Capítulo 29: Confianza
***Kagome***
Estas dos semanas habían sido todo un infierno para mí. Me sentía del asco, por más que intentaba acercarme a Rin ella hacia todo lo posible para alejarme. Inuyasha se había dado cuenta de mi frustración y la verdad tengo que admitir que ha sabido entender mi sentir, trata de distraerme casi todo el tiempo.
-¿Acaso tiene algo de malo salir con nosotros? Se comporta como si se fuera a morir por un poco de comunicación con alguien- estaba furiosa por lo que me había dicho Rin antes de salir de casa. Yo no me metía en su relación, me preocupo por su bienestar mental
-¿Deberíamos de ir por un helado?- dijo Inuyasha, ignorándome completamente y dirigiéndose a Shippo, quienes últimamente se habían comportado mejor.
-Lleva días sin salir, a duras penas nos da los buenos días, tampoco come con nosotros- yo me continuaba quejando, viendo hacia la calle
-O tal vez comida ninja- Shippo le había contestado a Inuyasha- bestia, ¿Kagome nos esta escuchando?
-Tal vez ha perdido la cabeza- dijo Inuyasha en un tono de burla
-Claro que los estoy escuchando y no, no he perdido la cabeza- los dos voltearon hacia otra parte ya que se dieron cuenta que no me encontraba de muy buen humor. De pronto sentí como Inuyasha tomaba mi mano
-Se supone que esta salida es para distraernos, ¿realmente quieres seguir así?- se había detenido gracias a un semáforo en rojo, así que sus intensos ojos dorados me miraban fijamente. Sabía lo que estaba haciendo, desde hace unos días él se había dado cuenta de que mi gran debilidad era verlo mirarme así, así que lo utilizaba cuando quería conseguir algo o cuando quería tranquilizarme. Así que deje salir un pequeño suspiro.
-Está bien- entrelazamos nuestras manos y sentí como mi cuerpo se iba relajando poco a poco. Fuimos a cenar y puse todo de mi parte para alejar de mis pensamientos el problema con Rin, la verdad era que entre los dos hacían que no pudiera pensar en muchas cosas. De repente discutían o sacaban alguna conversación graciosa, eso me hizo disfrutar de mejor manera la noche. Después de la cena salimos a caminar un poco, traía a Shippo de la mano cuando de pronto comencé a sentirlo un poco más pesado. Cuando voltee a verlo me di cuenta de que estaba por caerse dormido, agotado de las peleas y el ánimo que traía hace unos momentos con Inuyasha, así que lo cargue para acomodarlo en mi pecho- creo que es hora de volver- le dije a Inuyasha que estaba a un lado mío.
-Te ayudare con el mocoso- estaba por quitármelo de los brazos, pero sentí como Shippo me tomaba más fuerte de la ropa.
-Sera mejor así, se despertará si me lo quitas- note en el rostro de Inuyasha cierta molestia, no sé si era por el hecho de que Shippo no quería irse de mi lado o porque no lo quería a él. Aun así puso su chaqueta por encima de Shippo, para taparlo del frio viento y antes de retomar el camino hacia el auto me dio un beso en la frente.
-Vamos, no quiero que terminemos enfermos- como no podía tomarme de la mano, lo que hizo fue llevarme con su brazo sobre mis hombros, manteniéndome cerca de él. Por un momento podía ver esta escena como algo más, justo así podíamos vernos en un futuro con nuestros propios hijos. Sentí como me sonrojé al pensar en eso, apenas llevábamos unos meses de novios y yo ya soñaba con la idea de formar una familia con él. Cuando llegamos al departamento Inuyasha me ayudo a poner al pequeño Shippo en su cama.
-Descansa- lo arrope y deje una pequeña lampara prendida, ya tenía unas semanas en las que ya no necesitaba del foco prendido del cuarto, aun así yo no había perdido la costumbre de dejarle algo de luz por si las pesadillas volvían en algún momento.
-Al parecer Rin salió- fue lo primero que me dijo Inuyasha al bajar a la sala. Yo asentí mientras me sentaba a un lado de él, más bien lo que hice fue acurrucarme en su pecho.
-Lo sé, me di cuenta cuando noté que no estaban sus zapatos en la entrada- aunque la casa se encontrara cálida, mi cuerpo aun sentía el frio del exterior, así que me mantenía como una bolita a lado de Inuyasha, tratando de tener calor- ¿Sera que por fin se comunicó Sesshomaru con ella?- ya me había acostumbrado a mencionar ese nombre en su presencia y obtener una rigidez fuera de lo normal en él.
-Es imposible- note su voz tan segura que me quede mirándolo un momento, estaba a punto de meterme a un terreno peligroso y podría no conseguir ninguna respuesta.
-Se que habíamos acordado que no te preguntaría nada relacionado con Sesshomaru, al final me contarías cosas con las cuales yo quisiera ir a destrozarle la cara y tu no me dejarías hacerlo
-Kagome…- la voz de Inuyasha sonaba tranquila, pero sabía que se estaba conteniendo en no huir de esa conversación.
-Lo sé, lo se. Solo dime porque estas tan seguro de que Sesshomaru no se comunicó con ella- volvió a dirigirme una mirada de duda- prometo que no le hare nada- puse mi mejor cara, quería que fuera lo más creíble posible, aun cuando ni yo misma estaba segura de poder mantener esa promesa.
-Porque ahora mismo él se encuentra en una cena de negocios- me quede pensando un momento
-Entonces, ¿él no se contactado con ella por el trabajo?
-Algo así
-Aun si fuera por el trabajo nada le costaría mandarle un mensaje, lo que fuera, alguna señal de vida, ¿no lo crees?- yo me había enderezado en el sillón, así que ahora podía verlo fijamente a los ojos
-Tal vez la está protegiendo
-¿Protegiendo? ¿De quien? ¿Irasue?- Inuyasha estaba a punto de contestarme cuando mi celular comenzó a sonar, era Kohaku- esta conversación no ha terminado- le dije antes de contestarle- Hola Koha…
-Kagome, le paso algo a Rin, creo que fue una crisis nerviosa, perdió el conocimiento- sentí palpitar fuertemente mi corazón e Inuyasha vio mi preocupación porque rápidamente se paró a mi lado.
-¿Crisis nerviosa? ¿Por qué ella tendría…? Olvídalo no importa, ¿hace cuanto perdió el conocimiento?
-Hace unos instantes, la vi mal así que la acompañe hasta el carro y justo antes de llegar se desvaneció, menciono que no había descansado bien- claro que no había descansado bien, todo por el estúpido ese.
-Está bien, escúchame bien Kohaku, llévala al hospital más cerca que tengas, lo más seguro es que sea una deshidratación- estos días tampoco se estaba alimentando como debía- yo llegare ahí
-El hospital, muy bien, en cuanto llegue vuelvo a marcarte- en eso se escuchó la voz pesada de Rin
-Nada de hospitales- su voz sanaba muy tenue, como si no tuviera fuerzas ni para hablar
-Necesitas a un medico
-No, solo fue un mareo, ya se me esta pasando. Necesito descansar- escucharla decir esas palabras solo me daban ganas de golpearla, se estaba comportando justo como los últimos días, como si no le importara para nada su propia salud.
-Ni se te ocurra hacerle caso- le dije enojada a Kohaku
-Claro que no le hare caso, ya te dije que vamos en camino- al menos la cordura si entraba en la cabeza de Kohaku
-Muy bien, entonces en cuanto llegues llámame, para poder llegar…- no pude terminar de decir lo que quería porque escuché a una Rin enojada hablándome
-Iremos a tu casa o soy capaz de bajarme ahora mismo del carro. No hay discusión- y después de esas palabras se escuchó un sonido en mi teléfono indicándome que la llamada había sido finalizada.
-¿Hola? ¿Rin?- arroje mi celular al sillón con todo mi coraje hirviendo mi sangre- ¡la voy a matar, te juro que la voy a matar!
-Kagome tranquilízate- estaba tratando de tocarme, pero vi cierto miedo en su acción, como si fuera capaz de hacerle algo. En otras circunstancias me hubiera reído de esto.
-No puedo, ella siempre hace lo que quiere, no le importa su cuerpo ni a las personas que preocupa por sus acciones. Una vez que llegue no la dejare salir jamás de esta casa- Inuyasha por fin puso sus manos sobre mis hombros y me hizo verlo a los ojos.
-No puedes hacerlo, no puedes encerrarla como si fueras su mamá- sus ojos mostraban calma, él mismo estaba transmitiendo calma para que yo me pudiera tranquilizar.
-Lo sé, pero…
-Y aunque lo fueras, ella es lo bastante mayor como para poder tomar sus propias decisiones- ¿Esas palabras no eran mías? Tal vez el tiempo que estábamos compartiendo juntos estaba intercambiando nuestras personalidades.
-Por lo mismo debería de saber que lo que necesita en estos momentos es un hospital- mi voz había tomado el tono aplacado de Inuyasha, como si estuviera haciendo efecto su actitud en mi
-Esperemos que llegue y nos diga que fue lo que paso. Si es algo demasiado grave, te prometo que yo mismo la arrastrare contra su voluntad al hospital, ¿de acuerdo?- ¿Acaso estaba negociando conmigo? ¿Justo como yo lo hacía con Shippo? Definitivamente me había robado mi personalidad.
-Está bien- dije de mala gana e Inuyasha me beso los labios delicadamente. Los próximos 20 minutos estuvimos esperando que llegaran, cuando escuche el teclado numérico de la puerta me levante del sillón y me fui hacia la entrada. Me dio un pequeño alivio darme cuenta de que Rin venia caminando por si sola, aunque Kohaku venia muy cerca de ella cuidando cualquier mal paso que pudiera dar. Pero antes de que pudiera decir o preguntar algo volteo a ver a Kohaku.
-Gracias por traerme, te llamare más tarde- tanto Kohaku como yo nos quedamos en blanco ante sus palabras, prácticamente lo estaba corriendo de la casa.
-Rin…- la voz de Kohaku sonaba con una mezcla entre desconcierto y dolor. Cuando voltee a ver a Inuyasha él también miraba incrédulo a la escena
-Ya llegué y estoy bien, igual si llegara a pasar algo sé que Kagome te avisaría- vi como la cara de Kohaku iba perdiendo cada vez más luz
-Rin, tal vez solo está preocupado por ti y quiere…
-Eso lo se Kagome, pero en estos momentos tengo algo que hacer- aunque su voz era fría, podía ver que estaba soportando las ganas de llorar, la conocía desde hace tiempo y esas cosas eran difíciles de ocultárnoslo- y tú lo sabes Kohaku, hablamos de esto en el camino- Kohaku solo asintió y trato de recomponerse, aunque sea un poco.
-Cuídala Kagome y cualquier cosa, solo llámame- asentí y vi como daba media vuelta y cerraba la puerta. Cuando nos quedamos solos, las ganas de gritarle volvieron, pero, al ver el modo tan vulnerable en el que venía solo respire y me acerque a ella para ayudarla.
-Gracias- si había llegado caminando sola, solo había sido para que Kohaku se fuera un poco más tranquilo, pero ella muy apenas podía sostenerse.
-¿Ahora puedes contarnos que fue lo que paso?- Rin volteo a vernos a los dos, fueron segundos eternos, era como si nos estuviera evaluando. Después soltó un largo suspiro y por fin hablo
-Se que lo que voy a decir puede que no lo tomen bien o tal vez ni si quiera me vayan hacer caso- los dos nos quedamos viéndola, esperando que continuara- Inuyasha necesito respuestas y solo tú puedes dármelas- voltee a ver a Inuyasha, quien se había quedado en blanco, creo que esperaba cualquier cosa menos lo que acababa de pedir Rin- y sé que tu no estarás tranquila si te excluyo de esta conversación Kagome, además de que sé que necesito a alguien a mi lado, así que te pido que te quedes- ahora éramos los dos quienes estábamos totalmente en blanco. Yo me senté a su lado e Inuyasha se mantuvo parado viéndola detenidamente.
-¿Qué fue lo que viste?- dijo Inuyasha y sentí como Rin se tensó completamente, yo tomé su mano en un intento por tranquilizarla
-Antes de eso, quiero que me cuentes quien es Irasue, ¿Por qué tengo que esconderme de la mamá de Sesshomaru?- Inuyasha soltó el aire
-Rin, sabes que yo no…
-Se que habíamos acordado que no me dirías nada y que yo esperaría hasta el momento en el que Sesshomaru me contara las cosas, pero- Rin apretó mi mano, no sé bien si era para buscar apoyo o si estaba tratando de controlarse- él no me dará las respuestas que yo necesito, al menos no ahora y te soy sincera, estoy cansada de esperar- Rin estaba desesperada, su mirada lo decía todo, quería preguntar mil cosas, pero sabía que tenía que esperar a que ella sacara lo que tenía en mente, si la presionaba estoy segura que se volvería a cerrar y terminaríamos peleando como los últimos días.
-Está bien- voltee a ver a Inuyasha con sorpresa, de alguna manera también sentí pánico, yo sabía el riesgo que corría si llegara a contarle todo, justo como había pasado conmigo- pero solo diré lo necesario, hay cosas que no puedo decir por protección de ambas- la mirada de Inuyasha se había oscurecido, no me gustaba ver tanto dolor en su rostro. Por lo mismo trataba de evitar estos temas.
-Creo que bastara- Rin soltó mi mano como una señal de que se encontraba mejor- ¿Ella controla la vida de Sesshomaru?
-Ella controla la vida de todos- soltó de mala gana Inuyasha y después se sentó justo en frente de Rin- La vida de Sesshomaru esta dictada desde que nació, pero eso es lo mismo para todos los hijos de gente importante, ¿no lo crees?
-Por lo mismo, de alguna manera esto sonara como si fuera una novela o un programa de televisión, siento que ella seria de capaz de hacer cualquier cosa para mantenerme alejada de él, ¿cierto?- Rin había tenido cierto cuidado al escoger sus palabras, como si escondiera algo entre ellas.
-¿A dónde quieres llegar Rin?- eso mismo me preguntaba yo, pareciera que estaba tratando de comprobar algo
-Lo vi hoy y si eres quien lo vigila debes de saber en dónde y con quien- de nuevo Inuyasha se quedó con los ojos abiertos mientras que yo estaba tratando de entender que era lo que estaba pasando.
-¿No se supone que… estaba en una reunión de negocios?- Rin soltó un pequeño suspiro y por poco pude notar unas pequeñas lagrimas asomar por sus ojos.
-Negocios… parecía todo menos eso- Inuyasha no había dicho nada, como si su mente estuviera procesando todo, lo más seguro era que estaba decidiendo la mejor manera de contestarle, pero no pudo hacerlo porque su celular comenzó a sonar. Antes de contestar Inuyasha vio el nombre de quien llamaba y vi un ligero cambio de animo al verlo.
-Anciano Myoga, ¿Ya se terminaron tus vacaciones?- a diferencia de otras llamadas en las que Inuyasha se retiraba del lugar, en esta ocasión no lo hizo, así que Rin y yo nos quedamos atentas a lo que decía- ya verás que se ha vuelto todo un caos desde que te fuiste, ¿solo llamas a reportarte?- de pronto la pequeña emoción que le había dado a Inuyasha se desvaneció rápidamente, tornando su mirada fría- ¿Llegara pronto?... Ese imbécil… de nada sirve detenerlo, cuando llegue le darán nuevas indicaciones… no, traerlo solo pondrá en peligro la seguridad… de acuerdo- sin más Inuyasha corto el teléfono y volteo a ver a Rin sin quitar esa sombra de su mirada.
-¿Ocurrió algo?- le dije mientras me acercaba a él
-¿Realmente quieres respuestas?- Rin un poco sorprendida solo asintió- Él viene hacia acá, tal vez se dio cuenta de que estabas ahí, te tengo que sacar de aquí porque no pondré los ojos de Irasue sobre el departamento de Kagome- sentí un escalofrió recorrer mi espalda- así que tienes dos opciones, te llevo a un lugar en el que no podrá encontrarte esta noche y puedas descansar o te llevo a donde puedas verlo- me parecía estúpida esa propuesta, ¿Cómo podía darle opciones a una persona enferma? Rin no estaba en las mejores condiciones para soportar una plática con Sesshomaru. Estaba por objetar cuando Inuyasha volteo a verme, con su mirada me estaba diciendo que no hablara, como si pudiera leer mis pensamientos. Entonces recordé lo que me dijo hace rato, lo de dejarla tomar sus propias decisiones, así que de mala gana me quedé callada.
-Entonces si te pido que no dejes que se acerque a mí, ¿lo harías?
-Si eso es lo que decides hacer, yo te apoyare
-¿Aun cuando vayas en contra de Sesshomaru?
-Se que se pondrá como loco y te buscara por todos lados, pero, creo que si no quisieras verlo es por tu propio bien, así que te ayudaría que eso fuera así- Rin parecía meditar cada una de las palabras de Inuyasha- además disfrutaría ver a ese imbécil desesperarse un poco
-Ya veo
-Entonces, ¿eso es lo que quieres hacer?- Inuyasha estaba tomando su teléfono, de seguro les diría a sus hombres las órdenes a seguir, así que Rin se levantó con cara decida
-Por favor, llévame a verlo- yo estaba sorprendida por su respuesta, pero al ver la cara de Inuyasha note que él estaba esperando que pasara eso, de nuevo quise protestar pero antes de poder hacerlo sentí la mano de Rin en mi brazo- estaré bien, lo prometo- la cara de Rin era diferente a la de estos días, ya no parecía retarme, más bien parecía casi una súplica, para que confiara en ella.
-Entonces vamos, es mejor irnos pronto antes de que te encuentre aquí- Rin se fue a buscar su bolsa mientras que Inuyasha se acercó a mí y me dio un rápido beso en los labios- no te preocupes y confía en ella.
-Estoy tratando- le dije casi como una protesta a lo que él sonrió y me beso de nuevo solo que ahora fue un beso más duradero- al desocuparme de esto volveré, ve y descansa ¿de acuerdo?- asentí y me limite a ver como se iban. Al final de todo sabía que Rin era fuerte y que debería de confiar en ella. También sabía que Inuyasha la protegería, solo esperaba que Sesshomaru no la fuera a lastimar de nuevo, ya que a simple vista se podía ver lo mucho que Rin dependía de él ahora, volviendo completamente su mundo…
***Notas de autor***
*Se esconde para que no la maten* Siento mucho no haber actualizado en tanto tiempo, les juro que fue mi intensión más de una vez, pero siempre pasaba algo que me impedía ponerme a escribir. Primero me enferme de covicho y al regresar a mi trabajo tenia mucho por hacer.
Por fin me pude dar la oportunidad de escribir, la idea era no subir nada hasta tener el capítulo 29 y 30 en manera de disculpa, pero, antes de que pueda pasar algo más me he decidido a subir el capítulo 29 que ya tenía listo. Así que espero y lo hayan disfrutado…
El siguiente capitulo será de Rin, me imagino que todos queremos saber qué es lo que va a hablar con Sesshomaru, aquí mi duda es ¿Qué hubiera echo ustedes? ¿Esperarían por Sesshomaru o cortarían todo por lo sano?
Me iré rápidamente a escribir el capítulo 30, ¡así que espero leerlos pronto!
Saludoooos n_n/
