmar el ambiente— Es normal en chicas… reservadas como ella volverse distante cuando le rompen el corazón. Ahora que recuerdo, tú ignoraste todas nuestras llamadas cuando terminaste con Lemon. No sé cómo Sunny pudo animarte.

—Y es mejor que no lo sepas —susurro al recordar cómo Sunny lo arrastró, literalmente, fuera de casa.

Velvet lo escuchó, pero no presionó. Conociendo a la pelimorada, soltaría la lengua en cualquier momento.

Mientras tanto, Twilight caminaba hacia el profesor sin prestar atención al par. Sabía que estaban hablando sobre ella por la forma que susurraban y las constantes miradas hacia su persona. Respondió al visto bueno con una sonrisa, para luego agradecer por la clase y tomar un nombre de la papelera. Se hizo a un lado mientras desenrrollaba la hoja, permitiendo a Rarity mostrar su trabajo.

—¿Todo bien, cariño?— preguntó Rarity tras notar la tensión en Twilight.

—¡S-sí! — intentó mentir, dejando caer la hoja.

La sofisticada dama se enderezó y miró los ojos de su amiga. Tal vez no tenía el talento de Applejack para detectar mentiras, pero sí la agudeza para notar las constantes miradas hacia nuestro protagonista. No tardó en sumar dos más dos y comprender por qué estaba tan nerviosa.

Micro fue directo hacia su casa cuando terminaron las clases, para charlar con la única chica quien ayudaría.

—Hola, Chips —dijo la femenina voz de Ziurumaxu7 detrás de la pantalla— ¿Listo para subir de rango?

—No en este momento —respondió Micro.

—Ohh, cuenta el chisme. ¿Acaso la zorra quiere volver contigo?

—Lo dudo. No creo que Sunny le permita acercarse.

—¿Entonces?

—Es otra chica, la que está empeñada en evitarme.

Escuchó cómo la dama acomodaba la silla.

—Me acuerdo de ella. Es bastante extraño que te culpe por su infidelidad, siendo que conociste a Sunny mucho después. Volviendo al tema: ¿Qué problema tienes con Twilight?

—Debemos hacer un trabajo juntos.

—¿Y?

—No quiere hablar, literalmente. Se fue corriendo cuando me acerqué a decirle "hola".

Hubo un pequeño silencio.

—¿Has pedido consejos a tus amigas?, seguramente te conozcan mejor que yo.

— Sería una mala idea preguntarles. Esparcirían rumores y no quiero que Twilight malinterprete y piense que estoy enamorado.

—¿Y las amigas de twilight?

—Tuve… problemas con una en el pasado.

«Tal vez se trate de la chica que lo manipuló» pensó Ziurumaxu7.

—Podrías utilizar esos consejos que tienes anotado en tu libreta. Los consejos para coquetear también sirven para hacer amigos. Solo debes saltarte ciertos pasos.

—¿Cómo cuáles?

—A ver… podrías no acercarte demasiado cuando estén sentados, es una clásica señal para ligar. También debes encontrar un lugar que de suficiente privacidad para trabajar, pero no para coquetear. La escuela o la biblioteca pueden servir. Es lo único que se me ocurre, dame un par de horas y te traeré más consejos.

—Gracias, Ziuri. No sabes cuanto anhelo ser amigo de Twilight y pasar las tardes charlando sin otra intención de por medio.

Ziurumaxu7 se enderezó en la silla.

—Te convertirás en un gran hombre cuando crezcas si sigues pensando de esa manera. Lastima que vivamos a miles de kilómetros o serias mió.

—Recuerda que doblas mi edad.

—No hay límites para el amor.

—Sí lo hay, se llama código penal.

—Detalles —respondió con indiferencia—. Ahora vamos a jugar, que un rankeo nos espera.

—Pero solo un par de horitas. Mañana tengo clases, al igual que tú.

Y con esa frase Micro comenzó a jugar, deseoso por el próximo día.


Después de más de un año de espera y fracasar en otros 2 proyectos, anuncio mi retorno cómo escritor de fanfics. Tanto tiempo he pasado sin escribir que existe la posibilidad que haya incongruencias con lo escrito en capítulos pasados. Si encuentran una, les ruego que me informen para poder corregirlas.

Sin nada más que decir me despido, deseándoles un ameno día, atardecer o noche.