Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.

~La paradoja del molesto anacronismo~

(Día 3. Viaje en el tiempo.)

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—Escucha mocoso, te quedarás en el departamento mientras yo voy a trabajar. —Senku dirige una mala mirada a la versión más pequeña y joven de sí mismo.

Es su sentido común el que le dice que ese chiquillo no debe abandonar la seguridad del departamento, porque si alguno de sus amigos lo viera ¿Cómo podría explicar que ese pequeño e insolente mocoso de diez años se trata de su yo del pasado que viajó dieciocho años en el futuro?

Senku todavía no tiene una respuesta clara a esta inverosímil situación y cualquier explicación no es lo suficientemente factible para llegar a convencerle.

Necesita mantener esto en secreto si no quiere terminar en algún asilo mental.

—¿A quién le llamas "mocoso", anciano? —el niño le devuelve el gesto con molestia impregnando su tono de voz, se siente genuinamente ofendido por la manera en la que el hombre se dirige hacia él—. Soy Senku... Senku.

¿Anciano? Qué chiquillo tan insolente, él es un adulto joven que apenas tiene cuando menos unos veintiocho años. Definitivamente no puede negar que ese mocoso se trata de una versión más joven de sí mismo.

—Lo que sea, te quedarás aquí mientras averiguo cómo devolverte a tu época. —Porque este es un reto que Senku no puede ignorar.

El niño quiere replicar, pero la mirada seria que su versión adulta le envía, lo obliga a guardar cualquier argumento lógico y debatible sobre la absurda idea de permanecer encerrado durante 8 horas.

—Con una condición —el pequeño Senku se atreve a decir con una mirada que le indica al adulto que está tramando algo—. Tienes que dejarme entrar a tu laboratorio, porque estoy seguro de que tienes uno en este lugar.

Por supuesto que tiene un pequeño laboratorio improvisado dentro de ese departamento. Pero no está del todo seguro si quiere dejar al mocoso jugar con el equipo de su segundo lugar de trabajo. Es una versión más joven e inexperta después de todo.

Ante la falta de respuesta, el pequeño Senku frunce el ceño con molestia por la espera, preguntándose ¿Qué tiene qué pensar su versión anciana sobre dejarlo mirar el laboratorio? Él mejor que nadie debe saber sobre su curiosidad innata por el conocimiento.

El pequeño Senku realmente quiere mirar todo lo que el laboratorio tiene para ofrecer y por supuesto, lo que la tecnología de esa época es capaz de hacer. Una siniestra sonrisa se instala en sus labios al imaginar todo tipo de indumentaria y lo que podría hacer con ella.

Por supuesto, Senku reconoce fácilmente dicha sonrisa en su yo del pasado. Es la misma que esboza cuando algo lo emociona.

—Puedes entrar —Senku adulto decide al fin, después de un prolongado y especulativo silencio—. Pero, no toques nada ni juegues con las sustancias. —advierte.

Senku estrecha su mirada en el niño para recalcar su amenaza implícita. Por mucho que entienda la motivación y emoción del niño por el laboratorio, sabe también que no es lo ideal.

—¿Cuándo me volví tan aburrido? —el pequeño Senku bufa, hurgando en el interior de su oreja.

Pero la versión adulta ignora el comentario del chiquillo.

—Estás advertido mocoso, mantén tus manos curiosas lejos de mis cosas.

Sin más que agregar, Senku se marcha hacia su trabajo cuando se da cuenta de que tiene cuando menos quince minutos de retraso. Sin embargo, Ryusui, su jefe, no es un tipo al que le importe mucho la puntualidad.

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Después de casi una semana, la respuesta sobre un posible viaje en el tiempo todavía evade a Senku. Ese día en especial ha sido un completo asco.

Y las cosas se ponen peor cuando es Kohaku quien le abre la puerta al llegar al departamento después de trabajar. De todas las personas, es la que menos espera encontrar ahí.

—¿Qué haces aquí Leona?

Sí ¿Qué hace ella ahí? Después de la pequeña discusión que tuvieron durante la hora del almuerzo ese día, Senku realmente creyó que Kohaku no le hablaría al menos durante una semana. Esa Leona tenía un carácter difícil después de todo y él no hacía las cosas más fáciles para ambos cuando de sentimentalismos o camaradería se trataba.

—¡¿Es tu hijo, cierto?! —ella prácticamente lo jala del cuello de la camisa para obligarlo a entrar al departamento y terminar su conversación—. Ahora entiendo por qué siempre… tú… por eso en esa ocasión…

La cara de la chica se tiñe de rubor cuando recuerda lo sucedido hace un par de meses entre ella y Senku. Algo que él se encargó de racionalizar como un caso típico de exceso de alcohol en el organismo y que Kohaku, por orgullo y temor a exponer de más sus sentimientos, secundó.

Kohaku está molesta y se siente herida, lo único que quería al llegar al departamento era arreglar las cosas con Senku y quizá, después salir a comer algo. Pero nunca esperó encontrar a ese niño, una pequeña copia del científico ¿A qué otra conclusión podría llegar? La respuesta fue más que obvia.

Ahora comprende que la aversión y negativa de Senku a entablar una relación no tiene nada que ver con su carrera profesional y todo que ver con ese niño.

Quiere golpearlo por ocultar una verdad tan importante, a ella, la que se supone es su amiga.

—¿De qué demonios estás hablando, Kohaku? —no hay temor en su tono o en su semblante a pesar de que ella lo tiene prácticamente acorralado entre la puerta y su cuerpo.

Senku se ha vuelto un experto en ocultar las reacciones de su cuerpo y sus expresiones ante la presencia de esa Leona. Aún cuando ella no le es del todo indiferente.

—¿De qué? —el sarcasmo se hace presente—. De él. —Kohaku señala al pequeño niño en la esquina de la habitación.

Quién, para el caso, observa intrigado la aburrida plática de los adultos. Aunque al pequeño Senku le causa gracia que la feroz mujer que él conoció tan sólo un par de horas atrás cuando ella llegó al departamento, esté sometiendo a su versión adulta sin problema alguno.

Sonríe con descaro ante la escena, considerando que el Senku "anciano" se lo merece. El chiquillo aprueba al diez mil millones por ciento a esta mujer y su manera poco ortodoxa de arreglar las cosas, reconoce que es fuerte como el cabeza hueca de Taiju.

—Leona —Senku toma las manos de Kohaku entre las suyas en un intento por retirarlas de la tela de su ropa porque la presión comienza a ser incómoda—. ¿Te importaría soltarme? Vas a romper mi camisa. —busca en la mirada de Kohaku un entendimiento tácito.

Pero lo único que encuentra es algo parecido al dolor. La misma emoción que opacó su hermosa mirada al decirle que el haber dormido juntos fue sólo producto de los efectos del alcohol. Aún cuando no lo fue en absoluto porque ni siquiera se encontraba lo suficientemente ebrio en esa ocasión.

Desde entonces y hasta ese día, ambos decidieron olvidar el hecho y seguir con sus vidas como si esa noche nunca hubiera existido.

Dándose cuenta de sus acciones, Kohaku lo suelta poco a poco y se aleja un paso de él para darle algo de espacio. Ahora el enojo se convierte en vergüenza.

—Vine a buscarte para ir a cenar algo y escuchar tus disculpas por ser un idiota, pero me encontré con esta sorpresa —ella vuelve a señalar al niño—. ¿Y sabes qué es lo peor? Que me contó todo lo que le has hecho estos días.

Senku mira al chiquillo casi por inercia. El pequeño Senku simplemente se limita a darle una sonrisa de victoria. Y lo sabe, que esta es la manera en la que ese mocoso está vengándose de él por negarle la entrada al laboratorio. Fue bajo, incluso para sus propios estándares ¿En verdad alguna vez fue así?

—El mocoso miente.

—Lo dejaste encerrado y solo todo el día —y fue así como lo encontró cuando llegó al departamento—. ¿Y lo hiciste dormir en el sillón todas estas noches? ¿Qué clase de padre hace eso con su propio hijo?

—¡Te digo que él no es mi hijo, Leona! ¿Estás sorda?

Ella hace caso omiso.

—¿Por qué no me lo dijiste Senku? Pensé que éramos amigos.

La palabra "amigos" tiene un sabor ligeramente amargo en su boca, desde hace algún tiempo ser amigos ya no fue suficiente. Pero Kohaku nunca quiso forzar las cosas.

—Ese mocoso no es mi hijo —Senku no sabe si Kohaku tiene la disposición de entender una verdad tan absurda—. Él es… él viene…

Ante el titubeo, Kohaku le envía una mirada recelosa. Quizá nunca ha visto a Senku tan indeciso en todo el tiempo que llevan conociéndose. Y es extraño. Ella sólo puede intuir que él no quiere decir lo que está ocurriendo en realidad.

—Sólo di de una vez la maldita verdad —Ella le está dando una última oportunidad—. ¿Y bien?

¿Cómo podría decirle sin que pensara que estaba perdiendo la cabeza?

—El anciano no es mi padre —el pequeño Senku no puede soportar más tiempo esta absurda escena sacada de una estúpida película—. Soy su yo del pasado. —Su voz es casi aburrida y plana.

El niño deja caer la verdad como si de cualquier cosa se tratara.

Kohaku no da crédito a lo que escucha y piensa que las palabras de este niño son sólo ideas sacadas de su joven mente hiperactiva. Porque no puede estar hablando en serio.

Aunque no está segura, el tono serio con el que habla y su postura y semblante dicen que no se trata simplemente de una estúpida broma o de una historia sacada de su imaginación.

—¿Qué? —Kohaku mira del pequeño a Senku, quién para el caso, no desmiente dicha aseveración—. No es gracioso, tú no puedes ser… —de hecho, ahora que puede hacer una rápida comparación se da cuenta de que en efecto sí puede ser.

Porque el chiquillo y Senku son la misma cosa pero en tiempo cronológico diferente.

—¿Qué hiciste? —chilla en dirección al Senku adulto, porque está segura de que todo este embrollo es enteramente culpa suya—. ¿Cómo lograste traerlo a nuestro tiempo?

Kohaku no duda de las capacidades Científicas de Senku, es la persona más inteligente y diligente que alguna vez ha conocido, a excepción del Dr. Xeno quien fuese el mentor de Ishigami años atrás, claro está.

Pero, ni siquiera en sus sueños más locos se imaginó siquiera que Senku pudiera ser capaz de construir una máquina del tiempo.

¿Qué demonios está sucediendo?

—Yo no hice nada —Senku se defiende, ofendido por tal acusación—. No sé cómo esto pudo ser posible, aún en nuestra época la posibilidad de un viaje en el tiempo se limita a la Ciencia ficción. Ni siquiera con la velocidad de la Luz se puede doblar el espacio tiempo para adelantar o retroceder en el tiempo, y los agujeros de gusano por otra parte…

—Está bien, ya entendí —Kohaku lo interrumpe antes de que desvíe todo el tema de conversación—. ¿Entonces cómo llegó aquí?

—No lo sé, lo último que recuerdo es ir a la cama a dormir y lo siguiente que supe es que estaba en el departamento de mi amargado yo del futuro. —El niño arruga la nariz intentando recordar cualquier cosa relevante que le dé una posible respuesta.

Pero su intento es inútil. No hay nada más y es frustrante para él.

Senku se ofende por lo que su versión del pasado acaba de decir, él no es ningún amargado.

—¿Puedes devolverlo a su época?

Él dignifica una mirada a Kohaku tras su cuestión, no puede darle una respuesta ahora mismo y no está seguro si alguna vez logre darle una.

—No lo sé.

Por primera vez en toda su vida, Senku no sabe qué hacer.

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—Si tienes calor, puedes quitártelo —Kohaku mira entre la multitud que se aglomera en la pista de baile buscando a Senku—. Antes de que Senku regrese. —devuelve rápidamente su atención al niño que se encuentra sentado junto a ella en una de las mesas del salón.

—El anciano no quiere que me quite el saco del traje. —las mejillas del pequeño Senku se inflan y sus labios forman un pequeño puchero.

Ella encuentra ese gesto realmente adorable y casi tiene ganas de extender la mano para pellizcarle las mejillas al niño.

El pequeño Senku le da la razón a Kohaku, el saco del traje es incómodo y lo abruma hasta hacerlo sudar. Quizá porque la talla no es la correcta y era una menos de la que él usaría, pero no puede esperar más de una compra de último minuto que Kohaku hizo cuando decidió a costa de la opinión de su versión adulta, que el pequeño Senku no se quedaría en el departamento mientras ellos asistían a la boda y posteriormente a la fiesta de matrimonio de Yuzuriha y Taiju.

A quienes por cierto, también revelaron el pequeño secreto. Decir que Taiju estaba emocionado con la presencia del Senku del pasado fue poco, porque el grandulón pasó toda una tarde con el niño rememorando viejas anécdotas de su niñez.

—Pero el "anciano" no está aquí y yo te lo estoy sugiriendo. Anda, quítatelo.

Kohaku insiste y es ella la que termina por sacarle la molesta prenda al niño. El pequeño Senku le agradece y sigue comiendo del festín que los novios han preparado para sus invitados. No es muy adepto a las golosinas como lo es al ramen, pero Senku disfruta con calma la rebanada extra grande que Kohaku se molestó en conseguir para él.

Han pasado unos días desde que ella descubrió la verdad sobre su origen, pero en ese pequeño lapso de tiempo Senku ha logrado congeniar con ella mucho mejor que con su amargada versión adulta.

Quizá esta chica no sabe nada sobre Ciencia, pero demuestra cierto interés cuando el tema sale a colación. Y el pequeño Senku reconoce que Kohaku también tiene un lado maternal que no le molesta, mucho.

Pero también, incrédulo, el niño se ha dado cuenta de un par de cosas no sólo en ella sino en ambos adultos. Él no está ciego y a pesar de su evidente rechazo por cualquier sentimiento innecesario, es capaz de identificar cierto espectro en su yo del futuro que no puede ignorar.

Sabe que detrás de todas esas discusiones sin sentido y esas miradas fugaces cuando piensan que el otro no puede notarlo, hay algo más que sólo una supuesta amistad.

El pequeño Senku está confundido y no sabe cómo sentirse al respecto sobre esta situación.

—Oye, Leona Kohaku. —él trata de llamar la atención de la chica.

Ante el llamado, Kohaku se disculpa con Kirisame y toma asiento junto al niño para escuchar lo que él tiene que decir. Por supuesto, omite el odioso sobrenombre que el Senku adulto le ha dado desde que se conocieron. De todas formas, la manera en la que el niño lo pronuncia suena más neutral e inocente y a ella no le molesta.

—¿Quieres más pastel, o quieres probar la carne? Deberías probarla, es deliciosa. —Los ojos de Kohaku se iluminan por una breve fracción de segundo antes de recomponerse.

Su debilidad por la comida siempre ha sido la carne después de todo. Pero Senku niega y deja a un lado su rebanada de pastel a medio comer.

—¿No quieres? —ella insiste.

—Te quiero preguntar algo —Kohaku no dice nada pero lo anima a seguir con su expresión—. Es sobre el anciano y tú.

Oh. Ella puede intuir hacia dónde va esa charla, una charla que ha estado esperando por meses e incluso un par de años, pero no está segura de querer tenerla con esta versión de Senku.

—¿Qué quieres saber? —bien, ella puede hacerse la desentendida.

—¿Están juntos? —el niño es capaz de notar la rigidez en el cuerpo de Kohaku apenas el tema sale a colación—. Me refiero a si tienen una especie de relación.

—Somos amigos. —se apresura a aclarar Kohaku para después tomar un largo trago de su copa de vino.

Por supuesto, así es como han decidido mantener las cosas a pesar de todo.

El niño frunce el ceño incapaz de procesar la mentira que la mujer está diciéndole, para cualquiera es evidente que no se trata simplemente de una insípida amistad.

—Escucha, tú mejor que nadie debe saber la postura de Senku sobre los sentimientos y las relaciones —ella desvía la mirada hasta donde está el Senku adulto conversando con Ryusui y Gen, pero rápidamente aparta la mirada—. Él no está interesado en esas cosas.

—Lo sé —el niño le concede parcialmente la razón—. Pero ahora no estoy tan seguro. Mi versión adulta parece un poco más idiota cuando está cerca de ti.

Él no insinúa lo que Kohaku cree que está insinuando ¿Verdad?

—Senku tiende a ser un cretino a veces.

—Pero no me refiero a esa clase de Idiota, sino más bien a la clase de Idiota debido a la liberación de neurotransmisores en su sistema… es como si él estuviera…

—No. Definitivamente eso no es lo que sucede con él.

—¿Pero qué pasaría si fuese el caso? —él es insistente.

Ella niega con la cabeza, Kohaku no quiere guardar falsas esperanzas con algo que quizá jamás suceda.

—Incluso si fuese el caso, yo no puedo esperar a que Senku deje de ser tan testarudo y orgulloso con sus sentimientos. No quiero ser siempre yo la que dé el primer paso y él retroceda cinco.

Ella no puede aferrarse a una cuerda invisible que la salve del Limbo de su amistad indefinida.

Sí, el pequeño Senku está seguro de que definitivamente su versión adulta es un completo idiota después de todo. Él puede hacer esto y ayudar a ese tonto con la situación, porque no hay nada que Senku Ishigami no pueda hacer.

—Entonces creo que debo ser yo quien interpele por el anciano.

Kohaku no sabe con exactitud de lo que él está hablando, pero pronto lo descubre cuando él se levanta de su asiento y se planta frente a ella con determinación en su rostro.

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—¡¿Qué demonios crees que estabas haciendo mocoso?! —Senku carga con dificultad a su versión del pasado hasta la salida de la recepción.

Enojado, ni siquiera es la palabra correcta para describir su actual estado de ánimo tras ver a ese chiquillo hacer el ridículo frente a todos los invitados del salón.

—¡Bájame cretino!

El pequeño Senku gimotea mientras le envía una mala mirada al adulto.

—¡Senku voy a golpearte si no lo sueltas ahora mismo! —Kohaku rápidamente le da alcance para obligarlo a dejar ir al niño.

Él se detiene cuando la mano de Kohaku aprieta su hombro con un poco más de fuerza de la necesaria. Deja ir al niño pero no del todo, Senku todavía lo sostiene del brazo para evitar que el chiquillo huya.

—¿Leona, te parece bien lo que este mocoso estaba tratando de hacer? ¡Te propuso matrimonio!

No fue difícil saber lo que el chiquillo estaba haciendo cuando Ryusui y Gen rieron a carcajadas ante la vista del niño prácticamente postrado en una rodilla frente a Kohaku. Fue humillante en más de un sentido debido a las burlas e insinuaciones de ese par.

—¿Y no quieres saber qué es lo que iba a decir? —Ella ataja con un atisbo de arrogancia en su tono de voz, conectando la mirada con la de Senku.

Él reconoce esa mirada en ella y el enojo y humillación quedan en un segundo plano. Quizá es arrogante pero tras sus palabras también se esconde el coqueteo tácito que siempre está presente entre ambos cuando están a solas.

—Piérdete mocoso. —Senku suelta al niño y le da a entender que no lo quiere cerca mientras ellos dos hablan.

—Quiero escuchar lo que ella iba a responder. —él se acomoda la ropa y la desempolva. Honestamente tiene genuina curiosidad por lo que la mujer tiene que decir sobre la propuesta.

Una propuesta que no lo involucra como tal a él, sino a su versión adulta. De alguna manera, dicha acción sólo fue para darle un ligero empujón a su yo del futuro. Si tuviera que elegir, bueno, Kohaku sería la opción más viable.

—Vete. —pero Senku no desiste.

Refunfuñando, el pequeño Senku regresa al salón con las manos en los bolsillos y arrastrando audiblemente los pies para denotar su enojo.

Kohaku ahora es más consciente que nunca de que están solos y es el momento de esa charla pendiente.

—¿Y bien? —Senku centra toda su atención en ella—. ¿Qué ibas a decir, Leona?

Toda la convicción de hace un momento se ha ido y ella está nerviosa por la manera tan descarada con la que cuestiona y presiona. El hecho de que Senku esté a sólo dos pasos de distancia no ayuda en nada y sólo complica las cosas.

—Por favor Senku, es un niño ¿Qué crees que iba a decirle? —Kohaku está escandalizada y ruborizada por la vergüenza—. Además, se trata de ti.

—¿Qué rayos significa eso? ¿Tan horrible sería que te propusiera matrimonio?

—¡Ja! Cómo si eso fuese a pasar alguna vez. Ambos sabemos que no me ves de esa forma Senku.

Ahí está de nuevo, esa emoción opacando su mirada.

—Leona. —sí, quizá ha sido un idiota durante todo ese tiempo.

—Por favor Senku, olvidemos esto como lo hicimos con lo que pasó esa noche.

—Maldición Kohaku, ese es el problema. No puedo fingir que nada pasó esa noche, lo recuerdo cada vez que te veo.

Quizá simplemente es un estúpido masoquista, porque a pesar de todo ese tiempo no ha querido borrar los recuerdos de su encuentro y ha revivido el momento más veces de las que es capaz de admitir. No sabe desde cuando, pero Kohaku no es solamente una simple amiga para él, al menos ya no más.

—Pero tú dijiste que fue un error. —ella sisea. Aunque también reconoce que en parte no tiene derecho a reclamar cuando fue ella la que estuvo de acuerdo con esa decisión.

—Lo sé.

Es todo lo que dice porque no encuentra más palabras en su reservorio para esclarecer esta confusa situación. Es por esto que Senku ha evitado confrontar a Kohaku con respecto a sus sentimientos, y en general, por lo que evita las relaciones en sí. Son demasiado complicadas.

—Yo tampoco —Kohaku rompe el silencio incómodo que se ha formado entre ambos—. No puedo fingir que nada pasó, pero sé lo que piensas sobre el amor y las relaciones…

—Cambié de opinión. —El tono de Senku es casi monótono.

No así la mirada que le dedica a ella.

—No puedes estar hablando en serio —ella no está tan segura de las palabras de Senku—. Oh vaya y dime ¿Ese repentino cambio de parecer fue antes o después de que tuviéramos Sexo? —no deja lugar a dudas el sarcasmo ácido.

El peor escenario sería que Senku le dijera que fue después de su encuentro. Ella no podía aceptar eso aunque tuviera fuertes sentimientos por él.

—Antes, mucho antes de eso. —él ni siquiera duda al responder.

Y la respuesta le da a Kohaku una breve sensación de alivio, en el fondo, era lo que necesitaba escuchar.

Sin embargo…

—Espera, entonces ¿no se trató sólo de los efectos del alcohol? —la manera en la que Senku desvía la mirada le da a entender que él sabía perfectamente lo que estaban haciendo—. Bastardo, te aprovechaste de mí.

—Yo diría que la que se aprovechó de mí fuiste tú, Leona. —Senku esboza una sonrisa desvergonzada hacia la chica en su afán por molestarla.

Y lo logra.

La cara de Kohaku adquiere un tono aún más rojo, rivalizando con el color del traje de Senku y de las medias a juego que ella trae con el exuberante vestido que Yuzuriha le confeccionó.

—Idiota.

Kohaku le da la espalda a Senku con la intención de huir de ahí, no puede soportar la manera en la que él juega sucio para avergonzarla. Sus mejillas están ardiendo y necesita con urgencia un trago de vino para tratar de calmar los latidos de su corazón por ese idiota.

Se adelanta y un par de segundos después escucha los pasos de Senku detrás de ella.

—Oye Leona ¿Qué te parece si nos deshacemos del mocoso por hoy y repetimos lo de esa noche?

Kohaku no puede verlo, pero por el tono juguetón en la voz de Senku sabe que tiene esa estúpida expresión en su rostro. Y que realmente está hablando en serio.

—¿Vas a decir que todo fue efecto del alcohol y que olvidemos lo que sucedió cuando despiertes por la mañana? —a ella se le rompería el corazón si eso sucede y también lo golpearía hasta el cansancio—. Porque si se trata sólo de una aventura voy a golpearte tan fuerte que vas a quedar irreconocible.

—Esta vez sin Amnesia selectiva. Y ¿Quién dice que esto es sólo una aventura?

—¿No lo es? —Kohaku lo mira de soslayo sin detenerse.

—Por supuesto que no, tonta.

Oh. Ella puede leer entre líneas lo que él quiere decir, después de todo, Senku es un poco inepto emocionalmente y no sabe comunicarse efectivamente cuando se trata de sentimientos.

—Bien, entonces quizá lo considere.

Pero por la mirada y la sonrisa que tiene en su semblante, Senku sabe cuál es su respuesta. Bien, por esa noche podría dejar al mocoso con Ryusui, corrección, con Francois.

Podría inventar que se trata de algún pariente, aunque sería una excusa muy coja ya que Ryusui sabe que Byakuya no es el verdadero padre de Senku y éste no tiene más familia que el viejo.

Bien, algo se le ocurriría para deshacerse del mocoso.

Por esa noche se olvidará del misterio del chiquillo y de la absurda situación con su yo del pasado. A quien por cierto, agradece en parte su futuro.

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Fin.

¡Tema 3 terminado!

Me basé en "Mi encuentro conmigo" para esto, quería hacer también un AU de "La familia del futuro" gracias a que unos hermosos Fanarts me inspiraron, pero al final por la falta de tiempo terminé haciendo esto y me gustó.

Un amigo también me dio una idea genial para el tema pero es algo que escribiré más adelante u.u

En fin, espero que les gustara y nos vemos en el siguiente tema n.n