Mayo 1830
La puerta de la iglesia se abrió, todos los presentes miraron entrar a la hermosa y radiante joven del brazo de su orgulloso padre. El novio muy nervioso y sonriente los esperaba al lado del sacerdote.
En la primera fila, la Sra. Darcy y sus hijos miraban con diferente grado de emoción la ceremonia. De los cuatro hijos que Elizabeth tuvo con Darcy, tres varones de 15, 12 y 10 años y una niña de 8 años, el varón más chico miraba al Sr. Terry con muy poca simpatía, mientras que el más grande estaba contento porque Bella iba a vivir cerca. La pequeña Lizzy iban a extrañar a su querida hermana mayor, pero como el Sr. Terry era muy guapo y 'bueno' igual estaba contenta que se casaba con él.
Los novios se habían conocido tres años atrás, cuando Isabella tuvo su presentación en sociedad. Por su belleza, simpatía y además dinero, para el descontento de Darcy que adoraba a su 'pequeña Bella', atrajo muchos pretendientes. Desde el primer día que la conoció, el Sr. Terry quedó fascinado con ella, y después de cortejarla por dos años sin respiro logró ganar su corazón, y convencer a Darcy que era digno de su hija.
En la segunda fila estaban los Gardiner con los Thompson y sus hijos. Dos años atrás el Sr y la Sra. Bennet habían muerto y Edward había tomado posesión de Longbourn. Aunque pasaba muy poco tiempo en la hacienda, ya que aún estaba terminando su educación en la universidad. Su tío Darcy lo estaba ayudando a aprender a administrar una hacienda y por el momento le había cedido uno de sus administradores. Si bien desde chiquito había estado fascinado con Bella, con los años la relación entre los primos se transformó en una gran amistad. Tres años después, la propia Isabella le presentaría a una joven que sería posteriormente su esposa.
Los Gardiner, bajo la insistencia de Elizabeth, Isabella e incluso de Darcy, se habían mudado enseguida que Elizabeth se casó con Darcy a Lambton. Si bien los Darcy insistieron que se fueran a vivir con ellos a Pemberley, los Gardiner no quisieron, alegando que les gustaba tener su privacidad y tenían muchas amistades aún en el pueblo. Igualmente era muy común que Darcy los fuera a buscar en su carruaje y se quedaran a dormir algunas noches en Pemberley.
En la tercera fila estaba Sir Richard Fitzwilliam con su familia. Poco después del año de empezar el negocio de criadero de caballos, Richard conoció a la hija de un caballero que estaba en el mismo negocio. La Sra. Tell era una mujer viuda de 28 años, que se había casado con un coronel amigo de Richard que había muerto en batalla. Al poco tiempo de conocerse, descubrieron que tenían muchas cosas en común y unos seis meses después se casaron. Tenían solo dos hijos varones, que tenían también el mismo amor por los caballos que su padre.
En la cuarta fila estaban los Shaw con sus tres hijos. El Sr. Shaw con Mary y sus tres hijos. Con ayuda de su tío, desde hacía unos cinco años, lo habían nombrado Juez. Era una familia feliz, que tenían una vida confortable, aunque sin grandes lujos, ya que Mary prefería ahorrar para el futuro de sus hijos.
En la quinta fila estaban los Denny. El Sr. Denny había sido condecorado por su valentía en Waterloo, y a raíz de sus heridas de guerra había rescindido su comisión. Dado que era hijo de un caballero, tenía nociones de cómo administrar una hacienda. Elizabeth para ayudarlos a que pudieran tener una vida mejor, les ofreció vivir en Sandstone y que se ocuparan de administrar la hacienda. Las ganancias iban a ser a medias. Kitty con los años se había transformado en una mujer muy practica que había aprendido a vivir con poco. Tenían solo dos hijas, y con mucho esfuerzo habían logrado ahorrar dotes de 3000 libras para cada una de ellas.
En la sexta fila la Sra. Watson y la Sra. Reynolds miraban con lágrimas en los ojos la escena. La Sra. Watson, se quedó a vivir con los Darcy y fue la niñera de todos sus hijos, incluso ahora con más de sesenta años no quería retirarse, pese a que los Darcy le habían dado una cabaña para que viviera. La Sra. Reynolds se había retirado hacía unos pocos años, con una muy buena pensión, que los Darcy insistieron que la merecía. Vivía ahora en Lambton, pero aún seguía teniendo un trato estrecho con varios de los sirvientes de Pemberley y amor incondicional por todos los Darcy, incluida Isabella.
Al llegar al altar, Isabella miró a su querido 'papá', y con lágrimas en los ojos lo abrazó, y le dijo al oído que lo quería, y que le era muy difícil imaginar un mejor padre. Con los años, y pese a que su madre le habló varias veces de su verdadero padre y de lo mucho que la había querido, Isabella nunca sintió su pérdida. Había momentos en los que deseaba haberlo conocido, ya que tanto su madre como los tíos Gardiner decían que había sido un hombre maravilloso. Aunque le costaba imaginar que existiera en el mundo un mejor padre que su querido 'papá'.
Darcy entregó a su querida Bella, y disimuladamente se secó las lágrimas. Miró a la primera fila donde su adorada Elizabeth, y sus hijos estaban sentados. Desde hacía 18 años en que Elizabeth había reaparecido en su vida, todo había cambiado. Antes de ese entonces, nunca pensó que podía ser tan feliz, y mucho menos tener la familia de sus sueños. Todo se lo debía a ella, a su Elizabeth, su gran amor.
Fin
