Sora salió del hospital sosteniendo entre sus manos unos papeles. Hizo una mueca, jamás pensó que estar embarazada tuviera tantos requisitos y riesgos. Debía tener muchos cuidados con la comida, agua, movimientos entre otras cosas.

Y esto era solo el principio.

Suspiró.

Cuando su hijo o hija naciera su vida daría un giro de 180°

—¿Sora?

Una voz llamó su atención.

La pelirroja alzó la mirada, divisó a cierto amigo suyo, pelinegro, ojos oscuros y anteojos.

—Jou.— Pronunció su nombre y se acercó a él— Hola.

—Hola.— Respondió el chico.

—Me alegra verte.— Musitó Sora.

—A mi también.— Respondió— ¿Qué haces aquí?— Preguntó el chico de anteojos.

—Vine a una hora médica.— Respondió la pelirroja.

El día anterior se sintió horrible y sí, aunque le dijeron que era algo normal, Hikari insistió para que fuera al doctor. Fue así como estaba en eso cuando recordó que una amiga suya que hace poco se tituló como doctora atendía en ese hospital, así que la llamó para pedirle una hora.

Gracias al cielo su bebé estaba bien, sin embargo, la doctora consideró que su presión arterial no estaba bien al igual que sus niveles de azúcar. Así que, tendría que hacerse algunos exámenes extra para descartar una diabete gestacional o problemas con la presión que futuramente afecte su parto.

—¿Y tú?

—Voy saliendo de mi práctica.— Respondió Jou— Verás, todavía estudio, pero estoy en época de ir a terreno y vengo para acá a hacer esas pasantías.

—Que bien.— Musitó la pelirroja.

—Al parecer el destino nuevamente quiere juntarnos ¿e?— Comentó Jou— Hace poco nos habíamos visto. Dime ¿cómo te sientes ahora? ¿Te sientes un mejor?

Sora asintió— Sí, bastante.

—¿Lograste arreglar las cosas con Taichi?

La pelirroja hizo una mueca— No.

—¿No?— Cuestionó Jou sorprendido, eso era nuevo, ellos siempre solucionaban sus problemas y por eso llevaban tanto tiempo juntos.

—No.— Respondió Sora— ¿Para qué arreglar las cosas? Él me falló horriblemente. Jamás volveré a confiar en él.— Suspiró— Sin embargo, ya no me siento a muerte por eso, ya que no vale la pena.

Tenía que estar de mejor humor por su bebé.

—Me parece bien escuchar eso.— Comentó el Kido— Taichi es un idiota al perder al cambiar a una excelente chica como tú.

No se consideraba excelente chica, después de todo, igual cometió errores, mas, sabía que sus amigos siempre la considerarían mejor que Catherine y eso le subía el autoestima, el cual debería estar por el suelo luego de ser la cuernuda.

—¿Tienes prisa?— Preguntó Jou.

—No.— Respondió Sora— ¿Por?

—Porque quiero invitarte a comer un helado, ya que nuevamente nos encontramos y pues, desde que dejé el internado estoy lejos de mis amigos, incluyendote.—Comentó el chico de anteojos— ¿Te parece si salimos?

—¿E?— Balbuceo la pelirroja— Está bien.

Tenía tiempo de sobra ¿Por qué no pasar un buen momento con un buen amigo le haría bien?


—Kouji, me alegra verte.— Musitó Satomi mientras estrechaba entre sus brazos al oji-azul.

El Minamoto sonrió de lado, probablemente en otro momento se hubiera avergonzado, incluso ruborizado por esto, pero ahora no, ese abrazo lo necesitaba.

—Estaba muy preocupada por ti, hijo.— La mujer acarició su mejilla.

—Lamento haberte preocupado.— Respondió el oji-azul— No me sentía bien.

—Eso pensé.— Contestó la castaña.

Lamentablemente nadie estaba listo para afrentar la muerte de su madre, sobre todo en su caso que estuvieron separados por muchos años.

—Lo bueno es que ahora puedo verte.— Musitó Satomi— El otro día vine y no te encontré. No es por ser insistente, sé que necesitas tu espacio luego de todo lo que ocurrió, pero me es inevitable estar atenta a ti.

—Lo sé.— Respondió Kouji—Y te agradezco por eso.—Suspiró—Ese día que viniste me sentía pérdido, pero estoy intentando volver los pies a la tierra.

—Me alegra escuchar eso.— Comentó la castaña.

—Prometo no volver a preocuparte.

—Por favor...—Musitó la mujer— Me rompe el corazón que sufras eres mi hijo.

Sí, su hijo.

—Sobre todo ahora quiero que sepas que tienes mi apoyo.— Habló Satomi—Tal vez, no soy tu madre biológica, pero te amo como si lo fuera.

Lamentablemente la vida no le permitió concebir una vida en su vientre, mas, amaba tener este hijo adoptivo.

—Lo sé.— Respondió Kouji y por eso mismo, la valoraba enormemente.


Takuya ingresó a su departamento un tanto...¿cansado? ¿pérdido? ¿desconcertado? ¡Ni idea de que rayos sentía en esos momentos!

Rika no creía en "mentira" que le dijo Ryo, pero él sabía que era real. Sin embargo, no entendía ¿por qué rayos ese chico lo sabía? ¿Y por qué se lo dijo así sin más? Era un tema delicado ¿enserio creía que Rika le creería así sin más? Luego de todo lo que hizo, incluso él desconfiaría de él.

La puerta se abrió sin previo aviso, sacando al moreno de sus pensamientos. Frente a él apareció el mayor de los gemelos, quién no tenía buen rostro.

—Hey, Koichi.— Saludó el moreno, sin embargo, en vez de recibir un saludo de vuelta, obtuvo otra cosa.

—¡Dime Takuya! ¿Es verdad lo que dijo Miyako?— Preguntó el Kimura.

El castaño alzó una ceja— ¿Disculpa?

Koichi se acercó a él y lo agarró de la camisa— ¡Dime! ¿Es verdad?

—¡Hey! ¿Qué te pasa?— Takuya se safó de su agarré— ¿De qué rayos estás hablando?

—De Rika.— Respondió el Kimura.

¿De Rika?

—Y mi padre.— Continuo Koichi— Dime ¿es verdad que Rika y yo somos hermanos?

¡Rayos!

—¿Q-qué?— Preguntó el moreno— ¿Hermanos?

El Kimura asintió.

—¿P-por qué me preguntas a mí?— Cuestionó Takuya— ¿Por qué yo sabría algo así?

—Tú bien sabes porqué.— Contestó el Kimura.

¿A sí?

El moreno se mordió el labio inferior.

¿A qué venía esa pregunta? ¿Acaso Ryo también le dijo a Koichi? En ese caso ¿por qué le preguntaría a él?

—Koi-koichi yo, no sé...

—¡Si sabes!— El Kimura alzó la voz— ¡Miyako me lo dijo!

¿Qué? ¿Miyako se lo dijo? ¡No eso no es posible!

—Ella me dijo que tienes un exámen de ADN donde se confirma nuestra hermandad con Rika. Dime ¿es verdad?

¡Maldita Miyako! ¡Esto no era bueno!

Takuya guardó silencio.

—¡Tachikawa! ¡Dime!— Koichi alzó la voz molesto— ¿Es verdad?

Lo mejor sería ser sincero, después de todo, la Inoue habló demás.

—Sí, es verdad.— Declaró el moreno— Rika y tú son hermanos.


Mientras tanto muy lejos de los problemas del Internado se encontraban los hermanos Ishida, Takeru y Yamato observando (mejor dicho, espiando) tras una gran maceta la cita que Mimi tenía junto a su amigo rubio en la azotea de un restaurante.

—Odio estar aquí.— Musitó Tk.

—¡Silencio! Es cuarta vez que reclamas.— Respondió el mayor.

—Pues claro, mi ropa quedará llena de hojas y mosquitos. Dime ¿no era mejor ir a sentarnos y escondernos con las cartas el rostro.

Pues...No, no lo pensó. Solo vio las grandes plantas que se encontraban decorando el lugar y se escondió tras ellas para observar la cita.

Pero, no lo admitiría.

Yamato rodó los ojos— Mejor cállate y coloca atención.


—Me alegra mucho que hayas aceptado mi invitación a salir.— Musitó Michael.

Mimi sonrió— Te agradezco esta invitación ¿sabes? Luego del juicio necesitaba distraer la mente.

—Me lo imaginé.— Comentó el rubio— No debe ser fácil vivir un proceso como ese, a tu edad, sola.— Suspiró— Y cuando me refiero a sola, no me refiero al apoyo de tus hermanos, sino al cero apoyo del padre de tu hija.

La castaña hizo una mueca, lamentablemente el Ishida no quería ser de aporte.

—¿Cómo te enamoraste de alguien como Yamato? Todos hablan de lo frío que es.

—No lo sé.— Respondió la castaña— El hecho de conocernos desde que somos niños creo que influyó, al principio éramos simplemente y luego cuando me percaté que me gustaba escapé de él. Creo que eso le gustó.

—¿Tú? ¿escapar de un chico?

Mimi asintió— Difícil de creer ¿no?

—Sin duda.

—Bueno, era pequeña, no sabía que me ocurría, generalmente uno piensa en la historia del príncipe azul, pero cuando te ocurre es difícil saber como reaccionar.— Comentó— Y según él, eso fue lo que le gustó de mi, aunque...—Bajó la mirada— Parece que su amor no fue suficiente para perdonarme.

Michael hizo una mueca ante esto— Bueno, él se lo pierde.

Lo mejor sería no hablar de él y evitar el tema de su hija.

—¿Sabes? Me siento muy privilegiado que aceptaras salir conmigo.— El rubio sonrió— Llevo esperando esta oportunidad hace años.

La Tachikawa alzó la mirada y sonrió— ¿A sí?

—¿No fui obvio?— Cuestionó el oji-azul— ¡Me hice amigo de Takuya para llamar tu atención y no funcionó!

Mimi rió ante esto, Damar una vez se lo comentó, pero no quiso creerlo, aunque según ella "era muy obvio"

—Bueno, ahora tienes la oportunidad de tu vida para conquistarme ¡No la desperdicies!— Bromeo la castaña.

—No lo haré.— Respondió Michael tomando su mano.

—Permiso, jóvenes.— El mesero se presentó frente a ellos— Les traigo su comida.


El menor hizo una mueca— ¿Sabes? No entiendo porque te interesa tanto lo que haga tu ex, tú le dejaste bien que la odias por ocultarte a tu hija.

—No la odio.

—¿A no?— Cuestionó Takeru— Yo pensé que sí, después de la manera en que actuaste con ella.

Yamato hizo una mueca— Bu-bueno, estaba enojado.— Lamentablemente cuando pensaba con la cabeza caliente no actuaba bien y demostraba sentimientos que algunas veces no sentía del todo por la forma agresiva en que decía las palabras.

—Esto es muy aburrido, ellos simplemente hablan, rien y ahora están comiendo.— Comentó Tk— Si vamos a estar aquí al menos deberíamos pedir algo.

Yamato rodó los ojos, verdaderamente fue mala idea pedirle a Takeru que lo acompañase, reclamaba por todo.

Mientras él intentaba poner atención a la cita de Mimi y ese rubio, quién tomaba su mano.

¡Rayos!

Pensó.

¡Debía arruinar esa cita! Pero ¿cómo? ¿qué debía hacer para estropear esto?

Observó al su alrededor y...¡Un minuto!

Yamato depositó su mirada en uno de los insectos que se encontraba en el arbusto donde ellos se escondian, para ser más precisos en una oruga. Sí, una oruga.

Hizo una mueca, esto no sería de su agrado.

Con el borde de su chaqueta tomó el insecto, señaló y con una precisa puntería lo lanzó en el plato del rubio.


—Mmm...¡Se ve deliciosa la comida!— Exclamó la Tachikawa.

—Sí, tu plato se ve bien.— Comentó Michael.

—El tuyo también.— Mimi depositó su mirada en el platillo de su amigo, curiosamente algo se movía. Alzó una ceja.

—Mike.

—¿Sí?

—¿Qué es eso que se mueve en tu plato?— Preguntó la castaña horrorizada.

—¿Moverse?— Cuestionó Michael bajó su mirada a su plato.

La cara de horror en Mimi fue un poema—¡Un insecto!

Su grito llamó la atención de todos los presentes en aquel lugar, el alboroto por parte de la castaña al igual que el resto a su alrededor fue máximo.

Yamato simplemente sonrió ante esto al ver como la cita entre el rubio y la castaña se arruinaba.

Al lugar rápidamente llegó un mesero—Disculpe joven y señorita, le cambiaremos su plato.— Musitó antes de tomar el plato e ingresar al restaurante.

—No se preocupe, lo mejor será que nos retiremos.— Comentó el rubio.

—Hey, no es necesario, le traeremos otro.— Respondió el mesero— Tanto así que le daremos un platillo extra y gratis, no solo usted, también a su acompañante.


—Pe-pero ¿por qué rayos tú tendrías un exámen de ADN mío?— Cuestionó el Kimura.

—Eso tiene una explicación.— Respondió Takuya—Sin querer escuché una vez escuché una conversación de tu padre y la madre de Rika.

¿Qué?

¿Una conversación entre Kousei y Rumiko?

—Donde Rumiko le decía que ella era su hija.— Contestó el moreno.

—¿Y-y por qué no me lo dijiste en ese minuto?

—Porque no tenía pruebas.— Musitó Takuya— No podía llegar y decirtelo, probablemente tu padre y Rumiko lo negarian, lo cual me involucraría en un problema.— Hizo una mueca— Lo único que se me ocurrió fue hacer ese exámen.— Suspiró— Y dio positivo.— Llevó una mano en su nuca— Jamás pensé que Miyako los encontraría, pero así fue así y decidimos que lo mejor era hablar con Tomoko, ya que solo ella tenía el derecho a contarles algo como eso, sin embargo, justo cuando iba a hacerlo ella...— No pudo, mejor dicho, no quiso decirlo.

El silencio se hizo presente en aquella sala.

Koichi repasó todo en su cabeza, sin saber exactamente como reaccionar. Esto no era posible, pero Miyako lo confirmó y Takuya también, incluso decía tener pruebas de ADN.

—Quiero ver ese exámen.— Declaró el Kimura sin más.

¿Qué?

Takuya se sorprendió ante esto.

—¿Los tienes aquí cierto?

El moreno asintió.

—Quiero verlo.— Respondió Koichi.


—No puedo creerlo Nene.— Musitó Thomas H Norstein completamente ¿sorprendido? ¿decepcionado? Ni idea, solo sabía que no esperaba esto—¿Me citaste aquí con urgencia solamente para preguntarme por mi ex?

—Pues...—Nene sonrió de lado, jamás pensó que el rubio se enojaría por eso, aunque debió esperarlo, el Norstein era un chico ocupado—¿Sí?

Thomas hizo una mueca— Pensé que era más grave.

—Disculpa, pero tenía curiosidad.

—¿Curiosidad? ¿De qué?

—De ella.— Respondió Nene—¿Ese día que me querías decir con todo de que Nanami no era lo decía ser? Que era hipócrita con Mimi y el resto.

—¿Por qué preguntas?— Cuestionó el rubio.

—¿Qué no es obvio? Quiero saber porqué me lo dijiste.

—¿Y por qué justo ahora?— Preguntó el oji-azul.

Buena pregunta.

Nene hizo una mueca— Verás, no me da buena espina esa chica.

—¿Discutieron?

—No.— Respondió la castaña— Pero si he escuchado que ella no habla muy bien de ti en el Internado.— Esto era verdad, Thomas no tenía buena fama por engañador y rompecorazones.

—Bueno, le fui infiel.

—Sí, pero me sorprende que tú también me comentaras algo en su contra cuando deberías estar "arrepentido" por tu engaño ¿no?

—Debería, pero no lo estoy.— Contestó Thomas— Lo estaría si Nanami en realidad fuera la santa que pinta ser.

—¿Por qué dices eso?

—¿Enserio quieres saber?

La verdad sí.

Nene asintió— Ya te dije que no me agrada.

Thomas suspiró, lo mejor sería decirle, después de todo ¿qué perdía? Nada. Además, hablar de su prometida era su pasión (Así como ella hablaba de él)

—Nanami está interesada de Yamato.

—¿Qué?— Preguntó Nene sorprendida.

—Lo que escuchaste.— Respondió Thomas.

—¿Enamorada?— Cuestionó la chica Amano— ¿Del novio de su amiga?

—Bueno, no sé si enamorada.— Comentó el rubio— Mejor diría decepcionada. Cuando Mimi se fue a Estados Unidos por su embarazo, Nanami se involucró con Yamato. Y no de una manera muy agradable ¿Sabes? Sora e Izumi no estaban de acuerdo con esto, ya que, ellas cuatro siempre tuvieron un pacto de no involucrarse con el exnovio de la otra.

Nene alzó una ceja— ¿Y Mimi lo sabe?

—Al parecer no.— Habló Thomas— Y no me sorprendería, Nanami quiere volver hacer caer a Yamato y salir ilesa con ello.

—Pero ¿Por qué? Se supone que son amigas ¿no?

—Se supone.— Respondió el oji-azul— Pero más grande es la ambición de Nanami por librarse de su compromiso conmigo y si es con alguien que le atrae, mejor para ella.

Nene alzó una ceja, era curioso, Yamato tenía un aire muy similar a Thomas, al parecer los gustos de Nanami iban por ese lado.

—¿Y por qué no le dices a Mimi?

—Porque no es un tema mío.— Comentó Thomas— Te lo digo a ti, para que no seas otra inepta en caer en sus juegos, ya que Nanami no es tan santa como se hace ver, todos creen que el Diablo soy yo, pero ella es peor. Una arpía. Tiene buen rostro, pero guarda muchas cosas en su interior. No te recomiendo confiar en ella y pues, también le recomendaría eso a Mimi, pero no es un tema que me involucre, así que no me involucro.

Buen punto.

La castaña llevó una mano a su mentón.


Luego del inconveniente con la oruga y el platillo Mimi continuo en su cita junto a Michael.

—Así que ¿estudias diseño? ¿no?

Mimi asintió.

—Yo pensé que tu padre quería otra cosa.— Comentó Michael.

—Pues no.— Respondió la castaña— Mi padre es un tanto machista, consideró que esa carrera era perfecta para una mujer.— Suspiró— Hecho que no me molestó, ya que quiero crear mi compañía de moda.

—¿Dejaste de lado tu sueño de ser cantante?

La castaña asintió— Lamentablemente sí, verás, creo que no tengo posibilidades.

—¿Por qué no?

—Porque el negocio de la música no es muy rentable.

—Para aquellos que no tienen talento.— Respondió Michael— Pero tú tienes un don es único para la música, serías una excelente cantante y autora, las canciones que escribes siempre son alusionantes.

—¿Lo dices enserio?— Preguntó la Tachikawa—¿O quieres alagarme?

—Es enserio.— Respondió el rubio— Aunque ¿estaría mal que intentara alagarte?

—No, pero te conozco y desde ya te diré que así no me conquistaras fácil.— Comentó Mimi.

—¿A sí?— Michael se acercó a su rostro y la observó directamente a los ojos— Según tú ¿Cómo es la fórmula para conquistarte?

Mimi se mordió el labio inferior ante la cercanía, nunca estuvieron así.


Yamato observó esto alarmado.

¡Ese chico estaba muy cerca de Mimi! ¡Debía intervenir!

Plan 2.

Cubrió su cabeza con la capucha de su chaqueta y rápidamente caminó hacia un mesero que se encontraba a un costado.

Y ¡Ups! La bandeja cayó sobre el rubio empapando su ropa.

—Pero ¿qué rayos?— Preguntó Michael.

La mesera dirigió su mirada hacia el afectado— ¡Disculpe joven! No fue mi intención.

El rubio hizo una mueca, su ropa estaba completamente empapada por el licor y la comida.

¡Esa mancha no saldría fácilmente! Eso no era bueno.

Jamás fue vanidoso, pero ese vestuario era costoso.

Mimi pasó su mirada por el culpable de esto, era un chico que ocultaba su rostro en una chaqueta.

¡Un minuto! Esa chaqueta la conocía. Observó atentamente al chico que se alejaba de ellos en dirección a las grandes macetas con plantas que adornaban todo el frente del balcón.

Frunció al ceño al distinguir al hermano menor de Yamato tras las plantas.

¿Qué rayos hacia Tk aquí?

Dirigió su mirada al chico que "accidentalmente" lanzó la bandeja sobre Michael.

Ahora recordó esa chaqueta.

~Recuerdo~

Mimi besó los labios de su novio que se encontraba a su lado durmiendo— Buenos días, cariño.

El chico se removió entre sueños.

—Es hora de despertar.— Musitó la castaña mordiendo su labio inferior.

El rubio abrió sus ojos azules con dificultad— Mi-mimi.— Pronunció su nombre.

—Buenos días.— Mimi depositó un beso en sus labios.

Yamato hizo una mueca— Pensé que no te gustaba levantar temprano.

—No.— Respondió la castaña— Pero hoy es necesario. Tengo una reunión con el comité.

El rubio hizo una mueca—¿Una reunión con el comité es más importante que estar conmigo?

—¡Claro que no!— Respondió la castaña antes de abrazarlo y besar sus labios.

El Ishida le correspondió este gesto, sosteniendola por la cintura, saboreando de los dulces labios de su novia. Labios dulces con sabor a miel que endulzaban su vida y sobre todo sus mañanas, amaba despetar junto a ella.

—¡Ya mucho!— Mimi se alejó sorpresivamente del rubio— En verdad debo ir.— Musitó antes de levantarse de la cama y acomodar su ropa.

Yamato hizo una mueca.

Mimi al estar lista caminó en dirección al closet.

—Hey.—La llamó el rubio— ¿Qué haces?

—¿Qué no es obvio?— Cuestionó el oji-azul— Busco algo para el frío.

Yamato alzó una ceja— ¿Desde cuando la reina de la moda utiliza ropa de hombre?

—Desde nunca.— Comentó Mimi— Hoy será mi primera vez.

Sora muchas veces utilizó ropa de Taichi y quería saber que se sentía usar ropa de su novio, sentir su aroma, como si la estuviera envolviendo en sus brazos a cada segundo.

El rubio hizo una mueca— Dudo que te guste.

—Bueno, será interesante sacarle burla a tus odiosas fans que muere por ti.— La castaña rebuscó entre su ropa y entre ella divisó una chaqueta azul.

~Fin del recuerdo~

Pero ¿qué rayos hacia Yamato aquí?


Nene salió del restaurante donde se reunió con Thomas y caminó en dirección a la calle principal para tomar un taxi.

No habrá caminado muchos pasos cuando sin querer tropezó con alguien.

—¡Ten más cuidado por donde caminas!— Fue el grito del sujeto.

—¡Hey! Fijate tú.— Nene alzó su mirada sorprendida y grande fue sorpresa al encontrarse con cierto rubio.

—¡Vaya, vaya! A puros tropiezos nos encontramos ¿e?—Comentó Kiriha.

—Al parecer sí.— Respondió la castaña— ¿Qué haces aquí?

El rubio hizo una mueca— ¿Qué haces tú aquí?

La castaña observó a Kiriha detenidamente, estaba extraño, pálido, su respiración estaba acelerada y sus ojos estaban extraños, colorados.

—¿Por qué estás así?

—¿Así?— Cuestionó el rubio— ¿Así cómo?

—Extraño.— No parecía él. Se acercó a él—¿Estás drogado?

—¿Q-qué?— Preguntó el rubio— No, claro que no.

—Claro que sí.— Respondió Nene—Sé distinguir cuando alguien está drogado.— Comenzó a intrusear en los bolsillos de su chaqueta.

—¡Hey!— Exclamó Kiriha— ¿Qué haces?

La castaña no contestó y continuo haciendo esto hasta encontrar no una, sino diez bolsitas con polvo blanco— ¡Lo sabía!

El oji-azul hizo una mueca— Bueno, sí, consumí un poco ¿Qué tiene de malo?

—¡Todo!— Respondió Nene— ¿Cómo se te ocurre?

—Hey, no me regañes.— Exclamó el rubio molesto— ¿Por qué te preocupas por algo tan simple como esto?

—¿Simple?— Cuestionó la castaña— ¡Esto no es simple!

¡Las drogas no eran un juego para ella! Ya que, por culpa de ellas su madre se convirtió en el monstruo que era y de paso le arruinó la vida prácticamente vendiendola para adquirirlas.

—¿Dónde las conseguiste?

Kiriha hizo una mueca— No te importa saber.

Claro que sí.

—No me digas que...—Una idea pasó por su mente— No me digas que vendes esto.

El rubio tuvo intenciones de negarlo, mas, se contuvo.

—¿Cómo crees que he sobrevivido todos estos años?

—¡No puede ser!— Exclamó la castaña.

¡Debió imaginarlo! Él se juntaba con Ryo antes ¿no? Este también vendía ¡Rayos!

La chica dirigió su mirada hacia la mochila del rubio y se acercó a ella.

—Hey ¿qué haces?

Nene simplemente ignoró esto y abrió el cierre.

¡Efectivamente ahí había un paquete gigante! ¡Rayos!

—¿Qué es esto? ¿Más drogas?— Cuestionó la castaña.

—Si respondo que no ¿me dejarás en paz?

¡Idiota! Pensó Nene molesta.

Rápidamente cerró la mochila y observó a su alrededor, habían dos policias unos pasos lejos de ellos, por suerte no los observaban, pero, si veía al chico en estas condiciones tendría problemas.

—¡Hey! Vamos.— Musitó la chica Amano antes de jalarlo del brazo.

—¿Dónde?— Preguntó el rubio.

—Lejos de aquí.— Respondió la castaña— ¿No viste al policia?

Kiriha hizo una mueca, literalmente estaba en otro mundo—No me digas que tienes miedo.

—Miedo no, es simplemente juicio racional.— Ella actuaba como loca a veces, pero jamás corría peligro frente a lo legal.

Con el negocio ilegal de su madre y adicción vivió muchos momentos de miedo frente a la justicia, no quería volver a pasar por eso.

—¡Vamos!— Exigió Nene jalando del chico.

—¿Por qué?— Cuestionó rubio.

—Porque no quiero que tengas problemas.

—¿Y por qué te interesa que no los tenga?— Preguntó Kiriha— ¡Es mi vida!

—¿Qué no es obvio?— Musitó Nene— Somos amigos ¿no? ¡Es lógico que me preocupe!

—¿A sí?— Cuestionó el rubio— ¿De qué tipo?

—¡No me preguntes! ¡No estoy de humor para nuestros juegos!— Exclamó la castaña.

Fue así como ambos caminaron lejos de los policias en dirección al hotel más cercano.


No, esto no era posible, claro que no.

Koichi revisó por milésima vez el exámen de ADN donde decía que Rika y él eran hermanos. Mas, no le caía en la cabeza ¿Cómo rayos le ocultaron este secreto tanto tiempo? ¿Por qué su madre nunca le dijo? ¿Fue por el engaño de Kousei que se divorciaron? Las cuentas calzaban, pero no podía creerlo todavía.

Takuya simplemente observó a su amigo sin saber exactamente que hacer, hablara o callar, estar cerca o lejos.

—Así que...—El Kimura habló— Nos sacaste una muestra a Rika y a mi.

El moreno asintió.

—¿Izumi también lo sabía?

Takuya nuevamente asintió.

—¿Y mi madre supo de estos exámenes antes de morir?— Preguntó Koichi.

—Sí.— Respondió el moreno.

—¿Y no te dijo por qué lo ocultó durante tanto tiempo?— Cuestionó el Kimura— Supongo que ella debía saberlo ¿no?

—Sí, lo sabía.— Contestó Takuya— Pero no sé exactamente porque no quiso decirles a Kouji y a ti.— Admitió— Lo único que sé es que no le gustó que Rumiko inventara que Rika era producto de un abuso.

—Hija de un abuso.— Koichi repitió esas palabras— ¿Cómo rayos Rumiko jugó con algo así?— No le calzaba— ¿No fue suficiente el sufrimiento de Rika todo este tiempo para mentirle así?

Takuya simplemente se mantuvo en silencio ante esta pregunta, lamentablemente no sabía la respuesta. Sin embargo, era terrible pensar que Rumiko prefirió crear una mentira antes de evitarle sufrimiento a su hija.

—Y mi padre...—El Kimura continuo hablando— No sé porqué me sorprende, él fácilemente se olvidó de mi luego del divorcio y siempre hizo sufrir a mi madre. Que renegara de su propia sangre es algo que debía esperar.

Kousei era un hombre despreciable.

—¡Esto es absurdo!— Exclamó Koichi antes de levantarse de su lugar y caminar en dirección hacia la salida.

—¿Dónde vas?— Preguntó Takuya.

—A hablar con Rumiko.— Respondió el Kimura.

¿Qué?

—Debo aclarar todo esto.

—Pe-pero...

—No te preocupes.— Koichi lo interrumpió— No le diré que tú me diste estos exámenes de ADN.

Eso no era lo único que le preocupaba.


+Capítulo corto, espero que les guste, se viene la parte IV.