Capitulo 21: Escalofríos
***Kagome***
No tenia la menor idea de que hacer, todos a nuestro alrededor se habían detenido a observar la situación, claro que no entendían del todo que pasaba, pero, también era claro que al menos se trataba del inicio de un problema o tal vez de una pelea. Inuyasha estaba demasiado molesto, me había tapado completamente con su enorme cuerpo y tenia que hacerme para un lado para poder observar al joven Koga.
-¿Su prometido?- Sentí como Inuyasha quiso dar un paso adelante y yo lo tomé discretamente de la ropa para que no lo hiciera. Fui yo la que dio un paso hacia donde estaba Koga y traté de bajar el tono de voz para que los que estaban observando escucharan lo menos posible
-¿De que rayos estas hablando?- voltee a ver a la poca gente que se había detenido a observarnos- este no es el lugar para hacer este tipo de cosas, además de que no soy nada tuyo- de pronto sentí como Inuyasha se había acercado a mi
-A mi no me preocupa que la gente me vea, estoy acostumbrado a eso- definitivamente era el mismo Koga que había conocido en el pasado. Su personalidad narcisista no había cambiado en absoluto, lo que si había cambiado era su estatura, su cabello negro ahora se encontraba muy largo, tanto era así que lo tenia sujeto en una cola. Traía puesto un traje que a simple vista sabia que se trataba de uno muy lujoso, todo en él llamaba la atención.
-Espero y estés acostumbrado a un contacto mas físico- Inuyasha me había tomado de los hombros y sabia que estaba dispuesto a quitarme del medio, con tan solo ver la manera en la que hablaba sabia que su enojo solo estaba aumentando con cada segundo.
-¿Estas amenazándome?- Koga se rio y yo sentí como los escalofríos recorrieron mi cuerpo, sabia que Inuyasha se iba a poner peor así que antes que él lograra reaccionar yo me hice un poco para atrás llevándolo conmigo.
-Si quieres seguir hablando lo haremos en un lugar mas tranquilo, los tres- voltee a ver a Inuyasha para que notara que estaba hablando en serio.
-Esta bien, vamos- dijo Inuyasha para después comenzar a caminar para alejarse de la universidad, claramente me llevo con él y entrelazo su mano con la mía en el mismo instante. Cuando estuvimos suficiente lejos de las miradas se detuvo y volteo aun con cara furiosa a ver a Koga.
-¿No piensas soltarla? No voy a robármela si eso estas creyendo- Koga también miraba con cara de molestia a Inuyasha y yo tuve que ponerme de nuevo entre los dos para que dejaran de verse el uno al otro.
-¿Pueden parar esto? Me parece completamente ridículo- Inuyasha apretaba con fuerza, pero aun así mantenía el cuidado de no lastimarme- ¿Por qué apareces así Koga? Y ¿De donde sacas que yo soy tu novia?- Koga dejo de ver a Inuyasha y poso sus ojos en los míos
-Lo prometí, justo antes de irme al extranjero, ¿acaso no lo recuerdas?- quiso tocarme, pero yo di un medio paso hacia atrás e Inuyasha quiso interponerse entre nosotros, pero yo no lo deje hacerlo.
-Koga, teníamos 10 años cuando te fuiste- sentí como Inuyasha carraspeo en un intento por aguantar su risa.
-Aun así fue una promesa- comenzaba a sentir un poco la incomodidad de tenerlo en frente de mi diciendo esas cosas. Hasta llegue a pensar que se trataba de una especie de broma de su parte, pero al ver la seriedad con la que me hablaba creo que no era así.
-Koga… yo en estos momentos estoy saliendo con alguien mas- voltee a ver rápidamente a Inuyasha, el cual no me había soltado la mano- y aun si no estuviera saliendo con alguien, no puedes venir a mi escuela así como si nada y gritar eso.
-No lo hubiera gritado si ese animal se hubiera comportado- era claro que no había cambiado en nada y tuve que apretar la mano de Inuyasha para que no se moviera de donde estaba.
-¿Qué dijiste imbécil?- de nada sirvió que lo detuviera, si lo peligroso en él también era su boca. Solté un suspiro y volteé a verlo con severidad.
-No hagan esto, parecen dos adolescentes- voltee a ver a Koga- Se supone que ahora eres el dueño del negocio, ¿No deberías de saber comportarte?- se aclaro la garganta antes de contestar, tomando una actitud mas relajada.
-Me alegra que lo recuerdes Kagome- No era de relajado, era una cara de gusto.
-Te lo digo para que ya dejes de hacer escenas en plena calle y esto lo digo para los dos. Si vuelven a comportarse de esta manera es mejor que lo hagan muy lejos de mi- de alguna manera me sentía como cuando regañaba a Shippo, quise dejar ir esa sensación pero cuando vi las caras de los dos no pude hacerlo. Eran como dos niños pequeños que acababan de regañar. Lo que rompió la tensión del momento fue el teléfono de Inuyasha y pude notar como arrugo la frente al ver de quien se trataba- ¿Algo anda mal?
-Cosas del trabajo- sentí un escalofrió recorrer mi columna al escucharlo- Vamos, te llevare de regreso a tu escuela- ya ni si quiera volteo a ver a Koga, estaba totalmente perdido en sus pensamientos.
-Si es algo urgente es mejor que te vayas, yo puedo irme sola- Inuyasha noto mi nerviosismo con la voz y me dedico una rápida sonrisa para tranquilizarme.
-De igual manera mi moto esta en tu escuela, así que vamos- también su tono de voz era un poco mas tranquilo y aun cuando mi cuerpo dejo de sentir esos escalofríos mi mente no pudo calmarse del todo. Seguimos caminando y cuando llegamos a donde estaba su moto fue cuando me di cuenta de que también Koga venia con nosotros, antes de que pudiera decirle algo señalo un carro.
-También me están esperando, me comunicare contigo después Kagome- sentí como Inuyasha se tenso a mi lado y yo solo le dije adiós con la mano y le sonreí.
-¿Se comunicará contigo después?- dijo Inuyasha una vez que vio que Koga se había ido.
-Cuídate en tu trabajo- me acerque un poco a él y por un pequeño segundo olvide que estábamos al exterior y que la gente pasaba para entrar a la universidad. Cuando quise alejarme Inuyasha me tomo de la cintura para pegarme de nuevo a él.
-Te dije que pasaría por ti y por Shippo en la tarde- con su mano sobrante me tomo la barbilla y me hizo voltear a verlo, yo casi instantáneamente enrojecí- Te quiero- dicho esto me dio un ligero beso en los labios y después se separo de mi. Sabia lo afectada que estaba por el acercamiento, por sus manos y por sus labios. Lo sabia a la perfección y por eso mientras se subía a su moto me mostro una sonrisa de lado, estuve a punto de gritarle algo pero al notar que algunas personas se habían quedado viéndonos lo que hice fue darme la media vuelta e irme hacia mi clase. Y en el camino le mande un mensaje de odio.
"¡Eres hombre muerto!"
Mi día transcurrió muy normal, las clases como siempre estuvieron pesadas. Los exámenes mortales, aun cuando había estudiado mucho para ellos. Ya eran pasadas las 4 de la tarde cuando estaba saliendo de la ultima clase, mis amigas se habían ido tan rápido como acabo la clase, ya que tenían trabajos, clubs o simplemente iban a estudiar en sus casas. Yo me estaba dirigiendo al baño para refrescarme un poco y "disfrazarme" para ir por Shippo, caminaba casi sin animo, o tal vez se trataba de energía, cuando escuche la voz de alguien.
-¡Maldición! ¿Por qué tenia que pasar esto ahora?- reconocí la voz y venia de atrás de unos arbustos, cuando me asome vi a Kohaku sentado en el césped con la computadora en las piernas. Estaba tecleando como loco la computadora y luego el teléfono.
-Kohaku- al decir su nombre casi dio un brinco y de no haber sido por sus buenos reflejos su celular hubiera terminado estrellándose contra la pantalla de su computadora.
-Kagome casi me matas del susto- me pasé hacia donde estaba él y me senté en frente. Pude notar que estaba muy ansioso.
-Lo siento, pero, tu fuiste el primero que me espanto con todo lo que estabas diciendo- vi que su rostro se puso colorado y desvió rápidamente la mirada.
-Es que, perdí en el juego- tomo su computadora y la cerro de golpe. Creí que no diría nada mas ya que estaba comenzando a guardar todo en su mochila cuando de pronto volteo a verme- ¿Has escuchado algo de Rin? No me la he encontrado en todo el día en la universidad-Entonces era eso, casi me dio risa ver como estaba tratando con todas sus fuerzas parecer que no le importaba mucho o que la duda no lo estuviera carcomiendo por dentro.
-Esta de viaje- al no ver cambio en su expresión, me di cuenta de algo- Pero eso ya lo sabes, ¿cierto?- de nuevo desvió la mirada de la mía y asintió- ¿Ya hablaste con ella?- otra vez solo asintió. -Kohaku, ¿Qué es lo que realmente quieres saber?- me miro sorprendido pero después vi su cara de resignación.
-Hay algo que no me deja tranquilo Kagome y es su jefe. Hay algo en él que me dice que no es una buena persona- por un momento pensé que se trataban de celos, pero la verdad yo también había pensado eso al principio. Hasta que Inuyasha me conto parte de la verdad de su familia- Pareciera que Rin no se da cuenta de eso y esta mañana que hable con ella simplemente me puso que estaba muy ocupada y que ella se contactaría conmigo después- la decepción en su cara era demasiado clara. A parte de otras cosas que no estoy tan segura de que él se haya dado cuenta.
-¿Puedo preguntarte algo?- pareciera que lo saque de sus pensamientos y asintió levemente para que continuara- ¿Hasta que momento le dirás a Rin lo que sientes por ella?- tal vez fue una pregunta demasiado directa, pero en estos momentos era la mejor manera de que él se diera cuenta de lo que realmente siente.
-¿D-de que hab-blas Kagome?- estuve a punto de darle un abrazo de lo tierno que se veía, pero su cara sonrojada y su mirada baja me lo decían todo- Ella es mi amiga.
-¿Entonces piensas ser su amigo siempre? ¿Realmente podrás suprimir lo que sientes?- Kohaku solo se quedo en silencio- Esta bien si eso es lo que quieres, pero el único que veo que sufre eres tu
-Si yo le dijera lo que siento ella se alejaría por completo de mi- su mirada ahora era de tristeza, de alguien que había perdido la batalla aun sin siquiera ir a ella.
-Tal vez, pero al menos ella sabría lo que sientes. Esos sentimientos irán creciendo Kohaku y la prueba esta en como no logras tranquilizarte sabiendo que ella esta con Sesshomaru- de nuevo hizo cara de sorprendido y volteo para otro lado, ahora mostraba molestia. Molestia por recordar quien estaba en estos momentos con Rin.
-¿Y que quieres que haga? ¿Qué corra hacia donde ella esta y le diga lo que siento? Esto no es una novela de amor Kagome- Conozco a Kohaku desde que era un niño y escuchándolo me había dado cuenta de que había crecido mucho.
-Solo digo que entre mas retengas esos sentimientos, mas la alejaras de tu lado. Tal vez si le dices lo que piensas ella huya de ti al principio, pero después, podrás pelear por conquistarla- eche un vistazo a la hora y vi que ya me tenia que ir por Shippo, así que me levante y comencé a limpiarme la poca tierra de la ropa- No estoy diciendo que vayas corriendo a donde esta, solo creo que si quieres estar en paz contigo mismo, deberías de decirle lo que sientes, aun sabiendo que ella te rechace, al menos podrás estar tranquilo y ponerle fin si es necesario
-Gracias por tu consejo Kagome- me dedico una sonrisa y yo hice lo mismo antes de regresar al camino.
-Cuídate y nos vemos después. Por cierto, si ves a Sango le mandas saludos de mi parte- se despidió de mi con un ademan y yo hice lo mismo.
Me fui caminando tranquilamente hasta la escuela de Shippo, estaba comenzando a atardecer, el cielo se pintaba de un hermoso color naranja y el sol se podía ver como estaba comenzando a perderse a lo lejos. Cuando llegue hasta la escuela de Shippo él se encontraba jugando con otros niños en el cajón de arena. Sentía cierta tranquilidad al notar que había vuelto a tener vitalidad, hasta hace unos meses se quedaba en el salón y las maestras siempre me decían que por mas que intentaban él no quería moverse de su asiento en todo el día. Fue todo un reto llegar hasta donde estábamos ahora y mi corazón ya podía estar tranquilo al verlo sonreír con tanta facilidad. Uno de los niños que estaba jugando con Shippo se me quedo viendo y después le hablo a Shippo.
-Oye Shippo, ¿Ella no es Kagome?- volteo tan rápido que casi se cae y cuando me vio se levanto y comenzó a dar saltos mientras me saludaba. Yo me dirigí a la entrada mientras que veía como corría hacia adentro para tomar sus cosas.
-Buenas tardes, Señorita Kagome- una de las maestras me recibía con mucho gusto- El joven Sota nos dijo que usted vendría hoy por Shippo
-Si, hoy mis clases terminaron temprano y se lo había prometido a Shippo
-Estuvo diciéndolo todo el día, se nota que la quiere mucho- sentí algo cálido posarse en mi corazón con esas palabras- Es reconfortante ver que puede sonreír después de todo lo que paso y se que en gran parte es gracias a usted y a su familia- la maestra era de las pocas personas que sabían quien era mi hermana.
-Shippo ya es parte de la familia- logre alcanzar a ver como venia Shippo corriendo con todas sus fuerzas hacia donde estaba y yo me puse de cuclillas ya que sabia que se aventaría a mis brazos.
-¡Kagome te extrañe mucho!- se aferro rápidamente a mi cuello y restregó su mejilla en la mía con mucha felicidad.
-Después de todo lo que has hecho aun tienes energía- dijo la maestra al ver el entusiasmo de Shippo conmigo.
-Despídete de la maestra Shippo, que es hora de irnos- lo deje en el suelo y él hizo una reverencia.
-Hasta mañana- la sonrisa en su cara no desaparecía y la maestra y yo nos reímos un poco al verlo de esa manera.
-Recuerda hacer tu tarea y ven con el mismo animo mañana- Tome a Shippo de una mano y comenzamos a caminar.
-Kagome, ¿A dónde vamos?- usualmente tomábamos un autobús o un taxi hacia la casa, pero el día de hoy estábamos caminando hacia el parque.
-Hoy vendrá Inuyasha a recogernos así que lo esperaremos en el parque- pude notar como Shippo hizo cara de molestia- Eyy, ¿Dónde quedo todo el animo?- seguía con sus pucheros y yo no pude evitar reírme.
-¿Por qué tiene que venir? Estamos mejor sin él- yo volví a reírme y seguimos caminando. La calle estaba comenzando a verse oscura, los edificios tapaban gran parte de la luz del sol, así que de alguna manera hacían ver la calle como tenebrosa. Al parecer no era la única que lo pensaba porque de pronto sentí como Shippo apretaba mi mano con mucha fuerza.
-Como compensación por portarte bien en la escuela te comprare lo que quieras para cenar, ¿te parece?- necesitaba sacarle platica para tranquilizarlo y también para tranquilizarme a mi. Pero antes de que Shippo me contestara los dos sentimos un escalofrió como si alguien nos viniera siguiendo. Aun así no quise voltear hacia atrás y no deje que Shippo lo hiciera, podría tratarse solo de ideas de nosotros, aunque la calle también estaba demasiado solitaria- hay que apresurarnos de seguro Inuyasha ya nos esta esperando- el parque estaba a tan solo unas cuadras de distancia y sabia que siempre había mucha gente. Solo teníamos que llegar ahí para sentirnos a salvo, aun así saque mi teléfono y marque rápidamente el numero de Inuyasha.
-Kagome, alguien nos sigue- la voz de Shippo temblaba casi al mismo ritmo que nuestras manos. Mientras que yo escuchaba los timbres, uno tras otro de la manera mas lenta posible. Contesta, contesta, por favor contesta. Los timbres continuaban a un ritmo demasiado lento, hubo un momento en el que lo único que sonaba en mi oído eran los latidos agitados de mi corazón.
-Kagome acabo de llegar al parque, ¿Dónde…?- escuche el pequeño grito de Shippo seguido por un hombre que me tomaba por la espalda haciendo que soltara el celular.
-He estado siguiéndolos todo el día- como pude me solté de su agarre y puse a Shippo detrás de mi, se trataba de un hombre entre unos 40 años que vestía todo de negro, era el mismo tipo que había visto esta mañana cerca de nuestro edificio.
-¿Qué es lo que quiere?- mis piernas temblaban demasiado y sentía que Shippo también, estaba aferrado a mi ropa.
-La verdad muchas cosas, pero, para lo que nos contrataron es solo para darles una advertencia- ¿Contrataron? Eso significaba que era mas de uno, voltee rápidamente a ver alrededor pero no había nadie mas.
-¿Advertencia? Nosotros no hemos hecho nada- necesitaba tiempo, estoy segura de que Inuyasha había alcanzado a escuchar algo, solo era cuestión de tiempo para que llegara. El hombre saco un bate de béisbol y comenzó a golpearlo delicadamente contra su mano.
-Nuestros contratistas no piensan lo mismo, ellos quieren que dejen el juicio- entonces esto era por Shippo, recordé las palabras de mi hermana. Por esto no quería que me viera involucrada. Sabia que no podía correr con Shippo, este hombre nos alcanzaría rápido, así que voltee a ver a Shippo.
-Tienes que correr- Shippo se quedo viéndome totalmente asustado- ¡Shippo tienes que correr por Inuyasha!- trate de aventarlo pero de nuevo sentí como el hombre quiso sujetarme para que no lo hiciera. Shippo cerro los ojos llenos de lagrimas y salió corriendo.
-Tonta mis hombres no lo dejaran irse- casi por arte de magia vi como salían dos hombres mas con bates en las manos, para impedirle el paso a Shippo, yo traté de ir con él pero sentí un fuerte golpe en la espalda que me hizo caer al suelo- no íbamos a hacerles nada mas que asustarlos, pero, al ver que no se quedaran tranquilos asi como asi tenemos que ser mas rudos- mi vista estaba muy borrosa.
-Kagome- la voz cortada de Shippo me hizo voltear a verlo y los dos hombres estabas acercándose a él.
-Pobre niño, ahora tendrá que pagar por tus estupideces, no te preocupes sabemos que las piernas son importantes, pero no pasara nada si no le vuelve a funcionar un brazo- casi por impulso o por miedo me moví hacia donde estaba Shippo.
-No te muevas Shippo- le dije mientras hacia una casa con mi cuerpo para protegerlo. Las lagrimas no dejaban de correr por su rostro- todo va a estar bien, no te preocupes- trataba de mostrarle una sonrisa pero su cara de terror no se tranquilizaba.
-Mujer mentirosa, no deberías decirle eso al niño, solo lo harás sufrir mas, entre mas te resistas tu, peor le ira a él. ¡Vamos quítenla de en medio!- aferré a Shippo a mi pecho y cerré mis ojos esperando el golpe.
-Que valientes golpeando a una mujer y a un niño- la voz de Inuyasha fue casi el cielo para mi. Y para mi cuerpo también, porque fue como si de un segundo a otro perdiera toda la fuerza que tenia.
-¡Kagome! ¡Kagome reacciona por favor!- la voz chillona de Shippo era lo único que escuchaba, pero por mas que quisiera decir algo, mis labios ya no podían moverse. Todo se volvió negro y el sonido a mi alrededor también desapareció completamente…
