—¡Las pruebas comenzaran en diez minutos!— Anunció el entrenador a los postulantes que estiraban en la cancha.

Sin embargo, Taichi ignoró esto y se acercó a Sora, quién se alejaba del lugar en dirección a la salida.

—Sora.— La llamó y la chica volteo hacia él—Necesito hablar contigo.

La pelirroja rodó los ojos.

¿Ahora qué?

—Ahorra tus palabras, no te quiero escuchar.— Respondió la Takenouchi— Mucho menos escuchar.

Taichi hizo una mueca— Lo sé.— Contestó— Estás enojada conmigo por lo que ocurrió, pero yo no vine a hablar de nuestra relación. Vengo a hablar sobre esto...— Se interpuso en su camino— Renunciaste al equipor de Fútbol.

Sora nuevamente rodó los ojos— Pues sí, renuncié ¿acaso no escuchaste?

—Sí, escuché y es exactamente por eso que necesito que me expliques ¿por qué?

—No tengo que darte explicacions a ti de lo que hago o dejo de hacer.— Ya no eran novios, ni amigos y tampoco lo consideraba un conocido, ya que, luego de todo lo que hizo lo desconocía absolutamente.

—¿Renunciaste por mi verdad?— Preguntó el castaño.

¿Qué? ¿Por él? No, claro que no...Bueno en cierto grado sí, después de todo, ese hijo que llevaba en su vientre también era responsabilidad del idiota de Taichi.

—¿Por qué crees que renuncié por tí?

—Porque te fallé y estar en estos entrenamientos significa vernos constantemente cara a cara.— Respondió el Yagami.

Sí, eso significaba. Por unos minutos lo olvidó.

—Te equivocas, no es esa la razón por la cual renuncié.— Contestó la Takenouchi.

—¿A no?— Preguntó Taichi sorprendido.

—Mi vida ya no gira en torno a tí.— Musitó Sora orgullosa de esto.

—Entonces ¿por qué renunciaste?

—No creo que sea de tu interés saber la razón.—Contestó la pelirroja alejándose.

—Claro que sí.— Respondió el moreno y la tomó del brazo.

Sora volteo hacia él— ¡Sueltame Taichi!— Hizo una movimiento brusco y se libró de este agarre— No sé porque rayos insistes en entrometerte en mi vida. Luego de todo lo que pasó está más que claro que no te quiero en ella.

—Sí, lo sé, me lo has dicho.— Contestó el castaño.

—¿Entonces?— Preguntó la Takenouchi— ¿Por qué insistes en hablar conmigo? ¡Déjame en paz!— Fue así como volteo con intención de alejarse. Sin embargo, antes de que pudiese dar un primer paso, todo ante sus ojos comenzó a girar, sintió un feroz dolor de cabeza lo que provocó que perdiese el equilibrio.

—Sora.— Taichi rápidamente la sujetó— ¿Qué te sucede?

La chica sostuvo su cabeza con su mano derecha—E-es el olor a cespéd de la can...—Tragó saliva con dificultad— De la cancha.

—¿Qué?— Preguntó el castaño.

La pelirroja no fue consciente de lo que ocurría, simplemente recostó su cabeza en el hombro del chico intentando recuperar el aliento.

—Sora.— Taichi la llamó— Sora ¿qué te ocurre?— Se arrodilló en el suelo sosteniendo a la chica. Tomó su rostro entre sus manos y la observó.

¡Rayos! Estaba muy pálida.

—Sora ¡Hey! Responde.— La preocupación del castaño fue máxima.

Mimi llegó literalmente corriendo hacia ellos— Taichi ¿qué ocurrió?

—No lo sé, simplemente se desmayó.— Contestó el Yagami.

La Tachikawa se arrodilló junto a ella— Hey, Sora.— Tomó sus manos— Despierta.— Pasó una mano por su rostro y golpeo levemente su mejilla para que reaccionara— ¡Sora!

La Takenouchi no reaccionó, así que, Mimi rápidamente sacó de su chaqueta un perfume, lo vertió en su dedo índice y lo pasó por la nariz de su amiga, quién automáticamente frunció el ceño ante el aroma y abrió los ojos.

¡Bingo! Pensó Mimi.

—Sora.—Llamó a su amiga.

—¿Mi-Mimi?— Sora movió levemente su cabeza.

—¿Estás bien?— Preguntó el Yagami.

—¿E? S-si.— Respondió la Takenouchi antes de alejarse del chico.

—¿Segura?— Cuestionó Mimi.

Sora respiró profundo intentando recuperar el aliento—Sí.— Contestó antes de tomar la mano de su amiga.

—Estás pálida.— Comentó Taichi.

—Debe ser un efecto de no haber desayunado.— Respondió la pelirroja antes de tomar la mano de su amiga.

—¿Segura? No te ves bien.— Insistió el Yagami.

—Segura.

—Si quieres te llevo a la enfermería.— Habló Taichi.

—No es necesario.— Contestó Sora.

—¿Segura? Yo puedo ayudarte.

—No, no Taichi. No quiero tu ayuda.— Sora se alejó de él e intentó ponerse en pie con ayuda de Mimi.

—Claro que necesitas ayuda, no estás bien.— Respondió el Yagami— No tienes buen rostro.

—Eso es un detalle.— Contestó la pelirroja— Yo estoy bien.

—Te acabas de desmayar.

—Fue algo sin importancia.

—Claro que no Sora.— Habló Taichi— ¡Ven! Te llevaré a la enfermería.— Intentó tomarla entre sus brazos, sin embargo, la chica rápidamente se safó de su agarre.

—¡Sueltame!— Regañó la chica— Ya dije que no quiero que te acerques a mí.

—Pero, Sora ahora necesitas ayu...

—¡No!—Insistió la Takenouchi— Puedo aceptar cualquier ayuda, menos la tuya.


Damar ingresó al internado completamente agotada, su prueba para el equipo de fútbol fue intensa, sentía sus piernas agotadas, hace mucho que no jugaba un partido, estaba sudando a más no poder.

Hizo una mueca.

Ojalá Kouji no se apareciera en su camino, no quería que se desencantara de ella.

Sin hablar se dirigió a las escaleras para subir a su departamento, comenzó a subir y más o menos a la altura del segundo piso se encontró con su hermana.

—Damar.— La oji-miel pronunció su nombre.

—Mimi.

La mayor observó a su hermana de pies a cabeza, usaba una ropa deportiva bastante ajustada a su figura, pero estaba completamente fuera de moda. Además, su cabello estaba desaliñado y su olor era ¿a cebolla?

—¡Iu!— Mimi llevó una mano a su nariz—Hueles a sudor.

—¿Qué más esperabas?— Preguntó la menor— Vengo de la prueba para el equipo de fútbol.

—Duró bastante ¿e?

Damar suspiró— Fui la última en ser probada, porque llegué tarde, habían veinte personas antes de mi. Jugamos un partido, luego fueron pruebas individuales, tanto de correr, anotar en penales y todo eso.

—¿Sabes? Cuando me hablas de hacer deporte, siento que no somos hermanas.— Comentó Mimi— Sudar y seguir una balón no es un pasatiempo que yo escogería.

—Lo sé.— Respondió la menor— Pero ¿qué más puedo hacer? Mi cuerpo necesita adrenalina, éxtasis, entre otras cosas que solo lograba con sustancias. Kouji me dijo que buscara un pasatiempo para satisfacer esa necesidad.

—¿Sabes? Podrías tener todo eso de otra forma.—Musitó Mimi burlona— Ya sabes, cediendo a ciertas pasiones carnales.

—No puedo estar haciendo eso todo el día niña.— Comentó Damar— No soy tan pasional como tú.

—Yo no soy pasional.

La menor rió— Y mi nombre es Haruna.— Evidente fue sarcasmo— Claro que lo eres.

—Claro que no.

—¿Perdón? ¿Quién me decía que debía darme gustos de ese tipo?

—Eso fue hace tiempo.

—Dos semanas, eso no es mucho.

—Bu-bueno.— Mimi se sonrojó— En ese entonces tenía novio, ahora estoy soltera, no puedo ser pasional.

—Una cosa no impide la otra.— Comentó Damar—Tienes a Michael ¿e?

Mimi se ruborizó a más no poder— ¿Q-qué?— Preguntó— ¿A qué va tu comentario? Tu sabes muy bien que somos amigos.

—Sí ¿y?

—¿Cómo qué? ¿y?— Preguntó la castaña— Los amigos no tienen ese tipo de encuentros.

—¿Quién dijo que no?— Cuestionó Damar— Kouji y yo somos amigos e igual pasamos tiempo juntos.

—¿Amigos?— Cuestionó Mimi— Parecen con ventaja, casi amigovios.

—Como sea, no somos novios e igual nos damos nuestros gustos.— Comentó la oji-ámbar.

—Bu-bueno, tu sabes que jamás he visto a Michael de ese modo.— Respondió la oji-miel— Es guapo, sí, pero jamás pasaría a algo más.

—Aunque él gusta de tí.

—Él no gusta de mí.

—Claro que sí.

—Bueno, deberías considerar darte una oportunidad.— Habló Damar seria, saliendo del contexto de broma en el cual estaban— Has sufrido mucho por Yamato, él no te ha tratado bien.

—Está enojado.

—Sí, pero eso no es sano y lo sabes.— Comentó la menor.

Sí, lamentablemente.

—Sora me dijo lo mismo.— Musitó Mimi— Ya que, no considera que Yamato merezca que lo siga queriendo luego de tratarme así.

—No digo que no lo quieras, después de todo, uno no escoge de quién enamorarse.— Habló Damar— Pero uno también debe valorarse y cuidarse. Sí dejas que te sigan tratan mal, será lo contrario, tú misma una vez me lo dijiste.

—Lo sé.— La oji-miel suspiró— ¿Sabes? Algunas veces me pongo a pensar en que tal vez no fue buena idea regresar a Japón, simplemente trajimos problemas.

—No trajimos problemas, simplemente la verdad salió a la luz y eso iba a ocurri en cualquier momento.— Comentó la menor— No debes sentirte mal por eso, después de todo, así como esto salió a la luz, pronto a la luz saldrá todos los sacrificios que tuviste que hacer por Natsumi.

—Eso espero.— Musitó Mimi.

Ojalá algún día Yamato la escuchara.

—¿Sabes? Me duele mucho saber que estoy tan cerca de mi hija y no puedo ir a abrazarla.— Habló la mayor— Todo por culpa de nuestra supuesta "amiga" Alice.

Damar hizo una mueca— Ni la nombres.— Musitó antes de sacar su móvil— Por cierto, te tengo un regalo.

—¿Un regalo?— Preguntó Mimi.

La castaña-rubia asintió— Quizás, no podrás abrazar a Natsumi, pero podrás verla.— Tecleó su móvil— Tengo una amiga que está trabajando de bucama en el hotel de Shun y...— Volteo la pantalla— Le pedí que le sacara algunas fotos a Nat. Pero en vez de eso, me envió dos videos de ella.

La oji-miel abrió los ojos sorprendida ante el video de su pequeña rubia con un jugando con un balón— Mi pequeña.— Tomó el móvil en sus manos y observó atentamente la pantalla de niña corriendo de un lugar a otro, sonriendo, gritando, celebrando por cada vez que el balón daba contra una caja.

Alzó una ceja.

Su hija pateaba y tiraba con sus manos el balón.

—¿Está jugando baloncesto o fútbol?— Preguntó Mimi.

—Creo que una combinación de ambos.— Respondió Damar— No quiso traicionar a Takuya, pero evidentemente tiene algunas habilidades del idiota de Tk.

Sin duda.

—¿Cuál es el otro video?— Preguntó Mimi cuando este llegó al final.

Damar deslizó su dedo índice y colocó otro video— Aquí, es un poco más largo. Según mi amiga, lo sacó de esta tarde.

—¿Así?

La menor asintió— Hubo un karaoke infantil o algo así para los niños que estaban en el hotel.— Presionó play y el video comenzó a andar.

~Video~

—¿Cómo te llamas?

—Natsumi.— Respondió la pequeña.

—Que lindo nombre.— Musitó la anfitriona— Dinos ¿qué vas a cantar?

—Una canción que me enseñó tía Mimi.— Habló la pequeña.

~Pausa~

¿Qué?

Mimi abrió los ojos sorprendida—¿Una canción que yo le enseñé?

Damar asintió— Sorpresa.— Musitó.

La oji-miel sonrió.

~Video~

(The next Step - We can)

I first met you in late September
But I know, I know, I know, I know.
It's a strange thing to remember

So I'll go, I'll go, I'll go, I'll go.

There's a feeling
Deep in my bones
My tongue is tied but it always feels like I'm home.

My palms get sweaty
My mouth gets dry
It only happens with you
And I don't know why.

Behind those eyes there's
Something you know, you know, you know, you know, you know.

I want to see inside your heart
But you go, you go, you go, you go.

There's a feeling
Deep in my bones
My tongue is tied but it always feels like I'm home

My palms get sweaty
My mouth gets dry
It only happens with you
And I don't know why

I think I'm fallin' for you
'Cause I've come so un-glued

You amaze me
And make me crazy too

There's a feeling
Deep in my bones
My tongue is tied but it always feels like I'm home

My palms get sweaty
My mouth gets dry
It only happens with you
And now I know why
In the quiet
In the moonlight

~Fin del video~

Mimi sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas ante esto. La emoción invadió su interior, el maquillaje no le interesó, simplemente comenzó a llorar.

—¿Y te gustó?— Preguntó Damar.

—¡Si!— Exclamó Mimi—Muchas gracias hermana por esto. Es hermoso, ver a mi pequeña aunque sea en videos me...—Secó sus lágrimas— Llena de felicidad.

—No hay de qué.— Respondió la menor— Tal vez, no te puedo llevar donde ella, pero si puedo darte estos pequeños momentos de felicidad lo haré, porque eres mi hermana y te amo.

La mayor sonrió— Eres la mejor.— Se acercó a ella y la abrazó, sin embargo, apenas hizo esto se alejó— ¡Guaj! Por favor, date una ducha, hueles a cebolla.

—¿Dejáras que mi aroma arruine este momento?

—Ese "aroma" mejor dicho, olor, es la consecuencia de un acto que yo desapruebo.— Habló Mimi— Jugar fútbol.

Damar rodó los ojos— Cuando haces este tipo de comentarios, te odio.

Ambas intercambiaron miradas y sin esperar más, rieron.

—Es broma, te amo hermana.— Comentó la menor.

—Yo más.— Respondió Mimi— Pero te amaré más si te duchas.

Damar simplemente rió, al menos le subió el ánimo a su hermana favorita. Fue así como se dispuso a alejarse en dirección a las escaleras para ir a su departamento. Sin embargo, antes de dar un paso algo vino a su mente.

—Mimi.— Volteo hacia ella.

—¿Si?

—¿Qué ocurre con Sora?— Preguntó Damar.

—¿Por qué preguntas?

—Porque de un momento para otro renunció al equipo de fútbol.— Comentó la menor— Y me resultó extraño, estaba cerca de las regionales, tenía muchas posibilidades de clasificar para las nacionales.

Mimi hizo una mueca y suspiró— Porque tiene muchas cosas en que preocuparse. No tiene tiempo para ser capitana, ni mucho menos jugar en el equipo.

—Que mal.— Musitó la menor— Espero que la razón principal no sea Taichi.

La oji-miel simplemente se mordió el labio inferior nerviosa ante esto. En parte sí y en parte no Taichi era responsable, después de todo, el hijo que esperaba Sora era de él.

—Tranquila, no es por eso.

Intentó sonar normal, después de todo, pocos sabían de ese embarazo.

—¿Segura?

—Sí, segura.— Respondió Mimi— Ahora, ve a ducharte, hueles horrible.

Damar rodó los ojos— Ya voy, ya voy.

La oji-miel rió, por unos minutos vió a Takuya. Sí, a su hermano. Por más que intentaran negarlo, Damar y Takuya eran más parecidos de lo que a ellos les gustaría. Algunas veces pensaba que ella era la adoptada de esa familia. Pero, luego olvidaba esa idea cuando recordaba que ella era la copia de su madre Satoe.


Takuya observó su reloj de pulsera.

19:30

Y Tomoko aún no llegaba. Llevaba media hora de atraso.

Hizo una mueca.

¿Debía seguir esperando? O simplemente debía aplazarlo nuevamente.

Pasaron al rededor de cinco minutos más y finalmente el moreno se dió por vencido, volteo para irse, sin embargo, antes de alejarse la puerta principal sonó.

—Takuya, disculpa la tardanza.— La voz de Tomoko se escuchó en el lugar.

El moreno volteo hacia ella— Señora Kimura, que bueno que llegó.

La mujer abrió su oficina— ¿Todavía quieres hablar?

Takuya asintió.

—Ven, entra.

Fue así como ambos ingresaron a la oficina y la mujer cerró la puerta tras ellos.

—Nuevamente te pido una disculpa.— Habló Tomoko— No calculé bien mis tiempos y cuando venía de regreso, me encontré con el tráfico lleno, ya sabes, a esta hora miles de personas regresan a sus hogares.— Depositó su bolso en su mesa— Pero, ya estoy aquí.— Tomó— Dime ¿de qué quieres hablar?

El moreno respiró profundo, esto sería un tema bastante complejo de abordar. Debía admitir que tenía miedo.

—¿Es sobre Mimi?

—No.— Respondió el castaño— No es sobre mi hermana. Es sobre...—Suspiró— Sus hijos.

Tomoko alzó una ceja— ¿Mis hijos?

Takuya asintió— Y Rika.

Okey, esto último le sorprendió.

—¿Qué ocurre con ellos?— Preguntó la Kimura—¿Hay algún problema?

—¿E? No sé si decirle problema.— De su mochila sacó un sobre—Trata de esto.— Lo depositó en la mesa.

Tomoko alzó una ceja— ¿Qué trae este sobre?

—Es...—El moreno respiró profundo armándose de valor— Un exámen de ADN.

¿Qué?

La Kimura alzó una ceja sorprendida ante esta declaración— ¿Una prueba de ADN?

Takuya asintió.

—¿De qué?—Preguntó Tomoko sin entender.

—De su hijo Koichi...—Respondió el castaño— Y Rika.

¿Cómo?

Tomoko abrió los ojos sorprendida— ¿U-un exámen de ADN?— Preguntó— ¿Por qué?

El moreno aclaró su garganta—Mire, yo...—Suspiró—Yo sé que Rika es hija de Kousei.— Declaró— Y por ende, es media hermana de Kouji y Koichi.


Kiriha observó la puerta del departamento de Nene.

Tenía que continuar con su plan de enamoramiento, sin embargo, más allá de avanzar con eso, quería agradecerle por la ayuda que le dió.

Sí, Kiriha Aonuma quería agradecer algo. Eso no se veía todos los días. Pero, era inevitable hacerlo, después de todo, sentía que debía hacerlo, pocas veces sentía el deber o compromiso de hacer algo, pero esta vez así era.

¡Toc, toc!

Golpeo la puerta.

Fue así como luego de unos segundos de espera la puerta se abrió y frente de él apareció Nene. Grande fue la sorpresa del rubio al ver que vestía un traje de Taekwondo adornado con una cinta verde.

La chica alzó una ceja.

—¿Kiriha? — La chica se sorprendió al verlo— ¿Qué haces aquí?

—Vaya forma de saludar.— Saludó.

—Lo siento, pero no esperaba verte.— Respondió Nene— ¿Qué haces aquí?

—Vine a invitarte a cenar a un restaurante cerca de aquí.— Quizás, no era tarde de salida, como escapar.

—¿A cenar?

El rubio asintió— Quiero agradecerte por hablar con tu padre con respecto a la inversión. — Habló Kiriha.

—¿Agradecerme? — Preguntó Nene— No pensé que conocieras esa palabra.

—Muy graciosa. — Musitó el rubio sarcásticamente— Lo digo enserio, quiero agradecerte por hacerme este favor.

—No es necesario que me agradezcas…—Habló Nene— Pero ¿qué digo? Claro que sí, finalmente te ayudé.

¡Que directa! Y egocéntrica era esa chica. Sin duda era molesta, pero a la vez interesante para Kiriha.

—En señal de mi agradecimiento quiero invitarte a cenar.

Nene alzó una ceja— ¿A cenar?

El rubio asintió— No te hagas ilusiones, solamente será una pequeña comida, ahora mismo.

—¿Ahora mismo? — Preguntó la castaña— Disculpa pero no puedo, estoy practicando taekwondo.

—¿Taekwondo?— Cuestionó Kiriha— ¿Prácticas Taekwondo?

—¿Te sorprende?

—Pues...—Buscó la palabra— Sí.

Jamás se imaginó que una como ella, tan vanidosa, preocupada por su físico y apariencia tuviera tiempo para hacer deportes o algo tan rudo como esto.

Ahora tenía sentido porque a Izumi le quedó tan marcado lo golpes cuando discutieron.

—Pues sí, práctico taekwondo y ahora estoy en eso.

—Bueno, podrías dejar eso e ir conmigo.

—No, no puedo.— Respondió la castaña— Mis compañeras de departamento se fueron, es la única oportunidad que tengo la sala principal sola para mí.

—No pensé que una chica como tú prácticara deportes.— Comentó Kiriha— Mucho menos algo como eso.

—No soy tan damicela en apuro como creen que soy.— Musitó Nene.

Otra sorpresa más.

—Bueno, sí estás ocupada, entonces hablamos en otro momento.— Fuee así como se dispuso a marcharse.

—¡Hey!— Exclamó la castaña— No te vayas, tengo una idea. La mejor forma en que me puedes agradecer es siendo mi compañero de lucha.

¿Qué?

—Debe ser broma.

—No, lo es. — Respondió la castaña antes de jalar su brazo e ingresarlo a su departamento. Fue así como Kiriha se dio cuenta que la sala principal estaba diferente a lo que eran las demás. Los sofás estaban a un lado y en centro había un tapete.

—¿Estás entrenado aquí?

Nene asintió— No quise ir al gimnasio, queda muy lejos y mi chofer no está.

—¿E? — Balbuceo el rubio— Yo no sé de Taekwondo, así que no creo que pueda ayudarte.

—Tranquilo, para ser muñeco de práctica no se necesitan muchos conocimientos. — Respondió la castaña— Quítate los zapatos.

—¿E? Nene, no…

—¿Quieres agradecerme sí o no? — Preguntó la castaña— Una cena no será más agradable que esto.

Kiriha hizo una mueca, esta chica era bastante mandona ¿e? Sin decir más, se quitó los zapatos y se acomodó sobre el tapete.

—Muy bien, ahora solo debes intentar defenderte.

—¿Intentar? — Preguntó el rubio— No creo que sea necesario, eres una chica y…

—¡Yia! — Gritó Nene interrumpiendo al chico. Literalmente, Kiriha no fue consciente como en menos de dos segundos ya estaba en el suelo.

Cerró sus ojos ante el golpe que no fue leve.

—¡Ja! Te derribé. — Declaró Nene y sonrió— ¿Creíste que por ser una chica no podría hacerlo? ¿e?

Kiriha tragó saliva y abrió sus ojos, esto no fue agradable— ¿Qué táctica fue esa?

—Una simple de nivel nueve.

Si esa era de nivel 9, no quería saber como eran las demás.

La castaña extendió su mano— Ven levantate.

El rubio se incorporó sobre el tapete— Puedo levantarme solo.— Fue así como se puso en pie sin recibir su ayuda.

—Y bien ¿continuamos?

—¿Estás loca?— El chico limpió su elegante ropa que se vió arrugada por su golpe— No soy un maniquí para que practiques tus artes marciales.

—¿Qué? — Preguntó la castaña— ¿No quieres que arruine tu cara angelical con la cuál seduces a las mujeres?

Su tono sarcástico era bastante común últimamente.

—No seas sarcástica, mi cara no es angelical, pero aún así te atraje a ti.

—Claro.— Rió Nene antes de colocarse en posición— Ya, preparate.

Fue así como el rubio también se colocó en una posición de defensa. Y sin piedad la chica lanzó algunos golpes y patadas contra el chico.

Kiriha intentó defenderse, pero fue imposible, la chica actuaba muy rápido. En menos de cinco segundos nuevamente estaba en el suelo. Observó hacia arriba.

—Si sigues así tendrás que pagarme el hospital. — Musitó el rubio— O una sesión de maquillaje para esconder las marcas.

—Lloras como niña, Aonuma. — Habló Nene.

El rubio frunció el ceño— Claro que no.

—Claro que sí.

La castaña levantó su pie y el rubio se defendió con su mano derecha, a continuación vino otra patada que esquivó.

—Tienes buenos reflejos ¿e?— Comentó la chica— Aún así, eres fácil de vencer.— Fue así como la chica en rápido movimiento tomó su brazo, golpeo su tobillo, dió una vuelta y...

Ni idea que ocurrió después Kiriha nuevamente cayó.

—¿Sabes? Esto sería más divertido si al menos intentaras defenderte.

—Eso intento, pero considerando que no puedo devolverte el golpe me dejas en desventaja.

—¿Por qué no puedes? Es una práctica.

—Eres mujer.

—¿Y eso qué?

—¿Acaso no es obvio? Lógicamente te haría caer si me defendiera.— Respondió el rubio levantandose— Aunque no practique este odioso deporte.

—Ni creas, ya he vencido a varios chicos.— Comentó la castaña.

—Si ¿cómo no?

—Lo digo de verdad. — Respondió Nene— Ponme a prueba.

—¿Ponerte a prueba? — Preguntó el rubio.

—Si. — Contestó la Amano— Atácame.

—Olvídalo, no quiero tener problemas por golpear a una chica.

—No tendrás problemas, estamos prácticando un deporte.— Habló la castaña— Y dudo que me hagas caer, nadie lo ha hecho, por eso soy cinta verde.

¿Qué rayos significaba esa cinta? ¿Qué nivel exactamente?

Movió la cabeza, eso no era de su incumbencia.

—¡Vamos! Intenta atacarme.— Alentó la chica al rubio.

Kiriha rodó los ojos resignado. Sin decir más, se puso en posición, lanzó unos golpes que la chica esquivó, rompiendo las reglas tomó el brazo derecho de la chica y con su pie izquierdo le hizo una zancadilla provocando que la chica cayera fuertemen al suelo.

—Te gané.— Fue lo único que dijo el rubio al ver a la chica en suelo. Sin embargo, su victoria pasó de ser algo alegre a preocupación a ver a la castaña con los ojos cerrados en el suelo— Nene.— La llamó.

Pero, no obtuvo respuesta.

—Abre los ojos.— Nuevamente la llamó.

Otro silencio por parte de ella, quién no se movía.

—¡Hey! Nene.— Musitó Kiriha, por tercera no obtuve respuesta— ¡Rayos!

Nene no abría los ojos.

Fue así como tomó a la chica por los hombros.

—Hey, responde.— Le habló y movió levemente— Nene.— Nuevamente la llamó— Oye, despierta.— Se arrodilló a su lado y la tomó por los hombros.

¡Rayos! ¡Responde!

¡Sabía que responder era pésima idea!

—Abre los ojos.— Rogó Kiriha y la movió levemente.

¡Rayos! Si no abría los ojos tendría problemas.

El chico se acercó a ella para sentir su respiración, sin embargo, cuando hizo esto sorpresivamente Nene abrió los ojos.

—¡Bu!— Exclamó la chica y el rubio rápidamente la soltó.

—Hey ¿qué te ocurre?— Preguntó Kiriha— Loca.

Nene rió incorporandose sobre el tapete—¿Te asusté?

—No. — Respondió el rubio.

—A mí me pareció que sí. — Comentó Nene burlona.

Kiriha rodó los ojos— Deja de reírte de mí y levántate. — Musitó antes de jalar de su brazo para que se levantara.

—Buen movimiento Aonuma, pero si hicieras eso en un torneo te descalificarían, porque lo tomarían como una falta. — Respondió la chica levantándose del suelo.

—Bueno, ya te dije que no practico Taekwondo. — Contestó el rubio.

—Se nota.— Musitó la castaña— Sería interesante publicar un artículo en Internet: Exguitarrista de los Teeanges Wolves es derrotado por una chica en un enfrentamiento tan simple de Taekwondo.

—Tal vez, aquí no te pude derrivar, pero hace un tiempo, en una noche muy particular estabas rendida ante mí.— Comentó Kiriha.

Nene se ruborizó a más no poder ante esto— E-esa es otra historia.

Kiriha rió para sus adentros, evidentemente logró colocarla nerviosa ante este comentario. Ese rubor lo demostraba.

—¿Y bien?—Preguntó el rubio— ¿Aceptas mi invitación a cenar?

—Si el postre eres tú, entonces sí.— Bromeo la Amano.

—¿Q-qué?— El Aonuma ¡Como nunca! Se ruborizó ante esto.

Nene rió— No es divertido que hagan ese tipo de bromas ¿e?— Musitó burlesca— Es mentira. Claro que acepto tu invitación, deja que me arregle y toma asiento, porque me demoraré en estar lista.

¡Oh no! Pensó el chico. Sin embargo, le agradaba que fuera tan directa. Esa cualidad en particular le estaba agradando.


Tomoko literalmente estaba sin palabras ante la declaración de Takuya, sin poder creer que supiera la verdad—Pe-pero.— Intentó hablar— ¿Cómo sabes esto?

—Lo supe porque el otro día sin querer escuché a Kousei hablar con Rumiko.— Respondió Takuya— Ahí ella le decía que Rika era su hija y pues...—Suspiró— Para confirmar mis dudas mandé hacer este exámen.

La mujer dirigió su mirada hacia el exámen, estaba el nombre de Koichi y Rika.

—Pe-pero ¿por qué hiciste esto?

—Tal vez, no fue lo correcto, ya que no es un tema que me involucre, pero fue inevitable hacerlo.— Declaró Takuya— Después de todo, Kouji y Koichi, ambos, son mis mejores amigos. Rika es la mejor amiga de mi hermana y...—Suspiró— Sé que entre ellos tres existe una relación especial.— Bajó su mirada— Sé lo importante que es Rika en su vida y viceversa.

—Esto es delicado.

—Lo sé, pero no supe que más hacer.— Respondió Takuya, evitó por todos los medios nombrar a Izumi, ni Miyako. Él daría la cara por esta situación.

—¿Y-y por qué vienes ahora a hablarme de esto?— Preguntó Tomoko— ¿Por qué no me lo dijiste apenas llegué?

—Porque no sabía exactamente que hacer con estos exámenes. Cuando usted llegó ni siquqiera los tenía y cuando los tuve, literalmente me sentí pérdido, pero finalmente llegué a la conclusión que usted era la persona indicada con quién hablar.— Contestó el moreno, la mentira cada vez la sabían más personas, menos los involucrados— Además, no puedo callar esta verdad luego de la mentira que le dijo Rika a Rumiko.

—¿Mentira?— Preguntó Tomoko— ¿Qué mentira?

—¿Acaso no sabe?— Cuestionó el moreno sorprendido.

—No.— Respondió Tomoko.

—¿No ha hablado con sus hijos?

La Kimura negó— No hemos hablado mucho.— Desde que llegó se centró simplemente en el Internado y los miles de problemas que había en él.

—Rika hace un tiempo no estuvo bien.— Comentó Takuya— Antes que usted llegará se centró mucho en buscar información de su padre biológico y las cosas no salieron bien, Rika se sumergió en una obseción que terminó en desilución cuando su madre le dijo que...—Cayó ante esto.

—¿Le dijo qué?— Rumiko repitió curiosa.

El moreno respiró profundo, esto sería difícil.

—¿Qué le dijo Rumiko a Rika?

—Rumiko le dijo a su hija que...

—¿Qué?

Takuya suspiró— Que era hija de un abuso.

¡¿QUÉ?!

La impresión de Tomoko fue máxima en ese— ¿Le dijo que era hija de una violación?

El moreno asintió— Sí.— Respondió— Y por eso jamás le hablaba de su padre, porque le traía malos recuerdos.

—Pe-pero, eso es algo grave y delicado ¡Además de ser una mentira!

¿Cómo rayos Rumiko jugaba con algo así?

No le sorprendía, después de todo le mintió a Keisuke ¡Pero! ¿Por qué le decía algo así a su hija? ¡A su propia hija! ¿Qué clase de madre era?

—Lo sé, pero se lo dijo.

—¡Esto no!...—Tomoko llevó sus manos a su rostro— ¡Eso no puede ser!

—Lamentablemente es.— Musitó Takuya y el silencio se hizo presente.

La mujer repasó mil veces sus palabras en la cabeza, sin poder creerlo.

¡Rumiko era lo más repudiable de esta tierra! ¿Cómo mentirle a su propia hija con algo así? ¿Qué clase de serpiente era? ¿Aquella que se comía a sus hijos?

—Permiso.— Tomoko tomó el sobre y se levantó de su asiento— Disculpa Takuya, pero debo solucionar esto.— Fue lo único que dijo antes de salir de la oficina dejando al adolescente solo.


Hikari observó su pintura de la torre Eiffel. Gracias al cielo su pelea de pintura con Takuya no la arruinó. Sin embargo, no podía decir lo mismo de su cuadro de "las máscara de Spiderman" y la sala.

Observó a su alrededor.

Había una que otra mancha de pintura en el suelo y los sofás, el lienzo logró cubrir gran parte, aún así, habían muchos lugares donde pintura cayó.

Hizo una mueca.

Tendría que limpiar.

Fue así como sacó un trapero y se dispuso a limpiar. Estaba en eso cuando la puerta se abrió.

—Hola Kari.— Musitó la hermana de Takuya.

—Hola.— Alzó la mirada— ¿Vienes de tu prueba de fútbol?

Damar asintió.

—¿Cómo te fue?

—Bastante bien, espero.— Comentó la Tachikawa cerrando la puerta tras ella— Habían muchas personas con talento, ojalá ser lo suficientemente buena para entrar.

—Es seguro que entras, eres tan talentosa como Takuya en ese sentido.

—Gracias por el comentario, pero no.— Musitó Damar antes de caminar a su cuarto— No le digas a nadie que dije esto, pero, Takuya es increíble, yo no soy ni un dos porciento tan buena como él.

—¿Por qué no quieres que alguien lo sepa?

—Porque si Takuya llega a saberlo me molestará, ya sabes, él siempre busca fastidiarme.— Musitó la Tachikawa— Y bien ¿cómo estuvo su tarde de pintura?

Hikari alzó una ceja— ¿Cómo supiste que estuvimos pintando?

—Porque estaba con Kouji y Takuya llegó con el cabello rojo, pintura azul en la cara, entre otros colores.—Respondió Damar mientras sacaba sus toallas del armario— Y me dijo que estuvo contigo, pintando.

—Fue bastante agradable.— Contestó la Yagami— Aunque, Takuya es igual a ti, pinta...

—¿Horrible?— La Tachikawa terminó su frase, Hikari asintió— Ya lo sabía.— Se arrodilló para quitar sus zapatillas.

—Sin duda son hermanos.— Comentó Kari— Me hizo creer que un tomate era una máscara de Spiderman.

Damar rió.

—Le hice un comentario de su dibujo, me lanzó pintura, yo le respondí y terminamos en una guerra de pintura.

—Eso explica porque llegó así.— Musitó la Tachikawa antes de deshacer su coleta y soltar su cabello—Oye ¿supiste que Sora dejó el equipo?

—¿Qué?— Preguntó Hikari sorprendida— ¿Sora dejó el equipo femenino?

Damar asintió— Tú eres amiga de ella ¿no? ¿Sabes por qué lo dejó?

La Yagami simplemente guardó silencio, no esperaba esa noticia, le costó trabajo procesarla, sin embargo, cuando lo hizo recordó aquella noticia que hace poco le informó.

Estaba embarazada.

—¿E? No sé.— Respondió la Yagami— Tendrá sus razones.

—¿Tu hermano?

Algo así.

—Tal vez.

—Ojalá que no.— Comentó Damar caminando al baño— Es demasiado buena como para despediciar su talento por culpa de ese idiota.

Sí, su talento era increíble. Sin embargo, debía cuidar a su hijo.

—Luego continuamos hablando. Me voy a duchar.— Musitó la Tachikawa antes de ingresar al baño.

Hikari asintió.

Fue así como Damar cerró la puerta tras ella y la Yagami volvió a su tarea.

No habrá pasado más de cinco minutos cuando la puerta principal nuevamente se abrió y en el lugar apareció su amiga pelirroja.

—Hikari Yagami.— Rika pronunció su nombre seriamente— Tenemos que hablar.

La nombrada observó a su amiga sorprendida— Hola Rika ¿Qué ocurre?

—¿Y te atreves a preguntar?— Cuestionó la pelirroja antes de cerrar la puerta, acercarse a la castaña, tomar un cojín y estrellarlo contra su cabeza— Pensé que éramos amigas.

—¡Auch! Rika.— Reclamó levemente Hikari— Claro que somos amigas.

—Pues parece que no, porque no me contestaste tu último problema.— Respondió Rika. No le gustaba ser entrometida, pero ella era la celestina de esa relación, consejera, psicológa, casi sexologa del TAKARI. Pero ahora le escondían los problemas—¿Por qué no me dijiste que tenías problemas con Takeru?

—Disculpa amiga, no te lo dije.— Musitó la Yagami— No quise involucrarte en este problema. Takeru es tu mejor amigo, no quería que su relación se viera afectada por nuestros problemas.

—No se vió afectada con él, sino contigo, pensé que nos contábamos todo.— Musitó la pelirroja— Me preocupé muchísimo cuando Tk me habló de esto ¿Cómo dejas que Catherine arruine tu relación?

—¿Takeru te habló de esto?

Rika asintió— Sí.

—¿Y-y cómo te habló de esto?— Preguntó Hikari— ¿Estaba enojada? ¿Preocupado?

—Triste.— Respondió la pelirroja— Muy triste y preocupado por su relación Hikari, para él la peor pesadilla es estar lejos de ti.

La Yagami bajó la mirada— Para mí también es una pesadilla estar lejos de él.

—Entonces ¿por qué ocurrió problema? Mejor dicho ¿Por qué permitiste que esa rubia logré su objetivo de separarlos?— Preguntó la Nonaka.

—No quise, pero tú sabes, ella logra provocar muchas inseguridades en mí.— Musitó Hikari antes de tomar asiento en un sofá y abrazar sus rodillas— Todo lo que hemos vivido con ella tú sabes que no ha sido un buen pasar.

Rika hizo una mueca ante esto al ver el rostro de su amiga— Sí, lo sé.— Tomó asiento a su lado— El otro día la golpe ¿recuerdas?

La Yagami asintió— Tú bien sabes que no es un tema solo de Tk, es de todo.

Sí, eso le dijo a Takeru.

—Nunca quise que nos afectara de tal manera, pero no pude evitarlo, fue algo superior a mí.

—Evidentemente lo fue.— Comentó la Nonaka.

—No estuvo bien, pero...—Hikari dirigió su mirada a su amiga—Rika, yo jamás quise herirlo.— Musitó con tristeza— Yo jamás quise que pensará que no confío en él, ni mucho menos quise que se alejara de mí, y-yo sin él no puedo...

—Vivir.— Rika finalizó su frase— Lo sé.

La castaña asintió.

La Nonaka observó a su amiga en silencio y suspiró— Hikari, yo sé que no quisiste herirlo.— Posó una mano en su hombro— Más que nadie, soy testigo de todo el cariño que le tienes, jamás buscarías hacerle daño.

—Nunca.

—Sí, nunca.— Habló Rika— Y no te quiero criticar, simplemente quiero que pienses las cosas. Sé que Catherine es una odiosa y busca fastidiarte, como siempre, pero dime ¿vas a permitir que esa francesa arruine tu relación como lo hizo con Taichi y Sora?

Fue inevitable recordar a Takuya ante aquella pregunta, después de todo, algo similar le dijo él.

—No.— Respondió Hikari— No la dejaré.

—¿Y sabes cual es el remedio para eso?— Preguntó Rika.

—¿Cuál?

—Confiar.— Respondió la Nonaka— En él, pero sobretodo en tí, amiga.— Musitó— Eres mil veces mejor que barbie barata. No debes dejarte intimidar por ella.

—Créeme, intento repetir eso en mi mente, pero es complicado creerlo.

—Bueno, debes creerlo.— Contestó Rika— Tan solo mírate, eres bellísima y además, eres una excelente chica, Tk debería estar demente como para escoger a Catherine antes que a ti.— Sonrió— Además, esa chica ya se ganó el apodo "perra en celo" Por lo que ocurrió con tu her...

La pelirroja no continuó hablando, ya que, la puerta principal sonó.

¡Toc, toc!

Rika alzó una ceja sorprendida.

—¿Quién será?— Preguntó Hikari.

—No lo sé.— Respondió la Nonaka— Tal vez, sea Kouji, quién viene a ver a Damar.

—O Takato que te viene a ver a ti.

—O Takeru que quiere arreglar las cosas.— Comentó Rika antes de caminar hacia la puerta.

—O Takuya.— Musitó la Yagami.

—¿Takuya?— Preguntó Rika deteniendose frente a la puerta.

Hikari asintió— En la tarde dejó su campera aquí y me envió un mensaje hace unos minutos que vendría a buscarla.

Fue inevitable para la Nonaka sorprenderse ante esto. El Sábado ambos estuvieron juntos, ayer Domingo también y hoy...¿otra vez pasaban la tarde juntos? ¿Desde cuando eran tan amigos?

Tuvo intenciones de preguntar, pero antes de esto otros golpes se hicieron presente en la puerta llamando su atención.

¡Toc, toc!

Fue así como la pelirroja tomó la manilla y abrió. La Nonaka se sorprendió al ver a Tomoko en ese lugar.

—Sub-directora Kimura ¿qué hace aquí?

Tomoko inevitablemente clavó su mirada en Rika y una terrible angustia llenó su pecho al recordar las palabras de Takuya. En verdad era triste saber que su madre ¡Su propia madre! le mintió tan cruelmente, solo para quedar bien ante todos.

Tragó saliva.

La realidad de Rika era lamentable, rechazada por su padre y engañada por su madre. Sola prácticamente en este mundo a ser ignorada por sus dos antecesores y al no tener el amor de sus hermanos, como corresponde. Sí, Kouji y Koichi le tenían cariño, pero si los tres supieran que eran hermanos, el lazo sería mayor.

—¿E? Señora Tomoko.— Rika llamó a la oji-azul luego de varios minutos de silencio— ¡Sub directora!— Alzó levemente la voz— ¿Le ocurre algo?— Preguntó preocupada al no obtener respuesta.

—¿E?— Tomoko movió levemente su cabeza para salir de su trance.

—¿Está bien?— Preguntó la pelirroja— ¿Llamo a alguien?

—¿E? N-no, Rika, estoy bien.— Respondió la madre de Kouji intentando sonar normal.

—Estuvo varios minutos en silencio, parada, sin hacer algo ¿Le ocurrió algo?

—N-no, no me ocurrió nada.— Sí, mintió— Simplemente fue un trance, de vez en cuando me ocurre que me voy, así, salgo volando en las nubes, sin razón, cuando estoy estresada.— Intentó excusarce— ¿E? Rika, disculpa que moleste, pero ¿has visto a tu madre?

—¿A mi madre?— Cuestionó la chica— No, no la he visto.— Extraño sería que sí, agradecía al cielo por eso.

—¿Segura?— Preguntó Tomoko.

Rika asintió.

—¿No sabes donde puede estar?

La pelirroja negó— No hablo mucho con mi madre, así que, no sé donde puede estar. Si quiere la llamó.

—No, no te preocupes.— Respondió Tomoko, ya la llamó y no respondió— Muchas gracias y nuevamente disculpa por molestar.— Sin decir más, la mujer se alejó del lugar.

Rika alzó una ceja confundida— ¿Es mi idea o en verdad estaba extraña?— Cerró la puerta.

Hikari asintió—Debe ser el estrés, como ella dijo. Después de todo, ha lidiado con muchos problemas de este lugar.

Sí, por eso merecía una recompensa ultra-mega-duper-millonaria.

—Por cierto ¿vamos a cenar? Muero de hambre.— Comentó Hikari—Antes, esperemos a que Damar termine de ducharse y vamos.


—¿Ahora que quieres Yamato?— Preguntó Mimi.

—Necesito hablar contigo.

—¿Hablar conmigo?— Cuestionó la castaña.

¡Ay no!

—Yamato, no tengo tiempo para discutir ¿si?

¿Discutir?

—Mimi, no, yo no...

—Tú nada, no quiero hablar contigo.— Respondió la Tachikawa molesta.

Yamato frunció, en verdad necesitaba aclarar las dudas que tenía en su cabeza y saber si Satomi dijo la verdad o no. Pero, la chica no lo quería escuchar.

—Mimi, yo...—Nuevamente intentó hablar, pero un tercero lo interrumpió.

—¡Mimi!— En el lugar apareció aquel chico rubio estadounidense, amigo de Mimi.

—Michael, hola.— Saludó la castaña acercándose a él.

—¡Adivina!

—¿Qué?

—¡Acabe de recibir los resultados de mi prueba!— Habló Michael.

—¿A sí?— Preguntó la castaña— ¿Cómo te fue?

—Excelente.— Respondió el rubio— Entré en el equipo.

—¡Genial! Ya sabía que entrarías, eres increíble.— Musitó Mimi.

—Tu abrazo de buena suerte me ayudó.— Comentó Michael.

La oji-miel rió— Ya lo sé.— Musitó con burla.

Yamato frunció el ceño molesto al ver como Mimi le sonreía a ese chico y viceversa ¿Por qué se hablaban con tanta confianza y complicidad? Eso no le gustaba.

—Disculpa, tú.— Le habló al estadounidense— ¿No ves que estoy hablando yo con ella?

Michael hizo una mueca— Ups, lo siento.

—No te disculpes.— Mimi rodó los ojos— No estábamos hablando, él intentaba hablar conmigo.— Volteo hacia el Ishida— Ya te dije que no quiero hablar contigo.

Yamato se cruzó de brazos molesto—Conmigo no, pero si puedes hablar con él ¿e?

—Claro que sí.— Respondió la castaña— A diferencia de tí, él no me da dolores de cabeza como tú.

¿Qué?

—Lo único que haces es reclamarme y no estoy de ánimos para eso.

El Ishida frunció el ceño— Mimi, esta vez no quería hacer eso.

—Si ¿cómo no?— Musitó la Tachikawa— Simplemente querías exigir tus derechos como padre, ya que, según tú, lo que tú haces no está mal, en cambio lo que yo hago sí.

—Me separaste de mi hija ¿no?

—Por una razón.— Respondió Mimi molesta— Que no te dignas a escuchas, así que ¿por qué tendría que yo escucharte a ti?

—Porque yo soy el padre de tu hija.

—Sí, lo eres, pero yo soy la madre de tu hija y también debiste escucharme.— Contestó la Tachikawa.

El amigo de Mimi hizo una mueca ante el nerviosismo que se sentía en el lugar—Tranquila Mimi.— Posó sus manos sobre sus hombros. No le gustaba verla enojada o triste— Mejor vamos a cenar.

La castaña asintió molesta— Sí, vamos.— No quería continuar escuchando a Yamato.


Kouji observó su móvil.

(De: Damar)

Con las chicas bajamos a cenar, espero verte ahí.

El Minamoto no dudó en responder.

(De: Kouji)

Supongo que a mil metros lejos de Takuya.

(De: Damar)
Tranquilo, no nos molestará.

El Minamotom tuvo intenciones de responder, pero antes de hacer esto, frente a sus ojos apareció su madre.

—Hijo.

—Hola mamá.— Respondió el Minamoto.

La mujer observó a su hijo e hizo una mueca, fue inevitable sentir algo similar a lo que sintió cuando vió a Rika (Lógicamente, con menos angustia, al menos ella jamás le mintió a sus hijos)

Y hablando de mentiras.

—Hijo ¿Has visto a Rumiko por casualidad?

Kouji negó— No, no la he visto, es hora de cenar, supongo que está abajo.

—No, no está ahí, ya la busqué en ese lugar.— Comentó Tomoko— ¿No tienes alguna idea de donde puede estar?

El Minamoto negó.

—¡Rayos!— Murmuró.

Kouji alzó una ceja sorprendido—¿Ocurre algo?

—¿E? N-no.— Respondió la mujer— O digo, sí...Osea...—Se mordió el labio inferior, sin saber exactamente que hacer.

A su mente vino las palabras de Takuya.

~Recuerdo~

—¿Acaso no sabe?— Cuestionó el moreno sorprendido.

—No.— Respondió Tomoko.

—¿No ha hablado con sus hijos?

~Fin del recuerdo~

—Kouji.— Tomoko llamó a su hijo.

—¿Si?— Preguntó el Minamoto.

—Dime ¿es verdad que Rumiko le dijo a Rika es hija de una violación?

¿Qué?

El Minamoto se sorprendió ante esto— ¿Cómo supiste eso?

—No importa como lo supe, dime ¿es verdad?— Preguntó Tomoko.

Kouji hizo una mueca— Pues sí, es verdad.— Respondió sin entender su interés.

¡Rayos! Su hijo lo confirmaba, entonces, era verdad.

—¿Koichi también lo sabe?

Kouji asintió.

—¿Y por qué no me dijeron?— Preguntó Tomoko, casi en forma de regaño.

—No pensamos que fuera importante.— Musitó el Minamoto— Después de todo, a ti jamás te gustan los temas que se relacionan a nuestro padre o a la madre de Rika.

Sí, para nadie era secreto aquello.

—¡Rayos!— Nuevamente murmuró la Kimura antes comenzar a abanicarse con el sobre que le entregó Takuya.

El Minamoto hizo una mueca— ¿Ocurre algo?— Preguntó— Te noto un tanto alterada.

—N-no, no estoy alterada.— Respondió la Kimura— Es simplemente que debo resolver un asunto ¿si? No te preocupes por mí.— Depositó un beso en su mejilla y se alejó de su hijo— Luego nos vemos.

Kouji asintió— Te amo.— Musitó en señal de saludo (Como siempre lo hacía. Y no solo él, Koichi también, siempre se despedian de su madre con un "te amo" o un "te quiero" Después de todo, ella era la mujer más importante en sus vidas)

Tomoko ante esto sonrió, era increíble como dos simples palabras emitidas por su hijo lograban tranquilizarla en un momento así.

—Yo también a ti mi bebé.

El Minamoto se ruborizó levemente, generalmente odiaba las palabras cursis, pero aceptaba todo de su madre.


Rumiko observó desde la azotea la ciudad de Tokyo. Lo único bueno de este internado era la vista que le proporcionaba la azotea. Sí, la altura era bastante, pero agradable.

Aspiró el humo de su cigarro, en verdad se sentía estresada, tal vez, no pasaba mucho tiempo en ese lugar, pero cuando estaba ahí debía soportar miles de problemas, hacia trabajo administrativo y lidiaba con padres que venían a reclamar por cualquier cosa con respecto a su hijo.

Suspiró.

De cierta forma, agradecía que Tomoko estuviera en ese lugar, después de todo, ella esstaba lidiando con los problemas más grande. Sí, le dejó la carga más pesada ¿y qué? Si quería "recuperar" su lugar debía tener el trabajo pesado.

¡Ja! Recuperar.

Rió para sus adentros.

Kousei nunca dejaría que eso ocurriera.

Soltó el humo de su boca y observó su reloj de pulsera. Ya era la hora de cenar, debía bajar. Fue así como votó su cigarro al suelo y lo piso para que se apagase. Giró sobre su eje en cirección a la puerta para entrar, sin embargo, antes de llegar a ella, Tomoko apareció.

—Así que, aquí estás.—Habló molesta la Kimura.

Rumiko hizo una mueca, no tenía buen rostro, como siempre.

Ambas se observaron de frente.

Una brisa de aire sacudió el cabello de ambas.

—¿Me buscabas?— Preguntó Rumiko con seriedad.

—Si.— Respondió Tomoko de igual forma.

—¿Por qué?

La Kimura se acercó a ella— ¡Por esto!— Y sin decir más, abotefeteo su mejilla derecha con toda la fuerza que su mano pudo adquirir en ese momento.

Rumiko volteo su rostro ante el golpe. Hizo una mueca ante el dolor— ¿Qué te sucede idiota?— Preguntó en un grito— ¿Por qué me golpeas?

—Por zorra, por perra, por mentirosa.— Respondió Tomoko—

—En verdad eres una mala madre, Rumiko.— Habló la mujer de ojos azules— ¿Decirle a tu hija que es fruto de un acto tan inmoral como ese?

—Eso es problema mío, no tuyo.

—Claro que lo es.— Respondió Tomoko— Ella es media hermana de mis hijos.

Rumiko apretó su puño— ¿Y eso qué? Ellos no lo saben.

—No, pero deberían.— Contestó la mujer Kimura— A Rika le has ocultado toda su vida sus verdaderos orígenes a pesar de que sabías que sufría por no saber de su padre, solo para ocultar tu pasado.

—Lo hice por ella.— Respondió Rumiko— No por mi, yo no quería que tuviera que pasar vergüenzas al ser una hija no reconocida por su padre.

—Mentirosa.— Tomoko se cruzó de brazos— Lo hiciste para cuidar tu "honor" ya que, sabías que si eso salía a la luz tu nombre iba a ser el que iba a quedar por el suelo y el de tu maldito amante, no el de tu hija.

Rumiko frunció el ceño molesta— Simplemente hice lo que tenía que hacer, Kousei me iba a hacer la vida imposible si eso salía a la luz.

—Algo que te hubieras merecido por haberte involucrado con un hombre como él.— Respondió Tomoko— Y principalmente por ser una mala madre ¡Pobre Rika! Tener que soportar todas las consecuencias de tus decisiones.

Rumiko apretó su puño— Ella no ha sufrido.— Contestó— Mi hija nunca le ha faltado algo, siempre lo ha tenido todo para ser feliz, dinero, casa, comida, ropa.

—Cosas que ha tenido a raíz a tus engaños.— La mujer Kimura apretó su puño— Además ¿de qué le ha servido? Las cosas materiales nunca la han hecho feliz, al contrario, ella lo que siempre ha buscado es el afecto y el cariño, cosas que tú le negaste con todas tus mentiras.

—No le he negado aquello.— Respondió Rumiko— Creció creyendo que tus hijos eran sus primos ¿no? Siempre tuvo su cariño.

—No es lo mismo.— Contestó Tomoko— Son hermanos en realidad, ese es un lazo mucho más importante que el de unos primos lejanos, pero tú con tu mentira le negaste la posibilidad de que ellos crecieran sabiendo aquello y ahora con esta mentira los alejas más, porque ahora creen que no existe algún lazo sanguineo que los una.

—No tuve opción.— Habló Rumiko—Kousei no me dejó opción, tú sabes como es él.

—Sí, sé como es él, pero tú como madre debiste preferir el bien de tu hija.— Respondió la oji-azul— Sin embargo, preferiste ser tan cobarde.

Sí, lo sabía, sin embargo, aún era firme en su postura.

—Puedo ser cobarde, pero no débil como tú.

—No soy débil, antes sí, ahora no.— Musitó la Kimura— Además ¿fuerte? ¡Ja! Esa fortaleza la creaste en base de puras mentiras.— Tomó bruscamente su brazo derecho— Porque no solo le mentiste a tu hija ¡SINO QUE TAMBIÉN LE MENTISTE A KEISUKE DICIENDOLE QUE DAMAR NO ES HIJA SUYA!— Le gritó en el oído.

¿Qué?

La Nonaka abrió los ojos a más no poder.

—No te bastó con arruinar la felicidad de tu hija, sino que también la de esa familia.— Habló Tomoko— Le asociaste a Satoe un engaño ¡Qué jamás hizo! Porque tú bien sabías que ella no era una perra como tú.

Rumiko frunció el ceño— ¡No soy una perra!

—Claro que sí.

La rubia se soltó de su agarre— ¿Cómo supiste eso?

—¿Qué le mentiste a Keisuke?

Rumiko asintió.

—Fue simple saberlo.— Respondió Tomoko— Tengo muchos contactos y para mí es muy fácil descubrir todas tus mentiras, pordiosera.— Le gritó molesta— ¿Por qué eres tan cruel? ¿Por qué levantaste esa calumnia a Satoe cuando ella fue buena persona contigo?

—Ella me quitó a Keisuke.

—Claro que no, él nunca fue tuyo, él se enamoró de Satoe, con justa razón, no quería estar con una teibolera barata como tú, que estaba la cama de todos.

Rumiko apretó su puño derecha— ¡Deja de insultarme! ¡Tú no eres quién para...

—¡Sí soy alguien para decirte la verdad en la cara!— Interrumpió Tomoko. Verdaderamente estaba enojada con esa mujer que tanto daño causó a su familia al quitarle a su esposo, al ayudar a Kousei a tacharla de loca, al alejarla de sus hijos con esto, al no poder ver a Kouji por tanto tiempo. Y no sólo a ella, sino que lo hacía por todas las personas a las cuales dañó, familias, pero en especial a Rika—Yo no dejaré que sigas mintiendole a tu hija.— Habló— Y yo tampoco le seguire mintiendo a los míos.

Rumiko alzó una ceja— ¿Qué vas a hacer?

—¿Qué no es obvio?— Preguntó Tomoko— Les diré la verdad a todos.

—¿Qué?— Cuestionó la rubia— ¡T-tú no puedes!

—Claro que puedo y es lo que haré.— Respondió la mujer Kimura— Ya estoy harta de tus mentiras, de tus juegos sucios Rumiko y de las farsas de Kousei. Este imperio de mentiras que han creado.

—Nadie te va a creer.— Habló Rumiko— ¿Acaso lo olvidaste? Nadie te cree, ante todos eres una demente y drogadicta.

—¡Por su culpa todo el mundo me ve como una drogadicta! A raíz de su mentira buscaron la forma de hacerme caer, porque sabían que yo la iba a sacar a la luz. Pero esta vez es diferente.— Habló Tomoko— Tengo las pruebas necesarias y el poder jurídico necesario para hacerlos caer.

—Claro que no lo tienes.

—Si lo tengo.— Respondió Kimura— ¿O enserio creíste que te iba a pedir que me contrataras en este internado solo por qué necesito un empleo?— Tomó su móvil— Yo vine para hacer justicia y aquí tengo las pruebas de todos esos movimientos extraños que han hecho en este lugar, desde esas cifras infladas hasta las exportaciones que han hecho de manera "legal" con la firma de Keisuke Tachikawa y Natsuko Ishida.

—¿Qué?— Preguntó Rumiko sorpredida— ¿C-cómo obtuviste eso?

—Fácil.— Contestó Tomoko— En verdad eres idiota Rumiko hasta para guardar información tan simple como esta.— Sonrió— Y con la información que ya tengo de tí, todos aquellos contratos y fotos cuando fuiste teibolera, será tu final.

Por fin.

—Ahora todo el mundo sabrá la clase de mujer que eres.

Rumiko observó a Tomoko totalmente enfadada o mejor dicho airada, por su culpa todo lo que había construido hasta ese momento se caería en mil pedazos, todo lo que con esfuerzo y astucia había adquirido durante esos largos años los perdería, todo el honor y admiración que había conseguido sería en vano luego de que esa mujer revelara todo lo que sabía.

¡No era justo!

Tomoko Kimura nunca sabría todo lo que ella había tenido que pasar para obtener lo que ahora poseía. Esa mujer desconocía completamente su pasado.

Mientras Tomoko nacía en cuna de oro, ella había nacido casi sin hogar, comiendo las sobras de los patrones de su madre, heredando ropa usada y comprando zapatos baratos que apenas no demoraban en gastarse debido a que los usaba con frecuencia.

Todo lo que ahora tenía era todo lo que siempre había deseado a raíz de haber nacido casi en la calle.

¡No lo perdería por una mujer como ella!

Rumiko rápidamente se acercó a Tomoko y la tomó del brazo— ¡Olvida que te dejaré que hagas eso!

La oji-azul volteo molesta— No me lo impedirás Rumiko, ni tú, ni Kousei.

—Claro que te lo impediré.— Rumiko la agarró fuertemente del brazo.

—¡No!— Tomoko intentó soltarse jalando de su brazo provocando que ambas comenzaran una pelea de forcejeo— ¡Sueltame!

—¡No!— Respondió la rubia.

Tomoko intentó soltarse del agarre de la Nonaka, pero fue difícil, ya que esta la presionaba fuertemente impidiendo que se soltase.

En un movimiento rápido logró safarse del agarre de Rumiko, sin embargo, la rubia en otro acto empujo a su rival hacia la orilla de la azotea, debido a la fuerza que aplicó, Tomoko perdió el equilibrio, fue así como Rumiko nuevamente la empujó hacia el precipicio y fue así que la pelinegra tropezó con el borde la azotea, sin darle oportunidad a la oji-azul se sostenerse de algún lado, cayó al vacío, a través de esos seis pisos de alto.

¡Pluff!

Su cabeza chocó contra el suelo de cerámica provocando que de una gran herida se abriera y en poco tiempo un gran charco de sangre se hiciera presente.

Rumiko abrió los ojos impactada, sin poder creer que...

¡Nuevamente mató a una persona!


—¡No!— Kouji soltó su tazón con café que cayó al suelo quebrándose.

Todas las miradas se centraron en la mesa que se encontraban Damar, Hikari, Kouji y Takuya (Sí, para mala suerte del Minamoto)

Damar volteo hacia el oji-azul sorprendida de la reacción repentina del Minamoto— Kouji ¿qué sucedió?

—¿Estás bien?— Preguntó Rika también preocupada.

—¿E?— El Minamoto balbuceo levemente, la verdad es que no tenía ni la más mínima de idea de porque había reaccionado así, sentía un dolor en el pecho, como unas ganas de gritar y llorar. Hizo una mueca ¿por qué rayos sentía eso?

—¿Kouji?— Damar llamó al oji-azul extremadamente preocupada.

—¿Estás bien?— Rika preguntó de la mesa próxima donde estaba con Takato.

El Minamoto suspiró, en verdad se sentía desconcertado— No sé, Damar, no sé que me ocurre.— Pasó una mano por su rostro.

—¿Cómo no lo sabes?— Preguntó la pelirroja.

—¿Tan mala estuvo la comida?— Cuestionó Takuya y Damar lo fulminó con la mirada.

—No sé.— Respondió Kouji— No me acuerdo, me siento extraño.— Llevó una mano a su pecho, su corazón latía a mil por segundo.

Damar observó al Minamoto, en verdad se veía alterado y confundido, así que, tomó su mano— Tranquilo, está todo bien.

Kouji respiró profundo, necesitaba tranquilizarse.


+¡Si! Lo sé, soy lo peor del mundo, pueden matarme, pero debía hacerlo. Por instagram dije que moririan dos personas, esta es una. Espero sus reacciones (No me maten)

+Esto lo hice porque los amo y quiero que lean una historia apasionante.