Capitulo 16: Confía en mi
***Rin***
Me enderecé en la cama y lo primero que hice fue darle una checada rápida a mi cuerpo. Sentí un alivio cuando me di cuenta de que aun me encontraba vestida con la misma ropa de ayer. Alguien toco la puerta y Sesshomaru se fue rápidamente a abrirla, aproveche ese momento para mirar el cuarto en el que me encontraba, era enorme, casi del tamaño del primer piso de la casa de mi padre. Al pensar en mi padre mi cabeza retumbo horriblemente haciéndome recordar todo lo que había pasado antes de perderme en la oscuridad, recordé la llamada y las palabras que había dicho mi padre. Y como si no fuera poco unas imágenes mas vinieron como si se hubieran visto atraídas hacia la superficie de mi conciencia. Veía a mis verdaderos padres, la oscuridad de la noche y mi cabeza replicaba los disparos con ese dolor tan intenso que sentía. Me lleve las manos a la cabeza en un intento por detenerlas, por detener tanto las escenas como aquellos dolores tan intensos, era como una película, pero sin ningún orden, sabia que había algo mas, algo que no estaba lista para ver y el intento por detenerlas hacia que la cabeza doliera aun mas. Cuando pensé que no iba a poder hacer nada mas, de nuevo sentí la calidez de Sesshomaru sus manos se encontraban sujetando las mías y como si fuera por arte de magia las escenas dejaron de repetirse haciendo que mi mente descansara.
-Rin ¿Te encuentras bien?- su voz con un tono dulce y preocupado se instalaba en mi corazón, era como si mi corazón reconociera su voz que lo hacia calmarse. No quería dejar de sentir su calidez, pero tampoco quería preocuparlo mas, así que solo asentí para que pudiera estar mas tranquilo- mírame, por favor- aun mantenía los ojos cerrados, pero le hice caso y subí mi rostro para encontrarme con aquellos resplandecientes ojos dorados- Si estas bien, ¿Por qué lloras?- ni si quiera me había dado cuenta de eso, hasta que él lo menciono, antes de contestarle me hice un poco hacia atrás para poner una distancia mas cómoda entre nosotros, él entendió y aun con cierta molestia se hizo un poco hacia atrás y me soltó de las manos. Se encontraba sentado observándome con mucha preocupación.
-Siento lo que paso anoche… y… lo de ahora- me sentía estúpida, jamás me había pasado algo así, mucho menos en frente de una persona que, siendo sincera, no conocía. Tal vez eso era lo que me molestaba mas, me molestaba darme cuenta de que una persona que acababa de conocer pudiera calmar mis tormentos con tan solo unas caricias y su dulce pero dura voz.
-Es precisamente de eso de lo que quiero hablar contigo Rin- lanzo un suspiro y después tomo una bandeja con comida- pero primero necesito que comas- puso la bandeja en mis piernas.
-Gracias, ¿Y tu?- en la bandeja había un típico almuerzo americano, los huevos, los panes y el jugo de naranja.
-Lo importante es que comas, ya comeré yo después- su voz no había cambiado, seguía hablándome con esa preocupación. Solo seguía sintiéndome con mas culpa mientras me daba cuenta de lo tanto que lo había preocupado.
-¿Y si se supone que yo soy la doctora aquí? Come conmigo- tome un pan y extendí mi mano para que lo tomara.
-Rin, solo come, no te preocupes por mi- toco mi mano e hizo que bajara el pan hasta ponerlo de nuevo en el plato.
-Me haces sentir como si estuviera a punto de morirme, si no quieres que me sienta mal solo toma el pan- le dije como ultimo recurso, utilizaría el chantaje o tal vez solo me vería como una niña chiflada ante sus ojos.
-Si me sigues ofreciendo el pan, terminare tomándote a ti en su lugar- sentí los colores subir por mi rostro y baje mi mirada hacia la comida en un intento de huir de la suya. Después de eso ninguno de los dos hablo, Sesshomaru se quedo viéndome tranquilamente mientras terminaba todo mi almuerzo y yo por sentir su mirada sobre mi todo el tiempo, comí mas rápido para poder dejar de sentirlo sobre mi. Aunque también en un lugar de mi mente me sentía muy cómoda, su presencia hacia que esas imágenes que antes me atormentaban ya no hicieran acto de presencia, me sentía totalmente segura a su lado. Cuando termine toda la comida él tomo la bandeja y la puso en una pequeña mesita al otro extremo de la habitación, después se dirigió de nuevo a la cama y se sentó en el mismo lugar que estaba antes, dejando una distancia razonable, pero al mismo tiempo sintiéndolo cerca de mi.
-La razón por la que viniste a este viaje fue para saber ciertas cosas ¿cierto?- Sesshomaru había comenzado a hablar con un tono menos dulce, era como si tratara de mantener un estado neutral, aunque sus ojos dorados temblaran un poco en el proceso.
-Si- dejé salir un pequeño suspiro antes de continuar- el día después de lo sucedido con… mi padre- al mencionarlo vi que Sesshomaru endureció mas su mirada, tal vez solo era un reflejo de mi propio dolor al mencionarlo- el doctor Totosai me menciono que yo había hablado esa noche, pero, no recuerdo haberlo hecho
-Lo hiciste- mi cara de asombro ante sus palabras me hicieron llevar mis manos hacia mi boca- al igual que anoche
-Pero… se supone que yo…no puedo…- mi mente estaba tratando de procesar sus palabras, tratando de encontrar la mentira entre ellas, algo que me explicara lo que estaba pasando.
-Ese día, hablaste por teléfono y pediste ayuda. Si no hubiera sido por eso, yo no hubiera entrado a salvarte- no recordaba mucho de esa noche, no recordaba mas que dolor y miedo- mientras que ayer… ¿Qué fue lo que paso Rin? ¿Qué te puso de esa manera?- baje mi mirada hacia mis manos, no sabia como decirle lo que paso. Una de las razones era porque me daba pavor recordar esas palabras y atraer aquellas escenas que apenas se habían calmado en mi mente. Mientras que la otra era para no ver de nuevo aquella mirada de preocupación en él, no tenia porque preocuparse por mi y mucho menos enojarse- Rin…- su mano tomo una de las mías, aquel miedo iba perdiendo fuerza y al voltear a ver sus ojos de nuevo hizo que me tranquilizara.
-Mi padre me hablo, no tengo que decirte que fue lo que me dijo, porque se que tu podrás imaginarlo- vi de nuevo temblar sus ojos y después volvió a tomar mis manos, no se bien si lo que estaba tratando era de tranquilizarme o de tranquilizarse a si mismo.
-Rin… tu mudes ¿Realmente es algo físico?- no se perdía ninguna de mis reacciones, no sabia bien que contestarle, mas bien, no quería darle explicaciones. Jamás había querido dársela a nadie, pero, aun así, solo negué con la cabeza- entonces ¿Por qué no puedes hablar?- yo me quedé viendo sus manos entrelazadas con las mías
-¿Qué fue lo que dije anoche?- era obvio que estaba evitando su pregunta, pero es que no me sentía lista para hablarlo
-Rin…- su tono de nuevo era dulce y yo estaba evitando su mirada a toda costa
-Ya contesté muchas de tus preguntas, ahora te toca a ti. Contesta la mía por favor- soltó un suspiro pesado y yo me quede esperando su respuesta, se tardo mucho en dármela, como si dudara y estuviera pensando cuidadosamente las siguientes palabras que saldrían de su boca.
-Te querías morir Rin- no me sorprendieron sus palabras, se que él estaba atento a mi reacción. Pero esas palabras eran ciertas, anoche sentía que mi mundo se derrumbaba y esas escenas no paraban de atacarme, no paraba de revivir el pasado, de alguna manera, sabiendo que Sesshomaru se encontraba a mi lado en estos momentos no me dejaban sentir miedo, solo había confianza.
-Cuando era niña, hubo un… evento con mi familia. Mi madre, mi padre y mi hermano pequeño murieron ese día. Yo fui la única que logro salvarse esa noche, escondida en un closet, fue ahí donde me encontró la policía- sentía mis ojos arder y un enorme nudo en mi garganta- desde ese día no he vuelto hablar, me hicieron un sinfín de estudios, pero al final de cuentas no encontraban alguna explicación a lo que me pasaba, no había ningún daño neurológico ni tampoco en mis cuerdas vocales. Mi madre adoptiva ya no quiso hacerme ninguna prueba, pensaba que sufría y la verdad lo hacia, con cada estudio que me practicaban me hacían recordar esa noche. El tiempo que vivió mi madre, me hizo olvidar un poco, ella me enseño el lenguaje de señas y me decía que aunque ella sabia que mi voz era maravillosa, bastaba con que pudiera mostrar mi sonrisa- sus recuerdos eran lo que mas me dolía ahora, el saber que ella ya no estaba aquí- el tiempo que viví con ella me hizo bajar mi guardia, me hizo pensar que tal vez algún día iba a poder hablar, lo deseaba mucho y por mi culpa… por mi culpa ella ya no esta mas aquí- tenia mucho miedo en estos momentos, tenia miedo de darme cuenta que por mi culpa no pudieron atender su enfermedad a tiempo, por mi culpa ella se desgasto mas rápido y murió. Las lagrimas salían sin poderlas detenerlas y Sesshomaru me tomo en sus brazos y pego mi rostro a su pecho, ni si quiera me resistí, sabia que necesitaba ese abrazo y creo que, muy en el fondo, lo necesitaba a él.
-Ya no estas sola Rin, estoy contigo y te aseguro que juntos podremos hacer que hables de nuevo. Tu madre tenia razón, tu voz es hermosa, no puedo esperar por escucharla sin necesidad de que estés sufriendo- ante sus palabras me aferré mas a él rodeando su cuello con mis manos- tranquila, no estas sola Rin, ya no mas- de pronto recordé esas palabras, toda la noche se la paso repitiéndomelas cada vez que despertaba de alguna pesadilla. Tal vez Sesshomaru era la persona destinada a calmar mi corazón, de alguna manera y no tengo idea como, ya me había refugiado en él, tanto era así que había podido hablarle, aun no tengo idea de como, pero lo veo como esa luz que en estos me guía hacia algo mejor. Me separe un poco y él pego su frente con la mía- ya no llores mas- sentí que deposito un beso cálido en mi nariz, luego bajo con extremo cuidado hacia mi boca, yo no sabia como debía de reaccionar, ya que había una parte de mi mente que me decía que lo alejara, que no era el momento. Pero otra parte, la que mandaba en este momento, me decía que solo me dejara llevar por todos los sentimientos que estaba experimentando en este momento.
Fue en ese momento cuando le respondí su beso. No se en que momento deje de respirar, pero, mi mente estaba demasiado atenta a todo lo que él hacia. El beso fue evolucionando lentamente hasta sentir su lengua enredarse con la mía quitándome la poca conciencia que quedaba en mi cabeza. Se separo de mi y yo tomé ese momento para respirar, sin verme en un espejo sabia que estaba roja, sentía mis mejillas arder y mas aun cuando sentí su lengua pasar por mis mejillas. Eso fue demasiado para mi, para que mi vergüenza aumentara a un punto demasiado alto. Sesshomaru supo que yo me estaba avergonzando y me acostó en la cama poniéndose encima mío para que no pudiera moverme ni escapar.
-Quédate quieta, estoy limpiando tus lagrimas- su voz ahora era entre algo dulce y un toque de sensualidad, fue esa sensualidad la que ocasiono que mi cuerpo entero se estremeciera cuando sentí de nuevo su lengua en mis ojos- No quiero volver a verte llorar Rin, aunque si lo hicieras de nuevo, solo tengo que asegurarme de secarlas justo como ahora- yo estaba tratando de no verlo a los ojos, pero, al no poderme mover a ningún lado la única opción que tenia era seguir observándolos y perderme en su inmensidad.
Su boca de nuevo se acerco a la mía y yo me deje llevar completamente por él. No tenia idea hacia donde estaba evolucionando todo, hasta que sentí una de sus manos en mi cintura y como se hacia camino por dentro de mi blusa haciendo contacto con mi piel erizada. Mi cuerpo se estremeció ante el contacto y sin darme cuenta apreté el agarre por detrás de su cuello haciéndolo lanzar una mezcla entre un gemido y un gruñido. Mientras que su lengua seguía explorando la mía sus manos se hacían paso por mi cuerpo dejando un camino lleno de escalofríos y de deseo. Sin darme tiempo a reaccionar levanto mi blusa hasta pasarla por encima de mi cara, casi por instinto tape mi cuerpo al sentirme al descubierto y Sesshomaru deposito mas tiernos besos en mis manos.
-Sabes Rin, este es un buen momento para parar esto. Lo menos que quiero es presionarte o que pienses que tenemos que seguir, si tu no estas lista o no quieres simplemente me iré de aquí- sentí un miedo enorme al escucharlo decir que se iría, no quería separarme de él, no ahora. Así que tome su mano y negué con la cabeza cerrando los ojos para no morir aun mas de vergüenza- abre los ojos Rin- su voz se escuchaba en mi oído y al sentir de nuevo esos escalofríos abrí mis ojos rápidamente- eres una buena chica- sin darme tiempo a procesar sus palabras me beso apasionadamente y ahora fui yo la que estuve a punto de soltar un suspiro por su beso, sus manos tomaron las mías y las quito suavemente de mis pechos para llevarlas hacia su abdomen, para tocarlo por encima de su camisa- no te pasara nada si me tocas- su voz de nuevo sonaba excitada y ronca mientras que sus ojos mostraban un brillo y una oscuridad por el deseo que lo reinaba.
Volvió a besarme y yo no quite las manos de su cuerpo, cuando sentí que su boca dejaba la mía fue para dirigirse hacia mi cuello, dejando pequeñas mordidas y un sinfín de escalofríos, mientras que hacia que mi mente divagara muy cerca del cielo, él tomo su camisa para quitársela dejándome observar la maravilla de su cuerpo. Su enorme y muy bien formado torso, su pecho grande e imponente, todo haciendo una gran combinación con su cabello plateado y esos ojos dorados. Sesshomaru era simplemente perfecto. Volvió a mi cuerpo, acariciándolo y besándolo. Dejando su esencia por todos los lugares donde acariciaba, se tomo su tiempo para saborear mi estomago e ir subiendo lentamente hasta encontrar la cumbre de mis senos, sabia que tenia cierta inseguridad pero que no tenia la menor intención de detenerlo, este era el momento en el que mi mente había dejado de funcionar y que se estaba dejando llevar todo por ese deseo que nos consumía a algo. Quito mi sostén con cierta experiencia y se quedo observando la mitad de mi cuerpo desnudo, tanto era así que de nuevo sentí la vergüenza y el calor subir por mis mejillas. Sesshomaru acaricio mis mejillas, para tranquilizarme, después su boca se encontraba saboreando uno de mis pezones y yo tuve que llevar mis manos hacia mi cara, quería esconderme en alguna parte, se sentía muy bien, pero eso no quitaba la vergüenza de estar así con él, de pronto comenzó a hacer lo mismo con el otro pezón y sentía mis sentidos al mil por hora, sintiendo cada una de sus caricias mas intensas que antes. Cuando pensé que podía ser suficiente su mano viajo mas hacia el sur de mi cuerpo y sin darme cuenta se deslizo por dentro de mi pantalón y de mi calzón tocando con cierta delicadeza, pero, con mucha sensualidad ese pequeño botón. Hice mi cabeza hacia atrás, arqueando mi cuerpo cuando sentí que lo tocaba haciendo círculos con su dedo, mandando pequeños espasmos por todo mi cuerpo. Sentía que mi mente se iba completamente debido a tantas sensaciones que me hacia sentir cuando su mano dejo de masajear mi parte sensible yo voltee a verlo, justo en el momento donde metía sus dedos a su boca yo trate de detenerlo, pero él no me dejo hacerlo.
-Como me encantaría poder escucharte gemir- llevo sus manos hacia mi cadera para quitarme mi pantalón y mi calzón- pero me puedo acostumbrar a ver tu rostro de esa forma- acaricio lentamente mis piernas mientras se deshacía de mi ropa. Apenas y escuche como caían al suelo ya que los latidos de mi corazón retumbaban enormemente en mi cabeza. Siguió acariciando mis piernas, después mi vientre y se detuvo justamente en esa parte que se encontraba húmeda y lista para él. Su rostro se acerco de nuevo al mío y me dio un ligero beso en los labios- eres perfecta Rin- yo me deje llevar por su beso, por sus manos que seguían acariciando mi cuerpo. Ni si quiera me di cuenta el momento en el que se quito su pantalón, solo lo supe cuando sentí su piel caliente sobre la mía y su miembro duro sobre mi vientre- ¿Deberíamos hacer mas juego previo?- su voz se escuchaba sobre mi cuello, dejando pequeñas mordidas y besos húmedos sobre él.
Sus dedos acariciaron despacio mi clítoris, pero pasaron de él rápidamente, para adentrarse a mi cuerpo. Al principio sentí una resistencia por parte de mi cuerpo, pero rápidamente se acostumbro a su intromisión y comencé a disfrutar que salieran y entraran de mi. Mis manos rodearon su cuello mientras que sentía esos escalofríos y los espasmos de mi cuerpo comenzaban a llegar al limite. Enterré mi rostro en su cuello cuando sentí que el orgasmo atravesaba mi cuerpo. Sesshomaru respiraba con pesadez cerca de mi oído y yo antes de poder procesar el orgasmo sentí como empujaba lentamente su pene dentro de mi. Sentí claramente como estaba a punto de hacer una mueca de dolor, ya que mi cuerpo ponía cierta resistencia hacia lo grande que era su pene y pensaba que no podía entrar. Sesshomaru tomo mi rostro y estampo sus labios sobre los míos, mientras que sentía de una estocada su pene entrar completamente en mi. Cuando estuvo adentro se detuvo un momento, pude sentir nuestros pechos subir y bajar de manera rápida por todo lo que estábamos haciendo, él tenia sus manos sujetando mis piernas y antes de moverse las paso por detrás de su espalda para que yo pudiera hacer una pequeña palanca. Me dejo acostumbrarme unos segundos mas y después comenzó a mover sus caderas, sacando su pene y metiéndolo en estocadas sencillas, constantes y delicadas. Siguió así un tiempo mas y cuando sentí que estaba a punto de venirme se salió completamente de mi y me volteo boca abajo. Sentí el peso de su cuerpo rápidamente con su pene de nuevo en mi entrada dando una estocada certera. De nuevo sentí como mi cuerpo entero se estremeció y como si fuera poco su mano comenzó a tocar mi clítoris mientras esas estocadas seguían con un ritmo continuo. No se en que momento me vine, pero los espasmos y escalofríos recorrían mi espalda fuertemente. Su boca dejaba besos en ella y de vez en cuando sentía algo mas duro y filoso, me supongo que eran sus dientes dejando pequeñas mordidas.
Pasaron unos minutos mas su boca se encontraba en mi oído dando pequeñas mordidas en él.
-Rin, estoy a punto de venirme, vengámonos juntos- su voz hacia cosquillas en mi cuello y yo me excitaba mas aun- estas apretándome mucho Rin- como si fuera poco su mano de nuevo tomo mi clítoris y era imposible poder soportar mas tiempo, quería venirme junto con él, pero tampoco quería que se acabara, esto era perfecto y no quería terminarlo así. Pero por mas que quisiera aguantar mas tiempo mi cuerpo se estremeció justo en el momento en el que sintió su pene temblar, me aferre fuertemente a la almohada mientras que sentía su liquido escurrirse dentro de mi.
Sesshomaru salió de mi lentamente y después me acomodo tiernamente entre las cobijas y su cuerpo, mi espalda tocando su pecho y sus manos sujetándome de la cintura. Los dos respirábamos rápido, mi mente apenas estaba tratando de procesar lo que acababa de pasar.
-Quisiera poder seguir mas tiempo, pero me temo que tengo que descansar- su voz era aun mas pesada que hace unos momentos, creo fue ese tono de voz el que me hizo salir de mi ensoñación. Voltee a verlo y se notaba muy cansado, mas cansado de lo normal.
-Sesshomaru, ¿estas bien?- tomé una de sus muñecas y me di cuenta de que su pulso se encontraba acelerado. Tal vez su corazón había hecho demasiado esfuerzo con toda esa actividad física, rayos, como se me había olvidado su condición medica, estaba por levantarme para ir por mi maletín cuando él me volvió a acostar a su lado.
-Detente ahí mi pequeña gatita, estoy bien. Solo necesito unos momentos para descansar, me pondré mal si te vas ahora de esta cama
-Estas loco ¿Y si hay algo mas con tu corazón? Necesito checarlo- De nuevo hice el intento por levantarme, pero me sostuvo aun mas fuerte que antes.
-Rin, confía en mi ¿Quieres? Estaré bien- dudé un poco en hacerlo, pero le hice caso y volví a acostarme a regañadientes- gracias, de ahora en adelante, confía en mi Rin. Confía en mi y te prometo que nada malo te volverá a pasar- estaba entre dormido y despierto mientras me hablaba. Me abrazo mas fuerte y yo tome su mano. Si notaba que algo iba mal me daría cuenta por su pulso, así que no pensaba soltarlo, sentí un ligero beso en la parte de atrás de mi cuello- Gracias- me deje absorber por su calor y cerré mis ojos disfrutando de este momento.
No tenia idea de lo que acaba de hacer. Y no era solo el acostarme con alguien que no conocía de mucho tiempo, si no que este hombre que ahora me abrazaba de manera tan gentil y con el cual había compartido no solo mi vida si no mi cuerpo, era mi jefe. Era uno de los hombres mas poderosos en todo Japón. Ni tampoco me hubiera imaginado que, al entregarme a él, mi vida se convertiría en un martirio, en algo que jamás pensé, en una vida completamente diferente a la mía…
