—Ya-yamato yo...

—No te quiero escuchar Mimi, ya te lo dije.— Habló Yamato molesto.

—S-si, pero yo necesito que me escuches.— Mimi lo tomó del brazo.

El rubio volteo hacia ella, tuvo la intención de mover bruscamente su brazo, pero no lo hizo, ya que la castaña lo sostenía y si hacia un movimiento brusco podría provocar que se cayera y lastimara, acto que no estaría bien, finalmente era una mujer y él no era grosero para hacer aquello.

—Yamato, sé que estás enfadado por lo que te enteraste.

—¿Enfadado?— Rió irónicamente— Enfadado es poco, estoy decepcionado, airado, me ocultaste a mi hija ¡Mi hija!

—Si, lo hice, sin embargo yo no quería...

—No querías, pero lo hiciste.— Respondió Yamato de una manera ruda— Me mentiste en la cara, estuviste conmigo y aún así no fuiste capaz de decirme la verdad.

—Fue necesario yo no...

—Dime, Mimi al menos si está bien.— Yamato la interrumpió.

—¿Si está bien?

—Mi hija.— Respondió el Ishida.

Mimi simplemente bajó la mirada— Pues...

—No me respondas mejor, apuesto a que ni siquiera sabes como está o con quién está.— Habló Yamato— Si regresaste a Japón como si nada, significa que fuiste capaz de deshacerte de ella y no me sorprendería que no supieras si quiera si vive o no.

Mimi sintió su cuerpo tamblar ante aquellas palabras— ¿Deshacerme d-de ella?— No podía creer que Yamato la creyera capaz de hacer aquello. Respiró profundo, le dolía que le hablara así, pero estaba en su derecho— Yamato nuestra hija está bien.

—¿A si?— Preguntó el rubio— ¿En un orfanato?

—No.— Respondió Mimi— Ella no está en un orfanato, yo no hubiera sido capaz de enviarla a uno.

Yamato alzó una ceja— Entonces ¿donde está?

La castaña se mordió el labio inferior y guardó silencio, sabía que esto empeoraría la situación.

—¿Al menos sabes donde está?

Mimi suspiró, debía decirle— Está aquí.

—¿Aquí?— Cuestionó el rubio sorprendido— ¿Aquí donde?

—En Japón.— Respondió la Tachikawa— E-en esta ciudad.

—¿Qué?— Preguntó Yamato sorprendido.

—Y-y...—Tragó saliva— Tú la conoces.

Yamato alzó una ceja— ¿Qué dices?

Mimi simplemente mantuvo su cabeza baja, no se atrevía alzar su rostro, claro que no, suspiró— E-es la...— Tragó saliva— La hija de Alice.

¿La hija de Alice?

Yamato dejó caer su mandíbula ante la impresión— ¿Natsumi?— Recordó su nombre— ¿Ella es...

—Si Yamato.— Respondió Mimi— A-aquella niña que co-conociste la otra vez, no sé si la recuerdas.

¿Esa niña? ¿Con la que había cantado? ¿Aquella niña rubia de ojos azules? ¿La niña que le había recordado a Takeru?

¡Rayos!

Cuando había visto a esa niña por primera vez había visto algo de él en ella, cuando escuchó su voz había sentido algo en su corazón, y cuando sus ojos azules entraron en contacto había sentido una conexión. En ella había visto a Takeru, en su sonrisa había visto a Izumi, básicamente en Natsumi había visto mucho de su propia familia, también de Mimi, pero nunca se hubiera imaginado que ella era su hija.

—Y aún sabiendo que yo la conocía decidiste quedarte callada.— Gritó Yamato enfurecido— ¿Hasta cuando me querías ver la cara de idiota?

Mimi mantuvo la cabeza baja mientras lágrimas caían de sus ojos.

—Dime ¿en algún momento pensabas en decirme la verdad?— Habló el rubio molesto, Mimi simplemente mantuvo la cabeza baja sin decir palabras— Dime ¿pensabas en ser sincera en algún momento?— La castaña se mordió el labio inferior mientras más lágrimas caían de sus ojos— ¡Contestame!— Yamato elevó la voz y la tomó del brazo obligandola a alzar la mirada— ¿Planeabas en algún momento decirme la verdad?

Mimi simplemente lloró— Si, si lo planeaba, pero no pude hacerlo, Yamato.

—Pues debiste haberlo hecho.— Respondió el rubio— ¡Es mi hija! Yo merecía saber la verdad.

—Lo sé, pero yo no pude, porque...

—No te esfuerces en darme explicaciones.— Yamato la interrumpio soltando su agarre— No te quiero escuchar, no te quiero ver, ni siquiera quiero saber de ti.— Dijo antes de voltear y encaminarse a la salida del lugar.

—Yamato no te vayas.— Rogó Mimi— Por favor, no te vayas.

Fue en ese minuto que se dio cuenta que efectivamente su pesadilla se había vuelto realidad, porque el rubio continuo su camino sin mirar atrás.


—Izumi...—Takuya llamó a la rubia, pero esta no pareció escucharlo, porque continuo con su camino en dirección a la salida— Izumi.— La llamó nuevamente, pero no obtuvo respuesta, así que apresuró el paso hasta agarrarla del brazo— Izumi.

La rubia volteo hacia él molesta— ¿Qué quieres Takuya?

—Necesito hablar.

—Pues yo no quiero hablar contigo.— Respondió la oji-verde— No quiero verte, no quiero escucharte, no quiero volver a saber de ti nunca más.

—No digas eso.

—Lo diré hoy y siempre, luego de esto nunca más en mi vida quiero volver a verte Takuya.— Contestó Izumi— Me ocultaste a mi sobrina ¡Mi sobrina! Me engañaste, me mentiste a la cara, se supone que eramos novios, pero decidiste ocultar este secreto..

—Zoe yo no quise.— Respondió el castaño— Pero, tuve que hacerlo, ese secreto era de Mimi y no mío, yo no podía divulgarlo.

—De Mimi.— La rubia repitió esto— De Mimi, mi supuesta mejor amiga.— Apretó su puño— Ambos quisieron vernos la cara de idiotas a mi hermano y a mi ¿no?

—No, Izumi, no quisimos.— Contestó Takuya— Nosotros tuvimos intención de decirle...

—Y se quedaron ahí ¿cierto? Solo con la intención.— Respondió la rubia molesta y muy herida, esto no le gustaba en lo absoluto— No confiaron en nosotros.

—Izumi cuando yo regresé, tú y yo no comenzamos altiro una relación, al contrario, primero tuvimos que recomponer la confianza entre ambos, Mimi tuvo que hacer lo mismo con Yamato.— Habló el moreno— No podiamos llegar de un día para otro y decirles que mi hermana había quedado embarazada.

—Pero ustedes llevan bastante tiempo aquí, nuestros hermanos retomaron su relación, nosotros también intentamos, y aún así decidieron callar.

Takuya apretó puño, entendía que la rubia estuviera enfadada, pero no quería perderla, él la quería— Mimi tenía miedo de su reacción.

—¿De nuestra reacción?— Preguntó Izumi sorprendida— ¿Me estás diciendo que tenía miedo que rechazaramos a la hija que estaba esperando?— La desilución era notoria en su voz— ¿Enserio creyeron que eramos tan malas personas como para hacer eso?

—No, no es eso, es simplemente que no queríamos que se vieran obligados a asumir una responsabilidades que quizás ustedes no quisieran.

—¿Qué no quisieramos?— Izumi repitió esto— ¿Cómo pudiste pensar que no ibamos a querer asumir esa responsabilidad?— Apretó su puño— Es mi sobrina, hija de Yamato, nuestra sangre, no hubiera sido un pesar lidiar con esa responsabilidad como lo fue para ustedes al parecer.

—¿Cómo dices?— Preguntó el castaño.

—Lo que escuchaste, al parecer para ustedes enserio fue un pesar.— Respondió la oji-verde— Ya que no tuvieron miedo en deshacerse de ella ¿no? Como para seguir con su vida normal.

Takuya se detuvo ante esto y observó a la rubia soprendido— ¿Estás insinuando que a nosotros no nos importó?

—No lo estoy insinuando.— Contestó la chica— Es lo que es, con su actitud lo demostraron al dejarla bajo la responsabilidad de otra persona.

El moreno hizo una mueca— Eso no fue lo que ocurrió en realidad, claro que nos importó, por eso mismo la alejamos de nosotros para que estuviera bien.

—Si ¿como no?— Preguntó la rubia— Alejandola de su verdadera familia ¡Que gran protección!

Takuya apretó su puño, todo tenía una explicación, cada decisión, cada movimiento, cada acción y debía darsela, finalmente solo así los comprendería.

—Izumi, mi pa...

—¡No me hables Takuya! No te quiero escuchar.

—Pero...

—Izumi.— Una tercera voz se hizo presente y al voltear se encontraron con Natsuko.

—Mamá.— La oji-verde la llamó— ¿Qué ocurre?

Natsuko simplemente se acercó hacia su hija y la tomó del brazo— No quiero que te relaciones más con él ¿me escuchaste?— Le dedicó una mirada fulminante al castaño.

¡Rayos!

Takuya se mordió el labio inferior.

¡Lo que faltaba!

—En verdad tu hermana y tú son muy descarados como para continuar en este lugar luego de todo lo que supimos esta noche.— Habló la mujer.

Takuya simplemente respiró profundo, entendía que ahora los problemas vendrían de manera más agigantada al involucrar a los padres de los Ishida, y probablemente ahora vendría también que todo esto llegara a los oídos de su padre, Keisuke. Sin embargo, él no podía estar debil ante esa situación, debía ser fuerte ante los demás para proteger a su hermana.

—Lo siento señora Ishida.— Habló el castaño— Pero quería explicarle la situación a su hija.

—¿Explicar?— Preguntó la oji-azul— No pierdas tu tiempo dando explicaciones, finalmente nuestro nombre ya fue arruinado por su culpa.

"Su nombre"

Eso había sonado a lo que su padre les había dicho cuando supo sobre el embarazo de Mimi.

¿Acaso eso era lo único que le importaba a los adultos de esa clase social?

—No tienes nada que hacer acá, Takuya, vete.— Habló Izumi.

—Pero Zoe...

—¡No quiero oirte!— Respondió la oji-verde.

—Ya la escuchaste.— Habló esta vez Natsuko.

Takuya hizo una mueca, sin duda lo mejor sería irse de aquel lugar, pero eso no significaba que se daría por vencido. Pasó su mirada por el lugar buscando a su hermana y a los metros la encontró, estaba llorando desconsolada, no dudó y se acercó a ella.


Sora observó la escena frente a ella literalmente sin poder creer lo que veía. Taichi, su novio, su primer amor, su amigo de toda la vida, en quién más confiaba en su vida le estaba siendo infiel.

¡Infiel!

Y más encima con esa rubia, Catherine, a quién ella consideraba una "amiga" a diferencia de otras chicas del Internado que simplemente la ignoraban.

Hikari tenía razón, esa niña era un demonio. Pero en verdad le sorprendía, se suponía que ella gustaba de Takeru ¿no? ¡Rayos! Izumi una vez le había comentado que esa chica le hacia ojitos a Taichi, pero ella no le había creido.

¿Cómo no se había dado cuenta? ¿Cómo no sospecho de esto? ¿Cómo rayos Taichi había caído ante esa tentación?

—Ta-taichi ¿qué rayos hiciste?— Preguntó la pelirroja y miles de lágrimas brotaron de sus ojos.

¡Oh no! Pensó el Yagami y rápidamente levantó de la cama subiendo sus pantalones.

—Sora esto no es lo que parece.

—¿Cómo que no?— Preguntó Sora— Me estabas siendo infiel.

—S-si, pero todo tiene una explicación.

—¿Explicación?— Cuestionó la pelirroja y apretó su puño con ira— ¿Cuál? ¿Qué querías reírte de mi a mis espaldas?

—No, claro que no.— Respondió Taichi acercandose a ella.

Catherine simplemente se incorporó sobre la cama y comenzó a acomodar su vestido.

—Lo que estaba ocurriendo aquí no es lo que crees, nosotros simplemente estabamos...

—No intentes darme explicaciones Taichi, está más que claro que te estabas acostando con ella.— Respondió la pelirroja en un grito— ¡No puedo creerlo! ¡Pensé que me querías! Llevamos mucho tiempo siendo novios, nos acompañabamos en todo, te di una segunda oportunidad y tú me traicionas.

Taichi se mordió el labio inferior, no sabía como rayos Sora había llegado hasta ahí, no esperaba que eso ocurriera ¿acaso todo había sido un plan de Nene y Catherine? ¡Rayos! Sin duda había sido una mala idea dejarse llevar.

Nanami simplemente se cruzó de brazos observando detenidamente a la pareja de infieles, nunca se hubiera imaginado que los encontrarían en el acto mismo, si había visto que Nene y Catherine hablaban, en el departamento las había escuchado, pero nunca se imaginó que llegarían justo a la escena del crimen.

—Dime ¿hace cuanto ustedes tienen un amorío?

—¿Amorio?— Preguntó Taichi sorprendido— Sora esto no es un amorío.

—Entonces calentura.

—N-no, Sora, esto es un error.

Catherine se levantó de la cama y caminó hacia la pelirroja—Sora lo que ocurrió aquí no es...

—¡Tú no me hables!— La pelirroja le gritó a la rubia— Yo a diferencia de muchas chicas fui buena contigo, intenté ser amable, nunca te hice un desprecio, a pesar de que tratabas mal a personas que yo estimaba como Hikari siempre te di una ayuda, una mano, pensé que eramos amigas, pero finalmente me demostraste que todos los comentarios que hacian de ti eran ciertos.— Habló— Eres una zorra, una gata, vulgar...

Catherine frunció el ceño— ¡No me insultes!

—¡Callate!— Gritó la pelirroja y sin controlar su irá le dio una cachetada tan intensa que provocó que la chica giraba el rostro ante esto.

La rubia llevó una mano a su mejilla y volteo hacia la pelirroja— ¿Cómo se te ocurre golpearme?

—Es lo mínimo que te mereces, prostituta francesa.— Gritó Sora antes de darle otra cachetada, seguida de una patada, un puñetazo en la cara, otra cachetada, jalón de cabello, literalmente la pelirroja se abalanzó con todo en contra de la oji-azul.

Taichi hizo una mueca ante esto y rápidamente interfirió— Sora, sora...—La agarró de los brazos— Tranquilizate.— La tomó de las muñecas.

Sora apretó los dientes— Defiendes a tu amante ¿e?— Rápidamente movió sus manos soltandose de su agarré— Te odio.— Habló con rabia antes de voltear dispuesta retirarse.

Taichi rápidamente avanzó tras ella y tomó su mano— Sora, no te vayas.

—¡Sueltame Taichi!— Respondió la pelirroja molesta— ¡No te quiero escuchar!— Y con todas sus fuerzas le dio una bofetada al Yagami— Nunca más te me acerques.— Habló antes de soltarse de su agarre y luego hacia la rubia— Y tú tampoco, perra.— Sin decir más salió de la habitación.

Nanami hizo una mueca ante esto, sin duda era triste ver como también habían engañado a su amiga, eso le traía los recuerdos de su situación con Thomas, sin embargo, no podía evitar sentirse orgullosa, luego de esto Sora confiaría en ella.

—Sora, esperame.—Musitó antes de avanzar tras ella.


Takuya se acercó a su hermana quién lloraba desconsoladamente y la rodeo con sus brazos— Mimi, hermana...—Acarició su cabello— Tranquila.— Musitó y antes todas las miradas de los invitados que salían de la fiesta decidió hacer a su hermana a un lado de la salida.

—No puedo Takuya, mi peor pesadilla se hizo realidad.— Habló la oji-miel mientras lágrimas caían por sus mejillas— Yamato lo supo todo.— Habló— Escuchaste ¡Todo! Por culpa de Ryo.

Ese idiota.

Apretó su puño.

—¿Cómo rayos Ryo obtuvo la cita de la clínica para el aborto que nuestro padre te quiso hacer?— Preguntó el moreno.

—No tengo ni la más mínima idea, pero no me sorprende ese chico tiene ojos en la espalda.

—Ojos en la espalda o...—Takuya frunció— Buenas fuentes.— Musitó, apretó su puño en verdad tenía ganas de ir a romperle la cara con su puño y preguntarle como rayos había sabido la verdad, sin embargo mantuvo esas ganas al ver como su hermana no paraba de llorar.

—Yamato me odia, Takuya...—Habló Mimi— Y no solo él, sino que Izumi y sus padres también.— Ahora en verdad tenía miedo de lo que podía ocurrirle a su hija, Natsuko e Hiroaki sabían la verdad y estaba segura que no se quedarían tranquilos— Natsumi ahora corre peligro.

—No pienses en eso.

—No puedo evitarlo, luego de enterarme de lo que le hicieron a Jun no puedo evitar temer por mi hija.

—Yamato jamás permitiría algo como eso, una cosa es la relación de ustedes y otra es su hija.

—Si, pero él está enojado y con ese enojo puede hacer muchas cosas, sobretodo si tiene la influencia de sus padres.— Habló la chica entre lágrimas— Y lo peor, es seguro que nuestro padre va a saber la verdad luego de esto y ahí si tendremos problemas, imagínate si quiso que abortara cuando estaba embarazada ahora de seguro intentará de hacerme pagar por haberle mentido y no quiero imaginarme lo que le hará a mi hija.

—¡Hey! No pienses en eso, él no lo hará.

—Pues lo dudo, nuestro padre es peligroso y tú lo sabes, no tiene piedad por nadie.

—No digo que no quiera hacerlo Mimi, pero nosotros una vez logramos salvar a Natsumi, podremos hacerlo ahora.— Habló y tomó entre sus manos el rostro de la chica— Solo ten fe, esto se ve feo ahora, pero todo mejorará, te lo aseguro.

—Me gustaría creer eso hermano, pero yo...—La castaña no pudo terminar de hablar ya que las lagrimas cayeron como cataratas.

Takuya hizo una mueca y la abrazó, la verdad de las cosas es que si confiaba en que todo algún día todo podría mejorar, pero en estos minutos en verdad lo podía dudar,ya que él igual estaba sufriendo y veía todo gris.


—¡Hey! Pensé que me ibas a esperar para soltar nuestro regalo de aniversario.— Nene le habló a Ryo.

El Akiyama simplemente rió y alzó una copa con ginebra— Lo siento, pero no pude evitarlo, necesitaba arruinarles la fiesta.

—Al menos me hubieses esperado.— Habló la castaña— Me hubiera gustado ver la cara de todos al escuchar la verdad.

—Eso fue lo mejor de todo.— Habló Ryo. Ver la cara de impresión, horror y decepción de los presente fue mejor que ganar la lotería. Después de esto, la familia Ishida jamás sería bien vista, Hiroaki había quedado en ridículo frente a toda la alta burguesía.

La chica simplemente rió ante esto— Luego de esto Zoe no volverá a molestar a mi chico.— Tomó una copa con vino y le dio un sorbo.

—Si, pero tendrás que lidiar con las consecuencias, creo a todos les quedará claro que tú fuiste quién me dijo y Damar sabe tu secreto.— Cuestionó el Akiyama.

Nene hizo una mueca— Lo sé.— Suspiró— Ya buscaré una forma de lidiar con ella, algo que ojalá sea tan bueno como lo que hiciste hoy.

Ryo sonrió— Eres mala.

—A mucha honra.— Respondió la chica alzando su copa— Salud.

—Salud.— Dijo el castaño chocando su copa con la de la chica.

Ambos le dieron un sorbo a sus líquidos.

—¿Sabes? Lo mejor de esto fue ver la cara del idiota de Yamato.— Habló Ryo.

—¿A ti no te agrada?

—Más o menos.— Respondió el Akiyama— Cuando supe que eramos hermanos, él ya era mi amigo, nos llevabamos bien, pero me molestó que Hiroaki le diera más prioridades, ya que al ser el mayor todos los ven como su heredero, cuando en realidad soy yo, aunque claro Yamato no lo sabe.— Rodó los ojos— Además debo mencionar que con los años tomó mucho liderazgo en la banda, se convirtió en el principal cuando se suponía que yo la formé, yo comencé a unir personas, él se unió casi de los últimos.

—¿Y que onda el otro día con su chica?— Preguntó Nene— ¿También fue para molestarlo?

Ryo sonrió— En parte si y en parte no.— Contestó— Esa chica es caliente, lo hubiera molestado, pero hubiera sido interesante estar con ella, aunque sea una noche.

—Ahora podrías hacer aquello.— Respondió la Amano— Yamato no la perdonará.

Ryo llevó una mano a su mentón y rió— Seria divertido para molestarlo más.— Respondió— Y no sólo a él, a Takuya también.

—Más que ahora lo dudo.— Comentó la chica.

—Tienes razón.— Carcajeo el oji-azul.

Ambos nuevamente brindaron y le dieron un sorbo a sus líquidos.


—No era necesario que me trajeras hasta acá mismo, yo estoy bien.— Musitó Hikari quién se encontraba recostada en su cama mientras Takeru acomodaba sus mantas sobre su cuerpo.

Takeru pasó sus manos por el cubre camas para eliminar las arrugas y luego volteo hacia la castaña— Claro que es necesario ¿te imaginas si nuevamente te sentías mal y perdías el equilibrio otra vez? ¿Qué hubieras hecho si estabas sola?

Hikari hizo una mueca al recordar lo ocurrido hace unas horas, Takeru en verdad se había preocupado por ella y no era para menos, se había puesto pálida y su presión había bajado de una manera terrible.

Suspiró.

No esperaba que su cuerpo estuviera en tan mal estado físico para reaccionar así al hacer ejercicio.

—Fue solo un momento, ahora me siento mejor.— Respondió la castaña.

—No mientas, vi tu rostro mientras veíamos esa película, en verdad parecía que te desmayarías otra vez.

—Lo de antes no fue un desmayo, simplemente fue una perdida de equilibrio.

—Con baja de presión, eso no es algo simple, fue grave.

Hikari suspiró, Takeru en verdad estaba preocupado, eos no le extrañaba, siempre reaccionaba así cuando le ocurría algo— Tranquilo, estoy bien.— Alzó su mano y acarició su mejilla— no te preocupes por mi.

—Lo siento Hika, pero es imposible.— Musitó el rubio— Si algún día te llegase a suceder algo yo no podría soportarlo y...

—¡Sh!— Acarició sus labios— No pienses eso.— Habló— Yo estaré bien ¿si? Simplemente fue algo leve.

Eso esperaba, pensó Takeru.

—¿Estás segura que no quieres ir a la enfermería?

—Ya es tarde Tk.— Habló la chica— Dudo que nos atiendan.

Para su mala suerte, pensó el rubio.

—Bueno, pero esta baja de presión no fue leve, tus manos estaban muy frías y tu estabas pálida, dime ¿en ningún momento perdiste la consciencia?

—Segura, en ningún momento, solo perdí el equilibrio y ya.

—¿Y si llamamos a un doctor?

—A estas horas dudo que alguien pueda venir.

—¿Y si te llevo a la clínica?

—¡Hey! No, tranquilo.— Hikari acarició su mejilla— Yo estaré bien de verdad.

—Eso es lo que dices, pero ¿y si lo que te ocurrió es algo verdaderamente malo?

—Estoy segura que no lo es.— Respondió la casta—Pero si quieres mañana iré a la enfermería a primera hora para que me revisen, así no te preocupas más.

—¿Prometes que lo harás?

—Lo prometo.

—¿De verdad?

—Si.

—¿De veritas?— Preguntó el rubio.

Hikari rodó los ojos— Tk.— Suspiró— Ya dije que sí.

Takeru hizo una mueca— Lamento ser tan insistente, pero en verdad no me gusta verte mal.

—Lo sé, pero créeme me siento mucho mejor, gracias a tus cuidados, esa deliciosa chocolatada que me diste, ese masaje, esos abrazos.— Habló la castaña, sin duda había sido la mejor noche de su vida, aunque esa chocolatada tendría que bajarle urgentemente mañana con ejercicio.

Takeru sonrió— Me alegra escuchar eso.— Esta vez fue él quién acarició la mejilla de su novia, tomó su rostro entre sus manos y posó un beso en su frente.

La castaña simplemente sonrió, en verdad era agradable la compañía de ese chico— ¿Sabes? Amo cuando me cuidas y estás conmigo.— Musitó antes de posar sus manos en su pecho y acercar su rostro para unir sus labios en un dulce beso.

Takeru le correspondió y abrazó a la castaña por la cintura mientras disfrutaban del calido toque.

—Te quiero.— La chica le susurró al separarse unos centímetros.

—Yo también a ti.

Nuevamente se unieron en un dulce y suave beso, un beso que ambos correspondieron con el mismo cariño, con la misma dulzura, con la misma suavidad. Luego de unos segundos, el rubio introdujo la punta de su lengua en la boca de Hikari y esta la acarició con la suya, primero fue una caricia suave, delicada, pero, con el paso de los segundos comenzó a ser un baile mucho más profundo y rápido. Y poco a poco el beso comenzó a ser más apasionado.

Ambos se dejaron caer sobre la cama mientras disfrutaban de aquel beso en el cual demostraban el amor que sentían.

Takeru acarició el rostro de la castaña y esta acarició su cabello.

Los labios del chico rosaron el mentón de la chica y ella besó la punta de su nariz, luego volvieron a besarse de una forma suave y tierna, sin pasión, solo con mucho amor.

Ambos estaban disfrutando de aquel momento que se vió interrumpido cuando la puerta del departamento se abrió provocando que se separasen (No podían permitir que Rika los viera así, ya habían recibido muchas burlas de su parte)

Hikari y Takeru dirigieron su mirada hacia la puerta en unos leves segundos apareció la pelirroja frente a sus ojos, quién literalmente venía a duras penas caminando.

—¡Auch! Mis pies, nunca más me vuelvo a poner estas cosas.— Musitó la Nonaka ignorando completamente la presencia de la pareja.

Rápidamente llevó sus manos a sus pies y con agilidad se quitó esos tacones mientras maldecía a diestra y a siniestra a sus dos amigas, Damar e Hikari. Aún no sabía ¿cómo rayos había permitido que la convencieran de utilizar esos zapatos del infierno?

¡Nunca jamás se volvería a poner unos!

Le dolían muchos los pies.

—¿Por qué acepté colocarme estas cosas?— Susurró mientras tocaba su pie derecho— ¡Auch!

—Vaya, vaya, no puedo creer lo que veo.— Una voz familiar llamó su atención y al voltear se encontró con la pareja— Rika Nonaka con tacones.

¡Rayos! Rika se mordió el labio inferior al ver al rubio, quién tenía una sonrisa burlona en su rostro.

¡Oh no! Pensó la pelirroja, ahora takeru se burlaría de ella por este bochorno, esa sonrisa en su rostro lo decía.

—Al parecer no fueron tus mejores amigos esta noche ¿no?— Comentó Takeru.

Rika tuvo intensiones de responder, pero antes de hacerlo algo o mejor dicho los últimos sucesos de esa noche vinieron a su mente como un flash, lo que provocó que mantuviera el silencio al percatarse de que ciertos acontecimientos estaban ¡Involucrados con ese chico!

—Tk, no te burles.— Hikari se levantó de su cama y luego volteo hacia su amiga—¡Hey! Rika ¿cómo estuvo la fiesta?

—¿E?— La pelirroja balbuceo ante la pregunta de su amigo, ya que si analizaba todo, eso que había ocurrido con la famosa verdad que había revelado Ryo lo involucraba a él y también a...

¡Rayos!

Su mejor amiga, Damar, y su mejor amigo, Takeru, tenían una sobrina en común, esa niña, hija de Mimi y Yamato.

Tragó saliva.

—Por tu cara diría que no estuvo muy bien.— Comentó el rubio.

—¿Q-qué?— Preguntó Rika— ¿P-por mi cara?

—Si, es como si hubiese visto un fantasma.— Habló Takeru— Y por ese balbuceo también.

—¿E?— Nuevamente balbuceo la pelirroja, su amigo era bastante perceptivo en la cosas ¡Rayos! Respiró profundo— Y-yo, no, pues, cre-creo...

—¡Hey! Tranquila.— Habló Hikari un tanto preocupada, su amiga jamás había actuado de esa forma, en verdad se veía nerviosa y no paraba de tartamudear. Salió de su habitación y se acercó a ella para tomar su mano— ¿Qué ocurre contigo? ¿Por qué ocurres así?— Preguntó— ¿Ocurrió algo en la fiesta?

Pues si, pensó Rika, si había ocurrido algo.

—¿E?— Balbuceo, observó a Takeru— A-algo, pues...— Bajó la mirada— Si, ocurrió algo.

—¿Así?— Preguntó Takeru— ¿Qué ocurrió?

Rika guardó silencio por unos segundos mientras se debatía en su mente si contar o no lo que había ocurrido en esa noche, sabía que Takeru se enteraría después de todo, pero no sabía si ella era la mejor persona para decirselo, después de todo ella era de esas personas que se caracterizaba decir las cosas de una forma abrupta, pero en este caso quizás no sería lo mejor, sin embargo no estaba segura si debía ocultarselo al rubio, finalmente era su amigo ¿no?

—¿Podemos saber?— Cuestionó Hikari.

—¿E?— La pelirroja dirigó su mirada hacia su amiga y nuevamente hacia el rubio.

Tragó saliva.

—¿Qué ocurrió?— Preguntó Takeru.

¡Rayos! Nuevamente pensó la pelirroja.

—Rika ¿qué ocurrió?

La nombrada hizo una mueca.

¿Debía decirselo o no? ¿Sería buena idea? ¿Hablar o callar? Esa era la cuestión.

—Ocurrió algo que...— Rika movió levemente su boca un tanto nerviosa, no sabía como decir esto.

—¿Qué ocurrió?— Preguntó el rubio.

—¿E? Pues...—Balbuceo.

¿Y si Takeru reaccionaba mal? Quizás debía esperar a que se lo dijeran, pero si él sabía que ella se lo había ocultado se enfadaría y pues, no quería que eso ocurriera, aunque le daba miedo decirle, tenía miedo a su reacción, sin embargo, él merecía saberlo.

—Rika nos estás preocupando.— Musitó Hkari.

¿Debía o no?

—Rika.— Takeru la llamó.

Rika suspiró, no sabía como decir de la mejor forma esto, solo sabía que no quería mentirle a Takeru, él era su amigo y de alguna se iba a enterar, no quería que se enojase con ella por ocultarselo.

—Prometeme que no reaccionarás mal Takeru.

—¿Mal?— Preguntó el rubio— ¿Por qué reaccionaría mal?

Por muchas razones.

—No me digas que es algo de mis padres.

—¿E?— Balbuceo la pelirroja— Algo así.— Estaba involucrado con ellos, pero no eran los protagonistas.

—¿Ahora que hicieron?— Takeru rodó los ojos.

—¿E?—Rika hizo una mueca— No sé si decirte, no quiero que te afecte.

—Luego de lo que supe de ellos cualquiera que hagan o dejen de hacer no me sorprenderá.— Comentó el rubio.

—Bu-bueno, no es algo que hicieron ellos, pero si está relacionado con ellos?

—¿Así?— Preguntó Takeru— ¿Qué ocurrió?

Rika hizo una mueca—Prometeme que te lo tomarás con calma, que respirarás profundo y que pensarás tres veces las cosas antes de hacerlas.

—Rika...

—¡Prometelo!— Exigió la Nonaka.

—Está bien.— Takeru rodó los ojos— Lo prometo.

Rika suspiró.

—Ahora dime ¿qué ocurrió?

Rika respiró profundo y luego de unoss segundos se armó de valor para decirlo— Tienes una sobrina, Takeru.

—¿Qué?

—Lo que escuchaste.— Respondió la pelirroja— Tienes una sobrina.— Habló— Yamato tiene una hija...—Tragó saliva— Con Mimi.

¿Qué?


~Al día siguiente~


Yamato abrió los ojos e instantaneamente la luz que entraba por la ventana lo cegó, hizo una mueca de desagrado ante esto, le dolían mucho los ojos, la cabeza, el cuerpo completo. La noche anterior había caminado desde su casa hasta el Internado, había llegado súper tarde y apenas había logrado dormir.

Había llorado, no lo iba a negar, por tristeza, angustia, decepción y mucha, mucha impotencia. Muy similar a cuando Mimi se había ido hace tres años, pero esta vez era mucho más, porque esa vez la había pérdido solo a ella, en cambio ahora no sólo había pérdido a la Tachikawa, si no que se había dado cuenta de todo el tiempo valioso que no había disfrutado con su hija.

Natsumi.

¡Rayos!

Apretó su puño con fuerza.

El destino era muy extraño, ni en sus más locas imaginaciones se le hubiera ocurrido pensar en que esa niña que había conocido por una simple casualidad en el Hotel de la familia de Sora era su hija. No podía evitar lamentarse al recordar que cuando le había pedido que cantase se había sentido fastidiado, al momento que hubiera sabido que Natsumi era sangre de su sangre probablemente le hubiera cantado todas las canciones de cuna posibles, no sólo eso, la hubiera alejado lo más posible de ahí, hasta hubiera regañado a su madre adoptiva por haber dejado que se escapara así sin más, porque para variar no había sido solo una vez, si no que las dos veces en que se había realizado las fiestas su pequeña hija había merodeando por ese lugar sola.

Se mordió la labio inferior.

Lo peor de todo era que él sospechaba algo, cuando vió ese collar tuvo la sensación de que algo ocurría, sin embargo su mente no había llegado hasta eso, se había imaginado otras cosas, pero no que fuera su hija. Le había preguntado a Mimi por ese collar y...¡Un minuto! Ahora tenía sentido su crisis de pánico cuando le preguntó sobre eso, en verdad se sintió estresada o mejor dicho acorralada, él había estado cerca de la verdad, muy cerca y no había logrado verla ¡Rayos! También esas ecografías.

Mimi había tenido miles de oportunidades para decirle la verdad, pero no lo había hecho ¿Por qué? ¿Acaso no confiaba en él? ¿No creía que era lo suficientemente hombre para tomar esa responsabilidad? ¿O simplemente quería deshacerse de su hija a sus espaldas?

¡Rayos!

Ella la había intentado abortar, ese registro que Ryo había enviado lo decía ¿Cómo él lo había sabido? Bueno, eso no importaba, después de todo si no fuera por él jamás hubiera sabido la verdad.

Y hablando de saber la verdad, Takuya también lo sabía ¡Rayos! Y no había sido capaz de decirselo, se suponía que eran amigos ¿no? Él siempre lo tuvo en buena estima, a pesar de que le había jugado una mala pasada a Kouji quitandole la novia siempre lo consideradó un buen chico, sin embargo ahora estaba más que claro que no lo era. Takuya era tan mentiroso y engañador como Mimi.

Suspiró.

Se levantó de su cama tomó una toalla y salió de su habitación en dirección al baño, necesitaba una ducha.

Sin embargo antes de llegar la puerta sonó y en el lugar apareció Taichi, quién venía con un aspecto terrible y con un olor fuerte a alcohol.

Hizo una mueca.

—¿Qué haces llegando a estas horas?— Preguntó molesto.

Taichi hizo una mueca al ver al a su amigo— ¿Te crees mi mamá acaso que me preguntas?

Yamato rodó los ojos— Inepto.— Musitó enfadado.

—¡Hey! ¿Qué sucedió contigo?— Preguntó Taichi— Tienes un aspecto terrible.— Su amigo tenía la misma ropa de ayer, solo que la camisa desarreglada, el cinturon abierto, su cabello desordenado y su rostro era la de un zombie.

—Lo mismo te iba a preguntar a ti.— Respondió el rubio— No llegaste en toda la noche y ahora vienes pasado a alcohol.

—Tuve una pésima noche.— Comentó el Yagami— Al igual que tú.— Esas ojeras eran demasiado notorias, además sus ojos estaban rojos, al parecer había estado ¿llorando? No, eso no era posible.

Yamato hizo una mueca— Pues si, tuve una de las peores noches de mi vida.— Comentó— No es para menos luego de lo que supe ayer?

—¿Ayer?— Preguntó el castaño— ¿Qué supiste?

—¿Acaso no sabes?— Cuestionó el oji-azul.

—¿Saber qué?

—Lo que hizo Ryo o mejor dicho lo que dijo en la fiesta.

Taichi hizo una mueca— No me digas que se mandó otro de sus tipicos escándalos.— Musitó.

—Si, pero este fue peor que todos los que una vez se mandó.— Habló Yamato.

—¿A si?— Preguntó el castaño— ¿Qué dijo?

—¿En verdad no sabes? Tú estabas en la fiesta ¿no?

—¿E?— Si, él estaba en la fiesta, pero luego por todo ese lío de Catherine y Sora se había olvidado de todo su alrededor— Yamato, anoche tuve que lidiar con mis propios problemas, no tuve tiempo para poner atención en lo que ocurrió a mi alrededor.— Comentó— Pero por tu cara creo que obvio que es grave, dime ¿qué hizo?

Yamato suspiró— Ryo ayer hizo un discurso y frente a todos dijo que...—Apretó su puño al recordar ese momento— Tengo una hija.

—¿Una hija?— Taichi preguntó.

—Con Mimi.

¿Qué? Pensó el Yagami sorprendido ¿Ryo lo había dicho? ¿Le había revelado esa verdad? ¿Yamato ahora sabía que tenía una hija?

—¿Cómo lo supo?

—No lo sé.— Respondió el rubio—Pero Mimi lo terminó confirmando todo, ya que Ryo tenía evidencia de una cita medica para hacerse un aborto.

—¿Aborto?— Taichi hizo una mueca.

Yamato asintió— Y no tuvo más opción que admitir toda la verdad.

—Rayos.— Exclamó el moreno— Que mal por Mimi.— Comentó— Ella siempre quiso decirte todo, ya que tenía muchas explicaciones que darte por ese asunto, pero nunca encontró el momento...—Musitó— Que pena que haya tenido que decirte todo bajo esa presión.

¿Qué?

Yamato alzó una ceja sorprendido al escuchar esas palabras de su amigo.

"Ella siempre quiso decirte todo"

"Tenía muchas explicaciones que darte por ese asunto"

"Nunca encontró el momento"

—Espera.— Habló el rubio— ¿Tú sabías de esto?

Y fue en ese minuto que Taichi cayó en cuenta de que Yamato no sabía que él conocía aquella verdad desde antes ¡Rayos! En verdad se sentía el rey de los idiotas, primero lo de Sora y ahora esto.

—Dime Taichi.— Le exigió el rubio— ¿Tú sabías?

—¿e? pu-pues...

—¡Dime!— Gritó el oji-azul.

El Yagami hizo una mueca, ya estaba cansado de mentir y sabía que si lo decía ahora o después el rubio igual se enfadaría, después de todo cuando pudo haberselo dicho no lo hizo, sin duda era un pésimo amigo, primero lo de Takuya y luego esto.

—Si.— Respondió sin más— Si lo sabía.

—¿Qué?— Preguntó Yamato y apretó su puño— ¿Cómo lo supiste?

—Una vez Sora y yo escuchamos sin querer cuando Takuya y Mimi hablaban sobre ese tema.— Respondió Taichi— Y ellos al vernos nos terminaron contando todo.

—¿Hace cuanto fue?

—No hace mucho, sino que hace unas semanas...

—¿Y por qué no me dijiste?— Preguntó el rubio en un grito.

—Porque Takuya y Mimi me rogaron que no lo hiciera.— Respondió Taichi.

—¿Y decidiste hacerles caso?

—Bueno, no era un tema que se relacionara conmigo...

—¡PERO YO SOY EL PADRE DE ESA NIÑA, MERECÍA SABERLO!— Gritó Yamato enfurecido— Y más encima yo soy tu amigo, debiste habermelo dicho ¿cómo pudiste ocultarmelo? ¿querías verme la cara de idiota al igual que Mimi y Takuya?— Preguntó agarrandolo de la camisa.

—No, no es eso, es simplemente que no pude decirtelo.

—Pues debiste haberlo hecho.— Respondió Yamato— ¿Cómo pudiste hacerlo?— Preguntó— ¿Qué más da?— Contestó antes de soltar a su amigo— Si pudiste hacerle eso a mi hermana y Takuya, a quién tú igual decías ser amigo tuyo, no debería sorprenderme que me algo así a mi.

—Oye no digas eso yo...

—¡No me hables! No quiero escucharte.— Contestó el rubio antes de dirigirse al baño y cerrar la puerta con un gran portazo.


Mimi se observó atentamente al espejo, tenía unas ojeras de muerte, los ojos los tenía inflamados y rojizos, su cabello estaba completamente desordenado, parecía de todo menos personas.

Suspiró.

Pasó una mano por sus ojeras.

No estaba de ánimos para maquillarse.

Echó agua en sus manos y luego lavó su rostro para continuación secarlo con una toalla, a continuación amarró su cabello en una coleta, pero rápidamente se aburrió de ella y la deshizo, sin embargo, cuando hizo esto la liga de elasticada se enredó en sus bucles.

Hizo una mueca ante esto y jaló de ella completamente molesta. Cuando la liga estuvo fuera se dio cuenta de que tenía algunos de sus cabellos. Frunció el ceño molesta y la lanzó contra el basurero. Respiró profundo completamente enfadada.

En realidad esta situación la tenía al borde del colapso.

Literalmente era un milagro que no le diera una de esas crisis de pánico con lo alterada que estaba.

¡No! Lo mejor era no pensar en eso.

Respiró profundo.

Lo peor que le podía pasar en esos momentos era tener una crisis. Necesitaba estar atenta a todo lo que pudiese venir, pendiente de las reacciones de los demás y no de su salud.

Abrió la puerta del baño y salió de él en dirección a su habitación. Sin embargo antes de llegar ahí la puerta principal sonó y ante sus ojos apareció Izumi.

La hermana de Yamato venía totalmente desastrada, su cabello estaba desordenado, también tenía sus ojos llorosos rodeados de ojeras, su rimen escurría por sus ojos, su vestido estaba completamente arrugado y traía sus tacones en la mano.

Evidentemente ella tampoco había tenido buena noche.

—Izumi.— Pronunció su nombre.

—No me molestes.— Respondió Izumi molesta.

Mimi hizo una mueca, no tenía que ser adivina para saber que estaba molesta por lo de ayer, finalmente también le había mentido a ella, quién se suponía que era su mejor amiga.

—Zoe yo...—Se acercó a ella y tomó su mano— Necesito hablar contigo.

—¡Sueltame!— La rubia la esquivó.

La castaña se mordió el labio inferior ante esto, ese grito no le había agradado— Izumi, por favor, necesito que hablemos.

—No me dirijas la palabra Tachikawa, yo no quiero hablar contigo..— Respondió la rubia.

—Por favor, Zoe, escucha...

—¡Ya te dije que no!— Gritó la oji-verde con ira.

Mimi bajó levemente la mirada, su amiga nunca le había gritado de esa forma tan ruda y fría, en sus ojos era evidente la furia que sentía literalmente echaba chispas a través de su mirada.

—No quiero hablar contigo, no quiero que me dirijas la palabra, ni siquiera que te me acerques.— Habló la rubia.

—P-pero...

—Pero nada.— Respondió Izumi— No quiero saber de ti luego de lo que ocurrió.

La castaña alzó la mirada— Zoe, por favor, escuchame, yo quiero explicarte lo que en verdad ocurrió.

—No quiero que me expliques, luego de ayer todo quedó claro.— Contestó la rubia— Eres una chica muy mala Mimi.

¿Mala?

—No, Zoe, por favor no me califiques de esa manera.

—Pues eso eres.— Respondió la oji-verde, en verdad esta situación le dolía, porque no solo se había enterado que había estado tres años separada de su sobrina, si no que el chico que amaba y su mejor amiga de toda la vida, su cuñada, a quién consideraba su hermana, con la chica que nunca había tenido problemas, a quién siempre intentaba confiarle sus cosas, le había mentido de la forma más cruel.

En un lapso de diez minutos perdió a las personas que más quería en su vida y también ese lapso de tiempo le permitió saber que no solo ahora perdía personas, si no que ya había perdido ¿qué cosa? Momentos con su sobrina por la culpa de esos dos y ahora no solo ella sufría si no que su hermano, Yamato, estaba completamente destrozado.

—Zoe yo no quería que esto fuera así.— Habló la Tachikawa— Nunca quise herir ni a tu hermano, ni a ti.

—Pero eso hiciste con tus mentiras.

—Lo sé, sin embargo, no era lo que buscaba.— Respondió Mimi— Amiga, yo no...

—¿Amiga?— Zoe interrumpió a la castaña— No me vuelvas a llamar de esa forma, porque está más que claro que ya no lo somos, ya que tú no conoces el significado de la palabra amistad.— Suspiró— Esto lo que hiciste no lo haría una amiga.

—Izumi, por favor, escuchame.— Habló la Tachikawa, tenía muchas explicaciones que dar y sabía que en esos minutos su amiga estaba muy enfadada como para escucharla, pero debía intentar explicarle las cosas, ya que su objetivo nunca fue hacerle daño, la valoraba mucho como para querer lastimar la amistad que tenían hace años.

—No te escucharé.— La rubia caminó en dirección a su habitación, ingresó a ella y cerró la puerta con un fuerte golpe.

Mimi sintió como las lágrimas caían por sus mejillas a más no poder. Llevó sus manos a su rostro, en verdad no quería que esto ocurriera, cuando había escondido el secreto había sido por el bien de su hija, pero al parecer las cosas no habían salido bien para su novio, para su amiga, para su hermano, ni para ella.

Dirigió su mirada hacia la puerta de la habitación de la Ishida.

Debía insistir.

No dejaría que esto se quedara así.

Pero antes de que se encaminara a golpear la puerta principal sonó. Mimi volteo hacia y al hacer esto pudo distinguir que su pelirroja mejor amiga venía de igual -o hasta peor- que Izumi.

—¿Sora?— Mimi se sorprendió de ver a su amiga en ese estado, la observó de pies a cabeza, estaba completamente desarreglada, su cabello desordenado, tenía ojeras y los ojos llorosos, además traía sus tacones en la mano. Llevó una mano a su nariz, su amiga traía un fuerte aroma a alcohol para nada agradable— ¿Qué te ocurrió?

La Takenouchi simplemente observó a su amiga sin poder formular alguna respuesta, se sentía destrozada, dolida, su corazón estaba roto en mil pedazos.

—¿Sora?— La castaña nuevamente la llamó.

La Takenouchi simplemente observó a la Tachikawa y literalmente no pudo contener más lo que sentía, miles de lagrimas comenzaron a caer por su rostro a más no poder— T-tai...—Balbuceo levemente— Ta-taichi me-me...—El nudo en la garganta no la dejaba hablar.

—¿Qué te ocurre Sora?— Preguntó Mimi preocupada— No te entiendo.

La pelirroja tragó saliva e intentó hablar nuevamente— Perdí el amor amiga.

Mimi alzó una ceja— ¿Qué?— Cuestionó sorprendida.

—Taichi me engañó.— Dijo antes de llevar sus manos a su rostro y seguir llorando desconsoladamente.


—No puedo creerlo.— Musitó Takeru, quién en toda la noche no había logrado dormir ante tan inesperada y sorpresiva noticia que le habían dado la noche anterior—Tengo una sobrina.— Musitó— Una sobrina.

Hikari hizo una mueca ante esto y tomó asiento junto al rubio— ¿Has logrado comunicarte con tus hermanos?

—No.— Respondió el rubio y observó su móvil— Llamé tanto a Izumi como a Yamato, pero ninguno me ha contestado, pero tampoco he querido ser insistente, si no me contestan es por algo ¿no?

Hikari asintió— Todo está muy reciente, de seguro todo tiene una explicación que luego la tendrás.

—Eso espero.— Musitó Takeru— Por más que pienso y pienso no logro entender ¿cómo rayos Mimi lo ocultó por tanto tiempo? Digo, él decía querer a mi hermano ¿no? ¿Cómo no decirle?

—Quizás tuvo miedo.

—¿Miedo?— Preguntó el rubio— ¿De qué?

—No sé, quizás de su reacción.

—Pues no debió tenerla, Yamato siempre la quiso, a ella le entregó lo que jamás a otras chicas les dio.— Habló Takeru— Yo sé lo enamorado que estaba de ella y estoy seguro que le hubiese respondido, no tenía porque esconderlo.

Rika, quién se encontraba en su habitación no pudo evitar hacer una mueca al escuchar esto, menos mal no le había comentado sobre aquella cita medica para el aborto que Ryo había enviado a sus móviles.

Suspiró.

Tal vez no había sido buena idea decirle al rubio.

Dirigió su mirada a su móvil, bastante tarde se había propuesto enviarle un mensaje a Kouji para decirle que impidiese que Damar regresara al internado, porque evidentemente esto no ayudaría en nada a su recuperación.

El Minamoto no respondía, así que se podía imaginar que estarían regresando.

¡Rayos!

—Rika.— La voz de Hikari llamó su atención.

—¿Si?— La pelirroja salió de sus pensamientos y volteo hacia su amiga.

—Nosotros bajaremos a desayunar.— Habló el rubio— ¿Vienes?

—¿E? S-si.— Respondió antes de tomar su mochila— Vamos.


—Necesito que expulsen a esa niña de este lugar.— Natsuko le declaró sin más a las directora y sub-directora del internado.

Rumiko y Tomoko intercambiaron miradas sorprendidas ante esto, ya que no esperaban que la mujer Ishida las citara a tan tempranas horas de la mañana para una reunión "urgente" por algo como esto (Y en verdad había sido preocupante considerando que Natsuko odiaba a más no poder a Rumiko)

—¿Qué?— Preguntó la directora sorprendid.

—Lo que escuchaste, queremos que saques a esa chica de este lugar.— Respondió Natsuko molesta.

—Debe ser una broma ¿no?— Esta vez habló Tomoko.

—No, no es una broma, estoy hablando muy enserio.— Respondió la mujer Ishida— Necesito que expulsen a esa chica de este lugar.

—Pero ¿por qué?

—¿Qué no es obvio?— Cuestionó la madre de Takeru— Por lo que les dije recién.

Rumiko se mordió el labio inferior, aún estaba demasiado impresionada por lo que había sabido de la noche anterior, verdaderamente nunca se hubiera imaginado que los Tachikawa escondieran algo como eso, aunque si analizaba la situación, de Keisuke se podía esperar lo que fuera, finalmente siempre le importaba su honra y su nombre antes que todo.

Tomoko no estaba impresionada porque había estado en la fiesta, sin embargo tenía muchas dudas y preguntas que hacerle a Mimi, a esto se le sumaba que le sorprendía este comportamiento de Natsuko, de Hiroaki lo esperaba finalmente era muy parecido a su ex esposo, Kousei, siempre buscando cuidar "su nombre" y el de su familia de cartón, pero ¿de Natsuko?

—Mimi resultó ser igual o peor que esa chica que inventó estar embarazada de Yamato hace años atrás.— Natsuko comentó— ¿Te acuerdas Rumiko?

¿Cómo lo olvidaría?

Nunca había presenciado tal batalla entre personas con dinero y finalmente esa pobre chica había terminado siendo enviada a una clínica en un país muy lejos de ahí por loca.

—No creo que se pueda calificar a esa chica como una persona mala solo porque quiso proteger a su hija.

—¿Proteger?— Cuestionó Natsuko— Eso suena gracioso.

Tomoko hizo una mueca, en verdad no entendía el comportamiento de Natsuko, tan fría y sin corazón, se estaba pareciendo mucho a su ex esposo Kousei Minamoto.

—Esa chica simplemente quiere arruinar a mi familia y a mi hijo.— Habló Natsuko— Conociendo a Keisuke estoy seguro que algo hizo intentando evitar el embarazo, pero no fue lo suficientemente ingenioso para deshacerse de esa bebé.

—Esa bebé es tu nieta.— Tomoko se cruzó de brazos.

—No lo es.— Respondió la mujer Ishida— Pero no discutiré eso con ustedes, finalmente vine a pedir que tomen cartas en el asunto y expulsen a esa chica.

Tomoko rodó los ojos ¿enserio Natsuko creía que por algo como eso expulsarían a esa chica? Entendía que estuviese enfadada por esta verdad, pero no podía relacionar un problema familiar con ese lugar.

—Lo siento mucho Natsuko, pero no podemos expulsar a Mimi por un problema externo y ajeno a este lugar.— Habló la mujer Kimura— Finalmente esa chica ha demostrado ser una chica de buenos modales, con buena moral, para nada problemática y jamás ha tenido comportamientos fuera de lugar.

—Que sea madre adolescente no muestra una buena moral.— Habló Natsuko— ¿Acaso no es poco que además sea soltera?

—Disculpame, pero si fuera por eso tu hijo también caería en esa acusación, ya que él también es padre adolescente y no está casado.— Respondió Tomoko— Además si hablamos antecedentes, tristemente Yamato no tiene los mejores, recuerde que también se cree que el hijo de Jun es de él.

Natsuko frunció el ceño molesto, en verdad no le gustaba esta situación— Yo soy una de los principales inversores, eso debería permitir que pueda tomar decisiones en este lugar ¿no creen?

—Si, pero decisiones administrativas en ámbito económico.— Contestó la oji-azul— No con respecto a quién está o no en este lugar.

Natsuko frunció el ceño, no podía creer lo que estaba ocurriendo, por primera vez en su vida Tomoko la estaba enfrentando, eso jamás había ocurrido, sin duda era sorpresivo, pero molesto, la Kimura no era quién para decidir aquello, ella ya había influenciado en eso una vez al expulsar a Jun, esta no sería excepción— Tomoko, tú eres solo la sub-directora, no voz de ni voto en este asunto.

—Tú fuiste la que me citó aquí ¿no?

—Porque pensé que me darías una solución razonable.

—Eso es lo que estoy haciendo.— Respondió la ex mujer Minamoto.

Natsuko apretó su puño y volteo hacia la rubia— Rumiko, tú eres la directora, así que tienes la última palabra, expulsa a esa chica de aquí ahora.

—¡Ni se te ocurra hacerlo!— Tomoko le habló firmemente a la Nonaka.

¡Rayos!

Pensó la rubia.

—Debes hacerlo.

—Claro que no.— Respondió Tomoko.

—Expulsala.— Exigió Natsuko.

—No lo hagas.

Rumiko tragó saliva, literalmente estaba contra la espada y la pared, observó a Natsuko y luego de Tomoko, ambos la observaban de manera amenazante y severa, evidentemente ambos estaban firmes en su postura.

—¿Por qué me estás contradiciendo Tomoko? Pensé que me apoyarias.— Natsuko habló.

—Lo haría.— Respondió la Kimura— Si fuera una buena decisión. Entiendo que todo esto sea sorpresivo, pero, dime ¿al menos le has dado la oportunidad a esa chica para que se defienda?

—No es necesario que se la dé.— Contestó la madre Takeru— No quiero que deshonré más mi nombre, así que Rumiko tendrás que obedecerme.

—No, no lo harás Rumiko.— Contestó Tomoko.

—No basta con que solo lo digas, yo mando en este lugar.— Natsuko le habló a la Kimura.

¡Ouch!

Tomoko hizo una mueca ante esto.

¿Natsuko le había dicho eso?

Nunca pensó que fuera posible, se suponía que eran amigas.

En verdad la desconocía ¿en qué minuto se había vuelto tan fría e insensible como Hiroaki y Kousei? ¿Acaso se le había subido el poder a la cabeza?

—Bueno, puede que no tenga mucho poder, pero Rumiko piensa lo mismo que yo ¿no?

Rumiko nuevamente observó a las dos mujeres. Nunca pensó que fuera posible que tuviera que escoger en que lado estar de ellas dos, siempre habían sido Natsuko y Tomoko contra ella, no Natsuko contra Tomoko pidiendo su ayuda.

Esto era un sueño, ya no se sentía la villana del cuento.

—Rumiko.— Ambas la llamaron.

No era momento de alegrarse, debía escoger un lado. Natsuko tenía razón ella tenía más poder en ámbito administrativo de ese lugar, pero si era sincera en estos minutos más le temía a Tomoko que a Natsuko, finalmente la mujer de Ishida por enfadó podía quitarle su cargo como directora, pero la Kimura en su enfadó podía literalmente arruinar su vida con todo lo que sabía (y ella sabía mucho más que Natsuko) y si era sincera le encantaba la idea de ver caer a los Ishida, dejar a esa chica en este lugar ayudaría.

Suspiró.

—Disculpa Natsuko, pero no puedo hacer nada mientras el comité de padres no diga algo.

—Hablaré con ellos entonces.

—Bueno aunque así fuera también debo esperar a que Keisuke hable por su hija.— Respondió la Nonaka.


Kouji detuvo su moto en el estacionamiento del Internado— Llegamos.

Damar observó el lugar y suspiró— De vuelta a la realidad.— Dijo antes de bajar de la moto y retiró el casco de su cabeza, sonrió— Muchas gracias por traerme y por esta semana en la cabaña.

El Minamoto retiró el casco de su cabeza y sonrió— Fue un gusto.— Respondió antes de acariciar su rostro— Me gusto pasar este tiempo contigo.

—Gracias por escucharme, por tolerarme, por estar conmigo, sé que no debe ser agradable estar escuchando los lamentos de mi vida y toda la cosa.

—No fue desagradable.— Respondió el Minamoto— Al contrario, tú sabes que puedes contar conmigo.

La castaña sonrió y luego volteo en dirección al Internado, suspiró, tenía miedo de entrar ahí— Espero no tener problemas.

—No te preocupes, mi madre dijo que tenía todo solucionado.— Respondió el Minamoto.

—¿Has hablado con ella?— Damar le preguntó a Kouji.

El Minamoto sacó su móvil— Le envié un mensaje esta mañana, pero no me ha contestado.— Alzó la mirada— Pero si llegas a tener algún problema recuerda mantener la calma.

Damar suspiró— Será difícil.

—Lo sé.— Respondió el Minamoto— Pero no imposible, sé que ver a Rumiko es difícil, sin embargo también debes pensar en tu bien, en cumplir con tus reponsabilidades y dejar de involucrarte en problemas.

Damar respiró profundo y asintió, verdaderamente esto sería difícil, pero no imposible. Volteo hacia la moto y tomó su bolso— Bueno, lo mejor será que entre.

Kouji asintió, tomando su bolso y disponiendose a caminar en dirección al Internado, pero se detuvo al recordar algo—Espera.— Tomó su brazo derecho.

—¿Qué ocurre?— Damar volteo ante esto y al hacer esto los labios del chico se unieron a los suyos en un dulce beso que no dudó en corresponder. El Minamoto la tomó por la cintura y la castaña posó sus manos en su rostro mientras disfrutaba de aquel contacto de labios que duró hasta que a ambos se les acabó el aire provocando que se alejaran unos centímetros.

—Pase lo que pase estaré contigo.

La castaña sonrió ante esto— Lo sé.— Respondió antes de depositar otro beso en los labios del Minamoto.


Yamato ingresó a la cafetería del Internado y al instante sintió como miles de miradas se posaban sobre él, hizo una mueca ante esto. Miles de murmullos se hicieron presentes, no lo escuchaba, pero evidentemente eran sobre él.

Respiró profundo, no demostraría debilidad ante los demás, se sentía de muerte, pero debía seguir fuerte, desde hoy ese Yamato enamoradizo ya no existiría, porque sin duda alguna había sido un error haberese entregado abiertamente a esos sentimientos, ya que prácticamente había dejado que esa chica hiciera lo que quisiese con él, se había ido durante tres años y él como bobo la perdonó debido a los sentimientos que tenía hacia ella. Sin duda maldecía el día en que se habían conocido, el día que comenzó a sentir algo por ella, el día en que había participado de ese maldito juego de quince minutos en el paraíso y se habían besado por primera vez, pero sobretodo maldecía esa noche del 3 de Abril que se habían entregado con pasión a sus deseos y sentimientos.

Apretó su puño y sin decir más caminó por el lugar en dirección a la barra sin mirar a las personas su alrededor, ignorando completamente que a unos pocos metros cierto chico de cabello castaño, piel bronceada y ojos azules lo observaba.

—Así que llegó el padre del año.— Yuu Amano le musitó a Ryo.

El Akiyama observó atentamente como el mayor de los Ishida ingresaba en aquel lugar, evidentemente no estaba bien, su rostro lo decía.

Ryo sonrió.

Eso era lo que merecía.

Por haberlo expulsado de ¡su! banda, por ser tan creido y principalmente por ser...

Hijo de Hiroaki.

El chico pasó por delante de él y pareció no si quiera prestarle atención, cosa que no le extrañaba, hace tiempo el Ishida actuaba como si el fuera invisible ante sus ojos.

Esto sería por poco tiempo.

—¿Cómo está el padre del año?— Ryo le preguntó al rubio.

Yamato volteo hacia el Akiyama molesto, frunció su ceño y apretó su puño enfadado.

—Supongo que debes estar feliz de saber que tu hija ya tiene tres años.— Habló el Ryo— Te ahorraste el dinero del parto, el mal humor de su madre y quedarte sin sexo durante los nueve meses de espera ¡Ups! Pero si mal no recuerdo de todas formas te quedaste sin eso luego de que tu amada Mimi te dejó.

—¡Callate Akiyama!— Exigió Yamato enfadado.

—¿Por qué debería?— Preguntó Ryo— Si es divertido recordarlo.

—¡Porque no es de tu incumbencia idiota!— Gritó el rubio airado.

—No me involucra, pero aún así es divertido comentarlo.— Respondió el castaño— Es bastante gracioso recordar el hecho de que tu novia te vió la cara de idiota durante mucho tiempo.

—¡Callate!— Gritó Yamato antes de lanzarse contra el Akiyama para golpearlo con toda su ira, no fue un golpe, no fueron dos, ni tres, fueron muchos seguidos.

Literalmente toda la ira y agresividad se hicieron dueño de Yamato, solo daba golpes, golpes y más golpes sin parar, gente gritaba a su al rededor, pero simplemente los ignoraba, quería hacer callar de una buena vez a Ryo. Ya no lo soportaba, todo lo que hacia contra él, siempre se burlaba, lo fastidiaba, sin razón alguna, con el paso de los años le había quedado más que claro que lo odiaba y después de todo lo malo que había hecho el Akiyama el sentimiento era mutuo, ese chico era el ser más despreciable que había conocido en su vida.


Estimados, estimadas, es un hecho, estamos dando por iniciada esta tercera (y última) temporada de esta trilogía, estoy feliz y emocionada, porque esta temporada si tiene un camino trasado, tengo planeado lo que quiero hacer con cada pareja, a diferencia de la temporada anterior que creo que me perdí en el rumbo de muchas y a diferencia de la primera que fue un descubrimiento a todo.

Espero no decepcionarlos en esta temporada.

Este hiatus también se debió a que quise descansar y porque viví muchas cosas en este tiempo que no escribí.

A continuación responderé los comentarios de la sipnosis y del último capítulo de Superando el pasado.

milrose: Si, sin duda una colera horrible por Ryo, ese chico simplemente quiere hacerle la vida a todo el mundo. Todos saben lo que ocurrió con Mimi y ahora vimos un poco las reacciones, evidentemente todo está mal, ojalá mejore. Sin duda alguna, Taichi se terminó de hundir, ahora la pregunta ¿cedio a la tentación o a sus sentimientos? Ya veremos, ahora veremos que hará Sora. Ya veremos si los malos se salen con la suya, por el momento si. Todo está en veremos, solo diré que se viene un feroz #TeamTachikawa vs #TeamIshida. Si, Nanami tiene todo calculado y será peor, porque ahora tendrá la simpatía de todos. Si, Nanami tiene todo calculado y será peor, porque ahora tendrá la simpatía de todos jsjsjjsj ¿Enserio te dio risa? Bueno, a mi me dio risa escribir cuando Kousei aventuraba su mirada, pero me costó ponerle algo explosivo tenía mucho que decir pero dije: No puedo tirar todo, debo pensar en la siguiente temporada y aquí estamos jajajaj Que bueno que te guste la relación de Kouji Damar la verdad es que sentía que ya debían estar bien y necesitaba que Kouji fuera su polo a tierra, ya que Damar será su polo a tierra en lo que viene. Ojalá Kouji pueda hacer entrar en razón a Yamato, ya veremos si lo logrará. Si, esa cachetada fue con odio. Bueno, Natsuko tuvo a Izumi por una infidelidad y pues, Hiroaki a pesar de todo si la estima, pero Natsuko es como Rumiko, Ryo es un chico que ya no tiene el favor de nadie, nadie le cree, literalmente ahora está solo. Muchas gracias por tus palabras, en verdad es bonito cuando te reconocen tu esfuerzo y tus palabras me han alentado, ojalá te siga gustando lo que escribo y pues, ojalá sigas leyendo y comentando.

También contesto los comentarios de la sipnosis:

AmiKarina: jsjsjsjsj que bueno que te gustará, si nada se sabe es todo incierto jsjsjsj Mimi no tuvo que decir, Ryo arruinó todo, ojalá todo salga bien para esa familia jsjsjsj que bueno que estemos bien para esta tercera temporad, ya es lo último, ojalá sigans leyendo y comentando.