Capítulo 9: Una larga noche
***Kagome***
Estaba algo sorprendida mirando la escena que estaba en frente de mí. Como podía ver el jefe de Rin se sentía con todo el derecho sobre ella, y estaba segura de que no aceptaría un no como respuesta. Voltee a ver a Rin un momento para darme cuenta de que se encontraba totalmente petrificada, como si no supiera exactamente cómo reaccionar en estos momentos. Estaba a punto de intervenir cuando veo que Kohaku se levanta para hacerle frente al jefe de Rin.
-Creo que ella estará mejor con nosotros- Conocía a Kohaku desde hace tiempo y sabía que estaba celoso. Y no lo culpaba en absoluto, frente a nuestros ojos se encontraba no solo un hombre dueño de una de las multinacionales más importantes a nivel mundial, sino que también se trataba de un hombre atractivo, por donde lo vieras.
-Me parece algo irresponsable de su parte que piense así- la voz del jefe no hacía más que magnificar su gran imagen, no dejaba espacios a la imaginación, realmente podía cautivar a cualquiera.
-¿Irresponsable?- ahora se encontraba enojado- ¿Acaso usted la conoce? Solo es su jefe, nosotros somos su familia- sentí que algo jalaba mi mano y cuando voltee era Rin, se le veía preocupada y asustada. Sin usar el lenguaje de señas y solo moviendo sus labios me dijo "detenlo".
-Podrán ser parte de su familia, pero no está pensando en ella. Lo mejor es que descanse aquí esta noche, ya ha sufrido mucho por un día, no quiere que se lesione más- Kohaku apretó los puños, de mismo modo que lo hacía Sango antes de dar un golpe, así que fue ahí donde me pare y puse mi mano delicadamente en su brazo.
-Creo que él tiene razón Kohaku- volteo a verme aun enojado- si la movemos ahorita puede que se lastime más, además, esperemos a que el medicamento haga efecto y su cuerpo repose- use casi las mismas palabras que el jefe de Rin, pero al parecer Kohaku entendió más viniendo de mí y solo asintió- ¿Por qué no vas a mi casa y pasas la noche con los chicos?
-Kagome yo no pienso…
-Lo sé, yo cuidare de ella y podrás venir por nosotras en la mañana, en mi casa tengo ropa para ella también, ¿por favor?- Kohaku volteo a ver a Rin y después suspiro. Antes de contestarme volteo hacia el otro hombre y lo miró con cierto odio.
-Vendré a primera hora, no duden en llamarme si algo pasa- de pronto hizo algo que ni yo me esperaba, se acercó a Rin y le dio un delicado beso en la cabeza. Rin solo abrió los ojos sorprendida y yo tampoco supe que hacer, miré rápidamente hacia donde estaba el jefe de Rin, en un intento por huir de esa escena tan incomoda. Pero rápidamente me di cuenta de que fue la peor decisión, ya que la mirada asesina de ese hombre atravesaba por todo el lugar.
Después de esa "despedida" Kohaku se fue del departamento. Yo me acerqué a Rin para ayudarla a levantarse, pero, sentí la presencia de alguien acercándose a nosotras. Claramente se trataba del jefe de Rin.
-No es necesario, Kagome me ayudara- yo estaba haciendo de soporte para Rin, ya que solo una pierna era la que tenía lesionada, pero aun así sentí como los brazos de ese hombre me hacían a un lado para sostener el solo a Rin.
-Es mejor que te muevas lo menos posible- y sin esperar la contestación de alguna de las dos sentí como me la quitaba de las manos para cargarla entre sus brazos. Fue un movimiento ágil y calculado, como si no fuera la primera vez que la carga, acostumbrado a su peso. Sabía que Rin estaría protestando, pero a juzgar por el temperamento de este hombre simplemente lo dejaría pasar y continuaría haciendo lo que se le diera la gana. Yo solo los seguí hasta una habitación que se encontraba casi al final del pasillo, quise ayudarlo a abrir la puerta, pero él tan solo le dio un ligero golpe con el pie y la puerta se abrió.
-Muchas gracias por todo- le dije una vez que acomodo a Rin en la cama, ella se encontraba roja de la cara, me supongo que aun tenía vergüenza y no la culpaba.
-Si necesitan algo solo tienen que llamar a Jaken, él se hará cargo de todo- ya había dejado de ver a Rin y ahora me estaba hablando directamente, sentí una pequeña incomodidad mezclada con una familiaridad en esos ojos dorados. De repente algo paso por mi cabeza, una idea vaga pero que podría tener sentido. La idea apenas iba tomando forma cuando sentí en mi brazo los dedos de Rin.
-Kagome, no los he presentado, él es mi jefe, Sesshomaru Taisho- conocía a Rin desde hace un tiempo así que sabia que el querernos presentar se le había pasado desde el momento en el que llegue al departamento- Ella es Kagome Higurashi, es como una hermana para mí-
-Mucho gusto, se que no son las mejores circunstancias, pero, me alegra saber que Rin tiene a su lado a buenas personas. Hemos tenido muy malas experiencias y me tranquiliza el no tener que preocuparme por las personas por las que trabaja- vi que Rin se puso algo nerviosa, sabia ella que aun cuando mi voz estuviera tranquila, eso había sido casi una advertencia. Cuando voltee a ver de nuevo a Sesshomaru él nos observaba en silencio, un silencio demasiado incómodo.
-Siéntanse cómodas y como ya les dije cualquier cosa estará Jaken a sus órdenes- su voz era igual de fría que su mirada y dio sin mas media vuelta hacia la salida. Cuando nos quedamos solas en la habitación voltee rápidamente con Rin.
-Necesitas agua, iré por un poco- ella solo asintió y yo salí rápido de la habitación. Había algo que necesitaba preguntarle a Sesshomaru, algo que sabia que Rin no me diría por mas que la presionara. Para mi suerte Sesshomaru estaba caminando a la salida con un saco en la mano y con el mismo semblante frio.
-Espera, Sesshomaru- no sabia si era muy correcto llamarlo por su nombre, pero, sentía que no debía de tratarlo por su apellido siendo casi de la misma edad que yo. Él volteo a verme mientras que yo cerraba la distancia que había entre nosotros- ¿Podríamos hablar un poco?
-¿Hablar? ¿De qué?- su mirada molesta hacia que yo me sintiera del mismo modo. ¿Acaso era algo contagioso? Sacudí mi cabeza haciendo desaparecer esas ideas tontas.
-De Rin, por supuesto- su mirada molesta cambio casi al instante, tal vez me sorprendió un poco, pero a juzgar como se había comportado antes con Kohaku, algo dentro de mí me decía que le preocupaba mucho Rin, tal vez mas de la cuenta.
-¿Pasa algo con ella?- aun cuando su voz sonaba neutral, sus ojos dorados brillaron diferente, se veía preocupado de alguna manera.
-¿Qué te parece si hablamos afuera? Tal vez no me creas, pero, Rin tiene un excelente oído- Sesshomaru solo abrió la puerta y me hizo la señal para que saliera. Una vez afuera se cruzo de brazos y espero a que hablara- ¿Qué fue lo que paso realmente?
-No lo se bien, cuando entre a la casa su padre estaba por enterrarle una botella quebrada en la espalda- ese maldito bastardo, sabia que trataba a Rin mal, pero no pensé que fuera capaz de hacerle todo eso.
-¿Qué hicieron con él?
-La policía se hizo cargo de él. Rin tiene que ir a poner una denuncia o lo dejaran libre para mañana en la tarde
-Ella no lo hará- ella muchas veces me había dicho que se sentía en "deuda" con su familia adoptiva y se siente con la responsabilidad de devolverles todo lo que han hecho por ella- ¿Lo intentaste cierto?
-Dijo que no piensa denunciarlo, aun cuando la dejo en ese estado- por un pequeño momento su voz había perdido su tono neutral y pude notar molestia en ella. Pero fue demasiado breve porque cuando hablo su voz había recuperado su tono natural- ¿Siempre ha sufrido de esa clase de violencia?
-No, bueno, no tan grave. Ese señor siempre la maltrataba psicológicamente, jamás pensé que se atrevería a esto. De igual forma, muchas gracias por haberla salvado, sin ti no quiero pensar donde estuviera viendo a Rin en estos momentos- sentí unas pequeñas lagrimas salir, las cuales limpie rápidamente.
-Hay otra cosa, yo había ido a su casa por unas carpetas que se había llevado. Cuando estaba a unos metros de su casa sonó mi celular y me sorprendió que ella era la que me estaba llamando- era nuestra alarma de emergencia. Si algo le pasaba o si necesitaba ayuda Kohaku y yo le habíamos dicho que solo tenia que marcar a nuestros teléfonos y sabríamos que se encontraba en peligro.
-Si, es algo que ideamos juntos, lo mas seguro es que tu número se encontraba más al alcance- sentía que mi cabeza me dolía.
-Ella hablo- voltee a verlo rápidamente sin creer una sola palabra que salía de su boca.
-¿Qué?
-Cuando conteste, escuche como su padre le gritaba y aventaba las cosas. Sabia que algo no andaba bien, así que estaba bajándome del carro cuando alcance a escucharla decir "ayúdame"
-Eso no puede ser- Rin no podía haber hablado, a no ser que haya podido vencer su fobia. Pero no podía ser posible, o acaso ¿Había pasado por tanto miedo que su mente hizo lo posible para protegerla?
-La mudes de Rin, ¿Es de nacimiento?- negué con la cabeza. Aun mi mente procesaba la situación, les daba vueltas a todas las posibilidades. Tenía que haber sido protección, ya que ha vuelto hablar con el lenguaje de señas, estoy segura de que ni si quiera se acordaba- ¿Por qué no puede hablar? Está claro que no es algo físico- deje de darle vueltas porque jamás llegaría a nada, esto me lo guardaría para mas tarde.
-Eso es algo que Rin debe de decirte. Y la verdad no creo que lo haga, ni si quiera a sus amigos cercanos se los cuenta. Así que te pido que simplemente lo olvides- sabia que mis palabras iban a molestarlo, pero también sabía que él entendía, se estaba metiendo en algo muy personal, siendo solo su jefe.
-Volveré en la mañana para llevarla a un hospital- claramente era un hombre de pocas palabras. Sin esperar mas solo se dio la media vuelta para irse
-Espera, tengo una última pregunta que hacerte. Esto no tiene nada que ver con Rin, pero, si no te hago esta pregunta estará rondando en mi cabeza toda la noche- de nuevo solo se quedo observándome, esperando que hiciera la pregunta- ¿Eres familiar de Inuyasha verdad?- me esperaba una leve reacción de sorpresa, justo como hace un momento con el asunto de Rin, pero, lo que obtuve fueron unos ojos abiertos totalmente sorprendidos.
-¿Cómo lo conoces? ¿Lo has visto?- se regreso los pasos que había dado hace unos momentos y estuvo a punto de tomarme del brazo cuando yo levante las manos. Dándole una señal para que mantuviera su distancia.
-Tranquilo, si lo he visto, estaba con él hace unas horas y…
-¿Hace unas horas? ¿Él… él te trajo?- se veía desesperado y yo me estaba poniendo nerviosa por su actitud
-No, en cuanto supo que me dirigía a tu empresa se puso raro y después solo me dejo en la puerta dándome una tonta excusa- para ser sincera al principio pensé que tenía algún tipo de problema "legal" con alguien de esta compañía. Pero al ver su gran parecido entendía, que se trataba de que Inuyasha realmente esta conectado a este hombre.
-Ya veo- parece que lo había desilusionado mis palabras, pero tampoco le podía mentir. Sea lo que fuera, Inuyasha no quería verlo- si vuelves a encontrarte con él… olvídalo- se veía extraño, esa mirada dorada mostraba tristeza y soledad- te pido que no menciones a nadie lo que notaste y mucho menos le digas a Inuyasha que hablaste conmigo de esto- de nuevo ese tono neutral y frio.
-Descuida, veo que es algo en lo que no debería de meterme. Solo te hice la pregunta por su gran parecido, ahora que lo sé, me quedare tranquila- Sesshomaru se quedó observándome un poco más y después se separó de mi- ahora volveré con Rin y de nuevo muchas gracias- ahora fui yo la que dio la media vuelta primero. Al entrar al departamento no pude evitar dar una rápida mirada a todo el lugar. Era grande y lujoso, no me esperaba menos, de pronto pensé en el departamento de Inuyasha. Ese pequeño pero cómodo lugar, no tenia nada que ver con este enorme y frio departamento, era como si aquel lugar estuviera lleno de vida y este estuviera muriendo lentamente.
Tome un vaso de agua y cuando entre al cuarto Rin ya se encontraba dormida. Puse el vaso de agua en la mesita de noche y después acomodé a Rin ya que estaba media sentada y destapada. Sintió cuando la moví e hizo una pequeña mueca de dolor, pero aun así no se despertó. Me quede casi toda la noche despierta atenta a cualquier cosa que pudiera necesitar Rin o si el dolor en alguna herida había aumentado. Estaba quedándome dormida cuando sentí que mi celular vibro, casi salto de la cama pensando que había pasado algo. Cuando vi el celular note que se trataba de Kohaku, voltee a ver a Rin y ella aún se encontraba dormida, así que salí del cuarto para poder contestar la llamada.
-Hola Kohaku
-Kagome, acabo de levantarme solo me alisto e iré a tu casa por la ropa que necesita Rin- aun se escuchaba adormilado, pero no me sorprendía para nada que estuviera tan insistente en venir ya por Rin.
-Claro, solo deja irla despertando, la medicina hizo su efecto y pudo dormir lo que quedaba de la noche tranquila
-Eso me alegra, entonces en un rato mas las veo. Otra cosa Kagome… su jefe… ¿Se quedo ahí con ustedes?- me dio un poco de risa su pregunta, sabia a lo que le temía y no era para nada discreto.
-Se fue un poco después de ti, puedes estar tranquilo, aunque ahora tienes una fuerte competencia- sentí que Kohaku se quedo mudo mientras que yo me moría de la risa
-Llegare en 1 hora- se le notaba entre molesto e incomodo yo no paraba de reírme y después solo escuche que había colgado.
Entre al cuarto aun riéndome y note que Rin ya se encontraba despierta tratando de levantarse a lo que rápidamente la sujete de los hombros para detenerla.
-¿Qué crees que haces?- lo que antes era una simple marca roja en su cara, ahora se notaba ya de color morado y me daba dolor tan solo de verla.
-Necesito ir al baño- suspiré y me puse a su lado para tomarla del brazo que le dolía menos y levantarla
-No apoyes con la otra pierna, recuerda que no puedes caminar todavía- Rin asintió y puso todo su peso en mí, aunque fue algo difícil llegamos al baño a salvo. Agradecía que hubiera un baño en la habitación o si no hubiera sido más difícil. Cuando volvimos al cuarto ella tomo un poco de agua y estaba a punto de decirle que Kohaku ya venia cuando alguien toco la puerta- Iré a ver quién es, aunque de alguna manera no siento correcto hacerlo ya que no es mi casa
-Tal vez sea alguien buscando a Sesshomaru- y de nuevo una cara de preocupación, había vuelto la Rin de siempre.
-Es por eso por lo que no quería ir. Ahorita vengo no te muevas de aquí- esa ultima frase fue mas una orden que otra cosa. Cuando abrí la puerta me sorprendió mucho ver a Sesshomaru aquí, no venia solo estaba Jaken con él.
-Buenos días, señorita, hemos venido a llevar a la señorita Rin al hospital
-Si claro, pasen- me sentía extraña, este era su departamento ¿Por qué rayos necesitaban tocar el timbre?
-También trajimos un cambio de ropa, suponemos que la señorita Rin se sentirá más cómoda con esto- me entrego Jaken una bolsa con ropa. Aunque la vi rápidamente pude notar que se trataba de ropa nueva.
-¿Ella esta bien?- ese era Sesshomaru, con su voz fría y controlada como siempre
-Si, hace un momento la ayude a ir al baño, los golpes ya dejaron sus marcas correspondientes, pero creo que esta mejor que anoche- a diferencia de Sesshomaru, Jaken hacia notar claramente su preocupación por Rin- lo que me preocupa es que casi no se puede mover para no lastimar su pierna
-Yo la llevare al carro- esa pequeña frase nos sorprendió tanto a Jaken como a mi y me vi en la obligación de pararlo antes de que hiciera de nuevo lo que quería.
-Espera un momento, no puedes hacer eso ¿Acaso no piensas en ella?- me miro interrogándome, como si no entendiera ni un poco a lo que me refería- Veo que no, lo que ella necesita son unas muletas o una silla de ruedas, se sentirá menos avergonzada que si su jefe la cargara en sus brazos como una princesa- al parecer entendió porque se quedó mirando a Jaken
-Consigue una silla de ruedas- Jaken solo le hizo una reverencia y salió rápidamente del departamento
-Muy bien, mientras que él consigue la silla yo iré a cambiar a Rin. Tu espera aquí- de nuevo me pregunte si era correcto hablarle de esa forma al jefe de mi amiga, pero, ya no podía dar marcha atrás
-Pero yo…
-¿Acaso quieres cambiarla tu?- note en su mirada enojo y me retracte al instante. Al parecer el mal genio y la terquedad era de familia- Solo espera un poco, si necesito ayuda te la pediré- se fue al balcón de mala gana mientras que yo me dirigí a la habitación con la bolsa de la ropa en mano. Cuando entre al cuarto Rin me miraba entre sorprendida y avergonzada
-Sesshomaru está aquí ¿Verdad?- sin decirle nada me acerque a ella poniendo la bolsa de la ropa en sus manos. Ella se quedo observando un momento la ropa y después volteo a verme- ¿La trajo él verdad?- asentí mientras estaba esperando su reacción- no puedo usarla Kagome…
-Lo sé, pero te sentirás más cómoda que con esa ropa toda desgarrada. Solo será unas horas mientras que Kohaku te trae tu ropa- no debí mencionar a Kohaku, puesto que su incomodidad creció aún mas- Rin, confía en mi ¿sí?- se quedó observando un momento mas la ropa y después suspiro
-Esta bien- minutos mas tarde, Rin estaba vestida con un hermoso vestido color azul. No era tan corto como para hacerla ver indecente, ni tan largo para que pareciera una monja. Era de mangas largas y se veía acogedor, como si no fuera suficiente también en la bolsa venia un pequeño abrigo, que hacia un perfecto juego con el vestido- Esto es demasiado- hasta yo pensaba lo mismo, pero, no podía esperar menos de la persona que se lo trajo, para él esta ropa era algo simple y no costaba mas que un almuerzo. Mientras que, para Rin, este vestido podía costar más de 1 año de trabajo duro.
-Piensa que serán solo unas horas- se veía incomoda y con un enojo interno. Cuando estaba terminando de arreglar un poco su cabello tocaron la puerta.
-Señoritas debemos de partir ahora- Jaken no había abierto la puerta, así que yo lo hice. Estaba con la silla de ruedas listo para entrar, voltee a ver a Rin y ella estaba aun mas molesta que antes. Me acerque a ella para ayudarla a levantarse y aproveche para susurrar a su oído unas palabras.
-Era esto o ir en los brazos de tu jefe todo el tiempo- sentí que se estremeció por mi comentario y sin hacer algún tipo de objeción se levanto y con ayuda se sentó en la silla.
-Me alegra verla de mejor semblante Señorita Rin- ella no decía nada, solo sonrió y vi que en sus ojos unas llamas entre la ira y la vergüenza se formaban.
En todo el camino al auto Rin mantuvo su vista en sus manos, no podía dejar de mirarla, pareciera que hoy tenía aún más vergüenza que anoche. ¿Tal vez había pasado algo de lo que no me entere? O tal vez solo se debía a la energía aplastadora e intimidante de Sesshomaru, cuando lo volteé a ver me di cuenta de que eso era. Aun cuando caminaba a un lado de ella la miraba de reojo, tal vez esperando que sus miradas se encontraran. Entendí todo en el momento que llegamos al carro y Rin no dejo que la ayudara, ni siquiera dejaba que la viera bien a la única persona que veía fijamente era a mí. Tuve que quedarme callada hasta que llegamos al hospital y vi que Sesshomaru se quedo en el carro, apenas iba a preguntar porque él no se bajaba, pero Rin me detuvo.
-No lo hagas- esto se me hacía más raro, pero mejor decidí ayudarla a bajar. Mientras esperábamos a que la atendieran decidí mandarle un mensaje a Kohaku, para que viniera directo al hospital. Rin estaba todavía viendo hacia sus pies.
-¿No quieres que nadie te vea así?- Rin volteo a verme y el morado de su cara se veía cada vez peor, yo solo suspire y me puse a su altura para que no tuviera que levantar la cabeza.
-Se que es necesario que me vea un doctor, pero me siento muy incómoda. Como si la gente volteara a verme- creo haber escuchado o leído algo sobre esto. Una mujer que ha sufrido violencia física se sentirá incomoda o con ansiedad si es expuesta tan rápido al contacto social. Aun cuando las personas del hospital ni si quiera noten su presencia ella lo sentirá de otro modo.
-Sera algo rápido, recuerda que no estas sola. Ya viene Kohaku para hacernos compañía.
Rin tomo mi mano y la apretó fuertemente. Esperamos al doctor que la atendería y comenzaron a hacerle un chequeo general y muchas pruebas. Querían asegurarse de que no hubiera algún hueso roto o lesión de importancia. El señor Jaken se había quedado en la recepción, me sentía de alguna manera incomoda con su presencia. Cuando estaba por irme a dar una vuelta por el hospital, en un intento por alejarme de él, llego Kohaku.
-Kagome- su pelo se veía alborotado y traía una mochila en la mano- ¿Dónde está?- su desesperación por Rin en ocasiones me hacia pensar que ellos dos ya andaban y que simplemente estaban tratando de mantenerlo en secreto.
-La están revisando, todo en orden hasta el momento- dejo salir el aire, como si se hubiera preparado en recibir una mala noticia.
-Que bien. Sota me dijo que te dijera que tenias que volver pronto- ahora fui yo la que contuve el aire, como si fuera una mala señal.
-¿Te dijo por qué?
-Solo me dijo que necesitaba que estuvieras en casa- Rayos, de seguro se debía a su escuela, lo deje solo con Shippo sin pensarlo. Ahora mi cabeza estaba dividiéndose entre ir a ayudarlo o quedarme aquí con Rin- No te preocupes Kagome, yo puedo cuidar de ella- fue como si me hubiera leído la mente
-Gracias Kohaku, mantenme al tanto de todo y los estaré esperando en mi casa- Kohaku solo hizo un ademan de despedida y yo me fui del hospital.
Mientras caminaba hacia la salida marque el número de Sota. Al principio estaba esperando pacientemente que contestara, pero conforme los timbres se hacían cada vez más, comencé a impacientarme. No podría haber pasado algo o si no Kohaku me lo hubiera dicho. Al menos que hubiera pasado en lo que Kohaku llego al hospital. Mi corazón comenzó a latir con fuerza y muchos nervios se iban acumulando. Volví a marcar el numero de Sota mientras caminaba hacia la calle para tomar un taxi, en ese momento escuche el pitido de una moto.
-¿Necesitas que te lleve?- claro que se trataba de Inuyasha, ahora no me preguntaría como es que se encontraba aquí. En lugar de eso solo me acerque a él y tome el casco que me estaba ofreciendo.
-Necesito llegar pronto a mi casa, creo que le ha pasado algo a mi hermano y a Shippo- estaba tratando de controlar mis ganas de llorar, no era momento de hacerlo. Tenia que pensar con la cabeza fría o esto se me saldría de las manos.
-Agárrate fuerte- me subí a la moto y en ese momento ni si quiera pensé en que tan cerca se encontraba de mi ni como mis manos lo abrazaban con tanto miedo.
