Dr. Stone no me pertenece, es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
~Dudas del Corazón.~
(Día 7. Del odio al amor.)
Él es exactamente como Senku lo describió: un hombre elegante, inteligente y ligeramente arrogante.
—Entonces tú eres la humana que Senku piensa desposar. —En el tono de Xeno existe un tinte despectivo que apenas hace notar.
Aunque para Kohaku, por la manera en la que él la mira, deja en claro su postura sobre el inminente matrimonio. Como la segunda opción para ostentar el trono en el caso de que Senku no pudiera hacerlo, Xeno obviamente ve en ella una amenaza y un obstáculo a sus aspiraciones.
Ella no dignifica la respuesta a una cuestión que está dirigida únicamente con un propósito incierto. A pesar de formar parte de la familia real, Senku le ha advertido a Kohaku en más de una ocasión desde que ella se quedó en el castillo, que jamás confiara en Xeno.
—Creo que eso quedó claro cuando Senku anunció la noticia ante el Reino durante la cena de presentación.
—Sin embargo, creo que mi querido sobrino nunca nos presentó personalmente.
En efecto, recuerda Kohaku, Senku se negó rotundamente a que Xeno se acercara a ella durante dicha cena y en general, en cualquier otro momento. Los motivos por los cuales él evita cualquier contacto con su tío es aún un misterio.
Está de más decir que ni siquiera ha podido sacar información al estrafalario y parlanchín consejero del príncipe, Gen Asagiri. Quien en cada ocasión consigue evadir el tema.
—¿Qué es lo que quiere? —Cansada de la presencia del hombre, Kohaku decide enfrentarlo directamente.
La insolencia en la voz y palabras de Kohaku provocan la molestia de Xeno, sin embargo decide ignorar ese pequeño detalle para zanjar el asunto que tiene con esa mujer, el motivo por el que se ha tomado la molestia de visitar el castillo de su sobrino, lugar en el que no es bienvenido.
—Sólo he venido a advertirte —su voz solemne contiene apenas un ápice de genuina amabilidad, y prosigue cuando Kohaku está a punto de replicar—. Aún estás a tiempo de huir y salvar tu vida.
Xeno mantiene una mirada y gesto inexpresivo, por lo que le cuesta a Kohaku saber si sus palabras son verdaderas o falsas. En última instancia y debido a la infamia de su persona, ella inclina la balanza hacia el lado de la mentira.
No confía en él.
—¿De qué está hablando? —aunque la curiosidad le da un motivo para seguir con esa conversación en lugar de darle la espalda y seguir con su camino.
La visita al establo para encontrarse con Senku queda en el olvido entonces.
—Oh ¿Acaso nadie te lo ha dicho? —Una siniestra sonrisa se abre paso en el semblante del Dragón.
—¿Decirme qué?
No puede asegurar qué es, pero la mirada oscura de Xeno le da una sensación de malestar inexplicable, un presentimiento de que algo malo está por ocurrir.
Con las manos escondidas en su espalda, Xeno se acerca un par de pasos a ella, rodeándola lentamente. De alguna manera, es lo suficientemente prudente como para dejar cierta distancia entre ambos.
Kohaku podrá ser una mujer que se ha instruido en el arte de la espada y en la pelea cuerpo a cuerpo aún a expensas de su padre, pero incluso ella sabe que no es rival para una criatura como lo es un Dragón.
—¿Sabes qué pasará una vez que Senku consiga a su heredero y el trono?
Es una posibilidad que Kohaku no se ha planteado desde que selló el pacto con el príncipe Dragón de esa tierra. La idea de un futuro con Senku es aún una vaga idea que está tratando de asimilar. Los preparativos de matrimonio son sólo un recordatorio de lo que está por venir.
Ella niega ante la cuestión.
—Él va a asesinarte, como lo dicta la tradición.
El peso de la premisa provoca un estremecimiento en el cuerpo de Kohaku desde el instante en el que las palabras de Xeno abandonan su boca. Porque eso no puede ser verdad ¿De qué tradición está hablando ese hombre?
—Mientes. —se apresura a espetar.
La satisfacción por la reacción de esta mujer es evidente y Xeno no puede evitar disfrutar de la expresión de pánico en la humana. La ferocidad de su mirada y su postura han quedado en un segundo plano para dar paso a la vulnerabilidad y la expectativa.
Xeno chasquea la lengua mientras niega una y otra vez con la cabeza en un gesto de desaprobación antes de hablar:
—Lo único que mi sobrino necesita para ostentar el trono del Reino, es un heredero para seguir con el linaje real, y ya que somos incapaces de concebir con una pareja de nuestra especie, los miembros de la realeza siempre han necesitado de algún humano para procrear herederos.
Sí, eso Kohaku ya lo sabía y fue algo que Senku le dejó en claro desde el primer encuentro cuando ella cambió de lugar con Ruri al sellar el trato que la obligaba a darle a él un hijo.
—Sin embargo, una vez que el heredero ha nacido, el humano ya no es de utilidad y deberá ser asesinado. —Tal como espera Xeno, la revelación de esta noticia no le sienta bien a la mujer.
Puede saberlo con sólo ver la palidez en su rostro y en el gesto de horror en su semblante.
Gesto que dura un parpadeo antes de que Kohaku se recomponga y reúna la determinación que apenas tiene. No piensa darle a esta criatura la satisfacción de verla en tal estado de vulnerabilidad y confusión.
—¡Ja! ¿Piensas que voy a creer en tus palabras? Senku no sería capaz de eso. —por el poco tiempo en el que lo ha conocido, Kohaku sabe que él no se atrevería a semejante aberración.
Quizá el príncipe es molesto, arrogante y frustrante la mayor parte del tiempo, pero la malicia no gobierna su corazón, al menos no de la manera en la que lo hace en el de Xeno. Ha sido un camino largo desde su llegada al castillo, sin embargo Senku se ha ganado parte de la confianza de Kohaku en ese lapso de tiempo.
—Mi sobrino es sólo un niño caprichoso que estaría dispuesto a lo que fuese para ascender al trono, incluso desposar a una humana para procrear un heredero y después deshacerse de ella para gobernar con su verdadera prometida —el veneno en las palabras de Xeno es tal, Senku no es el único que haría hasta lo imposible para obtener la corona—. ¿No lo sabías? Eres sólo un instrumento para sus planes, nuestra especie ha tenido esta tradición durante cientos de años.
Imposible, Kohaku se niega a aceptar ser el artífice de tan horrible plan. Es bajo y denigrante ser considerada sólo un medio para obtener la corona. La decepción, la tristeza y la rabia burbujean en su interior.
Se lamenta entonces no haber asesinado a ese pequeño desgraciado cuando tuvo la oportunidad y dejar que los sentimientos florecieran en su corazón. Porque a pesar de ser consciente de los términos de su acuerdo, la idea de que Senku omitiera algo tan importante como el hecho de estar comprometido con alguien más, la llena de indignación.
Ser utilizada de semejante manera.
—Él jamás mencionó nada. —sisea, tratando de controlar el enojo en sus palabras.
—Por supuesto que no lo hizo —con esto, Xeno puede garantizar que ese absurdo matrimonio no se llevará a cabo—. Puedo ayudarte a escapar de aquí si así lo deseas…
—Creo que eso no será necesario, Xeno.
Una imperceptible mueca deforma la comisura de los labios de Xeno ante la voz de Senku a sus espaldas. Se toma un par de segundos extra antes de mirar en su dirección con ese típico gesto de arrogancia que lo hace ver imposiblemente elegante. Maldiciendo la hora en la que Senku apareció.
—¿Veniste sólo a esto? ¿Para sabotear mi matrimonio y sembrar dudas en mi prometida? —A pesar del reclamo, el sarcasmo está presente en el tono de Senku mientras se acerca a ambos.
El odio en la mirada de Kohaku se patenta cuando Senku está frente a ella, él puede notarlo casi de inmediato. El recuerdo distante del filo de la espada de Kohaku a centímetros de su pecho viene a su mente entonces. Esa expresión denota el mismo desprecio de su primer encuentro.
Definitivamente algo no está bien y Xeno es el culpable directo.
—Tus palabras me hieren, querido sobrino. Solamente quería conocer a tu prometida y darle los pormenores de su destino.
—Tú y yo sabemos que no has venido sólo a eso —Senku intenta mantener en todo momento el sarcasmo característico en sus palabras—. Aunque es conmovedor ese gesto de humanidad en ti, quizá es momento de que te marches. Sabes bien que tienes prohibido pisar el castillo.
Por una fracción de segundo, Xeno puede ver una chispa de ira en los ojos de Senku cuando éstos comienzan a estrecharse en pequeñas rendijas características de su transformación. Los Dragones jóvenes no tienen el autocontrol de sus transformaciones a menos que pasaran años perfeccionando dicha técnica, Senku por su parte, a pesar de su juventud, es capaz de controlar con magistral perfección sus transformaciones.
—Si es el caso, entonces me iré —por el momento es mejor una retirada, las dudas han sido sembradas y es sólo cuestión de tiempo para que sus planes tomen forma—. Quisiera decir que es un placer conocerte, pero dadas tus circunstancias creo que no sería lo indicado. Aún así, si cambias de opinión y aprecias tu vida, mi propuesta sigue en pie. —tras una rápida mirada hacia Kohaku para hacerle entender que se ha dirigido a ella, Xeno esboza una siniestra sonrisa antes de darles la espalda y abandonar el pasillo de ese corredor.
El silencio prevalece un par de minutos más, antes de romperse por el exasperado suspiro de Senku.
—Kohaku.
—¿Es verdad? —es apenas un tenue susurro que no alcanza a convertirse en un reclamo—. Todo lo que dijo Xeno. —los ojos aguamarina de Kohaku suplican en un feroz intento de desentrañar la verdad.
Algo en su interior, muy en el fondo, está convencida de que es imposible.
—¿Qué vas a hacer cuando sepas la verdad? ¿Vas a matarme como lo prometiste en esa ocasión?
La forma en la que la voz de Senku retumba, haciendo eco en las vigas del corredor hace que Kohaku se ponga nerviosa por lo que dichas palabras podrían conllevar.
Quizá, es la confirmación que necesita para saber que todo lo que Xeno le dijo es enteramente cierto.
—Debo tomar tus palabras como una confirmación de las suyas entonces.
Senku niega con la cabeza.
—Lo que Xeno te dijo, es en parte cierto.
Kohaku vacila, tomándose un momento para procesar lo que Senku está diciendo.
—¿La parte donde planeas asesinarme una vez tengas un heredero o la parte donde me has ocultado lo de tu verdadera prometida?
La ceja de Senku se enarca ante el último reclamo de Kohaku, más que la indignación por la omisión de cualquier verdad, el tono de la mujer se parece más al de una amante celosa.
Interesante.
—Ambas en realidad —dice Senku intencionadamente, aunque con cautela—. Se supone que esa es la tradición, la familia real no puede tener como monarca a un humano…
—Entonces ibas a matarme después de que nuestro hijo naciera. —Kohaku corta a Senku antes de que pudiera terminar, alejándose de él por el pasillo.
—¿Quieres dejarme terminar? —la detiene antes de que ella desaparezca por la siguiente intersección de ese laberinto de pasillos—. Esa absurda tradición desapareció hace años cuando mi padre desposó a mi madre, la primera humana en ostentar el título real.
De alguna extraña manera, sus palabras y su mirada parecían sinceras. A pesar de ese ceño fruncido que estropeaba el rostro de Senku. Quizá debería creerle.
Sin embargo todavía quedaba un asunto más por tratar.
—El plazo de matrimonio de un año —Kohaku busca conectar la mirada con Senku antes de cuestionar—. ¿Es por tu verdadera prometida? —su voz se va apagando.
Los ojos de Kohaku reflejan la traición, Senku no tiene la menor duda de que es ese sentimiento el que prevalece y opaca el brillo de su mirada. No es para menos, de alguna manera debió aclarar esa cuestión con ella antes de que alguien más hablara sobre el asunto. Xeno, de todas las personas era la última "persona" que alguna vez esperó que lo hiciera.
Los sentimientos no son lo suyo y quizá nunca lo serían, más allá de la camaradería, gratitud o cualquier otro sentimiento platónico, Senku no se ve en la necesidad de hablar o demostrar abiertamente éstos con nadie más.
Kohaku ha estado poniendo a prueba su destreza y paciencia en este ámbito desde que llegó. Poco a poco ha ido escarbando y despejando una pequeña brecha en su interior. Algo que Senku todavía no es capaz de llamar con algún nombre en específico.
Por el momento, prefiere pensar en esa cálida sensación como complicidad.
—Terminé con ese absurdo compromiso mucho antes de nuestro acuerdo, en ese entonces una prometida era una molestia.
La imagen de Luna parpadea en la mente de Senku cuando recuerda vagamente las palabras de súplica de la princesa para no dar por terminado el compromiso. A decir verdad, fue quizá la mejor decisión que pudo haber tomado.
La idea de una relación nunca formó parte de los planes de Senku, el matrimonio simplemente sería un medio para obtener un heredero y con ello la corona y su derecho sobre el Reino.
O al menos así fue antes de conocer a Kohaku. De alguna manera, ahora, la expectativa del matrimonio no le pareció tan terrible como en aquél entonces.
—Pero Xeno dijo que…
—Xeno estaría dispuesto a hacer cualquier cosa para impedir que yo gobierne este Reino —incluso, asesinar a los padres de Senku y al propio Senku de ser necesario—. Te engañó para impedir nuestra boda, tonta.
Kohaku desvía la mirada, avergonzada al dejarse engañar de tal manera por aquella criatura, aunque al mismo tiempo, con un sentimiento de extraña felicidad al saber que nada de lo que Xeno dijo era verdad.
—Iba a matarte si todo resultaba ser cierto.
A pesar de ser un tenue murmullo, Senku es capaz de escuchar. Una sonrisa de genuina diversión crece en sus labios antes de acercarse a Kohaku hasta casi invadir su espacio personal.
—Ambos sabemos que no lo harías.
—No estés tan seguro de ello, Senku. —fingiendo total indignación, Kohaku le da la espalda y se aleja por el pasillo que lleva directamente al establo.
Pero él tiene razón, ella no podría matarlo aunque quisiera.
Él la sigue hasta el establo, el que se ha convertido en su lugar de reunión para observar el atardecer y posteriormente las estrellas al anochecer. Senku se ríe por la manera en la que ella trata inútilmente de ocultar su molestia y en general sus emociones.
Definitivamente esta mujer es interesante y aunque no lo admitiría abiertamente, la idea de desposarla ya no le molesta del todo.
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Fin (?)
N/A:
Nah, aún le falta una parte más y sabremos si Senku tendrá o no a su pequeño heredero 7u7
Quería terminar al fin con mi pendiente de la Senhaku week… y bueno aquí está… o algo así…
Mmmm disculpen si no se apega tanto al tema del día 7 pero lo intenté XD
Y nada, fue un placer participar por primera vez en este evento, y de nuevo una enorme disculpa por terminarla hasta ahora…
Agradezco a esas personitas que le dieron una oportunidad a esta colección y también por sus hermosos comentarios…
Hasta la próxima…
