Capítulo 30: Sus verdaderos sentimientos…

***Rin***

Esta era la segunda vez que me subía al carro de Inuyasha, en las dos ocasiones había sido por algo relacionado con Sesshomaru, la diferencia era que ahora él no era quien estaba manejando, se trataba de un señor grande, parecía ser de la misma edad de Jaken, o tal vez un poco más grande, su cabello grisáceo decía mucho.

-Amo Inuyasha, me acaban de informar que al joven Sesshomaru se le dio la nueva dirección, no lo vieron llegar a la casa de la señorita Kagome- hasta su voz parecía más rasposa, me pregunto qué hará un señor de tanta edad trabajando para alguien como Inuyasha.

-Gracias Myoga- de pronto Inuyasha volteo a verme- aun estas a tiempo de cambiar de opinión Rin- sentí el miedo y el nervio querer apoderarse de mí, seguido de una molestia en la garganta.

-Yo no quiero huir- pareciera que él sabía lo que iba a contestar, era como si las preguntas me las hiciera para que yo misma me diera cuenta de lo que quería realmente.

-Estamos a punto de llegar, así que toma- me entrego una tarjeta de lo que parecía ser un hotel con un numero grabado en ella- en esa habitación esperaras a Sesshomaru, nosotros estaremos cerca, por si necesitas o quieres irte solo tendrás que llamarme- todo esto me hacía pensar que era demasiado.

-Pero…

-Es solo por si acaso, este lugar no queda muy lejos de la casa de Kagome, así que cualquier emergencia nos permitirá estar aquí pronto- verlo de esta manera me doy cuenta de que es exactamente igual de terco que Kagome, así que sabía que por más que me negara él no me dejaría ni bajarme del auto.

-Está bien, yo te llamare si…- en ese momento me di cuenta de que no traía mi celular- mi celular- comencé a buscar en la pequeña bolsa que traía, pero tampoco se encontraba ahí

-¿Lo dejaste en el departamento de Kagome?- la verdad era que no lo recordaba, de tantas cosas que habían pasado mi cabeza estaba completamente en caos.

-Parece que sí, pero no te preocupes, de ser necesario le pediré el teléfono a Sesshomaru- vi la cara de molestia que hizo ante lo que dije

-No creo que sea buena idea- dirigió su mirada al frente y segundos después el anciano Myoga saco una pequeña caja de la guantera del carro- toma- mire incrédula la caja dándome cuenta de que de lo que se trataba era de un celular nuevo.

-Inuyasha…- estaba a punto de quejarme, quejarme por lo grande, pero suspire pesadamente- estoy harta, así que si esto es lo necesario para bajarme, lo hare- vi que Inuyasha sonrió dándose cuenta de que había ganado.

-Cuídate- le dedique una sonrisa, que más que ser de amabilidad era de fastidio

-Gracias por traerme Myoga- él hizo una pequeña reverencia y me dedico una sonrisa amable

-Siempre será un gusto ayudar a una linda señorita como usted Rin- a él si le dediqué una sonrisa sincera y después me dirigí a la entrada del edificio.

Al llegar a la habitación no sabía que hacer, empecé a sentir un vacío enorme en mi pecho. Aunque aparentemente me encontraba mejor, lo cierto era que no. Mi garganta me quemaba, ya no sabía si se debía al cansancio o a toda la mezcla de emociones que no había liberado. Ahora estando sola sentí como las lágrimas comenzaban a salir, no entendía que era lo que había hecho mal, por dos semanas estuve esperando pacientemente aunque sea un simple mensaje, algo que me diera las energías para seguir con mi vida. En lugar de eso no hubo ni si quiera eso, además de que yo me había vuelto a la defensiva con todos. La garganta no dejaba de arderme así que tome un poco de agua para tranquilizarme, lo menos que quería era mostrarme totalmente vulnerable ante Sesshomaru. También aproveche los minutos en lavarme un poco la cara, aun cuando en el espejo aun podía ver un poco rojizo debajo de mis ojos y mi nariz. Me senté cerca de un gran ventanal y traté de enfocarme en las luces de la ciudad, me quería concentrar en todo menos en la plática que iba a tener son Sesshomaru, ya que cada vez que lo hacia las ganas de llorar crecían inmensamente.

El sonido de la puerta me trajo de vuelta a la realidad y entonces vi a Sesshomaru entrar a la habitación en la que me encontraba. Había dejado la mayoría de los focos apagados, así que lo primero que él hizo fue prender uno de ellos, el que iluminaba gran parte del lugar. Mis ojos entonces se posaron en su ropa, en el traje color gris que estaba usando, de pronto la escena donde lo había visto con esa mujer se pasó por mi cabeza, yo no dije nada ni tampoco me moví del lugar en el que me encontraba.

-Rin- la voz que había querido escuchar durante dos semana por fin estaba presente, pero no sentía la felicidad que pensé sentir- ¿Te encuentras bien?- se quiso acercar a donde yo estaba pero le negué con la cabeza.

-Quédate ahí- si quería seguir con la mente fría, él se tenía que mantener lo más lejos posible de mí, sabía lo que su contacto podía hacer mi cabeza. Así que ahora manteníamos nuestra distancia por la cama de la habitación.

-Me entere que te habías puesto mal, solo quería verte para asegurarme de que estuvieras bien- sus ojos me miraban de arriba abajo, buscando cualquier señal o algo que estuviera fuera de lugar. De pronto vi que buscaba algo en su bolsillo y lo puso con cierto cuidado en la cama para que lo viera. Se trataba de mi celular.

-¿Dónde…? ¿Por qué lo tienes tu?- yo seguí en mi sitio y solo le dirigí una mirada de curiosidad o de incredulidad.

-Al parecer lo dejaste en el carro de tu… amigo- eso quería decir que Kohaku era quien lo tenía, lo más seguro es que se me cayera cuando me subí- para mí fue una sorpresa llamarte y que no fueras tu quien contestara

-Debió de haber sido cuando…-comencé a sentir como si mi garganta ardiera, así que rápidamente caí en cuenta de otra cosa- espera ¿Kohaku te entrego mi celular?- eso me parecía poco creíble, conociéndolo él no le daría mi celular a cualquiera y mucho menos a Sesshomaru, que aunque no le he contado nada, estoy segura de que sabe que es lo que me pasa con él.

-Hubiera querido enterarme por tu boca que algo te estaba pasando- eso sonaba como si fuera una clase de reclamo, hasta su rostro me decía que estaba molesto. Y también podía notar que ninguno de los dos quería contestar las preguntas del otro.

-¿Es en serio que estás diciendo eso? Pasaron dos semanas, ni una sola llamada, ni si quiera un mensaje, no trataste de comunicarte de ninguna manera

-Te dije que me dieras tiempo- los dos estábamos comenzando a subir el tono de nuestras voces

-Claro tiempo, entonces gran CEO, ¿Cómo diablos pretendía que me comunicara con usted? ¿Cómo iba a decirte que no me sentía bien?- agregue sarcasmo a mis comentarios, sabía que eso era lo que más le molestaba.

-Entonces como yo no me comunicaba, tu solo decidiste comenzar a salir a cenar con otros hombres

-¿De qué rayos hablas? ¿Todo esto es porque estas celoso? ¿En serio?- vi como la mirada de Sesshomaru tembló un poco ante mis preguntas- no me hagas reír Sesshomaru, tú eres el ultimo que puede decirme eso

-¿De que estas hablando?- antes de que le contestara de nuevo sentí esa molestia en mi garganta, como si todas las palabras se atropellaran al querer salir

-¡De que te vi!- prácticamente se lo grité y después de hacerlo mis lagrimas comenzaron a salir- en el restaurante, te vi con ella- las ganas de gritar y llorar no hacían más que acumularse en mi pecho y en mi cabeza. Al recordar la escena de ellos juntos, hacia que mi vista se nublara de nuevo y al sentir que estaba por caerme lo que hice fue recargarme en el enorme ventanal. Rápidamente Sesshomaru dio unos pasos hacia mi- ¡No! No lo hag… No te acer…- el dolor en mi garganta había aumentado considerablemente, a tal punto de no dejarme terminar las oraciones, era como si… me estuviera quedando sin voz…

-Rin, por favor, déjame ayudarte- su voz herida solo hacía que mi cabeza se confundiera más, quería hacer dos cosas, escucharlo o huir de ahí.

-Solo aléjate- al sentirme incapaz de poder hablar, utilice el lenguaje de señas. Tome los siguientes segundos para poderme tranquilizar, calmar de una u otra manera todas mis emociones, las lagrimas no paraban de salir a pesar de que mi corazón estaba comenzando a latir un poco más tranquilo. Cuando voltee a ver al frente vi a Sesshomaru a unos pasos de mí, manteniendo su distancia aunque ya se encontrara de este lado de la cama. También me di cuenta de que me encontraba en el suelo recargada en el vidrio en posición fetal. Cuando vio que levante mi cabeza su mirada se posó directamente en mis ojos- ¿Por qué no te comunicaste conmigo? ¿Quién era ella?- mi voz salía casi como un susurro y antes de contestarme Sesshomaru dejo salir un suspiro.

-¿Puedo?- se movió un poco hacia donde estaba, pero se detuvo cuando negué con la cabeza- Rin…

-Te parecerá estúpido pero, verte con la misma ropa de hace rato, me hace pensar que olerás a ella y no creo soportarlo- vi la cara de molestia que hizo, volvió a suspirar pero ahora era más por estar enojado que por otra cosa, así que se alejó un poco para después quitarse el saco y la corbata.

-Al menos levántate de ahí, pareciera que te estoy amenazando, yo me quedare de este lado de la cama, si eso te hace sentir más segura- su voz sonaba fría, tal vez hasta fastidiada. Yo aun con la duda me pare del lugar en el que estaba y me senté en la cama, el silencio fue largo, ninguno de los dos decía nada- después del día en el que fue Inuyasha por ti, yo me encontraba desconcertado y al mismo tiempo molesto- Sesshomaru aunque me estaba hablando a mí, seguía mirando hacia en frente- después de todos estos años jamás imagine que nuestro reencuentro sería tan problemático. Mi hermano menor había aparecido y me trataba como como a un ignorante y desconocido

-Tal vez todos estos años algo cambio en él- desde antes de que se reencontraran sabia de la mala relación que Inuyasha tenía con su hermano, pero siempre había tenido la delicadeza de no contarme más de la cuenta, al final de cuenta nunca quise meterme porque no era algo que me incumbiera.

-Eso pensé, al final de cuentas no estuve ahí si me llego a necesitar, ni tampoco pude defenderlo de mi madre- su voz aun sonaba fría, pero yo sabía que el que se estuviera abriendo así conmigo, era algo que le costaba mucho hacerlo- por eso estaba enojado, no quise contarte nada acerca de mi madre porque era algo que él me había echado en cara. Pero cuando te fuiste, todo cambio, comencé a darme cuenta de todas las cosas que habían pasado y del gran riesgo en el que estaba poniendo tu vida, comencé a darme cuenta de que lo que mi hermano había dicho, era verdad, así que lo único que se me ocurrió fue mantenerme un poco alejado por unos días

-¿Después de todo lo que me prometiste? Tu hablaste de darme las pruebas necesarias para confiar en lo nuestro, pero, en lugar de darme esas pruebas, pareciera que quieres demostrarme todo lo contrario- había girado mi cuerpo para verlo cara a cara y él había hecho lo mismo.

-Y lo hare, pero…- volvió a soltar un largo suspiro- mira Rin, si yo te tengo cerca de mí no podre fingir que seas solo una empleada y eso a la larga solo te pondrá en la mira de mi madre- de nuevo con Irasue, que más que respuestas lo único que dejaba en mi cabeza eran más dudas

-Sesshomaru, si yo no sé qué riesgo estoy corriendo ¿Cómo puedo siquiera cuidarme? Cada vez que te pregunto algo me evades, así que nunca vamos a poder avanzar si seguimos así- quería acercarme a él, mi cuerpo me rogaba por un poco de su contacto, pero al mismo tiempo aun no me sentía lista para hacerlo.

-Creo que sabes cual es el trabajo de Inuyasha, de la organización en la que esta y todo eso- asentí, Kagome me había platicado un poco y lo demás lo había deducido por mi cuenta- ¿Quién crees que lo puso ahí?

-¿Tu madre?- ahora fue él quien asintió

-No tengo idea lo que le hizo, pero si eso hizo con Inuyasha, que al final de cuentas es un Taisho, no quiero ni si quiera imaginarme lo que te puede hacer a ti- sentí unos escalofríos recorrer mi cuerpo- por lo mismo, después de pensarlo, las palabras de Inuyasha hicieron efecto en mí, tal cual como esta mi posición actualmente me es imposible ir en contra de ella, así que no puedo ponerte en su mira más tiempo

-¿Entonces? ¿Qué va a pasar con nosotros?- de nuevo sentí como las lágrimas comenzaban a acumularse y la molestia en mi garganta también. Sesshomaru se dio cuenta de mi estado y se movió muy lentamente hacia donde yo estaba, como si de alguna manera estuviera esperando que lo detenga, como no lo hice sus manos tomaron las mías- tú sabes que no podemos seguir de esta manera, es insostenible, al final solo podría significar una sola cosa

-Mírame Rin… por favor mírame- yo no quería hacerlo por miedo a que las lágrimas terminaran por salir, pero aun con todo ese dolor voltee a ver aquellos ojos dorados- No vuelvas si quiera a imaginar que pasara algo como eso- sus manos seguían acariciando las mías- a partir de mañana puedes volver a la empresa, creo que debió de ser tiempo suficiente para calmar los pensamientos de mi madre

-¿Y la mujer con la que saliste esta noche?- aun cuando no dejo de acariciarme, si sentí un cambio en la presión de sus manos sobre las mías.

-Ella es una amiga de la universidad, hasta hace unos días regreso a Tokio

-¿Solo una amiga?- recordaba como los había visto en el restaurante y parecían muy unidos- de pronto vi como Sesshomaru estaba tratando de no esbozar una sonrisa- no es gracioso

-No, no lo es- yo quite mis manos de mala gana de las suyas- el nombre de esa mujer es Kagura Kato- recordaba ese nombre, lo había mencionado la madre de Sesshomaru y también Inuyasha- la última vez que nos vimos debiste de haberlo escuchado

-Aun así, ustedes tenían demasiada cercanía como para parecer solo amigos

-Si a eso vamos, yo podría decirte lo mismo de ese tal Kohaku, cuando fui por el celular parecía como si fuera tu pareja- conocía a Kohaku y por lo mismo podía imaginarme a la perfección la forma con la que se dirigió a Sesshomaru.

-Eso no justifica la cercanía entre ustedes- de ninguna manera lo dejaría pasar, aun cuando me sentía más tranquila

-Nuestras familias son poderosas, por lo tanto debemos de demostrar que tenemos buena relación, algún reportero o empresario que nos vea, le pensara dos veces antes de atacarnos- hablaba con el tono de CEO y eso solo hacia sintiera que no estaba hablando en serio.

-Claro, tan buena relación que pareciera que son pareja- aunque quise evitar el tono, no pude dejar de sonar celosa. Entonces sentí como Sesshomaru me tomaba de las mejillas y me hacía verlo directamente.

-Rin Te amo- mis ojos se abrieron más de la cuenta y también sentí como mis mejillas se sonrojaban- y ni Kagura u otra mujer que aparezca me hará dejar de sentir esto que siento por ti- sus ojos no dudaban, ni si quiera se movieron un poco ante aquellas palabras, mientras que mi corazón saltaba con mucha fuerza, tanto era así que podía sentirlo en mis oídos- Rin yo te pertenezco y así será por siempre- dicho esto acerco sus labios a los míos en un beso demasiado apasionado, aun cuando era lento, nuestras lenguas se entrelazaban y nuestros gemidos estaban comenzando a salir cuando nos separamos un poco para tomar aire- vamos a tomar un baño juntos- me soltó de la nada y yo me quede unos segundos paralizada

-¿Qué?

-Tenías razón, yo también me volvería loco si llegase a encontrar el aroma de otro en ti- mientras hablaba su boca se acercaba peligrosamente a mi cuello y dejo una pequeña mordida antes de continuar- así que vamos a bañarnos gatita- sus palabras y su boca me acariciaban sensualmente, haciendo que por unos momentos mi cabeza dejara de funcionar. Como si él se hubiera dado cuenta de esto, me tomo desprevenida de las piernas y me levanto como princesa.

-¿Qué haces? Bájame- su risa hacía que su pecho vibrara en mis manos

-Esta noche gatita, te voy a demostrar cuanto te pertenezco- sus palabras iban cargadas de sentimientos, tanto amorosos como apasionados.

Sabía bien que la plática no había terminado, como siempre Sesshomaru se las había arreglado para tranquilizar mi mente, aunque aún hubiera muchas cosas pendientes. De nuevo había decidido creer en él, no sé si por tonta o enamorada, pero algo dentro de mí me decía que él era sincero con todo lo que me había dicho, así que no quería llenar mi corazón y mente de cosas inútiles. Por el momento me entregaría a todo lo que su cuerpo y mente estaba ofreciéndome, de nuevo, crearía esa burbuja de protección, olvidando que allá afuera tal vez nosotros nunca podríamos demostrar todo esto que sentíamos por el otro. Yo realmente lo amaba…

***Notas de autor***

Pues aquí tenemos el capítulo 30, no sé si lo había comentado en el anterior, pero decidí hacer este cambio de perspectivas, precisamente para que se entendiera de mejor manera esta pelea/platica con Sesshomaru. Estamos llegando a un punto demasiado dramático y esta parejita pareciera que nunca pueden estar bien o seguros.

Estaré esperando sus comentarios y tratare de actualizar pronto, aunque por el momento me enfocare en actualizar mis otros fics, así que puede que la próxima actualización de este fic sean e semanas, por lo mismo trate de tener estos dos capítulos pronto.

De nuevo, espero y hayan disfrutado del capítulo y espero leernos pronto!

Saludoos :*