September - November 1812

A pesar del buen tiempo y estado de las carreteras, Darcy demoró cuatro 'eternos' días en llegar a Rosings. En la medida que se acercaba a Kent iba pensando en que podía hacer para convencer a Elizabeth de que eran el uno para el otro. La amaba y estaba seguro que iban a ser muy felices juntos si tan solo ella le diera la oportunidad. La última conversación que tuvo un mes atrás en Pemberley con el Sr. y la Sra. Gardiner estaba latente en su memoria…

"Sr. Darcy, sé que mi sobrina es mayor de edad y usted no nos debes ningún tipo de explicación sobre sus sentimientos." El Sr. Gardiner hizo una pausa y continuó, "Pero como Elizabeth e Isabella son nuestra familia más querida, quisiéramos saber cuáles son tus intenciones con nuestra sobrina. Por favor, le pido que seas honesto con nosotros."

Darcy se sonrojó y con franqueza contestó, "Mis intenciones siempre han sido honorables. Me imagino que se han dado cuenta que amo profundamente a Elizabeth." Hizo una pausa y agregó, "Desde hace años más de siete años que estoy enamorado de ella. Por suerte Dios me ha dado una segunda oportunidad que bajo ningún concepto quiero desaprovecharla. Me creerían si les digo que lo que más quiero en este mundo es que Elizabeth sea mi esposa."

Los Gardiner asintieron con la cabeza, y el Sr. Gardiner preguntó, "Nos alegra escuchar lo que dice, pero ¿qué opina el resto de tu familia respecto a su decisión de casarse con nuestra sobrina? Entiendo que años atrás, el escándalo de Lydia fue el principal motivo por el cual usted cortó relaciones con la familia Bennet y Elizabeth en particular. La situación es aún la misma, la familia Bennet aún está manchada por el escandalo y su familia es consciente de ello."

Darcy suspiró, "El principal motivo por el que tuve que dejar de lado mis deseos y felicidad, no fue la censura de mi familia, sino el miedo de dañar la reputación y el futuro de Georgiana. Si no fuera por el deber que tenía como guardián de mi hermana. Dejar de lado a Elizabeth fue la decisión más difícil de toda mi vida" Hizo una pausa y honestamente continuo, "Si la situación hubiese sido diferente, es muy probable que me hubiese casado con ella y habría cortado o limitado al mínimo la comunicación y relación con el resto de la familia Bennet."

Los Gardiner nuevamente asintieron con la cabeza, y la Sra. Gardiner agregó, "¿e Isabella? ¿Está usted dispuesto a asumir el rol de padre en la vida de Isabella? Usted no tiene hijos, pero debe entender que, para Elizabeth, el bienestar de su hija es lo más importante."

Darcy sonrió, "La verdad es que Isabella ya ha ganado por completo mi corazón. No sé si es por el parecido tanto físico como de carácter que tiene con Elizabeth, pero lo cierto es que va a ser muy fácil quererla como si fuera mi propia hija. De hecho, ya la quiero como tal."

Los Gardiner se miraron y nuevamente asintieron con la cabeza, y por último el Sr. Gardiner agregó, "Sé que no lo ha pedido, ni lo necesita, pero queremos decirle que tiene por completo nuestra aprobación. Deseamos fervientemente que en un futuro no muy lejano sea nuestro sobrino."

Sabía que no era necesaria la aprobación de los Gardiner, pero estaba muy feliz de contar con su bendición. Además, eran personas muy importantes en la vida de Elizabeth e Isabella, y tener buenas relaciones con ellos eran un buen presagio para su futura felicidad.

Dado que llegó a Rosings en la tarde, ese día no pudo visitar Sandstone, pero aprovechó a reunirse con su administrador y revisar los libros de contabilidad de la hacienda. Satisfecho con toda la información y con el desempeño que tuvo ese año Rosings, se acostó a dormir temprano pensando en Elizabeth.

A la mañana siguiente, mientras iba en camino hacia Sandstone llevando los regalos para Isabella, recordaba claramente la cara de sorpresa de la Sra. Reynolds cuando le pidió ayuda para comprar los regalos de Isabella…

"Sra. Reynolds, sé que lo que le voy a preguntar es inusual, pero confío plenamente en su buen gusto."

La Sra. Reynolds asintió y preguntó, "¿En qué puedo ayudarlo, Sr. Darcy?"

"Necesito comprar un hermoso vestido para una niña de cuatro años, y para ello, necesito su ayuda."

La Sra. Reynolds abrió levemente los ojos por la sorpresa, pero enseguida respondió en forma neutral, "No hay problema, Sr. Darcy. ¿Tiene las medidas de la niña?"

"No, pero es de altura y peso similar la hija del Sr. Tirney."

La Sra. Reynolds asintió nuevamente, "¿Cuándo precisa que el vestido esté pronto?"

"Lo necesito en 3 días, antes que me vaya a Matlock."

La Sra. Reynolds asintió nuevamente. "¿De qué color quiere que sea el vestido?"

Darcy sonrió levemente pensando en Isabella. "Preferentemente rosado, aunque también puede ser amarillo. También me gustaría que agregara cintas para el cabello que hagan juego con el vestido. La niña tiene el cabello rubio."

Dos días más tarde el hermoso vestido ya estaba pronto. Además, compró lápices de colores y un libro de cuentos de hadas ilustrado.

Llegó a Sandstone sobre el mediodía, y el ama de llaves le dijo que Elizabeth e Isabella estaban haciendo un picnic cerca del río. Tomó los paquetes y caminó rápidamente en la dirección que le indicó el ama de llaves.

Unos pocos minutos más tarde, vio a Isabella y Edward sentados en un gran mantel rodeados de tres gatitos. Elizabeth estaba sentada contra un árbol leyendo en voz alta un cuento de hadas – el mismo que le había regalado a Isabella unos meses atrás – y los Gardiner y la Sra. Watson estaban sentadas en unos almohadones. En el centro del gran mantel había sándwiches, carne fría, quesos, limonada y una gran torta de chocolate.

La primera en verlo fue Isabella, e inmediatamente su pequeño rostro se iluminó de alegría y salió corriendo a abrazarlo. Darcy dejó los paquetes en el suelo y abrazó fuertemente a la niña. Sin darse cuenta, sus ojos se llenaron de lágrimas por la emoción. Adoraba a esa niña.

"Sr. Darcy, Mami me dijo que estabas muy ocupado en Pembely y no ibas a poder venir a mi cumpleaños."-"Mami, viste, yo tenía razón. El Sr. Darcy vino a mi cumpleaños."

"Feliz cumpleaños Isabella. Tengo estos regalos para ti. Espero que te gusten."

Con una gran sonrisa, Elizabeth se acercó a saludarlo, "Bienvenido, Sr. Darcy. Estamos muy contentos de verte nuevamente. Llegas justo a tiempo para el picnic. ¿Quieres unirte con nosotros?"

Darcy asintió, tomó ambas manos de Elizabeth y las beso con ternura mientras que Bella abría sus regalos.

Dado que uno de los paquetes era muy grande, Bella abrió el primer regalo con mucha dificultas y excitada exclamó, "Mami, ¡mira que hermoso vestido! Nunca vi un vestido tan hermoso. ¡El rosado es mi color favorito! Mami, ¿puedo ponérmelo ahora?"

Elizabeth negó con la cabeza, "Ahora no, Bella." Sonrió, "tienes que esperar hasta que terminemos de comer. Pero primero, tienes que agradecerle el regalo al Sr. Darcy."

"Gracias, Sr. Darcy." Lo abrazó nuevamente.

"Me alegro que te haya gustado. Aquí tienes estos otros regalos." Le dio otros dos pequeños paquetes.

"Es un vestido muy hermoso. No sabía que también eras un especialista comprando vestidos para niñas. Voy a agregarlo a la lista de las cualidades que debe tener un hombre bien-educado." Elizabeth comentó con una sonrisa.

"Para ser franco, parte del crédito es de la Sra. Reynolds que fue la que me ayudó a comprar el vestido."

Los dos se miraron a los ojos y sonrieron.

"Mamy, mira, otro libro y lápices de colores. Voy a mostrárselos a Edward." Bella salió corriendo a mostrarle los regalos a su primo, a los Gardiner y a la Sra. Watson.

"Gracias por los regalos, pero, sobre todo, gracias por venir al cumpleaños de Isabella. Me preguntó por ti varias veces."

"No tienes que agradecerme. Estoy donde deseo estar y con las personas que quiero estar…"

Isabella los interrumpió, "Sr. Darcy, este es mi gatito favorito. Se llama Tony. ¿Quieres abrazarlo? Edward prefiere a Patsy, pero a mí me gusta más Tony. ¿Cuál le gusta más a usted Sr. Darcy?"

"Son los dos muy bonitos." Bella le dio su gatito, y Darcy lo tomó con mucho cuidado. Hacia años que no tenía un gatito en las manos.

"Mamy hizo mi torta de chocolate favorita. Mamy ¿podemos comerla ahora?"

"Bella, primero vamos a comer los sándwiches, carne, y los quesos, y después vamos a comer la torta. Pero primero ustedes dos tienen que lavarse las manos, y no deben tocar los gatos hasta después que termines de comer." Los dos niños asintieron y con la ayuda de la Sra. Watson se lavaron las manos en el río. Mientras tanto, Darcy saludó cordialmente a los Gardiner y conversaron unos minutos sobre Lambton.

Hacia muchos años que Darcy no participaba en un picnic y, aunque había algunos mosquitos y la comida era muy simple, fue una hermosa e inolvidable experiencia. La torta de chocolate estaba deliciosa y se sorprendió gratamente al enterarse que efectivamente la había cocinado Elizabeth.

Con asombro comentó, "No sabía que podías hacer estas deliciosas tortas."

Elizabeth sonrió, "Cuando viví en América, la jefa de cocina del salón de té me enseñó a hornear. Pero reconozco que en esta ocasión la cocinera de Sandstone me ayudó. Ya sabes que Bella adora el chocolate."

Darcy asintió, "Está deliciosa. Voy a agregarlo a la lista de logros que debe tener una dama bien educada…"

Sobre las 4:00 de la tarde regresaron a la casa. Isabella se probó su vestido nuevo y le quedó muy bien. Se rehusó a sacárselo por el resto del día. Después de leerles un cuento de hadas a los niños, Darcy los invitó a almorzar al día siguiente en Rosings.

Desafortunadamente, tuvieron que declinar la invitación ya que los Gardiner y Edward regresaban a Londres al día siguiente. Cuando se despidió de Elizabeth, besó sus dos manos y le dijo con sentimiento que hacía mucho tiempo desde que había tenido una tarde tan maravillosa como la de ese día.