NA: Siempre que escribo los diálogos de Natsumi incluyo faltas ortográficas porque las bebés de 3 años no hablan legible.
Mimi observó su móvil, tenía miles de llamadas pérdidas de Takuya.
Alzó una ceja ¿por qué la estaría llamando?
Hizo una mueca.
De seguro quería saber donde estaba.
Alzó su mirada hacia las letras de hotel. Se mordió el labio inferior.
Ya no había vuelta atrás, iba a hablar con Alice.
Suspiró.
Lo mejor sería decirle a sus hermanos, finalmente ya no podrían detenerla.
"Vine a hablar con Alice"
Fue lo único que escribió.
Takuya escuchó vibrar su móvil y observó la pantalla.
—¡Rayos! ¡Rayos! ¡Rayos!— Exclamó al leer el mensaje.
—¿Qué sucede?— Preguntó Damar.
—¡Mimi fue a hablar con Alice!— Respondió el moreno.
¡No!
—Y Yamato va en camino.— Musitó Kouji.
Damar llevó sus manos a su cabeza— Esto no puede salir peor.
—Tendremos que ir entonces.— Respondió Takuya.
La imagen de Alice, Yamato y Mimi peleando por Natsumi no sonaba agradable.
Damar cerró sus ojos, eran demasiadas cosas para cosas. Su cuerpo estaba temblando a mil, pedía sedantes o ansiolíticos.
Mimi pasó su mirada por el lugar, no habían muchas personas.
No le sorprendía, era pleno día de semana.
Pasó su mirada por el mostrador de la recepción. Alice no le había respondido las llamadas, así que tendría que pedirle a la recepcionista que le informara de su llegada.
Fue así como se acercó a ella.
Era bastante joven tenía cabello rubio ojos celeste y piel pálida, evidentemente era extranjera.
—Buenas tardes señorita.— Saludó Mimi con amabilidad.
—Buenos días.— Respondió la mujer rubia.
—Disculpe la molestaria, pero necesito de su ayuda.
—¿Mi ayuda?— Preguntó la rubia— ¿Necesita una habitación?
La castaña negó— No.— Contestó— Vengo a visitar a una persona que está en este hotel y quería que le avisara sobre mi llegada ¿es posible?
—Claro.— Respondió la mujer— Dígame ¿Cómo se llama para buscarla en la lista de hospedados?
—Alice.— Contestó Mimi— Alice Amano.
La rubia ante esto no pudo evitar impresionarse, o algo así, ya que su cara amable a paso a una de desconcierto— Disculpe ¿usted cómo se llama?
—Mimi Tachikawa.— Respondió la oji-miel.
—¿Y por qué quiere verla?— Preguntó la recepcionista— ¿Es familiar?
—Disculpe, no puedo dar detalles, pero no, no soy familiar.— Contestó Mimi— Sin embargo, ella me conoce y es muy urgente verla.
La mujer se mantuvo en silencio e hizo una mueca— Lo siento, pero no puedo contactarla con ella.
—¿Cómo?— Preguntó Mimi.
—Lo que escuchó.— Respondió la rubia— No puedo contactarla con ella.
—¿Por qué no?— Cuestionó la Tachikawa.
—Porque no me es permitido.— Contestó la mujer.
—¿No le es permitido?— Preguntó Mimi— Solo es decirle que estoy aquí para que venga, o para que me permitan subir a su habitación.
—Lo siento.— Respondió la recepcionista— Pero eso tampoco es posible, la señorita Alice tiene prohibido las visitas.
—¿Qué?— Cuestionó la Tachikawa— ¿Por qué?
—Porque me dieron instrucciones para que eso no ocurriera, salvo que fuera familiar.— Contestó la rubia.
—Pero ya le dije que es importante.
—Ya le dije, la señorita Alice tiene prohibido las visitas.
—¿Por qué?— Preguntó Mimi— Ni que fuera hospital.
—No es hospital.— Respondió la rubia— Pero el señor Shun se preocupa por su novia y prohibió el ingreso a personas que viniesen a verla.
—¿Shun?
Él era el novio de Alice y primo de Sora.
—Debe ser una broma.
—Pues no, no lo es.— Contestó la mujer.
Mimi frunció el ceño— Lo mío tampoco lo es ¿sabe? ¡Necesito hablar con Alice Amano!
—Señorita, ya le dije que no será posible.— Respondió la recepcionista— Así que le pidré que por favor se retire.
—¡Olvídelo! No me retiraré hasta que me deje hablar con Alice.
Yamato caminó hasta la preparatoria en busca de Takeru.
Las llaves de su moto se habían quedado dentro de su departamento en el Internado, el cual estaba cerrado por la fumigación.
Sin embargo, Takeru tenía una copia de ellas en su locker de la preparatoria, ya que de vez en cuando le enseñaba a conducir, y también las tenía como reserva, si las suyas se perdían debía pedirselas a él.
Iba en camino a la preparatoria cuando frente a sus ojos apareció su hermano menor.
—Hermano.
—Takeru.— Pronunció su nombre.
El menor se acercó hacia él—Que bueno que te encuentro Yamato.— Habló Takeru— Tengo pésima noticias, en el Internado están hablando muchas cosas malas de ti a causa de unos rumores que al parecer vinieron de Damar y unas publicaciones vínculadas a la cuenta de Takuya que...
—Lo sé Takeru.— Respondió el mayor— Ya lo sé todo, Nanami me lo mostró.
—¿Y son verdad?
—Pues claro.— Contestó Yamato— Ella ya me había advertido que Mimi haría lo imposible or alejarme de Natsumi.
—¿Alejarte de tu hija?— Preguntó Takeru— N-no, no puede ser.
Yamato asintió— Si me deja como un abusador, mal novio y violento ante todos puede hacer que Alice su madre adoptiva nos prohiba verla. Ya sé lo que tiene planeado, incluso ahora está hablando con la madre de mi hija. Pero no dejaré que ejecuté su plan.
—¿Qué vas a hacer?— Cuestionó el menor.
—Ir a detener a Mimi.— Respondió el mayor— Necesito mis llaves.
—Está bien, vamos.
—¿Vamos?
—Pues claro, es mi sobrina.
—No es necesario.— Contestó Yamato— Esto es tema de adultos.
—¿Adultos?— Takeru se cruzó de brazos— No soy un niño.
—Bueno, pero esto es un tema entre Mimi y yo, no te quieor involucrar.
—Ya estoy involucrado hermano.— Respondió el menor— Y si no me dejas ir no te entregaré las llaves.
¿Qué?
—Debe ser una broma.
—No lo es.— Contestó Takeru molesto.
El Ishida rodó los ojos.
—Está bien.— Respondió— Pero ¡No te involucrarás en mi conversación con Mimi o Alice! No quiero que salgas perjudicado.
Takeru asintió.
Mimi frunció el ceño totalmente molesta enterrando sus uñas en el mostrador de la recepción, llevaba más de diez minutos discutiendo con la mujer de la recepción porque no la dejaba entrar a ver a Alice.
—Señorita, por favor, necesito ver a Alice Amano.
—Lo siento.— Respondió la rubia— Pero el señor Shun tiene prohibida las visitas para ella.
—Pe-pero yo no soy una desconocida.— Contestó Mimi.
—Puede que no lo sea.— Contestó la recepcionista— Sin embargo Shun no quiere que su novia viva otra situación de estrés como la tuvo el otro día.
—¿Situación de estrés?— Preguntó la Tachikawa— ¿Qué situación de estrés?
La mujer hizo una mueca— Lo siento, pero no puedo darle más información.
Mimi se cruzó de brazos— Aunque no pueda darme información necesito que me dé una solución, necesito ver a Alice.
—Lo siento, pero no puede.
La Tachikawa apretó los dientes, su paciencia se estaba agotando— Entonces ¡Llamé a su jefe, Shun!— Gritó molesta— Porque no me iré de aquí sin que me dé una solución.— Exigió.
—El señor Shun está ocupado.
—¡No me importa!— Mimi alzó la voz completamente enfadada— Ya dije que no me iré de aquí sin hablar con Alice.
Izumi cerró los ojos ante el agradable masaje que estaba recibiendo en aquel lugar.
Estos días estaban siendo demasiado estresantes, ese masaje era lo que necesitaba.
No quería admitirlo, pero fue buena idea de Jp salir antes de clases e ir al spa.
Hizo una mueca, no iba a negar que fue agradable ir, pero la verdad era que se sentía extraña. Jamás había hablado con ese chico y él conocía demasiada cosas de ella, eso era un tanto preocupante, sonaba a psicópata.
—Llegaste antes de lo esperado Izumi.— Musitó Sora quién se encontraba en otra camilla.
—Si, decidí faltar a mi última clase.— Respondió la rubia— No estaba de ánimos para continuar en ella.
—¿Viniste con tu nuevo amigo? ¿e?— Comentó la pelirroja y desvío su mirada a la sala siguiente donde se encontraba la sala de los hombres.
Izumi hizo una mueca—Si, la verdad era que no quería venir sola, ya sabes, no tengo chofer y tampoco sé conducir.— Respondió— Además, Jp insistió en venir luego de que te escuchó hablar de esto en la mañana. No me dejó en paz hasta que consiguió que vieniera.
—Me alegro que lo haya hecho, no te hará mal relajarte.
—Sin duda.— Musitó una mujer moreno que masajeaba la espalda de la rubia— Tiene bastantes nudos en la espalda señorita.
La Ishida suspiró— No he tenido buena semana, así que no sorprende.
—Bueno, entonces, cierre los ojos y relaje todos sus músculos.— Respondió la masajista morena— Olvide todo y descance.
La rubia asintió y cerró los ojos.
Sora dirigió su mirada hacia sus pies que estaban siendo masajeados por una mujer pelinegra.
—¡Vaya! Señorita Sora, tienes los tobillos muy inflamados.— Musitó la masajista.
La Takenouchi hizo una mueca— He tenido entrenamientos novedosos, así que no me sorprende.
—A mi sí.— Respondió la masajista— Usted siempre viene después de cada partido y nunca le había visto lo tobillos inflamados de esta manera.
Sora se mordió el labio inferior— Bu-bueno, también he tenido una semana estresante.— Evitó mencionar lo extremadamente dolorosa que estaba siendo luego de saber acerca ese engaño.
—Bastante estresante al parecer.— Musitó la masajista— ¿Sabes? Sus tobillos me hacen recordar a los de mi hermana cuando estaba embarazada.
¿Qué? ¿Embarazada?
Sora no pudo evitar sentirse sorprendida ante esta declaración, jamás había escuchado que una persona tuviera esos síntomas.
—Debido a la retención de líquidos se le hincharon los tobillos y en el segundo trimestre las manos.— Comentó la mujer— Tuve que hacerles muchos masajes, pero no ayudaban de mucho.
Sora tragó saliva ante esto, esto no podía ser posible ¡No, claro que no! ¿Embarazada? ¿Acaso esa hinchazon era por qué estaba embarazada? No, no era posible, ella se cuidaba con el implante subdérmico hace dos años lo tenía, desde que tuvo esos sustos de posible embarazo se encargó de que fuera lo suficientemente efectivo.
No había posibilidad ¿o si?
—Pero ¿qué cosas digo?— Musitó la pelinegra— Disculpeme señorita Sora si hago comentarios fuera de lugar. Usted es de una buena familia, dudo que usted quede embarazada antes del matrimonio, usted no anda realizando actos inmorales con su novio.
Algunas veces olvidaba que por su posición social la gente la miraba diferente.
—Mucho menos con la ascendencia árabe que usted tiene.— Habló la masajista— Si algo así ocurriera, su abuela, la señora Hurrem se volvería loca.
¡Rayos!
Sora se mordió el labio inferior.
"Se volvería loca" ¡Y probablemente le quitaría la herencia!
—¡Exijo ver a su jefe!— Mimi le gritó por milésima vez a la recepcionista.
—¡Ya le dije que no será posible, él está ocupado en estos minutos!— Respondió la rubia con el mismo tono de voz.
—Entonces, déjeme pasar a ver a Alice.
—No.— Respondió la mujer— Si sigue insistiendo llamaré a los guardias.
Mimi frunció el ceño, esa no era buena idea, no podía dejar que llamase a los guardias, no quería involucrarse en más problemas. Sin embargo su hija lo valía— ¡Ya le dije que no sacará de aquí hasta que pueda ver a Alice o a Shun!
—¡No puede!
—Si.
—¡Deje reclamar!
—¡No!
—¿Qué gritos son esos?— Una voz masculina llamó su atención y ambas al voltear se encontraron un pelinegro de ojos ámbar, Shun.
—Jefe.— La recepcionista bajó la mirada— Disculpe, pero esta chica insiste en ver a su novia.
Shun pasó su mirada por la Tachikawa.
—Shun, que bueno que llegas.— Habló Mimi— Necesito hablar contigo.
—Hola Mimi.— Respondió Shun— ¿Por qué necesitas hablar conmigo? ¿Por qué este alboroto?
—Disculpa, pero vine a hablar con Alice y esta mujer no me dejó entrar.— Contestó la castaña— Según ella, es una orden tuya que no pueda verla.
El pelinegro hizo una mueca y observó a la recepcionista.
—Disculpe jefe, pero usted me dejó ordenes claras y las seguí al pie de la letra.
—No te preocupes Hana.— Contestó Shun— Yo ahora me encargaré de esto.— Y dejó unas carpetas en el mostrador— Toma, lleva esto hasta el Contador y por favor, encargate de que firme todo, luego se lo entregas al abogado y lo dejas en mi escritorio.
La mujer asintió y luego de darle una enojada mirada a Mimi, tomó la carpetas y se alejó.
Shun volteo en dirección a la Tachikawa.
—Enserio lamento lo que ocurrió Shun, pero de verdad necesito hablar con tu novia.
—Lo siento Mimi, pero no será posible.— Respondió el pelinegro.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste.— Contestó Shun— No será posible. La recepcionista no se equivocaba cuando te dijo que por órdenes mías no pueden molestar a Alice.
¿Molestar?
—Yo no vine a molestarla, vine por una razón importante.— Respondió Mimi— Alice me demandó ¿sabes que es eso? Es algo demasiado grave.
—Ya sabes porque te demandó.— Contestó Shun— Por Natsumi y cuáles son sus motivos ¿por qué quieres hablar con ella?
—Porque Alice siempre la consideré mi amiga, esta demanda es como una apuñalada por la espalda.— Respondió la Tachikawa— No esperé que lo hiciera y quiero ver si puedo hacer que cambie de opinión.
—¿Con palabras?
—Si.— Contestó Mimi— No estoy lista para un juicio, ella lo sabe.
—Claro que lo sabe, porque eres una niña.
La Tachikawa bajó la mirada— Puede que lo sea, pero también soy madre.— Tragó saliva— Y no quiero perder a mi hija.
—Es hija de Alice.
—No digo lo contrario.— Mimi alzó la mirada— Pero también es hija mía, no puedo permitir que me la arrebate así. Por favor Shun, apiadate de mí.
—Lo siento, pero no te dejaré pasar.— Contestó el pelinegro.
Mimi frunció el ceño y apretó su puño ¿quién se creía que era para prohibirle eso? Observó a su al rededor, a un costado estaban las escaleras y luego un pasillo lateral.
En su mente pasó seriamente la idea de correr hacia las escaleras e ir directamente a la habitación de Alice, aunque eso implicara desafiar a Shun.
Sin embargo, no fue necesario ejecutar el plan, ya que de las escaleras apareció la pelirroja, quién al verla también se sorprendió.
—¿Mimi?
—Alice.— Pronunció su nombre.
La pelirroja frunció el ceño y se acercó a ella— ¿Qué haces?
—Vine a hablar contigo.
—¿A hablar conmigo?
Mimi asintió
—No tengo por qué hablar contigo.— Respondió la pelirroja— Ya nos dijimos las últimas palabras.
—No.— Contestó la Tachikawa— Para mí no fueron las últimas palabras. Lo que ocurrió el otro día fue una discusión que no debió ocurrir, por favor necesito que ahora me escuches.
—¿Escuchar qué?— Preguntó la pelirroja— Que me quieres quitar a Natsumi.
—No.— Respondió Mimi— Jamás dije que te la quisiera quitar, simplemente respondí a tu exigencia.
—Tal vez.— Musitó Alice— Pero ¿para que vienes a hablar nuevamente de eso? Todo está claro.
—Claro que no.— Contestó la Tachikawa— Tú sabes muy bien que no.— Musitó— Por favor, necesito hablar seriamente contigo de este tema.
Alice frunció el ceño— No quiero.
—¡Por favor!— Mimi habló— Por la amistad que una vez tuvimos, por favor, escúchame.
"Por la amistad que una vez tuvimos"
Alice se mordió el labio inferior ante esto y suspiró.
—Está bien.— Respondió la pelirroja— Hablemos.
—Pero, Alice...—Shun intentó hablar.
—Tranquilo.— Tomó su brazo— Yo puedo con esto.
—No creo, la última vez tú...
—Sh.— La pelirroja lo hizo callar— Es por mi hija.
—¿Y nuestro hijo?
Alice hizo una mueca— Tranquilo, no pienses malas cosas, todo estará bien.
—¿Takeru cuanto tiempo más te demorarás?— Preguntó Yamato totalmente enfadado.
El menor llevaba bastante tiempo revolviendo sus cosas en su casillero sin encontrar las dichosas llaves.
—Lo siento hermano.— Musitó el menor— Pero se me ha olvidado ordenar mi casillero últimamente, por los examenes y los entrenamientos de baloncesto.
El mayor rodó los ojos, si no hubiera dejado las llaves en su departamento probablemente ahora ya estaría en el hotel— Apresúrate ¿si?
Takeru se mordió el labio inferior y luego de tirar unos libros al suelo, sacar un bolso, abrir una caja encontró la dichosa llave— ¡Aquí está!
—Al fin.— Yamato rápidamente las tomó.
Alice y Mimi ingresaron a la oficina de Shun.
Si, a pesar de que la Tachikawa insistió por ver a su hija la pelirroja no la había dejado subir a verla.
—Muy bien.— Alice tomó asiento en la silla tras el escritorio— Habla.
Mimi se mordio el labio inferior— Ya sabes cual es la razón por la que vine. Hoy recibí tu demanda.
—¡Vaya! No pensé que llegaría tan rápido.— Musitó la pelirroja.
—¿Rápido?— Preguntó la Tachikawa— ¿Sólo te sorprende que me haya llegado rápido? ¿No me dirás nada?
—¿Debería hacerlo?— Cuestionó Alice.
Esa pregunta fue suficiente para que la ira de Mimi se encendiera nuevamente.
—Y yo no pensé que llegarías tan lejos.— Habló la Tachikawa—¿Por qué tenías que demandarme?
—¿Qué no es obvio?— Cuestionó la pelirroja— Tú me dijiste que ibas a pedir la custodia completa de Mimi, simplemente actúe rápido para evitar que me la quitaras.
—Pero no era necesario pasar a mayores, podíamos solucionar las cosas hablando.
—¿Hablando?— Cuestionó Alice— Ya hemos hablado mucho, necesito acciones.
—¿Qué más acciones quieres?— Preguntó la castaña— He intentado hacer todo lo posible por hacer que Natsumi este bien, entregartela a ti fue la primera acción, ya que mi padre la quería enviar lejos. Luego está toda la ayuda monetaria que te he dado.
—No ha sido suficiente.
—Tú sabes que sí lo ha sido.— Respondió Mimi, no habían sido solo sus ahorros, si no que dinero que sus hermanos también habían dispuesto para su sobrina.
—Bueno, ahora Natsumi necesita más.— Contestó Alice— Y dudo que puedas tener o dar más por ella.— Se cruzó de brazos— Y lo económico no lo es todo.
—Puede que no, pero lo demás tampoco lo tienes.— Habló la pelirroja.
—¿Cosas como qué?
—Madurez.— Respondió la Amano— Una vida resuelta.
—Tú tampoco la tienes completamente resuelta.
—Mejor que tú, si.— Contestó la mayor.
—Puede que no la tenga, pero es cosa de tiempo.— Habló Mimi— Lo que Natsumi necesita ahora es a su madre, su verdadera madre. Tú misma me pediste que tomara una decisión porque tú quieres formar una vida con tu novio.
—Si, lo hice, pero creo que no fui clara, quiero que Natsumi esté en ella.— Musitó Alice— Y no puedes impedirlo.— Habló la pelirroja— Yo he estado con Nat desde que es una bebé, he estado en todas sus etapas, cuando aprendió a caminar, a hablar, cuando salieron sus dientes. He sido la madre que tú no has podido ser y que nunca serás.
—Tú sabes porque no he sido la madre que tú prendes ser.— Respondió Mimi— No fue porque no quisiese, si no porque no tuve más opción, mi padre...
—Tu padre, tu padre, siempre tu padre.— Alice rodó los ojos— ¿Lo ves? Todavía eres una niña, dependes de lo que hace él. Dime ¿cómo una niña va a criar a otra niña?
Mimi frunció el ceño y golpeo la mesa— ¡Estoy hablando enserio Alice!— Gritó— ¡Deja de hablarme de esa forma!
—No me levantes la voz.— Respondió la pelirroja— Recuerda que estoy embarazada, puedo tener una mala reacción a esto.— Musitó— Ahora que lo pienso, dime ¿cómo te verías declarando frente al juez que agrediste verbalmente a una embarazada?
—¿Ante el juez?— Cuestionó Mimi— Alice, tú no puedes llegar a ese extremo.
—Si con eso mantengo a mi hija conmigo, entonces lo haré.
—Entonces me defenderé.
—¿Y crees que podrás ganar?— Rió Alice con ironía— Dudo que un juez te considere buen madre considerando que aun dependes de tu padre.— Rodó los ojos— Y considerando tus antecedentes dudo que alguien en su sano juicio te permita criar a una niña.
—¿Mis antecedentes?— Preguntó Mimi— ¿A qué te refieres con eso?
—¿Enserio quieres que te las enumere?— Alice alzó una ceja— El hecho de que hayas quedado embarazada en plena adolescencia es un antecendente no muy agradable, porque demuestra tu irresponsabilidad.— Comenzó— Que le hayas ocultado la existencia de Natsumi a su padre Yamato es otra, luego está el hecho de que también creaste esa mentira de que tu bebé había muerto, que estuviste apunto de abortar.
—Eso fue obra de mi padre.
—Pero de igual forma te perjudica.— Contestó la pelirroja— También están tus crisis de pánico, eso es un trastorno mental que no le hará bien a Natsumi.— Continuo— Y por último, está el entorno en el cual vives. Dime ¿crees que un juez permitiría que una niña se quedase contigo luego de saber que tu hermana tiene una adicción a las drogas? ¿O qué tu hermano también se relacionó con ellas?
—No involucres a mis hermanos en esto.
—Lo siento, pero innevitablemente ya están involucrados.— Respondió Alice— Y no solo ellos, también está involucrado tu novio ¿e? Yamato Ishida, padre biológico de Natsumi. Dime ¿crees que al juez le agrade saber que Yamato también consumió drogas? Y peor, que anda de fiesta en fiesta con su banda y que es un mujeriego de primera.
Mimi alzó una ceja— ¿Cómo sabes todo eso?
—Shun conoce demasiado bien a tu novio.— Musitó Alice— Y no me sorprende que sea así, después de todo esas canciones que incitan a la lujuria, al consumo de alcohol y vivir en fiesta deben salir de algún lado.
—De igual forma es padre de Natsumi.
—Por sangre.— Respondió la pelirroja— Pero mientras de mi dependa jamás se acercará a ella al igual que tú.
Rika caminó a toda velocidad en dirección a la residencia en la cuál su madre dormía. Lamentablemente su laptop había fallado y no tenía el cargador. Necesitaba con urgencia hacer el trabajo para Educación Física, se suponía que debían ser 10 páginas y apenas llevaba cuatro.
Suspiró.
Al parecer tendría que dejar de excusarse y hacer deportes en dicha clase.
¡Bip, bip!
Su móvil sonó.
Fue así como lo sacó de sus bolsillos. Hace unos minutos había escrito un mensaje a su madre explicandole la situación y ahora le contestaba.
(De: Rumiko)
Rika ¿cómo tan irresponsable?
Cuando ordenas tus cosas antes de ir a clases
debes revisar que todo esté en su lugar, tus cuadernos, libros, laptop y sus agregados.
Bueno, te prestaré mi laptop. Te espero en la entrada principal.
Genial.
Estaba cerca así que pronto podría continuar con su trabajo.
Sin embargo, su alivio y alegría se vió afectada cuando alguien apareció frente a sus ojos.
—Rika.— Ese personaje pronunció su nombre.
La pelirroja se detuvo en seco y frunció el ceño— ¿Qué haces aquí Ryo?
El castaño observó atentamenta a Rika, desde que la vió salir de la preparatoria quería hablar con ella, sin embargo no tuvo oportunidad hasta ahora que se alejó de ese castaño.
—Hasta que al fin te encuentro libre.
—¿Qué quieres?
—Hablar contigo.— Respondió el Akiyama— Sobre lo que crees que hice, pero que no hice. Yo jamás le hablé a Takato de esa noche.
Rika rodó los ojos— Si ¿cómo no?— Preguntó— No es necesario que me mientas, está más que claro que tú fuiste, después de todo eras el único que "ganaba"— Resaltó las comillas con sus dedos— Algo diciendole la verdad a Takato. Además, me amenazaste con hacerlo.
—Te advertí.— Contestó Ryo— Debido a lo celoso que estaba quise asustarte, pero en realidad no lo hice, a pesar de que moría de celos no lo hice.
—¡Ya deja de mentir!
—¡No estoy mintiendo!— Alzó la voz el Akiyama, en verdad estaba agotado de esta situación—¿Qué tengo que hacer para que me creas?
—Nada.— Respondió Rika— Tú eres un mentiroso, siempre lo has sido, un cretino que simplemente se divierte viendo el sufrimiento de los demás.
Si, él por mucho tiempo lo hizo, pero no se divertía con el sufrimiento de ella, claro que no.
—Siempre has sido así.
—¿Y sabes por qué?— Preguntó Ryo.
—Si, porque siempre te escudas en el hecho de que tu padre no te reconoció y que todos te hacen menos.— Respondió Rika— Pero eso nunca fue verdad, tu viste o mejor dicho, te hiciste ideas de cosas que no eran.
—Eso es lo que tú dices, pero tú misma eres la muestra de eso.— Habló el castaño con cierto dolor en la voz— Jamás me permitiste estar cerca tuyo porque sabías que era un muerto de hambre.
—No, nunca fue por eso.— Contestó Rika— Y si lo viste así en verdad estuviste equivocado. Si jamás fuimos cercanos fue porque yo jamás he sido de piel con las personas, tú desde el principio intentaste invadir mi privacidad, cosa que no me agradó. A eso se le suma tu forma tan creida de ser, eso jamás me gustó. Para mí, tu estatus social jamás fue un problema, mi rechazo hacia ti se dió simplemente por tu egocentrismo y malas acciones.
Ryo se mordió el labio inferior y bajó la mirada.
En verdad le dolía escuchar aquello. Y si analizaba las palabras de Rika, tenía toda la razón. ÉEl nunca supo comportarse como debía hacerlo con esa chica, lamentablemente cuando se conocieron, él era un niño, así que fue invasivo sin pensar en que la naturaleza de la pelirroja no era ser una persona muy abierta, cuando fueron más grandes tampoco lo dimensióno continuó siendo invasivo y un tanto psicopata, tanto así que intentó demostrar que era el mejor y la relacionó con ese mundo de drogas. Tal vez, si hubiese sido como Damar, Hikari, Takeru o Takato hubiese logrado mejores relaciones con la pelirroja desde un principio.
Jamás lo había visto, pero últimamente le estaba quedando más que claro que todo el rechazo de la pelirroja era sumamente justificable.
—Hay tantas situaciones que respaldan lo que digo.— Continuó Rika— Pero la más reciente fue la del otro día, en la fiesta de los Ishida.
El Akiyama bajó la mirada— Si, lo sé.— Suspiró— Lo que hice estuvo mal, pero...—Apretó su puño— Estaba tan cegado en ira contra Hiroaki y sus hijos perfectos.
—Sus hijos perfectos.— Repitió Rika— ¿Sabes? Jamás he ententido porque odias tanto a Yamato, Izumi y Takeru, sobre todo al primero, siempre expresaste odio hacia él, cuando todos somos testigos de que Yamato siempre fue buen amigo contigo, compartieron banda y no lo digo solo por lo que Tk me dijo, si no por lo que yo vi. Desde que somos niños, tienes una rivalidad extraña con él.
Ryo se mordió el labio inferior.
—Jamás he entendido por qué.
No le sorprendía que eso fuera así, después de todo, Yamato y él fueron amigos hace mucho tiempo, pero luego de que su madre le reveló la verdad no pudo contener su odio.
—Jamás he soportado que todos vean a Yamato como el hijo perfecto de Hiroaki.
—¿Y por qué?— Cuestionó Rika— ¿Qué te hizo? ¿Qué cosa fue tan grave para que lo dejarás en vergüenza frente a todos? ¿Qué hizo para qué casi abusaras de su novia? ¿Por qué todo este tiempo te has encargado de arruinar la amistad que tenían?
—Porque...—Ryo cerró los ojos.
—¿Por qué?
El castaño tragó saliva, no quería decirlo, pero debía, no quedaba de otra, tal vez esta verdad no justificaría sus actos, pero si la haría entender algunos cosas—Porque Hiroaki es mi padre.
—¿Qué?
—Kouji ¿no podías manejar más rápido?— Preguntó Takuya.
El Minamoto frunció el ceño— No reclames, manejé lo más rápido que pude y agradece que te traje.— Si no hubiese sido por Damar que intercerdió por su hermano, hubieran venido en su moto ellos dos, solos.
—No sé porque rayos acepté venirme contigo.
—¿Aceptaste?— Preguntó Damar molesta— Quedrás decir: Gracias Kouji por traernos, verás, el otro día salí en mi auto y como soy pésimo conductor, nuestro auto terminó en el mecánico.— Habló con sarcasmo.
En resumen, esa era la razón por la cuál Kouji los trajo.
Se suponía que los Tachikawa tenían su propio auto, ya que no les gustaba tener chofer, pero lamentablemente Takuya era pésimo conductor y hace más de una semana estaban sin automóvil por su culpa.
Takuya frunció— No me lo saques en cara.
—Entonces, deja de reclamar.— Respondió la castaña— Y agradece, porque pudiste haber tomado un transporte público.
—¿Sabes? Esa hubiera sido buena opción.— Kouji le comentó Damar.
—Sin duda.— Respondió la castaña.
—¿Y deja que ustedes se viniesen solos?— Preguntó Takuya— No gracias.
Kouji y Damar intercambiaron miradas ¿Esto era enserio?
—¿Ni en un momento como este puedes dejar tus celos?— Cuestionó la menor molesta, en verdad le estaba fastidiando esta actitud de su hermano, porque parecía ser más fuerte con Kouji, quién no lo merecía.
Takuya se mordió el labio inferior, por más que intentaba y quería, no podía evitar ser celoso, sobre todo con su hermana menor, pero parecía ser que eran peor ahora, porque se trataba de Kouji, su mejor amigo, eso era demasiado extraño.
Suspiró.
Debía ir al psicólogo.
—Bueno, bueno, vamos a lo importante.— Contestó el moreno— Nosotros tenemos que ir a buscar a Mimi.
Damar asintió y volteo hacia el Minamoto— Kouji, sé que Yamato te escuchará más a ti que a nosotros, pero no quiero que te veas involucrado, de verdad.
—Hey.— Kouji la tomó de los hombros— Ya estoy involucrado en esto.— Él día en que esa chica le confió ese secreto se involucró en esto y no la dejaría.
—Si, pero no quiero que Yamato se enoje contigo.
—Yamato se terminará enojando conmigo en cualquier momento.— Respondió el Minamoto— Está actuando como idiota y ya lo se lo he hecho saber, no me molesta hacerlo una vez más.— Después de todo Yamato era su amigo.
—Está bien.
—¿Llamaste a Alice?— Preguntó Damar.
—Si, pero no contesta y tampoco Mimi.— Respondió el moreno.
Eso no era bueno.
—Este hotel es gigante.— Habló Takuya— Pueden estar en cualquier parte.
Damar asintió— Ve a la cafetería y yo iré al exterior.
—Está bien.
Fue así como ambos se separaron.
Sin embargo la castaña ante de salir se detuvo.
¡Un minuto! ¿Y si Mimi estaba en la suite donde Alice y Natsumi se estaban hospedando?
Esa también era opción.
Lo mejor sería ir a preguntar a la recepción cual era la habitación de Alice Amano.
Takuya llegó a la cafetería y con su mirada examinó el lugar buscando a su hermana. Sin embargo, no se encontró con ella, si no que entre la gente divisó a un chico pelinegro de ojos ámbar, quién al verlo se sorprendió.
—¿Shun?
—Takuya.
El moreno se acercó hacia él.
¡Oh no! Otro problema más.
Pensó el primo de Sora.
—¿Qué haces aquí?— Preguntó el pelinegro.
—Vine a buscar a mi hermana.— Respondió el moreno— Mimi, ella vino a hablar con tu novia.
Si, eso lo sabía.
—Dime ¿la has visto?
Shun hizo una mueca, no solo la había visto, casi discutió con ella y formó un alboroto en la recepción— Si, si la he visto.
—¿Así?— Preguntó Takuya— ¿Sabes donde puedo encontrarla?
—Está hablando con Alice.
—¡Rayos!— Exclamó el castaño. Tomoko le aconsejó que no lo hiciera— ¿Dónde?
—En mi oficina.
—¿En tu oficina?— Cuestionó el castaño sorprendido, pero omitió la pregunta de ¿por qué?— Llevame hasta ahí, por favor.
—Disculpa, pero no, no te llevaré.— Respondió Shun— Esa conversación es de ellas dos.
Takuya alzó una ceja—Pero, sólo quiero estar con mi hermana.
—Si, pero yo no quiero que te encuentres con Alice.— Contestó el pelinegro— Apuesto a que tu también vienes a reclamarle por Natsumi ¿no?
—Pues claro.— Respondió el moreno— Ella nos demandó por su custodia ¿sabes qué es eso?
—Si, sé que es eso.— Musitó Shun— Pero no le dejaron de otra, Mimi le dijo que se la iba a quitar.
—No digo eso.— Takuya se cruzó de brazos— Simplemente respondió a su exigencia, Alice le preguntó si iba a pedir la custodia de Natsumi, porque tiene planes contigo y Mimi simplemente le dió la respuesta que ella estimó conveniente, después de todo Nat no tiene por qué estar con ustedes, ella nos tiene a nosotros. Nosotros somos su familia.
—Muy mal ahí ¿sabes?— Musitó Shun— Mimi simplemente debió darle la custodia a Alice, ya que ella ha criado a Natsumi, ella merece continuar a su lado.
—Pero ella formará una familia contigo.
—Si, pero eso no quita que quiera mantener a su hija con ella, después de todo, Alice ha sido su única familia en este tiempo.
—No sé que versión te haya contado Alice, pero ella no ha sido su única familia.— Respondió Takuya— Nosotros también, ya que siempre nos preocupamos por ella.
—Dejarla con otra mujer no significa cuidar de ella.
—No tuvimos opción.— Contestó el moreno molesto.
¿Quién rayos se creía Shun para recriminarle algo como eso?
—Ni siquiera sé porque estoy debatiendo contigo de esto, tú recién apareciste en esta historia.— Musitó Takuya.
—Sí, recién aparecí, pero eso no quita que quiera proteger a mi novia.— Respondió Shun— De ustedes.
—¿De nosotros?— Cuestionó Takuya— Hablas como si quisieramos hacerle un mal.
—¿Quitarle a su hija no es un mal?— Preguntó el pelinegro.
—Es hija de Mimi.
—Pero Alice la ha criado.
—Nadie lo niega, pero Mimi es la madre biológica y la quiere.— Respondió el moreno.
—Con querer no basta.— Respondió Shun— Ustedes: Mimi, Yamato, tú, así como lo demás apenas son unos niños ¿qué podrían ofrecerle a Natsumi más que una vida endeble? Después de todo, aún dependen económicamente de sus padres y no tienen una vida resuelta ¿cómo ayudarían en el crecimiento de otra pequeña?
Takuya frunció el ceño— ¿Perdón? ¿Y tú? Tal vez ahora eres un empresario éxitoso y responsable, pero hace poco tiempo tú eras igual que nosotros. Y Alice cuando adoptó a Natsumi tampoco tenía la vida completamente resuelta.
Cuando Alice recibió a Natsumi recién había terminado el College y tenía un título técnico, apenas tenía trabajo. La única razón por la cuál sacó a la rubia adelante fue gracias al aporte económico que ellos le dieron.
—Eso era antes, ahora tenemos todo lo que Natsumi necesita.— Contestó Shun— Podemos darle una familia, algo que Yamato y Mimi recién le podrían dar en diez años.— Musitó— Si siguieran juntos, claro, cosa que veo poco probable. Yamato es un mujeriego, dudo que dure mucho con Mimi.
—Puede que no, pero no les quita su derecho como padres.— Respondió el moreno— Ellos quieren a su hija y merecen estar con ella, sobre todo Mimi.
—Vayan olvidando esa idea.— Musitó el pelinegro— Ahora más que nunca, porque esta demanda la ganará Alice.
—Claro que no.
—Claro que sí.— Respondió Shun— Con los bastos antecedentes que tienen Mimi, Yamato, sus hermanos, Damar y tú. Alice tiene asegurada la custodia de Natsumi.
—Eso es lo que crees.
—Porque así será.— Contestó el pelinegro— ¿Y sabes? Yo en el lugar de Mimi, Yamato o en el tuyo no me acercaría a Natsumi, ni Alice, porque todo esto lo podemos utilizar en su contra.
¡Rayos! Algo así había dicho Tomoko.
—Así que, ni intentes acercarte a tu sobrina, ni tú, ni sus padres, ni sus demás tíos.— Habló el primo de Sora— Porque Alice no dará tregua hasta que pueda estar con su hija.
Kouji observó a su alrededor y suspiró.
No quería admitirlo, pero esta situación le preocupaba. Yamato estaba ctuando con impulsividad, algo no común de él, cuando el Ishida actuaba así ocurrían cosas no muy agradables.
Principalmente por eso había venido para impedir que hiciera locuras, después de todo, parecía que nadie le hacía ver la realidad.
Dió unos pasos en el lugar en dirección al mostrado que estaba vacío, sin embargo antes de llegar chocó con algo, mejor dicho alguien de baja estatura.
—¡Hey!— Escuchó un reclamó.
Al bajar la mirada se encontró con una niña pequeña, era rubia de ojos azules, piel pálida. Alzó una ceja, por alguna razón le parecía familiar, pero no sabía exactamente de donde. Hizo una mueca al ver que sus ojos estaban llenos de lágrimas.
—¡Quiedo a mi Mami!— Lloró la pequeña.
Kouji observó a la criatura sin saber que hacer o decir, no esperaba encontrarse a una niña sola en ese lugar, no parecía tener más de cuatro o tres años, era muy pequeña.
—Quiedo a mi ma-mami...—Nuevamente lloró la pequeña.
—¿E? ¿Quién eres tú?
La única respuesta que tuvo fue otro llanto de la niña— ¡Me luele la garganta!
¿La garganta?
—Hey, tranquila.— Kouji se arrodilló frente a ella, sin embargo fue mala idea, ya que apenas hizo esto la pequeña abrió la boca, llevó una mano a su nariz y
—¡Achú!
Kouji puso su antebrazo ante aquel estornudo, que para variar se repitió.
—¡Achú!
¡Rayos!
—Di-disculpa...— Habló la niña tristemente.
Kouji hizo una mueca— No te preocupes.— La tomó de los hombros y pasó su mano por su frente. Estaba ardiendo, evidentemente tenía fiebre.
—Quiero a mi mami.
—Tranquila.— Respondió el Minamoto— Yo te ayudaré a buscar...
—¿Natsumi?— La voz de Damar interrumpió en el lugar y al voltear, tanto Kouji como Natsumi, se encontraron con la hermana menor de Mimi.
—Tía Damar.— La niña exclamó antes de correr hacia sus brazos.
¿Tía Damar?
Kouji alzó una ceja sorprendido.
¡Un minuto! ¿Ella era la hija de Mimi?
Dirigió su mirada a la niña ¿Cómo no lo pensó antes? Era exactamente igual a Yamato. Rubia, ojos azules, piel pálida, literalmente una versión femenina del Ishida.
—Tía Damar, que bueno que llegas.
—Mi princesa.— La castaña la tomó en brazos— Me alegra mucho verte.
La sonrisa en el rostro de Damar fue brillante, al menos para el Minamoto.
—¿Por qué estás sola?
—Poque pedí a mi mamá y me encontré con él.— Señaló al Minamoto.
Damar volteo hacia el Minamoto—Kouji ¿dónde la encontraste?
—Aquí mismo.— Respondió el Minamoto— No sé como llegó aquí, solo me topé con ella.
Damar alzó una ceja.
—Incluso, la iba a ayudar a buscar a su madre hasta que llegaste tú.— Finalizó Kouji.
Natsumi pasó su mirada por la castaña— No sé su nombe.
Damar dirigió una mirada enternecida a su sobrina—Su nombre es Kouji.
—¿Kouji?— Preguntó la pequeña rubia.
La castaña asintió.
—¿Cómo sabed su nombe?
—Porque nos conocemos.
—¿Se conocen?— Preguntó Natsumi— ¿Ed tu amigo? ¿o tu novio?
—¿E?— Damar no pudo evitar impresionarse ante esto y pasó su mirada por el Minamoto.
¿Eran novios?
No, no todavía era muy pronto.
Se ruborizó levemente— A-algo así.— Aclaró su garganta.
—¿Algo así?— Preguntó la rubia y ladeó levemente su cabeza— ¿No es?
—¿E?— Balbuceo nuevamente—Algo así.
Damar se mordió el labio inferior, amaba a su sobrina, pero estaba en esa etapa que preguntaba por todo.
—¿Por qué preguntas cosas así, tú pequeña?
—Poque el oto día conocí al novio de la tía Mimi.— Respondió Natsumi— Y mamá también tiene un novio, entonces quiero saber si tú tienes.
Su madre
—Ya que nombraste a tu madre, dime ¿Por qué estás lejos de ella?
—Porque no me sentía bien, me lele mucho la cabeza y tengo calod.— Llevó sus manos a su frente— Dijo que bajadia pada comprar una pastilla pada mi dolor, pero no volvía...—Lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos—Me duele mucho mi gaganta.
Su voz se escuchaba apenas.
—A ver.— Kouji prendió la linterna de su móvil y se acercó a la niña— Abre la boca.
Damar alzó una ceja— ¿Desde cuando eres doctor?
—Desde nunca.— Respondió el Minamoto— Pero aprendí algo cuando Koichi para su primer proyecto de Universidad le dieron el tema de la amigdalitis y le anduvo revisnado la garganta a medio internado.
La castaña alzó una ceja sorprendida sin saber si reír o no. En su mente vino la imagen de Koichi, parecía subrreal, pero conociendo al Kimura era capaz de hacer eso.
—Por favor, niña, abre tu bo...
—¡Natsumi!— Recriminó la pequeña rubia— Mi nombre es Natsumi.
Kouji alzó sus cejas sorprendido— Disculpa.— Ese caracter le recordaba a alguien— Por favor, abre la boca.
La niña abrió su boca y fue así como Kouji observó sus amigdalas. Hizo una mueca.
Damar también hizo una mueca—Tiene las amigalas inflamadas.
—No solo eso.— Respondió el Minamoto— Según Koichi, cuando tiene esos tonos blancos es porque están infectadas y...
—¡Achú!— La niña estornudó.
Kouji colocó su antebrazo por esto.
Jamás le habían gustado los niños pequeños, ahora recordaba la razón. Y por esta misma razón, jamás tendría hijos.
Damar hizo una mueca— ¡Ups! Disculpala.— Rápidamente sacó un pañuelo y limpió su rostro.
Kouji se mordió el labio inferior.
Esta niña era sobrina de Takuya, sin duda.
Suspiró.
—¿Y bien?— Preguntó Damar.
—Tiene las amigdalas inflamadas.— Respondió el Minamoto— Según Koichi, cuando tienen esas cosas blancas, pús, es porque están infectadas y podría ser algo como amigdalitis.
Jamás pensó que colocarle atención a su hermano le serviría.
—¡Rayos!— Musitó la castaña— Eso explicaría la fiebre y el dolor.
Kouji asintió.
Natsumi hizo una mueca— Tía Damar, me duele mucho.— Lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.
—Tranquila cariño, todo estará bien.— La castaña abrazó a su sobrina contra ella.
—Lo mejor será que encuentres a su madre.— Le habló Kouji.
—Pensaba en pedirle a la recepcionista si podía comunicarme con Alice, pero...—Ambos dirigieron su mirada hacia el mostrador que se encontraba vacío.
—Ojalá Takuya tenga más suerte y las encuentre.— Musitó Damar.
Natsumi tosió.
La castaña pasó una mano su mejilla— Mi querida.—Murmuró— Vamos, te compraré algo que tomes y alivie tu dolor de garganta.
—¿Qué le comprarás?— Preguntó el Minamoto.
—Una limonada con miel.
—¿Miel?— Preguntó Natsumi— No gusta la miel.
Kouji y Damar observaron a la niña.
—¡Vaya! Se parece bastante a ti.— Comentó el Minamoto.
La miel era el alimento que Damar jamás comería, aunque su vida dependiese de eso, desde que eran pequeños esa chica era reacia a comer miel.
La castaña rió levemente—Bueno, entonces una limonada solamente y quizás un helado.— Musitó antes de tomar a su sobrina.
Sin embargo, cuando la castaña se puso en pie, mejor dicho, el sonido de una puerta, específicamente aquella que decía "Ingreso a Spa" y de ella salió una chica rubia de ojos verdes junto a un chico castaño.
¡Rayos!
Damar pasó su mirada por el mostrador y rápidamente -con Natsumi en brazos- se encondió tras él. Kouji al ver esto hizo lo mismo.
—¿Qué hace Izumi aquí?— Preguntó la castaña antes de alzar levemente su mirada por el mostrador.
Pero eso no fue todo, a los escasos segundos en la puerta principal aparecieron otros dos rubios, Takeru y Yamato.
¡Oh no!
—¡Rayos! Takeru también.— Damar susurró.
—¿Quién es Takedu?— Preguntó la pequeña.
—¿E?— Balbuceo la castaña y observó a su sobrina sin saber que responder.
—Es un amigo.— Respondió el Minamoto.
—¿Amigo?— Preguntó Natsumi.
Damar asintió.
—¿Y poque no lo saludas?
—Porque...—Damar buscó una excusa— Porque no tiene tiempo para eso.
La castaña volvió su mirada por el lado derecho del mostrador para ver a los Ishida.
Se mordió el labio inferior.
Volteo hacia el Minamoto.
—Debo salir de aquí sin que me vean con Natsumi.— La susurró, no quería evitar que conocieren a su sobrina, pero las cosas estaban demasiado delicadas con Alice, no podía atribuciones extra.
—¿Los distraigo?
—No.— Respondió la castaña— Tú debes ir por Yamato, si se encuentra con Mimi o Alice no será agradable esta situación.
—Pero ¿tú como lo harás?— Preguntó Kouji.
—Tía Da-Damar me duele.— Natsumi tosió.
¡Rayos!
Besó su frente— Tranquila mi princess.
Kouji observó a su alrededor a unos pocos metros se encontraban las escaleras y a su costado la entrada a un pasillo lateral que llevaba a la cafetería.
—Intentaré distraer a Yamato y sus hermanos, tú mientras quedate aquí y apenas puedas, corre al pasillo.
La castaña asintió, esto sería difícil, pero si el Minamoto distraía al rubio sería más fácil— ¡Alto!— Lo agarró del brazo— Antes envíale un mensaje a Takuya.
Kouji asintió.
Izumi observó a sus hermanos, no esperaba verlos hasta llegar al Internado.
—Sorella ¿qué haces aquí?— Preguntó Takeru y pasó su mirada por su acompañante—¿Y con...—Se detuvo— Disculpa ¿cuál es tu nombre?
—Junpei Shibayama.— Respondió el castaño— Pero todos me dicen Jp.
Yamato no pudo evitar sentirse sorprendido ¿desde cuando su hermana era amiga con ese chico? A diferencia de Takeru si sabía quién era ese chico, pero jamás habían intercambiado palabras.
—Vinimos al spa.— Contestó la rubia— Luego de todo lo que pasó queríamos relajarnos ¿Y ustedes que hacen aquí?
—Vengo a hablar con Alice.— Respondió Yamato.
—¿Alice?— Preguntó Izumi— ¿Alice Amano? ¿La madre de...
—Disculpa hermana, no tengo tiempo para explicaciones.— Contestó el rubio antes de continuar caminando en dirección dejando atrás a sus hermanos.
Izumi alzó una ceja y volteo hacia Takeru— ¿Qué ocurrió? Yamato no se ve muy feliz.
—¿Cómo va a estar feliz?
—Porque se supone que si vino donde Alice es porque verá a su hija ¿no?— Respondió la oji-verde.
—No vino a ver a su hija, vino marcar terreno con su hija.— Contestó Takeru.
—¿Marcar terreno?— Preguntó Izumi— ¿Por qué?
—Por la jugarreta que los Tachikawa nos quieren hacer.
—¿Jugarreta?— Cuestionó la oji-verde— ¿Qué jugarreta?
Takeru se cruzó de brazos— ¿Cómo es posible que no sepas?
—¿Saber qué?
—Sobre los rumores.
—¿Qué rumores?
—¿Acaso no has visto tu redes sociales?— Preguntó Takeru— Tu vives pegada a tu móvil revisandolas ¿no?
Zoe suspiró— Vine al spa para olvidarme de todo y relajarme, lo dejé de lado, no he visto nada.
—Mal momento para decidir hacer esto.— Respondió el oji-azul.
Yamato pasó por el mostrador, la recepcionista no estaba, así que no perdería el tiempo, iría directo a hablar con Shun.
Fue así como caminó en dirección a aquel lugar.
Sin embargo, algo o mejor dicho alguien lo agarró del brazo.
—Yamato ¿Qué crees que haces?
El rubio volteo y se encontró con el Minamoto.
—¿Kouji que haces aquí?
—Vine a impedir que hagas una locura.— Respondió el Minamoto.
—¿Locura?— Preguntó el rubio— Locura es lo que va a hacer Mimi, le dirá a Alice que me demanden para alejarme de mi hija.
—¿De donde rayos sacaste que van a poner una demanda en tu contra?
—¿Acaso tu chica no te lo dijo?— Preguntó Yamato— ¡Vaya! ¿A ti tampoco te lo comentaron?
Kouji alzó una ceja.
—No me sorprende que también te oculte cosas.
—¿De qué rayos hablas?— Cuestionó el pelinegro— De la demanda que quieren poner con Alice para quitarme a mi hija.
—¿Con Alice?— Preguntó el Minamoto— ¿Ambas contra ti?
—Si.— Respondió el rubio.
—Creo que estás equivocado.
—¿Equivocado?— Cuestionó Yamato— Claro que no.
—Claro que sí.
—¿Por qué lo dices?— Preguntó el Ishida.
—Porque...
—Yamato, no deberías estar aquí.—Una voz interrumpió su conversación.
Y la ira de Yamato aumentó al aparecer frente a sus ojos el mellizo de Mimi.
El rubio frunció el ceño— Takuya.
Takeru e Izumi al ver al chico rápidamente caminaron hacia él.
—Takuya ¿qué haces aquí?— Preguntó la oji-verde.
¡Rayos!
El moreno pasó su mirada por los hermanos de Yamato.
—¿Qué hacen ustedes aquí?
—Nosotros preguntamos primero.— Respondió Takeru.
—¿Qué no es obvio?— Musitó Yamato— Es otro en el plan de Mimi.
—¿Plan?— Preguntó Takuya— ¿Qué plan?
—Ya sabes.— Respondió el rubio— Dime ¿dónde está?
—¿Mimi?
—Si.— Contestó Yamato— ¿Está con mi hija?
—¿Qué?— Preguntó Takuya— No, no estás con ella.
—Apuesto a que sí.
—Digo la verdad, no está con ella.— Respondió el moreno.
—No sé para que preguntas Yamato, creo que es obvio que no te dirá.— Comentó Izumi.
Takuya dirigió su mirada fulminante a la oji-verde.
—Dejame pasar.— Fue lo único que dijo Yamato antes de golpear hombro contra hombro con el moreno.
—¡Hey!— Exclamó el castaño molesto.
Kouji al rubio del brazo— Detente Yamato.
—¿Tú también te vas a poner de su lado?— Takeru preguntó.
—No es un tema de lados, Takeru.— Respondió Takuya— Simplemente queremos evitar que tengamos más problemas.
—¿Más problemas?— Preguntó Izumi—¿Nos consideran a nosotros un problema cunado tus hermanas y tú, Takuya, fueron los mentirosos?
Takuya frunció el ceño.
—Queremos ver a Natsumi.— Declaró el menor sin más.
—¿Ver a Natsumi?— Cuestionó Takuya.
Takeru asintió— Queremos ver a nuestra sobrina.
—Lo siento, pero no pueden ver a Natsumi.— Respondió el moreno.
—¿Por qué no?— Preguntó Izumi.
—Porque no.— Contestó Takuya— Alice no quiere que veamos a Natsumi.
—¿Alice?— Cuestionó Takeru— ¿La madre adoptiva de Natsumi?
El moreno asintió.
—¿Ella no quiere?— Preguntó Izumi— ¿O tú?
Takuya frunció el ceño— ¿Por qué yo no quedría eso?
—Por muchas cosas.— Respondió Jp— Si mintieron antes debe ser por algo ¿no?
El moreno alzó una ceja y volteo hacia él— ¿Y tú? ¿Quién eres?
—Un amigo.— Izumi se adelantó a responder— Y tiene razón,ya nos mintieron antes ¿por qué ahora no?
Takuya rodó ojos— Lo digo en verdad, no estoy mintiendo, Alice no quiere que veamos a Natsumi.
—¿Y por qué no?— Preguntó Izumi— Si apenas nos conoce, nosotros somos tíos de su hija adoptiva, tenemos derecho a verla.
—Porque no quiere que nos relacionemos con ella.
—A puesto que es por los comentarios que quieren divulgar de nosotros ¿no?— Musitó Takeru.
Takuya frunció el ceño— Esos comentarios no son cosa nuestra.— Respondió.
—Claro que sí.— Respondió Takeru— Salió de ustedes, todos lo confirmaron.
—¿Todos quienes? ¿Unas redes sociales?
—No solo ellos.— Contestó el rubio— O preguntale a tu hermana menor que cosas habla en la preparatoria de nosotros.
¿Damar? ¿Ella no había dicho algo de ellos en la preparatoria? ¿o si?
—¿Por qué dices eso?
—Porque mis compañeras las escucharon.— Respondió Takeru.
—No me sorprendería, los tres están cortados con la misma tijera.— Habló Yamato.
—¡Yamato, basta!— Kouji lo agarró del brazo.
El rubio se hizo a un lado bruscamente— ¿Enserio continuarás del lado de ellos?
—No es eso.— Respondió el Minamoto— Es simplemente que estás actuando sin pensar.— Rodó los ojos— Mejor dicho los tres.— Señaló a los tres Ishida— Están actuando sin pensar.
—Disculpen que me meta, pero siento que no es justo que digas que ellos están actuando sin pensar cuando los Tachikawa fueron quienes ocultaron esa verdad durante mucho tiempo.— Habló Jp.
Takuya frunció el ceño y volteo hacia él— ¿Y a tí? ¿Quién te metió en este baile?— Preguntó— ¡Tú no tienes idea de lo que en verdad ocurrió!
—No le hables así.— Izumi alzó la voz— Él tiene toda la razón, los que han actuado sin pensar desde el principio son ustedes.
—¡No tuvimos opción!—Esta vez Takuya.
—¡Deja esa excusa barata!— Yamato respondió.
—¡Qué escándalo!— Otro personaje se hizo presente y todos al voltear se encontraron con el primo de Sora.
—Shun.
El pelinegro los observó a todos—¿Qué hacen aquí?
Yamato se cruzó de brazos— Vine a ver a tu novia.
—¿A mi novia?— Preguntó el pelinegro de ojos ámbar— ¿Alice?
—Si.— Respondió Yamato— Necesito a hablar con ella, urgentemente.
El mayor se cruzó de brazos— Ya me imagino de que vienes a hablar con ella.— Musitó— De tu hija ¿no?
El Ishida asintió.
—Lo siento, pero no podrás hablar con ella.
—¿Por qué no?— Preguntó el rubio.
—Porque Mimi ya se encuentra hablando con ella sobre Natsumi.— Respondió Shun.
¿Qué?
—¿Mimi está aquí?— Preguntó Yamato.
Shun asintió.
¡Rayos!
—Shun ahora más que nunca necesito hablar con Alice.— Habló el oji-azul— Dime ¿dónde están?
—¿Perdón?— Preguntó el pelinegro— Yamato, ya te dije que no puedes hablar con ella.
—¿Por qué no?— Cuestionó el rubio.
—Porque no quiero que tenga más problemas.— ¡Con Mimi bastaba y sobrabra!
Shun de cruzó de brazos, su novia estaba embarazada, tenía muy poco tiempo llevando a su hijo en su vientre y ya había tenido su primera complicación debido a las fuertes emociones que vivió hace unos días por culpa de Yamato y Mimi. El estrés y miedo a perder a Natsumi pasó a ser una crisis nerviosa. Él debía preocuparse por su salud, ya que por situaciones estresantes -como enfrentarse a los padres de Natsumi- y su antecedente de su antiguo embarazo, podía correr riesgos de perder a su hijo.
—¿Perdón?— Musitó Yamato— Lo mío es una situación urgente, es sobre mi hija.
—Lo sé.— Respondió Shun— Y por eso no quiero te le acerques, Alice no está en condiciones de vivir más situaciones de estrés.
—¿Estrés?— Preguntó el rubio— ¿Y crees que para mí no es estresante estar lejos de mi hija? Saber que perdí tanto tiempo con ella y que debo pasar por tu novia para cumplir con mis labores de padre es bastante estresante, sobretodo fastidioso.
—Eso no es culpa de Alice.— Contestó el pelinegro— No se merece que vengas con exigencias y órdenes.
—Bueno, debe enfrentarse a ellas si quiere continuar teniendo a mi hija.
—Natsumi no es tu hija.
—Claro que sí.
—No lo es.— Respondió Shun y suspiró— Padre es quién cría y eso ha hecho Alice todo este tiempo. Y bastante bien ¿sabes?
—No lo discuto, pero ahora que sé de la existencia de Natsumi quiero ser parte de su vida.
—Alice no lo necesita, hasta el momento ha hecho todo bien.— Contestó el pelinegro— Tan bien que no se merece soportar reclamos y exigencias de un niño que quiere jugar a ser padre.
Esta última frase no pudo no evitar enfurecer a Yamato.
"niño que quiere jugar a ser padre"
Apretó el puño completamente enfadado y sin decir palabra, solo con un brusco movimiento pasó de Shun chocando hombro con hombro, pero esto no le importó.
—Hey.— Shun llevó una mano a su hombro— No te acerques a Alice.— Yamato ignoró al primo de Sora y continuó su camino a toda velocidad, necesitaba hablar con la pelirroja.
~Temporada 3 Capítulo 17 Parte II~
"Hiroaki es mi padre"
Esa declaración resonó en la cabeza de Rika.
—¿Q-qué?— Preguntó la pelirroja— ¿Di-dijiste que Hiroaki es tu padre?
Ryo asintió.
No, esto no era posible. Claro que no, Ryo no podía ser hermano de Yamato, Izumi y Takeru.
Claro que no.
—E-eso es imposible.— Rika no pudo evitar tartamudear ante esto— Tú no puedes ser hijo de Hiroaki.
—Ojalá que no.— Musitó el Akiyama— Daría todo por no serlo, pero mi madre me dijo que él es mi padre.
Rika alzó sus cejas sorprendida, horrorizada y sin saber que responder, esto no era posible— ¿Sig-significa que eres hermano de Takeru?
—Algo así.— Comentó Ryo, medio hermano más que nada— A él lo reconoció.
—Y a ti no.
El Akiyama asintió— ¿Ahora sabes por qué hice todo esto?— Preguntó— Soy el bastardo.
Rika repasó todo en su cabeza completamente anonada y literalmente en shock, esto no era posible ¿o si?
—Entonces ¿has arruinado tu vida? ¿le has hecho daño a tus hermanos? ¿simplemente por el rechazo de tu supuesto padre?— Rika en tres preguntas recapituló todo lo que había hecho Ryo en su vida.
—Sé que no ha sido lo mejor, pero sí.— Respondió el Akiyama— Lo he hecho por eso.
—Claro que no ha sido lo mejor.— Contestó la pelirroja— ¡Eres un idiota!
—¿Q-qué?
—Lo que escuchaste, Ryo Akiyama eres un idiota.— Habló Rika— Entiendo que hayas arruinado tu propia, pero la de tus supuestos hermanos y otros ¿solo por eso? ¡Eres un idiota!
Ryo cerró los ojos y evitó responder, después de todo la pelirroja tenía razón, él era un idiota. Un gran idiota.
—Rika.— Una voz llamó su atención y ambos al voltear se encontraron con Rumiko.
—Mamá.
Rumiko alzó un bolso— Aquí está mi laptop para que termines tu trabajo.
Rika sonrió, su madre llegó en buen momento, no quería seguir hablando con ese chico— Gracias.— Respondió con seriedad para luego tomar el bolso— Ahora me iré.— Volteo hacia Ryo— Y tú, Akiyama, no te vuelvas a acercar a mi.
—¿Por qué le dices eso?— Preguntó su madre sorprendida.
—Porque solo me ha molestado, madre.— Respondió la pelirroja— Permiso, me voy.— Fue lo único que dijo antes de alejarse.
Rumiko volteo hacia el Akiyama—Veo que mi hija se aburrió definitivamente de ti.
Ryo apretó su puño.
—Por intentar que se apiadara de ti le dijiste la verdad ¿y? Solo lograste que te odiara más.
—¿Qué?— Preguntó el oji-azul— ¿Lo escuchaste?
—Si, escuché todo.— Respondió Rumiko— ¿Y sabes? Mi hija tiene razón porque has actuado pésimo con todos.
Ryo frunció el ceño ¿Quién se creía que era para señarlarle aquello? Ella también hacía lo mismo.
—¿Sabes qué?— Musitó la rubia— Con esta declaración quedaste como idiota frente a mi hija, para ella no solo eres un chico engreído, si no que rencoroso, que muere por la aceptación de los demás.
Ryo bajó la cabeza, probablemente en otro momento le hubiese respondido, pero no estaba de ánimos, últimamente estaba sintiendo las consecuencias de todos sus actos devolverse como si fuera karma y eso en verdad lo estaba haciendo sentir la peor persona del mundo.
Rumiko simplemente sonrió, era agradable ver a ese chico ser humillado luego de todo lo que le había hecho—Pero ¿sabes? Con lo que te diré a continuación quedarás peor.
¿Peor?
—¿Por qué dices eso?— Ryo alzó una ceja y dirigió su mirada hacia la mujer— ¿A qué te refieres?
Rumiko sonrió aún más, sabía que no era la persona indicada para decir esto, pero sería agradable hacerlo— A la mentira en la cuál has vivido todo este tiempo gracias a tu madre.
—¿Mentira?— Preguntó el castaño— ¿Qué mentira?
—De tu padre.— Respondió Rumiko.
—¿De mi padre?— Cuestionó el Akiyama.
Rumiko asintió— Ha sido bastante gracioso.
—¿Gracioso?— Ryo frunció el ceño—¿Qué dices?
—Ver como te humillas por él.— Comentó la mujer— Sin que tu madre lo impidiese.
—¿A qué te refieres Rumiko?— Preguntó el Akiyama completamente pérdido— No entiendo.
A continuación, vendría, finalmente su venganza.
—Tu madre te ha engañado todo este tiempo.— Declaró Rumiko sin más— Hiroaki no es tu padre. Ella simplemente inventó aquello para vengarse de Natsuko por quitarle a su novio.— Rió— Bueno, a su "supuesto novio" Quién prometió sacarla de esa miserable vida de teibolera que llevaba así como yo.
Ryo frunció el ceño— N-no, eso no es posible.— No pudo evitar tartamudear— M-mi madre jamás me engañaría.
—Eso es lo que tú crees.— Respondió la rubia— Pero deberías hacerlo, después de todo, ella trabajaba en un Cabaret, como dama de compañía, cualquiera puede ser tu padre, menos Hiroaki, no era tan tonto como Kousei para dejar embarazada a su diversión nocturna.
Ryo apretó su puño— N-no, esto no.
—Esto si.— Respondió Rumiko— Si no crees ve y pregúntale a tu madre.
Juri bajó su mirada y apoyó las palmas de sus manos en sus rodillas.
Se mordió el labio inferior.
¿Qué estaba sintiendo en esos momentos? ¿Por qué le dolía esa escena de Koichi junto a su ex novia?
Miyako llegó hasta su amiga castaña.
—¿Qué te sucedió Juri?
La castaña alzó la mirada— ¿E?— Balbuceo— Miyako.— Pronunció su nombre— Y-yo no...—Tragó saliva— Disculpa por salir corriendo así.
—Hey, no te disculpes.— Respondió la chica de anteojos antes de tomar asiento a su lado— Pero, dime ¿qué ocurrió?
—N-no sé.— Contestó la chica Katou— De repente, ví esa escena de Koichi con su ex y...—Llevó sus manos a su cabeza— Me sentí extraña, incomoda.
—¿Celosa quedrás decir?— Preguntó Miyako.
Juri alzó la mirada— ¿Qué?— Cuestionó— ¿Ce-celosa? No, claro que no.
—Yo creo que sí, por la forma en que reaccionaste.
—No, claro que no, eso no puede ser.— Respondió la castaña— Yo a Koichi siempre lo he visto como un amigo, pero cuando lo vi tan cerca de esa chica, no sé...—Tragó saliva— No sé que rayos sentí. Pero no pueden ser celos.
—¿Por qué no?— Preguntó Miyako— Koichi y tú se besaron, en pocas palabras, traspasaron la barrera de amistad. Tiene sentido que te coloques celosa.
No, eso no podía ser verdad. Ella no podía estar celosa, claro que no.
—No tiene sentido, Miyako, ambos dejamos las cosas claras, solo somos amigos y nada más.— Respondió Juri.
—Disculpa que te lo diga, pero luego de la forma en que reaccionaste creo que Koichi para ti es algo más que un amigo.
No, eso no podía ser verdad. Claro que no, ella le había dejado bien claro a ese chico que lo veía como un amigo, también a Miyako y sobre todo a ella misma. Koichi solo era un amigo y jamás podría enamorarse de él, mucho menos después de esto. Estaba claro que el Kimura continuaba enamorado de su ex novia y no lo culpaba, esa chica era bastante atractiva físicamente, mucho más que ella, así que no había posibilidad de rivalizar con la Tachikawa.
—Alice, por favor, no lleguemos hasta esos extremos.— Rogó Mimi— Podemos arreglar las cosas entre nosotras.
—No Mimi, ya tomé una decisión.— Respondió la pelirroja— Y aunque me insistas jamás cambiaré de opinión. Y ya, vete, no quiero seguir hablando.— Musitó antes de continuar caminando en dirección a la recepción.
Sin embargo, se detuvo en seco al encontrarse frente a frente con cierto rubio, quién no puso buena cara al verles.
¡Rayos!
¿Yamato que hacía aquí?
—Yamato Ishida.— Alice pronunció su nombre.
—Alice.— El rubio pronunció su nombre con seriedad y luego volteo hacia la castaña— Mimi.
La pelirroja se cruzó de brazos—No me digas que viniste a ver a tu hija.
—No.— Respondió el rubio— Vine a hablar contigo.— Pasó su mirada por Mimi— Pero veo que se me adelantaron.
—¿Conmigo?— Preguntó la pelirroja— ¿De qué?— Hizo una pausa— Mejor no me respondas, ya sé, sobre la custodia de Natsumi y la demanda ¿no?
¿Demanda?
¿Acaso ya lo habían hablado?
¡Rayos! Nanami tenía razón.
—Alice, n-no, no es eso, él no sabe...
—No respondas por mi Mimi, yo si sé de la demanda.— Respondio Yamato.
¿Qué?
Mimi alzó una ceja.
—¿Así que sabes de la demanda?— Musitó Alice y se cruzó de brazos.
—Si y no te dejaré que me apartes de mi hija.— Habló el rubio— Mejor dicho, a amabas no les permitiré que me aparten de Natsumi.
—Pero Yamato, yo no quiero eso.
—Hasta el momento es lo que única has hecho Mimi.— Respondió el Ishida con frialdad en la voz.
Mimi bajó la mirada, era demasiado obvio por su mirada y tono de voz que la odiaba.
Eso diría.
—Así que, ni piensen que les dejaré a mi hija.— Finalizó Yamato.
—No diré nada más.— Habló Alice, ya había tenido mucho con Mimi— Lo que tenga que decir lo diré en tribunales.— Dijo antes de alejarse.
¿Qué?
—¿Y crees que ganarás?— Preguntó Yamato.
Alice volteo hacia el rubio— Frente a tí, de seguro, eres un niño.
—No soy un niño.
—Claro que sí, no tienes una vida resuelta, vives todavía de la mano de tus padres, estás intentando sobrellevar a duras penas una relación con Mimi.— Comentó Alice— Y sobre todo, eres un chico que vive en un entorno no apto para niños. De fiesta en fiesta, de alcohol en alcohol, de mujer en mujer.— Shun le había contado todo acerca del pasado de ese chico— Y peor, has consumido drogas.
—Eso fue en el pasado.
—Quizás, pero es razón suficiente para prohibirte que te acerques a mi hija.— Respondió la pelirroja— O mejor dicho para que un juez dicte una sentencia para que jamás te le acerques.
—Pero...
—¡Ya tomé mi decisión!— La pelirroja alzó la voz y sin decir más, se alejó del lugar en dirección al pasillo.
Ambos adolescentes quedaron literalmente marcando ocupado ante la frenta que Alice le había hecho al rubio. Mimi no quería admitirlo, pero todos esos antecedentes podían alejar completamente a Yamato de su hija.
Damar al ver que todos seguían a Yamato, rápidamente salió del mostrador y caminó rápidamente hacia el pasillo del costado.
Natsumi ardía en fiebre, necesitaba ayuda urgente. Además, Yamato y sus hermanos podían regresar en cualquier momento.
Sin embargo, al llegar al pasillo se encontró con otra persona.
Cierta chica pelirroja de ojos chocolate.
¡Rayos!
—¿Damar que haces aquí?
La castaña hizo una mueca— Hola Alice.— Saludó.
—¡Mami!— Exclamó Natsumi.
—Mi pequeña.— Musitó la pelirroja y frunció el ceño—¡Entregame a mi hija!— Literalmente le arrebató a Natsumi de los brazos.
—¡Hey! ¿Qué te ocurre?— Preguntó la castaña.
—¡Muchas cosas! Pero la principal es la que ahora sabrás y que le dije a tus hermanos.— Habló Alice— ¡No quiero que Mimi, Takuya, ni tú se acerquen a Natsumi!
—¿Qué?— Cuestionó Damar enfadada— No puedes pedirnos eso.
—No se los pido, es una orden.
—¡Qué no puedes ejecutar!— Respondió la castaña— ¡No eres la madre!
—¡Ante la ley lo soy!— Contestó Alice— Y yo en tú lugar, no reclamaría, porque no eres la persona más indicada para acercarse a mi hija.
—Soy la tía.
—Drogadicta, alcoholica, rebelde.— Enumeró la pelirroja.
Damar frunció el ceño— ¿Perdón? ¿Y tú quién te crees para sacarme todas esas cosas en cara?
—La madre de Natsumi.— Respondió Alice— La persona que quiere que esté bien, que crezca en un buen ambiente, que tenga una buena vida. Algo que jamás lograría al estar rodeada por personas como tú.
Damar se mordió el labio inferior.
—Mírate, tienes tu cabello teñido como toda una revolucionaria, con ese maquillaje oscuro que llevas sobre tus ojos, a cualquiera lo haría desconfiar.— Habló Alice— Y con tus antecedentes, dime ¿enserio crees que eres buena influencia para Natsumi?
Tragó saliva.
Jamás lo pensó de ese modo, pero ¿y si tenía razón?
—No te vuelvas a acerca y no es una petición.— Declaró la pelirroja enfadada antes de voltear en dirección hacia las escaleras.
Damar se observó por el reflejo de una ventana.
Jamás había pensado que su apariencia de jugara una mala pasada. Cuando se tiñó el cabello de ese color morado y cuando comenzó a maquillarse de esa manera fue para molestar a su padre. Cuando se comenzó a vestir de negro fue una forma de luto por las personas que había pérdido.
Nunca pensó que pudiera generar desconfianza, pero si se analizaba de pies a cabeza, e incluía sus acciones el último tiempo, su adicción a las drogas, su rebeldía y su forma de actuar. En verdad era una persona no apta para cuidar de una niña.
Se mordió el labio inferior.
Esto le podía jugar en contra a Mimi.
—¡Vaya! Veo que no demoraste en correr a hablarle mal de mi a la madre adoptiva de nuestra hija.— Musitó el rubio.
¿Qué?
Mimi alzó una ceja sorprendida.
—¿Hablarle mal de ti?— Preguntó— ¿De qué estás hablando?
—Creo que es obvio, si ella sabe todas esas cosas de mí sin conocerme es porque alguien se las dijo.— Respondió Yamato.
—Matt, yo jamás haría eso.
—Si ¿cómo no?— Musitó con sarcasmo el Ishida—¿Sabes? Cuando me dijeron que habías venido hablar con Alice quise pensar que fue por una buena causa, pero creo que es obvio, lograste que tú plan se armara según a tus propósitos.
—¿Planes?— Cuestionó Mimi— ¿Qué planes?
Yamato movió la cabeza decepcionado— No te hagas la desentendida, sé muy bien lo que planeas.
—¿Lo qué planeo?— Preguntó la castaña— Según tú ¿qué cosa planeo?
—¿Y más encima preguntas?— Frunció el ceño— En verdad eres hipócrita, te das el lujo de esconderme a mi hija, luego de hablar mal sobre mi y ahora no eres capaz de admitir que quieres separarme de ella.
—¿Separarte de ella?— Cuestionó Mimi— Yamato, yo nunca he querido eso.
—Si ¿cómo no?— Rodó los ojos.
—Lo digo de verdad.— Respondió la castaña— Jamás he querido hacer eso.
—¡Claro! Y por eso divulgaste todos esos falsos rumores sobre mí en el internado.— Yamato alzó la voz.
Takuya, Kouji y los demás llegaron al lugar.
—¿Qué rumores?— Preguntó Mimi.
—No te hagas la que no sabe.— Respondió el rubio y apretó su puño— Ya sé lo que tienes planeado, pero dejame decirte que no funcionará.
—Yamato, no entiendo de que rayos me estás hablando.— Gritó la Tachikawa molesta.
—¿Y no quieres aceptarlo?— Yamato golpeo con su puño una mesa junto a él provocando que Mimi se sobresaltara ante.
—¡Hey! Yamato.— Kouji se acercó al Ishida—Deja de hacer este ridículo escándalo.— Lo tomó del hombro.
—Dejame Kouji.— Respondió el Ishida y movió con brusquedad su hombro para soltar su agarre— Quiero que le quede claro a esta chica que no me dejaré engañar más.
—¿Engañar? Yamato, por favor, escúchame jamás he querido eso en mi vida.
Takuya llegó al lado de su hermana— Es verdad Yamato, Mimi jamás tuvo esa intención.
—No te metas Takuya, tú eres igual de mentiroso que ella.
El moreno frunció el ceño— Puede que lo sea, pero te digo que no fue nuestra intención, jamás quisimos hacerlo.
—Claro que sí.— Respondió el rubio— Porque si no lo hubiesen querido me hubieran dicho desde el primer día en que regresaron de Estados Unidos que tenía una hija.
—¡Intenté! Pero tú estabas enojado por mi ida, si te decía lo de nuestra hija podías reaccionar peor.
—Eso fue durante poco tiempo.— Contestó Yamato— Luego te perdoné, como idiota enamorado te perdoné.— Golpeo nuevamente la mesa— ¡Y nuevamente me decepcionaste!
Mimi nuevamente se sobresaltó ante este golpe, el rubio estaba comenzando a actuar con violencia, eos no era agradable y...
¡Un minuto! ¡Rayos!
Su corazón se estaba acelerando, comenzaba a respirar con dificultad. Rápidamente llevó una mano a su pecho.
Necesitaba calmarse.
—Lo peor de todo es que debo enterarme por otras personas que estás armando planes por detrás.
—¡Hey! Yamato calmate.— Exigió el mellizo de Mimi.
—Takuya tiene razón, estás actuando muy violento.— Respondió Kouji.
—¿Y cómo quieren que actúe luego de saber que he perdidio tanto tiempo con mi hija y que me quieren más tiempo con ella?
—¿Qui-quitar?— Preguntó Mimi— Y-yo jamás he...— Tragó saliva— He querido hacer.— Llevó una mano a su pecho.
Para Takuya no pasó desapercibida su situación, rápidamente la tomó del brazo— Mimi ¿estás bien?
—¿E?— Balbuceo la Tachikawa— N-no.— Habló con dificultad— Me falta el aire.
¡Rayos!
—No utilices tus crisis de pánico como pretexto.
¿Pretexto?
—¿Qué rayos estás diciendo Yamato?—Preguntó Kouji sin poder creer el límite que estaba sobrepasando el Ishida.
—¿Qué no es obvio?— Preguntó Matt— Siempre buscas salidas cuando tienes problemas ¿recuerdas cuando te mostré el collar? No fuiste capaz de decirme la verdad, también te dió una crisis y ahora también.— Le habló a Mimi.
La castaña hizo una mueca, si, ella había cometido un error en aquel momento al no decirle la verdad, pero no era mentira que se sentía mal. Le dolía mucho el pecho, apenas podía respirar.
Takeru hizo una mueca al ver la situación de Mimi, en verdad no se veía bien— ¿E? Yamato, creo que lo mejor será que nos vayamos.
—¿Qué?— Preguntó el Ishida— Olvídalo, quiero ver a mi hija.
—Lo sé hermano, pero ya escuchaste a Alice y a Shun.— Respondió el rubio— No creo que quieras tener más problemas.
—Escucha a tu hermano Yamato.— La voz del pelinegro se hizo presente y al voltear se encontró con él— Ya han hecho mucho escándalo, quiero que se vayan de mi hotel.
—Pero...
—Nada de peros, yo soy el dueño y si no salen de aquí llamaré a la policia.— Advirtió el novio de Alice.
—Hermano.— Takeru posó su mano en su hombro— Vamos.
Yamato frunció el ceño y sin decir palabras salió del lugar.
Izumi volteo hacia Takuya, Mimi y Kouji— Esto no se quedará así.
La mirada fulminante del moreno hacia la rubia fue bastante molesta y desafiante.
—¿E? Sorella, mejor vamos.— Musitó Takeru.
Él también estaba enojado por esa situación, pero más incómoda, estresante y lamentable era discutir con aquellos que una vez consideró sus amigos, casi hermanos.
—Si Izumi, no pierdas tu tiempo con esta chus...—Jp se detuvo antes de decir aquella frase tan icónica del "Chavo del ocho"— Con estos chicos.— Corrigió.
Takuya rodó los ojos, este chico llevaba menos de diez minutos en sus vidas y ya lo detestaba.
Izumi suspiró y sin decir más, los tres se dispusieron a salir de aquel lugar.
—¡Rayos!— Mimi murmuro.
Takuya y Kouji dirigieron su mirada hacia la oji-miel.
—Sis ¿estás muy agitada?— Preguntó el moreno preocupado— Quieres que llame a una ambulancia o que te llevemos a la clínica.
—N-no.— Respondió Mimi con la voz entrecortada— Sólo necesito relajarme y respirar.— En pocas palabras, seguir los consejos que le dió la terapeuta antes de salir de la clínica.
Así fue como cerró sus ojos y respiró profundo, sin embargo su corazón continuó latiendo a mil por segundos.
En verdad había vivido muchas cosas en muy poco tiempo.
¡Rayos! Apretó los dientes y perdió el equilibrio, siendo atrapada por Takuya y Kouji.
—Hey, Mimi.— Takuya la llamó preocupado.
Kouji hizo una mueca— Creo que mejor será ir a la clínica.
El moreno asintió.
—No es necesario.
—Si lo es.— Respondió Takuya.
—Esto es el colmo.— Musitó Izumi enfadada— Primero nos mienten y luego nos quieren separar de Natsumi, más encima hacen todos comentarios de nosotros.
Takeru hizo una mueca— ¿Sabes? Todas esas cosas que salieron en la red social salieron supuestamente respaldadas por los Tachikawa, pero ¿y si nos equivocamos? Muchas veces lo que sale en redes sociales no es lo que parece.
—No nos equivocamos Tk.— Respondió Yamato molesto— Nanami me confirmó que Mimi estaba hablando cosas malas de nosotros.— Musitó— Además, tú mismo dijiste que en la preparatoria Damar divulgó rumores sobre nosotros.
Takeru bajó la mirada, sus compañeras se lo habían hecho saber, sin embargo, no estaba completamente seguro. Tal vez, debió quedarse callado, porque luego de ver todo este lío con los Tachikawa en verdad se sintió culpable, además desconocía a su hermano, esa forma en que trató a Mimi no fue muy agradable.
—Nanami también me lo dijo.— Musitó la oji-verde.
Jp hizo una mueca— Disculpen que me meta, pero si ella lo dice es verdad ¿no?— Comentó— Nanami es amiga de Mimi, debe saber lo que hace y siempre va con la verdad por delante, yo la conozco al igual que ustedes.
Nanami a lo largo de todo el Internado tenía buena fama.
—Y dudo que les diga eso porque quiera perjudicarlos o algo así.— Finalizó el Shibayama.
—No es necesario que lo digas, en eso estamos claros.— Respondió Izumi, Nanami jamás haría algo en contra de ellos.
—Cómo sea, yo no daré mi brazo a torser, mucho menos ahora.— Habló Yamato— Enfrentaré a quién sea por estar con mi hija.
—¿A quién sea?— Cuestionó Takeru— Comprendo que a su madre adoptiva, pero ¿enserio quieres enfrentarte con los Tachikawa?
—Si ellos no hubiesen tomado tan malas decisiones, probablemente no hubiera querido, pero no nos queda de otra Tk.— Contestó el mayor— Sobre todo ahora que sé que pondrán una demanda en nuestra contra.
Takeru se mordió el labio inferior, pensar en eso no era agradable, le resultaba difícil creer que aquellas personas que decían ser sus amigos hicieran algo así. Discutir con palabras y golpes no era bueno, pero llegar hasta tribunales era algo mucho peor, literalmente de otra dimensión que ni ellos tenían conocimiento y que en cierta medida era inalcanzable, porque todos ahí eran menores de edad ante la ley japonesa.
¡Bip, bip!
El móvil de Izumi llamó la atención de todos.
La oji-verde sacó su móvil de su bolso y se percató de todas las llamadas pérdidas que tenía de su madre.
¡Rayos!
Cortó.
—¿Y qué planeas hacer?— Takeru le preguntó a su hermano mayor.
—Defenderme.— Respondió Yamato— No permitiré que me quiten a mi hija.
—¿Y cómo harás eso?
—Creo que lo mejor será contratar un abogado.— Contestó Jp— Si quieren puedo darles el contacto de mi abogado.
—No.—Contestó el mayor— Ya sé quién nos puede ayudar.
—¿A sí?— Preguntó Takeru— ¿Quién?
La mejor abogada de esa ciudad.
—Satomi.
Takeru e Izumi intercambiaron miradas sorprendidos.
—¿Qué?— Cuestionó la oji-verde— ¿A la madrastra de Kouji?
—¿Luego de lo que ocurrió ahora?— Preguntó el Shibayama.
Yamato asintió.
—Disculpa que lo diga, pero luego de esto creo que está más que claro que Kouji es team Tachikawa.— Musitó Jp.
—No te pedí tu opinión.— Respondió el mayor de los Ishida— Puede que Kouji esté con ellos, pero yo le pediré la ayuda a su madrastra y ella no mezcla lo personal con profesional, o al menos no debería.
¡Bip, bip!
Nuevamente el móvil de Izumi sonó.
¡Rayos!
¿Qué quería su madre?
No contestó.
—Hermano, pero ¿enserio crees que es necesario pasar a la justicia mayor?
—No nos queda de otra Tk.— Contestó Yamato serio.
¡Bip, bip!
Otra vez el móvil de Izumi sonó, pero esta vez era un mensaje.
"Izumi ¡Respondeme! si no lo haces, tendrás problemas conmigo"
La oji-verde hizo una mueca, esto no era bueno. Su madre cuando daba esas amenazas significaban problemas y más problemas.
—Permiso.— Musitó antes de alejarse de sus hermanos y el castaño para contestar.
Respiró profundo antes de contestar.
—Hola madre.
—Izumi ¿dónde rayos están tus hermanos y tú?— Si, ni un "Hola" dijo.
—¿Por qué preguntas?
—Porque vine al Internado a hablar con ustedes y no estaban.— Respondió Natsuko— Dime ¿dónde rayos están? ¿Por qué no contestan mis llamadas? A todos les he enviado miles de mensajes ¿para que tienen celulares si no van a contestar?
—No hemos contestado, porque cada uno ha estado ocupado en sus propios asuntos.
—Que asuntos, ni que nada, necesito que vengan rápidamente al Internado.— Contestó la mujer de Ishida.
—Lo siento, pero estamos ocupados.
—No me importa lo que estés haciendo, yo necesito hablar contigo, así que ven rápido.— Declaró Natsuko sin más.
Izumi rodó los ojos, no quería tener otro problema más, pero mientras más equivara a su madre, más problemas tendría con ella.
La llamada se cortó y la oji-verde volteo hacia sus hermanos.
—Nuestra madre está en el Internado.
—¿Qué?— Preguntaron Yamato y Takeru a coro.
¡Lo que faltaba!
—Nuestra madre está en el Internado.— Respondió Izumi— Y quiere vernos.
—¿Vernos?— Cuestionó el menor.
Eso solo significaba problemas.
Izumi asintió.
—Genial, otro problema más.— Musitó Yamato con sarcasmo.
—Tenemos que ir.
—No.— Respondió el mayor de los Ishida— Yo no iré, no tengo ánimos de hablar con nuestra madre.
—Pero, Yamato...—Intentó razonar Takeru— Es nuestra madre.
—¿Y eso qué?— Preguntó Matt— Lo único que sabe hacer ella es traer problemas, sobre todo luego de que esta verdad salió a la luz, así que lo siento, pero no iré.— Musitó antes de caminar en dirección a su moto.
—Deja, yo me encargó.— Respondió Takeru antes de voltear hacia su hermano y caminar hacia él.
Izumi hizo una mueca, conociendo a su hermano, no iría al Internado a hablar con su madre, después de todo, jamás fue de su devoción.
—Si quieres yo te llevó.— Ofreció Jp.
La oji-verde suspiró, no le quedaba de otra más que ir donde su madre— Está bien.
Kiriha y Nene ingresaron al TK NIGHTCLUB
Luego de esa visita al cementerio ambos habían decidido regresar al internado, pero al recordar que no podrían entrar a sus respectivos departamentos por la fumigación, Kiriha decidió ir a su bar favorito.
—Muchas gracias por invitarme a venir.— Agradeció la castaña.
El rubio simplemente asintió— Vamos a sentarnos.
La castaña asintió y fue así como ambos se acercaron a una mesa.
—Espero que esta no sea otra de tus estrategias de conquista.—Comentó Nene.
—¿Estrategia de conquista?— Preguntó el rubio.
—Ya sabes, esos momentos bonitos para finalmente llevar a la víctima a la cama.
¡Vaya! Al parecer esa chica ya conocía su técnica.
Ambos tomaron asiento en un gran sofá con un pequeña mesa de centro.
—La noche ya la tuvimos, no creo que sea necesario poner tanto énfasis ¿no?
Nene alzó una ceja— ¿Esa es una forma de decir que no valgo la pena?
—No dije eso.— Respondió el rubio— Simplemente es una forma de decir que esto ya no es una técnica para pasar a eso, después de todo, siempre lo hago para que la víctima caiga por primera vez, para la segunda vez nunca hago este tipo de gestos.
—Entonces ¿dices que soy alguien privilegiada?
—Si tú lo sientes así, si.— Contestó el oji-azul.
—¡Wow! Iré corriendo a sacarle burla a todas esas fans locas que mueren por una cita contigo.— Exclamó Nene.
—Muy graciosa.— Musitó Kiriha.
La castaña simplemente rió.
—¿No tenías ensayo con la banda?
—Se suponía, pero...
—¿Pero?
Kiriha suspiró— Yamato está más centrado en sus problemas.
Nene se mordió el labio inferior ante la culpa automática que vino sobre ella.
—Pero la verdad es que no me importa.— Respondió el rubio— La banda para mí ya no es tan importante.
—¿Por qué no?— Preguntó la oji-morada— Pensé que te gustaba cantar.
El oji-azul asintió— Pero no vivo de eso.— En la etapa que él estaba ni la música, ni las drogas, ni nada de lo que había hecho hasta ahora, lo ayudarían a surgir. La empresa de sus padres era algo que debía salvar y para eso debía comenzar a pensar como un adulto, cosa que no había hecho hasta la fecha y que le estaba pasando la cuenta.
—Bienvenidos a la tarde de karaoke, como ya saben, antes de que empiece a rumba, se viene la música.— La voz de un hombre se hizo presente por los parlantes y ambos al dirigir su mriada a un pequeño escenario se encontraron con un hombre bastante joven hablando por el micrófono.
—¿Karaoke?— Preguntó la castaña— ¿Hacen karaoke aquí?
Kiriha asintió— ¿Acaso creías que era club mitad motel las veiniticuatro horas del día?— Cuestionó— Necesitan de alguna forma llamar la atención de todo tipo de público, incluso de día.
Nene sonrió— Mmm que bien, me gustaría participar.
El rubio alzó una ceja—¿Cantas?
—Si.— Respondió Nene— Y bastante bien.
—Que humildad.— Comentó Kiriha con una sonrisa irónica, pero no desagradable, al contrario.
La castaña sonrió—Enserio lo digo, si quieres puedo dedicarte una canción.— Comentó— Ya que, tú todavía no me dedicas la que te pedí.— Le guiñó el ojo.
El rubio rió para sus adentros y negó con la cabeza— Sigue soñando, jamás le he dedicado una canción a una chica y jamás lo voy a hacer.— No era débil como Yamato.
—¿Por qué? ¿Tú orgullo no te lo permite?— Cuestionó Nene.
—Se podría decir que sí.— Respondió Kiriha— Además, dedicar canciones es de idiotas.
—Depende de qué tipo de canción, porque están las románticas y las de seducción ¿sabes?— Comentó la castaña.
—En ningún caso lo hago.— Contestó el oji-azul, la música para él era una forma de olvidar todo lo malo de su vida.
—Bueno, tampoco lo necesitas con ese cabello rubio y ojos azules vuelves loca a cualquier chica.— Comentó Nene.
Eso mismo pensaba hasta hace un tiempo, pero luego de que la hermana menor de Mimi lo rechazara en verdad lo dejó de considerar.
—¿Incluso a ti?
Nene rió y prefirió no responder, ya que ni ella sabía la verdad, atraer era diferente a gustar ¿cierto? Si hacia esa diferencia, entonces sí, la atrajo bastante.
—Dije cualquier chica.— Respondió la castaña— Yo no soy cualquiera.
En eso tenía razón, ella era bastante especial. Mejor dicho, era una persona cambiante y un tanto loca, necesitaba una bola de cristal para decifrar lo que haría o diría porque era impredecible.
Sin embargo sería interesante saber si producía algo en ella, al menos con un acercamiento.
Fue así como acercó su rostro a ella— ¿A sí? Entonces ¿qué tipo de chica eres?
Nene alzó la mirada y se encontró con sus ojos azules.
—Una muy diferente a las demás.— Respondió la chica de ojos morados— Loca, apasionada, extremista.
Kiriha la observó atentamente y luego su mirada hacia sus labios. No se había dado cuenta lo deseables que eran hasta ese momento, los pintaba de un color carmesí bastante atrayente. Fue así como alzó su mano tomando su mentón y acarició la comisura de sus labios.
—¿Apasionada dices?
Nene alzó una ceja—¡Hey! No es necesario que te acerques para colocarme nerviosa, eso también lo puedo hacer yo.— Respondió la castaña antes de colocar sus manos en su pecho y hacerle frente mezclando sus respiraciones— Y puedo provocar incluso mucho más cosas que tú.
Kiriha observó atentamente a la castaña, directamente a los ojos y la tomó por la cintura— ¿Cómo no?
Ambos se mantuvieron cerca bastante tiempo, no solo sus respiraciones se mezclaron, si no que su aliento. Ninguno dispuesto a ceder ante los encantos del otro y a la gran tentasión de darse un beso.
Sin embargo, esto no duró mucho ya que un mesero llegó a su mesa—¡Ejem!— Aclaró su garganta un tanto incómodo provocando que los adolescentes se alejaran y voltearan hacia él—Lamento la interrupción, pero vengo a tomar su orden.
—Yo quiero un pisco sour.— Respondió Kiriha y luego volteo su mirada hacia Nene— ¿Tú que vas a querer?
—Un martini.— Contestó la castaña.
El mesero asintió— En seguida.— Contestó antes de alejarse.
El rubio y la castaña intercambiaron miradas sin saber exactamente que decir. Finalmente Nene rió.
—¿Sabes? Mientras nos traen nuestros tragos participaré del karaoke.— Habló Nene antes de levantarse del lugar— La cantaré con una dedicatoria especial.— Musitó la castaña— Para Kiriha Aonuma, quién enloquecerá luego de escucharme cantar.
El rubio alzó una ceja— Eso nunca pasará.
—¿Enserio lo crees?— Cuestionó Nene— Yo estoy segura que sí. Y aunque así no fuera, luego de la interesante noche que pasamos creo que ya enloqueciste por mí.
Kiriha rodó los ojos— Ya te gustaría.
Hikari llevó una mano a su estómago, sus tripas en verdad rugían a más no poder. Luego de ese arduo ejercicio comió una manzana y para saciar su hambre tomó agua a más no poder. Sin embargo, parecía no ser suficiente. Su cuerpo no estaba reaccionando bien. Se sentía débil, sus manos temblaban.
Tragó saliva.
En verdad le estaba haciendo mal no comer.
¡Rayos!
Sus fosas nasales se activaron cuando unas chicas pasaron frente a ella con un café y unas deliciosas papas a la francesa con salsa agridulce.
Se mordió el labio inferior.
Más intenso se hizo el dolor de estómago, en boca se formó agua tan solo al imaginar ese alimento en su boca, más ansias sintió para comer, eso no era bueno.
Esas pastillas que pidió por internet no llegarían hasta mañana, ellas le ayudarían a controlar esto, sin embargo ahora parecía inhumano controlar su hambre. No debía comer ¡Pero! Moría de hambre. Su estómago exigía comer algo y la manzana de hace unas horas no era suficiente. Lamentablemente pedía más.
Caminó un poco porel campús y su nariz detectó el aroma de otras comidas.
Observó a su al rededor y se percató que estaba cerca de la cafetería.
¡Rayos!
Las imágenes de las comidas en las pancartas provocaron agua a su boca.
¡Esto no era bueno!
Ya no podía más, ansiaba mucho comer, sobretodo esas papas a la francesa con salsa agridulce, se le hacia agua a la boca.
Se acercó a la cafetería, no había fila.
—Buenas tardes señorita.
—Buenas tardes mi niña.— Respondió la mujer que atendía— ¿En qué la puedo ayudar?
—Quiero comprar unas papas a la francesa con salsa agridulce por favor.— Contestó la castaña.
—Está bien, en un momento se las entregó.
Fue así como luego de unos cinco minutos de espera la mujer le entregó su pedido, Hikari luego de pagar y dar las gracias se dispuso a comerlas. Sin embargo, comerlas en aquel lugar no era la mejor opción, ya que estaba a la vista de todos. Fue así como se alejó del lugar y cuando se percató de que estaba en un lugar solitario se dispuso a comer.
Con su mano temblando tomó una de las papas a la francesa, la alzó y...
Simplemente la observó.
Si, simplemente la observó ¿Por qué? Porque comerla no estaba bien, al contrario, esa porción arruinaría todo su esfuerzo de la mañana por hacer deporte, todas las calorías que había quemado regresarían y eso no era bueno.
¡Pero!
Su estómago nuevamente sonó y el agua en su boca aumentó.
En verdad tenía hambre y ya no podía evitarlo, la manzana de la mañan no fue suficiente.
¡Necesitaba comer!
Fue así como ingresó la papa en su boca, la saboreo suavemente, sin embargo la culpa nuevamente se hizo presente, pero su dolor de estómago le hizo saber que no era suficiente, necesitaba más, así fue como ingresó otra papa seguida de otra y otra sin ser consciente exactamente de lo que estaba saboreando, simplemente con ganas de saciar su hambre hasta terminar la porción.
¡Sin embargo!
Cuando terminó fue consciente del gran error que había cometido.
Observó la última papa que quedaba en su porción, hizo una mueca ¿qué había hecho? Llevó su mano derecha a su boca.
¡Esto estaba mal! ¡Muy mal!
—A continuación en nuestro karaoke tendremos la participación de Nene.
Las personas aplaudieron al rededor y Kiriha simplemente le dió un sorbo a su pisco sour.
Nene subió al escenario y tomó el micrófono— Quiero dedicarle esta canción a mi rubio querido que se encuentra ahí sentado.— Lo señaló— Para tí, mi amor.
¿Mi amor?
Kiriha no pudo evitar sorprenderse ante esto ¿era broma cierto?
Esto sería divertido, pensó Nene.
Fue así como la música comenzó a sonar.
(Yo soy así - Violetta)
Escucha y siente
Sube el volumen vas a enloquecer
Enloquecer, enloquecer ¡Oh!
Entiende y siente, de corazones rotos
Soy la queen, yo soy la queen, soy la queen ¡Oh!
Ven pierde el control
Nene acercó al rubio.
En mi ritmo ponte a bailar
Ven conmigo déjate besar
Se acercó a su rostro y acarició sus labios.
Yo sé te va a gustar
Mi estilo te va a conquistar
Tus pies ya se mueven al compás
Sé que no lo puedes evitar
No intentes luchar
Mi estilo te va a conquistar
Kiriha sintió el aliento de la castaña sobre su rostro, sin embargo, cuando estuvo bastante cerca de alejó de él.
Y es que yo soy así
Mi vida es alocada
Sin red y voy a mil
Mi ley es doble o nada
Y es que yo soy así
Con sólo una mirada
Vas a quedar de mí
Por siempre hipnotizado.
Escucha y siente
Ya todos te pueden contar
Pueden contar, que bien la pasarás
Entiende y siente
Estoy aqui la fiesta va a empezar
Va a empezar, la fiesta va a empezar
Ven pierde el control
En mi ritmo ponte a bailar
Ven conmigo déjate besar
Tomó su rostro por el mentón y se acercó a él.
Yo sé que te va gustar
Mi estilo te va a conquistar
Tus pies ya se mueven al compás
Sé que no lo puedes evitar
No intentes luchar
Mi estilo te va a conquistar
Y es que yo soy así
Mi vida es alocada
Sin red y voy a mil
Mi ley es doble o nada
Y es que yo soy así
Con sólo una mirada
Vas a quedar de mí
Por siempre hipnotizado.
Y fue así como Nene terminó en otro acercamiento, pero esta en vez depositó un beso en su mejilla evidentemente dejando al rubio con las ganas de un beso en los labios.
Sorprendentemente para los demás.
Las miradas coquetas, la conexión, la sonrisa picara de la chica fue algo demasiado evidente para todos en aquel lugar. Una tensión sexual increíble se había sentido entre ellos dos, cosa que en un simple karaoke no se hubiera esperado, pero que dejó a todos expectantes.
—Izumi ¿dónde estabas? Te estuve llamando todo el día.— Habló Natsuko molesta.
—Disculpa, no respondí porque estuve en clases.— Respondió Izumi— Y luego fui al Spa.
—¿Al spa?— Cuestionó la mujer— ¿Por qué?
—Porque no sabía donde estar luego de este problema con la fumigación del Internado.— Contestó la rubia.
—Supongo que no fuiste con la mentirosa de tu amiga Mimi.— Musitó Natsuko— Ni el mentiroso de tu novio.
—Takuya ya no es mi novio.— Respondió la rubia— Y Mimi tampoco es mi amiga.— Suspiró, dolía decirlo, pero no quedaba de otra— Fui al Spa con Jp.
—¿Jp?— Preguntó la oji-azul— ¿Junpei Shibayam quedrás decir?
Izumi asintió.
Natsuko sonrió ante esto— ¿No me digas que ustedes son amigos?
—Algo así.— Musitó la oji-verde.
—¡Vaya! Hasta que por fin haces algo bueno.— Musitó la mujer de Ishida.
—¿Algo bueno?— Preguntó Izumi— ¿Acercarme a ese chico es algo bueno?
—Pues claro.— Respondió Natsuko— Es un chico buen chico.
—¿Buen chico?— La rubia hizo una mueca— ¿Cómo sabes todo eso?
—Porque su madre es reconocida a nivel nacional.— Contestó la oji-azul— Y es mi amiga, no te haría mal a ti ser amiga de su hijo.
Izumi alzó una ceja ¿qué le ocurría?
—Podrías invitarlo a cenar esta noche.
—¿Qué?— Cuestionó la oji-verde— ¿Quieres que lo invite a cenar?
Natsuko asintió— Aprovechando que están libres hasta tarde por la fumigación podrían hacer algo más que ir simplemente al spa juntos.
—¿Y a qué se debe esta propuesta tan extraña?— Cuestionó Izumi— Tú siempre me decías que perdía mi tiempo saliendo con mis amigas y teniendo novio, ya que debía estar centrada en mis estudios y ahora.
—Bueno, este caso es excepcional, después de todo Junpei es de una buena familia, hijo único, que está estudiando una buena carrera.
—¿Quieres que esté con ese chico por interés?
Natsuko hizo una mueca, esas palabras no sonaban bien "por interés" Sonaba a mendigar dinero— No es por interés, es por negocio.
—Como sea.— Izumi rodó los ojos— Quieres que esté con él por dinero.
—No quise decir eso.
—Claro que sí.
—Bueno ¿y si fuera así qué tiene de malo?— Preguntó Natsuko— No te haría mal tener amigos adinerados luego de escogiste estudiar una carrera tan...—Buscó la palabra— Simple, que no te servirá para trabajar en la empresa familiar, al contrario, decidiste estudiar una carrera que nisiquiera te permitirá ver con la administración de la emisora.
—Puedo estudiar algo con respecto a eso, tengo tiempo.— Respondió Izumi.
—Pero de aquí a que te termines será tarde.— Respondió Natsuko— Necesitamos las inversiones ahora.— Musitó casi sin pensar.
Izumi alzó una ceja— ¿Las inversiones?— Cuestionó la rubia— ¿Por qué necesitaríamos las inversiones?
Natsuko se mordió el labio inferior.
—Dime ¿por qué dices eso?— Exigió la oji-verde.
—P-porque siempre es bueno tener nuevos inversionistas.— Respondió la oji-azul.
—Si, pero siempre lo ven ustedes, mi padre y tú.— Contestó Izumi— ¿Por qué de un momento a otro me pides que me acerque a ese chico y me hablas de inversiones?
Natsuko simplemente guardó silencio.
—¿La empresa está bien? ¿cierto?— Preguntó la menor.
La mayor observó a su hija y abrió sus labios con intenciones de negar aquella pregunta, sin embargo se retractó de esto. Izumi ya no era una niña, estaba bastante crecida, era una adulta y hasta el momento solo había pérdido su tiempo con sus malas decisiones. Tal vez, ya era momento de ser sincera para que tomara decisiones correctas desde hoy en adelante.
—Pues no.— Respondió Natsuko— La empresa no está bien.
Izumi alzó una ceja sorprendida.
—Ya que estás insistiendo, te respondo.— Musitó la adulta— La empresa no está bien.
—Lamentablemente hicimos un mal negocio. Nuestra economía se vió afectada de una manera horrible, Hiroaki tuvo un problema con uno de los inversionitas, unos clientes se levantaron contra nosotros y unos empleados nos pidieron de una indermización gigante.— Contestó la oji-azul— Perdimos la imprenta que sacaba nuestras revistas y con ello nuestros distribuidores internacionales.
En estos minutos lo único que estaba sosteniendo a la empresa eran dos inversionistas que no estaban al tanto de los problemas, entre ellos el padre de Sora, su amante. Sin embargo, si su empresa posiblemente se verían sus trapos sucios, ya que ese era el único dinero que los mantenía. Pero lógicamente no hablaría de aquello.
—Ahora más que nunca necesitamos una buen inversionista que nos ayude a salir de este problema y la familia Shibayama es una buena opción.— Habló la oji-azul— Ya he tenido pláticas con la madre de Jp y pues, no se ve muy convencida ya que en poco tiempo dejará su puesto en mano de su hijo, si él está de nuestro lado entonces no le quedara otra opción más que invertir.
—Pero ¿qué tan grave es este problema para necesitar sus inversiones?— Cuestionó la oji-verde.
—Bastante.— Respondió Natsuko— Lamentablemente por este mal negocio quedamos una deuda con un banco y que no podamos pagarla significará no solo perder todo, si no que pagar con...—Se detuvo— Con cárcel.
—¿Qué?— Preguntó la rubia— Debe ser una broma.
—Jamás bromearía con algo tan grave como esto.— Contestó la oji-azul.
—¿Hace cuanto viene esto?
Natsuko se mordió el labio inferior— Hace bastante.
—¿Bastante?— Cuestionó la oji-verde— ¿Y por qué no nos habían dicho?
—Ustedes jamás le ha importado la empresa ¿por qué debíamos hacerlo? Además tus hermanos y tú solo nos han decepcionado, dudo que pudiesen sobrellevar algo como esto.
—¡Un minuto! Hace un tiempo...—Habló Izumi— ¿Es por eso que hicieron esa miserable fiesta? ¿Para aparentar que todo estaba bien?
Natsuko hizo una mueca y asintió— Si.— Respondió.
—¿Y respondes tan calmadamente?
—Bueno, no tengo más opción, después de todo, fue la única forma de demostrarle al mundo que todo está bien, ya que si llegaran a saber que tenemos problemas de dinero queríamos en vergüenza frente a todos.— Respondió la madre de los Ishida— Ya mucho tenemos con ustedes y esa bastarda supuesta hija de Yamato.
Izumi frunció el ceño— No la llames así, es tu nieta.
—¿Nieta?— Cuestionó Natsuko— Claro que no lo es, pero no hablaré ese tema contigo.— Después de todo, ella sin saberlo era otra bastarda, el hecho de ser su hija la salvó de la vergüenza— Necesito que ahora más que nunca te centres en lo que te acabé de decir y nos ayudes a sacar la empresa hacia adelante.
—No quiero hacerlo.
—Pues tendrás que hacerlo.
—¿Por qué yo?— Preguntó Izumi— ¿Y no mis hermanos?
—Porque si.— Respondió Natsuko.
Hiroaki ya tenía planes para esos dos y al ser su padre haría prevalecer su palabra, sin embargo, Izumi no lo era, ella podía tomar todas la decisiones que quisiera sobre ella y si podía sacar provecho de eso, lo haría.
—Esa no es una respuesta razonable.
—Bueno, a ti no debo darte explicaciones, ya que debes obedecerme en el cualquier situación. Además ¿tú me preguntaste que estaba ocurriendo?
Izumi apretó su puño ante esto— Si, pero no pregunté porque quiera ayudarte, olvida que saldré con Jp por interés.— Respondió— Nunca estaré con él y es mi última palabra.— Dijo antes de voltear en dirección a la salida.
Natsuko respiró profundo, en verdad su hija estaba siendo necia al no querer obedecer, aún sabiendo las causas de eso prefería resignarse a perderlo todo.
Suspiró.
No quería llegar a este punto, pero debía hacerlo.
—Izumi, lo harás te guste o no.— Habló Natsuko—Ya que si no haces lo que te digo Hiroaki será quién pague las consecuencias.
Izumi se detuvo al escuchar esto y volteo hacia su madre— ¿Qué dices?
Natsuko simplemente se cruzó de brazos— Que si no haces lo que te digo Hiroaki sufrirá las consecuencias, después de todo los contratos tienen su firma y si hay un incumplimiento el caerá.
—¿Él?— Preguntó la oji-verde— ¿Y tú?
—No.— Respondió la oji-azul— Yo no, recuerda que estamos casados con vienes separados.
¡Rayos!
—Él caerá si quebramos. Dime ¿quieres verlo tras las rejas?
Quizás a su madre sí, porque siempre le había hecho la vida imposible, pero a su padre no. Tal vez, Hiroaki de un momento, por una razón desconocida, dejó de ser cercano con ella, pero aún así lo amaba, después de todo era su papá y siempre se preocupó por ella más que su propia madre, Natsuko.
Las manos de Sora temblaron al recibir dos cajas de diferente marca con aquellos objetos en su interior que podrían definir su futuro.
—Aquí tiene señorita sus dos test de embarazo, como usted me lo pidió de dos marcas diferentes.— Musitó la mujer que la atendió al llegar a la farmacia.
La pelirroja tragó saliva, lo que venía a continuación no era una situación nueva, ya se realizó test de embarazo con anterioridad, pero en ese tiempo ella estaba bien con Taichi y sus síntomas jamás fueron tan graves como ahora. Si esta vez el test, mejor dicho los tests salían positivos en verdad estaría sola contra el mundo, porque no tenía un novio que la apoyara y siempre fue consciente de que si llegaba a quedar embarazada antes del matrimonio su familia la desheredaría de la herencia, al menos su familia paterna, porque a parte de ser machista era un pecado para ellos que alguien quedase embarazada antes del matrimonio.
—¿Estos dos?— Refiriendose a los tests— ¿Son los más efectivos, cierto?
La mujer asintió— Si, son los más efectivos le harán saber con certeza si esta o no, embarazada.
Sora tragó saliva.
Tan solo pensar en la posibilidad de estar embarazada se sentía nerviosa y devastada.
No quería tener un hijo del traidor de Taichi.
Tomoko observó atentamente los archivos de su laptop, para ser más específica, los exámenes de la autopsia de aquella cocinera que fue acusada injustamente.
Suspiró.
No quería ser desconfiada, pero ¿cómo era posible que se haya ahorcado? Si, no tenía salida, pero ¿tanto miedo sentía como para tomar esa salida?
Movió levemente la cabeza y cambió de archivo, no valía la pena seguir leyendo ahora lo más importante era analizar los movimientos de Natsuko vínculados con las cifras infladas de aquel lugar.
Fue así como posó su mano en el mouse y cambió de archivo.
Hizo una mueca, le dolía mucho pensar que su amiga estuviera relacionada con los negocios de Kousei a causa de otro idiota como Haruhiko Takenouchi.
Suspiró.
¿Por qué todo ese ambiente se volvió tan tóxico? ¿Es que siempre fue así o estas generaciones nuevas eran el problema?
—Madre.— Una voz llamó su atención y Tomoko alzó su mirada alarmada encontrándose con el mayor de sus gemelos.
—¿E?— Balbuceo— ¿Ko-Koichi?— Posicionó su mano sobre la pantalla de su laptop para tapar lo que estaba leyendo— ¿Q-qué haces aquí?
—Disculpa que te moleste madre ¿estás muy ocupada?— Preguntó el chico.
—¿E?— Nuevamente balbuceo— N-no, bueno algo...— Comentó Tomoko.
Koichi alzó una ceja— ¿Cómo? ¿Si o no?
Tomoko se mordió el labio inferior, necesita calmarse, no podía levantar sospechas— Pues estaba haciendo algo, pero no es muy importante.— Comentó antes de cerrar suavemente su laptop— Dime, mi niño ¿qué necesitas?
—Pues quería preguntar si ¿has visto a Juri y Miyako?
—¿Tus amigas?— Preguntó Tomoko.
Koichi asintió.
—No, no las he visto.— Respondió la mujer.
El adolescente hizo una mueca y observó a su alrededor— Llevo rato buscándolas, pero no las encuentro.
Tomoko hizo una mueca— No deben estar cerca, después de todo es día libre, me sorprende que tú estés aquí, deberías estar disfrutando de este descanso con tus amigos o tu hermano.
—Ojalá pudiera, pero tú sabes que más importantes son mi estudios.— Respondió Koichi— Mientras no termine el semestre, no descansaré.
Tomoko hizo una mueca, generalmente alentaba a los jovenes a estudiar, tener un título, ya sea técnico o profesional, porque con eso podrían defenderse mejor en la vida. Pero sentía quesu hijo en cierta medida se fue a un extremo, era demasiado fanático en sus estudios, cuando él era pequeño pasaron necesidad debido a que ella no tenía un trabajo que le diera mucho y por eso siempre su hijo aspiro a superarse en la vida. Sin embargo, detrás de ese interés por ser mejor profesionalmente, su ambición y codicia aumentaban, algo que no le gustaba, ya que le recordaba a Kousei, su padre.
—Entiendo que quieras esforzarte hijo, pero no te hará mal parar, salir, distraerte, como todos los jóvenes de tu edad.— Musitó la mujer— Sobre todo en un día como hoy, el destino quiso que pudieran salir a distraerse.
—Bueno, en cierta medida lo intenté, pero sin alejarme del Internado.— Respondió Koichi— Pero no funcionó, mis amigas desaparecieron de la nada.
—Si quieres podemos pasar un tiempo de madre e hijo.— Comentó Tomoko.
Koichi sonrió— Me encantaría, pero quedé con unos compañerosen la biblioteca.— Contestó— Tenemos que organizar algunas cosas para nuestro viaje.
—¿Viaje?— Cuestionó la mujer— ¿Qué viaje?
—¿Recuerdas que te dije que en Desarrollo Personal e Interpersonal el profesor escogería diez alumnos al azar para ir a Hiroshima?— Preguntó Koichi.
Tomoko asintió.
—Salí seleccionado, así que nos iremos el Lunes y regresaremos el Jueves.— Respondió el chico.
—¡Wow! Que bien.— Respondió la mujer— Me alegro por ti, supongo que necesitarás dinero para los pasajes y eso.
Koichi asintió— Si, pero no debes preocuparte, usaré parte de la pensión que me da mi padre.
—¿Seguro?— Cuestionó Tomoko.
El Kimura asintió.
—Bueno, de igual forma si necesitas algo, solo dime.— Respondió la mujer.
Koichi asintió— Permiso, iré a la biblioteca.
—Ve.
El chico se acercó a ella y besó su mejilla para luego retirarse.
"Pensión que me da mi padre"
A Tomoko le daba escalosfríos pensar en que parte del dinero que recibian sus hijos venía de los trabajos y negocios ilegales de Kousei.
Suspiró.
Por eso mismo, al hacer el contrato con la DEA firmó un trato en el cuál sus hijosq quedaran libres de todo esto.
Dirigió su mirada hacia su laptop.
¡Bip, bip!
Su móvil sonó.
Fue así como lo sacó de su chaqueta y revisó la pantalla.
Era Rumiko.
¡Rayos! Pensar en Kousei era sinónimo de invocar a su amante.
Suspiró.
Sin dar vueltas respondió.
—Hola.
—Hola Tomoko ¿revisaste el correo que te mandé?
—¿Qué correo?
—Sobre el alumno nuevo.
¿Alumno nuevo?
—No, no he revisado mi correo, así que no he visto tu mensaje.
—Entonces hazlo, revisa tu correo te envíe la información del nuevo alumno que llegará al Internado.
—¿Alumno nuevo?— Cuestionó Tomoko— ¿A estas alturas del año? Llevamos un mes completo, supongo que viene a la preparatoria.
—No, pero eso no lo ves tú, simplemente encargate de acomodarlo en un departamento digno.— Respondió Rumiko.
—¿Y tú no puedes encargarte?— La rubia se había encerrado en su habitación a esperar que la fumigación terminara.
—No, hazlo tú ¿no dijiste que querías trabajar aquí?
La mujer Kimura rodó los ojos, odiaba que esa mujer le diera ordenes— Está bien.— Respondió antes de cortar, no quería continuar hablando con ella. Dejó su móvil en la mesa y abrió su laptop. Sin embargo antes que pudiera ingresar a su correo su móvil nuevamente sonó.
¡Bip, bip!
Su móvil sonó.
Lo levantó de la mesa y observó la pantalla.
Su hijo menor, Kouji, la estaba llamando.
Contestó.
—¿Hola?
—Hola mamá.— Habló
—Hola mi bebé.— Respondió la mujer.
Si, bebé, era su hijo menor después de todo.
—Madre, disculpa que te llame, pero ¿estás muy ocupada?
—Más o menos.— Contestó Tomoko— ¿Por qué? ¿Ocurre algo?
—Necesito que vengas a la clínica de Thomas, por favor.
¿De su sobrino?
—¿Por qué mi vida?— Preguntó la mujer.
—Porque Mimi tuvo una crisis.
¿Qué?
Hikari abrió rápidamente la puerta del baño, cerrandola detrás de ella luego de entrar.
Volteo en dirección al sanitario, subió la tapa y se arrodilló frente a él.
Hizo una mueca, en verdad sentía ganas de devolver todo, la culpa que sentía por haber consumido aquellas papas francesas era enorme.
¡El entrenamiento de esa mañana se fue a la basura! ¡Por su glotonería y debilidad! ¡En verdad era una idiota!
Se mordió el labio inferior, lo que haría ahora era algo que jamás pensó hacer, pero la culpa era demasiada, por lo débil que fue al comer esas papas, por no hacer mayor ejercicio, por ser tan gorda y horrible.
Rápidamente llevó sus manos a su boca, introdujo sus dedos hasta su garganta.
Las arcadas se hicieron presente junto a un líquido agrio que lleno su boca.
Tosió ante esto, pero nuevamente introdujo sus dedos y luego de otras arcadas toda devolvió toda esa porción de papas fritas.
La mano de Sora tembló absolutamente al ver el primer test que se había hecho.
Tragó saliva mientras mantenía sus ojos cerrados. No quería ver la respuesta. Si, no era primera vez que se hacia uno, pero esta vez a diferencia de otras, estaba sola, Taichi no estaba a su lado tomando su mano y diciendole que todo estaría bien.
Su novio no estaba a su lado con una sonrisa inspirandole confianza, porque pasase lo que pasase estaría con ella.
Ese chico, ya no estaba a su lado, porque ya no confiaba en él. Al contrario, solo quería que desapareciera de su vida. Pero si este test salía positivo jamás podría sacarlo de su vida, porque tendría una parte de él en su vientre.
Una criatura...Un bebé...Un hijo.
¡Rayos! Le dolía el estómago tan solo pensarlo, todavía era muy joven para tener a un bebé, aún ni siquiera cumplía la mayoría de edad frente a la ley japonesa, no tenía un trabajo, ni su carrera, vivía todavía bajo la economía de sus padres, quienes probablemente no aceptarían su embarazo. Bueno, su madre en cierta medida sí, pero su padre no, porque su familia paterna era machista, conservadora y demasiado clasista, esto le traería problemas.
Respiró profundo intentando calmarse, aun no veía el test, así que no debía pensar en lo negativo, quizás fuera otra falsa alarma, después de tantos tests fallidos podía esperar cualquier cosa, finalmente tenía el implante y ese era uno de los métodos más efectivos del mundo, tenía solo 1% de fallar. Ella no podía tener tan mala suerte pertenecer a ese uno porciento ¿no?
Suspiró.
Lo mejor sería ver el test.
Fue así como luego de diez segundos más con los ojos cerrados finalmente se armó de valor y dirigió su mirada hacia el test, su primer test, el cuál decía...
¡Rayos!
—Takato disculpa la tardanza.— Musitó Rika al llegar junto a su castaño favorito y besó sus labios rápidamente.
—No te preocupes.— Respondió el Matsuki— Pero, dime ¿por qué te tardaste tanto?
—Fui a buscar la laptop de mi madre, pero me terminé encontrando con Ryo y discutimos.— Respondió Rika— Como siempre.
Takato hizo una mueca, ya se podía imaginar la razón por la cuál habían discutido— ¿Por qué discutieron?
La Nonaka se mordió el labio inferior— De...—Tragó saliva— Nada importante, él sigue molestando con lo mismo de siempre.— Rodó los ojos—Es insoportable.— Finalizó antes de abrir la laptop.
El castaño se mordió el labio inferior, no quería ser insistente u obsesivo con este tema, pero sentía que la pelirroja estaba evadiendo aquel tema, simplemente se basó en culpar a Ryo luego de saber que él tenía toda aquella información en su poder y después hizo todo lo posible para cerrar ese tema, como si no quisiera hablar de eso.
—Rika disculpa que toque este tema, pero desde que viste la carpeta has tenido muchos roces con Ryo, porque crees que él fue quién me habló sobre...—No quiso decirlo textualmente— Bueno, ya sabes.
—No es necesario que hablemos de ese tema ¿si?— Habló Rika— Para mí es un tema cerrado.
—¿Cerrado?— Cuestionó el castaño— Disculpa si soy entrometido, pero si discutes mucho que Ryo significa que no es tan cerrado.
La pelirroja dirigió su mirada hacia Takato un tanto alarmada, de verdad no quería hablar de ese tema.
—Takato no es necesario que le demos mucha importancia.
—Por tu forma de actuar creo que es bastante importante para tí.— Respondió el Matsuki.
Rika se mordió el labio inferior, realmente no tenía interés de tocar ese tema. Sin embargo...
Al parecer, por más que había intentado evadir aquel tema con una conversación cortante, Takato tenía más curiosidad de lo que debía tener.
Suspiró.
—Takato, ya te dije la razón.
—Si, pero fuiste muy cortante.— Musitó Takato— Y pasaste muy rápidamente a culpar a Ryo, sin muchas explicaciones. Dijiste que era un tema complicado, como una simple conversación, pero de la forma en que has reaccionado con ese chico me hace pensar que esa más que complicado si no que...—Buscó la palabra adecuada— Es como si temieras de algo.
—¿Temiera de algo?— Cuestionó Rika.
El castaño asintió— Dijiste que en su momento me dirás la razón, pero ¿cuando llegará ese día? ¿por qué es tan difícil decirlo ahora?
—P-por...—Rika tragó saliva nerviosa— Porque...— No esperaba que Takato le hiciera preguntas, ella intentó pasar lo más rápido posible aquel tema, considerando que Ryo fue quién le dió esa carpeta, si ella pasaba de aquello rápidamente el Matsuki rápidamente olvidaría ese tema. Sin embargo, pareció no funcionar.
Suspiró.
La pelirroja se mordió el labio inferior, en verdad era difícil hablar de aquello— Mira, yo sé que en esa carpeta encontraste mucha información...—Tomó su mano— Sin embargo, todo te lo explicaré, pero todo en su debido tiempo.— Suspiró— Antes necesito que confíes en mí ¿si?
—Pero ¿por qué me dices esto?— Preguntó Takato— ¿Acaso crees que no confio en ti?
—No es eso.— Respondió la pelirroja— Es simplemente que todavía llevamos poco tiempo y tengo miedo que al saber todo lo que pasó tú...—Tragó saliva— Tú me dejes de querer.
—¿Por qué crees que haría eso?— Cuestionó el castaño— ¿Qué tiene que ver esa noche?
—Porque...—Suspiró— En aquel tiempo yo no estaba en buenos caminos y...—Nuevamente intentó tragar el nudo que tenía en la garganta—En esa noche ocurrieron cosas no muy agradables.— Musitó Rika— Y todo a causa de...—Bajó la mirada y suspiró— Errores de nosotros.
—¿Errores?— Preguntó el castaño— ¿Qué errores?
La pelirroja bajó la mirada— Muchos que...—Dolía aquello— Desembocó en la muerte de una persona que quería mucho y que culminó en la condena de...—Se detuvo.
Takato alzó las cejas sorprendido ante esto— ¿E-en la condenada de?— Repitió curioso.
Rika simplemente se mordió el labio inferior, esto era difícil— Disculpame Takato si no puedo hablar de ello, pero es difícil para mí.— Alzó la mirada— Como dije, tal vez en algún momento te diré, pe-pero ahora n-no puedo.
Takato hizo una mueca, la mirada de Rika era triste.
La pelirroja llevó sus manos a su rostro— ¿Sabes? Me da pena que tengas tantas preguntas a raíz de aquello que Ryo te dijo.— Suspiró— Sobre todo ahora que estamos comenzando una relación...
Ese chico demostró ser demasiado bueno, la ayudó a superar su problema con las drogas, sin embargo, no sabía si soportaría saber lo otro, era una situación muy compleja y de alguna manera, cada vez que pensaba o mencionaba esa situación se sentía mal y no solo por la muerte de su amigo, Henry.
Takato hizo una mueca, Rika no le decía mucho, él ya sabía muchas cosas sobre aquello, pero era evidente que le estaba siendo difícil hablar de ese tema. Suspiró, tal vez no era bueno presionarla— Hey, tranquila.— Le habló— Disculpa si te presioné mucho.— Tomó sus manos— No quería ser muy insistente, pero no pude evitarlo luego de todo esto.
—No te preocupes, entiendo que tengas curiosidad.— Comentó la pelirroja— Pero, comprendeme, para mí es difícil no quiero que te desiluciones de mi cuando apenas llevamos unos días empezando algo.
—Tranquila, yo solo quiero hacerte saber que puedes confiar en mi ¿si?
—No es necesario, yo ya lo sé.— Respondió la Nonaka.
Takato sonrió de lado, acarició su mejilla y luego unió sus labios en un beso.
Taichi retiró la polera de su cuerpo y suspiró.
Estaba un tanto sudado, no tuvo entrenamiento, sin embargo, decidió entrenar sus penales para descargar su ira.
Suspiró.
¿En qué minuto todo cambió? Ahora estaba verdaderamente solo.
Unas manos sobre sus ojos lo sacaron de sus pensamientos.
—¿Quién soy?— Una voz femenina le habló al oído.
Taichi rápidamente volteo— Catherine ¿qué haces aquí?
La rubia sonrió— Vine a verte.— Depositó sus brazos en su cuello.
El castaño se alejó— No debes estar aquí, este es el camerino de hombres.
—Lo sé.
—Entonces ¿por qué estás aquí?
—Ya te respondí, quería verte.
—Catherine pensé que habíamos dejado en claro que respetaríamos el espacio del otro.— Habló el castaño.
—Si lo acordamos, pero no pude evitar venir a visitarte.— Respondió la rubia— Tenemos toda la tarde libre, podríamos hacer algo juntos ¿no? Para divertirnos.
Taichi hizo una mueca, luego de esa discusión con su hermana debido a la noche pasional que tuvo con Catherine no estaba de ánimos.
—No tengo ganas.— Respondió mientras sacaba su toalla del casillero.
La rubia hizo una mueca— ¿Por qué no? No tienes entrenamiento y faltan varias horas para regresar al Internado.— Comentó— Además, tus amigos no están, no tienes con quién pasar la tarde, ni siquiera tienes a Sora.
Taichi apretó su puño, odiaba recordar ese detalle.
Catherine sonrió y llevó una mano al cierre de su falda para dejarla caer.
—¿Qué haces?
—Comenzar nuestra diversión.— Respondió la rubia antes de abrir su blusa.
Taichi se mordió el labio inferior al ver el cuerpo de la francesa, debía admitir que aventurarse en su cuerpo era agradable.
—¡Vamos! Ya todos saben que algo ocurre entre nosotros, disfrutalo.— Animó Catherine antes de ingresar a la ducha y dejar caer el agua.
¡Rayos!
Pensó Taichi.
Los pezones se traslucieron, la ropa se ajustó a su cuerpo.
Suspiró.
¿Qué más le quedaba? Catherine tenía razón, ya todos sabían lo que había hecho y ya era tarde para que se arrepintiera.
Fue así como ingresó en la ducha y tomó a la chica entre sus brazos para besar sus labios mientras sus manos se encargaron de comenzar a masajear su cuerpo.
—¿Fuiste a ver a tu hija?— Preguntó Tomoko.
Mimi asintió en silencio.
—Pero...—La oji-azul llevó sus manos a su rostro decepcionada— Mimi ¡Te dije que no hicieras eso!
¡Esto era el colmo! En la mañana su primer y único consejo fue que no fuera a hablar con Alice. No quiso ser insistente, pensó que con solo decirlo entendería, sin embargo, no funcionó, fue grande su sorpresa al recibir la llamada de Kouji avisandole que Mimi estaba en la clínica por una crisis de pánico. Peor fue cuando supo la razón.
—Lo sé.— Respondió la castaña— En verdad lo siento, usted me dijo que no debía, pero no pude evitarlo.
—Pero Mimi, esto no es...—Llevó una mano a su frente y se mordió el labio inferior, no quería regañar a la Tachikawa, aunque debía, finalmente no era lo que ella le recomendó, sin embargo no había caso— Bueno, Mimi ya no podremos hacer nada.— Comentó, no ganaba nada con regañarla, menos en el estado que estaba, sin embargo debía ser consciente de lo que había hecho— Pero tienes que tener en cuenta que esta visita te va a jugar en contra frente a esta demanda, ya que fuiste sola y más encima, tuviste una crisis, Alice usará todo esto en tu contra.
—¿Puede hacerlo?
—Pues claro, sin un abogado tú estás vulnerable frente a ella, mucho más siendo adolescente todo lo que hagas sin un adulto lo utilizará en su contra, lamentablemente.— Habló Tomoko.
¡Rayos! Ella no quería eso. Mimi bajó su mirada, en verdad fue mala idea actuar por impulso. Nunca pensó que las cosas salieran tan mal, jamás se hubiera imaginado que Yamato y sus hermanos llegaran hasta ahí, las cosas con ella sola ya estaban saliendo mal, con los Ishidas habían salido peor.
—Jamás quise que esto saliera así.— Habló Mimi— Lamentablemente dejé llevar por mis impulsos y enojo, he hice las cosas sin pensar.
—Toma esto como aprendizaje para más adelante.— Comentó la Kimura— La prudencia y la paciencia deben ser tus principales aliadas.— Tomó su mano— No puedes dejarte llevar por tus impulsos, si quieres recuperar a tu hija debes vencer aquello ¿si?
Mimi asintió en silencio, luego de lo vivido obedecería a Tomoko en todo lo que fuera posible.
—Permiso.— Musitó Thomas antes de sacar el termometro de la castaña y lo revisó— La temperatura está bastante bien, sin embargo la presión se registro muy alterada, lo que es normal luego de una crisis de pánico, sin embargo, te recomedaré que pases a ver al terapeuta, justo tiene unos minutos disponibles y podrá hablar contigo.
—¿Es muy grave lo que tiene?— Preguntó Tomoko.
—No, pero considerando que las crisis las ha tenido seguido y no hace mucho estuvo internada aquí, es importante que vea a un especialista pronto para que le ayude a sobrellevar estas crisis, ya que no siempre conllevan un problema de salud, si no que sensaciones que ella misma podría controlar, claro con ayuda de un terapeuta que le dé una pauta para hacer esto.— Respondió el rubio.
—Comprendo.— Musitó la Kimura y volteo hacia Mimi— Creo que tendrás que ir donde el terapeuta.
Mimi asintió— Si.
—¿Dónde tengo que firmar para validar el seguro escolar del Internado?— Tomoko le preguntó al oji-azul— Supongo que todavía está el convenio entre el Internado y esta clínica.
—¿Convenio?— Thomas alzó una ceja— ¿Qué convenio?
—El convenio que realicé con tu padre cuando recién abrí el internado.— Respondió Tomoko— Ya sabes, a causa de mi hermana, tu madre, no le quedó opción.
Con ese convenio las hospitalizaciones de sus estudiantes o atenciones médicas saldrían más baratas.
—Disculpa tía, pero ese convenio se eliminó hace un tiempo.— Respondió el rubio.
—¿Qué?— Preguntó la pelinegra— Debe ser una broma, yo misma me encargué de que ese convenio fuera indefinido.
Thomas hizo una mueca— Lamentablemente se eliminó por razones que desconozco, ahora el Internado está vínculado al hospital dirigido por los Kido.
¿Qué?
¿Con esa clínica?
—Eso significa que tendrá que pagar en efectivo todo el tratamiento.— Respondió el rubio.
Tomoko alzó las cejas sorprendida, no esperaba esta declaración.
Mimi al ver la cara de señora Kimura no pudo evitar sentirse alarmada— Señora Kimura, si hay problemas puedo llamar a mi padre para que pague los gastos, incluso yo misma podría con mi mesa...
—No, Mimi.— Contestó Tomoko— No te preocupes, el seguro del Internado por cada estudiante corre con los gastos.— Quizás tendría que pagar más de lo esperado, pero eso no era lo importante.
Lo preocupante y alarmante era el convenio con los Kido, ya que en esa clínica, para ser más específica en el área forense se le realizó la autopsia a la antigua cocinera que supuestamente se suicidó luego de caer a prisión.
Llevó una mano a su mentón.
Si el Internado estaba ligado al hospital de los Kido significaba que podría haber más información desconocida para la DEA.
¿Y si los exámenes de la autopsia que le hicieron a esa mujer no eran reales?
Según los exámenes que tenía la DEA, la cocinera se suicidó con una soga al cuello ¿Y si había algo más?
~Horas después~
Kiriha y Nene se detuvieron luego de ingresar al Internado.
—Que mal olor.— La castaña musitó antes de llevar su mano a su nariz.
—Es el químico de fumigación.— Comentó el rubio.
—Es horrible.— Fue así como ambos se apresuraron a subir la escalera hasta llegar al primer piso.
—Bueno creo que aquí nos separamos.— Musitó Nene—Me divertí bastante, esta tarde.
El rubio no quería admitirlo en voz alta, pero él también. Luego de aquel trago amargo que vivía siempre cuando iba al cementerio a ver la tumba de sus padres, estar con aquella chica fue bastante agradable.
—Cantas bastante bien.
—Lo sé, ya te había dicho que cantaba bien.— Musitó Nene.
—¡Wow! Que humildad.— Repitió su frase con ironía.
Nene simplemente rió.
—Hablando enserio me agradó esta salida.— Habló Kiriha, hace mucho no salía con una chica en ese plan de amigos similar a una "cita" Sin alguna doble intención más que hablar. Debía admitir que fue agradable.
Nene sonrió— A mi igual.
Las horas en el bar pasaron muy rápido, ambos ni cuenta se dieron cuando ya era de noche.
—Bueno, en las películas aquí es la parte donde los dos enamorados se despiden con un beso, pero en tu caso, llevas a la víctima a la cama.— Comentó Nene con una sonrisa.
—Exacto.— Respondió Kiriha— Pero no tendrás el honor esta vez.
—No, por favor, yo si quiero, soy tu más grande admiradora, muero por estar contigo y sacarle en cara a las demás que yo si estuve entre tus brazos una segunda vez.— Musitó Nene irónica y burlonamente.
—A muchas les gustaría.— Comentó el rubio.
—¡Que humildad!— Exclamó Nene de la misma forma en que el rubio lo había dicho.
Kiriha simplemente movió la cabeza con una sonrisa en el rostro— Bueno, ya me debo ir.
—Yo también, estoy agotada.— Respondió la castaña antes de acercarse y depositar un beso en su mejilla— Buenas noches.
El rubio sonrió de lado— Buenas noches.
Fue así como ambos se separaron, el rubio cotinuo subiendo por las escaleras y Nene llegó hasta su departamento con una sonrisa en el rostro, nunca se hubiera imaginado que podría tener tan buen día con ese chico, sin necesidad de pasar a más.
Se había divertido y era agradable, luego de todos esos días en los cuales la pasó mal.
El auto de Kouji se detuvo en el estacionamiento del internado.
Ya era de noche, la Luna brillaba con todo su esplendor, las estrellas también. Sin embargo, Mimi no veía la luz, ya que todo era oscuro para ella, por todo lo vivido en ese día.
—Llegamos.— Musitó el Minamoto.
Mimi desabrochó el cinturón—Muchas gracias Kouji por traernos.— Agradeció antes de abrir la puerta y bajar del auto.
Takuya hizo una mueca— Hey, Mimi espera.— Comentó antes de desabrochar su cinturon y también bajar del auto.
Kouji y Damar dirigieron su mirada hacia la oji-miel, quién se alejaba del lugar.
—Mimi no está bien.
—No.— Respondió la castaña.
Desde que salieron del hotel la castaña no decía palabra, habían llegado a la clínica la terapeuta la había revisado, pero no habló más de lo necesario. Eso era preocupante.
—No es para menos.— Damar respiró profundo y se relajó en el respaldar del asiento de terciopelo.
Kouji la observó—Fue un día intenso.
—Demasiado.— Musitó la castaña— Estoy agotada.
—Me imagino.— Comentó el Minamoto, para él también fue un día agotador.
—Muchas gracias por toda la ayuda que nos diste hoy.— Habló Damar— No debió ser agradable estar involucrado en este horrible lío.
—No lo fue, pero alguien debía hacerlo.— Respondió el Minamoto— Yamato es mi amigo no me gusta ver que esté actuando como idiota.
Damar hizo una mueca— Lamentablemente se está dejando llevar por la rubia.
—Si, pero Yamato siempre fue alguien con el cuál se podía hablar y razonar.— Contestó Kouji— Pero ahora ni eso puedo hacer.
La castaña suspiró— Créeme, yo no reconozco a quienes un día fueron mis amigos, Takeru, Izumi.— Comentó— Tú sabes que siempre relacioné más con ellos, los consideraba parte de mi vida, pero parece que la rabia que sienten es peor.
Kouji asintió—En verdad estaban enojados, nunca los vi de esa manera.
—No es para menos, ellos creen que queremos alejarlo de Nat.— Respondió Damar.
—¿Sabes? Hay algo que no entiendo, el habla de una demanda.— Comentó Kouji— Pero pareciera que no habla de la misma demanda que recibieron ustedes, ya que le recrimina a Mimi como si ella permitiese que Alice lo aleje de él, cuando es todo lo contrario.
—Ni siquiera yo entendí todo el lío de hoy ¿sabes?— Musitó la castaña y observó el cielo por el parabrisa— Alice me habló de una manera tan abrupta, literalmente me quitó a Natsumi de las manos, eso jamás había sucedido.— Suspiró— Cuando yo simplemente quería ayudarla, porque no se sentía bien, ya sabes, no buscaba molestarla.
Kouji hizo una mueca y acarició la mejilla de la castaña— Simplemente está enojada, ya sabes, por todo lo que está ocurriendo. No te sientas mal.
—Me gustaría no hacerlo, pero me dejó tan desconcertada.— Habló la castaña, ese comentario sobre su apariencia física y su conducta fue más doloroso que un golpe.
—No es para menos, pero debes estar tranquila.— Respondió el Minamoto acarició su rostro.
Damar sonrió— ¿Sabes? Lo único que me podría mantener tranquila en estos momentos es...
—¿Es?
La castaña suspiró— Un abrazo de mi mamá, pero no está aquí.— Hizo una mueca— Por culpa de Rumiko.
Kouji hizo una mueca— ¿Has intentado contactar a tu padre para hablar de aquello?
—Lo intenté antes de caer en la clínica.— Respondió Damar— Pero ahora no creo que sea lo mejor.— Suspiró— Lo que menos necesita Mimi en estos minutos es tener a nuestro padre aquí, solo le traerá problemas.
Si, en eso tenía razón.
—¿Sabes? Había pensado en ir a denunciar directamente a Rumiko, pero luego de esto creo que hacer una demanda con otra demanda encima nos podría jugar en contra.
—Debes hablar con mi madre.— Contestó Kouji— Satomi te dirá si es lo mejor o no.
Damar suspiró— ¿Sabes? Desde que regresé todo va de mal en peor.— Musitó— Pareciera que nunca van a acabar las cosas malas y eso provoca que me sienta horrible.
—En algún momento todo se solucionará.— Respondió el Minamoto, tal vez no pronto, pero estaba seguro que ese día llegaría.
—Ojalá que luego, porque ahora simplemente siento que...—Damar suspiró— Me siento terrible.— Esas palabras de Alice en verdad la habían afectado y aquellas discusiones de sus hermanos con los Ishida la hicieron sentir bastante mal, quizás no estuvo presente, pero discutir con aquellas personas que siempre fueron cercanos a ellos, provocaba que se sintiera pérdida.
¿Cuando se convirtieron en unos desconocidos? ¿Desde cuando comenzaron a desconfiar entre ellos? ¿Enserio los odiaban?
—Si no te sientes bien puedes quedarte conmigo esta noche.
Moría de pasar esta noche con ella, aunque fuera en plan de solo estar abrazados como la noche anterior. Amaba sentir su agradable aroma, tomar sus suaves manos y besar sus labios.
—Me encantaría.— Respondió la chica— Pero debo estar con Mimi, ella no se siente bien.
—Comprendo.— Respondió Kouji.
Ambos entrelazaron los dedos de sus manos.
—Pero si quieres, podríamos mañana estar la tarde juntos o la noche.— Musitó la castaña—Amo que me des tus consejos ¿sabes? En cierta medida me alegra que tu padre no te deje estudiar psicología.
El Minamoto alzó una ceja sorprendido— ¿Por qué dices eso?
—Porque no soportaría que le dieras tantas palabras de apoyo o le dijeras palabras tan bonitas a otras personas, amo ser tu única paciente.— Musitó la castaña.
—¿Eso suena a celos?
—Tal vez.— Musitó Damar de una manera juguetona, buscando de alguna forma subir el ánimo que en ese día quedó por el suelo luego de tantos problemas.
Kouji simplemente rió y se acercó a la castaña— Aunque fuera psicólogo tu siempre serías mi paciente exclusiva.
—¿Así?— Preguntó la castaña— ¿Qué tanto?
El Minamoto tomó su rostro entre sus manos y besó sus labios con el deseo que le provocaba cada vez que los tenía cerca.
—Nuestra hermana se está demorando ¿e?— Takuya habló con su mirada en el auto.
Mimi observó atentamente a su hermana, tenía una sonrisa en el rostro, no era para menos, estaba con Kouji. Desde el día en que se conocieron algo nació entre ellos que trasmitía confianza y seguridad.
Suspiró nostálgica.
Ella hace un tiempo había estado así con Yamato, pero ahora ya no era posible, porque el rubio la odiaba luego de haberle ocultado a su hija, hoy quedó demostrado.
Y dolía recordarlo.
Yamato era su primer y único amor.
Jamás hubo otro hombre en su vida, solo él. Siempre fue importante, así como ella creyó serlo en su vida, pero...
Ahora le estaba demostrando que no.
Takuya sintió que alma se le iba del cuerpo cuando el Minamoto se acercó a Damar para besar sus labios.
—Permiso, iré a decirle que se apresuré.— El moreno se acercó al auto y abrió la puerta lateral derecha—Ejem.— Interrumpió provocando que se separaran— Hey, Damar ya has estado mucho tiempo aquí, es momento de que bajes.— Habló evidentemente no muy agradado por ver a su hermana con su amigo.
Damar rodó los ojos, algunas veces su hermano podía ser muy inoportuno— Voy altiro.
Takuya asintió— Eso espero.— Musitó antes de cerrar la puerta del auto.
—Takuya es tan...
—¿Insoportable?— Kouji completó la frase— Ya lo sabía.
Damar simplemente rió para sus adentros— Bueno, me voy.— Comentó antes de depositar un rápido beso en sus labios.
—Descansa.— Musitó el Minamoto.
La castaña asintió. Sin embargo, antes de abrir la puerta su reflejo en uno de los espejos provocó que se detuviera. Aún había algo que debía quitarse de la cabeza.
—Kouji.— Lo llamó.
—¿Si?— Preguntó el pelinegro.
La castaña dudó unos segundos antes de preguntar, sabía queesta pregunta sería extraña e inoportuna para el Minamoto, pero debía hacerlo.
—Dime ¿qué piensas de mí?
El oji-azul alzó una ceja— ¿De ti?— Preguntó— ¿En qué sentido?
—En el sentido de...—Señaló todo su cuerpo— Como me veo, ya sabes, físicamente.
—¿Físicamente?
—Con mi ropa y mi maquillaje...— Tomó su cabello— Con mis mechones ¿Luzco muy temible?
—¿Por qué preguntas eso?— Kouji se sintió desconcertado ante su pregunta.
—Es que...—Damar suspiró— Tú te enamoraste de mi cuando era de una manera muy diferente, tanto psicológica como conductual y sobre todo físicamente. Ya sabes, antes no era lo que soy ahora y tal vez...—Hizo una mueca— Bueno, sé que en comportamiento he sido todo un desastre, pero ya no quiero serlo, sin embargo no creo que mi apariencia lo demuestre, porque demuestra mucho que ya no soy esa chica centrada, buena e inocente que fui antes.
Kouji analizó todas las palabras que la chica había dicho. Y si, tenía razón, ya no era igual a como era antes, físicamente no lo demostraba. Pero esos días que estuvo con ella le quedó más que claro que aquella niña de la cuál se había encantado en primera instancia continuaba ahí.
—Damar, como te veas físicamente no importa.— Respondió el Minamoto— Los que estamos cerca tuyo sabemos que sigues siendo la misma de antes, salvo por algunos cambios que se dieron por todo lo que has tenido que vivir. Pero que quieras demostrarlo con tu apariencia no es algo malo.
—¿Tú crees?— Preguntó la castaña— Dime, si hace años me hubieras conocido de esta forma ¿te hubieras enamorado de mí?
Era curioso que lo dijera, ya que en el momento que la conoció apenas tenía seis años, utilizaba dos coletas decoradas por dos listones rosas (Qué generalmente terminaban en el suelo, porque los odiaba) y su rostro angelical de niña, la cuál cambió con el paso de los años y que cada vez le gustó más.
No iba a negar que todo ese maquillaje oscuro en cierto modo le molestaba porque no le permitía ver su rostro completamente, sin embargo, eso nunca significó un problema para él.
—Tú sabes que para mí nunca ha sido tema la apariencia física.— Contestó Kouji.
—¿Eso qué significa?— Refiriendose exactamente a la respuesta a la que quería llegar ¿se hubiera enamorado de ella si o no?
—Significa que, aunque te haya conocido vestida de esta forma, como niña, como porrista, futbolista o lo que sea jamás me hubiera importado.— Respondió el Minamoto—De igual forma me hubiera enamorado de ti porque te conozco.
—¿Y si no me conocieras?— Preguntó Damar— Si no supieras que soy de esta forma, como ya sabes que soy, o simplemente quisieras ignorar como soy en realidad ¿Te causaría confianza?
Kouji no pudo evitar sentirse verdaderamente desconcertado— ¿Por qué me haces todas estas preguntas?
La castaña hizo una mueca— Es que...—Tragó saliva— Simplemente quiero saber, luego de todo lo que ocurrió no creo que sea de mucha ayuda para mi hermana si no soy apta para cuidar a mi sobrina.
—¿Por qué dices eso?— Cuestionó el Minamoto— ¿Alguien te dijo algo?
—Alice.
—¿Qué te dijo?
—Pues...
Takuya abrió nuevamente la puerta— ¡Damar es tarde!
La castaña rodó los ojos molesta.
—Deja de ser tan insistente Takuya.— Respondió esta vez Kouji, verdaderamente molesto por la actitud del moreno.
—Lo siento, pero cuando trata de proteger a mi herma...
—¿Proteger?— Cuestionó el oji-azul— No confundas protección con tus celos.
Takuya frunció el ceño y dirigió su mirada hacia su hermana— Damar, vamos.
Damar suspiró, en verdad odiaba esta actitud de su hermano, pero no iba a responder, no quería discutir, estaba demasiado cansada.
Fue así como volteo hacia el Minamoto.
Está vez fue el chico de ojos azules tomó su rostro por el mentó y se acercó a ella para besar sus labios.
Takuya frunció el ceño y apretó el puño.
—Nos vemos mañana.— Musitó Damar cuando se separaron.
Kouji asintió— Descansa.
—Tú igual.— Contestó la castaña antes de bajar del auto.
Takuya cerró la puerta y volteo enfadado hacia su hermana—¿Era necesario ese beso de despedida justo en mi presencia?
Damar rodó los ojos molesta.
Takuya en verdad no tenía caso.
Volteo en dirección a su hermana y caminó hacia ella.
—Hey, te estoy hablando.— Musitó el moreno.
Los Tachikawa ingresaron al Internado.
—Hermana, como todas las noches, mi habitación y departamento están disponibles para ti.— Damar le habló a Mimi, luego de esa discusión con los Ishida suponía que Mimi no tendría interés de encontrarse con Izumi.
—Gracias princess, pero no quiero molestarte más, ya has hecho mucho por mi y dudo que quieras pasar otra terrible noche conmigo.— Musitó la oji-miel. La noche anterior se habían salvado de dormir juntas porque su hermana se quedó con Kouji, sin embargo, la antenoche habían dormido juntas y fue un suplicio.
—Hey, no es un problema.— Habló Damar— El sofá es un lugar bastante agradable para mi, dormiré ahí.
—Pero...
—Nada de peros, pero yo quiero que estés bien.— Musitó la menor.
Mimi sonrió, su hermana sin duda era un regalo para ella, tener su apoyo, así como tener el apoyo de Takuya eran lo único que la mantenían en pie después de la muerte de su madre.
—Gracias sis.— Habló la mayor— Pero, aunque tuvimos problemas con los Ishida, no puedo seguir huyendo de mis problemas, entre ellos, no puedo continuar evitando a Izumi, ambas tenemos que aprender a convivir en el mismo departamento, además, está el hecho de que quiero buscar mi ropa, ducharme.
—¿Estás segura?— Preguntó Damar.
La oji-miel asintió.
—Si tienes algún problema con Izumi no dudes en llamarnos.—Habló el moreno.
—Tranquilo.— Habló Mimi— Luego de lo que pasó no da miedo defenderme sola. Además, luego de todo lo que pasó dudo que Izumi tenga ganas de continuar discutiendo.
—Eso espero.— Comentó Takuya— Pero de igual forma, si algo sucede no dudes en ir por mi.
Mimi asintió y se acercó al moreno— Claro hermanito.— Musitó antes de depositar un beso en mejilla.
Fue así como los tres se dispusieron a subir las escaleras, sin embargo Damar se detuvo al escuchar su móvil sonar.
¡Bip, bip!
Alzó una ceja y sacó su móvil de su chaqueta.
Tenía un mensaje.
(De: Kiriha)
Ya di mi primer avance, en breve Nene queda a mis pies.
Yamato y Takeru al llegar al internado descendieron de la moto.
—¡Qué día!— Exclamó el menor, si hubiera sabido que viviría todo esto, no se hubiera levantado de la cama.
Yamato suspiró.
—¿Cuando planeas llamar a Satomi?
—Mañana.— Respondió el mayor— A primera hora, por lo que sé estará un tiempo aquí, así que buscaré tener una reunión pronto con ella para ver que podemos hacer.
Takeru hizo una mueca— Hermano, disculpa que te lo pregunte otra vez, pero ¿estás seguro que quieres seguir enfrentado con Mimi?
—¿Para qué preguntas?— Preguntó Yamato— Yo no soy el que quiere estar enfrentado con Mimi, ella fue quién comenzó todo esto.
—Lo sé, pero tú...—Takeru dudó antes de musitar lo otro— La amas.
Yamato se mordió el labio inferior ante esto "amar" siempre fue una palabra que asoció a Mimi, ya que jamás se sintió más atraído que por ella, sin embargo, su desilución fue tan fuerte como lo que sentía por ella.
—¿O amabas?— El menor preguntó.
Aquellas palabra en pasado lo dejaba pensando.
¿Enserio ya no sentía lo mismo?
El mayor frunció el ceño— Takeru, no estoy de ánimos para hablar de sentimientos.— Suspiró— Lo único que quiero es olvidar que viví este día.
Takeru hizo una mueca, comprendía el enojo de su hermano, pero temía que actuara más por venganza de una desilución amorosa que por hacer justicia.
—Está bien.— Respondió el menor.
Fue así como luego de apagar la moto los dos caminaron hasta el Internado e ingresaron en él. En la entrada se encontraron con cierta chica de cabello rubio, ojos lila-rosa.
—Yamato.— Musitó— Que bueno que llegas, te estaba esperando.
—Nanami.— El mayor pronunció su nombre.
Takeru pasó una mirada por la chica— Hola Nanami.— Saludó por cortesía y luego dirigió su mirada hacia su hermano— Hermano, los dejaré solos, necesito dormir.
Yamato asintió.
—Buenas noches.— Musitó Takeru antes de dirigirse a las escaleras.
—Buenas noches.— Respondieron tanto Yamato como Nanami.
Cuando ya quedaron solos Yamato dirigió su mirada hacia la chica.
—¿Y?— Preguntó Nanami.
—Tenías razón, Mimi va a intentar quitarme a mi hija.— Respondió el oji-azul.
Nanami hizo una mueca ante esto, no sabía exactamente que había ocurrido, pero por dentro se alegraba al ver a Yamato de esa forma, cada vez estaba más lejos de Mimi.
—Me imagino que las cosas no fueron muy bien allá.
—Pues no, no lo fueron.— Contestó el chico— Mimi demostró ser una mentirosa, ni siquiera teniendome en frente se atrevió a decirme la verdad y lo peor es que Alice se cree con derecho de alejarme de Natsumi.— Apretó su puño— Me sacó varias cosas en cara que...—Suspiró— Lamentablemente son de mi pasado y me van a jugar en contra en el juzgado.
—¿Cosas de tu pasado?— Preguntó Nanami— ¿Cómo qué?
—Que consumí drogas, que tomó, que ando de fiesta en fiesta.— Respondió Yamato.
—Apuesto a que Mimi se lo dijo.— Se apresuró a acusar la chica de ojos lila-rosa.
—Es la única forma de que lo sepa.— Respondió el Ishida.
Nanami hizo una mueca y se acercó a él— Lo siento mucho Yamato, no soy madre, pero debe ser difícil que te separen de un hijo.
El oji-azul suspiró— Lo es, pero no dejaré que siga siendo así.
—Claro que no, debes luchar, tú sabes que siempre me tendrás para apoyarte ¿si?— Habló Nanami antes de tomar su mano— Cualquier cosa que necesites solo dime. Yo tengo mucho dinero gracias a mi empresa, poder, influencias, incluso más que Mimi, ya sabes que apenas cumpla la mayoría de edad toda la fortuna de mi familia será mía, a diferencia de ella que debe esperar a que su padre muera y debe repartir la herencia en tres.— Musitó— Y para variar, dudo que luego de esto Keisuke le deje algo de dinero.
—Sería lo mejor.— Comentó Yamato— Ella quiere quitarme a Natsumi y no la dejaré, si tengo que agotar hasta el último recurso para quedarme con mi hija lo haré.
—Me alegra escuchar eso.— Musitó Nanami—Porque así debe ser, Mimi ya te alejó demasiado de ella y con eso...— Acarició su mejilla y se acercó a su rostro— Te lastimo.
El rubio hizo una mueca— ¿E? Nanami.— Se alejó— No estoy para esto.
—¿Esto qué?— Preguntó la chica— Simplemente me acerqué y te di una pequeña caricia porque pensé que la necesitabas.
—Si, pero estos acercamientos no creo que sean apropiados.— Musitó el oji-azul.
—¿Por qué no? Tú ya no estás con Mimi.
—Si, pero terminamos hace muy poco.— Respondió Yamato— La semana pasada eramos novios.
—Con una gran mentira oculta.
—Puede que sí, pero eso no quita que lo hayamos sido y que yo fuera feliz con ella.
¡Rayos!
—¿Sigues sintiendo algo por Mimi?
Yamato se mordió el labio inferior y bajó la mirada— No creo que lo sentimientos sean algo simple de sacar.
Por Mimi sintió algo que jamás pensó sentir, era demasiado fuerte.
Nanami suspiró— ¿Sabes? No es justo que la sigas queriendo después de todo el daño que te hizo, habiendo tantas chicas que pueden hacerte feliz y no lo digo porque yo sea una, si no porque soy tu amiga y no quiero verte mal.
Yamato suspiró— Estaré bien con esto, es simplemente que necesito tiempo.
—Comprendo.— Nanami hizo una mueca, al parecer ser amable y comprensiva no estaba dando frutos, tendría que actuar de una forma más seductora para que el rubio cayese— Bueno, cuando ese tiempo llegue no dudes en buscarme ¿si? Yo en verdad quiero que estés bien y no verte sufrir por alguien que no vale la pena.
¡No! Esto no era posible, claro que no.
Sora observó atentamente los dos test de embarazo que se encontraban sobre su cama. Llevó sus manos a su rostro completamente desesperada con ganas de llorar ante la respuesta que ambos reflejaban.
La respuesta de ambos test significaban un cambio radical en su vida, porque nada sería de aquí en adelante.
La puerta principal sonó, pero la pelirroja no prestó atención a esto, simplemente continuo llorando.
Mimi ingresó al departamento y se recostó sobre la puerta luego de haberla cerrado, estaba cansada, este fue bastante agotador, parecía interminable.
El llanto de una persona la sacó de sus pensamientos.
Alzó una ceja y se acercó a la habitación de su amiga Sora, la puerta estaba abierta así que vió al instante a su amiga llorando desconsoladamente.
Mimi al instante se preocupó ella— Sora.— La llamó.
La pelirroja al escuchar su nombre alzó la mirada— Mi...—Tragó saliva— Mimi, llegaste.
La castaña asintió— ¿Qué te ocurre? ¿Por qué lloras?
—P-por nada.— La Takenouchi secó sus lágrimas con la manga de su chaqueta y luego posó su mano sobre los test que se encontraban en su cama.
—Claro que te ocurre algo estás llorando.— Respondió Mimi antes de acercarse— Dime ¿por qué estás así?
—Mimi, tú ya tienes muchos problemas.— Contestó la exnovia de Taichi— No te conviene saber los míos.
—Claro que sí, Sora, eres mi amiga.— Musitó la Tachikawa— Independiente de mis problemas, siempre estaré atenta de ti, porque tú has estado para los míos.
Sora simplemente bajó la mirada y guardó silencio, no quería decir esto, era una vergüenza para ella.
—Sora, dime ¿qué ocurrió?— Insistió Mimi.
—Mimi, no...—Suspiró— No te preocupes por mi.
—No me pidas eso, como te dije anteriormente, eres mi amiga.— Respondió la Tachikawa— No puedo evitar preocuparme por ti, mucho menos si te encuentro llorando de esta forma. Dime ¿qué te ocurre?
Sora nuevamente guardó silencio, no podía hablar de esto, era demasiado para ella, pero...
No valía la pena ocultarselo, dentro de nueve meses todos sabrían de esto.
Además, Mimi era su amiga, una de las mejores. Y para variar ella ya vivió esta situación, tal vez podría ayudarla.
—Sora.— Nuevamente la llamó— Dime ¿qué ocurre?
La pelirroja tragó saliva y dirigió su mirada hacia su mano que ocultaba los test, fue así como la levantó— Esto me ocurre.— Mimi al bajar la mirada ver lo que había, eran dos ¿test de embarazo? Alzó una ceja al ver la pantalla.
—Estoy embarazada.— Declaró la Takenouchi sin más.
¿Qué?
—Tendré un hijo de Taichi.
¡Chan, chan, chan!
+Así es como finaliza este capítulo 17.
+Dato les diré que me decidí que para no hacer esta última temporada tan larga dividiré los días de la semana en los capítulos correspondiente, ya que en la temporada pasada me ocurría que en un ¡Un! Solo día me demorab capítulos y la idea es que el tiempo avance, así que por eso será Capítulo 17 Parte I, Capítulo 17 Parte II y así sucesivamente.
+Antes que todo, lamento mucho la tardanza, tenía las escenas pero a medias, necesitaba finiquitarlas, pero eran tantas escenas que tuve que dividirlo nuevamente. Próximamente se viene la parte 3 de este capítulo.
mimato bombon kou: Si, la embarrada que dejó Yamato fue horrible, Nanami se merece las penas del infierno por todo esto. Lo peor de todo es que es por falta de comunicación y se dejaron llevar por redes sociales jiji ya veremos si Sora está embaraza o no, recuerden que todo es posible en esta historia, Mimi también tuvo síntomas y resultó tener crisis de pánico jiji bueno todo método anticonceptivo tiene su porcentaje de fallar, ya veremos que ocurre. Espero que te haya gustado este capítulo. Ojalá sigas leyendo y comentando, te mando un abrazo a la distancia.
milrose: Jiji que bueno que te gustara. Sin duda, todo está recomplicado con los Ishida y Tachikawa, aún falta otro momento impactante en el cuál se marcará más esta división. Nanami se merece las penas del infierno por ser tan venenosa jiji Si, Natsumi da ternura enfermita jiji Bueno, sobre Takeru e Izumi, están enjados e influenciados por el entorno. Pero Tk en cierta medida es más razonable que los demás Ishida. Jp no será un personaje ni bueno, ni malo, lamentablemente por querer agradarle a Izumi terminará siendo odiado de alguna forma. Kouji es maduro sin duda, pero a eso se le suma que Damar le contó la situación, tiene la capacidad de escuchar y siempre estará para apoyar a quién lo necesite de una manera razonable. Ya veremos que ocurrirá. Espero que te haya gustado este capítulo. Ojalá sigas leyendo y comentando, te mando un abrazo a la distancia.
+Dato Para aquellos que no lo saben, este era una capítulo con tres partes que unifiqué y por eso es largo este capítulo.
