Hola, esta es mi primera historia, espero que les guste, esto es una adaptación de la novela Vampyr de la escritora Carolina Andrujar donde los personajes principales Serán Sasuke y Sakura, como sabrán ellos no me pertenecen ni tampoco los personajes de Naruto, asi que disfruten de la lectura. (Recuerden dejar reviews y sugerencias de adaptaciones de libros :) )
SEGUNDA PARTE
PARÍS
Tenten y yo fuimos, tal como lo habíamos planeado, a casa del señor Iruka después de nuestra salida de Sainte-Marie. Ese verano lo habíamos pasado con la familia de Tenten en Sevilla, y había sido el más caluroso de nuestras vidas. Los padres de Tenten habían insistido para que nos quedásemos con ellos seis meses más, pero a mí me era imperativo ir a ver al señor Iruka, y el padre de Tenten no tuvo corazón para pedirle que no me acompañase. El señor Iruka y su esposa habían adquirido una nueva propiedad en París, y Tenten y yo partimos hacia allá un bonito día de octubre. Al llegar, toda la familia Umino salió a recibirnos con entusiasmo: nos tenían preparada una maravillosa cena en la que brillaron los más deliciosos postres, y comimos juntos con gran alegría. Tsubaki Umino era tan encantadora como su esposo y la pequeña Ada era dulce y afable.
-No puedo creer cuánto tiempo tuve que esperar para conocer a la única hija de Kizashi y Mebuki Haruno -había dicho Tsubaki-. Iruka tenía razón: ¡eres el fiel retrato de tu madre!
Iruka y Tsubaki Umino se pasaron toda la velada contándonos anécdotas de los años en que mis padres estaban vivos, y la señora Umino prometió llevarnos a Tenten y a mí de compras al día siguiente. Esa noche dormimos de maravilla en las mullidas camas de la habitación de huéspedes.
-De verdad que no extraño para nada el internado... -le dije a Tenten antes de cerrar los ojos.
-Me alegro de que Konan ya no viva allí. Así no tenemos motivos para regresar -dijo Tenten.
Esa noche tuve un sueño extraño. Estaba parada frente a la misma puerta labrada que había visto en un sueño anterior. Al poner la mano sobre la cerradura otra vez, volvía a escuchar la misma voz, en esta ocasión diciéndome: "Él te traerá hasta aquí".
Cuando desperté, Tenten estaba sentada sobre su cama, escribiendo.
-Buenos días -le dije con voz ronca.
-Sakura, he soñado con Akane -dijo.
Me incorporé y le pedí que me narrara su sueño.
-Fue hermoso -dijo-. Akane estaba vestida de rosa pálido y llevaba flores de todos los colores en el cabello. Estaba feliz. Yo la abrazaba y le decía que siempre la había querido. Ella decía que ahora lo sabía y que también sabía cuánto la querías tú. Me decía que estaba cuidándonos desde el cielo, Sakura. Todo fue muy real. Entonces dijo que ella nos ayudaría a encontrarlos.
-¿Encontrar qué? -pregunté.
-No lo sé, porque en ese momento desperté -dijo—. ¡Pero mira lo que tengo aquí!
Tenten tenía una florecilla en la mano.
-Akane la tenía puesta en el pelo, Sakura... -dijo con lágrimas en los ojos-. Estaba junto a mi almohada cuando desperté. ¡Mi sueño fue real!
Corrí a abrazar a Tenten, y dimos gracias a los cielos por el dichoso encuentro entre Akane y mi amiga.
-¡Cuánto me alegra que Akane esté bien, Tenten! -dije entre sollozos.
Ese día, después de desayunar, Tsubaki Umino nos llevó a las tiendas más famosas de París. Compramos metros y más metros de hermosas telas, y luego fuimos a la sastrería a encargar la confección de gran cantidad de vestidos. Ese día compré todo lo que no había comprado en años: sombreros, abrigos, chales, adornos... Estaba decidida a no volver a vestirme de negro en toda la vida.
Después fuimos a varias librerías y adquirimos dos libros antiguos que tal vez pudiesen ayudarnos en nuestro propósito de encontrar el paradero del vampyr: había uno de ciencias ocultas y otro de alquimia. Por último, fuimos a la perfumería y compré una botella de esencia de rosas y otra de gardenia.
Terminamos la tarde en una pequeña pátisserie, comiendo pasteles en compañía de Tsubaki y Ada Umino. El señor Iruka se reuniría con nosotras cuatro más adelante para ir
a cenar.
Fuimos a la casa y nos cambiamos; esa noche me puse un vestido azul perlado que había comprado en Granada, con zapatillas del mismo color y un chai con adornos plateados. Tenten se puso el vestido color verde oliva que sus padres le habían dado de cumpleaños y un chai con brocados del mismo color. El señor Iruka llegó por nosotras alrededor de las siete de la noche, vistiendo un bonito traje nuevo.
-¡Qué guapo estás, querido! -le había dicho la señora Umino al verlo, haciéndolo sonrojar.
Al parecer el señor Iruka había aceptado que su esposa le comprara trajes nuevos a regañadientes. Me alegré de que la familia Umino estuviera gozando de la prosperidad que merecí nos metimos en el coche y fuimos a cenar a un café que se había puesto de moda en París en aquella época.
-No he vuelto a saber nada de la señorita que reclamaba una de sus propiedades, Sakura -dijo el señor Iruka-. Sus primos deben estar planeando alguna nueva treta en estos momentos.
-Yo quisiera verles las caras a esos infames personajes -dijo Tenten- Tanto oír hablar de ellos ha picado mi curiosidad.
-Por el momento tendrás que conformarte con otro personaje de casi igual infamia -dije-: mira quién está allá.
En la terraza del café se distinguía la familiar figura, de uno de nuestros enemigos del pasado: Neji Hyuga. Estaba cenando con una mujer de singular belleza que no le quitaba los ojos ni las manos de encima. La mujer tenía cabellos rubios ondulados y un vestido negro a la última moda. Tenten había enmudecido.
-¿De quién se trata? —preguntó Tsubaki Umino.
—Es un antiguo pretendiente de Tenten -dije—. Pero no os afanéis en verlo. Creo que viene hacia acá en este preciso momento.
Efectivamente, Neji venía hacia nosotras tomado del brazo de la mujer rubia. Mientras iban acercándose, noté que la mujer se había excedido con el maquillaje y en realidad no era tan guapa. Neji, en cambio, estaba más apuesto que nunca. Llegó hasta nuestra mesa y, haciendo un gracioso gesto, nos saludó a todos. Hicimos las presentaciones pertinentes y Neji nos besó las manos a Tsubaki, a Tenten y a mí.
-Qué encantadoras lucís todas... -dijo-. Claro que ninguna belleza se compara con la de Ashina. Ashina, querida, éstas son mis amigas Sakura Haruno y Tenten. Señoritas: ésta es mi prometida, Ashina Darvulia.
Cuando Ashina se inclinó a besarme en ambas mejillas me pareció detectar una mezcla de perfume con algo sutilmente fétido. Tuve que contenerme para no echarme hacia atrás.
—Encantada. No sabía que Neji tuviera amigas tan guapas. ¡Qué precioso vestido tiene, señorita Haruno! -dijo, masajeándome el brazo a través de la ceñida manga del traje que llevaba. Me molesté pero procuré no darle importancia al gesto.
Tenten y yo estábamos bastante desconcertadas. ¿Qué había pasado con Ami? Hubiera querido preguntárselo a Neji, pero la etiqueta no me lo permitía. En vez de eso, Neji habló: -Siento mucho lo de Akane. ¿Cómo está Ami?
-Ami está en Londres, Neji. ¿Hace cuánto tiempo no tienes noticias de ella? -preguntó Tenten.
-Hace casi dos años que no sé nada de ella -respondió él.
Me pareció extrañamente sincero. Pero lo que decía no concordaba con lo que creía haber escuchado en Sainte-Marie pues, según Ami les había contado a las demás, Neji y ella se escribían con frecuencia.
-¿De veras? -preguntó Tenten.
-De veras -dijo Neji.
Neji pareció algo sorprendido. —¿Por qué lo preguntas? -dijo
En ese momento Ashina lo abrazó y, acariciando su espalda, dijo:
-Neji, creo que deberíamos despedirnos ahora. Nuestros amigos estarán esperándonos y vamos a llegar tarde al teatro.
-Tienes razón, querida -dijo Neji-. Señor y señora Umino, ha sido un placer conocerlos. Señoritas... siempre es un gusto verlas.
Tocándose el ala del sombrero, se despidió de nuestro pequeño grupo, y él y Ashina se perdieron entre los demás comensales.
-Eso fue raro -dije.
-Definitivamente -contestó Tenten.
Les contamos a Iruka y Tsubaki Umino cómo habíamos pensado que Neji y Ami habían sostenido una correspondencia amorosa durante el último año y medio.
-Tal vez la chica se lo estaba inventando... -dijo Tsubaki-. ¡Ese muchacho es verdaderamente apuesto!
-Estoy casi segura de que Ami no estaba inventando nada -dije-. Pero Neji tampoco estaba mintiendo. No le encuentro el sentido a todo esto.
Tuve una mala corazonada.
-Disculpen, mis queridas damas, pero no he logrado comprender la importancia del asunto... Ambas se han puesto un poco pálidas -dijo el señor Iruka.
Desenterado como estaba de los horribles sucesos que habíamos vivido en Sainte-Marie, no podía haber adivinado que cualquier detalle extraño relacionado con sus alumnas era motivo de alarma para nosotras. -¿Recuerda usted las extrañas muertes que hubo en Sainte-Marie y en algunos lugares de Valais el año pasado, señor Iruka? -preguntó Tenten. El señor Iruka asintió.
-Akane fue una de las personas que murieron. Era la mejor amiga de Ami y también mi compañera de habitación en Sainte- Marie -explicó Tenten.
-Es muy extraño que desde hace dos años Neji no reciba cartas de Ami en tanto que esta última está convencida de que Neji le escribe regularmente. ¿Recuerda cómo nuestra correspondencia se vio interrumpida durante el invierno, señor Iruka?
-Sí, pero, ¿no es eso fácilmente explicable? Digo, con el estado de los caminos en Valais… -dijo él.
-Lo sería si el tiempo no hubiese mejorado tanto en la época en que más cartas le envié a usted -dije-. Además... podría entender que Neji no recibiera cartas de Ami. Lo extraño es que ella siguiera recibiendo cartas de Neji.
-Tal vez el muchacho siguió escribiéndole a pesar de no tener respuesta - dijo Tsubaki Umino.
-¿Neji Hyuga? -dijo Tenten-. Eso es imposible. Es demasiado orgulloso... lo conozco bien y sé que no perdería un segundo de tiempo en una chica que no demostrara el mayor interés en él.
-Eso es muy cierto -dije.
-Disculpen mi curiosidad, pero... ¿qué tiene que ver todo esto con las muertes que mencionaron? -preguntó Tsubaki Umino.
Sentí que los colores se me subían al rostro. No debíamos haberlas nombrado si no queríamos dar todas las explicaciones pertinentes. Miré a Tenten con impaciencia: se encontraba tan turbada como yo. ¿Podríamos hablarles de los vampyr a los señores Umino? Me retorcí un mechón de pelo y bajé la mirada, esperando que Tenten nos salvara de ésa. El rumor de las conversaciones de las mesas vecinas pareció crecer en intensidad. Levanté los ojos y me encontré con las miradas inquisitivas de los señores Umino. La cara de Tenten parecía decir: ¡Lo siento!
-Creo que debemos sostener esta conversación en un lugar un poco más privado -dije, al fin.
-¡No se diga más! -dijo el señor Iruka—. Pediré la cuenta de inmediato. Iruka y Tsubaki Umino estaban evidentemente intrigados y podían presentir la importancia de lo que Tenten y yo les íbamos a contar. Nos reunimos en el salón pequeño de la casa de los Umino, y Tsubaki preparó té para todos. Los señores Umino guardaban el más prudente silencio, a la espera de nuestra historia. Decidí que lo mejor sería narrarles todo desde el comienzo.
-El día 31 de octubre del año pasado desperté con una extraña sensación... -comencé. Iruka y Tsubaki Umino escucharon el recuento de todos los sucesos que Tenten y yo habíamos vivido con absoluta seriedad. No habían pensado que estábamos locas; por el contrario, parecían estar muy asustados. Les contamos lo que habíamos leído en el diario de Akane y cómo Karin Strossner se había aprovechado de su candidez. Sólo omitimos en nuestro relato el ultraje cometido contra Akane por respeto a su privacidad. Tsubaki Umino lloraba y Iruka puso su mano sobre la de ella para confortarla. El único momento en que me vi interrumpida fue cuando mencioné el verdadero nombre de Karin Strossner.
-¿Cómo dijo el padre Jiraya que se llamaba? -preguntó el señor Iruka. -Uzumaki -repetí.
-¿Por qué, señor Iruka? -preguntó Tenten, ansiosa-. ¿Le recuerda algo?
-La verdad, sí -dijo el señor Iruka-. He visto el nombre escrito en algún lugar importante recientemente.
-¿Dónde? -pregunté.
-Si tan sólo pudiera saberlo con certeza... Veo tantos nombres en mi trabajo... Podría haberse tratado de cualquier documento legal. Es un nombre muy común entre los magyar, como ustedes lo saben... y yo tengo varios clientes húngaros. Puede que no sea nada.
-De todas formas, procure no olvidarlo -dije-. Si vuelve a verlo, téngalo en mente.
—Lo haré -dijo el señor Iruka-. También revisaré mis libros por si encuentro algo acerca de la muerte de Karin Strossner. ¿En qué año dicen creer que murió?
—Según el libro que escondía en su baúl, en 1614 -dijo Tenten.
—Muy bien. Haré las averiguaciones pertinentes -contesto él.
—Ahora comprendo por qué es tan importante el detalle de la comunicación entre Neji y Ami... -dijo Tsubaki Umino.
-Quisiera hablar con Neji, ¿crees que podamos ir a verlo mañana? -le pregunté a Tenten.
-Dudo mucho que quiera hablar de su vida amorosa conmigo -dijo ella-. Pero tal vez valga la pena que lo intentes tú. Quizá si vas sola te reciba y puedas sacarle alguna información.
—Podrían escribirle también a la chica Ami —sugirió Tsubaki.
—Las cartas tardarían demasiado en llegar: Ami está en Londres -dije. Acordamos que iría a ver a Neji al día siguiente en las horas de la tarde. Antes de irnos a dormir, les recomendamos a los señores Umino que usaran también crucifijos por fuera de las ropas.
-Nunca se sabe —dije-. Tal vez podrían salvarles la vida un día.
Los señores Umino prometieron que lo harían.
Tenten y yo nos retiramos a nuestras habitaciones, y yo me quedé pensando en el encuentro que habíamos tenido con Neji.
-¿Qué excusa crees que pueda darle para mi visita? -le pregunté a Tenten.
-No lo sé, tenemos que pensarlo bien. Un paso en falso y nuestros planes
se verían arruinados -dijo-. Al menos Neji no te detesta a ti tanto como a mí.
-Fue él quien se acercó a nuestra mesa a saludarnos. Es obvio que quería alardear de su prometida -dije.
-La adulación es el camino más directo al corazón de Neji -dijo Tenten —. Podrías presentarte con una nota de mi parte.
-¿Una nota que diga qué? -pregunté.
-¡Ya verás! -dijo Tenten entusiasmada.
Se sentó en el escritorio y a los pocos minutos me extendió una hoja de papel:
7 de octubre de 1880
Querido Neji:
Haberte visto hoy ha despertado sentimientos inusitados en mi corazón. Nunca pensé que el tiempo me enseñaría semejante lección... ¡Qué guapo estás! En cuanto te acercaste a mí, reviviste la llama del amor que un día sentí por ti. Ya ni recuerdo cuántas tonterías te dije cuando era apenas una niña. Ahora he crecido, Neji. Soy una persona diferente, una mujer que se da cuenta de lo que perdió. Eres el hombre más apuesto de París... tal vez del mundo entero. ¡Qué elegancia! ¡Qué aplomo! Estaba temblando al verte caminar hacia nosotras. Se que es demasiado pedir, pero haría lo que fuera por que me concedieras una entrevista secreta. Quisiera hablar contigo antes que te cases, Neji. Hazlo por el recuerdo del amor que un día me tuviste. ¿Crees que puedas hacerlo?
No hago más que pensar en ti. La noticia de tu compromiso me ha dejado devastada. He tenido que enviar a Sakura con esta nota, dejando todo orgullo de lado, con la esperanza de que aceptes verme una vez más... sólo una.
Tuya,
Tenten.
Levanté una ceja y le sonreí a mi amiga.
-¿Cuando eras apenas una niña? Y, ¿el hombre más apuesto de París y del mundo entero? -pregunté.
-Fue lo mejor que se me ocurrió en el momento... Claro está que podría agregarle más detalles -dijo.
-¡No, no, no! No hace falta, querida amiga. Con lo que le dices es más que suficiente. Entonces... ¿El plan es que yo trate de indagar al respecto de su relación con Ami so pretexto de interceder en tu beneficio?
-Sí. Harás el mismo papel de Cupido que antaño en nuestra relación. ¿Qué te parece? -preguntó.
-Más fácil que aparecerme en su casa a decirle que siempre lo he estimado profundamente -respondí-. Sólo espero que valga la pena y no pasemos la vergüenza de ensalzarlo en vano.
-No importaría, Sakura, a mí en realidad me tiene sin cuidado lo que piense Neji. Si cree que lo odio o que lo amo me da igual.
-Eso me consuela un poco, porque parece estar muy contento con su Ashina. Por cierto, ¿notaste el desagradable olor que se desprendía de ella? -pregunté.
-La verdad, no. Estaba demasiado sorprendida como para notar nada. Ni siquiera la pude observar bien.
-Pues olía muy mal por debajo del perfume que se había puesto... Pobre Neji, qué asco. Además, estaba empolvadísima y tenía demasiado rouge en los labios.
-¡Me alegra! Neji no merece casarse con nadie especial.
Poco después de esa conversación nos quedamos dormidas.
En la mañana, desayunamos café con pan y confitura de manzanas en compañía de Tsubaki y Ada Umino.
—¿Puedo jugar a peinaros? -preguntó la pequeña Ada.
-A mí puedes peinarme todo lo que quieras -dijo Tenten—, dudo que logres hacer algo con mi cabello.
-¡Ya verás cómo te hago un bonito peinado! -dijo Ada, y salió corriendo a buscar sus horquetillas y su peine.
-Es posible que te lleves una sorpresa, Tenten -dijo Tsubaki-. Ada es muy buena para esas cosas.
Me imaginé los tirones de pelo por los que iba a pasar Tenten y me alegré de no haberme ofrecido como voluntaria. Al poco tiempo la pequeña regresó con todos sus implementos de peluquería, y yo me disculpé. Iba a darme un baño caliente con jabón perfumado; me parecía una dicha no tener que lavarme con agua helada como en Sainte-Marie.
Desde que habíamos salido del internado me había bañado a diario con agua caliente, incluso en Sevilla en pleno verano. Eché el agua hirviendo en la bañera y me sumergí poco a poco. Tomé la pastilla de jabón de rosas y la disolví formando abundante espuma; cerré los ojos y me dejé envolver por la deliciosa sensación de tibieza en la que flotaba. El aroma de rosas invadió toda la habitación y me encontré agradeciéndole a la vida lo mucho que me estaba consintiendo. Me lavé el pelo con cuidado y me froté con mi esponja de baño. Cuando más relajada estaba, mi pensamiento voló a la parroquia del padre Jiraya. Esperé que nuestra comunicación semanal no se viese interrumpida como me había ocurrido con el señor Iruka.
Por otra parte, me tranquilizaba saber que iba a ver a Neji Hyuga en la tarde: tal vez él pudiese darnos alguna pista que nos llevara a descubrir si había algún peligro detrás de las desapariciones de las cartas.
Salí del baño y me puse una de las batas que había comprado el día anterior. Cuando entré a la habitación, me encontré con una Tenten hermosa y maravillosamente bien peinada con un estilo natural.
-¡Tenten! -exclamé-. ¿Qué te has hecho?
-Ada resultó ser una maravilla con el peine -dijo mi sonriente amiga.
Era cierto: Ada le había hecho un peinado suelto tomando sólo un par de mechones del frente, llevándolos hacia atrás, y sujetándolos con una bonita horquetilla. Ese día dejé que la pequeña Ada me peinara a mí también y tuvimos que aplaudirla por sus excelentes resultados.
-Esta niña tiene talento -dije—. Serás mi peinadora oficial desde hoy, Ada.
-¡Viva! —exclamó la niña.
Después de la merienda, comencé a prepararme para mi entrevista con Neji. Tenten metió la nota en un sobre y lo perfumó con su esencia favorita.
—¿Jazmín para Neji? —pregunté.
-Por supuesto, querida... -dijo Tenten guiñándome un ojo.
Me puse un vestido violeta pálido y la pequeña Ada completó mi coiffure con varias violetas del jardín.
-¡Gracias, amiga! -le dije.
Ada estaba dichosa de jugar a las muñecas con nosotras, y nosotras de dejarla jugar.
—Mucha suerte -dijo Tenten —. Sé que eres una maestra en el arte de la improvisación: haz relucir tu talento.
-No lo pongas en duda -respondí.
El amable cochero de los Umino no tardó mucho en llevarme a casa de Neji siguiendo mis indicaciones por las calles de París. Yo las conocía bastante bien, pues solíamos pasar al menos un mes cada verano allí con los padres de Tenten.
-¡Ésta es! -le dije en cuanto vi la bonita casa de paredes blancas-. No creo que me tarde mucho, una hora, a lo sumo.
-Estaré esperándola aquí -me dijo.
Me ayudó a bajarme del coche, y tiré de la cuerda de la campana de la entrada. Una señora con cofia y delantal salió a mi encuentro; le entregué mi tarjeta y le dije que quería ver a Neji.
-Siga, por favor, señorita Haruno.
Me llevó a la amplia sala de espera mientras me anunciaba. Neji tenía una casa bastante grande en la que ya había estado yo algunas veces antes, aunque no conocía a la nueva empleada que me había abierto la puerta. Lo que más me gustaba de la casa de Neji era la gran cantidad de luz que entraba por las ventanas. En esta ocasión, las pesadas cortinas estaban cerradas y no entraba un solo rayo de sol.
Pocos minutos después, la misma mujer apareció y me dijo:
-El señor Hyuga la recibirá ahora. Deberá usted disculparlo, pues estaba durmiendo. No tardará en bajar. Acompáñeme al salón.
La seguí a través del vestíbulo y me dejó instalada en el salón después de ofrecerme algo de beber. Acepté una taza de té y recorrí las paredes con la mirada mientras esperaba. Había varias pinturas interesantes y unos cuantos retratos familiares. El padre de Neji aparecía en uno de ellos. Era un apuesto hombre con grandes mostachos marrones y ojos perla como los de su hijo.
Al poco tiempo, la alta figura de Neji apareció en el umbral. Vestía una bata perla de diseños orientales que se arrastraba hasta el suelo y hacía juego con sus ojos.
-Sakura Haruno -dijo, apoyándose contra el marco de la puerta-. Pensé que estaba soñando cuando Kuen me informó de tu presencia. De todo París, la tuya es la visita que jamás hubiese creído volver a recibir en esta casa.
Hizo una pausa para cruzarse de brazos, y continuó:
-Cuéntame... ¿a qué debo el placer?
Me sentí sonrojar intensamente. Neji me miraba entre divertido y ligeramente molesto. Fue hasta la bandeja de plata que había en una esquina del salón y se sirvió un vaso de licor.
-¿Coñac? -preguntó.
-No, gracias -dije. Sabía que Neji se acababa de levantar de su siesta- No tenía idea de que desayunar con licor fuera una de tus costumbres -le dije, tratando de ganar tiempo porque no sabía cómo dar inicio a tan incómoda entrevista.
Neji me miró entrecerrando los ojos al tiempo que me dirigía una sonrisita sarcástica.
-Sólo una de tantas -dijo, y se sentó al otro lado del sofá con las piernas abiertas, apoyando los codos sobre las rodillas. Tenía una actitud diferente y estaba logrando intimidarme.
"Es sólo Neji Hyuga! Habla rápido, Sakura", me dije.
Él no retiraba sus ojos de mi rostro un solo instante ni tampoco borraba una sonrisa de medio lado.
-¿Y bien, señorita? ¿Se ha quedado usted muda?
-En lo absoluto -dije-. Neji, he venido a verte porque... Cielos, no sé cómo decirte esto. Me imagino que no hay forma fácil de hacerlo, así que simplemente hablaré: Tenten aún está enamorada de ti.
Me miró a los ojos tratando de descubrir si se trataba de alguna broma. Le sostuve la mirada con tanta suerte que se me aguaron un poco los ojos de lo nerviosa que estaba. Entonces Neji se irguió en su sitio y toda la expresión de su cara cambió.
-¿Hablas en serio? -dijo.
Supe que estaba tratando de contener sus emociones y me arrepentí inmediatamente de haber usado el amor de Tenten como anzuelo: Neji Hyuga todavía amaba a mi amiga. Aun así, era demasiado tarde. Ella tendría que fingir amarlo con toda su alma: Neji podía ser un engreído pero estaba enamorado de verdad y nadie capaz de tan nobles sentimientos se merecía un golpe tan bajo.
-Sí -dije, y le alcancé la nota que Tenten le había enviado.
Neji tomó el sobre y extrajo la carta de mi amiga. Deseé poder devolver el tiempo y evitar que Tenten la escribiese.
"Nos va a descubrir...", pensé.
La mano de Neji temblaba un poco mientras leía. Yo quería que el suelo se abriese pero, a la vez, Neji se veía sincero y era una delicia de contemplar. Por primera vez vi algo verdaderamente atractivo en la persona de Neji y tuve mucho miedo de que notase la falsedad en la carta de Tenten. No quería averiguar cuál sería su reacción al verse burlado por segunda vez y de semejante forma. Cuando hubo terminado de leerla, sólo elevó los ojos del papel y me preguntó, con la voz algo quebrantada:
-¿Por qué no me lo dijo antes?
Había caído en la trampa. Me sentí fatal mintiéndole, pero tuve que hacerlo:
-Ami -dije.
-¿Cómo? —preguntó, sorprendido.
-Tu romance con Ami. Es famoso en Sainte-Marie.
Abrió mucho los ojos un momento y, casi inmediatamente después, se echó a reír.
-¿Romance? ¿Ami y yo? ¿De qué diablos estás hablando, Sakura?
Tragué en seco, aterrorizada. Neji estaba hablando en serio.
-Ami está sinceramente convencida de que tú estás enamorado de ella. ¡Todo Sainte-Marie sabía por boca de ella que tú le enviabas cartas cada mes! -exclamé.
-¿Cartas? -preguntó-. La única carta que le he enviado yo a Ami fue una nota de agradecimiento por su invitación a un baile que ofreció hace dos años, ocasión en que las conocí a ella y a su amiguita Akane. ¿Me estás tomando del pelo, Sakura Haruno?
Mi seriedad debió haber hablado por sí misma. Neji prosiguió: -Entonces esa mujer está loca. Sí me la encontré en algunas ocasiones más, pero jamás la he pretendido ni muchísimo menos le habría escrito cada mes durante dos años. ¡Ni siquiera me agrada! -entonces dijo algo que me sacudió-: Ami es una engreída.
Sé que me quedé con la boca abierta sin querer, porque Neji sonrió y
se puso de pie.
-Nunca esperaste escuchar esas palabras de mi boca, ¿verdad? -me preguntó.
-Francamente... no, Neji-dije.
-Después de que Tenten y yo tuvimos esa horrible pelea... no sé qué ocurrió, pero algo cambió dentro de mí. Estuve enfurecido por mucho tiempo pero, poco a poco, sus palabras calaron muy dentro de mí. Ella tenía razón, Sakura: yo era un perfecto idiota. ¡Pero mira a quién se lo estoy diciendo! Si tú lo sabes tan bien como Tenten. Vosotras sois dos mujeres muy inteligentes. Tenten, en especial, parece tener una habilidad particular para detectar las flaquezas de los demás. No es que las mías estuvieran muy escondidas, pero... poder verlas a través del velo de su amor... En fin. Me costó mucho aceptar que Tenten tenía razón en cuanto a mí. Lo más difícil de todo fue vencer el estúpido orgullo que me dominaba. Al fin tuve que admitirme a mí mismo que había sido un imbécil la mayor parte de mi vida. Trataba mal a quienes me servían, a mis amigos y hasta a mis padres -dijo, cerrando los puños-. Sé que nunca podré enmendar mis errores por completo, pero... al menos he cambiado, Sakura.
Yo había enmudecido. ¡Cielo santo! Neji Hyuga acababa de decir lo que yo hubiese jurado imposible. Tenten no me creería cuando se lo contase. ¡Yo misma no me lo creía y lo acababa de oír!
-Ay... Neji... cuánto me alegro... -fue lo único que atiné a decir.
—Nunca pensé que Tenten quisiera volver a hablar conmigo en su vida. Sobre todo, después de la forma en que reaccioné. Y ahora...Sakura, júrame que Tenten no me está mintiendo en esta carta -dijo, arrodillándose súbitamente frente a mí y aferrándome de los hombros. Quise salir corriendo. ¿Qué hacer? Si Tenten le rompiera el corazón a Neji sería desastroso. No podía contarle que las palabras de Tenten no eran más que una vil excusa.
-Te lo juro -mentí, y sentí que se me encogía el corazón.
Ése sí que era un verdadero pecado del que me tendría que confesar en la iglesia el domingo sin falta... No el decirle que la nota era real, sino el habérsela dado en primer lugar. ¿Cómo se nos había ocurrido una idea tan cruel? Neji se veía feliz. Se puso de pie y, apoyando las manos en las caderas, dijo sonriendo:
-Ve y dile a Tenten que la veré esta noche donde ella quiera. ¿Dónde os estáis hospedando?
-En casa de los amigos que conociste ayer en la noche. Pero, espera, Neji -dije, tratando de salvar la situación-: ¿Y tu prometida?
-¡Ashina! ¡La había olvidado! -exclamó, sonrojándose-. Este... creo que Ashina tiene algún compromiso esta noche. Además... puedo verme con una vieja amiga, ¿no?
No había nada que hacer. Tenten tendría que reunirse con él. Afortunadamente estaba Ashina. Ésta podía ser la única salida de Tenten para no romperle el corazón a Neji.
-Sí. Puedes hacerlo -respondí, y escribí a regañadientes la dirección de los Umino en un papel que me trajo-. Tenten va a ponerse feliz.
-Yo ya lo estoy, Sakura -dijo Neji y me dio un abrazo tan fuerte que creí que me iba a romper las costillas.
Salí de casa de Neji Hyuga con la cabeza dándome vueltas y completamente confundida en cuanto a todas las cosas que había acabado de oír... y de decir.
-¿Qué dices? -preguntó Tenten.
—Que esta noche viene Neji Hyuga -le dije.
-¡Pero, Sakura, se suponía que Neji iba a despreciarme y tú ibas a averiguar todo lo de Ami valiéndote de su vanidad! -exclamó mi amiga.
—Pues no hubo tal suceso -dije—. Y ahora, espero que logres fingir todo el amor que le has profesado en esa carta, Tenten...
—¡Ay! ¿En que me he metido? -preguntó.
-En la grande -le dije-. Creo que es hora de que comiences a pensar en qué le vas a decir… porque no debe tardar en llegar.
-¿Quién va a venir? -preguntó Ada.
-El enamorado de Tenten -le contesté.
-¡Vaya! ¡No sabía que Tenten tuviera un enamorado! -dijo la pequeña.
-Yo tampoco —dijo Tenten.
-Ni yo... -dije-. Hasta hace un rato. Pero es... ¡guapísimo!
Tenten se ruborizó y sus ojos negros chispearon.
-Sakura Haruno, me las vas a pagar -dijo.
-Creo que más bien te las vas a pagar a ti misma -respondí y agregué, saliendo de la estancia- Ven, Ada. Ayúdame a disponer unos hors d' oeuvres en la cocina para la pareja enamorada.
-¿Por qué yo, Señor? ¿Por qué? -escuché que decía Tenten mientras me alejaba.
Un rato después, volví a sentarme con ella para repasar los puntos de mi entrevista con Neji.
-Haz lo posible por asegurarte de que Neji nos esté diciendo la verdad en cuanto a Ami -le dije-. De ser cierto que él nunca la ha pretendido, querría decir que existe la posibilidad de que alguien hubiese estado interceptando el correo de Sainte-Marie.
-Haré todo lo que esté en mis manos por extraer hasta la última onza de verdad de la que Neji sea capaz -dijo.
-Hazlo con cariño... -le rogué.
Neji llegó a casa de los Umino con tanta puntualidad como sus ojos lo habían asegurado en su casa. Ada abrió la puerta.
-¡Ay; sí! ¡Qué guapo es! -exclamó en cuanto lo vio-. Oye, ¿eres el príncipe azul de los cuentos de hadas?
-Más bien el sapo azul... -dijo Neji.
Le dirigí a Tenten una mirada de complicidad. Si esa respuesta no comprobaba un cambio real en Neji, no sabía qué más podría hacerlo. -¿Y quién eres tú, pequeña? -le preguntó a Ada, sonriendo.
—Soy Ada Umino. La peinadora oficial de Tenten y Sakura.
-Encantado, señorita Umino, peinadora oficial de esta casa -dijo Neji tomando la pequeña mano de Ada y besándola.
Quise salir y llevarme a Ada al jardín para dejarlos solos pero no pude. Me había dejado atrapar por el hechizo del momento y no quería perderme un segundo del reencuentro del nuevo Neji con mi amiga.
-Tenten... -dijo él, y se quedó mirándola. No parecía un estúpido enamorado. Parecía un hombre enamorado.
-Hola, Neji -dijo ella.
-Ay, ¡qué romántico! -dijo Ada.
-¿Has estado leyéndole novelas de Enko Onikuma a esta niña, Sakura? -me preguntó Neji.
-Creo que absorbió el amor que se respira en el aire esta noche... -dije y, muy a mi pesar, supe que era el momento de retirarnos—. Ven, Ada, vamos a traerles las cosas que preparamos.
Pude ver a Neji besando la mano de Tenten. Cuánto quise que mi amiga lo correspondiese aunque fuera un poco. Ada y yo hicimos como que entrábamos a la cocina pero nos escurrimos escaleras arriba para poder escuchar toda la conversación. Desde donde estaba yo, podía ver sólo a Neji y la ventana que estaba tras él.
-Yo quiero tener un príncipe así cuando crezca -dijo Ada.
-Es un sapo, pequeña -dije.
-Pues es el sapo más guapo que he visto en mi vida -dijo ella.
-Al parecer también se ha convertido en un sapo muy amable... -le dije, y me puse el dedo sobre los labios para indicarle que debíamos permanecer en silencio y así poder escuchar lo que decían.
-Lo último que me esperaba era que fuese a recibir esa nota de tu parte - dijo Neji.
-Lo último que esperaba yo era verte anoche -dijo Tenten- Mucho menos del brazo de tu... prometida.
Ada abrió los ojos. La vi tomar aire para hablar, pero la detuve.
-Después te lo explico -le dije.
—Ashina -dijo Neji-. La verdad es que hubiese preferido ir a saludarte solo... pero habría sido descortés con ella. Insistió en acompañarme.
-¿Le has hablado de... nuestro pasado? -le preguntó Tenten.
-No. Sólo le dije que vosotras dos erais unas viejas amigas cuando os vimos en el restaurante.
-Y... ¿cuándo planeas casarte?
-Se supone que nos casaremos en enero. Ah, Tenten, ¿cómo iba a imaginar que ibas a aparecer en mi vida de nuevo?
-¿La amas? -preguntó Tenten.
—Es una mujer... eh... creo que me quiere mucho -contestó él.
-¿Y tú?
-Yo creí que me agradaba mucho cuando la conocí. Fue extraño. Era más como... No, será mejor que no diga esto o pensarás que soy el engreído del pasado -dijo Neji.
-Dilo de todas formas -pidió Tenten.
—Bueno... Fue más como si ella me hubiese cortejado a mí. Y yo me he dejado cortejar.
-¿Por qué, Neji? Tienes muchas mujeres de dónde elegir.
-Tal vez porque me ha parecido que Ashina ha demostrado tener un interés genuino en mí, a diferencia de las otras mujeres que he conocido en los últimos años.
—¿Qué pasó con Ami? -preguntó Tenten.
-Ya se lo dije a Sakura en mi casa, pero te lo repetiré a ti: nunca he pretendido a Ami. Jamás me ha interesado. No sé de dónde sacó esa idea.
-¿Y entonces qué dices de todas las cartas que recibía de tu parte? - preguntó Tenten.
—Por última vez: no sé de qué cartas hablan. Nunca le he escrito a Ami. Nunca me ha agradado y nunca he tenido un romance con ella.
-Pero, Neji, todo Sainte-Marie pensaba que vosotros estabais enamorados.
—Pues lo que pensaba Sainte-Marie y la realidad distan mucho de parecerse. No sé por qué inventaría Ami semejante disparate. Aunque… ahora que lo pienso... ¿vosotras no erais enemigas?
-No nos la llevábamos muy bien. ¿Por qué?
-Vamos, Tenten, tú eres muy astuta. ¿No crees que Ami habría podido inventarlo sólo para provocarte?
-No tengo dudas de que habría sido así... si Ami hubiera sabido de lo nuestro. Pero lo cierto es que ella sólo se enteró de que hubiese habido algo entre tú y yo hace un año, y lleva dos hablando de ti -dijo Tenten.
-Entonces lo único que se me ocurre es que puede ser otro Neji quien ha estado escribiéndole -dijo él.
-No. Todos saben quién es Neji Hyuga, sobre todo ella -dijo Tenten.
—Pues déjame decirte que yo estoy tan sorprendido como tú o más. Pero, la verdad, Tenten, lo que Ami quiera decir me tiene sin cuidado. Quien me importa... eres tú.
En ese instante vi una sombra cruzar el jardín por la ventana que estaba detrás de Neji.
-¡Hay alguien allí fuera! -exclamó Tenten-. Acabo de ver algo moviéndose entre los árboles.
-Será el viento -dijo Neji-. Tenten, escucha lo que te estoy diciendo: nunca he dejado de pensar en ti.
-Neji, no quiero desviar el rumbo de la conversación pero sé que acabo de ver una sombra pasando detrás de ti.
-Estás algo nerviosa. No te preocupes, aquí estoy yo para cuidarte -dijo él.
-Gracias, pero... creo que deberíamos asomarnos al jardín -dijo Tenten.
-Como tú quieras, aunque no creo que sea nada -dijo Neji encogiéndose de hombros.
-Me preocupa que alguien esté merodeando la propiedad -dijo mi amiga, poniéndose de pie.
—Querida, estás temblando... ¿Qué te ocurre? -preguntó Neji.
En ese momento bajé por las escaleras y me les uní con Ada pisándome los talones.
-Hay alguien afuera, Sakura -dijo Tenten.
-Lo sé -dije-. Yo también lo vi.
-¡Pero bueno! ¡Qué extrañas estáis esta noche! -dijo Neji-. Tendréis que perdonarme, había olvidado lo que implica disfrutar de vuestra compañía...
-¿Qué viste tú exactamente, Sakura? -preguntó Tenten.
—Tan sólo una sombra -dije.
-Yo también -dijo mi amiga.
-¿Y ya no es normal que haya sombras en los jardines? -preguntó Neji.
-Sí, pero... -comencé a decir.
-¿Creéis que puede haber algún ladrón tratando de entrar a la casa? — preguntó él.
-Sí —se apresuró a decir Tenten-. Es eso.
-Bueno. Entonces voy a ir a buscarlo -dijo Neji.
-¡No! -gritamos Tenten y yo al tiempo.
Neji nos miró desconcertado.
-¿Quién os entiende? ¿Qué proponéis que hagamos, entonces? -dijo.
-Creo que sería mucho mejor que echásemos un vistazo desde adentro. Podría estar... armado -dije.
-Yo creo que si vosotras estáis tan asustadas sería mucho mejor que yo saliera y le diera una vuelta a la propiedad -dijo él.
-¡El sapo azul es muy valiente! -dijo Ada.
Tenten cogió a Neji del brazo y, mirándolo, le dijo:
-Y yo quiero que te quedes aquí. No quiero que te expongas.
Neji pareció conmoverse.
Corrí a la ventana y me asomé, escudriñando la vista del jardín que tenía.
-No se ve nada extraño -dije
Me dirigí al otro ventanal e hice igual: no había nada.
-Creo que voy a subir a mirar hacia fuera desde la habitación —dije-. Ven conmigo, Ada. Vosotros dos quedaos aquí.
Neji río.
-Estáis actuando fuera de toda proporción -dijo-. Está bien. Yo encantado de quedarme en el salón con Tenten.
Subí con Ada hasta la habitación y me asomé por la ventana. El viento suave mecía las copas de los árboles y arrastraba las hojas de un lado al otro del jardín.
-¿Por qué estás tan asustada, Sakura? -preguntó Ada.
-Porque hay algunas personas muy malas en el mundo, pequeña. Por eso es muy importante que nunca te quites tu crucifijo -le dije.
-Está bien. Nunca me lo quitaré -dijo ella.
Después de un rato, nos retiramos de la ventana.
-¿No encontraste al ladrón? -preguntó Ada.
-No. Al parecer no había ningún ladrón -dije.
-¿Sakura?
-¿Sí, Ada?
-¿Quién era esa muchacha que estaba allí afuera?
El corazón me dio un vuelco en el pecho. Corrí de nuevo a la ventana pero no había nadie.
-¿Qué muchacha, Ada? -le pregunté con urgencia.
-Ya no está allí, pero sí lo estaba hace unos minutos -dijo ella, también mirando por la ventana.
—¿Dónde? -pregunté.
-Allí, al lado del olmo -dijo Ada señalando con el dedo.
Sólo la tenue luz de la luna caía sobre la tierra.
-¿Por qué no me la enseñaste cuando la viste? -pregunté algo alterada. -¡Porque creí que estábamos buscando a un ladrón! -dijo ella con los ojos aguados.
-No te preocupes, Ada -dije, consolándola-. No es tu culpa. Sólo avísanos de inmediato siempre que veas algo extraño, ¿está bien? A mí, a Tenten y a tus padres... ¿Me lo prometes?
-Sí, Sakura -dijo.
Si Ada había visto una muchacha en el jardín, significaba que estábamos en peligro.
-¿Cómo era esa muchacha, Ada? -le pregunté.
-Era rubia. Tenía un vestido negro. Estaba mirando hacia la casa, pero no nos vio.
-¿Rubia? ¿Estás segura? -le pregunté.
-Sí. Estoy segura. Y tenía el pelo largo. Pero no pude ver bien su cara.
Esa no era la descripción de Karin... era, extrañamente, la descripción de la prometida de Neji. Sentí un inesperado alivio pensando que podría tratarse de un asunto de celos en vez de que estuviésemos siendo rastreadas por el vampyr... Aun así, no podíamos confiarnos: cualquier presencia entre las sombras era un gran motivo de sospecha.
-Ven, Ada. Quiero que les cuentes a Tenten y a Neji lo que viste.
-¿Les llevamos té y galletas también? -preguntó.
-Sí, vamos -dije.
Eché una última ojeada fuera de la ventana: nada.
Ada y yo bajamos de nuevo al salón. Neji tenía una mano de Tenten entre las suyas.
-¡Eso es terrible! -le estaba diciendo.
Al vernos entrar, me dijo:
-¡No tenía idea de que lo ocurrido en Valais fuera tan grave!
Miré a Tenten tratando de averiguar qué tan comunicativa había sido con Neji. Supe que no mucho por lo que sus ojos me dijeron.
-Lo fue -dije—. Neji, Tenten: Ada tiene que contaros algo.
-Había una muchacha rubia con un vestido negro parada en el jardín. La vi desde arriba. Tenía el pelo muy largo -dijo Ada.
Tenten le dirigió una mirada inquisitiva a Neji.
-¿Ashina?-preguntó él. Pero eso es imposible...
-Neji, ¿sabía tu prometida que estarías aquí? -pregunté.
-¡Ya no lo soporto más! -dijo Ada-. ¿Cómo es que el sapo tiene una prometida y está enamorado de Tenten?
-Es un poco complicado, Ada... -dijo Neji.
-¿Y bien? -le pregunté de nuevo.
-Sí, le conté que vendría a veros, pero ella está cenando en casa de los Strossner en este momento.
-¿En casa de quién? -pregunté, horrorizada.
-¡Dios mío, Neji! ¿Dijiste Strossner? —preguntó Tenten.
-¡Sí, sí! ¡Dije Strossner! ¿Alguien quiere explicarme qué está pasando aquí?
-Siempre tienes que llevar tu crucifijo contigo, Neji -dijo Ada. -¡Rápido, Ada! ¡Corre arriba y llama a tus padres! -pedí.
-¿Por qué? ¿Hice algo malo? -preguntó ella.
-No. Hiciste algo muy bueno. Ve y llámalos, ¿está bien?
-¡Voy! -dijo, tomando impulso, y se detuvo un momento-. ¿Qué debo decirles?
-Diles que el... que Karin Strossner y los suyos nos han encontrado.
-¿Quién es Karin Strossner? -preguntó Neji con los ojos desorbitados al tiempo que Ada desaparecía gradas arriba.
Tenten y yo nos miramos preguntándonos qué hacer. Entonces se me ocurrió. Tomé mi crucifijo y salté sobre Neji, estampándoselo en la mejilla.
-¡Por Dios, mujer! ¿Qué haces? —gritó él, espantado.
-¡No lo han transformado en vampyr aún, Tenten! -dije, aliviada al comprobar que la piel de Neji no se había quemado.
-¡Neji! ¡Gracias a Dios! -dijo Tenten.
-¿De qué demonios estáis hablando? -dijo él, poniéndose de pie-. ¡Ambas os habéis vuelto locas! ¡Más locas de lo que erais antes!
-¡Siéntate, Neji! -dijo mi amiga-. Tú no te mueves de aquí hasta que no nos lo hayas contado todo.
-¿Yo? ¿Contároslo todo? ¡Vosotras sois quienes me debéis una explicación coherente antes que salga corriendo de aquí! -exclamó Neji.
-¿Tiene Ashina una amiga llamada Uzumaki Karin? -le pregunté temblando. Entonces Neji se quedó quieto y me miró con seriedad.
-Sí... ¿por qué? -preguntó sorprendido.
-Porque esa mujer es la asesina de Akane -dijo Tenten. -¿Karin Uzumaki Strossner? -exclamó Neji.
—¡Entonces sí la conoces! -dije.
-Neji, ¿te ha dado Ashina algo de beber? -preguntó Tenten.
-¡Por supuesto que sí! ¡Estoy comprometido con la mujer, por Dios! ¿Cómo que Karin es la asesina de Akane? ¿No acababas de decirme que Akane murió de anemia? -preguntó Neji.
Tenten lo sentó de nuevo en el sillón, y le dijo:
-Karin Uzumaki Strossner produce anemia.
-Es un vampyr -dije yo.
-¿Alguien dijo vampyr? -preguntó el señor Iruka terminando de bajar por las escaleras en bata de dormir y sujetando en alto su crucifijo.
-¡Ésta es una casa de locos! -murmuró Neji.
-Buenas noches, señor Hyuga -dijo el señor Iruka, apurado.
—Buenas noches, señor Umino -dijo Neji incorporándose y estrechando la mano de Iruka.
-¿Dónde está el condenado monstruo? -preguntó éste.
-Estaba afuera en el jardín -dije-. ¡Y es nada menos y nada más que la prometida de Neji! La mujer que nos presentó anoche, ¿recuerda?
-¡Ahora comprendo por qué olía tan mal! Con todo respeto, señor Hyuga - dijo, enrojeciendo por su imprudencia.
Neji pareció indignarse y abrió la boca como para decir algo, pero Tenten lo miró levantando una ceja y él cerró los labios, clavando la mirada en el suelo. Pareció detenerse a pensar un par de segundos y al fin dijo, frunciendo el ceño:
-¿Por qué habláis de monstruos, asesinatos y vampyr? ¿Qué tienen que ver Ashina y Karin con todo esto?
-¿No te parece muy raro que Ada haya visto una chica con la misma descripción de tu... de Ashina en el jardín? —preguntó Tenten.
-Sí, me parece extraño. ¡Pero resulta que debe haber mil mujeres con las mismas características en París! -dijo él.
—Y ¿cuántas de ellas tienen una amiga llamada Karin Uzumaki Strossner? - pregunté yo.
-Señor Hyuga -dijo Iruka Umino-: escúchelas, por favor. Tenten y Sakura han tenido un año fatal. Es un milagro que estén vivas.
Neji pareció tomarse un poco más en serio al señor Iruka.
-Ya sé que es difícil creerle a un hombre que habla de monstruos en camisón de dormir... -continuó- pero le suplico que les preste atención. Yo voy a asegurarme de que todas las puertas y ventanas estén cerradas con llave. Ada y Tsubaki no tardarán en bajar. Tenten, Sakura: creo que vais a tener que contarle al señor Hyuga toda la historia desde el comienzo.
Dicho esto, se puso en la labor de revisar todas las cerraduras del salón.
-Os escucho -dijo Neji mirándonos con seriedad.
Mientras Tenten le narraba a Neji las desventuras que habíamos vivido en Sainte-Marie a causa de Karin Uzumaki Strossner, me reuní en la cocina con Ada, Tsubaki y Iruka Umino.
-¿Así que el sapo tiene una enamorada y un vampyr? —le preguntaba Ada a su mamá.
Tsubaki me miró y, encogiéndose de hombros, dijo:
—Pensamos que sería mejor contárselo todo. No queremos ponerla en peligro por proteger su inocencia.
-Me parece una sabia decisión -le dije-. Señor Iruka, ¿ha revisado usted toda la casa?
-¡Cada rincón! -dijo él-. Sigo mirando por las ventanas pero no veo nada.
Creo que la señorita Darvulia debe haber partido hace rato.
-¡Ese nombre es el más horrible que haya oído en la vida! -dijo Ada-. Tenía que ser un vampyr.
De todos, era Ada quien estaba menos asustada. Estaba tomándoselo todo como una aventura.
Llevamos té y galletas para todos al salón donde estaban Tenten y Neji.
-¡Qué pálido estás, sapo! -le dijo Ada.
-¿Está bien que hable de todo esto delante de la niña? -le preguntó Neji a Tsubaki.
-Adelante, muchacho. Habla todo lo que quieras -le dijo ella.
-Toda la historia que me han contado me parece espantosa... -dijo—. Pero no creo que Ashina sea un vampyr. Y no es que crea que me están mintiendo pero la idea de que tales criaturas existan me parece bastante inverosímil.
-Pues eres un necio, Neji -le dije-. No puedo creer que después de escuchar una historia semejante te vayas a dar el lujo de apelar al escepticismo.
-Lo siento, Sakura, no puedo mentir. Ashina me parece una buena persona y... aunque Karin Uzumaki Strossner es un poco rara, no creo que se trate de la misma persona de quien vosotras habláis. Todo esto debe ser una simple coincidencia.
-Ashina me pareció extraña cuando la conocí -le dije-. Y su aroma... ¡me recordó al de Karin!
-¿Hace cuánto llegó Karin a París? -preguntó Tenten.
-Hace unos nueve meses -respondió Neji.
-¿Y hace cuánto conoces a Ashina? —pregunté yo.
-La conocí hace más o menos diez meses, y hemos estado comprometidos hace cinco —dijo él.
—¿En qué circunstancias la conociste? -le preguntó Tenten.
—Mi tío Hiashi me envió una carta el año pasado, contándome que la hija de unos muy queridos amigos suyos debía venir a París a comprar una propiedad, y me pidió que la alojara en mi casa mientras ella realizaba los trámites pertinentes. La chica resultó ser Ashina -dijo Neji.
-¿Ella vive en tu casa? -preguntó Tenten, perturbada. ¿Estaría celosa?
-No. Se mudó en cuanto adquirió su propia casa, pero seguimos frecuentándonos después de eso -dijo él.
Pude ver en los ojos de Tenten que quería preguntarle más, pero no dijo nada.
-El que haya llegado a su vida por medio de una carta me parece más que sospechoso. No quiero ser entrometida, pero hemos entrado en confianza muy pronto por la fuerza de las circunstancias, señor Hyuga -dijo Tsubaki.
-Por favor, llámeme Neji -pidió él.
-Bien, Neji -dijo Tsubaki-. Después de lo ocurrido con las cartas de Iruka y Sakura... y todo ese lío de las cartas de amor de Ami... lo que quiero preguntarle es: ¿no habrá alguna posibilidad de que su tío no haya escrito esa carta?
Neji se quedó pensativo unos instantes.
—¿Conserva aún la carta? -preguntó Tsubaki.
-Es posible —dijo Neji.
-Podría compararla con alguna anterior, si fuese posible -sugirió el señor Iruka.
-Todo esto es demasiado siniestro -dijo Neji-. Pero revisaré las cartas.
-Ahora que ya sabes la forma en que Karin convirtió a Akane en vampyr—le dije a Neji- espero que hayas hecho una recapitulación consciente de toda tu relación con Ashina y te hayas asegurado de que la última no te haya dado de beber nada extraño... Sobre todo, espero que no hayas unido tu sangre con la de ella.
-¡Por Dios! ¿Qué clase de persona crees que soy? Esas cosas me horrorizan - dijo Neji.
-Yo creo que es imperativo que deshagas ese compromiso cuanto antes - dijo Tenten.
Las mejillas de Neji adquirieron algo de color y dijo, mirando a Tenten:
-Eso es algo de lo que puedes estar segura... pero por razones muy diferentes a que su amiga Karin sea la misma Karin Strossner que Sakura vio aullar frente a un crucifijo.
Entonces me disculpé unos minutos y fui a la habitación a buscar algo. Volví a asomarme a la ventana pero no había ni rastros de Ashina Darvulia. Bajé rápidamente pues estaba asustada aunque estuviese en tan buena compañía.
-Por cierto, Sakura —dijo Neji con los ojos entrecerrados cuando volví al salón-: casi me matas del susto con la forma en que te abalanzaste sobre mí a estamparme la cara con ese crucifijo. ¿Estás segura de que no fue eso lo que mató a Karin Strossner?
-Qué gracioso te has puesto, Neji. No deberías tomarte a la ligera lo que te hemos contado acerca de los vampyr... ten presente que el escepticismo nunca le ha salvado la vida a nadie. Y, precisamente, para que estés protegido de esos seres infernales, te he traído esto... -dije, extendiéndole lo que había ido a buscar a la habitación.
—¿Un crucifijo? —preguntó Neji.
-Sí -dije-. Era de mi padre. Yo ya tengo uno. Pónselo, Tenten.
-Me siento un poco mal aceptando una joya familiar, Sakura. Además, es muy hermoso -dijo Neji.
—No te sientas mal. Me hará feliz saber que lo llevas puesto. Mucho más feliz que tenerlo en un cofre -dije.
Tenten se incorporó y le puso el crucifijo a Neji alrededor del cuello.
-Quiero que me prometas que no te lo quitarás por ningún motivo -le pidió Tenten.
-Te lo prometo -dijo Neji-. Nunca se sabe... Karin Uzumaki Strossner podría ser la despiadada vampyr que asesinó a Akane
-¡Así se habla! -dije.
Tuve la sensación de que Neji se estaba dejando convencer de llevar el crucifijo más por amor a Tenten que porque creyese nada de lo que le habíamos dicho, pero eso no importaba con tal de que estuviera a salvo.
-El escepticismo nunca le ha salvado la vida a nadie... Me gusta esa frase, Sakura -dijo Neji.
-Qué bueno. Es la verdad -dije, sonriéndole.
Estaba favorablemente impresionada con Neji Hyuga; en definitiva no era el mismo chico con quien Tenten había tenido un romance hacía casi tres años. Su cambio de actitud incluso lo hacía parecer algo mayor. Mi amiga debió tener el mismo pensamiento porque le dijo:
-Cuánto has cambiado, Neji.
-Me alegra que te des cuenta de ello -dijo él, esbozando una sonrisa.
Quién habría pensado que algún día iba a perder todos los aires de vanidad y afectación del pasado.
—Yo creo que deberíamos sellar la casa ahora mismo -les dije a los señores Umino—. El padre Jiraya me dio una botella con una solución especial de agua bendita y sal exorcizada para proteger las viviendas de los espíritus malignos. ¿Me acompañarían? Me da algo de miedo hacerlo sola. Iruka, Ada, Tsubaki y yo fuimos a recorrer toda la casa bendiciendo cada pared y ventana con la solución del padre Jiraya.
—Me da una terrible sensación que Ada haya visto a esa mujer allá afuera -dije.
-Aun si ella también fuera un vampyr... es posible que sólo estuviese vigilando a su presa, es decir, Neji. Tal vez no sepa que usted y Tenten están aquí -dijo el señor Iruka.
-Creo que eso es imposible, Iruka -le dije-. Ella es una amiga cercana de Karin y nos conoció ayer. Y Neji le dijo que iba a venir a vernos esta noche. Debe haberlo seguido -dije.
-Sakura tiene razón -dijo Tsubaki-. Aunque... el hecho de que Neji esté comprometido con Ashina, quien es amiga de Karin, quien estuvo en el mismo internado de Sainte-Marie... es demasiado diciente.
-¿A qué te refieres, querida? -le preguntó Iruka a Tsubaki.
—A que son muy pocas personas que se conocen entre sí como para que la relación de Ashina y Neji sea coincidencial -dijo Tsubaki.
-¿No pensarás que el señor Hyuga...? -comenzó a decir Iruka.
-No, no -dijo Tsubako-. El muchacho no parece tener un pelo de malo... Se me ocurre que Ashina Darvulia debe haber llegado a él por una razón específica.
Nos sentamos en la cama de Ada, pues estábamos sellando su habitación en ese momento.
-Quiero escuchar todo lo que tenga que decir al respecto, Tsubako -dije-.
Me parece que está llegando a un descubrimiento importante.
-Tenemos en nuestras manos el recuento de una gran cantidad de acontecimientos extraños —prosiguió ella—. De todos, el que lleva más tiempo ocurriendo es el fenómeno de las supuestas cartas de Neji a la señorita Ami.
-Eso es cierto -dije-. Continúe, por favor.
-Si pusiéramos los sucesos en orden cronológico, tendríamos lo siguiente: primero, la señorita Ami recibe cartas de parte de Neji Hyuga que él dice jamás haber escrito. Segundo, aparece Karin o Karin Uzumaki Strossner en Sainte-Marie y trata de matarte. Tercero, la misma seduce a Akane, quien está enamorada de Neji, con falsas promesas de amistad. Cuarto, Karin Strossner queda atrapada en un ataúd durante un mes y medio. Luego, mata a Akane y huye de Sainte-Marie. Casi inmediatamente después, Neji recibe a Ashina Darvulia en su propia casa y unos pocos meses después se comprometen. ¿Notáis cómo parece haber una relación entre todos esos hechos? -preguntó Tsubaki.
-Viéndolos de esa forma, pareciera como si Neji fuese una pieza de vital importancia para los vampyr-dije-. ¡Es usted muy inteligente, Tsubaki!
-Gracias, Sakura. Como os decía, entonces: no me parece nada coincidencial que esa mujer Darvulia haya llegado a Neji.
-Estoy convencido de que estás en lo cierto, querida -dijo Iruka Umino.
Nos levantamos de la cama y cerramos la puerta de la habitación. Esa noche, Ada dormiría con sus padres.
—No saben cuánto siento que los vampyr hayan llegado a sus vidas por mi culpa -les dije a Tsubaki y Iruka- Si no hubiese sido por mí. ustedes no estarían en peligro.
-¡Tonterías, Sakura! -dijo el señor Umino-. Si nos vamos a poner con absurdos remordimientos, ¡la culpa es mía por ser su abogado! Usted no es responsable de la existencia de esas abominables criaturas -dijo.
Agradecí la bondad del señor Iruka, pero no podía dejar de sentir remordimiento por el hecho de que Ashina Darvulia estuviese acechando su hogar. Me prometí partir de París en cuanto me sea posible. Los señores Umino se quedaron en su habitación y yo volví a bajar al salón. Tenten y Neji estaban de pie y él estaba abrazándola con ternura. Al verme llegar, Tenten me dijo:
-Neji ya se va, Sakura.
-¿De veras, Neji? No me gusta nada la idea de que te vayas ahora. Estoy segura de que Iruka y Tsubaki comprenderían que pasaras la noche aquí -dije.
-Te creo, Sakura. Sin embargo, tengo muchas cosas que hacer en la mañana... Y no me sentiría bien quedándome aquí sin el permiso de los señores Umino -dijo él.
-Neji... las cartas misteriosas a Ami y la repentina aparición de Ashina Darvulia en tu vida parecen indicar que tú eres apetecido por el enemigo y no de forma coincidencial. Te suplico que tengas muchísimo cuidado. Trata de no estar a solas con Ashina en ningún momento y muchísimo menos con Karin Uzumaki Strossner -le dije.
-Y no vayas a contarles nada de esto por ningún motivo. Ni una sola palabra -le pidió Tenten.
-Descuida. Tendré mucho cuidado. De todas formas, no pensaba ver a Ashina hasta dentro de unos días.
Neji partió y Tenten y yo subimos a nuestra habitación.
-¿Y bien? -le pregunté a mi amiga-. ¿Ya revivió el amor que un día sentiste por Neji?
-Jamás -dijo-. Puede que él esté actuando de forma diferente, pero... ¿cómo borrar el pasado?
-¡Neji! Me sorprendes. Hubiese jurado que estabas cayendo en la telaraña del amor una vez más -dije.
-No sé de qué te extrañas. Tú misma me dijiste que tenía que seguir con el juego al que di inicio enviándole esa carta... y tenías toda la razón. Ahora resulta que esta comedia va a salvarle la vida.
-Pobre de Neji. Está convencido de que le correspondes -dije.
-¿Pobre de Neji? ¡Pobre de Neji con Ashina Darvulia! -exclamó Tenten.
—Cierto... Bueno, ahora tenemos que averiguar dónde vive Karin Uzumaki Strossner. Es nuestra oportunidad para darle muerte a ese vampyr de una buena vez.
-¿Tú crees que Ashina Darvulia también sea uno de ellos? -preguntó Tenten,
-¿Creerlo? ¡Estoy segura de ello! -dije-. Tendremos que sacarla del panorama también.
-¿Cuántos de ellos habrá?
-Quién sabe. Tal vez sean varios... Estoy muy asustada, Tenten. Y quisiera irme de aquí cuanto antes. No quiero seguir poniendo a los Umino en peligro -dije.
-Tendremos que actuar con presteza -concluyó Tenten.
-¿Cuándo verás a Neji de nuevo? -le pregunté.
-Mañana después de merendar. Le dije que iríamos a su casa.
-Bien. Compararemos las cartas de su tío y haremos que nos muestre dónde queda la casa de Karin -dije.
-Sakura... no me dejes tanto tiempo a solas con él, ¿quieres? -me pidió.
-Haré todo lo posible por quedarme con vosotros todo el tiempo, no sea que se le vaya a ocurrir besarte... -prometí.
-Gracias -dijo.
Me quedé gran parte de la noche vigilando que no hubiera nadie en el jardín desde la ventana de nuestra habitación, y al fin el sueño me venció. A la mañana siguiente, fuimos con Ada y Tsubaki a la sastrería a probarnos algunos de los vestidos y luego pasamos por la iglesia a recoger más agua bendita.
-Quisiera que el padre Jiraya estuviera aquí -dije-. Voy a escribirle contándole que el vampyr está en París.
—Enviaremos la carta directamente desde el correo -dijo Tsubaki-. Debemos evitar que vuestras cartas sean interceptadas.
-Cierto -dije-. Le pediré al padre Jiraya que me escriba a Pest de ahora en adelante. Esa casa está vacía y pronto tendré que ir a darle una vuelta.
-Sabia decisión -dijo Tsubaki.
Después de eso, Tenten y yo nos sentamos a revisar los libros que habíamos comprado en el almacén de libros antiguos pero no encontramos nada que pudiese ser relevante a nuestra causa. Merendamos en el jardín con la familia Umino, pues estaba haciendo un día hermoso.
-Le traeremos las cartas del tío de Neji para que pueda examinarlas en la tarde, Iruka —le dije al señor Umino.
-Excelente idea -dijo él-. Soy hábil para analizar escrituras y firmas.
Tenten y yo fuimos a casa de Neji hacia la una de la tarde. El sol brillaba sobre las calles y la ciudad se veía muy animada.
-Quisiera quedarme a vivir aquí —dijo Neji.
-Tal vez algún día puedas hacerlo -le dije con segunda intención. Si algún día ella y Neji... No, Tenten nunca olvidaría lo insoportable que él había sido.
Cuando llegamos a su casa, la misma mujer nos abrió la puerta y nos condujo al despacho.
Neji estaba absorto en la revisión de algunos documentos y no se percató de que habíamos entrado. Tenía un mechón de liso pelo castaño cayéndole sobre la cara y sopló hacia arriba para quitárselo de encima. Ese día no se había afeitado y una leve sombra marrón le cubría el rostro.
—Neji -dijo Tenten.
Él elevó la mirada hacia nosotras y, sin levantarse, dijo:
-Acercaos. Tenéis que ver esto.
Nosotras nos precipitamos a su escritorio. Tenía varias cartas esparcidas sobre el mueble.
—Éstas son las cartas de mi tío Hiashi antes de que me escribiese hablándome de Ashina... y ésta es la carta donde me pide que la reciba en mi casa.
A simple vista, la letra parecía ser la misma. Estaban escritas en italiano.
-¿Veis lo que veo yo? —preguntó Neji.
Tomé una de las cartas anteriores en una mano y la más reciente en la otra.
-La verdad, no veo ninguna diferencia -dije.
-Lee la última carta con atención -insistió Neji.
Lo hice. Aún no noté nada.
-Lo siento -dije—. No veo qué es lo que nos quieres mostrar.
-Dame acá -dijo Tenten, cogiendo la carta.
-¿Cuál es el detalle más llamativo de esa carta? -preguntó Neji.
Me asomé por encima del hombro de Tenten y miré muy bien la firma. Era igual a las demás.
-Es la misma letra y la firma es idéntica -dijo Tenten.
-Exactamente -dijo Neji-. Lo más interesante de esa última carta es que el nombre de Ashina Darvulia brilla por su ausencia.
Era cierto. Volví a releer la carta y el nombre de la señorita que Neji debía recibir no estaba por ningún lado.
-¿Dónde vive tu tío Hiashi, Neji? -pregunté.
-En Florencia -dijo él.
-Creo que deberías escribirle al respecto de este asunto, pidiéndole que te conteste a otra dirección. Pregúntale cuál es el nombre de la persona que te estaba pidiendo que alojaras.
-Lo haré -dijo él—. Aunque todo esto no significa que Ashina no sea la misma persona.
-No. Y que tu tío corroborara que Ashina Darvulia sí es la persona que te pidió que alojaras aquí tampoco significaría que ella no es un vampyr-dije.
—Supongo que no -dijo él-. ¿Deseáis beber algo?
-No, gracias -dijo Tenten.
Yo negué con la cabeza.
-Quiero que nos muestres la casa de Karin Uzumaki Strossner -dije-. Y también la de tu querida Ashina.
-No están muy lejos de aquí -dijo él-. Podemos ir ahora mismo, si así lo queréis.
-Señor Hyuga -dijo la criada entrando a la habitación-: ha llegado este sobre para usted.
-Gracias, Kuen -dijo él-. ¿Qué será esto?
Neji abrió el sobre que Kuen le había entregado.
-Ah, es un recordatorio para la fiesta de Kisame Ujvary -dijo-. Es gracioso que se haya tomado la molestia de enviar esta nota además de la invitación; nadie olvidaría semejante acontecimiento.
Nos mostró la nota para que la viésemos.
-¿Quién es Kisame Ujvary? -pregunté.
-Hasta hace un par de meses nunca había siquiera escuchado mencionar su nombre pero últimamente suena por todos los salones de París. Al parecer es un hombre muy rico que se mudó este año a la ciudad y ha comprado el castillo de Salles entre otras varias propiedades.
-¿Cuál es el motivo de la invitación? -preguntó Tenten.
-Lo ignoro. Debe querer relacionarse con posibles clientes -dijo Neji.
-Y... ¿piensas ir? -preguntó Tenten.
-Estoy intrigado. He oído hablar tanto del hombre que al menos quiero conocerlo. Además, la fiesta es en el castillo y nunca he estado allí. Quisiera ver el lugar -dijo.
Cuando daban las dos de la tarde, fuimos con el cochero de Neji a ver las casas de Karin y Ashina. Quedaba la una al lado de la otra. Noté que las cortinas de ambas casas eran oscuras y estaban cerradas, y recordé que el día anterior había visto algo similar.
-¿Por qué habías mandado cerrar todas las cortinas de tu casa ayer, Neji? -le pregunté.
Aunque las cortinas de Neji no eran oscuras, me había llamado la atención que no estuviesen descorridas como en épocas anteriores.
-Es curioso que lo menciones, Sakura. Cuando Ashina estuvo quedándose en mi casa, le pidió a Kuen que lo hiciera. A mí esos detalles me tienen sin cuidado y no me opuse. Ashina es muy sensible a la luz del sol; dice que quiere cuidar su piel. Apenas hoy que sabía que vosotras ibais a ir a visitarme pensé en hacerlas descorrer de nuevo. Como Ashina es una persona nocturna, cada vez que la veo estoy despierto hasta muy tarde, y había estado durmiendo gran parte del día los últimos meses. Ni siquiera me había percatado de que la luz solar no había vuelto a entrar a mi casa.
El barrio de Karin estaba oscuro y gris a diferencia del resto de la ciudad.
-¿Recuerdas que el día en que Karin Strossner llegó a Sainte-Marie el cielo se nubló y el sol no volvió a salir, Tenten? -pregunté,
-Sí -dijo ella-. Lo recuerdo muy bien.
-¿Notas alguna similitud con este escenario? -pregunté.
-¿Cómo es que este barrio está completamente nublado y el sol brilla en el resto de París? -preguntó Neji mirando hacia arriba.
-Eso mismo me preguntaba yo -dije-. Al parecer nuestros enemigos arrastran una capa de oscuros nubarrones sobre sí.
—Y también se aseguran de cerrar muy bien las cortinas -dijo Tenten.
-Creo que debería llevaros a casa ya -dijo Neji-. Me estoy asustando de verdad.
-Haces bien -le dijo Tenten.
Neji le pidió a su cochero que se dirigiera a la casa de los Umino. Efectivamente, al salir del barrio de Karin, el sol volvió a refulgir.
-¿Lo veis? -les dije-. Aquí no hay coincidencias.
Cuando entramos a casa de Iruka y Tsubaki, Neji se despidió de nosotras en la puerta:
-Os veré mañana -dijo.
-Mantente alejado de Ashina -dijo Tenten.
-No te preocupes -dijo él—. No tengo ninguna prisa en verla de nuevo.
Diciendo esto, partió a su casa y nosotras nos dispusimos a tomar una taza de chocolate con los Umino. Le había llevado las cartas del tío de Neji a Iruka para que pudiese echarles un vistazo.
-¿Ha escuchado hablar de un Kisame Ujvary, Iruka? -le pregunté después de beber un sorbo de mi chocolate caliente.
-Kisame Ujvary... El nombre me suena conocido. ¿Quién es? -dijo el señor Iruka.
-Según nos dijo Neji, es un hombre muy rico que llegó a París hace poco. Está ofreciendo una fiesta esta noche en el castillo de Salles, que acaba de adquirir recientemente -dijo Tenten.
-No sabía que el castillo de Salles estuviera en venta -dijo el señor Iruka- Debo haber estado muy embebido en mis asuntos laborales para no haberme percatado de ello. Aun así, estoy casi seguro de haber escuchado el nombre antes...
Tomé una galleta mientras el señor Umino examinaba las cartas de Hiashi Hyuga a su sobrino.
-Todas parecen haber sido escritas por la misma persona -dijo-. Pero las revisaré con mi lupa en un rato. Nunca se sabe.
Terminamos la merienda y me retiré a tomar una siesta. Estaba muy cansada pues había pasado gran parte de la noche anterior vigilando cualquier movimiento extraño que pudiese haber en el jardín. Alrededor de las seis de la tarde, Tenten me despertó abruptamente:
-¡Sakura! ¡Despierta! Tienes que venir conmigo de inmediato. El señor Umino encontró algo en las cartas del señor Hyuga que te va a dejar muda.
-¿Qué es? -pregunté, incorporándome del lecho tan pronto como pude.
-Acompáñame, quiero que lo veas con tus propios ojos -dijo ella.
Seguí a Tenten al despacho del señor Umino. ¿Qué habría descubierto?
-Venga acá, Sakura -dijo el señor Umino-. Tome el papel y obsérvelo a contraluz.
Con manos temblorosas, sostuve una de las cartas de Hiashi Hyuga contra la luz de la vela. Estaba tan exaltada que al principio no vi nada pero, poco a poco, una figura comenzó a dibujarse ante mis ojos a lo largo del papel.
No podía creerlo.
-¡La cruz Patriarcal! -dije.
-Sí. Y no es sólo esa carta. Todas la tienen. Compruébelo usted misma -dijo el señor Umino.
Al observarlas todas con detenimiento, la figura de la cruz se hacía cada vez más evidente. Unas pequeñas flores de lis se enredaban en ella.
-Tenten, Iruka: hay más -les dije.
Al acercar el papel a la vela, el dibujo de la cruz Patriarcal y las flores se oscureció.
—¡El sello! -gritó Tenten.
-¿Qué significará todo esto? -pregunté-. ¿Será posible que Neji se haya percatado de este detalle?
-Lo dudo mucho -dijo Tenten-. Nos lo habría dicho.
-¿Le mencionaste tú algo del sello misterioso cuando le narraste la historia de Karin Strossner en Sainte-Marie? -le pregunté.
-No lo creo -dijo Tenten-. Sólo le conté lo esencial, como los ataques de Valais y la historia de Akane.
-Tenemos que ir a casa de Neji ahora mismo -dije.
Así lo hicimos.
-Espero que no se haya ido aún a la fiesta -dijo Tenten, cuando nos hallábamos frente al portón de la casa de nuestro amigo.
-Yo también -dije.
Pero habíamos llegado demasiado tarde. Neji había partido hacía pocos minutos.
-¿Qué propones que hagamos? -me preguntó Tenten.
-No sé tú... pero yo estoy demasiado impaciente para esperar hasta mañana. Necesitamos hablar con Neji esta misma noche -dije.
-¡Esto es increíblemente interesante! -exclamó ella.
-Es imperativo que nos cuente si sabe algo al respecto del sello. ¿Será posible que se trate de algún emblema familiar? -pregunté.
-Todo es posible. Ay, Sakura, ¡por fin tenemos una verdadera pista del sello de las notas misteriosas!
-Éste ha sido un golpe de suerte excepcional -le dije- No puedo esperar a hablar con Neji. ¿Te das cuenta de que podría incluso llevarnos a descubrir la identidad del autor de las cartas?
-¡Claro que me doy cuenta! Oye, Sakura, no pensarás que Neji pueda ser... -comenzó a decir ella.
—En este momento no descarto nada -la interrumpí-. Mi queridísima amiga: prepárate a conocer el castillo de Salles.
-¿Cómo? ¿Estás sugiriendo que vayamos a la fiesta de Kisame Ujvary? ¡Ni siquiera hemos sido invitadas! -dijo Tenten.
-¿No crees que nuestra curiosidad es más importante que ningún protocolo social, Tenten? -le dije con una sonrisa y guiñándole el ojo.
Mi amiga me miró unos segundos y dijo:
-¡Al castillo de Salles!
Después pareció quedarse pensativa unos instantes.
-¿En qué piensas? -le pregunté.
-En que si vamos a aparecemos en la gala de un hombre tan rico, lo mínimo que deberíamos hacer es tratar de camuflarnos un poco.
-¿Cómo? -pregunté.
-Poniéndonos guapísimas -declaró, riendo.
-Estoy de acuerdo contigo, mi sabia amiga -dije.
Volvimos a casa de los Umino y comenzamos a prepararnos para ingresar de forma subrepticia en una de las fiestas más importantes de París de aquella noche. Me puse un vestido entre rojo y naranja hecho a mi medida, y Ada me peinó con varias horquetillas de coral que habían sido de mi madre. Entonces recordé algo que había escuchado en Sainte-Marie hacía un año.
¿No había dicho alguien que la familia de Karin estaba comprando gran cantidad de propiedades en París? Se me ocurrió la posibilidad de que Karin Uzumaki Strossner estuviera invitada a la fiesta del señor Ujvary si su familia era en realidad tan poderosa. Se los dije a Tenten y a los Umino, y decidimos que debíamos tomar todas las precauciones posibles cuando de esos asuntos se tratara.
Tenten y yo alistamos los implementos que íbamos a llevar a la fiesta en caso de que Karin o su amiga Ashina estuviesen allí: había comprado un saquito de seda traído de India, y en él metimos la solución del padre Jiraya y un afilado cuchillo de la cocina envuelto en un pañuelo.
-Esta vez no perderé el tiempo si veo a Karin Uzumaki Strossner -le dije a Tenten.
—Luces hermosa, Sakura -me dijo Tsubako al verme cuando ya había terminado de acicalarme-. Estoy segura de que, si llegas a encontrártelos, todos esos vampyr caerán rendidos a tus pies.
-Ojalá así sea... literalmente -le dije, guiñándole un ojo.
Carmen eligió para la ocasión un vestido blanco que resaltaba el color aceitunado de su tez.
-¿Cómo esperas que Neji no sufra si continúa viéndote tan guapa, Tenten? -le pregunté. —Te lo repito: sólo estoy haciéndole un favor al alejarlo de ese vampyr que se hace llamar Ashina Darvulia -dijo-. Además... si Neji fuese el autor de las notas misteriosas... es muy posible que esté más enamorado de ti que de mí.
La miré con ojos incrédulos y ella me sonrió, indicando que bromeaba. La familia Umino nos dio mil bendiciones antes que partiéramos a la fiesta.
—No se separen -dijo el señor Umino-. Dos pueden más que una.
-Tened muchísimo cuidado -dijo Tsubaki-. No estaré tranquila hasta que estéis de vuelta.
-El que estemos en casa no es ninguna garantía de seguridad, amigos míos -les dije-. Sólo estaremos realmente a salvo cuando les hayamos dado muerte a los vampyr.
Dejamos a la familia Umino custodiada por sus crucifijos y subimos al coche, adentrándonos de nuevo en la ciudad.
